martes, 11 de julio de 2017

HISTORIA DE LA IGLESIA

HISTORIA DE LA IGLESIA






Jesús Sariego sj.

HISTORIA DE LA
IGLESIA






TEMA 0. INTRODUCCIÓN


I.
PROGRAMA




TEMA O. INTRODUCCIÓN.


Programa. Objetivos. Metodología de trabajo.
Bibliografía.



TEMA 1. LA IGLESIA HASTA EL 313.


1.
La expansión apostólica.
2.
Las persecuciones.
3.
La primera organización eclesial.



TEMA 2. LA IGLESIA EN EL IMPERIO ROMANO-CRISTIANO.


1.
La tolerancia de Constantino.
2.
La formación del Credo.



3. El nacimiento de la Vida Religiosa.

TEMA 3. LA IGLESIA EN LA ALTA EDAD MEDIA.


1.
Las invasiones germánicas y la evangelización de Europa.
2.
El Papado y el Imperio.
3.
Las reformas de los siglos IX y X.



TEMA 4. LA IGLESIA EN LA BAJA EDAD MEDIA.


1.
El apogeo del poder del Papado.
2.
El enfrentamiento con el Islam.
3.
El cisma de la Iglesia en Europa.



TEMA 5. DESCUBRIMIENTOS Y MISIONES.


1.
La expansión misionera de la Iglesia.
2.
La presencia de la Iglesia en América Latina.
3.
La Iglesia en Centroamérica y Panamá.



TEMA 6. REFORMA Y CONTRA-REFORMA.


1.
El movimiento reformista.
2.
La Contra-Reforma católica.
3.
Las guerras de religión.



TEMA 7. LA IGLESIA Y LAS REVOLUCIONES LIBERALES.


1.
La ideología liberal y sus consecuencias.
2.
La Iglesia ante el absolutismo político y las Revoluciones.
3.
La Iglesia ante la lucha social.



TEMA 8. LA IGLESIA EN EL SIGLO XX.


1.
La confrontación entre la Iglesia y la ciencia.
2.
Las dos guerras mundiales.
3.
El Vaticano II.



TEMA 9. LA REFLEXIÓN TEOLÓGICA EN AMÉRICA LATINA.


1.
La situación de América Latina en el siglo XX.
2.
El origen de la Teología de la liberación.
3.
Tesis fundamentales de la Teología de la Liberación.


II.
OBJETIVOS DE ESTE CURSO.





1. La historia de la Iglesia es el recuento de la experiencia de Jesús
vivida y comunicada a lo largo de los años. Vivida y comunicada por hombres,
limitados y pecadores.

2. Este curso trata de ofrecernos una visión de conjunto de la Historia de
la Iglesia, sin bajar a muchos detalles que después estudiarán en otras
etapas de su formación.

3. ¿Para qué estudiar la Historia de la Iglesia? Para entender el presente:
¿por qué de las sectas? ¿Por qué del fenómeno del poder del Papado? ¿Por qué
la nueva evangelización? ¿Qué cambió el Vaticano II, en el que nacimos,
sobre Trento y Vaticano I? ¿Por qué la teología de la liberación en América
Latina?... Se trata de responderse a las preguntas que nos hacen inteligible
el presente.

4. Para poder transformar la Iglesia y hacerla crecer hay que entenderla
primero. Hay que conocer su origen para entender lo que tal vez no nos gusta
de ella o el sentido de lo que está hoy más en actualidad.




III.
METODOLOGÍA DE ESTE CURSO
.

Utilizaremos tres modos principales de trabajo:



1. Las explicaciones de la clase que tratan de dar una visión de conjunto
que les ayude al trabajo personal. Se han elegido nueve grandes temas
teniendo en cuenta la duración del curso.

2. Sus lecturas personales. Lo más importante es la lectura personal. No
importa mucho qué manual. Para el nivel en el que estamos cualquiera vale.
Se darán unos apuntes para leer cada día y al día se realizará un pequeño
ejercicio.

3. Las exposiciones en pareja de los temas monográficos que se indican en el
programa. Pueden utilizar cualquier manual. Tendrán 30 minutos de exposición
cada uno de Uds.





III.
BIBLIOGRAFÍA.


Las
notas de apuntes tratan de presentar un resumen de lo principal de cada período.
En historia hay que combinar adecuadamente hechos con teorías. Normalmente
tenemos demasiadas teorías y pocos datos o hechos sobre la historia de nuestros
países y de la Iglesia. A este nivel es importante que entiendan los hechos.

Pueden utilizarse los manuales reseñados u otros que consideren suficientemente
útiles. Diríamos que para un primer nivel cualquiera obra puede ser valiosa. Es
muy recomendable el libro de Jean Comby, aunque hace demasiado énfasis en la
historia de la Iglesia francesa. El de Villoslada es especialmente bueno para el
siglo XVI. Rogier y Lortz incorporan nuevas corrientes del modo de trabajar los
historiadores. Jedin y Fliche Martin son demasiado prolijos en detalles.


ALVAREZ GOMEZ, J. Manual de historia de la Iglesia. Claretiana,
Barcelona, 1982.




BROX, Norbert Historia de la Iglesia primitiva,
Herder, Barcelona, 1986
CODINA, V. ¿Qué es la Teología de la liberación?,
UCA, S. Salvador, 1983.





COMBY, Jean . Para leer la historia de la Iglesia, Verbo Divino,
Estella, 1991.
*
Tomo I.
De los orígenes al Siglo XV.


*
Tomo II.
Desde el siglo XVI al siglo XX.






DUSELL, E. E. El episcopado latinoamericano.
Institución misionera en defensa del indio, 1504-1620.
CIDOC,
Cuernavaca, 1970.


Historia de la Iglesia en América Latina. Coloniaje y
liberación, 1492-1973
, Nova Terra,
Barcelona.





FLICHE-MARTIN, Historia de la Iglesia, 32 vols, Edicep, Valencia,
1973.




GALINDO, F. El fenómeno de las sectas
fundamentalistas. La conquista evangélica de América latina
,
Verbo Divino, Estella, 1994.





GARCÍA VILLOSLADA, R. (Dir) Historia de la Iglesia católica, 5
vols, BAC, Nos. 54, 76, 104, 199 y 411) Madrid, 1945.




GINER, C. - ARANZADI, D. Lo social y yo. Texto de
doctrina social católica
, Mensajero, Bilbao, 1964.
HUGHES, P. Síntesis de Historia de la Iglesia,
Herder, Barcelona, 1971.
JEDIN, H. Manual de Historia de la Iglesia,
8 vols, Herder, Barcelona, 1967-75.
LORTZ, J. Historia de la Iglesia en la perspectiva
de la historia del pensamiento
, 2 tomos, Cristiandad, Madrid.
ROGIER, J.L. Nueva Historia de la Iglesia,
5 vols, Cristiandad, Madrid, 1969-75.










CRONOLOGIA DE LOS PAPAS Y DE LOS CONCILIOS




1.
SAN PEDRO + 67
2.
SAN LINO 67-79
3.
SAN ANACLETO 79-90
4.
SAN CLEMENTE 90-99
5.
SAN EVARISTO 99-107
6.
SAN ALEJANDRO 107-115
7.
SAN SIXTO I 115-125
8
SAN TELESFORO 125-136
9.
SAN HIGINIO 136-140
10
SAN ANICETO 140-155
11.
SAN ANICETO 155-166
12.
SAN SOTERO 166-175
13.
SAN ELEUTERIO 175-189
14.
SAN VICTOR I 189-199
15.
SAN CEFERINO 199-217
16.
SAN CALIXTO I 217-222
San
Hipólito 217-235
17.
SAN URBANO I 222-230
18.
SAN PONCIANO 230-235
19.
SAN ANTERO 235-236
20.
SAN FABIAN 236-250
21.
SAN CORNELIO 251-253

Novaciano 251-258
22.
SAN LUCIO I 253-254
23.
SAN ESTEBAN I 254-257
24.
SAN SIXTO II 257-258
25.
SAN DIONISIO 259-268
26.
SAN FELIX I 269-274
27.
SAN EUTIQUIANO 275-283
28.
SAN CAYO 283-296
29.
SAN MARCELINO 296-304
30.
SAN MARCELO I 307-308
31.
SAN EUSEBIO 308
32.
SAN MELQUÍADES 310-314
33.
SAN SILVESTRE 314-335
34.
SAN MARCOS 336
35.
SAN JULIO I 337-352
36.
SAN LIBERIO 352-366

Félix II 355-365
37.
SAN DAMASO I 366-384
38.
SAN SIRICIO 384-398
39.
SAN ATANASIO I 398-401
40.
SAN INOCENCIO I 401-417
41.
SAN ZOSIMO 417-418
42.
SAN BONIFACIO I 418-422

Eulalio 418-419
43.
SAN CELESTINO I 422-431
44.
SAN SIXTO III 432-440
45.
SAN LEON I 440-461
(San
León Magno)
46.
SAN HILARIO 461-468
47.
SAN SIMPLICIO 468-483
48.
SAN FELIX II 483-492
49.
SAN GELASIO I 492-496
50.
SAN ATANASIO II 496-498
51.
SAN SINMACO 498-514

Lorenzo 498-514
52.
SAN HORMISDAS 514-523
53.
SAN JUAN I 523-526
54.
SAN FELIX III 526-530
55.
SAN BONIFACIO II 530-532
56.
SAN JUAN II 533-534
57.
SAN FELIX III 536-536
58.
SAN SILVERIO 536-537
59.
VIGILIO 537-555
60.
PELAGIO I 556-560
61.
JUAN III 560-573
62.
BENEDICTO I 574-578
63.
PELAGIO II 578-590
64.
SAN GREGORIO I 590-604

(Gregorio Magno)
65.
SABINIANO 604-606
66.
BONIFACIO III 607
67.
BONIFACIO III 608-615
68.
SAN DEODATO 615-618
69.
BONIFACIO V 619-625
70.
HONORIO I 625-638
71.
SEVERINO 640
72.
JUAN IV 640-642
73.
TEODORO I 642-649
74.
SAN MARTIN I 649-655
75.
SAN EUGENIO I 655-657
76.
SAN VITALINO 657-672
77.
ADEODATO 672-676
78.
DOMNO 676-678
79.
SAN AGATON 678-681
80.
SAN LEON II 681-683
81.
SAN BENEDICTO 684-685
82.
JUAN V 685-686
83.
CONON 686-687

Teodoro 687

Pascual 687-692
84.
SAN SERGIO I 687-701
85.
JUAN VI 701-705
86.
JUAN VII 705-707
87.
SISINIO 708
88.
CONSTANTINO I 708-715
89.
SAN GREGORIO II 715-731
90.
SAN GREGORIO III 731-741
91.
SAN ZACARIAS 741-752

Esteban 752
92.
ESTEBAN II 752-757
93.
SAN PABLO I 757-767

Constantino II 767-768

Filipo 768
94.
ESTEBAN III 768-772
95.
ADRIANO I 772-795
96.
LEON III 795-816
97.
ESTEBAN IV 816-817
98.
SAN PASCUAL I 817-824
99.
EUGENIO II 824-827
100.
VALENTIN 827
101.
GREGORIO IV 827-844
102.
SERGIO II 844-847
Juan
844
103.
SAN LEON IV 847-855
104.
BENEDICTO III 855-858

Anastasio 855
105.
NICOLAS I 858-867
106.
ADRIANO II 867-872
107.
JUAN VIII 872-882
108.
MARINO I 882-884
109.
ADRIANO III 884-885
110.
ESTEBAN V 885-891
111.
FORMOSO 891-896
112.
BONIFACIO VI 896
113.
ESTEBAN VI 896-897
114.
ROMANO 897
115.
TEODORO II 897
116.
JUAN IX 898-900
117.
BENEDICTO IV 900-903
118.
LEON V 903
119.
CRISTOBAL 903-904
120.
SERGIO III 904-911
121.
ANASTASIO III 911-913
122.
LANDON 913-914
123.
JUAN X 914-928
124.
LEON VI 928-929
125.
ESTEBAN VII 929-931
126.
JUAN XI 931-935
127.
LEON VII 935-939
128.
ESTEBAN VIII 939-942
129.
MARINO II 942-946
130.
AGAPITO II 946-955
131.
JUAN XII 955-963
132.
LEON VIII 963-964
133.
BENEDICTO V 964
134.
JUAN XIII 965-972
135.
BENEDICTO VI 973-974
136.
BENEDICTO VII 974-983

Bonifacio VII 974
137.
JUAN XIV 983-984
138.
BONIFACIO VII 984-985
139.
JUAN XV 985-996
140.
GREGORIO V 96-999
Juan
XVI 997-998
141.
SILVESTRE II 999-1003
142.
JUAN XVII 1003
143.
JUAN XVIII 1003-1009
144.
SERGIO IV 1009-1012
145.
BENEDICTO VIII 1012-1024

Gregorio 1012
146.
JUAN XIX 1024-1032
147.
BENEDICTO IX 1032-1044
148.
SILVESTRE III 1045
149.
GREGORIO VI 1045-1046
150.
CLEMENTE II 1046-1047
151.
DAMASO II 1048
152.
SAN LEON IX 1048-1054
153.
VICTOR II 1054-1057
154.
ESTEBAN IX 1057-1058
155.
BENEDICTO X 1058-1059
156.
NICOLAS II 1059-1061
157.
ALEJANDRO II 1061-1073

Honorio II 1061-1069
158.
S. GREGORIO VII 1073-1085

Clemente III 1084-1100
159.
VICTOR III 1086-1087
160.
URBANO II 1088-1099
161.
PASCUAL II 1099-1118

Teodorico 1110








Alberto 1102









Silvestre IV 1105-1111
162.
GELASIO II 1118-1119








Gregorio VIII 1118-1121








163.
CALIXTO II 1119-1124
164.
HONORIO II 1124-1130

Celestino I 1124
165.
INOCENCIO II 1130-1143

Anacleto II 1130-1138

Víctor IV 1138
166.
CELESTINO II 1143-1144
167.
LUCIO 1144-1145
168.
EUGENIO III 1145-1153
169.
ANASTASIO 1153-1154
170.
ADRIANO IV 1154-1159
171.
ALEJANDRO III 1159-1181

Víctor IV 1159-1164

Pascual III 1164-1168

Calixto III 1168-1178

Inocencio III 1179-1180
172.
LUCIO III 1181-1185
173.
URBANO III 1185-1187
174.
GREGORIO VIII 1187
175.
CLEMENTE III 1187-1191
176.
CELESTINO III 1191-1198
177.
INOCENCIO III 1198-1216
178.
HONORIO III 1216-1227
179.
GREGORIO IX 1227-1241
180.
CELESTINO IV 1241
181.
INOCENCIO IV 1243-1254
182.
ALEJANDRO IV 1254-1261
183.
URBANO IV 1261-1264
184.
CLEMENTE IV 1265-1268
185.
S. GREGORIO X 1271-1276
186.
INOCENCIO V 1276
187.
ADRIANO V 1276
188.
JUAN XXI 1276-1277
189.
NICOLAS III 1277-1280
190.
MARTIN V 1281-1285
191.
HONORIO IV 1285-1287
192.
NICOLAS IV 1288-1292
193.
S. CELESTINO V 1294
194.
BONIFACIO VIII 1294-1303
195.
BENEDICTO XI 1303-1304
196.
CLEMENTE V 1305-1314
197.
JUAN XXII 1316-1334

Nicolás V 1328-1330
198.
BENEDICTO XII 1334-1342
199.
CLEMENTE VI 1342-1352
200.
INOCENCIO VI 1352-1362
201.
URBANO V 1362-1370
202.
GREGORIO XI 1370-1378
203.
URBANO VI 1378-1389

Clemente VII 1378-1394
204.
BONIFACIO IX 1389-1404








Benedicto XIII 1394-1424








205.
INOCENCIO VII 1404-1406
206.
GREGORIO XII 1406-1415

Alejandro V 1409-1410
Juan
XXIII 1410-1415
207.
MARTIN V 1417-1431








Clemente VIII 1424-1429
Benedicto XIV 1429








208.
EUGENIO IV 1431-1447








Félix V 1439-1449








209.
NICOLAS V 1447-1455
210.
CALIXTO III 1455-1458
211.
PIO II 1458-1464
212.
PABLO II 1464-1471
213.
SIXTO IV 1471-1484
214.
INOCENCIO VIII 1484-1492
215.
ALEJANDRO VI 1492-1503
216.
PIO III 1503
217.
JULIO II 1503-1513
218.
LEON X 1513-1521
219.
ADRIANO VI 1522-1523
220.
CLEMENTE VII 1523-1534
221.
PABLO III 1534-1549
222.
JULIO III 1550-1555
223.
MARCELO II 1555
224.
PABLO IV 1555-1559
225.
PIO IV 1559-1565
226.
SAN PIO V 1566-1572
227.
GREGORIO XII 1572-1585
228.
SIXTO V 1585-1590
229.
URBANO VII 1590
230.
GREGORIO XIV 1590-1591
231.
INOCENCIO IX 1591
232.
CLEMENTE VIII 1592-1605
233.
LEON XI 1605
234.
PABLO V 1605-1621
235.
GREGORIO XV 1621-1623
236.
URBANO VIII 1623-1644
237.
INOCENCIO X 1644-1655
238.
ALEJANDRO VII 1655-1667
239.
CLEMENTE IX 1667-1669
240.
CLEMENTE X 1670-1676
241.
INOCENCIO XI 1676-1689
242.
ALEJANDRO VIII 1689-1691
243.
INOCENCIO XII 1691-1700
244.
CLEMENTE XI 1700-1721
245.
INOCENCIO XII 1721-1724
246.
BENEDICTO XIII 1724-1730
247.
CLEMENTE XII 1730-1740
248.
BENEDICTO XIV 1740-1758
249.
CLEMENTE XIII 1758-1769
250.
CLEMENTE XIV 1769-1774
251.
PIO VI 1775-1799
252.
PIO VII 1800-1823
253.
LEON XII 1823-1829
254.
PIO VIII 1829-1830
255.
GREGORIO XVI 1831-1846
256.
PIO IX 1846-1878
257.
LEON XIII 1878-1903
258.
PIO X 1903-1914
259.
BENEDICTO XV 1914-1922
260.
PIO XI 1922-1939
261.
PIO XII 1939-1958
262.
JUAN XXIII 1958-1963
263.
PABLO VI 1963-1978
264.
JUAN PABLO I 1978
265.
JUAN PABLO II 1978-...




CRONOLOGIA DE LOS CONCILIOS.


325
Nicea
341
Efeso
381
Constantinopla
431
Efeso
451
Calcedonia
553
Constantinopla II

680-681 Constantinopla III
692
Constantinopla IV

786-787 Nicea II

869-870 Constantinopla IV

879-880 Sofía
1123
Lateranense I (Letrán)
1139
Lateranense II (Letrán)
1179
Lateranense III (Letrán)
1215
Lateranense IV (Letrán),
1245
Lugdunense I, Lyon, Francia)
1274
Lugdunense II (Lyon, Francia)

1311-1312 Vienne I (Viena y Basilea)

1414-1418 Constanza

1431-1449 Basilea

1438-1445 Ferrara-Florencia-Roma

1512-1517 Lateranense V (Letrán).

1545-1563 Trento

1869-1870 Vaticano I

1962-1965 Vaticano II





TEMA 1. LA IGLESIA HASTA 313.



1.
La expansión apostólica.
2.
Las persecuciones.
3.
La primera organización eclesial.



El
primer gran período de la historia de la Iglesia ocupa desde el la Pascua hasta
el año el 313, fecha del Edicto de Tesalónica, edicto de tolerancia. Y lo que
caracteriza este período es que la relación entre los cristianos y los poderes
religiosos y políticos de la época, es decir, la religión judía primero y el
Imperio Romano después, es una relación de conflicto. La Iglesia pues ha
de crecer y consolidarse en un ambiente martirial.


1.
LA EXPANSIÓN APOSTÓLICA.



Comencemos estudiando la expansión de la Evangelización. La historia de la
Iglesia comienza por el año 30, un día de Pentecostés en Jerusalén. Doce hombres
anuncian a sus compatriotas una buena nueva. Jesús, el enviado de Dios, que
había sido crucificado como un malhechor, estaba vivo. Dios lo ha resucitado,
está vivo. Y es el Mesías, el salvador esperado durante muchas generaciones por
el pueblo de la Biblia. Dice Hechos 1, 15 que en el discurso de Pentecostés eran
"alrededor de 120" los que formaban parte de la primera comunidad cristiana en
Jerusalén, a los que se les unirían 3.000 más tras el discurso de Pedro. Desde
ese pequeño núcleo se fueron extendiendo hasta poseer una gran fuerza en todo el
Imperio Romano. El desarrollo fue siguiendo este itinerario: Palestina, Asia
Menor, Grecia, Italia, las llanuras del Danubio, Las Galias (Francia), España y
las Islas Británicas. Tenemos pocos datos de la época exacta del surgimiento de
las comunidades cristianas en África y Egipto. En general hay más tradiciones
orales y leyendas que datos históricos acerca de los primeros evangelizadores.

Recorramos algunos hitos importantes de este proceso:
1)
Hasta mediados del siglo II el desarrollo de la evangelización se debió a
la obra de los primeros apóstoles
y tuvo como ambiente geográfico
fundamental el mundo judío tanto en el territorio de Palestina como en la
diáspora judía. Tras Pentecostés recorrerían distintas regiones donde anunciando
el Evangelio de Jesús. La mayoría de ellos morirían en el martirio.
2)
La primera gran comunidad cristiana fue la de Jerusalén. En esta
primera etapa, la Iglesia es fundamentalmente formada por judíos, muchos de
ellos testigos oculares de la vida histórica de Jesús que hablan el arameo y
mantienen muchas de las costumbres y tradiciones judías como la visita al
templo, las normas alimenticias y la circuncisión. De hecho algunos los
consideran como una secta dentro del judaísmo, -la secta de los nazarenos,- así
como existían las sectas de los saduceos, fariseos o zelotas. Lo que los
caracterizará será el Bautismo en nombre de Jesús, la Eucaristía y la fidelidad
a la enseñanza de los apóstoles . Reconocían el primado de Pedro y Santiago. Su
gran problema fue la permanente persecución de parte del judaísmo ortodoxo. Poco
a poco el núcleo de Jerusalén se extingue tras la muerte de Santiago y el viaje
de Pedro a Jerusalén. Con la gran guerra romana contra los judíos del año 70,
los cristianos emigran a Pella al otro lado del Jordán donde constituyen una
comunidad floreciente.
3)
El segundo centro será la Transjordania, en Samaria. Los
helenistas eran también judíos pero de la diáspora y por ello de cultura griega,
helenista. Entre ellos y el grupo cultural "hebreo" de Jerusalén surgió una
cierta tirantez. Para atenderlos fueron elegidos siete varones, probablemente
diáconos. Esteban fue el más importante de ellos. Esteban con los helenistas
sostenía que el cristianismo debía separarse algo más del judaísmo estricto
practicado en Jerusalén. Cuando se atrevió a criticar las costumbres y ritos del
Templo, fue apedreado por blasfemo (Hech 7). Por ello los helenistas debieron
huir a Samaria tras las polémicas con los judaizantes y desde allí se hicieron
misioneros entre las comunidades judías.
4)
El tercer centro fue Siria, y especialmente Antioquía. Aquí se va
a dar un paso más: la evangelización de los paganos, es decir de aquellos que no
poseían una tradición y cultura judía. Ya Pedro en los Hechos ve posarse el
Espíritu sobre el centurión Cornelio y de ahí decide abrir a los paganos las
puertas de la evangelización. Pero esta primera presencia del cristianismo en el
mundo no judío no sería explicable sin el trabajo previo de Pablo y el grupo de
misioneros que le acompañaban y que abrieron la Iglesia a la cultura gentil. En
Siria donde el cristianismo establece un diálogo cultural y religioso con los no
judíos, con los paganos, o como decían los judíos, los gentiles. A partir del
año 50, fecha del Concilio de Jerusalén, Siria se convertirá en el centro
evangelizador principal y dentro de Siria, la ciudad de Antioquía que era la
tercera ciudad del Imperio. La causa será la emigración de muchos conversos
judíos del territorio palestino a Siria para escapar de la ortodoxia judaizante.
De hecho la relación entre la comunidad de Antioquía y Jerusalén fue conflictiva
a veces pues el origen del Concilio de Jerusalén fue la indignación existente en
Antioquía ante la venida de unos hermanos de Jerusalén que quieren imponer
normas mosaicas. Pedro, Juan y Santiago aprueban la posición de Pablo y Bernabé.
Siria fue el foco central y en ella, las ciudades de Damasco, y Antioquía. Según
la Carta a los Gálatas existían dos comunidades pues la evangelización fue
dirigida fundamentalmente a judíos, aunque se suman paganos (Hech 11,20). Eso va
a producir uno de los puntos de tensión: de hecho hay dos celebraciones
eucarísticas diferentes y la posición de Pedro al comienzo es pro-judía. Para el
año 42 ya era floreciente pues los Apóstoles piden a Bernabé y Pablo que la
organicen. En Antioquía reciben por primera vez el nombre de cristianos. Desde
Antioquía la fe se extendió a Macedonia, Grecia y más tarde Persia, Armenia,
Rumania, Rusia y Egipto.

Desde Siria, el cristianismo se extiende por Oriente con bastante rapidez. ¿Cómo
explicar esto? La razón más importante es sin duda que el cristianismo irrumpe
en medio de un ambiente de revitalización y renacimiento de lo religioso y
especialmente por la entrada de las grandes religiones de Oriente que establecen
un cierto diálogo con la filosofía de Platón. La gran pregunta de estas
religiones es la preocupación por la felicidad humana y lo ético. Esto de alguna
manera favoreció el desarrollo del cristianismo, aunque por otra parte planteó
el problema del sincretismo y la entrada de las herejías.

5)
La presencia del cristianismo en Roma. Entre los años 43-44, Pedro
llega a Roma. Ya antes existía una comunidad cristiana allí. Permanecerá en Roma
hasta la expulsión de los judíos por el Emperador Claudio en el 47. Cuando Nerón
permitió el regreso de los judíos en el año 56, Pedro habría regresado y
permanecería allí,-tal vez con algunas interrupciones hasta junio del 67 fecha
muy probable de su muerte. En este tiempo estuvo Pablo preso y nos consta de la
existencia de una comunidad cristiana en Roma desde la que el cristianismo se
extendió por diversas ciudades de Italia. Más tarde a España, las Galias y las
Islas Británicas. El Mediterráneo, el Mare Nostrum, era considerado el vehículo
por excelencia para las relaciones comerciales de la época.



2.
LAS PERSECUCIONES.


A)
Las causas.


Las
relaciones entre el Estado romano y los cristianos comenzaron siendo de mutua
indiferencia: ni el Estado tenía en cuenta aquel minúsculo grupo religioso, uno
entre tantos, ni el cristianismo se preocupaba por un Estado que vivía abocado a
una crisis política cada vez más acentuada. La situación sólo cambió cuando los
cristianos constituyeron un sector de la población notable.



a) Una primera causa del enfrentamiento nacía de la diferencia
religiosa
existente entre los cristianos y sus coetáneos. Se les
acusó de ateísmo por haber abandonado el culto a los dioses tradicionales
(lo que ponía en peligro el orden establecido) y a partir de ahí se les
negaba el status jurídico que se concedía a otras religiones. Unido a ello,
se les recriminaba su monoteísmo que chocaba con la idea del
politeísmo de la religión romana: las diversas divinidades nacionales
aseguraban el gobierno y protección de los pueblos sometidos. Todo ello
produjo un aislamiento social de los cristianos: ellos no participaban en
las grandes fiestas nacionales llenas de prácticas y cultos a los dioses
paganos, ni en las representaciones teatrales o espectáculos en el Circo.
Por otra parte las celebraciones cristianas eran privadas y celebradas en la
noche, lo que alimentaba la sospecha de actos misteriosos y sospechosos.





b) Otro asunto que atrajo la odiosidad hacia los cristianos fue su
desinterés por la vida política
. Aunque los cristianos respetaban la
autoridad del Emperador, considerando con Pablo que "toda autoridad proviene
de Dios" , y realizaban frecuentes oraciones por los gobernantes, se negaban
a prestar el servicio militar hasta fines del siglo II. Aducían razones
morales (era homicidio, violencia o brutalidad) y cúlticas (se oponían a la
jura de bandera y prácticas de sacrificios rituales).Todo ello producía que
se les considerase ciudadanos inútiles, desinteresados por los asuntos
públicos, gentes al margen de la ley y por tanto peligrosos.






c) Por último, la disidencia religiosa de los cristianos ponía en
peligro la supervivencia de un Estado en crisis
. Para la mentalidad
religiosa romana, la falta de fe provoca la venganza de los dioses que se
sienten ofendidos y se vengan enviando calamidades y desastres a los
ciudadanos como epidemias, desastres naturales o las incursiones de los
pueblos bárbaros desde las fronteras.


Todo
esto desató una polémica contra los cristianos. Al principio eran ataques de
tipo vulgar basados más en calumnias que en verdades: los cristianos adoraban a
un bandido condenado a cruz, eran antropófagos pues comían el cuerpo y la
sangres de un hombre y realizaban orgías nocturnas. A partir del siglo II el
ataque fue más dirigido por intelectuales como Celso, Porfirio y el propio
emperador Juliano que veían en el cristianismo una superstición contraria a toda
razón. Para ellos, las concepciones cristianas sobre el hombre y el mundo eran
banales al lado del pensamiento de los filósofos de la antigüedad. Sus teorías
sobre la encarnación, resurrección, el fin del mundo eran enemigas de la razón.
Como
respuesta a todas esas acusaciones, una serie de escritores cristianos conocidos
como los apologistas del siglo II se dedican a los paganos
tratando de presentar con claridad la doctrinas y prácticas de los cristianos.
Los más famosos fueron Justino, que era un intelectual que dirigía una escuela
de filosofía en Roma, el autor anónimo de la carta a Diogneto y, sobre todo, un
abogado de Cartago, Tertuliano que en su obra Apologética trata de
rebatir las acusaciones paganas. Todos los apologistas sostienen que las
acusaciones al cristianismo son injustas e indocumentadas y describen la moral,
costumbres y celebraciones de la Iglesia.

B)
El desarrollo de las persecuciones.



Todo
esto desataría un ambiente de enemistad a los cristianos y, en último caso, la
persecución política.
a)
Las primeras persecuciones fueron provenientes del judaísmo. Los
cristianos fueron acusados de herejía y blasfemia (Hech. 6,8-8,3; 26,11). El año
36 se desencadena la 1ª persecución judía contra cristianos (Hech 5, 18 y 35):
Martirio de Esteban. Huida de los helenistas y fundación de comunidad cristiana
en Samaria dirigida por Felipe. Se unirán también Transjordania. Los años 42-43
Herodes Agripa organiza la 2ª persecución judía contra cristianos, la que
produce la muerte de Santiago el Mayor. y la huida de Pedro de Jerusalén (Hech
12, 17). Más tarde, durante la segunda guerra romana contra los judíos (132-135)
los cristianos fueron de nuevo perseguidos por la ortodoxia judía porque no
apoyaban la rebelión.
b)
Pero las principales persecuciones provinieron del Imperio Romano. Hasta
el 202 las persecuciones eran aisladas y temporales
y tenían su base en
ataques espontáneos de parte de la población o, según sostiene Mommsem, como
resultado de la aplicación de los amplios poderes policiales que poseían los
magistrados, gobernantes y prefectos de las provincias.



El primer estallido violento contra los cristianos se debió al
Emperador Nerón
que para sofocar la irritación provocada por el
incendio de Roma el año 64 acusó a los cristianos como culpables y chivo
expiatorio, aprovechando la odiosidad existente hacia ellos. Es muy probable
que Pedro y Pablo hayan muerto en esta primera persecución.

Un segundo ataque se produjo bajo el Emperador Domiciano
(81-96) atestiguada por Apoc 1,9; 2,3,9,13. Según parece la causa era el
deseo del propio emperador de realizar una depuración de los disidentes
políticos obligando al culto imperial. En esa persecución es arrestado Juan
Evangelista y desterrado a Patmos.

Parecidas persecuciones esporádicas se dieron en la época de los emperadores
Antonino Pío (138-161),Cómodo y Marco Aurelio (161-180). Con ocasión de esta
última murieron los famosos mártires de Lyón, Santa Cecilia en Roma y hasta
una Legión entera del ejército romano formada por cristianos (La Legión
Fulmínea).

Pero en ambos casos los motivos jurídicos de las persecuciones eran
confusos: No era claro si el ser cristiano era ya un delito o sólo eran
punibles ciertos actos políticos o religiosos de los cristianos. La cuestión
parece haberse aclarado en la época del Emperador Trajano (98-117), cuando
hacia 112 un escrito dirigido al gobernador de Asia Menor, Plinio le dice
que se debe castigar a los cristianos si son denunciados, pero no
perseguirlos. Basándose en esta legislación, los jueces condenaron a muchos
cristianos en todo el territorio del Imperio especialmente en la época del
emperador Adriano (117-138). Aquí la persecución aumentó con motivo de la
guerra contra los judíos (132-135). En esta persecución moriría el Papa
Telesforo.


c)
Desde el 202 las persecuciones se hicieron más sangrientas y se
intensificaron basándose en leyes especialmente dictadas por la autoridad de los
Emperadores contra los cristianos. Las causas hay que buscarlas en las
crecientes crisis del Imperio durante todo este siglo a nivel económico, social,
financiero y militar. Un Estado que parecía resquebrajarse necesitaba adoptar
medidas eficaces para su consolidación y entre ellas, la unidad religiosa. En
esta nueva etapa, el cristianismo se había extendido por buena parte del
Imperio. Ahora se dará una persecución no sólo a personas sino a la institución
misma de la Iglesia.
El
proceso persecutorio era complejo. El magistrado local enviaba al cristiano al
prefecto de la provincia acompañado del elogio (la acusación). El
prefecto instruía un proceso a través de un interrogatorio. Si el acusado no
apostataba y se confesaba cristiano se le aplicaban penas como el destierro, la
condena a trabajos forzados, las torturas o la pena capital.




Septimio Severo
publica en el 202 un Edicto
anulando el Rescripto de Trajano y prohibiendo la conversión al
cristianismo. Iba dirigido muy especialmente contra catecúmenos y
catequistas.

En el 250 el emperador Decio ordena la obligación general de
ofrecer sacrificios a los dioses del Imperio y pedir un certificado de
haberlo hecho, bajo pena de muerte y la negativa provocó la primera gran
persecución contra los cristianos. Fueron muchos los mártires aunque también
abundaron los apóstatas que desertaron de la Iglesia. La misma política
siguió el emperador Valeriano (253-260) cuando prohibió las
reuniones y el culto en las catacumbas.

Pero sobre todo con Diocleciano (284-305) la represión contra
los cristianos se generalizó. Ante el peligro de las escisiones dentro del
territorio del Imperio, decidió dividirlo en 4 prefecturas, éstas en 14
diócesis y las diócesis en 100 provincias. Además para poder controlar las
incursiones de los bárbaros dividió el Imperio en dos partes: el Imperio
Romano de Occidente con Milán como capital y Maximiano como emperador y el
Imperio Romano de Oriente con capital en Nicomedia y al frente del cual
estaba él mismo. La persecución fue implantada desde 297 cuando se obliga a
los soldados a ofrecer sacrificios a los dioses. Desde febrero de 303 se
sucedieron los edictos condenatorios: la destrucción de los libros sagrados,
de los lugares de culto, pérdida de todo derecho jurídico. En 304 todos los
cristianos son obligados a ofrecer sacrificios. En ese momento el número de
los cristianos alcanzaba casi la mitad de la población del Imperio.



d)
El final de las persecuciones. En Oriente, Galerio firmó un Edicto
de tolerancia el 311 que no aplicó su sucesor. Licinio, nuevo emperador de
Oriente impuso la paz religiosa. En abril del 313 los dos emperadores Licinio y
Constantino acuerdan una política religiosa común con un edicto de tolerancia,
El edicto de Milán en el que no sólo se establece la libertad de
culto para todos los ciudadanos del Imperio de cualquier religión que fueran.
Para los cristianos esto supuso el fin de las persecuciones así como el
reconocimiento de las propiedades que se les habían confiscado.

¿Cuántos cristianos murieron como mártires?. No es fácil establecer la cifra
pues la veneración a los mártires se introduce en la Iglesia en el siglo IV
cuando comienzan a ser escritas Las Actas de los Mártires
(narraciones sobre personajes martirizados). Tenemos además los datos de
historiadores no cristianos como Tácito o Plinio. Pero también es verdad que
cuando vino la época de la tolerancia surgieron muchos relatos de martirio más
basados en leyenda que en datos históricos. Los historiadores oscilan hablando
de centenares de millones o de 10.000. Parece más verosímil la teoría de L.
Hertling quien habla de una cifra cercana a 100.000 mártires. A ellos habría que
añadir los encarcelados, deportados o torturados.


3.
LA PRIMERA ORGANIZACIÓN ECLESIAL.



Hablemos ahora de la vida del creyente común. ¿Cómo estaban organizadas la
primeras comunidades cristianas a partir de los datos que tenemos.
1)
Durante el siglo I existieron "iglesias" más que Iglesia. La
palabra "iglesia" comenzó designando la comunidad particular de un determinado
lugar. La conciencia de pertenecer a una Iglesia universal no se dio desde el
comienzo: hasta el 107 encontramos por primera vez el término de Iglesia "católica",
frase de Ignacio de Antioquía. Las comunidades son minoritarias, viven bastante
aisladas entre sí, generalmente ubicadas en medios urbanos y cada una lleva el
sello del apóstol que la había fundado. Y ese sello se notaba en la manera como
estaba organizada y hasta en la reflexión teológica que hacía. Por otra parte,
la mayoría de estas comunidades están prioritariamente formadas por judíos
(hebreos o helenistas) que consideraban que los últimos tiempos escatológicos
eran inminentes y por ello, más que meterse en la sociedad, había que esforzarse
por mantenerse firmes en la fe pese a las persecuciones. Por esa misma
expectación inminente las comunidades no poseían muchas normas institucionales o
jurídicas, si exceptuamos la práctica del Bautismo, la Eucaristía y la vida en
común. Eran comunidades más movidas por la fuerza de los diversos carismas que
por la reglamentación.

2)
Poco a poco el cristianismo se va separando del judaísmo. La
separación es obra de los helenistas que subrayan la crítica de Jesús al Templo
y la Ley y, con Pablo y Lucas a la cabeza, se convierten en misioneros
itinerantes desde que abandonan Jerusalén. Utilizarán la traducción griega de la
Biblia de los 70 (Septuaginta). Poco a poco van surgiendo como dos
centros que aglutinan a los cristianos que viven en el Imperio: Antioquía para
el Imperio de Oriente y Roma para Occidente. De hecho los concilios primeros
fueron reuniones de los Obispos de esa zona. Es este grupo quien comienza a
entender que la venida escatológica de Cristo no es inminente, sino que ha
comenzado el tiempo de la Iglesia.

3)
Las primitivas comunidades eran misioneras. El motor del trabajo
misional era la convicción de que la única salvación estaba en Cristo y el fin
del mundo era inminente (Mt 10,23). La expulsión de los helenistas de Jerusalén
aceleró el trabajo misionero. Para fines del siglo I existían comunidades
cristianas en Palestina, Siria, Chipre, en toda el Asia Menor, en Grecia y Roma.
Para fines del siglo II la expansión había llegado a ciertas zonas de Siria
Oriental, Mesopotamia, Egipto, Italia norte, Francia, Alemania, España y el
norte de África. En general, el cristianismo se extendía siguiendo la figura
patriarcal de la familia judía: cuando un hombre se convertía, "creía en el
Señor toda su casa" (Hech 18,8). Entre los gentiles, el problema era más
complejo: a veces sólo se ganaba a las mujeres o criados. Los conversos
provenían de todos los estratos sociales: aunque predominaban las clases urbanas
media y baja, cada vez aumentaba la presencia de quienes ocupaban cargos medios
o superiores en la política y la administración, así como pensadores e
intelectuales. Factores que favorecieron la extensión del Evangelio fueron la
amplia red de comunicaciones del Imperio, así como la unidad helenística en
pensamiento ,religión y lengua, pues el griego era la lengua de las ciudades
hasta que en el siglo II fue suplantado por el latín en el Imperio de Occidente.

4)
La persecución planteó el problema de la penitencia. El vivir en
un mundo que los odiaba preparaba a los cristianos a una vida testimonial
ejemplar. Pero el caso de la frecuente apostasía en la persecución de Decio
planteó el problema de la penitencia, es decir, si podían ser perdonados y
reintegrados a la comunidad. Cipriano (258), Obispo de Cartago sostenía que sólo
podían regresar si pasaban por un largo período penitencial dirigido por el
propio Obispo, mientras que el presbítero romano Novaciano mantenía que sólo los
que se habían mantenido firmes, (los puros "katharoi") eran hijos de la Iglesia.
La polémica se extendió en el norte de África cuando el Obispo Donato sostuvo en
el 307 que era inválida la consagración del Obispo de Cartago por provenir de
Obispos que no se había mantenido fiel en la persecución. Al fin la Iglesia optó
por alejarse de novacianistas y donatistas y sostener que en ella existía la
capacidad de perdonar.
5)
El crecimiento de las comunidades obligó a estructurar los ministerios
.
En principio, todas las comunidades aceptaban la autoridad de los Doce. Además,
en las comunidades palestinenses se impuso un gobierno colegial siguiendo el
modelo judío: el consejo de los ancianos ("los presbíteros"). En las
comunidades fundadas por Pablo, los modelos de ministerio fueron menos
unitarios, más diversos: se habla de "aquellos que se esfuerzan", los "colaboradores"
(1 Cor 16,16), "los que presiden" (Rom 12,8), aunque también se distingue
entre "apóstoles, profetas y doctores" ((1 Cor 12,28); los Obispos y
diáconos sólo eran inspectores (Filip 1,1). En todo caso, se trataba de
servicios ("diakonía"). La autoridad suprema en comunidades judías o
paulinas era colegial: los presbíteros en Palestina, los Obispos en las
comunidades de Pablo. Sólo a partir del siglo II se impuso la autoridad de los
Obispos y se fue pasando del colegio de los Obispos, al único Obispo de un
territorio. Hasta el siglo III desarrollan una triple tarea: reunir el primer
día de la semana a la comunidad para celebrar la Eucaristía, preparar durante la
Cuaresma a los catecúmenos que recibirían el Bautismo en la noche de la vigilia
Pascual y organizar las escuelas catequéticas, lo que hicieron tomando el modelo
de las escuelas filosóficas del helenismo. Eran dirigidas a la formación de
líderes de la comunidad y a la vez fueron los primeros centros de reflexión
teológica. La más famosa la de Alejandría donde explicaron Clemente y Orígenes.
Los
Obispos a su vez se rodean de los presbíteros y los diáconos. Los primeros les
ayudan en la tarea de la evangelización directa y la catequesis. Los segundos en
la organización social y económica de la comunidad, en la pastoral social. De
entre todos los Obispos de una provincia, la autoridad correspondía al de la
ciudad, el Obispo metropolitano que preside las reuniones de todos ellos
en los Sínodos. Pero como el rango de las ciudades era diverso, se
consideró que los obispos de las más importantes tendrían el rango de
Patriarcas: Alejandría, Antioquía, Roma, Constantinopla y Jerusalén.


6)
El Primado de la Iglesia y Obispo de Roma sobre el resto de la Iglesia
surge en el siglo III basándose dos afirmaciones : el primer Obispo de Roma era
Pedro y Jesús le había confiado la autoridad a él (Mt 16,18 .Jn 21,15). En
realidad ambas afirmaciones surgieron "a posteriori" y no son contundentes: ni
es probado que Pedro haya realizado un papel jerárquico en Roma ni el texto de
Mateo no es del propio Jesús. La idea de un Obispo único es muy posterior a la
fecha del martirio de Pedro. En realidad, sólo hasta el 254 Esteban I, Obispo de
Roma intenta imponer su opinión sobre el tema del bautismo de los herejes
presentándose como sucesor de Pedro aduciendo el texto de Mat 16,18. Más tarde
el Papa Dámaso I (366-384) incrementaría la importancia del rango de su sede
episcopal. Frente a esto, para las iglesias de Oriente, Roma seguía siendo un
Patriarcado más al que se apelaba en casos conflictivos, buscando un mediador.
Sólo en el siglo V con las primeras invasiones y la ausencia de un Emperador en
Occidente, el Obispo de Roma León I asumió papeles a la vez políticos y
religiosos y consolidó la imagen de Papa que Oriente no reconoció.
7)
Bautismo, Eucaristía y Penitencia fueron las primeras expresiones
de la naciente liturgia. Al comienzo los templos de los cristianos eran las
casas familiares (Hech 20,7) cuya sala de baño servía para los bautismos. A
partir del siglo II algunos cristianos regalan sus casas a la comunidad y desde
el III se construyen iglesias. El candidato al bautismo era presentado por
cristianos garantes, y tras una larga preparación catequética, previos días de
ayuno recibían el bautismo la noche de Pascua.

Desde fines del siglo II en Oriente y Occidente se celebraba la Pascua en el
domingo siguiente a la Pascua judía. El domingo ("el día del sol") se
celebraba la Cena del Señor que se inicia con la lectura de textos bíblicos y un
breve comentario de parte del Obispo que preside. Era frecuente que antes de la
Plegaria eucarística los cristianos confesaran públicamente sus pecados normales
pues sólo hasta el siglo III se concede el perdón una sola vez para errores como
la apostasía, asesinato o adulterio.
A lo
largo del día, los cristianos oran: al amanecer rezan mirando a Oriente de donde
viene "la luz verdadera", al mediodía, a las tres y al atardecer cuando
se bendice la lámpara. Oran puestos en pie, con los brazos levantados y las
palmas abiertas.

Como
sus contemporáneos, los cristianos veneran a los muertos, especialmente a los
mártires sobre cuya sepultura se celebra el aniversario. Por ello desde el siglo
III los cristianos poseen cementerios propios que en Roma eran las catacumbas.




TEMA 2. LA IGLESIA
EN EL IMPERIO ROMANO-CRISTIANO


1.
La Tolerancia de Constantino.
2.
La formación del Credo.
3.
El nacimiento de la vida religiosa.
En
el presente tema nos acercamos a una nueva etapa en la historia de la Iglesia.
Lo que define este nuevo período es la nueva relación entre los cristianos y el
Estado, es decir entre la Iglesia y el Imperio Romano. Cronológicamente nos
referimos al siglo IV. Hasta esta fecha la relación había sido conflictiva.
Desde el 313 se produce una transformación decisiva: los Emperadores se muestran
tolerantes e incluso, finalmente, el cristianismo pasa a ser la religión oficial
del Imperio. ¿Cómo explicar este cambio de postura de parte del Estado hacia la
Iglesia? ¿Qué hizo posible esta situación tan novedosa? ¿Qué consecuencias
supuso esto para la vida de la Iglesia? ¿Cómo reaccionaron los cristianos ante
este hecho?. Este tema trata de responder estas y otras cuestiones semejantes.



1.
LA TOLERANCIA DE CONSTANTINO.


A
partir del año 313, la política de los emperadores romanos hacia los cristianos
da un giro total: el cristianismo pasa primeramente de ser perseguido a ser
tolerado y finalmente se convierte en la religión oficial del Imperio Romano.
Para
poder comprender este desconcertante cambio político es necesario ubicarse en el
marco general de la crisis que vive el Imperio Romano en el siglo IV.
Diocleciano, al tomar el poder se encuentra con una situación de gran crisis
económica del Estado y de incapacidad de poder controlar un territorio tan
extenso. Por eso optó en el 285 por dividir el inmenso territorio en cuatro
partes; "divide y vencerás". Así lograría un mayor control sobre los impuestos a
la ciudadanía y una mayor seguridad política. El poder se repartiría entre
cuatro emperadores: dos en Oriente (el propio Diocleciano y Galerio) y dos en
Occidente) Maximiano y Constancio Cloro. A esa nueva organización política la
han denominado los historiadores "la tetrarquía" (de "tetra", que en griego
significa cuatro). Incluso en algún momento en vez de cuatro llegaron a existir
hasta siete emperadores a la vez. Pero el sistema tetrarcal creó un nuevo
conflicto: las disputas territoriales entre los mismos emperadores.
Uno
de ellos era Constantino, nació en la antigua Yugoslavia e hijo de Constancio
Cloro, un emperador relativamente tolerante hacia los cristianos, y de su madre
Elena que era cristiana. Constantino había logrado imponerse poco a poco sobre
el resto de los Emperadores, menos Licinio en Oriente. El año 312 se enfrentó en
el Puente Milvio, cerca del Tíber (Italia) con Majencio, uno de sus competidores
en Occidente. Los escritores cristianos de la época como Eusebio y Lactancio
explicarían esa victoria como una intervención milagrosa de Dios a favor de
Constantino: según la leyenda, Constantino habría visto en el cielo una cruz
luminosa mientras escuchaba unas misteriosas palabras "Con este signo vencerás".
Convertido al cristianismo, hizo inscribir en las banderas imperiales este signo
y así alcanzó la victoria.
Los
historiadores actuales dan poco crédito a esa leyenda. Más bien se inclinan a
pensar que el influjo de los cristianos había crecido hasta tal punto, incluso
entre la familia imperial, que la única manera de mantener compacto un Imperio
en crisis era darle un substrato cultural y religioso que lo mantuviera unido
ante la crisis. El cristianismo parecía ser el mejor elemento de unión. En todo
caso después de la batalla de Puente Milvio (312) Constantino apoyó a los
cristianos aunque él permaneció como catecúmeno hasta dos meses antes de su
muerte que se bautizó.
Con
ello, las persecuciones contra los cristianos cesaron en el Imperio Romano de
Occidente. En el de Oriente, el Emperador Licinio decretó también la paz
religiosa. El año 313 ambos emperadores, Constantino y Licinio se pusieron de
acuerdo para una política común con respecto al cristianismo: ello nos consta
por una carta de ambos emperadores escrita desde Milán al Gobernador de Bitinia
el año 313 y a la que se suele normalmente denominar El Edicto de Milán,
el cual unido a medidas posteriores establecía:
1.
La libertad religiosa en el Imperio.
2.
La devolución a los cristianos de los lugares de culto.
3.
El permiso para las reuniones públicas de los cristianos.
4.
El reconocimiento de la Iglesia como sujeto capaz de recibir donaciones y
legados en propiedad.







EDICTO DE MILÁN 313



Yo, Constantino
Augusto, así como yo, Licinio Augusto, reunidos felizmente en Milán para
discutir de todos los problemas relativos a la seguridad y al bien público,
hemos juzgado que debíamos ante todo regular, entre otras, disposiciones
destinadas a asegurar, según nuestro juicio y el bien de la mayoría, como
aquellas en las que reposa el respeto a la divinidad, o sea, dar a los
cristianos como a todos, la libertad y la posibilidad de seguir la religión
que han elegido, para que todo cuanto hay de divino en la celestial morada
pueda ser benévolo y propicio a nosotros mismos y a todos cuantos se hallan
bajo nuestra autoridad. Por eso hemos creído, con un designio saludable y
recto, que había que tomar la decisión de no rehusar esta posibilidad a
nadie, de que se adhiera con toda su alma a la religión de los cristianos o
a la que crea más conveniente para él, a fin de que la divinidad suprema, a
la que rendimos un homenaje espontáneo, pueda atestiguarnos en todo su favor
y su benevolencia acostumbrada. Así pues, conviene que sepas que hemos
decidido, suprimiendo por completo las restricciones contenidas en los
escritos enviados anteriormente a sus oficinas sobre los cristianos, que
quedan abolidas esas decisiones que nos parecen totalmente contrarias y
extrañas a nuestra mansedumbre, y permitir, en adelante a todos los que esté
determinados a observar la religión de los cristianos, sin verse inquietos
ni molestados"...



(Lactancio, De morte persecutorum, 48)
.



Los
sucesores del Emperador Constantino aumentaron aún más esa política en favor de
los cristianos prohibiendo los sacrificios propios de las religiones paganas,
cerrando los templos de otras religiones y quitando su apoyo y protección a los
sacerdotes de las religiones tradicionales del Imperio. Pero en realidad el
cristianismo creció más en Oriente pues Constantino decidió desde 330 instalar
la capital del Imperio en la ciudad de Bizancio, en el Bósforo que desde
entonces comenzó a llamarse Constantinopla (la ciudad de Constantino), hoy
Estambul, capital de Turquía. Con ello, la presencia de la cultura griega tuvo
más influencia en el desarrollo del cristianismo.
Un
nuevo paso adelante en la línea de la apertura del Imperio hacia la Iglesia fue
el Edicto de Tesalónica promulgado para el Imperio Romano de Oriente por
el Emperador Teodosio. Aquí no sólo se permite el cristianismo sino que se le
declara como la religión oficial del Imperio. Esto quería decir que todos los
súbditos del Emperador de Oriente quedaban obligados a bautizarse y formar parte
de la Iglesia cristiana. De la tolerancia se pasó a la oficialización de la
religión cristiana. A partir del año 394 esta decisión se extiende también al
Imperio Romano de Occidente. Teodosio, más que Constantino, fue el mayor
protector los cristianos.
La
protección del Emperador se traducirá en:



a) La concesión del Emperador a la Iglesia de edificios que antes
pertenecían a la Iglesia tradicional de Roma y a los que frecuentemente se
llamaban basílicas. Así por ejemplo el Emperador hará construir hermosos
lugares de culto como la Basílica de San Pedro del Vaticano, la del Santo
Sepulcro, la de Belén y todas las iglesias de Constantinopla.

b) El Emperador se preocupará por apoyar, defender y aumentar el patrimonio
de los bienes de la Iglesia.

c) El Emperador concederá determinados privilegios al clero: exoneración de
impuestos, inmunidad ante tribunales civiles...

d) La Iglesia podrá ejercer el poder judicial: tendrá sus propios
tribunales, dará sentencias e incluso en materias civiles.

e) Los Obispos se convertirán en sus diócesis en representantes del poder
del Emperador: son vicarios de Dios y del Emperador.

f) Los Emperadores se preocuparán por mantener la ortodoxia de todo el
Imperio, la fidelidad a la fe recibida de los Apóstoles y por ello,
convocarán Concilios.





g) Paulatinamente los Emperadores lucharán porque desaparezcan los cultos
religiosos tradicionales, lo que resultará más difícil en Occidente, en las
zonas rurales (paganas: habitante del campo) y en los ambientes
senatoriales e intelectuales de la sociedad romana. Constantino prohíbe
prácticas paganas como la magia, los sacrificios, hace cerrar los templos.
Teodosio suprime la celebración de las fiestas paganas.









EDICTO DE TESALÓNICA, año 380



Queremos que
todos los pueblos situados bajo la dulce autoridad de nuestra clemencia
vivan en la fe que el santo apóstol Pedro transmitió a los romanos, que se
ha predicado hasta hoy como la predicó él mismo y que siguen como todos
saben el pontífice Dámaso y el Obispo Pedro de Alejandría...Decretamos que
sólo tendrán derecho de decirse cristianos católicos los que se sometan a
esta ley y que todos los demás son locos e insensatos sobre los que pesará
la vergüenza de la herejía. Tendrán que aguardar ser objeto en primer lugar
de la venganza divina, para ser luego castigados por nosotros, según la
decisión que nos ha inspirado el cielo"

Del Emperador
Teodosio
.



2.
LA FORMACION DEL CREDO.


En
el proceso de la formación del credo de la Iglesia, primero fue la experiencia,
el compromiso y después la reflexión teológica y la formulación definitiva de
los artículos de la fe. En este proceso de reflexión, la Iglesia tenía que
establecer un diálogo con las dos grandes corrientes más importantes de la
época: la filosofía platónica y las religiones orientales.
An
te tanta diversidad de teorías e ideologías culturales, la Iglesia se veía
obligada a establecer lo que verdaderamente era la fe ("ortodoxia") frente a las
teorías que se separaban de la fe cristiana ("heterodoxia"). Formular las
primeras era una larga labor realizada a través de la reflexión de los teólogos
y las formulaciones de los Concilios. Excluir las segundas resultaba una tarea
dolorosa pues suponía dialogar con quienes las sostenían y, si no cambiaban de
parecer, terminar declarando heréticas tales proposiciones y anatemas a quienes
las sostenían. El objetivo de la Iglesia no fue condenar ni ahogar la reflexión
de los teólogos sino mantener viva la enseñanza de los primeros apóstoles. El
Credo que proclamamos en la Eucaristía los domingos es sustancialmente el
resultado final de todo ese largo proceso que ocupó varios siglos de pensamiento
y debates en la historia de la Iglesia.

Hasta el 150 el influjo directo de los Apóstoles y otros cristianos que habían
conocido personalmente a Jesús impedía la heterodoxia. También el que las
comunidades cristianas estaban bastante aisladas entre sí. Pero después del 313
se extendían rápidamente por el Imperio. A partir de entonces se plantea la
necesidad de fijar el canon y la doctrina. Ya en el Nuevo Testamento existen
algunas profesiones de fe, como en 1 Cor 8,6 o en los himnos cristológicos de
las cartas de Filipenses y Colosenses. Muy probablemente Pablo ahí transcribe
fórmulas semi-oficiales de la fe que circulaban entre los primeros cristianos y
que eran expresadas en el momento del bautismo. Pero no debemos olvidar que sólo
a finales del siglo II se fijará definitivamente el canon de la Escritura: es
decir, la lista oficial de los libros de la Biblia que la Iglesia
consideraba como revelados.

2.1.
Dios Uno y trinitario.




El primer tema
de debate consistió
en lograr una formulación teórica adecuada para poder explicar cómo Dios era a
la vez Uno y Trino. ¿Cómo hacer combinar la afirmación central del cristianismo
de la Trinidad con el monogenismo?. Pensemos que el tema era especialmente
importante en el ambiente cultural del Imperio Romano ya que la religión romana
tradicional sostenía la existencia de muchos dioses emparentadas entre sí y
entre los cuales Júpiter tenía una cierta primacía. ¿Era lo mismo con las
relaciones que se establecen en la Trinidad entre el Padre, el Hijo y el
Espíritu?
La
primera crisis ante este problema surge en la ciudad de Alejandría con el
Arrianismo
. Arrio, un sacerdote austero y bien considerado en la
comunidad de Alejandría, quiso salvaguardar la idea del monoteísmo: el Dios
único, que no tenía comienzo. Por ello sostenía que Dios Padre había engendrado
al Hijo. Por tanto el Hijo no era eterno ya que había tenido un comienzo. Y por
eso, el Hijo, según Arrio, no tiene la misma naturaleza que el Padre, pues está
subordinado a El, por tanto no es plenamente Dios. El Hijo era creado por el
Padre y por tanto, dependiente de El, instrumento suyo en el mundo. Arrio aducía
textos bíblicos como Prov 8,22 y Jn 14,28. Para Arrio, la salvación que Jesús
trae al hombre consiste en invitarle a seguir su camino para ser un día
glorificado con El.
En
todo este problema hay que ver el influjo del platonismo en el cristianismo:
Platón sostenía que la realidad visible a los sentidos sólo es una imagen, una
sobra de la verdadera realidad ubicada en un mundo superior, el mundo de las
ideas y por eso el mundo de la realidad (la historia, el cuerpo, la materia)
siempre es de segunda categoría. Desde esa filosofía,-la predominante en Oriente
entonces,- resultaba difícil entender cómo alguien que asumió un cuerpo, la
materia podía pertenecer al mundo eterno.

Frente a eso, el Obispo Alejandro, Obispo de Alejandría afirmaba que el Hijo
existía desde la eternidad y es igual al Padre, como afirma el prólogo del
Evangelio de Juan. Si el Verbo no era plenamente Dios,-como pensaba Arrio,-
entonces el hombre no había sido salvado, ya que no ha sido Dios el que se ha
encarnado en un hombre.
Al
fin Arrio y sus partidarios fueron excomulgado el año 318, lo que produjo una
revuelta en Alejandría. Ante el problema suscitado el propio emperador
Constantino intervino y decidió convocar a los Obispos. Primero convocó
solamente a los obispos de Egipto, donde se había suscitado la polémica, en la
ciudad de Alejandría el 321. Después decidió convocar un Concilio general en la
ciudad de Nicea de Bitinia, cerca del paso del Bósforo.

El
Concilio de Nicea
se reunió el año 325. Era el
primer concilio al que podemos llamar ecuménico (=universal), es decir con la
participación de la mayoría de los obispos de la cristiandad. Hasta entonces
sólo se habían dado Sínodos, es decir, reuniones de los Obispos de una región
geográfica. Asistieron 300 Obispos, la mayoría de Oriente, de cultura griega,
más preocupados por las cuestiones teológico-doctrinales que los de Occidente.
La mayoría de los Obispos mantuvo la condena a Arrio. Y propusieron una
formulación oficial para el credo de la Iglesia. El propio Emperador intervino
en la discusión y al fin se impuso el término "homousios" (omos= igual, ousios=sustancia),
es decir la afirmación de que el Hijo era de la misma naturaleza que el Padre,
de la misma sustancia que el Padre. Es decir el Hijo conserva la perfecta
igualdad con el Padre. Esta fórmula es la que aún mantenemos en la formulación
del Credo actual, cuando decimos que el Hijo es consustancial al Padre.
Los Obispos que se opusieron a esta fórmula fueron condenados al destierro.
En
Nicea también se trató acerca de:



* la libertad de los clérigos de contraer matrimonio.


* la
fecha de la celebración de la Pascua.
* la
relación con los herejes.

Pero
el acuerdo de Nicea pronto entró en crisis. Unos sostenían que el término "Homousios"
al no aparecer en la Escritura no era revelado y por tanto no podía constituir
una fórmula de fe. Excepto Atanasio, Obispo de Alejandría, los Obispos
orientales rechazaron la fórmula de Nicea, mientras que los occidentales
aceptaron lo acordado. El mismo Constantino cambió de parecer al ver la
discrepancia que Nicea había producido y temiendo la división de su Imperio y
logró desterrar al Obispo Atanasio. El Emperador Constancio, sucesor de
Constantino desde 351, optó por el Arrianismo y desterró a los Obispos de
Occidente. Hacia el 359 surge una nueva posición para solucionar la división,
según la cual el Hijo es semejante (omoios) al Padre.

Para
salir de la crisis, el Emperador Teodosio convoca la celebración de un nuevo
Concilio: el Concilio de Constantinopla. Este Concilio, celebrado
el 381, sólo contó con la asistencia de los Obispos de Oriente. En él se va a
abordar también la naturaleza del Espíritu Santo. Desde hacía años se había
planteado también la cuestión acerca de la divinidad del Espíritu Santo. Los
arrianos la negaban, mientras que un grupo de los Santos Padres, con Basilio y
Gregorio de Nacianzo la afirmaban. El Concilio de Constantinopla quiso zanjar el
tema de la divinidad del Hijo y del Espíritu. Por ello recogió el credo de Nicea,
añadiéndole una afirmación sobre el Espíritu Santo: éste procede del Padre,
reina con El y con el Padre y el Hijo debe ser honrado. La fórmula es la quedará
hasta el siglo VIII en el que la Iglesia Occidental añadirá la idea de que el
Espíritu procede del Padre y del Hijo ("Filioque"), lo que será
una de las causas de la división entre los cristianos de Oriente y Occidente.
Así
concluía la disputa acerca de la naturaleza del Dios trinitario. El Arrianismo
fue condenado y prácticamente quedó reducido a los cristianos de los países
germánicos evangelizados por Wulfila que había sido consagrado obispo por uno de
los jefes del arrianismo, Eusebio de Nicomedia.


2.2.
¿Cómo Jesucristo es a la vez hombre y Dios?.


Una
vez solventado el problema de la igualdad entre el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo, el segundo gran tema a debate para la elaboración del Credo de la Iglesia
fue el de la naturaleza de Jesucristo. La afirmación de Nicea y Constantinopla
sostenía claramente que Jesús era Dios. Pero, ¿cómo entender la divinidad de
Jesús? ¿Es que Dios puede pasar hambre, sufrir y morir? ¿Cómo entender la
encarnación del Hijo de Dios? ¿Cómo unir el Jesús histórico con el Cristo de la
fe?
Las
opiniones sobre el problema eran diversas:
*
La opinión oficial de la Iglesia
mantenía la unidad entre lo humano y
lo divino de Jesucristo. Pero había diversas maneras de explicarla. Para los
teólogos de la Escuela de Alejandría se sostenía que Cristo era el Verbo (Dios)
que asumió una carne. Los pensadores de Antioquía ponían más bien el acento en
los dos aspectos del ser de Cristo: en él existían dos naturalezas, phisis
(la humana y la divina) que se unían.



























* Apolinar, Obispo de Laodicea (Siria) sostenía que en Jesús
hay cuerpo y espíritu. Esa era un poco la antropología filosófica de la
época. El cuerpo de Jesús era humano, pero el alma de Jesús era divina:
Jesús carecía de alma humana. Precisamente por ello, Jesús no pudo conocer
el pecado porque éste ocurre en la voluntad que está en el alma. Apolinar y
los apolinaristas fueron condenados por la Iglesia por negar la divinidad
plena de Jesús: si sólo el alma de Jesús es divina, entonces la voluntad del
hombre no ha sido salvada.


* Nestorio de Constantinopla denunció la piedad popular que
atribuía a María el título de Theotokos(Madre de Dios) y
sostenía que en Jesús se daban dos naturalezas (fisis), la humana y la
divina, pero la verdaderamente importante era la divina. Por ello, Nestorio
afirmaba que María sólo era Madre de Jesús en su naturaleza humana, pero no
era Madre de Jesús como Hijo de Dios.

* Frente a Nestorio, Cirilo de Alejandría quiere defender la
unidad de Cristo y la creencia común de los cristianos. Para ello acude a
buscar el apoyo de Celestino, el Obispo de Roma que en 430 condena a
Nestorio.


La
oposición entre los partidarios de Nestorio y Cirilo llevó al Emperador Teodosio
II a convocar un nuevo concilio, al que invitó al propio Obispo de Roma y al
mismo San Agustín, Obispo de Hipona, que moriría en las vísperas.. El concilio
se celebró en Efeso el año 431. Los Obispos egipcios apoyaban
decididamente a su compatriota de Alejandría. Allá se produjo un enfrentamiento
entre Cirilo y Nestorio. Nestorio fue condenado y Cirilo fue depuesto como
Obispo, como un nuevo Judas. Se afirmó que María era madre de Dios (Teotokós).
Fue entonces cuando se acuñó la fórmula de que "El Verbo se hizo hombre" .Pero
muchos obispos no estuvieron de acuerdo con los resultados del Concilio de Efeso,
unos por ser partidarios de Nestorio y otros porque se oponían al modo
impositivo con que actuó Cirilo que incluso abrió el Concilio sin esperar la
llegada de todos los invitados. Aunque la disputa parecía calmada después del
Concilio de Efeso, el tema volvió a plantearse con motivo de la disputa entre
Tatarata, un Obispo de Siria y Eutiques, un anciano monje de Constantinopla que
sostenía que la naturaleza divina de Cristo había la humana por lo que el cuerpo
de Cristo no es de la misma sustancia que el de los hombres. Eutiques había sido
condenado por un Sínodo celebrado en Constantinopla, pero apeló al Obispo de
Roma, León y al de Alejandría, Dióscoro.





EL CONCILIO DE EFESO




El Emperador
hizo publicar enseguida un Edicto para reunir un Concilio en Efeso. Llegó
Nestorio, seguido de una multitud prodigiosa de pueblo, poco después de la
fiesta de la Pascua. Cirilo, Obispo de Alejandría no llegó hasta la fiesta
de Pentecostés. Como Juan, Obispo de Antioquía, retrasaba su viaje, los
demás Obispos empezaron a ventilar la cuestión.



Cirilo abrió la
discusión en hizo como una escaramuza de palabras, antes del combate a fin
de desconcertar a Nestorio, al que apreciaba poco. Como algunos confesaban
que Jesucristo es Dios, Nestorio dijo: "Yo no podría llamar Dios al que un
niño de dos o tres meses; por eso, soy inocente de vuestra sangre y en
adelante no estaré con vosotros". Se reunió después con los Obispos que
seguían su parecer, mientras que los que se quedaron en el Concilio con
Cirilo llamaron a Nestorio. Pero él dilató su comparecencia hasta que
llegara Juan, Obispo de Antioquía.



Después de que
Cirilo y los demás examinaron los sermones de Nestorio y juzgaron que
contenían impiedades y blasfemias, lo depusieron. Por su parte, los Obispos
del partido de Nestorio se reunieron a parte y depusieron a Cirilo y a
Memnón, Obispo de Efeso. Cuando llegó Juan, Obispo de Antioquía, acusó a
Cirilo de haber motivado aquel desorden. Pero Cirilo depuso a Juan.



Cuando vio
Nestorio que la disputa había llegado a producir un cisma, sintió lo
ocurrido y dijo: "Si se quiere, que llamen a María Madre de Dios y que
cese". Pero a pesar de haber cambiado de opinión, nadie quiso recibirlo y
fue expulsado a Oasis donde sigue todavía. La deposición de Nestorio causó
desórdenes y confusiones en la Iglesia de Constantinopla donde el pueblo
andaba divido, pero los eclesiásticos pronunciaron el anatema contra él"...



Sócrates,
Historia eclesiástica
, VII, 34.



Por
ello el Emperador Marciano convocó un nuevo concilio que se celebraría en
Calcedonia
, cerca de Constantinopla y presidido por el delegado del
Obispo de Roma, León. El punto de polémica nuevamente era la naturaleza de
Cristo. Los seguidores de Cirilo en Egipto y Siria seguían sosteniendo la
existencia de una sola naturaleza, es decir el monofisismo
(monos=uno, fisis=naturaleza), mientras que la corriente nestoriana, más
extendida en la actual Persia, mantenía la existencia de dos naturalezas pero no
unidas entre sí por el predominio de la naturaleza divina de Jesucristo. El
Concilio se reunió el 451 y por primera vez era presidido por el representante
del Obispo de Roma. Las posición oficial de Roma era que Cristo tiene un cuerpo
verdadero, de la misma naturaleza que el de su madre y aunque está compuesto de
dos naturalezas, ambas se unen en una sola persona. En adelante ésta será la
base de la Cristología, aunque sin impedir que se busquen formulaciones
complementarias y renovadas.





DEFINICIÓN DOGMÁTICA DE CALCEDONIA 451




..."El sabio y
saludable símbolo de Nicea-Constantinopla bastaba por la gracia de Dios para
dar a conocer y afianzar la verdadera fe. Pero, queriendo cerrar la puerta a
todas las maquinaciones contra la verdad, el santo y grande concilio
ecuménico aquí presente, enseñando la doctrina inquebrantable predicada
desde el comienzo, ha decidido ante todo que la fe de los 318 padres de
Nicea tiene que quedar fuera de toda discusión. Y confirma también la
enseñanza dada más tarde sobre la esencia del Espíritu por los 150 Padres
reunidos en la ciudad imperial (Constantinopla) el 381, los cuales exponían
con claridad su pensamiento sobre el Espíritu Santo, por el testimonio de la
Escritura, contra los que intentaban rechazar su señorío...



Así pues,
siguiendo a los santos padres, todos nosotros enseñamos a una sola voz un
solo y mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en humanidad,
el mismo Dios verdaderamente y hombre verdaderamente, hecho de un alma
racional y de un cuerpo, consustancial con el Padre según la divinidad,
consustancial con nosotros según la humanidad, semejante a nosotros en todo
excepto en el pecado, engendrado del Padre antes de los siglos en cuanto a
su divinidad, pero engendrado en los últimos tiempos, por nosotros y nuestra
salvación, de María, la Theotokos, en cuanto a su humanidad, un solo
y el mismo Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, al que reconocemos que es dos
naturalezas, sin confusión ni cambio, sin división ni separación; la
diferencia de naturalezas no queda, ni mucho menos, suprimida por la unión,
sino que, por el contrario, las propiedades de cada una de las dos
naturalezas quedan a salvo y se encuentran en una sola persona o
hipóstasis"...



Pese
a que Calcedonia es la formulación más evolucionada del dogma cristológico, las
disputas continuaron. Quienes se oponían a la formulación de Calcedonia, se
separaron de la Iglesia oficial: unos, siguiendo a Cirilo, mantenían la idea de
una sola naturaleza en Cristo (los monofisitas), sobre todo en Egipto,
Siria, Etiopía y Armenia; mientras que las Iglesias nestorianas, especialmente
en Persia, sostenían la dualidad de del hombre y Dios en Jesucristo. El gobierno
imperial de Constantinopla se encargó de imponer en sus territorios la doctrina
de Calcedonia a través de los Concilios Constantinopolitano II y III.


3.
EL NACIMIENTO DE LA VIDA RELIGIOSA.




Antes de los edictos de tolerancia:


1.
Ya en las comunidades del Nuevo Testamento existía un gran respeto hacia las
personas que elegían vivir la virginidad por el Reino de los cielos.
Esta
opción se basaba en el ejemplo y la enseñanza del propio Jesús (Mt 19,22.30) y
de Pablo (1 Cor, 7) Los grupos de viudas de 1 Tim 5, las cuatro hijas de Felipe,
las vírgenes que profetizaban ( Hech 21,8-9) son los primeros indicios de una
vida consagrada.
2.
En los siglos II y III tenemos numerosos testimonios de hombres y mujeres que
eligen el camino de la vida ascética y en castidad. El objetivo es dejarlo todo
por el Reino de los cielos, aunque a eso se unen razones ambientales: oponerse a
la inmoralidad social, sentirse más libre que en el matrimonio para las tareas
del Reino... A estas personas se les aconseja vivir la pobreza y dedicarse a
atender a los necesitados. Viven en sus familias, sin formar una comunidad
separada. No hacen ninguna profesión oficial, ni usan un hábito distintivo. En
el siglo II se trata de un compromiso privado. Y la teología que subyace a ese
compromiso es que la castidad es continuidad con el compromiso del bautismo y
forma de un amor esponsal con Cristo. La jerarquía de la Iglesia a veces
intervino para corregir ciertas desviaciones como el que surgiera entre ellas un
cierto desprecio hacia el matrimonio.

Tras
los edictos de tolerancia.


Con
los Edictos de tolerancia, desaparece el martirio como signo de radicalidad en
la Iglesia. Pero algunos optan por buscar nuevas formas de radicalidad en el
seguimiento de Cristo.
El
primero de ellos es Antonio (251-356), un cristiano copto, nacido
en Coma (Egipto) el año 251 e hijo de acaudalados padres comerciantes muertos
cuando él tenía 20 años. A la luz del texto evangélico sobre el joven rico
(..."Anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, ven y sígueme"...), decidió
donar sus propiedades y entregarse a una vida ascética, primero cerca de su casa
y después fuera de Coma. Primero cruzando el río Nilo se estableció durante
veinte años en una antigua fortaleza militar abandonada en Pispir y más tarde en
el Monte Colzim, cerca del mar Muerto. Su vida fue conocida y atrajo seguidores
ermitaños que le reconocían como un padre ("Apas", "Abbas"). Tras su muerte,
Atanasio escribió una biografía novelada de Antonio, lo que aún aumentó la
difusión de los monjes en los desiertos de Oriente e incluso en Occidente.
Aunque se mantuvo fiel a la ortodoxia de la Iglesia e incluso se opuso al
arrianismo, Antonio vivía alejado de las estructuras oficiales de la Iglesia.
Murió cerca del año 356.

Entre los seguidores de Antonio, San Pacomio (287-346), es uno de
los más importantes porque con él se pasa del eremitas solitarios a los
cenobitas, es decir a los que viven vida en común. Era egipcio como Antonio y se
había convertido al cristianismo mientras prestaba servicio militar. Primero
vivió la vida solitaria hasta que se estableció en Tabenisi, en el Alto Nilo, el
320 con la nueva idea de organizar una vida común entre los eremitas dispersos
por el desierto. El sueño de Pacomio era reproducir la vida de la primera
comunidad cristiana de Jerusalén que tenía tomo en común y compartía la fe y las
propiedades. Al morir, millares de monjes pertenecientes a once monasterios (dos
de ellos femeninos) acataban su dirección como superior de todo un movimiento y
seguían una Regla elemental con la que había dotado a la naciente
comunidad: todos se reunían para celebrar juntos la Semana Santa y una asamblea
general en agosto. Era una regla donde aún predominaba la vida en privado. Los
monasterios eran pequeñas colonias agrícolas o de artesanos que lograban
subsistir con sus productos. Los monjes recibían una pequeña instrucción sobre
la Escritura, celebraban dos Oficios diarios y la Eucaristía semanal, aunque la
tendencia era que entre ellos no existieran sacerdotes. La hermana de Antonio,
María, estableció también la primera comunidad contemplativa femenina. Así este
monaquismo primitivo se extendió por Egipto, Palestina, Siria y Mesopotamia, sin
tener normas jurídicas muy fijadas. Simplemente el candidato se ponía bajo la
dirección de un maestro espiritual a "abad", hasta poder volar por sus
propias alas. Todo este eremitismo pone el acento en la lucha contra los
demonios, a los que en una espiritualidad primitiva animista descubre por todas
partes. Se trataba de llegar a la limpieza original del hombre antes del pecado
de Adán. El eremitismo llegó a ciertas excentricidades: los "dendritas" que
vivían en los árboles, los "rumiantes" que se alimentaban de hierbas, los "estilitas"
que habitaban en lo alto de una columna, los "adamitas" que dejaban consumirse
sus vestimentas...
El
tercer gran organizador de la vida religiosa fue San Basilio
(329-370), Obispo de Cesarea. Era un intelectual y profesor cristiano de Cesarea
que se había formado en Atenas que optó por la vida ascética tras visitar
algunos grupos de eremitas en Palestina, Siria y Egipto. Después se dedicó a
difundir la Regla monástica que creó en los monasterios del Ponto.

Basilio reaccionó contra las exageraciones de la vida de los eremitas. Con él se
puede decir que comenzó la vida en común: es el fundador de los cenobios (bios=vida,
koinós= en común), pues hasta entonces los ascetas habían vivido en soledad o en
pequeños grupos de dos o tres. La Regla de San Basilio contemplaba una
estructura de la vida de los monjes:* Un tiempo de trabajo físico, manual,
agrícola o artesano.
* Un
tiempo de formación intelectual y estudio de la Escritura.
* Un
tiempo de oración personal y comunitaria.
* Un
servicio entregado a las necesidades de los pobres.
* Y
una vida de obediencia a un superior, el Abad.
A
partir de San Basilio se impuso y difundió la vida en común organizada también
en Occidente. San Jerónimo (347-419) que fue monje en Oriente se
dedicó a hacer propaganda de la vida monástica en Roma. Su aporte fundamental al
monaquismo fue el interés de los monjes por la Sagrada Escritura que se
convierte en el alimento de la vida espiritual de los monjes.





EL MONAQUISMO




Monje viene
de monachos, solitario; en los orígenes, el monasterio es la
residencia de un monje.

Eremita o
ermitaño viene de eremos, desierto, y designa al que vive en el
desierto, lejos de los demás hombres.

Anacoreta
viene de anachorein, "retirarse, irse al monte"; y se refiere a la
persona que ha dejado el mundo; es casi sinónimo de eremita.

Cenobita
viene de koinós bios, vida común; designa al que lleva una vida común
organizada.

Abba o
Apa
significa "padre", abad o superior.

Amma
significa, madre, abadesa o superiora.
El
monaquismo
acabó designando al estado de vida de todos los que dejan el
mundo para entregarse plenamente a Dios. El monaquismo toma entonces dos
formas principales: la vida solitaria (anacoretismo o eremitismo) y
la vida común (cenobitismo).




S. Agustín
(354-430), deseó vivir
como monje después de su conversión y quiso que su clero adoptara los grandes
rasgos de la vida monástica. Así comienza una nueva orientación en la vida
monástica por la que el monje se hace también sacerdote. La Regla de San
Agustín
ofrece un conjunto de normas y consejos para la vida religiosa.

Juan Casiano
(360-4135), natural de
Rumania después de visitar monasterios en Oriente fundó dos grandes monasterios
en Francia. A las viejas tradiciones de la vida monástica le añadió el tema de
la necesidad del discernimiento espiritual en la vida del monje. Algo parecido
hicieron en Irlanda los monjes Patricio y Columbano.
Pero
la obra fundamental para explicar la vida monástica en Occidente será la
Regla de San Benito
, la cual inspiró toda la vida religiosa hasta el
siglo XII. Benito vivió entre 480 y 547 y trata de recoger y perfeccionar toda
la legislación anterior. Introduce el voto de la estabilidad por el que el monje
ha de vivir hasta la muerte en el monasterio. También le concede una gran
importancia al papel del Abad, el cual tiene la doble misión de ser padre
espiritual de los monjes y superior de la comunidad. El abad es elegido por vida
por los monjes los cuales le deben una obediencia absoluta. Esta obediencia
permite ir ascendiendo los grados de la humildad así como la interiorización de
la ascesis.





EL ABAD EN LA REGLA DE SAN BENITO





..."Está claro que hay cuatro especies de
monjes. La primera es la de los cenobitas, o sea, de los que viven en común,
en un monasterio, y combaten bajo una regla y un Abad (Cap. 1).




El Abad que es
juzgado digno de gobernar el monasterio debe recordar continuamente el
nombre que lleva y realizar con sus actos el título de cabeza de familia. En
efecto, se le mira como si tuviera el lugar de Cristo en el monasterio; por
eso lleva el mismo nombre que se le da al Señor, según las palabras del
Apóstol: ' Han recibido el espíritu de Hijos adoptivos que grita en
nosotros: ¡Abba! ¡Padre... El que acepta el cargo de Abad debe gobernar a
sus discípulos por una doble enseñanza, o sea, tiene que inculcar lo que es
bueno y santo más que por palabra. A los que son inteligentes les enseñará
con sus discursos los preceptos del Señor; a los duros de corazón y a los
simples, les enseñará con su ejemplo. Así, con sus actos enseñará a sus
discípulos a evitar lo que les haya enseñado como contrario a le ley divina
(Cap. 2).



Siempre que
haya en el monasterio un asunto importante que decidir, el Abad convocará a
toda la comunidad y le expondrá de qué se trata. Tras recibir la opinión de
los hermanos, deliberará en su interior y hará lo que crea más útil. Lo que
nos hace decir que debe consultar a todos los hermanos, es que a menudo Dios
revela a uno más joven lo que es mejor. (Cap 3).



La pronta
obediencia es el primer paso en el camino de la humildad. Les conviene a
todos los que tienen a Cristo por encima de todo. Pero por el servicio
sagrado que profesan, o por el temor al infierno, o por el deseo de la
gloria eterna, desde que el Superior manda algo, no pueden tolerar retrasar
su ejecución lo mismo que si Dios se la hubiera ordenado. (Cap 5).

La vida de sacrificios
del monje es menos exagerada que en Oriente. La austeridad se expresa en materia
de las horas de sueño, el vestido, el alimento y la vida de oración. La jornada
de los conventos benedictinos se reparte entre la oración, la liturgia, la
lectura y meditación de a Escritura ("ora") y el trabajo manual en el
campo y artesanía ("et labora").



Los monasterios
benedictinos se extendieron por toda Europa y ocuparon un doble papel en la
historia de la Iglesia. Por una parte fueron centros de vida religiosa renovada
en la Iglesia y, por otra, mantuvieron la cultura clásica cuando la invasiones
de los pueblos bárbaros hicieron desaparecer los últimos vestigios del pasado
greco-romano.





TEMA 3. LA IGLESIA EN LA ALTA EDAD MEDIA





1.
Las invasiones y la evangelización en Europa.
2.
El Papado y el Imperio.
3.
Las Reformas de los siglos IX y X.
La
Edad Media comprende diez siglos: desde la caída del Imperio Romano (siglo V)
hasta el surgimiento de la Modernidad (siglo XV). En su origen el término "Edad
Media
" es más bien peyorativo y fue introducido por los humanistas del
Renacimiento en el siglo XVI que consideraban el período medieval de la historia
muy negativamente y lo veían como un tiempo oscuro que les separaba de la
riqueza cultural de la civilización antigua greco-latina.
Los
historiadores actuales de la Edad Media suelen distinguir dentro de ella dos
grandes períodos:
a)
La Alta Edad Media: siglos V-XI.
b)
La Baja Edad Media: finales del siglo XI hasta finales del XIV.
Si
analizamos con más detalle, la evolución de la Edad Media, el proceso sería así:
a)
Siglos V al VIII: período de decadencia y crisis por invasiones bárbaras.
b)
Siglo VII: un relativo desarrollo cultural.
c)
Siglos IX y X: nueva etapa de crisis debida a nuevas invasiones.
d)
Siglos XI al XIII: gran desarrollo por resurgimiento de las ciudades y comercio.
e)
Siglo XIV: una gran crisis demográfica, económica, cultural y religiosa.



1.
LAS INVASIONES Y LA EVANGELIZACIÓN DE EUROPA.



Para
finales del siglo IV parecía que la evangelización era un proceso ya sin marcha
atrás. Iglesia e Imperio Romano parecían absolutamente identificados y según
muchos pensadores cristianos, ningún factor podía romper esta unidad tan firme.
No faltó quien pensara que el Reino de Dios ya había llegado a su plenitud.
Sin
embargo, la situación va a cambiar debido a varios factores, de los que el más
importante fue la gran crisis experimentada por el Imperio. Desde el 395 la
unidad del Imperio se había roto al dividirlo en dos zonas. Pero además, desde
comienzos del siglo el Imperio de Occidente va a desaparecer debido a la
presencia de varios pueblos bárbaros. Los romanos llamaban "barbaros" a los
pueblos que vivían más allá de sus fronteras y que no podían habar el latín.
Se
trataba de pueblos de origen germánicos, oriundos del centro y este de Europa.
Algunos de ellos habían guerreado permanentemente contra los romanos; otros,
habían logrado un cierto estatuto de aliados y eran utilizados por los romanos
para detener a otros pueblos germánicos. Incluso desde fines del siglo III eran
parte del ejército romano. En todo caso, los Emperadores romanos de Occidente
habían logrado que los pueblos bárbaros no tuviesen control político más al sur
del río Danubio ni más al Oeste del Rin.
Pero
la situación comienza a cambiar desde el siglo V, cuando estos pueblos
germánicos, presionados militarmente por los terribles hunos, capitaneados por
Atila, atraviesan el Danubio y el Rin e invaden los territorios del Imperio.
Hasta que el 410 la ciudad de Roma, la capital del Imperio Romano de Occidente
es saqueada por los visigodos de Alarico que acabarán por instalarse en España.
Tras
algunos años de desplazamientos y movimientos migratorios, los pueblos
germánicos se van ubicando en los antiguos territorios del Imperio:
*
Los visigodos en el sur de Francia y España.
*
Los vándalos en el norte de África. S. Agustín morirá en el asedio a la ciudad
de Hipona.
*
Los ostrogodos en Italia.
*
Los celtas en Irlanda.
*
Los normandos en el Norte de Francia y sur de Inglaterra.
*
Los bretones en Inglaterra.
*
Los francos, en el centro de África.

* Los jutos en
Escandinavia.

Justiniano, el Emperador romano de Oriente trata de recuperar los territorios
invadidos por los pueblos germánicos pero sólo lo logra en el sur de Italia y en
el norte de África. Al fin, germanos y romanos unidos logran detener el avance
de Atila el 451 en la famosa batalla de los Campos Cataláunicos, en Troyes
(Francia), mientras que el Papa León Magno logra negociar la retirada definitiva
de Atila. Pero, más tarde, los vándalos atacan y destruyen de nuevo la ciudad de
Roma en 455. Finalmente, en el año 476, Odoacro, rey de los hérulos destrona al
último Emperador romano, el joven Rómulo Augústulo. Hasta 1453 sobrevivirá el
Imperio Romano de Oriente cuya capital, Constantinopla acaba cayendo en manos de
los turcos. Con la caída de Roma y el desastre político que ello supone,
diríamos que el mundo de la antigüedad romana y cristiana había dejado de
existir y comenzaba una nueva época.

Todos estos acontecimientos producen una situación de crisis, aún de fe, en la
Iglesia. ¿Por qué Dios parece que nos abandona? ¿Por qué mueren los inocentes?
¿Es porque somos pecadores?. Muchos cristianos pensaron que había llegado el fin
del mundo; otros creyeron que se trataba de un castigo de Dios por los muchos
pecados; los paganos, por su parte, ven en esta catástrofe un castigo de los
dioses por el abandono de la religión tradicional romana. En todo caso no hay
otra posibilidad que establecer pactos con los bárbaros.
La
verdadera causa de las invasiones hay que buscarla en otro lado: los hunos, el
pueblo bárbaro más numeroso y guerrero, desde hacía años venían experimentando
una gran crisis económica: los cultivos en las estepas rusas habían sufrido una
serie de desastres climáticos y se les hacía necesario buscar nuevas tierras.
Por otra parte el ejército romano se había vuelto incapaz de poder detener la
avalancha de los pueblos germánicos más allá de la gran frontera, el Río Danubio.
En una primera época trataron de pactar con sus vecinos germánicos, después,
cuando los hunos bajaron desde la estepas rusas empujándolos hacia el sur, se
vieron obligados a invadir las fronteras del Imperio.

Las
Invasiones cambiaron definitivamente el aspecto de Europa.



* En primer lugar separaron las relaciones de Europa con el Imperio de
Oriente, por razones lingüísticas, culturales y geográficas. Las ciudades se
habían vuelto inseguras y la gente volvió a las zonas rurales.

* En segundo lugar Europa se ruralizó: las ciudades se convirtieron en áreas
peligrosas en las que las razzias de los germánicos eran frecuentes y las
incursiones se convertían en destrucción, por lo que muchas poblaciones
optaron por protegerse en zonas más aisladas del campo.

* En tercer lugar, más tarde, cuando los musulmanes invadan Europa, el Mar
Mediterráneo dejará de ser el vínculo del comercio internacional y las
relaciones económicas y culturales con el Imperio de Oriente, mucho más
desarrollado, prácticamente desaparecerán. La lengua griega, que era la
lengua de la cultura pasará a ser desconocida en Occidente e Incluso el uso
del latín como la lengua oficial del Imperio será sustituida por las lenguas
romances, oriundas de una mezcla del latín y los idiomas germánicos.





Frente a esta nueva situación, la Iglesia tenía que emprender una gran
tarea de evangelización
. La evangelización de estos pueblos duró
aproximadamente diez siglos siguiendo los diversas formas de labor misionera. En
unos casos se trató de conversiones personales; en otros, de conversiones de
todo un pueblo y en bastantes casos de conversiones forzosas. Un cierto grupo de
pueblos bárbaros ya habían sido cristianizados antes de las invasiones, como los
ostrogodos establecidos en los Balcanes, los visigodos, vándalos, burgundios y
lombardos, pero por ser su cristianización heredera de la Iglesia de Oriente,
habían sido desde el principio arrianos y se mantuvieron así en el momento de
las invasión. Pero la mayoría de los pueblos germánicos creían en religiones de
tipo animistas.
El
avance decisivo de la evangelización comenzó cuando Clodoveo, el rey de
los francos
, como signo de agradecimiento por su victoria contra los
alamanes, decidió convertirse al Dios de su esposa, Clotilde, y bautizarse.
Siguiendo su ejemplo, el año 589, Recaredo, rey de los visigodos abandona el
arrianismo y se convierte al cristianismo católico. Sin embargo el la conversión
de los visigodos de España no tuvo mucho influjo ya que la conquista árabe desde
711 impidió a la iglesia española ejercer una influencia estable sobre la
configuración religiosa de Occidente. Fueron más bien los reyes francos y la
nobleza los que se convirtieron en estandartes del cristianismo, inaugurando así
una especie de segunda era constantiniana.

Contando con el apoyo de la nobleza franca, el cristianismo se fue extendiendo a
través de monjes y ermitaños que iban fundando comunidades aisladas. También los
monasterios ejercieron un gran papel en las zonas más ubicadas en el este, más
allá del Rin.

Esta
evangelización por una parte aumentaba el control de los monarcas francos sobre
el resto de Europa y por otra, extendía el cristianismo. Cuando se producía la
resistencia por motivos políticos, los monarcas francos acudían a la fuerza.







LA CONVERSIÓN DE CLODOVEO




Gregorio de
Tours en su Historia de los Francos es nuestro principal informador
sobre la vida política y religiosa de los siglos V y VI en Francia. En este
texto nos relata la conversión de Clodoveo.




..."Empezaban a
dispersarse las tropas de Clodoveo ante el ataque enemigo. Al verlo,
Clodoveo levantó las manos al cielo y con el corazón herido y derramando
lágrimas dijo: Jesucristo, de quien Clotilde afirma que eres Hijo del Dios
vivo y que socorres a los que están en peligro y das la victoria a los que
esperan en ti, solicito con devoción la gloria de tu socorro. Si me concedes
la victoria sobre mis enemigos y experimento ese poder del que el pueblo
consagrado a tu nombre dice haber recibido tantas pruebas, creeré en Ti y me
haré bautizar en tu nombre, porque he invocado a mis dioses y, como veo, se
han negado a socorrerme, lo cual me hace creer que no tienen ningún poder,
porque no socorren a los que le sirven. Así, pues, te invoco a Ti, quiero
creer en Ti; ¡Al menos que me libre de mis enemigos!... Mientras decía estas
palabras, los alamanes volvieron a la espalda y empezaron a sentirse
derrotados..."
Gregorio de Tours,
Historia de los Francos.




En Irlanda y Escocia
, los
protagonistas de la evangelización fueron los monjes que llegaron del continente
procedentes de las Islas Británicas. En Irlanda se formó una iglesia autóctona,
la iglesia celta,- en un breve espacio de tiempo. La tradición recuerda las
leyendas relativas a San Patricio, británico cristiano que había sido deportado
a Irlanda y que más tarde fue consagrado Obispo en Inglaterra, decidió regresar
a Irlanda para dedicar su vida a las comunidades cristianas de la isla, las que
fueron educadas a través de los muchos monasterios que proliferaron y a las que
acudieron monjes provenientes de Francia y Escocia.


En Inglaterra,
el influjo del
cristianismo se había detenido con la entrada de los pueblos anglosajones y
jutos que procedían de Escandinavia. Desde Roma se inició en el siglo VI un gran
proyecto para evangelizar estos pueblos dirigido por monjes irlandeses, francos
y escoceses. Aquí se conjugó el sistema de la fundación de conventos con la de
organización de diócesis nombrando Obispos a su cargo. A veces el Obispo era
Abad y viceversa. El más famoso de ellos fue Beda el Venerable (735) que
extendió la regla benedictina por el territorio inglés.

En general, para toda Europa occidental
,
podemos decir que la evangelización de los pueblos germánicos fue, sobre todo,
obra de los monjes, especialmente los benedictinos. Los monasterios benedictinos
ejercieron un doble misión: por una parte fueron resguardo de la cultura latina
en sus bibliotecas y la práctica de la liturgia en latín; por otra parte se
convirtieron en foco de evangelización de los pueblos germánicos. Conocemos, por
ejemplo con detalle el desarrollo de la evangelización de Irlanda gracias a San
Columbano, Beda el Venerable y San Patricio. San Bonifacio, un monje inglés
dedicó su vida a la evangelización del Norte de Europa.


La
evangelización de los países eslavos
fue motivo de
disputas entre cristianos griegos y latinos. Los occidentales llevaron a cabo
varias expediciones misioneras desde los monasterios alemanes, mientras que los
orientales lo hacían desde Constantinopla. Cirilo y Metodio, los santos patronos
de la Europa Oriental, tradujeron al eslavo los textos sagrados y difundieron
así el alfabeto cirílico. Sus sucesores llegaron hasta Bulgaria y el interior de
Rusia.


2.
EL PAPADO Y EL IMPERIO.


Las
relaciones entre el Papado y el Imperio durante la Alta Edad Media estuvieron
fundamentalmente marcadas por la teoría cesaropapista. Según tal teoría,
la Iglesia para sobrevivir necesitaba del apoyo político del Estado. A su vez,
el Estado recibía de la Iglesia la legitimación de su poder. Podríamos resumir
así la tesis central de la teoría cesaropapista:




La Iglesia tiene dos poderes: uno espiritual (el del Papa) y otro político
(el del Emperador). El poder espiritual es de orden superior puesto que
desciende de Jesús directamente a través de los Apóstoles. Pero, en la
práctica no puede establecerse ni triunfar sin la ayuda del poder político
(el del César, el del Emperador). Por eso, en la práctica, el poder más
importante es el poder del Emperador.



Se
puede afirmar que el cesaropapismo se expresó históricamente en dos ocasiones:
la primera en los siglos VIII y IX con la monarquía franca; la segunda, el siglo
X con la monarquía alemana. Ambos intentos por construir una sociedad cuya
autoridad conjugara el poder de la Iglesia y del Imperio, fracasaron.





2.1.
El Papado y la monarquía franca.




En una situación de tanta inseguridad, La Iglesia siente amenazada su
existencia y trata de buscar apoyo en el poder político. Por su parte, la
Iglesia ofrece su autoridad moral y religiosa para dar legitimidad a las
nacientes monarquías. Por ello opta por acudir a los reyes de la monarquía
de los francos.

En realidad, de todos los reinos germánicos, el único que pudo mantenerse a
través de los tiempos fue el de los francos, al que consiguió aglutinar el
rey conquistador Clodoveo (481-511). Sus sucesores expulsaron a los
visigodos del sur e incorporaron a su reino los territorios de Borgoña
derrotando a los alamanes. Más tarde anexionaron territorios hoy alemanes o
italianos como Baviera, Turingia, Sajonia y Lombardía. Al final del gobierno
de Carlomagno los francos controlaban todas las tribus germánicas con
excepción de las anglosajonas y las de Escandinavia.

El año 751 el apóstol Bonifacio corona a Pipino el Breve como rey de los
francos. Y así cuando Roma sea atacada por los lombardos el Papa Zacarías
acudirá a solicitar su ayuda al rey Pipino.

La misma política de apoyo seguirán los sucesores, especialmente Carlomagno
que en 756 logra conquistar para el Papa los territorios cercanos a Roma y
que se convertirán en el patrimonio territorial del Papado, los "Estados
Pontificios", hasta 1870. A cambio, el Papa consagra como Emperador al rey
Carlomagno en la navidad del año 800. Este hecho tenía todo un significado
político: no sólo el Papado reconocía la autoridad de Carlomagno sobre sus
propios vasallos sino que, al consagrarle, el Papa le reconocía además como
continuador de los Emperadores que desde Constantino habían legitimado su
poder en el apoyo de la Iglesia. El único problema fue que el entonces
Emperador de lo que quedaba del Imperio Romano de Oriente, y que residía en
Constantinopla, consideró ese nombramiento como ilegal y a Carlomagno como
un usurpador del trono imperial.

De modo que, siguiendo la política iniciada con el Emperador Constantino,
los reyes francos mantienen una posición de intervención en los asuntos de
la Iglesia:


*
Favorecen la extensión de la evangelización cristiana.
*
Reorganizan las diócesis en Francia y Alemania.
*
Reforman la Iglesia.
*
Nombran Obispos.
*
Extienden la Regla benedictina y reforman los monasterios de Europa.



* Promueven una cierta renovación cultural, tratando de recuperar los textos
latinos de la tradición de la Iglesia y favoreciendo un cierto desarrollo de
la teología.

Pero el Tratado de Verdún (843) dispone la división del reino franco entre
los sucesores de Ludovico Pío en tres partes. Y así el incipiente imperio
carolingio llega a desaparecer. El viejo sueño tanto del Papado como de los
reyes francos de reconstruir el Imperio romano se viene abajo.





2.1.
El Papado y la monarquía alemana.






El segundo intento por restablecer el Imperio será en 916. Ahora será
apoyándose en la monarquía alemana, con Otón I. A ese segundo proyecto de
continuar la renovación del Imperio se denominará "El Sacro Imperio
Romano-Germánico". Teóricamente este Imperio durará hasta 1806, sin embargo
aunque pretendía ser un Imperio universal, sólo fue alemán.

Podríamos decir que el modelo político basado en las tesis del cesaropapismo
no se consolida por tres razones:



1.
El avance del Islam en Europa
(asunto que consideraremos en otro tema).



2. Las nuevas invasiones:

Desde Escandinavia, los normandos avanzan hasta Francia e Inglaterra,
mientras que los húngaros avanzan hacia Alemania y Francia. Por otra parte,
los piratas musulmanes desde África atacan las costas del sur de Francia e
Italia.


3.
El feudalismo.






El feudalismo es un sistema económico-social-político que nace en la época
de la debilidad de las monarquías europeas y que busca unificar
políticamente a un territorio logrando a la vez el apoyo de la nobleza a la
monarquía.

El feudalismo en estado puro establece un contrato entre dos personas
libres: el monarca y el vasallo, que suele pertenecer a la nobleza. Por este
contrato, el vasallo se compromete a defender y apoyar a su monarca en sus
campañas militares además de pagar un tributo, mientras que el monarca se
compromete a entregar un territorio ("feudo") al vasallo así como defenderle
en los tribunales.

Los vasallos podían ser civiles o eclesiásticos: había monasterios que eran
feudos de un monarca. En su origen el feudo no era hereditario, es decir,
cuando muere el vasallo, el feudo vuelve de nuevo a ser propiedad del
monarca. Sin embargo, los vasallos van a luchar para conseguir la
hereditariedad del feudo. Por su parte, el vasallo puede sub-enfeudar su
feudo a otro segundo vasallo: así el primer vasallo se convierte en señor de
este segundo vasallo.

Este modelo de organización política permitió a los monarcas mantener una
cierta unidad en sus territorios a cambio de entregar el dominio de la
tierra. Pero a su vez produjo una parcialización del poder. Muchos feudos
eran simplemente comprados y eso llegó incluso a la Iglesia. Así surgió el
problema de la simonía: los monarcas entregaban a un eclesiástico un
territorio y a cambio recibían una dignidad eclesiástica, y así se llegó a
comprar los cargos de la Iglesia como las responsabilidades sobre un
territorio o una diócesis.




3.
LAS REFORMAS DE LOS SIGLOS IX Y X.



Desde el siglo X se producen una serie de reformas para detener la corrupción
que el avance del feudalismo ha producido en la Iglesia y eso ocurre, sobre
todo, a tres niveles:





3.1. Reforma de la vida monástica.



El problema central radicaba en la gran riqueza que los monasterios habían
alcanzado, así como en el control que los laicos ejercían sobre los
monasterios. No pocos monasterios habían dejado de ser centros de
evangelización y de cultura cristiana para convertirse en los centros
económicos más prósperos de la región.

Frente a eso, los Papas tomarán medidas como la promulgación del derecho de
exención por el que los monasterios dejan de depender de los Obispos para
pasar a depender directamente de la Santa Sede. En esa misma línea se
produce la reforma de Cluny, así llamada porque se inicia en un monasterio
ubicado en esa localidad francesa. La reforma monacal iniciada en Cluny hace
una serie de cambios en la legislación monacal actualizando la antigua Regla
de San Benito, reorganizando las funciones y autoridad dentro del monasterio
e impulsando una serie de medidas en la línea de una mayor autenticidad en
la pobreza.






3.2. Reforma de la vida sacerdotal.



Los dos grandes problemas de la vida sacerdotal eran:


a) Los abusos en materia sexual ("el nicolaísmo"), que se
tratará de evitar imponiendo como obligatorio el celibato sacerdotal
desde el Concilio de Elvira en el siglo IV.









b) La simonía, es decir la compraventa de los cargos
religiosos que será declarada inválida por la Iglesia.







3.3. Reforma de la vida laical.



La vida laical enfrentaban diversos problemas:


a) Muchos de los conversos recientemente, eran conversos
"en masa" sin una verdadera evangelización y catequesis.
b) La Iglesia tenía que evangelizar en el tema de la paz
a pueblos que contaban con una larga tradición de vida militar y de
guerras.
c) Muchas de las antiguas tradiciones religiosas de estos
pueblos,-supersticiones, politeísmo, viejas prácticas animistas,-
seguían dándose a la vez que practicaban la vida cristiana. Existía un
confuso sincretismo entre las antiguas creencias y la nueva fe
cristiana.








TEMA 4. LA IGLESIA EN LA BAJA EDAD MEDIA.










1. El apogeo del poder del Papado.






2.
El enfrentamiento con el Islam.






3. El cisma de la Iglesia en Europa.







El
período histórico que vamos a estudiar, la Iglesia en la Baja Edad Media, se
caracteriza por una lenta evolución de la sociedad medieval hacia nuevas formas
de desarrollo y un momento de gran recesión en las vísperas de la Edad Moderna.



1. Hay un lento despertar de las economías europeas. Una serie de
innovaciones tecnológicas como la introducción del arado y el sistema de
rotación de las tierras en producción, lograrán cambios significativos en la
productividad de los suelos. Por otra parte, las mejora en la fabricación de
transportes fluviales conseguirán un importante desarrollo en el comercio
aprovechando las grandes vías fluviales europeas.

2. Este desarrollo económico tiene su expresión política en el auge del
poder las monarquías nacionales frente a la idea del Imperio que sale
desfavorecida en su lucha contra el Papado. A través del sistema feudal, las
monarquías han logrado aumentar y reafirmar su poder real frente al poder
teórico del Imperio. La primera experiencia de esto es la monarquía
francesa, después Inglaterra y por último España que logra expulsar
definitivamente a los musulmanes de Europa en 1492. Pero por otra parte, el
desarrollo de las monarquías hace que éstas entren en conflicto entre sí
mismas: la mayor expresión de ello será la Guerra de los 100 años entre
Francia e Inglaterra que ocupará, a intervalos, el siglo XIV. Desde ahí hay
que entender también el cisma de la Iglesia en Occidente.

3. El desarrollo económico trae consigo la urbanización que en muchos casos
es re-urbanización: cuando las amenazas de invasiones cesan, se vuelven a
ocupar y poner en funcionamiento las viejas ciudades romanas o se fundan
otras nuevas. Las ciudades, especialmente las ubicadas en las costas, se
convierten en centros impulsores del comercio exterior, de una incipiente
banca y en centros culturales.

4. Con las ciudades surge un importante avance de la cultura, especialmente
cuando los europeos vuelven a entrar en contacto con el pasado greco-romano,
en muchas casos gracias a las traducciones de los textos clásicos realizadas
por los intelectuales musulmanes. Y así se introducen en Europa: el derecho
romano, la filosofía aristotélica y un arte propio, los estilos románico y
gótico, que se expresan sobre todo en la arquitectura religiosa.

5. Cuando el nivel de desarrollo social parece haber alcanzado un cierto
nivel sostenible, viene la gran crisis del siglo XIV que llega a su momento
más bajo con la gran peste bubónica de 1347 y que se expresa también en la
guerra de los 100 años, el traslado de la sede papal a Francia y la crisis
de la filosofía escolástica. Entonces una nueva época se anuncia: la Edad
Moderna.





1.
EL APOGEO DEL PODER DEL PODER DEL PAPADO.


A
partir del siglo XI, la teoría cesaropapista está en crisis por varias razones:



a) Las relaciones entre el papado y el Imperio germánico se vuelven tirantes
porque los emperadores desean establecer un absoluto control sobre la
iglesia alemana.

b) La ingerencia del poder civil sobre la Iglesia se extiende por toda
Europa a través del problema de la simonía y las investiduras: los civiles
otorgan poderes eclesiásticos.





c) Toda una generación de Papas que provienen de la vida monástica reformada
en Cluny están decididos a recuperar el poder de la Iglesia. Y para sostener
su posición acuden a las teorías políticas de San Agustín. En los abundantes
escritos de este famoso pensador cristiano y Obispo se sostenía que en el
mundo conviven dos poderes, dos "ciudades": la ciudad de Dios y el mundo. El
poder espiritual reside en el Papa mientras que el poder político reside en
los reyes. Pero como el poder espiritual es de orden superior, el poder de
los Papas debe ser superior al de los reyes. Esta teoría, conocida en la
historia política como "el agustinismo político" venía a negar los grandes
principios del cesaropapismo sobre los que se habían basado las relaciones
entre la Iglesia y el poder político desde la conversión de Constantino y
durante toda la Alta Edad Media.



La
crisis entre el Papado y el poder temporal estalla con los Papas Nicolás II y
Gregorio VII. Estos llevarán a cabo una serie de medidas para conquistar el
poder y la independencia del poder político.



1º. Nicolás II cambia las normas establecidas para la elección del
Pontífice. Hasta ese momento, el Emperador tenía una gran ingerencia en este
asunto. A partir de ahora el Papa será designado y elegido por los
Cardenales que en ese momento son los miembros más importantes de la Iglesia
de Roma (los Obispos más importantes de la región de Roma y siete diáconos).
La ventaja de esta medida es que el Emperador quedaba excluido de esta
elección. La desventaja es que también la representación del pueblo
cristiano quedaba muy reducida.

2º. Gregorio VII prohíbe en 1075 la simonía, es decir la venta de los cargos
eclesiásticos, así como la investidura que es la contrapartida: el haber
recibido una dignidad eclesiástica, especialmente el Episcopado, de manos de
un laico. El Papa desea un episcopado independiente del poder temporal.

3º. Gregorio VII se enfrenta con el Emperador alemán Enrique IV que se opone
a estas medidas. Enrique IV proclama en Alemania la destitución del Papa. El
Papa, por su parte, justificándose






desde la teoría agustinista, depone a Enrique IV y dispensa a los súbditos
alemanes de la obediencia a su monarca. Al fin Enrique IV acude al castillo
de Canosa a reconciliarse con el Papa. La Iglesia y la monarquía alemana
firman un acuerdo, el Concordato de Worms por el que el Emperador renuncia
al derecho de investidura.

4º. Los Papas posteriores mantienen las reformas gregorianas y se adhieren a
las tesis agustinistas llevando hasta el extremo la superioridad de la
autoridad de la Iglesia, la tesis teocrática: todo poder proviene de Dios y
por tanto el poder de los monarcas se subordina al de la Iglesia que es la
representante de Dios en el mundo. El papado de Inocencio III en el siglo
XII es la época del culmen teocrático: el Papa se presenta como árbitro en
los problemas entre las diversas monarquías e incluso es quien designa
oficialmente el candidato para suceder en el trono imperial alemán.

5º. La crisis estalla entre Inocencio IV y Federico II. El Papa depone al
Emperador en el Concilio de Lyon.





2.
EL ENFRENTAMIENTO CON EL ISLAM.



Arabia en el siglo VII era un encrucijada de culturas y religiones: por una
parte las comunidades cristianas instaladas a lo largo de la costa del Mar Rojo
y en el Yemen actual, pero la mayoría del país la conforman una serie de tribus
nómadas continuamente enfrentadas entre sí. El centro de esa Arabia dispersa es
la ciudad de La Meca, con su gran piedra sagrada negra (la Kaaba) que atrae a
los árabes por sus ferias y peregrinaciones religiosas.

Marcado por todas estas corrientes, hacia el año 610, Mahoma proclama un
mensaje recibido del cielo: el juicio de Dios es inminente y por eso hay que
convertirse a la nueva fe: El Islam.

Mahoma es un comerciante en las caravanas del desierto de Arabia que en el siglo
VII logra unir a las distintas tribus dispersas de Arabia bajo una religión
monoteísta, que se expresa en el Libro (Corán), escrito en la lengua
árabe que da unidad a las diversas tribus. Ante el rechazo de la gente su propia
tribu, Mahoma huye de la Meca a Medina el año 622: este éxodo, esta huida (la
hégira
, en árabe) es la que da fecha al inicio de la era musulmana. Al no
poder atraer a su fe a cristianos ni judíos, Mahoma entra el conflicto con ellos
y proclama su nueva religión como universal. Después de haber conseguido la
unida entre las tribus árabes, Mahoma vuelve triunfalmente a La Meca y muere
meses más tarde el año 632.

He
aquí los grandes principios de la religión musulmana:



1. Alah es el único Dios y Mahoma su Profeta. No hay más que
un sólo Dios al que el creyente (muslim, musulmán) debe una sumisión
(islam) absoluta. La fe musulmana no excluye a otras personas como
Abrahán, Jesús, como enviados de Dios, pero el único Dios es Alah.

2. Ante ese Dios único, el creyente debe ser un hombre de profunda
oración
. La oración es pública y durante tres veces al día acudiendo
a la llamada de trompeta que desde los minaretes (las torres cuadradas de
las mezquitas) hacen los sacerdotes. La oración se hace con el cuerpo
hincado y el rostro vuelto al suelo reconociendo la absoluta majestad de
Alah.

3. Todo creyente musulmán debe combatir la guerra santa (yidah)
contra los herejes, es decir, contra aquellos que se nieguen a reconocer
el credo musulmán. La fe lleva a aceptar incluso la muerte con entusiasmo
esperando la recompensa de Alah en su paraíso eterno.

4. El verdadero musulmán debe guardar el ayuno santo durante
todo el mes de Ramadán en las horas de sol.


5.
La fe obliga a ayudar con la limosna a los necesitados.



6. En recuerdo de la huida de Mahoma, todo creyente debe visitar al
menos una vez en su vida esta ciudad
, y visitar la Kaaba.
Hacia ella apuntan todas las mezquitas que se construyen, como mirando al
primer santuario donde Dios se reveló.



La
unidad religiosa de los musulmanes encontró un mundo dividido en el Oriente por
el agotamiento de las interminables guerras entre el Imperio Romano y los persas
y aprovechó la coyuntura para expandirse por el Cercano Oriente y norte de
África impulsada por la fe en la guerra santa. Jerusalén fue tomada por los
musulmanes el 638, así como Siria y Palestina. Alejandría, en Egipto, y Persia
cayeron en manos árabes cuatro años después.
A
fines del siglo VII, los musulmanes se extienden por el Norte de África y pese a
su resistencia, Cartago, la ciudad más importante del Imperio Romano en la costa
africana, es tomada el 698. Animados con la fuerza de esta victoria y contando
con la ayuda de los grupos bereberes africanos ya convertidos al Islam, los
musulmanes atraviesan el Estrecho de Gibraltar el 711, entran en Europa,
atraviesan España sin encontrar gran resistencia llegando incluso hasta la
ciudad de Poitiers, el 732, en pleno corazón del reino de los francos. Desde
entonces, el Islam parece convertirse en el mayor enemigo de los cristianos,
tanto los de Oriente como los de Occidente: además de proponer otro credo
religioso, poseen un ejército que parece invencible.

Frente a esta situación crítica, los reinos cristianos, tratan de organizarse
para repeler la invasión:



a) En Occidente, son los reinos españoles, que aún no están unidos, los que
inician una lucha militar para hacer retroceder a los musulmanes hacia
África. A esta larga campaña militar se denomina la Reconquista. De
hecho, el Islam sólo abandonará Europa el año 1492 cuando los Reyes
Católicos españoles puedan concluir la Reconquista.

b) En Oriente, el problema central es que los Santos Lugares (Palestina)
están ocupados por los musulmanes. A partir del siglo XI, los cristianos de
Oriente organizan expediciones militares para recuperar los lugares donde
vivió Cristo. A estas campañas militares organizadas primero desde Oriente y
más tarde también desde Occidente, se les denomina Las Cruzadas. La
primera Cruzada organizada desde Occidente tiene lugar en 1095 cuando en el
Concilio del Clermont el Papa invita oficialmente a la nobleza europea a
acudir en defensa de los Santos Lugares: a cambio de esta lucha, ofrece a
quienes se apresten a realizarla, tierras y la indulgencia plenaria.





La Primera Cruzada resulta todo un éxito: los cristianos reconquistan
Jerusalén el 1029 y el territorio recuperado se reparte según el sistema
feudal. A partir de esta experiencia nacen las Ordenes militares,
asociaciones de nobles que como voto se consagran a la liberación militar y
defensa de los Santos Lugares.

Sin embargo el éxito es sólo pasajero: los musulmanes vuelven a tomar
Jerusalén en 1187 y la Cruzada que se organiza en su contra resulta un
fracaso pues los cristianos no logran establecerse. Incluso los árabes
atacan Constantinopla. Poco a poco se va llegando a la idea de la
coexistencia pacífica pues las expediciones cristianas tienen capacidad de
recuperar el terriotorio pero no son capaces de mantener ese dominio.






3.
EL CISMA DE LA IGLESIA EN EUROPA.



A
medida que avanza el siglo XII aumenta el enfrentamiento entre las Monarquías y
el Papado.



* El primer enfrentamiento estalla entre el rey francés Felipe el Hermoso y
el Papa Bonifacio VIII que llegó a negar al monarca el derecho a imponer
tributos sobre la Iglesia y defiende el derecho a la inmunidad de los
clérigos en las causas judiciales. El rey llega a atacar al Papa en Agnani.


* El segundo conflicto se produce entre el Papa Juan XXII y Luis de Baviera
a quien el Papa no quiere reconocer como Emperador. Luis llega a nombrar a
otro Papa apoyándose en la idea del papel de los laicos en el nombramiento
del Pontífice. El Estado debe ser autónomo en lo temporal.



La
crisis más fuerte estalla en 1305 aprovechando un momento en el que la sede
papal está vacante desde hace dos años. Los Cardenales nombran Papa a un
Arzobispo francés, Clemente V, hasta entonces Arzobispo de Burdeos, decisión que
apoya el monarca francés Felipe el Hermoso ya que desea que el Papa intervenga
en los conflictos entre Francia e Inglaterra. Incluso el monarca logra que el
Papa acepte trasladarse a vivir en Francia en la ciudad de Avignon donde
residirá hasta 1377. La Iglesia de Roma y del resto de Europa ve este hecho como
una nueva "cautividad de Babilonia", pero el problema es que la mayoría de los
Cardenales, que son franceses, apoyan esa decisión.

La
opinión del resto de la Iglesia es que el Papa debe volver a Roma y el nuevo
Papa, Gregorio XI decide retornar a Roma el año 1377. Pero este Papa muere
tempranamente y la Iglesia romana, temerosa de una nueva ingerencia de la
monarquía francesa en los asuntos de la Iglesia, insiste en que el nuevo Papa
sea italiano y es elegido Urbano VI.

Pero
los cardenales franceses se niegan a aceptar esa elección argumentando que no es
jurídicamente válida. Por eso regresan a Avignon y eligen un nuevo Papa,
Clemente VII al que apoya el rey francés y que reside en Avignon.
La
división va a durar cuarenta años y este cisma de la Iglesia de Occidente
dividirá a los diversos reinos cristianos entre "urbanistas" y "clementinos". El
problema no se soluciona con la muerte de ambos: Bonifacio IX es nombrado Papa
en Roma, mientras que Benedicto XII lo es Avignon.
La
solución definitiva se alcanza en el Concilio de Pisa (1409) en el que los
cardenales deciden deponer a uno y otro y eligen a Alejandro V a quien sucederá
Martín V.




TEMA 5. DESCUBRIMIENTOS Y MISIONES



1.
La expansión misionera de la Iglesia.
2.
La presencia de la Iglesia en América Latina.
3.
La Iglesia en Centroamérica y Panamá.

LA EDAD MODERNA.



Recordemos algunas de las características principales de esta época:
1.
A nivel económico, el dato más importante es el desarrollo del
comercio internacional a través del Mediterráneo, el Atlántico y el Pacífico.
Esto hace que por primera vez todo el mundo conocido por los europeos se englobe
en un solo sistema económico; el mercantilismo. El mercantilismo es la
primera fase del capitalismo que se basa en el intercambio de mercancías, no del
intercambio financiero: la única moneda son el oro y la plata.
2.
A nivel social, el dato más importante será el surgimiento de una
nueva clase social: la burguesía. Este nuevo grupo se ubica fundamentalmente en
las ciudades y basa su riqueza en el comercio,-sobre todo internacional, a
diferencia de la nobleza cuya riqueza base es la tierra. La burguesía va a ir
alcanzando cada día mayores cotas de poder: primero logrará crear organismos de
poder urbano que controla y finalmente terminará por desplazar a la nobleza. El
desarrollo de la burguesía es creciente en Italia, Alemania y España.
3.
A nivel político, el fenómeno más importante será el
fortalecimiento de las monarquías nacionales lo que llevará a permanentes
conflictos en toda Europa.
4.
A nivel cultural, lo que determina esta nueva época será un
interés por volver a la antigüedad greco-romana: el Renacimiento. Esto llevará a
considerar la época anterior como una época oscura, una especie de intermedio de
la historia, la Edad "Media". A cambio de ello, el hombre moderno se interesará
por la literatura y el pensamiento de los autores antiguos que ahora se
denominarán "clásicos". Más allá de esa mirada hacia atrás en la Historia, el
interés de los hombres del Renacimiento se encuentra en el interés por todo lo
humano, considerando al hombre de modo individual.
5.
A nivel científico, el hecho más determinante será el interés y
desarrollo de las ciencias empíricas frente a las ciencias más especulativas
como la filosofía y la teología: ese segundo interés parece más propio del
hombre medieval cuyo centro de atención era el tema de Dios. Por eso en esta
época ocurre un importante desarrollo de la geografía, astronomía, matemática y
ciencias naturales. Resultado de ello serán los avances en las técnicas de
navegación, la brújula, el timón de codaste, los mástiles y la vela. Todo ello
permitirá a los europeos emprender viajes marinos en rutas verticales, ya que
hasta ahora sólo conocían la navegación en horizontal a través del Mediterráneo.
6.
A nivel religioso, el fenómeno más significativo será la división
religiosa de Europa desde el surgimiento de la Reforma luterana, así como el
esfuerzo de las metrópolis de imponer su religión en las colonias dependientes.
La consecuencia serán las guerras religiosas al interior de los diversos países.
Hasta que se pueda llegar a un cierto principio de tolerancia religiosa, el
criterio será "cuius regis, eius religio": la religión de cada país será la que
adopte el Rey de ese país.
7.
Por último, a nivel internacional, el hecho más significativo será
la relación entre la mayoría de los pueblos de la humanidad. Los portugueses
exploran las costas de África y Asia y establecen en ella. Los españoles tratan
de ocupar y dominar la mayoría de los territorios de América Latina. Más tarde
ingleses, franceses e italianos acudirán a controlar zonas aisladas en África y
Asia. Sólo la colonización de Oceanía es muy posterior a esta época. Es decir,
por primera vez en la historia, el hombre toma conciencia de la existencia de
razas, etnias, pueblos y grupos humanos.


1. LA EXPANSIÓN
MISIONERA DE LA IGLESIA.


Dos
motivaciones están a la base de la expansión misionera de la Iglesia:



A) La idea de las Cruzadas: A partir de la experiencia de la Cruzadas
se va extendiendo una teología en la época que subraya el tema de la misión:
la Iglesia tiene que anunciar la religión verdadera y buscar por todos los
medios la conversión de los paganos que no conocen a Cristo. La expulsión
definitiva de los musulmanes de España hace que esta idea de misión cobre un
mayor auge.

B) El Pontífice es el verdadero soberano de las tierras descubiertas
o en proceso de colonización. A él le corresponde toda autoridad por ser el
representante de Cristo en la tierra. En virtud de ese principio, el Papa
Alejandro VI delimita en 1493 el área de conquista que corresponde a
portugueses y a españoles, estableciendo la línea divisoria a 370 leguas al
Oeste de las Islas de las Azores y cerrando así un viejo conflicto entre la
Corona portuguesa y la española.

Pero esa responsabilidad la debe compartir de alguna manera con el Emperador
y los Monarcas, ya que sin su ayuda será imposible adentrarse en los
territorios conquistados. La Corona real es la que se encarga de la
conquista y la Iglesia hará como de patrocinadora de la evangelización: por
eso se denominará El Patronato a la institución del Estado que regula
las relaciones con la Iglesia y con sus actividades evangelizadoras. La
Santa Sede, por su parte, creará más tardíamente el año 1622 una institución
eclesial dedicada a coordinar todo el proceso de la evangelización de las
nuevas tierras descubiertas por los europeos: La Sagrada Congregación para
la Propagación de la Fe, más conocida como "Propaganda Fidei".




1.1.
ÁFRICA.





Los territorios de África
fueron la
primera zona de evangelización de los portugueses que desde 1415
establecieron diversas misiones en los territorios de la costa oeste. La
Iglesia más desarrollada estuvo ubicada en torno al río Congo, que más tarde
sería territorio belga, hoy Zaire. Y este desarrollo se debió a que en 1491
el Rey se bautizó y su hijo, que optó por la vida sacerdotal, fue nombrado
Obispo, el primer Obispo negro en África.

En el siglo XVIII llegarán los franceses a África. Costa de Marfil,
Madagascar y el Senegal serán los primeros puestos de misión de origen
francés.



1.2.
JAPÓN.





En Asia
el centro del proceso
evangelizador fue la India que controlaban los portugueses y el hombre clave
fue el santo jesuita Francisco Javier que llegó a Goa, en el sureste, el año
1542 y desde ahí se dirigió a Malaca y Japón en 1549. Cuando se preparaba
para llevar a cabo su gran proyecto de entrar en China, murió en una isla
cercana a Cantón en 1552.

De estos países, Japón fue donde la evangelización prendió antes. Los
cristianos llegaron a ser más de 300.000, sobre todo en el sur y el gran
organizador de todo el proceso evangelizador fue el P. Valignano, un jesuita
continuador de la obra de Javier. La evangelización habría sido realizada
tratando de lograr la conversión de los pequeños gobernantes feudales, -los
"daimíos". Cuando surge una fuerte monarquía que trata de controlar a
estos pequeños señores feudales,- los "shoguns", se produce una
oposición a la influencia extranjera y unida a ella se desata la persecución
contra los cristianos. De 1597 a 1614 el martirio fue un fenómeno
persistente para los cristianos y desde entonces, exceptuando algunos focos
aislados, Japón cerró las puertas al cristianismo hasta el siglo XIX.



1.3.
LA INDIA.





La India
poseía una cierta historia
de evangelización desde los orígenes del cristianismo, aunque no es
comprobado que Santo Tomás, como dice la tradición, haya evangelizado
algunas regiones de la India. No obstante, al menos desde el siglo V tenemos
datos de la existencia de comunidades cristianas, aunque en su mayoría se
mantenían en la tradición del nestorianismo, por su vinculación con la
Iglesia de Siria. Eso produjo los primeros conflictos entre estos cristianos
y los misioneros franciscanos portugueses. Se puede decir que en su primera
fase, la evangelización apenas tocó las raíces culturales del mundo hindú.

Más efectiva sería la obra de un grupo de jesuitas liderado por el italiano
P. Roberto de Nobili en el siglo XVII que vivió cincuenta años en la India y
quiso ser considerado como un sannyasi, según el modelo de los
penitentes hindúes. Tal vez su error radicó en que por querer identificarse
con la cultura de su tiempo se identificó más con los brahmanes, la casta
superior. De Nobili peleó por introducir expresiones y formas rituales del
mundo hindú en la celebración de los sacramentos, a lo que se le llamó "los
ritos malabares". De Nobili fue denunciado a Roma por esas innovaciones y en
1623 se le obligó abandonar la práctica de los ritos malabares.



1.4.
CHINA.





China
era el gran reto de los
misioneros y a la vez el gran sueño heredado desde la muerte de Javier. El
primer foco de evangelización fue la colonia portuguesa de Macao donde se
instalaron los jesuitas recogiendo la antorcha del santo navarro. Desde ahí
se lanzaron a la empresa de China llegando hasta Pekín. De todos estos
primeros jesuitas en China, el que ha quedado más recordado en la historia
es el P. Mateo Ricci que vivió en Pekín hasta 1610. Ricci intentó hacer en
China algo parecido a lo que realizado por De Nobili en la India: adoptó
muchas formas culturales del budismo después de estudiar el confucianismo.
Se dedicó sobre todo a trabajar apostólicamente con las clases más cultas
aprovechando sus conocimientos de física y matemáticas. Su obra sería
continuada más tarde por los Padres Schall y Verbiest.

En 1615 se puso en circulación la primera traducción de la Biblia en una de
las lenguas chinas. Para fines del siglo XVII existían en China más de
300.000 cristianos. Pero nuevamente se desató la disputa acerca de los ritos
chinos que los jesuitas habían introducido. Además los conflictos entre las
competencias entre el Patronato Portugués y la Propaganda Fidei
obstaculizaron el avance de la evangelización. Sólo se permitió el trabajo
de los jesuitas en el área de Pekín donde vivieron y trabajaron hasta la
supresión de la Compañía en 1762.



1.5.
INDOCHINA.





En Indochina el cristianismo comenzó a nacer con motivo de las
persecuciones a la Iglesia en el Japón. Muchos cristianos japoneses huyendo
de las crueles persecuciones se establecieron en Camboya, Tailandia (Siam) y
Vietnam. Los misioneros jesuitas franceses se introdujeron en la zona desde
1615. De todos ellos, el más famoso fue el P. Alejandro de Rhodes que dedicó
su vida al trabajo apostólico en el Vietnam: se hizo experto en la lengua y
desde ahí organizó la formación de los catequistas. Rhodes logró que Roma
nombrara Vicarios apostólicos en el XVII para el Oriente que serían Obispos
dependientes de Propaganda Fidei e incluso logró que se abriera un seminario
en Tailandia para las formación de las vocaciones del Extremo Oriente.



1.6.
ASIA RUSA.





En el Asia rusa, es decir, Siberia, la Iglesia se introdujo más
paulatinamente especialmente a través de la evangelización de los tártaros
llegándose incluso a establecer una red de comunidades cristianas entre
Rusia y China.




1.7.
LA CRISIS EN ORIENTE.





Las misiones en Oriente obligaron a la Iglesia a establecer un diálogo con
un mundo cultural que le era muy desconocido. Esto obligó a la Iglesia a
universalizarse y a realizar diversos intentos de inculturación que más
tarde en la historia serán retomados. Pero a partir del siglo XVII muchas de
las misiones en el Oriente entran en una gran crisis por diversas causas:

1. Una de las causas son los conflictos de jurisdicción entre los
Obispos nombrados por el Patronato portugués desde Lisboa y los Vicarios
apostólicos elegidos por Propaganda Fidei: estas disputas burocráticas
afectaron de un modo especial a las diversas Ordenes religiosas en sus
trabajos misioneros y entorpecieron el desarrollo de una evangelización más
inculturada.


2. La disputa sobre los ritos tanto en la India como en China y en
general todo lo relacionado con la inculturación en la transmisión de la fe
y de la liturgia hizo que la creatividad se estancara. ¿Cuál era la
traducción adecuada de la Biblia para un mundo que poseía bases culturales
diferentes de las de Occidente? ¿Había que respetar los ritos occidentales
sobre los sacramentos y la liturgia o era legítimo traducirlos a otras
formas simbólicas? ¿No atentaba eso contra la unidad de la Iglesia? ¿Qué
elementos de la moral cristiana eran imprescindibles para ser cristiano y
cuáles eran sólo tradiciones occidentales? En la India ¿la Iglesia debía
respetar o combatir el sistema de castas?. Las disputas más fuertes se
produjeron entre los jesuitas, más abiertos a la inculturación, y dominicos
y franciscanos que veían peligrar el dogma de la Iglesia.

El conflicto más fuerte estalló en 1693 cuando Monseñor Maigrot, el Vicario
Apostólico en China, prohibió las traducciones de los jesuitas y la práctica
de la liturgia con ritos tradicionales. En 1704 el Santo Oficio confirmó
esta misma decisión y el Papa envió un Legado Pontificio a China y la India
para imponer la decisión. En 1715, el propio Papa condenó públicamente la
práctica de los ritos chinos y malabares.

3. La tercera causa es que las Iglesias orientales eran muy dependientes
de las metrópolis europeas
. Por el Tratado de Utrech en 1713, Francia y
España perdieron el control de los mares y desde 1763, por el Tratado de
París la India quedó bajo el control de los ingleses, con lo que el
anglicanismo borró con las huellas del catolicismo. Por otra parte, la
supresión de la Compañía de Jesús retiró desde 1773 más de tres mil
misioneros de Oriente.





2. LA PRESENCIA DE
LA IGLESIA EN AMÉRICA LATINA.




2.1.
LA HISTORIA DE AMÉRICA PRECOLOMBINA.



Acerca del origen de los pueblos americanos, hasta los años setenta se
sostenía que el pasado del hombre en América Latina tenía 4.000 años
aproximadamente. Pero posteriormente arqueólogos y etnólogos han descubierto
restos que asegurarían la existencia del hombre desde hace más de diez mil años.
La tesis más común entre los prehistoriadores es que los primeros pobladores de
América proceden de Asia y habrían atravesado el Estrecho de Bering aprovechando
los pasos aún existentes en las épocas glaciales del Cuaternario. Los primeros
estarían de alguna manera emparentados con grupos cazadores siberianos de origen
mongólico: eso explicaría las similitudes faciales de unos y otros. Pero el
desplazamiento desde el estrecho de Bering hasta el Sur es aún un enigma para
los historiadores. A la llegada de los europeos existían en América unas 370
grandes etnias y 125 familias lingüísticas.


Podríamos hablar de una evolución de los pueblos indígenas:



1. La época paleoindígena llegaría hasta 5.000 años antes de Cristo y
correspondería al Paleolítico superior de Europa. Es una época en que los
pueblos viven en estado nómada, alimentándose de los productos de la caza y
la pesca. Utilizan y perfeccionan la piedra.

2. La época meso-indígena que ocuparía del 5.000 al 2.000 antes de
Cristo. Corresponde al Mesolítico europeo. Y la novedad es que además de la
caza y la pesca, comienzan a recolectarse algunas plantas silvestres. En
general las zonas están poco pobladas y los grupos muy dispersos por las
dificultades de encontrar modo de subsistencia.


3. La época neo-indígena, del 2.000 antes de Cristo hasta la llegada
de los europeos en el siglo XV. Corresponde al Neolítico europeo. Y la gran
novedad es el descubrimiento de la agricultura, lo que hace que los pueblos
se conviertan en sedentarios. El desarrollo agrícola producirá mejoras en la
alimentación, aumento de la población y el desarrollo de las actividades
culturales y religiosas. México y toda la región mesoamericana fueron el
lugar de la más temprana introducción de la agricultura, probablemente cerca
del año 7.000 antes de Cristo.

Aunque existen paralelismos, hay una gran diferencia entre Europa y América:
en América se dio un menor desarrollo de la ganadería lo que explica el uso
de la fuerza humana de arrastre y el sistema de quemas en las zonas de
cultivo que aún hoy perdura y que ha empobrecido los suelos. Por eso la
sedentarización y las densidades de población fueron menores que en Europa.




2.2.
LOS PUEBLOS INDÍGENAS.


A
partir de esta periodización, los historiadores establecen una triple
clasificación de los pueblos americanos antes de la llegada de los europeos:




1. Pueblos de agricultura rudimentaria en la época de la conquista.
Se trata de las "marginal tribes" dedicadas fundamentalmente a las
actividades de la caza y la pesca y recolectores de plantas silvestres, con
un desarrollo muy elemental de la agricultura. Entre ellos estarían:


a) Los de la familia lingüística arawack que se
habían desplazado desde el Amazonas hasta el Caribe y las Antillas.
b) Los Caribes hoy aún existentes en Guyana y que
desde allí se desplazaron hasta las Antillas.
c) Los tupí-guaraní en Amazonas, Paraná y La
Plata.




2. Pueblos de grado cultural intermedio. Es decir, pueblos en los que
existía ya un cierto desarrollo de la agricultura, aunque aún las técnicas
de producción eran algo rudimentarias. La mayoría de ellos se ubican en la
zona del Caribe y el Sur de los Andes. Existía en estos pueblos una
organización social superior que distinguía entre las clases nobles, el
pueblo libre y los esclavos. En este grupo cabría incluir a:


a) El área del Caribe: Centroamérica y las
Antillas actuales.
b) El área sub-andina: el Norte de Colombia y el
Nordeste de Venezuela donde la relación con las culturas andinas era
mayor.
c) El área sur-andina: Los araucanos, que vivían
bajo el influjo cultural de los incas.








3) Pueblos de grado cultural superior. Se trata de pueblos con un
tipo de mayor desarrollo agrícola y altos índices de productividad de los
suelos, elevados por un adecuado sistema de riegos y terrazas. Junto al
desarrollo agrícola, encontramos en estas pueblos importantes avances en el
campo de la artesanía y de las artes, así como una gran red de relaciones
comerciales con los países del entorno.

En estos pueblos se da una mayor diversificación de las clases sociales, e
incluso la aparición de un grupo dedicado a las actividades religiosas. A la
vez estos pueblos llegan a desarrollarse territorialmente incluyendo a otros
vecinos en grandes Imperios. La mayoría de ellos conocían y practicaban
algún tipo de escritura e incluso llegaron a desarrollar una incipiente
matemática.

Entre estos pueblos se ubicarían:


a) La zona chibcha, es decir la actual Colombia
central.
b) Los incas, en los Andes peruanos y chilenos.
c) La región de Mesoamérica ocupada por:


* Los mayas que desde el 3000 antes de Cristo
se establecen en el Sur de México y Centroamérica.


* Los toltecas, en el sur de México.




*
Los aztecas y chichimecas
en el México central.


2.3.
LAS RELIGIONES INDÍGENAS.


¿Qué
sabemos acerca de las religiones de América Latina antes de la llegada de
los europeos?. Según las investigaciones de los historiadores de la religión y a
partir de los datos que nos aportan los primeros misioneros, podríamos
distinguir tres tipos de formas religiosas entre los grupos indígenas:



1. Los pueblos cazadores, pescadores y recolectores de Sudamérica,
organizados en grupos tribales, practicaban religiones de tipo animista como
el chamanismo (relacionaban lo divino con la naturaleza y algunos animales)
y establecían una fuerte relación entre religión y curación de enfermedades.
Nos consta que practicaban sacrificios humanos a sus divinidades y de algún
modo existía entre ellos la creencia en un Ser superior relacionado con el
origen de la naturaleza y con el origen de la tribu. También parece que
consideraban la idea de la existencia de la tierra como un paraíso sin
pecado y por eso el sistema de enterramiento era a través de cremación: las
cenizas devolvían al paraíso de la tierra la existencia humana.

2. Los pueblos de grado cultural intermedio, expresaban lo religioso
mediante una trilogía básica constituida por el Templo, la clase sacerdotal
y la veneración a un ídolo. Aunque afirmaban la existencia de un Ser
superior, en general su fe era politeísta. Sus dioses están llenos de
mitología: son dioses que no intervienen en la historia humana y se
identifican con los antepasados.


3. Los pueblos de cultura superior, tenían un esquema religioso más
complejo: Los chibchas adoraban a una diosa unida con la fecundidad de la
tierra y de los hombres. Entre los incas se daba un sincretismo de ideas
entre las creencias religiosas del altiplano y de la costa y por eso eran
politeístas aunque la idea central de su religión era la creencia en el más
allá. Por lo que toca a la región mesoamericana, poseían una especie de
visión panteísta desde la que consideraban unitariamente el mundo y Dios:
Dios había engendrado al mundo y éste era como una manifestación de Dios
mismo. Su liturgia se caracterizaba por la práctica de los sacrificios
humanos.




2.4.
EL PROCESO DE LA CONQUISTA.


La
colonización española y portuguesa en América Latina se divide en dos grandes
épocas: hasta mediados del siglo XVI, la actividad fundamental de los europeos
fue la conquista militar: ocupar los territorios haciendo frente a la
resistencia indígena. Desde 1560 los europeos pusieron mayor interés en
colonizar los territorios conquistados: sistemas de producción y comercio,
organización municipal, desarrollo de la minería y del comercio.
Por
lo que toca a la época de la conquista, podríamos distinguir tres etapas:



1. 1493-1520: en esta época el centro de interés de los europeos
fueron las regiones del Caribe, es decir las Antillas mayores, las
costas de Panamá y las islas cercanas. Los españoles encontraron poca
resistencia entre los pobladores de estas regiones más habituados a las
relaciones comerciales con otros pueblos.

2. 1520-1534: en un segundo momento, el interés de los españoles se
centra en Mesoamérica y la zona incaica. Aquí la conquista fue más
sangrienta por la frecuencia de la resistencia militar y el mayor grado de
organización militar. Por su parte, el interés de los españoles por estas
regiones era mayor cuando se descubrieron las minas de oro y plata.

3. 1534-1555: en la tercera época, españoles y portugueses ponen su
atención en las regiones interiores de Sudamérica y las zonas periféricas de
Mesoamérica y de la zona incaica: Venezuela, Colombia, el Río de la Plata y
el Sur de los Estados Unidos.




2.5.
LA EVANGELIZACIÓN.



La
presencia de la Iglesia en América quedaba estaba establecida a través de la
Institución de El Patronato. Por dicha el Patronato los gobiernos
europeos recibían la misión de extender la fe cristiana y de ayudar a la labor
evangelizadora de la Iglesia. El Rey por su parte tenían la potestad de
presentar ante la Santa Sede los candidatos para ser Obispos en América, crear
diócesis, enviar y costear los gastos de los misioneros , encargarse de cobrar
el diezmo para la Iglesia y asegurar que las iglesias pudieran poseer los bienes
necesarios para llevar a cabo su trabajo pastoral.

El
proceso de evangelización fue lento, pues los misioneros desconocían las
culturas y lenguas indígenas y además encontraban dificultades para realizar sus
misiones ante el temor de los indígenas a los colonizadores españolas. En un
primer momento, la evangelización fue encomendada a los religiosos, primero
misioneros franciscanos y dominicos. A ellos se agregarían más tarde los
mercedarios y jesuitas, así como algunas otras órdenes contemplativas y
femeninas. Las tres primeras diócesis se establecieron en las islas del Caribe
Santo Domingo y Concepción (el La Española) y San Juan (Puerto Rico). A ellas
siguió el primer Obispado en el interior del continente: Santa María la Antigua,
en Panamá.
A
partir de 1530, el clero secular se unió a la labor evangelizadora y la Iglesia
latinoamericana logró poseer una cierta personalidad mediante la organización de
sínodos diocesanos. En los siglos XVII y XVIII, la Iglesia emprenderá la
evangelización de los pueblos indígenas que vivían en las zonas interiores más
incomunicadas como los tupí-guaraní donde los jesuitas establecerían las famosas
Reducciones del Paraguay.

Durante el proceso de la conquista, los misioneros encontraron una fuerte
oposición
de parte de los conquistadores: la guerra era más un obstáculo que
una ayuda para labor evangelizadora. Y por ello se opusieron frecuentemente
tanto a los métodos de conquista como a las formas de colonización.



* En 1511 Fray Antonio de Montesinos, levantó la voz en La Española (Santo
Domingo-Haití actuales) protestando contra el sistema de trabajo indígena y
acusando a los encomenderos de los métodos utilizados. Esto le valió la
expulsión de los dominicos de la isla.

* Poco más tarde, Bartolomé de las Casas suscitó todo un debate en España
denunciando como injusto el sistema de colonización que se estaba utilizando
en América Latina llegando a negar la legitimidad de la conquista. A esta
posición se sumaron todo un grupo de teólogos y juristas, sobre todo
dominicos que atacaban el derecho de los conquistadores sobre tierras y
personas argumentando, como el P. Vitoria, que las concesiones papales sólo
otorgaban derechos para la evangelización de los pueblos descubiertos, pero
no para la esclavización de los mismos frente a las teorías de expresadas
por Juan Ginés de Sepúlveda quien sostenía que existía el derecho al
sometimiento de estos pueblos dada su inferioridad cultural.





* Todo ello movió a que el Papa Paulo III interviniera en el asunto
defendiendo los derechos de los pueblos indígenas e invitando a los monarcas
de España y Portugal a elaborar una legislación que asegurara tales
derechos. Al fin en 1542, la Monarquía española elaboró las Leyes Nuevas
que abolían la encomienda y el trabajo indígena.




Podríamos decir que hasta la Independencia, la historia de la Iglesia en América
Latina podría dividirse en cinco grandes etapas:




1. 1493-1519: La evangelización de las Antillas.



El cristianismo comenzó introduciéndose en América a través de las Grandes
Antillas utilizando el Caribe, "el mediterráneo americano" como camino de
comunicación. Las pequeñas Antillas sólo serían evangelizadas un siglo más
tarde. Los primeros misioneros fueron benedictinos, franciscanos,
mercedarios y más tarde, dominicos. De todo este grupo de primeros
evangelizadores, tal vez los más importantes hayan sido los dominicos que
establecieron una lucha desesperada por salvaguardar los derechos de la
población indígena frente a los abusos de los conquistadores, especialmente
la esclavitud y el trabajo en las plantaciones.

Entre ellos cabe mencionar a Fray Bartolomé de las Casas que llegó a La
Española en 1498. Catorce veces cruzó el Atlántico para defender los
intereses de los indígenas y hacer que en España se escucharan sus quejas.
Después de Cuba, vivió en Haití, desde donde lograría que la esclavitud
indígena fuera prohibida en las expediciones de Pizarro. La presión de este
misionero y de sus hermanos dominicos en las Universidades europeas lograron
que el Papa Paulo III escribiera las famosas Bulas defendiendo la dignidad
de los pueblos indígenas. En 1539 se trasladó a Guatemala y logró ser
nombrado de Chiapas, aunque regresó a España donde murió


2. 1519-1552: Las misiones de Nueva España y Perú.



Desde 1524 comenzó la evangelización de México don la llegada de un
grupo de misioneros franciscanos, "los Doce Apóstoles de Nueva España".
Desde el comienzo se dedicaron al estudio de las lenguas indígenas y a la
evangelización. A ellos se sumarían en 1526 los dominicos y años más tarde
agustinos. Desde muy pronto surgieron vocaciones entre la población criolla.
Primero se concentraron en el territorio de los aztecas utilizando la lengua
nahuatl y más tarde, se orientaron al trabajo con los pueblos mayas, en el
Sur. La evangelización contó con mayores facilidades cuando el Emperador
nombró Virrey de Nueva España al Obispo de Santo Domingo, Sebastián Ramírez.

La evangelización en Perú fue más compleja. El inmenso imperio de los
incas comprendía los territorios actuales de Ecuador, Perú, Bolivia y Chile.
Pizarro sometió militarmente el territorio y estableció la capital en Lima
en 1535. Siete años más tarde todo este territorio adquiría el rango de
Virreinato. Franciscanos, dominicos, mercedarios, agustinos y jesuitas
fueron los protagonistas de la evangelización de los incas. Aquí los
misioneros lograron una mayor independencia de los conquistadores, lo que
explica el temprano surgimiento de las reducciones, de entre
las cuales las más famosas serán las que los jesuitas establecerán más tarde
con los guaraníes.


La evangelización de Brasil se realizó bajo los auspicios de
la iglesia portuguesa, especialmente de los franciscanos y dominicos, pero
la evangelización no avanzó hasta la llegada de los jesuitas con el P.
Nóbrega que introdujeron el sistema de las reducciones.



3. 1552-1620: La organización y afianzamiento de la Iglesia.




1552 es la fecha del primer Concilio de Lima y 1620 es la de la creación de
los Obispados de Buenos Aires, al Sur y Durango al norte de América Latina:
en ese tiempo la iglesia latinoamericana se dedica a su organización
interna. Para ello, son frecuentes los concilios pastorales (más que
dogmáticos), el surgimiento de nuevas diócesis, el establecimiento de los
métodos pastorales, el distanciamiento con el poder de los conquistadores,
la elaboración de los primeros catecismos en lenguas indígenas...



4. Siglo XVII: Los conflictos entre la Iglesia misionera y la civilización
hispánica.






Durante este período se presentan diversos conflictos entre la Iglesia y los
gobiernos coloniales. La institución del Patronato ya no parece apta para
hacer frente a las necesidades de las iglesias locales por su distancia e
ignorancia de los asuntos internos de América Latina. Por otra parte, las
Ordenes mendicantes se resisten a dar paso al liderazgo de los Obispos y
clero diocesano. La creación de Propaganda Fidei se establece para ir
solucionando estos problemas.

Uno de los fenómenos importantes en esta época es la presencia de los
jesuitas y franciscanos en las zonas más aisladas del contacto con los
conquistadores y el establecimiento de nuevas zonas de misión con una
metodología de evangelización diferente a la de la primera época.



5. 1700-1808: La decadencia borbónica.



El fin del siglo XVII marca el triunfo de la dinastía borbónica entre las
monarquías europeas. Por el Tratado de Utrech, España y Portugal pierden en
1713 el predominio sobre los mares. Poco a poco Inglaterra y Holanda
desplazan a españoles y lusos en los mares.


Para América, la pérdida de influencia de España se traduce en
aislacionismo, separatismo de cada región. Para la Iglesia se traduce en una
significativa disminución del número de misioneros que vienen al continente.
No obstante las misiones continuaron especialmente en el Norte de América en
la frontera mexicana y las Californias.

Un hecho de capital importancia para la historia de la Iglesia en el XVIII
fue la expulsión en 1767 y supresión de la Compañía de Jesús. Vastos
territorios de misión quedaros abandonados y muchos grupos indígenas hasta
entonces atendidos, volvieron al estado de abandono en que habían vivido
cuando casi 3.000 jesuitas abandonaron el continente. Propaganda Fidei no
pudo cubrir ese inmenso vacío.




3. LA IGLESIA EN
CENTROAMÉRICA Y PANAMÁ.




3.1.
LA ESPAÑOLA (SANTO DOMINGO-HAITÍ)


La
evangelización de Centroamérica, como de las Antillas, tuvo su punto de partida
en la Isla de la Española que es en la que actualmente se ubican la República
Dominicana y Haití.
La
evangelización de la Española comenzó con el trabajo de los dos franciscanos
franceses que habían acompañado a Colón: los Hermanos Juan Deledeule y Juan
Tisim. Con la expedición de Ovando en 1502 llegaron 17 franciscanos y 2.500
colonos españoles que constituirían la base de la consolidación de la Iglesia en
la Isla. En 1510 llegaron a la Isla los primeros dominicos con fray Pedro de
Córdoba al frente. En 1511 se erigieron dos diócesis en la isla: Santo Domingo y
Concepción de la Vega.
Poco
a poco las diferentes Ordenes religiosas establecieron sus casas en La Española
y tomando ésta como centro evangelizador, enviaron misioneros a las diversas
islas de las Antillas, así como hasta las costas centroamericanas.


3.2.
PANAMÁ.


La
conquista de Panamá se inicia en 1509 por Pedro de Nicuesa que funda el fuerte
de Nombre de Dios. Pero será la expedición de Martín de Enciso
(1510), en la que toma parte Vasco Núñez de Balboa, la que conseguirá la
conquista y la colonización de Panamá, al fundar la ciudad de Santa María la
Antigua en el litoral occidental del golfo de Urabá. Después de la violentas
desavenencias entre Enciso y Balboa, éste logra ser nombrado gobernador del
Darién. En varias expediciones de exploración, Balboa descubre el Pacífico o Mar
del Sur, al que bautiza como Golfo de San Miguel, por haber
coincidido su descubrimiento con la festividad del arcángel en 1513.

Los
pioneros de la evangelización de Panamá fueron los franciscanos venidos desde la
Española. Como obispo de la región fue designado Fray Juan de Quevedo, primer
Obispo de Santa María la Antigua en 1513. Los trabajos misioneros resultaron
difíciles, hasta el punto que los franciscanos optaron por regresar a la
Española, lo que disgustó al Emperador Carlos V quien los obligó a regresar en
1519. Después de la ejecución de Vasco Núñez de Balboa, el gobernador Pedrarias
funda la ciudad de Panamá en 1519 y traslada allá la capital de la sede
episcopal.


3.3.
COSTA RICA.

Uno
de los primeros evangelizadores de esta zona de América Central fue el propio
Bartolomé de las Casas, en torno a 1536. Pero quienes llevaron el cristianismo
de un modo sistemático a Costa Rica fueron los franciscanos, desde 1550. Una
organización eclesiástica con jerarquía propia sólo nació, prácticamente, hasta
la época de la Independencia, al fundarse en 1850 la diócesis de San José de
Costa Rica que fue elevada metropolitana en 1921. En la época de la colonia,
Costa Rica dependía eclesiásticamente de la diócesis de León de Nicaragua.


3.4.
NICARAGUA.


El
Emperador Carlos V pide en 1527 al Papa Clemente VII la fundación de la diócesis
de León de Nicaragua, petición a la que accede el Pontífice en 1531. Pero será
Paulo III quien en 1534 erige la mencionada diócesis. Su primer onispo fue Diego
Alvarez de Osorio, el cual tomó posesión en 1536 pero murió el año siguiente. Le
sucedió el fraile jerónimo Francisco de Mondavia. Los evangelizadores de esta
región fueron los franciscanos. Pero el más famoso de los primeros
evangelizadores de Nicaragua fue el mercedario y Obispo Andrés Navas y Quevedo
que se distinguió por su valiente defensa de los indígenas en contra de los
abusos de los gobernadores, y sobre todo por su celo pastoral, que se demostró
en las visitas pastorales a su extensa diócesis.

3.5.
HONDURAS.


En
1524 inicia Hernán Cortés una expedición a Honduras desde México, que fracasó
por las dificultades climáticas y lo impracticable de los caminos a través de la
selva. Lo acompañaban dos sacerdotes franciscanos. Pero la evangelización de
esta región de Honduras no provino de México sino de La Española. En 1527 llegó
el franciscano Salcedo, a quien siguieron muy pronto otros frailes de su Orden,
de modo que en 1531 ya se erigió la diócesis de Comayagua. Desde Comayagua,
ubicada en el centro del país, los franciscanos fueron paulatinamente
estableciendo centros misionales en el norte y sur del país.


3.6.
EL SALVADOR.




Eclesiásticamente, este territorio dependió de Guatemala hasta 1743. En 1842 se
estableció el obispado de San Salvador, que en 1913 fue elevado a Arzobispado.


3.7.
GUATEMALA.


La
evangelización de Guatemala fue iniciada por uno de los tres primeros
franciscanos llegados a México, Fray Juan de Tecto. En 1533, Paulo III erigió la
diócesis de Guatemala, siendo su primer obispo Francisco Marroquín. La
evangelización de estos territorios se llevó muy pronto a cabo, debido a la
masiva presencia de misioneros. En 1565, los franciscanos ya habían constituído
su provincia religiosa independiente de la de Yucatán (México). Los dominicos y
los mercedarios llegaron a Guatemala. Para 1600 Guatemala contaba con 22
conventos franciscanos, 14 dominicos y 6 mercedarios, aunque hay que tener en
cuenta que la gobernación de Guatemala se extendía entonces por tierras de El
Salvador, México, Honduras, Belice y Costa Rica.
Una
de las preocupaciones de los Obispos de Guatemala fue la educación y así los
dominicos fundaron en 1500 el Colegio de Santo Tomás que en 1624 obtendrá del
Rey la facultad de conceder grados académicos. Los jesuitas, desde su llegada en
1606, fundan un colegio que en 1640 consigue el poder de otorgar grados. Los
franciscanos erigieron en 1573 cátedras de teología, cánones y moral y los
mercedarios fundaron cátedras de filosofìa y teología en 1610. Todo ello
contribuyó a que en 1660 se fundase la Universidad de San Carlos de Guatemala





TEMA 6. REFORMA Y CONTRA-REFORMA



1.
El movimiento reformista.
2.
La Contra-Reforma católica.
3.
Las guerras de religión.
Se
entiende por Reforma el movimiento religioso que surge en Europa
en el siglo XVI y que busca un cambio tanto en las formulaciones tradicionales
de la fe y el dogma como en la práctica de la fe cristiana. Sus principales
exponentes fueron Lutero, Calvino, Zwinglio, además del rey Enrique VIII de
Inglaterra
. A ellos se sumarían importantes núcleos de población tanto en
Europa como en las colonias de ultramar que los europeos controlaban.
Se
entiende por Contra-Reforma la respuesta de la iglesia católica al
pensamiento y a la práctica de los reformistas. Esta respuesta más que por el
diálogo, estuvo marcada por la oposición abierta a las tesis reformistas; de ahí
su nombra Contra-Reforma. La expresión más significativa de este movimiento será
El Concilio de Trento.
El
deseo de los monarcas imponer un determinado credo religioso a los ciudadanos de
un país desencadenará las guerras de religión que ocuparán a Europa
durante el siglo XVII hasta que se llegue al principio de la tolerancia.




1. EL MOVIMIENTO
REFORMISTA.




CAUSAS DE LA REFORMA
.

Diversas causas confluyeron en el surgimiento de la Reforma:



a) La crisis de la filosofía escolástica producida desde el siglo XIV.
La filosofía escolástica elaborada en las Universidades europeas había
constituido el primer intento por poner bases filosóficas al pensamiento
cristiano. Abelardo, Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino habían realizado
un portentoso esfuerzo de aplicar el pensamiento filosófico de Aristóteles a
la teología cristiana de modo que la fe pudiera tener un sustento racional.
A toda esa construcción de un sistema filosófico que hacia compatible fe y
razón se le llamó escolástica porque era el que se explicaba en la
vida escolar, en las Universidades. Pero desde el siglo XIV, especialmente a
través del pensamiento de Guillermo de Ockham y la corriente nominalista,
este pensamiento entra en crisis: fe y razón no parecen tan fácilmente
reconciliables.

b) La crisis del Papado. Bajo el impulso de las tesis del agustinismo
político, los Papas llegarán a alcanzar un gran poder no sólo político sino
también económico y social. A ese poder hay que añadir la corrupción y
relajo en que habían caído las costumbres de la vida de los Pontífices.
Existieron entre ellos quienes no cumplían el celibato, vivían como nobles
romanos más que como ministros de la Iglesia, y se interesaban más por las
grandes obras suntuosas y una vida llena de comodidades que por el bien de
la Iglesia universal.

c) Los conflictos permanentes entre las monarquías y el Papado: estas
se ven debilitadas por las ansias de control de la cristiandad de parte del
Papado y la ingerencia del mismo en asunto relacionados con la vida política
de las diversas naciones. De un modo especial la nobleza alemana se sentía
peculiarmente sensible ante ese modo de proceder del Papa.

d) Una espiritualidad popular carente de fundamentación teológica sólida:
ante la falta de una evangelización adecuada al nuevo ambiente cultural de
la Edad Moderna, el pueblo creyente se refugia en una serie de prácticas
piadosas tradicionales a las que se suele llamar la devotio moderna.




1.2.
MARTIN LUTERO.





Martin Lutero nació en Eisleben, Sajonia (Alemania) en 1483. Formado en la
escuela catedralicia y posteriormente en la cercana Universidad de Erfurt,
ingresó a la vida religiosa en el convento de los agustinos de Erfurt. Tras
concluir su formación, fue destinado a trabajar en la enseñanza de la
Teología, particularmente la explicación de la Sagrada Escritura en la
Universidad de Wittemberg. Allí impartió clases sobre los Salmos, las Cartas
de Pablo a los Romanos y a los Gálatas, además de dedicarse a otra
actividades pastorales, especialmente el sacramento de la penitencia.

Tres son sus escritos más clásicas:


* Llamada a la nobleza cristiana
de la nación alemana.


* La cautividad babilónica de la
Iglesia.


* La libertad del cristiano.






Las ideas teológicas centrales de sus escritos serían éstas:

1. La presencia del pecado domina al hombre. Esta es una de las ideas
centrales de los primeros capítulos de la carta a los Romanos y de ahí la
heredó Lutero. Para Lutero el hombre es "semper pecator" (siempre
pecador), un "arbor malefactor" (un árbol que sólo puede producir
frutos malos). Y la causa de ello es que la naturaleza humana ha quedado
estructuralmente dañada por el pecado original. Aunque el hombre quiera
hacer el bien , de hecho, siempre obra pecado.


2. Puesto que el hombre es un ser pecador, lo único que puede salvar al
hombre es la justicia de la fe.¿Qué significa esto? Lutero
vivía en una constante pregunta en sus años de profesor mientras explicaba
la Carta a los Romanos. Su angustia brotaba al ver que el hombre siempre es
pecador y por tanto desde él mismo no existe posible salvación.


Al fin, mientras meditaba sobre esta cuestión, tuvo una intuición
iluminativa que le hizo salir de su angustia: No son las obras del hombre
las que le pueden salvar. La única salvación posible viene de creer en que
la salvación (que es lo que Pablo llama "justicia" en la carta a los
Romanos) viene de Dios. Apegándose al texto de Rom, 3, 28 ("El hombre es
justificado por la fe sin las obras de la ley"), Lutero llegó a la
conclusión de que la única salvación posible al hombre es la que la que
proviene de creer en que Dios le salva. Y eso es la fe.

Sólo esa es necesaria para salvarse: "sola fide". Esa iluminación
tuvo lugar en el año 1514, estando Lutero pensando en una elevada torre del
convento de Wittenberg, donde residía. Por eso se suele llamar "El
Descubrimiento de la Torre" entre los historiadores luteranos. Y a partir de
ella, Lutero comienza a construir su sistema teológico.

3. Si esto es así, entonces la Teología tradicional acerca de los méritos
que el hombre puede realizar para alcanzar su salvación carecía de sentido.
El hombre no se salvará por muchas obras buenas que haga. La teología
tradicional sostenía que gracias a los méritos humanos, una persona puede
obtener la salvación de su ala e incluso la de otras que estaban aún
purgando sus pecados.

Esta convicción llevará a Lutero a su primer enfrentamiento con la Iglesia.
Precisamente por aquellos días el Papa Julio III llevaba a cabo una gran
campaña para poder llevar a cabo la construcción de la Basílica de San Pedro
en Roma. Para ello, el Papa había prometido indulgencia plenaria a quienes
colaboraran con sus limosnas a la edificación de aquel templo que se
pretendía fuera el más famoso de la cristiandad. Indulgencia plenaria quería
decir que si uno colaboraba con sus limosnas, quedaba libre de los pecados
de su vida. Incluso esa indulgencia se podía aplicar a otra persona que aún
estaba en el Purgatorio. Y así muchos predicadores, por toda Europa estaban
predicando las indulgencias. Uno de ellos, el dominico Juan Tetzel lo hizo
en el territorio de Sajonia.

Partiendo de la convicción a la que había llegado estudiando la carta a los
Romanos, Lutero se enfrentó abiertamente a la campaña y predicación de
Tetzel, no sólo por la corrupción con que se llevaba a cabo, sino porque, a
juicio de Lutero, incluía en un error teológico: pensar que alguna de mis
obras puede salvarme, cuando en realidad, sólo la fe en Dios me salva. Por
ello, el 31 de octubre de 1717, Lutero pegó un gran documento a la puerta de
la iglesia del Castillo de Wittenberg que llevaba por título "Noventa
y cinco tesis contra la teología escolástica
".La tesis central de
Lutero es que la salvación es simplemente don gratuito de Dios más que
resultado de las obras humanas. De hecho, más que una ruptura con el Papa y
la Iglesia, Lutero pretendía con esto hacer pensar a los cristianos y
presentar la discusión del tema ante los profesores de la Universidad.

En un escrito posterior, Lutero sostiene que la verdadera Iglesia no es la
visible. No es ni debe ser una institución jurídica con una organización
oficial, sino simplemente la comunidad de los que, por la fe, han sido
salvados por Dios.






Por eso la comunidad no necesita de dineros, ni de normas. Esto último
determinará, por parte de la Iglesia católica, la publicación del Código de
Derecho Canónico en 1520.





5. El único camino para poder encontrar a Dios es la Sagrada Escritura
puesta que ésta ha sido revelada por Dios. No se necesita acudir a la
tradición ni a la historia del dogma de la Iglesia: eso sólo son obras de
los hombres, no son reveladas por Dios. De hecho, la historia de la Iglesia
muestra cómo la tradición está llena de errores humanos. Frente a la
tradición, Lutero afirma el valor absoluto de la Sagrada Escritura, "sola
Scriptura
". Resultado de esa alta valoración de la Biblia será la
primera traducción de la Biblia al alemán realizada por el propio Lutero.

6. Sólo son válidos, por ello, aquellos sacramentos que nos consta que
aparecen revelados por Jesucristo en la Escritura. Es decir, aquellos
sacramentos que él instituyó. Y esos sacramentos, según Lutero, sólo son
dos: el Bautismo y la Cena. Incluso por lo que toca a la Eucaristía no hay
que pensar que se da una presencia absoluta de Jesucristo en las especies de
pan y vino, pues la Eucaristía sólo recuerda la Ultima Cena, pero no hace
presente a Cristo.

7. El poder de los príncipes y señores temporales proviene de Dios y debe
ser empleado para hacer triunfar el Reino de Dios en este mundo. Ese es el
verdadero poder que dimana de Dios y no el de los ministros de la Iglesia
que sólo serán "pastores" que acompañan al rebaño, pero no tienen poder
proveniente de Dios. Por eso, las iglesias luteranas serán iglesias
nacionales.




1.3.
JUAN CALVINO.





Calvino no era un clérigo, sino un laico convertido, de origen francés pero
que se había instalado en Basilea (Suiza) donde publicó su famosa obra "
Institución de la Religión cristiana
".

Entre sus tesis más importantes cabe subrayar:

1. El hombre es pecador por naturaleza e incluso cuando quiere salir del
pecado, en realidad sólo cae en el pecado de la soberbia. Desde él mismo no
hay posibilidad de alcanzar la salvación.

2. Sólo alcanzarán la salvación aquellas personas que Dios en su sabiduría
eterna ha predestinado a la salvación. Como la sabiduría de Dios es
absoluta, El ya sabe quién se va a salvar y por eso unos hombres están
predestinados a la salvación y otros a la condenación..

3. ¿Cómo puede llegar a saber el hombre si está predestinado a la
salvación?. Según Calvino el signo es la prosperidad en la vida: el hombre
que triunfa en la vida tiene en ese triunfo un signo de que Dios lo llama a
la salvación. La prosperidad es el signo que confirma la predestinación de
una persona a la salvación.

4. Frente a la Iglesia organizada jurídicamente, Calvino propone una iglesia
estructurada desde los laicos.



1.3.
ENRIQUE VIII.





La separación de las Islas Británicas de la Iglesia católica y de la
autoridad del Papa tiene como origen un asunto matrimonial. El rey inglés
Enrique VIII deseaba anular su matrimonio con Catalina de Aragón del que
solamente había tenido una hija, María Tudor. El rey deseaba un hijo varón
como su sucesor en el trono. Por eso acudió al Papa a solicitar dicha
anulación a lo que el Papa no dio su consentimiento. Ante tal negativa,
Enrique VIII acudió al clero inglés y logró la anulación de su matrimonio
proclamándose así jefe y protector de la Iglesia de Inglaterra y por el Acta
de supremacía de 1539 se separó oficialmente de la autoridad del Papa. Sólo
un grupo de los nobles del Parlamento se opusieron a esta decisión, como el
diplomático Tomás Moro y el Obispo Fisher, que fueron ejecutados.

En medio de la disidencia con Roma, se permitió la entrada y difusión de las
ideas calvinistas, las que se circulaban en libros de oración y piedad
popular (Book of Common Prayer) pero en realidad el anglicanismo no
poseía una cuerpo doctrinal diferente al del la Iglesia católica, excepto en
lo tocante a la obediencia al Papa. Aunque con la regencia temporal de María
Tudor el catolicismo se convirtió de nuevo en la religión oficial de
Inglaterra, al subir al poder Isabel I (1558-1603), estableció
definitivamente el anglicanismo promulgando Los 39 Artículos
que definen la fe anglicana.







2. LA
CONTRA-REFORMA CATOLICA
.


Los
dos hechos más significativos que definen la Contra-Reforma católica serán La
celebración del Concilio de Trento y el surgimiento de nuevas Ordenes
Religiosas.


2.1.
EL CONCILIO DE TRENTO.





2.2.
LAS NUEVAS ORDENES RELIGIOSAS.





Es en la vida religiosa donde también se expresa con mayor claridad el
ambiente de la Contra-reforma. En unos casos se trata de la reforma de
antiguas Ordenes Religiosas; en otros casos, se trata de la fundación de
otras nuevas.

* La reforma entre los franciscanos de la nacerá la Orden Capuchina en 1526.

* La reforma en la Orden contemplativa del Carmelo introducida por Santa
Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz desde España.

* El Oratorio del Amor Divino en el que se reúnen laicos y religiosos
dedicados a la atención de enfermos y pobres.

* El surgimiento en 1524 de los Clérigos Regulares fundados por Cayetano de
Thiene, por lo que serán denominados los Teatinos. La novedad de esta Orden
religiosa reside en que reúnen apostolado y vida religiosa.

* El surgimiento de la Compañía de Jesús en 1540 fundada por un grupo de
compañeros en torno a Ignacio de Loyola con una orientación claramente
apostólica y rompiendo la tradición de las Ordenes anteriores.

* Los Bernabitas fundados en 1530 por S. Antonio María Zacarías.

* Los Clérigos Regulares de San Pablo dedicados a la educación de la
juventud.

* Los Somascos fundados por Jerónimo Emiliani y así denominados porque
nacieron en la ciudad de Somasco dedicados a la educación así como la
atención a los enfermos y huérfanos.

* Los camilianos.




3. LAS GUERRAS DE
RELIGIÓN
.



¿Cuál fue la actitud de la Iglesia ante el movimiento reformista?
En
1520, la Bula Exsurge Domine condena 41 proposiciones de Lutero y
le pide al propio Lutero que se retracte públicamente de sus proposiciones en
dos meses. Pero esto no lo hace y en enero de 1521 Lutero es excomulgado de la
Iglesia católica.


3.1.
ALEMANIA.





No obstante el Emperador Carlos V quiere por todos los medios evitar la
división religiosa de su inmenso Imperio que comprendía buena parte de
Europa y América de habla española además de algunas posesiones en Africa.
Por eso, el Emperador presiona para que se convoque una reunión pública de
diálogo religioso y que así se pueda evitar la separación. La primera
reunión será celebrada en la ciudad alemana de Worms y por eso es conocida
como la Dieta de Worms. La reunión llega a celebrarse pero
Lutero se mantiene en sus tesis aduciendo que según su conciencia no puede
renunciar a ellas. Por esa razón es desterrado del territorio del Imperio en
1521. Precisamente en su tiempo de exilio realizó la primera traducción de
la Biblia al alemán.

La nobleza alemana se divide entre quienes apoya y se separan de Lutero.
Muchos nobles ocupan las tierras que hasta entonces pertenecían a la
Iglesia. Aprovechando esa situación Tomas Münzer organiza una
gran sublevación campesina contra Lutero en 1524 reclamando el derecho de
los pobres a la tierra y aduciendo para ello razones religiosas. Era como
una sublevación popular pero sustentada en las mismas bases bíblicas con las
que la reforma de Lutero había organizado su sistema teológico. Ante la
escisión de quienes le seguían, Lutero opta por apoyarse en la nobleza.





Alemania se mantendría dividida en dos bloques religiosos: católicos y
reformados luteranos. Aunque la Dieta de Spira había dejado en
libertad a los príncipes para optar por la religión que deseara seguir, una
nueva Dieta obligó a todos los súbditos alemanes a adoptar el catolicismo lo
que provocó una gran revuelta.

Presionado por esta larga guerra, el Emperador se decide a convocar una
nueva reunión, la Dieta de Augsburgo en 1530. Los luteranos
presentaron de un modo oficial su credo central que aún hoy se mantiene en
validez, la Confesión de Augsburgo y da unidad a las diversas
iglesias protestantes. Ante éste y sucesivos fracasos, el Emperador decide
firmar la Paz de Augsburgo en 1555 por la que se llega a la
primera expresión de tolerancia religiosa, es decir, se concede la libertad
para que cada príncipe tenga la libertad de elegir la religión que desee.




3.2.
PAISES ESCANDINAVOS.





Escandinavia se sumó entre 1527 y 1537 al luteranismo.



3.3.
INGLATERRA.





Como ya dijimos, en realidad la separación de las Islas Británicas de la
autoridad no tenía tanto origen teológico como disciplinar. En un primer
momento el anglicanismo se inspiró en algunas de las prácticas religiosas
del calvinismo.

Escocia se sumó al anglicanismo y los católicos fueron perseguidos. Unos se
trasladaron a Irlanda del Norte donde la religión predominante fue la
católica; otros, prefirieron emigrar a las colonias de los Estados Unidos
entre las que algunas se mantuvieron fieles al catolicismo.



3.4.
FRANCIA.





En Francia la política de tolerancia osciló. Al comienzo, los monarcas
franceses se mantuvieron claramente pro-católicos y trataron de perseguir a
las minorías reformadas.

Pero poco a poco el descontento de los reformados, entre los que
predominaban los calvinistas, se extendió y se fueron uniendo en un grupo
religioso y político a la vez conocido como los hugonotes, que
en alemán quería decir los "confederados". Apoyados en esa alianza lograron
ciertas libertades religiosas.

Pero de 1562 a 1598 la guerra religiosa estalló en Francia. El episodio más
famoso fue una horrible matanza contra los hugonotes en 1572 en la famosa
Noche de San Bartolomé
.

Al fin en 1598 se firmó el Acuerdo de Nantes por el que el rey
Enrique IV concedía la libertad y tolerancia religiosa para todos los
franceses.




3.5.
LOS PAÍSES BAJOS.





Los entonces llamados Países Bajos o Flandes, hoy el Benelux (Bélgica,
Holanda y Luxemburgo) eran territorios pertenecientes a la Corona española y
por ello era oficialmente católicos. Sin embargo en ellos se infiltró
paulatinamente el calvinismo.

El Duque de Alba, Virrey de Flandes atacó militarmente en varias ocasiones a
los calvinistas, pero tras organizar una federación bajo el Príncipe
Guillermo de Orange lograron que se adoptara el calvinismo como religión
oficial.

La guerra estallará de nuevo en Alemania con Fernando II que obliga a los
protestantes a devolver a los católicos las riquezas que les habían sido
confiscadas a los católicos. Al fin se llega en 1648 a la Paz de
Westfalia
.




TEMA 7. IGLESIA Y REVOLUCIONES LIBERALES



1.
La ideología liberal y sus consecuencias.
2.
La Iglesia ante el absolutismo político y las Revoluciones.
3.
La Iglesia ante la lucha social.



1. LA IDEOLOGÍA
LIBERAL Y SUS CONSECUENCIAS.





1.1.
EL PENSAMIENTO LIBERAL.





En los siglos XVII y XVIII se producen en el mundo una serie de
transformaciones que marcarán lo que los historiadores denominan la
Edad Contemporánea
y que también tienen importantes consecuencias
para la historia de la Iglesia. Vamos a reseñar algunos de esos
acontecimientos que van a determinar la historia futura.


1. El triunfo del racionalismo.



Se trata de un fenómeno del siglo XVIII. Consiste en el deseo de someter
toda la realidad humana al filtro del examen de la razón. Existe una
convicción básica: sólo lo que es racional es humano. El origen de
tal concepción de la vida humana se remonta al desarrollo de las ciencias
empíricas en el siglo XVI:

* La astronomía: sobre todo con Copérnico, Kepler y Galileo.

* La física, sobre todo con I. Newton.

* La matemática, con Galileo.

A partir del descubrimiento del método matemático, los grandes pensadores
desean trasladar ese mismo sistema de pensamiento a todos los saberes
humanos y también a las ciencias que se refieren al comportamiento humano
(Ética, Economía, Derecho, Política, Religión...). Hasta ahora, decían los
racionalistas, el hombre se ha comportado siguiendo los cánones de la
tradición; a partir de ahora la razón humana debe iluminar ese
comportamiento y analizarlo desde la luz de la Razón que es considerada como
una diosa. Por eso a este movimiento se le denominará primero en Alemania y
después en Francia y en el resto de Europa La Ilustración (en
alemán Aufklärung) y a sus representantes, "los ilustrados".

Los máximos exponentes de la Ilustración serán los autores de La
Enciclopedia Francesa
.


2. ¿Qué efectos produjo el Racionalismo para el tema religioso?.

También la Religión, como las otras ciencias humanas, fue sometida al
análisis racional. Y en primer lugar el mismo concepto de Dios: la idea de
un Dios que es voluntad amorosa se cambia por la de un Dios racional
ordenador del Universo.

Por otra parte, la idea de Creación fue transformada en este período. A la
idea de creación como sacar la materia de la nada le sustituirá otra idea
más racional según la cual Dios más que seres, lo que crea son las leyes de
la naturaleza y del cosmos y ellas mismas se encargarán de regir el
desarrollo del cosmos. Como que la Creación no está en el fin, sino en el
origen del desarrollo de la naturaleza y de la vida.

Desde el mismo criterio racional, el tema de la Revelación es sometido a la
crítica: de lo que aparece en los libros revelados o en la tradición de las
iglesias, sólo lo que es racional o racionalizable es verdaderamente
revelado por Dios, pues Dios es racional y no puede revelarse en lo
irracional. El mayor exponente de esta tesis es sin duda el filósofo
prusiano I. Kant que escribe su obra "La religión dentro de los
límites de la razón"
.





La validez de las normas morales queda también sujeta a la crítica de los
racionalistas: sólo aquellas que muestran ser edificadas desde los límites
racionales deben ser seguidas por el hombre. La razón es la que últimamente
decide cuáles son los verdaderos valores morales.


3. A nivel político, el Racionalismo produjo un definitivo
cambio histórico en el desarrollo de las naciones, especialmente cuando
sometió a la crítica racional el modelo monárquico o imperial bajo el que,
hasta la época, habían funcionado todos los sistemas políticos basados en
las concepciones occidentales.

Frente al modelo político de la monarquía basado en el principio de la
sucesión hereditaria, los ilustrados proponen la democracia:
un sistema político que se basa en la igualdad de todos los individuos ante
la ley y esa igualdad se expresa a través del derecho del individuo al
sufragio universal
, es decir al voto, en la elección de quienes
deben desempeñar los cargos políticos. La primera misión de éstos será
redactar una Constitución conforme a la cual se regirá el futuro político de
un país. La Constitución está sobre el poder ejecutivo: a éste sólo le toca
ejecutar lo que la Constitución establece; pero no puede cambiar las leyes.

Otro de los grandes principios políticos de la Ilustración será el de
la división de poderes
: el Estado absoluto de los monarcas debe ser
sustituido por un gobierno en el que el poder esté dividido en tres áreas:
el poder legislativo que es el que decide las leyes; el poder judicial, que
es el que se ocupa de juzgar acerca de los comportamientos fuera de la ley y
el poder ejecutivo, que es el que, una vez haya sido electo por la voluntad
expresada en el sufragio universal, sea el que gobierne el país.

Todas estas orientaciones, como era de esperar, se tradujeron en la práctica
en la lucha contra el sistema monárquico. Una lucha que adquirirá dos
formas:

* La primera forma es el derrocamiento violento de los
monarcas y la sustitución de su poder por el poder del pueblo ejercido a
través de las elecciones. De modos diferentes, los diversos países seguirán
el modelo francés, donde triunfa la Revolución burguesa con el derrocamiento
de la monarquía de los Borbones, cuando Luis XIV y su esposa María Antonieta
son ejecutados en la guillotina. Es el triunfo de la Revolución Francesa el
21 de enero de 1793.

* La segunda forma es la que se produce en las colonias cuando
éstas deciden independizarse de los países de los que dependían y proclaman
su independencia. Las primeras en hacerlo son las colonias inglesas en los
Estados Unidos que proclaman la Independencia; a ellos seguirán más tarde
los países latinoamericanos que se independizarán de España y Portugal.


Las ideas de la Revolución Francesa se extenderán al resto de Europa
exportadas por las campañas militares de Napoleón que logra controlar toda
Europa hasta el desastre de sus ejércitos en España y Rusia. Entonces se
impondrá en varios países La Restauración de la Monarquía,
aunque en todo caso ahora los monarcas son obligados a prestar juramento a
la Constitución.

El triunfo de las Revoluciones burguesas en una y otra parte divide la
opinión política de la población en dos posiciones antagónicas que se
repiten en los diversos países y que modelan los grandes partidos hasta
mediados del siglo XIX: los liberales y los conservadores.
Aunque en cada país cambian las denominaciones, ambos constituirán las dos
posiciones encontradas que luchan por el triunfo político: los primeros son
acérrimos defensores de los cambios introducidos tras la caída de la
monarquía mientras que los segundo se convierten en furibundos defensores
vuelta a la monarquía.




En resumen
, diríamos que entre los
siglos XVII al XIX se producen cambios revolucionarios en la historia de la
humanidad:



a) La Revolución científica que aunque ocurre en el siglo XVII,
traerá como consecuencia el surgimiento del Racionalismo y la Ilustración.





b) La Revolución burguesa que acaba con el sistema monárquico,
crea el modelo de la democracia y determina la organización del Estado que
aún hoy existe.




1.2.
EL LIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA.

En
el siglo XVIII la familia monarquía de los Borbones sucedió en España a la de
los Austrias. Oriundos de Francia e imbuidos por el espíritu del racionalismo
quisieron reorganizar el control de las colonias latinoamericanas partiendo de
modelos teóricos europeos. El territorio de América Latina fue dividido en
nuevas jurisdicciones, los viejos sistemas de comercio mercantilista fueron
abolidos y la administración de la justicia fue remodelada. Pero en todo caso,
los grupos criollos no pudieron ocupar el lugar que deseaban desplazando a la
burocracia hispánica (virreyes, oidores, obispos...). Ello explica el que,
descontentos por la marginación, hayan lidereado más de una revuelta contra los
españoles y portugueses. La chispa definitiva va a producirse cuando Napoleón
invade España: aprovechando la coyuntura de un país invadido que se ocupa en
expulsar a las tropas francesas, el movimiento independentista latinoamericano
se expande tratando de imitar el ejemplo de los Estados Unidos ya independizados
de Inglaterra en 1776.
En
1810, los revolucionarios impusieron una Junta de Gobierno independiente en
Buenos Aires, Santiago de Chile, Colombia y Venezuela. El 16 de septiembre se
levantó el cura Hidalgo en Dolores, México, con un ejército indígena y se
dirigió contra la capital. Aunque su revuelta fracasó y fue ajusticiado, pronto
la revuelta encontraría un nuevo líder en Morelos. A partir de ahí los procesos
de Independencia se extendieron por América Latina Norte y Sur.


2. LA IGLESIA ANTE
EL ABSOLUTISMO POLÍTICO Y LAS REVOLUCIONES.




2.1.
LA IGLESIA Y EL LIBERALISMO.

¿Qué
supusieron para la Iglesia las Revoluciones liberales?



* A nivel del pensamiento, como ya hemos visto, las Revoluciones liberales
supusieron una crítica de la Teología tradicional y especialmente del valor
de la Escritura y de la tradición.





* A nivel económico, los liberales sostenían que para una mayor
productividad de la riqueza de cada país, era necesario que el Estado
expropiara las propiedades que estaban en manos de quienes no las hacían
producir y fueran privatizadas. Había que quitar la tierra de las "manos
muertas", "desamortizar". Y por eso, la Iglesia perdió muchas de sus
propiedades con el triunfo de las Revoluciones liberales.

* Por otra parte, en la mayoría de las Constituciones donde el liberalismo
triunfó, una de las tareas asignadas al Estado era la educación. Sólo el
Estado era el responsable de la educación de un país. Eso trajo consigo que
la Iglesia perdiera muchas de sus instituciones educativas dedicadas a la
juventud y a la vida universitaria. En muchos casos, esta medida purificó a
la Iglesia de un papel demasiado predominante en la vida social. Esto
explica, por ejemplo, la expulsión primero y luego la supresión de la y la
llevó a buscar nuevas formas de presencia, más humildes, en el mundo de los
pobres, enfermos y abandonados.

* Desde el triunfo de la Revolución francesa, las constituciones europeas,-y
en su imitación las latinoamericanas,- contemplaban a la Iglesia como una
parte más del aparato del Estado. Según la Constitución civil del
Clero
aprobada por la Asamblea Nacional en Francia, al Estado le
correspondía el nombramiento de los Obispos, la reorganización de las
diócesis, el sostenimiento del clero, la expropiación de las propiedades
eclesiásticas sin utilización, la legalización del matrimonio civil
(suprimiendo la validez del matrimonio religioso), la desaparición de la
mayoría de las Ordenes religiosas, etc... Es decir, el Estado burgués
introduce su control en la administración de los asuntos eclesiásticos.



La
primera respuesta oficial de la Iglesia será la condenación del liberalismo y de
los principios de la Revolución Francesa especialmente a través de la Encíclica
de Pío VII Quod Aliquantum en 1791.



En
síntesis, la opinión oficial del Pontífice era que la libertad humana no es
absoluta, sino que está sujeta a los derechos de Dios. Por otra parte, el Papa
negaba el derecho de la Asamblea francesa de nombrar los Obispos y se pedía la
retractación de los clérigos que habían aprobado la Constitución civil del
clero.
En
la práctica la posición de los cristianos y de los sacerdotes ante la Revolución
fue más compleja. Un buen grupo de clérigos aprobaban los principios de la
Revolución, mientras que un pequeño grupo se opuso: entre ellos más de
trescientos fueron ajusticiados en la época del terror revolucionario de
Robespierre y otros decidieron huir de Francia. Con Napoleón Bonaparte en el
poder, las relaciones entre Iglesia y Estado cambiaron. Napoleón pensaba que la
división religiosa no ayudaba a mantener una revolución ya amenazada desde el
exterior. Era mejor establecer una relación diplomática con Roma a través de los
Concordatos, como el de 1801, en los que algunos de los principios de la
Revolución se mantenían inalterables, mientras que en otros se concedía el
derecho del Pontífice. El más delicado de




estos derechos fue el del nombramiento de los Obispos: Napoleón pidió a todos
los Obispos presentar su dimisión y después Roma fue nombrando los que
consideraba adecuados. Al fin el Estado permitió en 1795 la libertad de cultos y
así Francia se convertía en el primer país europeo en el que la religión y el
Estado se separaban.

Sin
embargo, muchos sacerdotes desempeñaron un papel importante tanto en el proceso
revolucionario francés, como en la mayoría de las revoluciones de Independencia
de los países latinoamericanos.



2.2.
LA IGLESIA Y EL LIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA.



Durante el siglo XIX la Iglesia latinoamericana experimenta un gran aislamiento
y debe realizar sola una experiencia capital de su historia, de la que saldrá
profundamente purificada. Podríamos decir que toda este siglo se divide entres
etapas:




1. La crisis de las guerras de Independencia (1808-1825)


Podríamos decir que a grandes rasgos el Episcopado adoptó una posición
ambigua ante la Independencia. Recordemos que todos ellos eran nombrados por
el sistema de Patronato. Sin embargo, lo peor no fue su actitud personal
sino toda la desorganización que siguió a la Independencia: se cierran
Seminarios, cesan las ordenaciones sacerdotales, desaparecen archivos y se
pierde la conexión entre las diferentes parroquias. La Iglesia
latinoamericana perdió su unidad en un decenio: cada iglesia es una isla.

Sin embargo, la mayoría del clero que era, en general, el sector más culto
de la sociedad y en contacto con las mayorías indígenas no sólo apoyó el
proceso sino que en muchos casos lo lideró. Los ejemplos abundan: Hidalgo y
Morelos en México a los que habría que añadir los más de 125 sacerdotes
fusilados por las tropas españolas. En la Asamblea independentista de
Tucumán, en Argentina, había 26 sacerdotes. En Guatemala, los Padres
Castilla organizó el primer círculo liberal. En El Salvador los Padres José
Matías Delgado y José Simeón Cañas.






Por eso, al comienzo los gobiernos liberales no atacaron a la Iglesia. Desde
1820 comienzan las primeras medidas contra la Iglesia, en parte movidas por
las dificultades de que Roma aceptara la Independencia: reformas de la vida
monástica, expropiación de bienes de la Iglesia. En general, más que de una
persecución contra la Iglesia, se trataba de medidas reformistas.




2. La crisis se ahonda (1825-1850)
.

En general, este período es menos liberal que el anterior. La Santa Sede
comienza oponiéndose a la Independencia representando la posición del
gobierno de Madrid. Por eso se ponen trabas al nombramiento de Obispos, lo
que era un privilegio del Rey en el sistema del Patronato. Sólo la
delegación enviada por Simón Bolívar en 1827 logró comenzar a cambiar la
posición romana. Al fin en 1845, los gobiernos latinoamericanos lograron ser
reconocidos por Roma acabando con el sistema de Patronato.

Pero el gran problema que enfrentan las iglesias latinoamericanas es la
falta de sacerdotes, una vez que se corta la afluencia de los que vienen del
exterior ante la política nacionalista de los diferentes gobiernos.
Prácticamente todos los territorios de misión fueron abandonados o
desorganizados: hasta los franciscanos que habían suplido a los jesuitas en
las reducciones del Paraguay fueron expulsados.

Todo ello influye en que la Iglesia se debilite aún más. Diríamos que el
cristianismo se mantiene por la fuerza de la inercia de la religiosidad
popular. Las nuevas elites gobernantes quieren echar en el olvido todo lo
que se asocie al pasado colonial.



3. La ruptura se produce (1850-1898)
.

Poco a poco los países van a romper las relaciones entre los gobiernos y la
Iglesia. La separación de Iglesia y Estado se traduce en leyes de enseñanza
laica, normas relativas a la libertad de cultos e introducción de las
iglesias protestantes, reconocimiento del matrimonio civil, ruptura de los
Concordatos, expulsión de algunas Ordenes religiosas, así como la
confiscación de buena parte de los bienes eclesiásticos.

Tal vez en México donde la crisis es más profunda, especialmente en el
gobierno del presidente Calles en el que fueron perseguidos muchos
sacerdotes.



3. LA IGLESIA ANTE
LA LUCHA SOCIAL.



Desde finales del siglo XVIII surge un nuevo fenómeno que transformará
definitivamente la historia económica del mundo: La Revolución Industrial.
Sin duda éste es el fenómeno económico que más cambios ha producido en la
historia desde la revolución agrícola del Neolítico. Recordemos que hasta fines
de la Edad Media la fuente principal de la riqueza fue la tierra; en la Edad
Moderna, con el surgimiento de la burguesía (la artífice de las Revoluciones
liberales), el comercio se convierte en la nueva fuente de riqueza. Desde fines
del siglo XVIII la nueva fuente de riqueza será la industria. Se
trata de un fenómeno no evolutivo sino revolucionario. Comienza en Inglaterra,
se extiende en el siglo XIX al resto de Europa y América del Norte; más
tardíamente llega al resto de América y Asia. La Revolución industrial
determinará el mayor antagonismo de todo el siglo XX, no sólo entre clases sino
incluso entre países y regiones de la Tierra.


Consecuencias de la Revolución Industrial serán:



* El surgimiento del capitalismo como teoría económica que sostiene el
predominio de la importancia del capital en el proceso de la producción. Los
grandes teóricos del capitalismo fueron Adam Smith y David Ricardo.

* El nacimiento de la clase obrera, el proletariado. Se trata de una nueva
masa de población que vive en los grandes suburbios de las ciudades y que no
vive sujeto a la tierra sino a la producción industrial en las fábricas y
talleres.



Desde mediados del siglo XIX la clase obrera logra organizarse
para defender sus propios derechos e intereses de clase. En una primera fase, la
lucha tiene objetivos reivindicativos: lograr subidas salariales, horarios de
trabajo, condiciones laborales, derecho a la sindicalización, protección del
trabajo femenino e infantil etc,... Posteriormente la lucha pasa a ser una
búsqueda del poder político. Para sustentar ideológicamente esta lucha, la clase
proletaria se alimenta del pensamiento socialista, anarquista y después
marxista. En las dos primeras décadas del siglo, la clase proletaria alcanzará
el poder en la Unión Soviética y temporalmente en Francia y España. Desde ahí,
todo el siglo XX se convertirá en el escenario del antagonismo entre dos clases
sociales enfrentadas: la burguesía capitalista y la clase obrera.

La
clase obrera experimenta todo un proceso de transformaciones como clase en la
línea de nuevas formas de organización.

El
primer modelo organizativo que logra triunfar entre el proletariado es el
socialismo
. Hasta 1848 el socialismo era un pensamiento de carácter
utópico y con cierta inspiración cristiana: Owens, Saint-Simon, Fourier. Desde
1848, el pensamiento socialista se separa del cristianismo y consideran a la
Iglesia como solidaria con el poder político y económico explotador. Para
Proudhon, "la propiedad es un robo; Dios es el mal, y hay que sustituir la
noción de religión por la de justicia". El filósofo alemán L. Feuerbach,
recogiendo los principios de la filosofía hegeliana, sostenía que la religión en
realidad no era sino un modo de alienar al hombre frente de sus propios
derechos.

Al
publicar en 1848 C. Marx El Manifiesto comunista, él y F. Engels
presentan un nuevo pensamiento: el socialismo científico: la lucha de clases es
el motor de la historia y en realidad la religión sólo era un opio adormecedor
del pueblo y que no es la fe en dioses la que cambiará el rumbo de la historia,
sino la lucha de clases conducida hasta la dictadura del proletariado y el
advenimiento del paraíso comunista.


La
posición de la Iglesia.

En
la primera mitad del siglo XIX la reacción de los cristianos y de la jerarquía
ante el problema obrero fue lenta y llena de cautelas. El propio Papa Pio
XI afirmaría, años más tarde: "La Iglesia perdió a la clase obrera en el siglo
XIX". No se atacó la cuestión de fondo, es decir la de las estructuras
económicas y sociales. La situación de pobreza suscitaba únicamente reacciones
de compasión y soluciones paternalistas con acciones de caridad asistencialista.
En la segunda mitad del siglo XIX, se produjo un auténtico despertar del
pensamiento cristiano en este sentido. Algunos Obispos y una serie de pensadores
en Alemania, Estados Unidos y Francia, tomando conciencia de las raíces del
problema, empezaron a hacer sentir sus voces y a presionar a la jerarquía para
que se pronunciara sobre el tema.

Frente a estas posiciones más ateas, la Iglesia no logró crear una capacidad de
convocatoria hacia el mundo obrero. Hasta 1891 la Iglesia fundamentalmente
ejerció un papel paternalista ante la pobreza proletaria. Las tesis
fundamentales de la Iglesia atacaban el liberalismo y el capitalismo pero
simplemente proponían una ingenua vuelta al mundo pre-industrial. La única
alternativa original de la Iglesia fue, en algunos casos, fomentar el
movimiento corporativo
: crear una especie de gran familia, los
Patronatos entre los propietarios del capital y los trabajadores.

En Alemania
fue donde los católicos
reaccionaron de modo más creativo ante las condiciones de explotación en las que
vivía la clase obrera. La primera voz profética fue la del Obispo Von Ketteler
que en su obra "La cuestión obrera y el cristianismo", se opone
claramente al capitalismo y lo denuncia como un sistema de producción basado en
el robo: "el rico roba los bienes que Dios ha destinado para los hombres". La
única solución para el problema es una decidida intervención del Estado que
ponga fin a la apropiación de la riqueza por parte de unos pocos. En la misma
línea debe entenderse el trabajo del Padre Kolping, un antiguo zapatero y
después sacerdote, hoy beato de la Iglesia que promovió la asociación y
organización gremial de los obreros católicos en Alemania. A esta primera
generación de sacerdotes interesados por la cuestión obrera habría que añadir
otros en Suiza, Austria e Inglaterra.


Cuando León XIII asumió el Pontificado en 1878, conocía más de cerca el problema
y la posición de algunos grupos cristianos sobre el asunto, pues había sido
Nuncio en Bélgica y Londres. Todos los primeros ensayos aislados y dispersos de
la Iglesia de tomar conciencia ante el problema de la clase obrera confluyeron
en la primera toma de postura oficial de la Iglesia ante el problema cuando León
XIII publicó la Encíclica Rerum Novarum en 1891. Esta Encíclica
marca el inicio de la Doctrina Social de la Iglesia en la época contemporánea.
El
documento comenzaba por afirmar y aceptar que el sistema económico de la
sociedad había cambiado, pero que ese cambio traía consigo grandes niveles de
pobreza para las mayorías. Por una parte León XIII condenaba al socialismo
porque una doble razón: por una parte negaba el derecho natural a la propiedad
privada, la que,-según el Pontífice,- en buena medida se debe a desigualdades
nacidas de las mismas leyes naturales. Por otra parte, el socialismo proponía
como programa la lucha de clases lo que parecía contrario al espíritu de amor
universal. Pero por otra parte condenaba también las consecuencias funestas del
sistema capitalista que engendraban situaciones generales de miseria. Como
solución, el documento proponía una enérgica intervención del Estado en la vida
económica de las naciones así como la necesidad de fomentar las organizaciones
de los trabajadores.
La
enseñanza de la Rerum Novarum podría resumirse en cuatro puntos:



1. La ratificación del derecho natural a la propiedad privada, en contra del
socialismo, aunque también se señala la función social que ha de tener la
propiedad privada.





2. El Estado tiene la obligación de intervenir para asegurar los derechos
públicos y privados, pero su acción debe ser subsidiaria, es decir de
fomento de la iniciativa de personas y corporaciones, para evitar el
totalitarismo.

3. El obrero tiene derecho a un salario suficiente para llevar una vida
digna. Se supera así el concepto meramente mercantil del salario y se
introduce una visión personalista del trabajo.

4. Se condena la lucha de clases, en contra del socialismo, pero se reconoce
a los obreros el derecho de asociarse para defender sus intereses, incluso
en asociaciones compuestas exclusivamente por ellos. Es más, se les invita a
formar este tipo de asociaciones.





Aunque el contenido de la Rerum Novarum hoy nos parece demasiado
modesto, su importancia histórica radica en que se trata del primer documento en
el que la Iglesia afrontaba el problema del desarrollo capitalista y la
situación de la clase obrera. Resultado directo de esta Encíclica será el
crecimiento de los sindicatos de denominación cristiana que ya desde 1887 habían
comenzado a existir: muchos de ellos se confederan a nivel internacional.
En
esta misma línea hay que entender el nacimiento de la Acción Católica,
la primera organización laical de la Iglesia. En su organización, además de
dedicarse a fomentar entre los laicos una mística cristiana, se preocupa por
llegar a los diversos niveles de la sociedad buscando la presencia de los laicos
en las transformaciones sociales. He aquí el origen de lo que más tarde serán
los partidos políticos de denominación cristiana.
Pio
XI volverá a intervenir en el tema en 1931 con una nueva Encíclica,
Quadragesimo Anno
, precisamente a los cuarenta años de la Rerum Novarum.
Pío XI vuelve a condenar el socialismo pero pide una nueva reorganización de la
economía a nivel internacional.


Muchas de las Encíclicas de los Papas, posteriormente, se han centrado en los
problemas económicos y sociales:
*
Rerum Novarum. León XIII (1891).
*
Quadragésimo Anno. Pío XI (1931).
*
Mater et Magistra. Juan XXIII (1961)
*
Pacem in Terris. Juan XXIII (1963).
*
Populorum Progressio. Pablo VI (1967).
*
Solicitudo rei socialis. Juan Pablo II (1987).



TEMA 8. LA IGLESIA EN EL SIGLO XX



1.
La confrontación entre la Iglesia y la ciencia.
2.
Las dos guerras mundiales.
3.
El Vaticano II.

Recordemos los fenómenos más importantes en la historia del presente siglo:



1. El desarrollo del capitalismo trajo consigo el avance del
nacionalismo
en Europa, América del Norte y Asia. En el origen de
las dos guerras mundiales estaba una lucha por la hegemonía entre los países
capitalistas. Cada gran potencia industrial elabora toda una ideología
nacionalista y trata de anexionar territorios para expandir sus mercados.
Estados Unidos se expande hacia toda América Latina bajo los principios de
la Doctrina Monroe. Los ingleses expanden sus mercados en Asia y África.
Japón se convierte en la gran potencia industrial frente a sus vecinos China
y la India. Pero de todas ellas, la más rápidamente desarrollada será
Alemania que logra la formación del gran Imperio alemán bajo la ideología
nacionalista de A. Hitler. La versión política de este proceso de
concentración de poderes será el totalitarismo cuya consecuencia será el
estallido de los dos guerras mundiales: 1914-1918 y 1939-1945.

Para América Latina, el primer desarrollo del capitalismo supuso el fin de
lo sistemas federales latinoamericanos y la integración obligada de sus
economías en los sistemas mundiales de producción y comercio. Sin embargo,
con las guerras mundiales, sus economías, abastecedoras de materias primas
experimentaron un pequeño auge pues las demandas del Primer mundo les
favorecían.

2. El triunfo del socialismo comunista en la Unión Soviética
en 1917 y su expansión en los países del Este, tuvo su gran influjo en el
mundo a través de la III Internacional producirá nuevas tensiones bélicas en
el mundo: primero se expresan en la forma de la guerra fría de la carrera de
armamentos y después en el estallido de las guerras de baja intensidad en
los países del Tercer Mundo (Corea, Vietnam, Centroamérica...).

3. La gran crisis existencialista que seguirá a la segunda
postguerra mundial es el resultado de una sensación colectiva de fracaso en
la humanidad ante el fenómeno catastrófico de la guerra. La conciencia
europea entra en una profunda crisis de identidad: ¿Qué sentido tiene la
vida y el desarrollo si con ellas el hombre se ha convertido en más
violento? ¿Qué sentido puede tener la vida humana?. Primero los pensadores
alemanes como M. Heidegger plantean el problema desde categorías
filosóficas; después son los literatos de lengua francesa los que lo
divulgan: Sartre, Camus, Simone de Beauvoir... Por ello, la primera
reflexión teológica en la postguerra, buscará establecer un diálogo con la
filosofía existencialista: Rhaner, Copleston, Claudel, Mauriac, Bernanos...

4. La secularización producida por la ciencia. Desde el siglo
XVI las relaciones entre la religión y las ciencias experimentales estaban
en serio conflicto. Las teorías astronómicas de Galileo y Copérnico parecían
contradecir las verdades bíblicas. Y los creyentes optaron por negar las
evidencias de la ciencia. En el siglo XX la crisis que viven los creyentes
es mayor porque proviene de las ciencias humanas:


* El marxismo plantea una visión de la
sociedad y de la historia basada en el materialismo y en una concepción
del desarrollo dialéctico en la lucha de clases. Este pensamiento
planteaba diversas preguntas al cristianismo: el origen del hombre, el
sentido de la caridad y la capacidad real de libertad humana
* Freud y el psicoanálisis analizan la
estructura de la psique humana a partir del estudio del inconsciente.
* Einstein estudia la estructura última de
la materia.
* Darwin analiza la evolución de las
especies animales uniendo a esa evolución la especie humana.








5. El surgimiento de los organismos internacionales como la
ONU, UNESCO, FAO, OTAN, los pactos regionales como el Mercado Común Europeo,
el Comecón, el Mercado común Centroamericano o el Pacto Andino. Todos estos
fenómenos son la expresión de una nueva conciencia en la humanidad de que
sólo la unión de esfuerzos entre las diversas naciones podrá ser una
solución ante los grandes problemas de la humanidad.




1. LA CONFRONTACIÓN
ENTRE LA IGLESIA Y LA CIENCIA.


Ya
en los siglos XVI y XVII apareció el enfrentamiento entre el progreso de las
ciencias y las grandes verdades de la Revelación: la astronomía de Copérnico que
se basaba en el heliocentrismo (el sol centro del Universo), defendida por
Galileo parecía poner en cuestión la cosmología bíblica (Ec 1, 4 y Jos 10,12)
donde se afirmaba que Josué detuvo al sol en su carrera; el avance de la
lingüística y las nuevas traducciones de la Biblia desde las lenguas originales
sometieron a un juicio crítico muchas de las afirmaciones sobre la Escritura a
partir de las cuales se habían edificado los dogmas de la fe: Moisés no había
escrito el Pentateuco, los relatos del Génesis eran sólo figurativos y Adán y
Eva nunca habían existido. Y la historia antigua desveló y desmitificó como
falsas muchas de las leyendas acerca de la vida de los santos. Y la filosofía
del racionalismo kantiano afirmaba que Dios no podía ser alcanzado desde la
razón humana.
En
el siglo XIX la polémica se expresó



* En el área de la Filosofía, el marxismo había puesto en
entredicho el papel social de lo religioso acusándolo de alienante. Por otra
parte, el positivismo de Comte mostraba que la edad de la
religión y del pensamiento metafísico habían concluido y se había inaugurado
la Era de la ciencia y del positivismo.

* En el conflicto con la teoría evolucionista. En 1859: Darwin publica
Sobre el origen de las especies
. Parecía que la idea de la
evolución negaba la de la creación bíblica.


Pero
en el siglo XX la polémica se entabla en un campo más amplio.



1. Por una parte el estudio de las ciencias humanas somete a la crítica
muchas de las afirmaciones del dogma cristiano . Algunas ciencias que
tuvieron especial influjo en el estudio científico de la religión fueron la
Prehistoria, la sociología de la religión, la lingüística, el estudio de la
historia de los dogmas y el desarrollo del estudio de las religiones
comparadas. Resultado de todo este interés será la publicación de la gran
obra de Patrología de Migne, así como el pensamiento de Newman,
cardenal inglés publicado en su Ensayo sobre el desarrollo.

2. Pero además, la polémica se produce a niveles más profundos que en el XIX.
Ahora ya no se trata tanto de conciliar éste o aquel principio de una
ciencia con el cristianismo, sino de un diálogo en profundidad con la
ciencia. Esta cuestión dividirá a los católicos. La corriente favorable a
ese diálogo se conoce en la historia de la Iglesia con el término de

"modernismo"




Podríamos definir el modernismo como una corriente de pensamiento dentro del
cristianismo que trataba de acercarse al pensamiento de la ciencia tratando
de conciliar fe y ciencia. La Iglesia se dividió en este campo entre
"progresistas" y "conservadores". Para los primeros, era necesario poner en
revisión las mismas filosóficas donde se había asentado la religión: la
ciencia es lo primero y el cristianismo debía adaptarse a ella. Esa era la
única posibilidad de sobrevivir. Para unos se trataba de entrar en diálogo
con las ciencias sociales como Murri, Sangnier. Para otros, de dialogar con
las confesiones no católicas anglicanas como Portal; otro sector pedía la
revisión de las afirmaciones bíblicas del catolicismo como Tyrell e incluso
de los dogmas como el P. Laberthonnière.

De un modo especial, el modernismo influyó en el surgimiento y desarrollo de
la primera exégesis católica, que en algunos casos cayó en los errores de la
innovación. Strauss escribió La Vida de Jesús en la que
afirmaba incluso que Jesús es el resultado de la imaginación de las primeras
comunidades cristianas. Para Renan Jesús es sólo un hombre admirable.
Wellhausen estudia el Pentateuco negando la autoría de Moisés. Loisy se
ocupó del primer estudio de eclesiología neotestamentaria llegando a afirmar
que Jesús anunció el Reino; la Iglesia vino después. En 1890 Lagrange funda
la Escuela Bíblica de Jerusalén.





Toda esta corriente de pensamiento produjo un gran revuelo de ideas entre
filósofos y teólogos. La jerarquía finalmente intervino en 1907 mediante dos
documentos del Papa Pío X en los que se condenaba abiertamente el
modernismo: El Decreto Lamentabili y la Encíclica
Pascendi
.

Frente a tanto deseo de dialogar con la ciencia, la Santa Sede invita a los
intelectuales cristianos a volver a la filosofía escolástica de Santo Tomás
y pide a los Obispos que estén atentos a las publicaciones y enseñanza de
los clérigos tratando de oponerse a todo tipo de heterodoxia. En 1909 se
crea el Instituto Bíblico de Roma que representará el centro del saber
oficial de la Iglesia acerca de la Biblia y los estudios exegéticos. Y en
1910 se impone a todos los candidatos al sacerdocio la obligación de prestar
un juramento antimodernista antes de recibir las Ordenes mayores. Como
resultado de toda esta campaña persecutorio será la excomunión de Loisy y
varios religiosos deberán abandonar sus órdenes.

2. El tercer campo de la polémica es el ecumenismo. Desde los
inicios del siglo XX los cristianos se ven confrontados a convivir en una
sociedad pluralista religiosamente. Por una parte la Iglesia oriental se
divide en pequeñas iglesias nacionales, pero además muchos de ellos emigran
desde la Europa Oriental hasta el Occidente y América. Por otra parte, los
protestantes se dividen en multitud de denominaciones: el Ejército de
Salvación, el metodismo, el pentecostalismo.

Todo ello hace que, entre los cristianos nazca la idea de la necesidad de un
encuentro entre las diversas confesiones cristianas. Primero fueron las
uniones entre ºlos cristianos de una misma confesión como la Alianza
Evangélica mundial. la Alianza Baptista, la Federación Luterana. Todos estos
esfuerzos de unidad culminan en 1948 en la organización del Consejo Mundial
de las Iglesias.

En el campo católico pronto comenzaron los diálogos inter-confesionales. El
Cardenal Mercier y el P. Portal trataron de realizar un diálogo con el
anglicanismo a través de la famosa Revista católica de las Iglesias.
Otros intentos se realizaron con los luteranos y calvinistas.

Pero estos primeros intentos de diálogo con las demás confesiones religiosas
fueron mal vistos por el Vaticano. La Iglesia católica era la única
depositaria de la verdad y por ello no era adecuado entrar en diálogo en
plan de igualdad con las demás iglesias. Benedicto XV rechazó con delicadeza
la participación de los católicos en los movimientos por la unidad. Más
adelante Pío XI en su

encíclica Mortalium animos de 1928 prohibió abiertamente a los
católico participar en los movimientos ecuménicos. Para Pío XI la fe pasaba
por delante de la caridad.



2. LAS DOS GUERRAS
MUNDIALES.



La
segunda guerra mundial produjo un balance catastrófico. Polonia perdió casi el
tercio de su población y la mayor parte de las elites pensantes. Rusia perdió
más de un millón de jóvenes. Alemania quedó totalmente destruida especialmente
en sus zonas industriales. Francia perdió sus comunicaciones internas. Y los
bombardeos alemanes sobre las ciudades inglesas destruyeron buena parte de los
centros de producción.

Los
cristianos tuvieron que enfrentarse como todos sus conciudadanos con las
consecuencias de la guerra: destrucciones, exterminios masivos, bloqueos
económico y miseria, especialmente en Europa donde tres cuartas partes del
territorio había quedado bajo el dominio de la Alemania nazi. Desde ahí se
elevan muchas preguntas a la conciencia crítica de los creyentes: ¿Qué actitud
mantener ante el ocupante? ¿Hay que someterse a las autoridades impuestas? ¿Es
posible permanecer pasivos ante el exterminio judío?. Las respuestas a estas
cuestiones fueron diversas:





Pío XII
, el Papa que gobernaba la Iglesia
durante la 2ª Guerra, había sido diplomático del Vaticano y Secretario de
Estado y por ello conocía bastante bien los asuntos alemanes. Aunque no
tenía ninguna simpatía por el nazismo prefirió las intervenciones
diplomáticas secretas al enfrentamiento público contra Hitler. Tras luchas
para detener la guerra, invitó a Mussolini a mantenerse fuera del conflicto
y a las potencias europeas a negociar la paz. Durante toda la guerra exhortó
a los cristianos a negociar pronto la paz y creó una oficina de información
para transmitir noticias de los prisioneros y desaparecidos. Muchos judíos
fueron apoyados por esta oficina y escondidos en instituciones pontificias,
conventos e iglesias. Como su predecesor, quiso ser imparcial para lograr la
paz, pero no logró detener la avalancha de la guerra.



En los países del Este
, anexionados a Alemania
en su mayoría, los alemanes persiguieron las iglesias, especialmente en
Polonia, donde el estatuto de la Iglesia fue declarado ilegal. Los judíos se
vieron amontonados en el tristemente célebre ghetto de Varsovia. Muchos
cristianos murieron también en los campos de exterminio como el Padre Kolbe,
hoy canonizado.

En Rusia, con el avance de las tropas alemanas, algunos territorios se
independizaron religiosamente del control de Moscú y se vincularon a Roma
como en Ucrania. El mismo gobierno soviético fomentó el espíritu religioso
como modo de desarrollar el nacionalismo frente a la invasión alemana. Pero
con el final de la guerra la persecución del gobierno comunista sobre los
cristianos ortodoxos se mantuvo.

En el territorio de Checoslovaquia, Croacia logró un estatuto de
independencia, lo que los católicos vieron como ocasión d revancha contra
Serbia ortodoxa, lo que desató una guerra civil, prólogo de la actual.



En los países del Benelux
, algunos Obispos
optaron por la resistencia frente al nazismo e incluso se opusieron al
exterminio de los judíos y el reclutamiento obligatorio de los jóvenes. En
Holanda, por ejemplo, los Obispos prohibieron a los cristianos apoyar al
nazismo y protestaron contra la deportación de los judíos, lo que trajo
consigo la persecución alemana contra los cristianos de origen judío.


En Francia
, la mayoría de los Obispos apoyó al
gobierno pro alemán de Vichy. Pero los Obispos levantaron unánimemente su
voz para protestar contra la deportación de los judíos. En general, los
Obispos no fueron favorables a la resistencia francesa contra la invasión
nazi, por lo que los muchos cristianos que participaron de la resistencia lo
hicieron sumándose a los socialistas y comunistas en medio de a
clandestinidad. Muchos miembros de la Acción Católica y varios sacerdotes
sacrificaron su vida en esta lucha.


En Alemania
, la resistencia a Hitler tuvo
dimensiones modestas dado el control político a que estaba sometido todo el
territorio. Muchos de los grandes líderes de las iglesias protestantes se
opusieron al nazismo. La voz de los Obispos católicos oponiéndose al nazismo
fue demasiado discreta.



3. EL VATICANO II.



3.1.
LA CELEBRACIÓN DEL CONCILIO.






El Concilio Vaticano II por una parte representa el resultado de 20 años de
investigación teológica y por otra parte, abre la historia de la Iglesia a
los nuevos horizontes del presente. Representa el final de la teología de la
Iglesia nacida del Concilio de Trento. Y sobre todo presenta una nueva
imagen de la relación entre la Iglesia y el mundo.

El 28 de octubre de 1958, Juan XXIII sustituyó a Pío XII en el Pontificado.
De origen campesino, ex nuncio en Francia, tenía 77 años y, cuando fue
elegido, se pensaba sería un Papa de transición. Tenía un estilo diferente
al de sus predecesores: visitaba las cárceles, peregrinaba a Loreto y Asís:
juntaba una piedad tradicional con un carácter abierto y dialogante. El 25
de enero de 1959, sorpresivamente Juan XXIII anunció al mundo entero su
triple propósito de convocar un Sínodo para la diócesis de Roma, reformar el
Código de Derecho Canónico y reunir un Concilio para la Iglesia universal.
Este último tema había sido ya tratado por Pío XI y Pío XII, pero se pensaba
que el dogma de la infalibilidad pontificia del Vaticano I no hacía ni
necesario ni conveniente reunir concilios.

Juan XXIII propuso tres grandes metas para el Concilio: una adaptación ("aggiornamento")
de la Iglesia a los tiempos actuales, el apostolado en un mundo en proceso
de grandes transformaciones y la unión de los cristianos que para él, sería
asunto rápido de conseguir.

Tras una amplia consulta a los Obispos y Universidades católicas, se
constituyeron doce comisiones preparatorias de las que nueve correspondían a
las Congregaciones romanas. Había ya entonces algunas novedades como la
comisión para el apostolado de los laicos, un secretariado para la unidad de
los cristianos y la presencia de Obispos y teólogos del mundo entero en
dichas comisiones. Parecía que la Iglesia sería menos romana y más
universal. Todas estas comisiones prepararon 70 esquemas como base de
trabajo para el Concilio. El reglamente suponía la existencia de
comisiones
que prepararían los textos, las congregaciones
generales
, en las que participarían los Obispos y las
congregaciones públicas
, presididas por el Papa, que se encargarían
de la aprobación definitiva de los documentos.

La primera sesión comenzó en octubre de 1962 con la presencia de 2400
congregados. Era el primer concilio verdaderamente universal con presencia
de todos los continentes, si se excluye el caso de los Obispos de países
comunistas que no lograron permiso para dejar sus países. Además, por deseo
expreso del Papa fueron invitados como observadores representantes de otras
confesiones cristianas: protestantes, luteranos, ortodoxos y anglicanos.
Además, el Papa quiso que todo el Concilio contara con la presencia de una
representación de los laicos.

En el discurso de apertura, Juan XXIII puso en guardia a la Asamblea de dos
peligros: el integrismo y la tentación de pesimismo. Incluso las comisiones
fueron transformadas para dar entrada en ella a nuevos participantes. Y ya
desde entonces se dibujaron las dos tendencias predominantes en el aula: de
un lado loa mayoría preocupada por el diálogo con el mundo, el ecumenismo y
el retorno a las fuentes bíblicas y de otro, la minoría más conservadora
preocupada por la salvaguardia de los contenidos de la tradición teológica.

La primera sesión no concluyó con un texto. Fue una sesión de conocimiento
mutuo y de apertura a la nueva problemática. La Encíclica Pacem in
Terris
del Papa, antes de la segunda sesión, marcaba ya la línea que
asumiría el Concilio: un diálogo abierto y sin condenaciones con el mundo
actual.

Pero Juan XXIII murió en junio de 1963 y el proceso de la elección de su
sucesor, Pablo VI, retardo la segunda sesión que se inauguró en otoño de
1963 en la que se tocaron asuntos importantes como la colegialidad de los
Obispos, el tema del Ecumenismo, la libertad religiosa, la liturgia y las
comunicaciones sociales.





La tercera sesión, en otoño de 1964, los Padres definieron uno de los textos
básicos del Concilio: La Lumen Gentium, que abordaba el tema
de la constitución interna de la Iglesia. También se abordaron los temas del
ecumenismo y la relación con las Iglesias orientales. En diciembre de 1964
el Papa, que ya había peregrinado a Tierra Santa como signo de diálogo con
el mundo judío, hacía ahora un nuevo viaje a Bombay como un gesto de interés
hacia los problemas del Tercer mundo.

La cuarta y última sesión, de septiembre a diciembre de 1965, concluyó con
el voto y aprobación de todos los decretos y textos. En medio de este
tiempo, Pablo VI visitaba la ONU para pronunciarse contra la guerra en el
mundo. Poco después, el Papa recibía al Patriarca Atenágoras y levantaba la
excomunión contra la Iglesia oriental. El 8 de diciembre fue clausurado el
concilio.




3.2.
EL CONTENIDO DEL CONCILIO.



Revisemos esquemáticamente algunos de los grandes contenidos del texto
conciliar:
1.
Una nueva relación entre la Iglesia y el mundo:
- La
Iglesia abierta al mundo.
-
Reconocimiento de la autonomía del mundo.
-
Una apertura al diálogo religioso: el ecumenismo.
- La
libertad religiosa.
2.
Una nueva visión de la Iglesia sobre sí misma:
-
Lumen Gentium: los dos esquemas.
- La
Iglesia Pueblo de Dios.
- La
Iglesia de carismas.
- El
diálogo con los no católicos.
- El
diálogo con las religiones no cristianas.
3.
Una nueva Teología sobre la revelación:
- La
Constitución sobre la revelación.
- La
importancia de la Escritura y la tradición-
- La
revalorización de la liturgia.

3.3.
CONSECUENCIAS DEL CONCILIO.


1.
Una nueva relación con el mundo:
-
Diálogo y apertura.
-
Una Iglesia atenta a los signos de los tiempos.
- La
Libertad religiosa y el respeto a la autonomía de los valores terrenos.
- El
diálogo, sin condena, del ateísmo.
2.
Una nueva visión de La Iglesia:
-
Iglesia como Pueblo de Dios.
-
Autoridad de la Iglesia como colegialidad.
3.
Una nueva teología de la Relevación:
-
Interés por la Biblia y la exégesis.
-
Desde ahí, apertura a las teologías protestantes.
4.
Una llamada a la renovación:
- de
los sacerdotes: formación para el ministerio.
- de
los religiosos: vuelta al carisma fundacional.
- de
los laicos: participación en la santidad de la Iglesia.
5.
Una llamada al ecumenismo:
-
Declaración sobre las religiones no cristianas.
6.
Otras consecuencias:
- El
papel de las conferencias episcopales.
-
Los Sínodos.
-
Las Federaciones de Religiosos.
-
Los viajes de los Papas.
- La
evangelización como tema central.
- El
ecumenismo.

7.
Los puntos críticos:
-
Dese el año 1968: involución de la Iglesia.
-
Los problemas morales: Humanae Vitae, 1968.
- La
Teología de la Liberación: Medellín, 1968.
- El
papel de la mujer en la Iglesia.



TEMA 9. LA REFLEXIÓN
TEOLÓGICA EN AMÉRICA LATINA.


1.
Génesis histórica.
2.
La experiencia fundante de la Teología de la liberación.


1. GENESIS
HISTORICA.




1.1.
¿Dónde y cómo ha surgido la Teología de la Liberación?


La
Teología de la Liberación no ha nacido ni en Europa, ni en USA, sino en América
Latina, es decir en el sector del Tercer Mundo de mayor tradición cristiana: ha
nacido en un continente pobre y cristiano. Este origen de la TdeL en AL no es
casual: una reflexión sobre la fe a partir de las inquietudes de los sectores
populares que sufren injusticia, difícilmente podía haber nacido desde los
países ricos del mundo.
En
los países ricos las preocupaciones son otras: la secularización, la abundancia
que produce materialismo y ateísmo, la pérdida del sentido de la vida y el miedo
a la guerra. En el Tercer Mundo las inquietudes son: cómo sobrevivir, cómo
sacudirse la injusticia, cómo salir de esta situación de hambre y miseria en las
que las mayorías viven, cómo liberarnos. Pero en otros países del Tercer Mundo,
de mayoría no cristiana (Asía, Africa) tampoco podía brotar una reflexión
cristiana de este tipo. En AL, en cambio se juntan las dos condiciones para
poder desarrollar la TdeL: es una mayoría cristiana y empobrecida. De ahí ha
surgido la TdeL.
Pero
la TdeL ha nacido en AL en un momento histórico determinado. Durante siglos AL
no tuvo teología propia: importaba la teología que se fabricaba en Europa. Su
teología era el reflejo de la europea. La dependencia de AL respecto al mundo
rico, no sólo era económica y política, sino también eclesial y teológica. Pero
de pronto se inicia en AL una reflexión nueva, genuinamente latinoamericana.
¿Qué ha sucedido?. Podemos decir que lo que ha constituido la chispa para esta
nueva reflexión teológica en AL ha sido la irrupción de los pobres en la
historia y en la iglesia.
Los
pobres irrumpen en la historia, es decir, han dejado de ser sectores pasivos y
resignados para convertirse en agentes de su propio destino. Han surgido cambios
sociales y políticos, profundas transformaciones, revoluciones y la realidad se
mira ya con ojos nuevos y diferentes, como algo que puede y debe evolucionar.
Los pobres también se han hecho presentes en la iglesia. Han surgido grupos
populares que han reflexionado su vida a la luz de la Palabra de Dios y han
visto las exigencias prácticas que de la fe se deben deducir para transformar la
realidad. Han nacido comunidades eclesiales de base, verdaderos núcleos
dinámicos de la iglesia, lugares de promoción, de liberación y de evangelización
cristiana.
Los
cristianos, unidos a otros sectores populares, se comprometen en la marcha de
sus pueblos hacia un futuro mejor. Y comienzan a surgir nuevas cuestiones para
su fe: ¿Quiere Dios esta situación de miseria? ¿Qué tiene que ver la fe con la
historia? ¿Cuál es el plan de Dios sobre la humanidad? ¿Qué significa, aquí y
ahora, creer en Dios? ¿Cuál es el auténtico Dios de la Biblia? ¿Quién es Jesús y
a qué vino? ¿Cuál es el sentido de la cruz y de la resurrección para nuestra
vida? ¿Qué papel tiene la iglesia en una situación de injusticia? ¿Qué es orar
desde la injusticia? ¿Qué son los sacramentos? ¿La salvación ocurre sólo después
de esta vida? ¿La gracia de Dios es algo meramente espiritual e individual?
¿Triunfará algún día la justicia?

Estas y semejantes preguntas, serán el material básico sobre el que la TdeL
reflexionará. Son las inquietudes del pueblo, pobre y cristiano, las que
determinan esta teología.
Pero
la TdeL tiene también su propia historia, su evolución y diferentes etapas.
¿Cómo se ha desarrollado la TdeL? ¿Cuándo nació concretamente?


1.
2. Evolución y etapas de la teología de la liberación.



Podemos distinguir cuatro etapas, bien diferenciadas, en el proceso de la TdeL.
En cada una de ellas enlazaremos la TdeL con los acontecimientos políticos,
económicos y eclesiales de La época.



1.2.1 Tiempo de preparación y búsqueda (1959-67).





Son los inicios, tímidos todavía, de una reflexión que lentamente irá
madurando. Políticamente el hecho más relevante en AL estos años es la
Revolución Cubana con el triunfo de Fidel Castro (1959), que abrió el paso
al socialismo en AL. Por otra parte, el Che Guevara intenta exportar la
experiencia cubana al corazón de Bolivia. Aunque el intento fracasó y el Che
fue asesinado en 1967, su empresa despertó gran entusiasmo, sobre todo en
los sectores jóvenes del continente, siendo el inicio de focos de guerrillas
en toda AL. Esto fue como un aldabonazo en la conciencia no sólo de AL, sino
de USA y de todo el mundo. Por vez primera el mundo percibió que la
situación de pobreza y miseria de AL podía ser explosiva.

En 1961, Kennedy en USA lanzó su Alianza para el Progreso, para ayudar al
desarrollo de los pueblos de AL. El mismo año el Informe Stevenson afirmaba
que había que favorecer en AL la implantación de democracias, evitando así
tanto la propagación de la experiencia cubana, como la implantación de
gobiernos militares. Por esto USA apoyó el gobierno de la Democracia
Cristiana de Frei en Chile, como réplica democrática al modelo cubano. Pero
no prosperaron las democracias: en 1964, un golpe de estado en Brasil,
inicia un tipo de gobiernos militares que se extenderá por todo el Cono Sur
en años sucesivos.

Para entender las posturas dominantes en todos estos problemas, hay que
señalar que la doctrina económica que prevalece estos años es la
teoría desarrollista
. Según ella el problema básico de los países de
AL es el subdesarrollo, un capitalismo atrasado, que contrasta con el
desarrollo de los países ricos: las diferencias geográficas (norte/sur),
climáticas (países fríos/tropicales), raciales (raza blanca/razas de color),
temperamentales (pueblos activos/pasivos) y los azares de la historia,
habrían ocasionado el desarrollo de los países del Norte frente al atraso de
los del Sur, cada vez más marginados. Se trataría pues de fomentar en éstos
el desarrollo y el progreso, para integrarlos así a la marcha de la historia
de los países avanzados. Esta teoría no contempla en los países ricos
ninguna responsabilidad sobre la situación de los países pobres. Todo sería
fruto de los caprichos de la naturaleza y de la historia. O de la pereza de
los países subdesarrollados.

Desde el punto de vista eclesial, el acontecimiento más importante de esta
década es el Concilio Vaticano II (1962-65), iniciado por Juan XXIII y
clausurado por Pablo VI. Fue un abrirse de la iglesia a los problemas del
mundo. Supuso un gran cambio en la mentalidad tradicional de la iglesia. Un
aire nuevo, más fraternal y comunitario, oxigenó toda la iglesia. Unos años
más tarde, 1967, Pablo VI escribió su carta sobre el progreso de los pueblos
(Populorum Progressio ) en la que afirma que sin progreso no puede haber una
paz estable.

Mientras tanto la teología dominante en AL en estos años, toma también un
carácter desarrollista, insistiendo en la necesidad de trabajo y desarrollo,
la necesidad de la presencia del cristiano en el mundo de la política para
desde ella realizar las reformas necesarias (agraria, educacional). Esta
teología fomenta la espiritualidad laical y profesional, pero en cambio
silencia los conflictos sociales y económicos existentes. Sin embargo, va
apareciendo ya una teología nueva en AL todavía minoritaria, que toma
conciencia de la realidad de injusticia de AL.: comienza a reflexionar sobre
los pobres, la justicia, la dimensión política de la fe, el compromiso, la
presencia del Señor en el pobre, la violencia institucional, etc. Algo nuevo
está fraguando.






1.2.2. Formulación de la teología de la liberación (1968-71).





Políticamente estos años están marcados por revoluciones y cambios
importantes. La revolución peruana de Velasco Alvarado 1968, la subida al
poder en Chile del socialista Allende 1970, el gobierno popular de JJ.
Torres en Bolivia en 1970 aunque interrumpido por el golpe militar de Bánzer
en 1971, el regreso de Perón a Argentina en 1972, podrían ser signos de
esperanza. Sin embargo se comienzan a presagiar momentos duros para AL, El
informe Rockefeller de 1969 afirma que la única institución seria, capaz de
dar consistencia a AL es la institución militar: desde entonces en Panamá va
a funcionar la Escuela Militar de las Américas que formará durante 25 años a
los futuros gobernantes militares de toda AL.

Desde el punto de vista de las teorías económicas, los brasileños Theotonio
dos Santos, Celso Furtado, F. H. Cardoso, Cándido Mendes, comienzan a
difundir en AL la teoría de la dependencia. La causa de la
miseria de los países de AL, no sería simplemente el subdesarrollo, sino
consecuencia de la dependencia que durante siglos han padecido estos pueblos
de parte de los imperios coloniales y neocoloniales: España, Portugal,
Inglaterra, USA ... Actualmente las materias primas de los países del Sur
son compradas a bajo precio por los países del Norte, los cuales luego les
venden a alto precio los productos manufacturados, fabricados con alta
tecnología. Los países del Sur no son simplemente pobres, sino que han sido
empobrecidos por los países dominadores, que poseen en los mismos países del
Sur sus aliados internos (Banca, Empresa privada, Importadores...). El
problema no es pues simplemente el desarrollo, sino la liberación de esta
dependencia y marginación causada por el capitalismo universal. No se puede
salir del subdesarrollo si se permanece dentro de la lógica del imperialismo
capitalista.

A nivel eclesial el acontecimiento más importante de estos años es la
reunión del Episcopado latinoamericano en Medellín (Colombia) el año l968,
para aplicar el Vaticano II a AL. Pero no fue una simple concreción del
Vaticano II a AL, sino una relectura del Concilio desde AL. Medellín
comienza constatando la situación de injusticia de AL y el clamor de los
pobres que sube al cielo pidiendo su liberación. Ve en todo ello una
situación de pecado, una violencia institucionalizada, que exige un cambio
de estructuras, y concluye sobre la necesidad de que la iglesia dé una
respuesta profética y liberadora a esta injusticia histórica. Medellín fue
como un gran Pentecostés para la iglesia latinoamericana, un despertar de
energías y de perspectivas. Sus tres opciones fundamentales fueron: la
opción por los pobres, por la liberación integral y por las comunidades de
base.

En este contexto sociopolítico y eclesial, en el que nace una nueva
conciencia de la iglesia latinoamericana, la TdeL encuentra su formulación.
El libro clave de Gustavo Gutiérrez, Teología de la liberación,
es del año 1971. Entre los iniciadores de esta teología hay que citar
además, los nombres de J. L. Segundo, H. Assmann, S. Galilea, J. Comblin, R.
Muñoz, E. Dussel, M. Borrat, J.C. Scanonne, R. Poblete, R. Alves, C. Padin,
L. Gera, A. Büntig, Rubén Alves, Míguez Bonino... Se parte de la realidad
histórica latinoamericana, no de principios generales: esta realidad es
analizada desde las ciencias sociales e interpretada a la luz de la fe, y
todo ello en orden a transformar dicha realidad. Notemos que esta teología
desde sus orígenes es ecuménica, ya que colaboran en su elaboración teólogos
católicos y protestantes. También desde el inicio de la TdeL se constatan
líneas diferentes, unas acentúan más lo socio-económico (H. Assman, G.
Gutiérrez...) otras que subrayan más lo popular, cultural y religioso R.
Poblete, L. Gera, J.C. Scanonne...




1.2.3. El cautiverio y el exilio (l972-76).





El relativo optimismo de los años anteriores que creía y esperaba una rápida
transformación política y social de AL, choca ahora con la trágica realidad
de gobiernos militares en todo el Cono Sur: en Chile ( Pinochet 1973),
Argentina (Videla l976), Bolivia (Bánzer l97l), Uruguay (1973). Además
conocen gobiernos militares Brasil, Perú, Paraguay, Nicaragua, Guatemala, El
Salvador, Panamá. Nace el militarismo institucional, ligado a la penetración
de capital extranjero en AL, a la política autoritaria de USA llevada a cabo
por McNamara y Kissinger, y a la elaboración teórica de la llamada Doctrina
de la Seguridad Nacional, que está decidida a luchar contra la "subversión".
En nombre de esta lucha, se conculcan los derechos humanos, se persigue a
partidos y sindicatos y se ejerce presión sobre las universidades, la prensa
y la iglesia.

Para la iglesia todo esto significa persecución y martirio. Comienza el
abundante martirologio de AL: Pereira Neto, Tito de Alencar, R. Lubenkein,
J.B. Penido Bumier (Brasil), Rutilio Grande (El Salvador), J. Alsina
(Chile), H. Gallego (Panamá), I. Betancourt (Colombia), R, Hermann, Lefebvre
(Bolivia ....).





La TdeL en esta época profundiza sobre el tema del cautiverio y exilio del
pueblo de Israel. A los nombres de los teólogos de los comienzos se añaden
ahora los de una segunda generación de teólogos de la liberación: L. Boff,
C, Mes Ter, J. Sobrino, I. Ellacuría, L. de. Valle, R. Avila, R. Vidales, A.
Cussianovich, R. Antoncich, H.Echegaray, J. Marins, P. Richard, O.Maduro,
C.Boff, J. de Santa Ana...


La
TdeL se extiende y entra en contacto con la teología de sectores oprimidos de
América del Norte (negros, chicanos ....) y con otras teologías del Tercer Mundo
(África, Asia, Filipinas,..). Pero comienzan también a surgir voces críticas
frente a la TdeL (López Trujillo, Veckemans, Kloppenburg, Hengscbach...). El año
76 la Comisión Teológica Internacional reunida en Roma escribe un informe sobre
la TdeL.

1.
2.4 Crecimiento en medio de dificultades (1977-85)
.
Esta
época es fértil en acontecimientos. La doctrina de Carter sobre los Derechos
Humanos favorece el paso a democracias "tuteladas" en Ecuador y Perú (1978) y el
triunfo Sandinista en Nicaragua (1979) que acaba con la dinastía de los Somoza.
Pero la subida de Reagan al poder en 1980 supone un claro retroceso para los
pueblos de AL dada su política agresiva de neoliberalismo y anticomunismo. El
informe del Comité de Santa Fe de 1980, documento secreto programático del
gobierno Reagan para AL, es claramente contrario a las Comunidades Eclesiales de
Base y a la TdeL, que considera atentatoria de los intereses de USA. El año 81
se crea en USA el Instituto para la Religión y la Democracia, cuya
misión es favorecer y enviar sectas a toda AL, para frenar los avances de la
TdeL.

Mientras tanto, se inicia la guerra civil en El Salvador, crece la represión en
Guatemala, USA invade Granada y comienza la guerra encubierta contra Nicaragua.
En 1982 vuelve la democracia a Bolivia, que lamentablemente desemboca en la
mayor crisis económica de la historia del país y produce una profunda
desilusión. La guerra de las Malvinas de 1982, muestra claramente cómo los
países del Norte se alían contra los del Sur. Entre fines de 1984 y comienzos
del 85 vuelve la democracia en Argentina, Uruguay y Brasil, mientras se endurece
la dictadura de Pinochet en Chile. Por otra parte, la crisis económica mundial
repercute hondamente en AL, cuya deuda externa aumenta desmesuradamente y
provoca devaluaciones y una gran penuria económica en todo el continente. Los
cambios democráticos no suponen cambios económicos, sino que se mantiene el
mismo sistema de desarrollo y consumo, que enriquece a los países ricos y
empobrece a los pobres.
La
iglesia en AL vuelve a vivir otro acontecimiento importante en Puebla (México)
en 1979, con motivo de la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano. Los
intentos de hacer marcha atrás de Medellín, quedan frenados y Puebla se
convierte en una confirmación serena de la línea profética de Medellín: a un
análisis de la realidad de AL, calificada como situación de pecado, sigue la
proclamación del plan de Dios-comunión, participación y liberación integral- y
desemboca en una opción preferencial por los pobres.
El
nuevo Papa, Juan Pablo II, inicia una serie de viajes a AL que no sólo ayudan a
que pueda conocer personalmente la realidad de AL, sino que sirven sobre todo
para que el evangelio de la justicia y la solidaridad sea anunciado con nuevo
vigor en AL, y la opinión mundial vea más de cerca la conflictiva pobreza de
estos pueblos. Mientras tanto, las sectas invaden toda AL y sigue el martirio
para la iglesia latinoamericana: Mons. Romero, L, Espinal, los mártires del
Quiché en Guatemala, Jarlan en Chile...
El
momento político y económico mundial de crisis, las tensiones Este-Oeste, la
atmósfera de miedo a una nueva guerra mundial el ambiente de desilusión y de
rearme moral, el deseo de seguridad, repercuten también en la iglesia y en la
teología.
La
TdeL se extiende a través de nuevos contactos con teólogos del Tercer Mundo y de
Europa, y va profundizando sobre diferentes temas teológicos (el método,
cristología, eclesiología, espiritualidad, religiosidad popular). Pero las
críticas y dificultades contra la TdeL aumentan, y alcanzan su punto más
significativo en la Instrucción de la Sagrada Congregación para la
Doctrina de la Fe sobre algunos aspectos de la TdeL
del 6 de agosto de
1984, en la que se advierte sobre los posibles riesgos de algunas de dichas
teologías, pero por otra parte se defiende la validez de una auténtica TdeL, su
necesidad y sus profundas raíces bíblicas y eclesiales.
Este
largo recorrido histórico nos permite comprender mejor el surgimiento de la TdeL
en AL y los problemas que suscita. Se trata evidentemente de una teología
profética, que corre la suerte de todos los movimientos proféticos. Aunque
nacida en AL tiene una dimensión universal y despierta interés no sólo en todo
el Tercer Mundo sino también en los sectores más dinámicos de Europa y América
del Norte, Por esto mismo resulta una teología peligrosa para los intereses de
los países y sectores poderosos del mundo. Es una teología desde los países del
Sur, que enjuicia a los ricos países del Norte.


2. LA EXPERIENCIA
FUNDANTE DE LA TdeL.





¿Cuál es la experiencia fundante de la teología de la liberación? ¿Qué hechos
han marcado su surgimiento? Como condición, aparece el concilio Vaticano II y su
llamado y puesta en práctica de apertura al mundo en el cual la Iglesia debe
actuar como sacramento de salvación. El Vaticano II derribó muros objetivos y
subjetivos que nos distanciaban de y deformaban la realidad.
Al
entrar, en América Latina, al mundo de las mayorías y al abrir los ojos a ellas,
nos encontramos cara a cara con la injusticia secular e institucionalizada que
somete a millones y millones de personas a pobreza inhumana. Tropezar a cada
paso con esa injusta pobreza sacudió profundamente los corazones cristianos bien
intencionados. Esta experiencia, aunque lejana en el tiempo, permitió acercarnos
a la de Moisés ante la situación de sus hermanos israelitas en Egipto: esa
situación de esclavitud no podía ser la voluntad de Dios. Y desde la fe en el
Dios de Israel comprendió su misión.
El
hecho brutal de la esclavitud y pobreza de la mayorías latinoamericanas
empujaron decisivamente a una reflexión a la luz del Dios de Jesucristo y
recomprender nuestra misión. Cómo anunciar y vivir la Buena Nueva del Reino
implicó el adquirir una nueva conciencia del ser y quehacer de la Iglesia.
La
intuición original de la que brota la teología de la liberación no fue otra que
la experiencia cotidiana de la injusta pobreza en que son obligados a vivir
millones de hermanos latinoamericano. Y en esta experiencia y desde ella emerge
la palabra contundente del Dios de Moisés y de Jesús: esta situación no es su
voluntad. En esta experiencia fundante destacamos tres elementos importantes:
los pobres, las formas de la caridad cristiana hoy y la conversión.


1.
Los pobres y la pobreza.


La
década de los setenta fue escenario de un continuo debate sobre quién es el
pobre y qué se entiende por pobreza evangélica. En Medellín se había destacado
proféticamente la injusticia en que vivían pueblos enteros:

Esta
constatación abrió el corazón de muchos a la causa de los pobres, además de
promover el enriquecimiento de la fe desde la perspectiva de los oprimidos de la
tierra. Pero suscitó también reacciones de desconfianza y aun de rechazo. Es
más, se generó un clima de confusión y oscuridad que intentó nuevamente ocultar
la realidad.

Hacia el final de los años setenta todavía era posible escuchar que los pobres
estaban en esa situación por ser flojos y viciosos; o que los ricos
materialmente eran muy pobres en valores espirituales; o expresiones como «el
Pobre Nixon sufre más que muchísimos pues le quitaron de la presidencia».
Semejantes frases, al generalizar el mal y no distinguir causa y efecto,
pretendían mantener, al menos, la conformidad ante las tremendas injusticias
sociales.
Sin
embargo, la experiencia del dolor secular de los campesinos, de los indígenas y
de los negros, que toma nuevas formas en las barriadas y campos latinoamericanos
y cuyo clamor, si en momentos apareció sordo, se fue haciendo cada día más claro
y lacerante (Puebla 89), siguió empujando la reflexión de la teología de la
liberación. La Conferencia episcopal de Puebla tuvo la paciencia de volver a
describir quién es el pobre y que el motivo de su situación no es casualidad,
sino causal.

Pocas líneas más adelante, los obispos afirman cómo en los rostros de los niños
pobres, indígenas, campesinos marginados, ancianos, etc., debemos reconocer los
rasgos sufrientes de Cristo (Puebla 31-39). La experiencia concreta y golpeante
del dolor de los pobres nos abre a la experiencia de quien está presente en
ellos: el Señor Jesús (Mt 25, 31-46).

Hablar sobre Dios es hacer teología. En la experiencia FUNDANTE de la teología
de la liberación se ha redescubierto que hablar de los pobres es hablar de
Cristo, el «pobre de Yahvé». Pero hablar hoy de los pobres es hablar de los
hombres explotados del Tercer Mundo, es hablar de las mayorías latinoamericanas.
En la solidaridad de Cristo con los empobrecidos de la tierra se encierra el
misterio del hombre. Cristo se encuentra y revela en los, pequeños y olvidados a
los ojos de los mundanos (Mt 11, 25-27).

Esta
situación de las grandes masas de nuestros pueblos, que proviene en buena parte,
del sistema social que padecemos (Puebla 92 y 311-313), no es la voluntad de
Dios. Esta experiencia fundante que va a reorientar a construir la fraternidad,
es retomada en la conferencia de Puebla y expresada con claridad profética:

El
tema central de nuestras vidas y de toda espiritualidad cómo encontrarse con
Dios, dónde se le ama y cómo conduce al corazón mismo del evangelio: amar a Dios
y al prójimo. Pero este tema adquiere realidad radical cuando se plantea desde
los pobres: ¿qué significa amar a Dios y al prójimo hoy en América Latina?.


2.
Las formas de la caridad cristiana.


Este
segundo elemento central en la experiencia FUNDANTE que dio origen a la teología
de la liberación hace fácilmente comprensible y esclarece el porqué de su
impacto en la conciencia cristiana latinoamericana.
El
Señor Jesús y los fariseos conocían el decálogo y las prescripciones de la torah.
Sabían que el primer y principal mandamiento es el amor a Dios y al prójimo. Es
más, ambos lo predicaban y lo tenían como piedra capital de su doctrina. ¿Por
qué el enfrentamiento con esos hombres "piadosos" si coincidían en lo esencial
del mensaje: El meollo del asunto está en qué experiencia se tiene de y qué
contenido se le da al prójimo y consiguientemente al "amor fraterno". Los
fariseos afirmaban amar a Dios y al prójimo y crucificaron a Jesús.
Hoy
en América latina se relee la Escritura, en la teología de la liberación, desde
el pobre, desde la clase explotada con la que se hizo solidario Cristo. Y de ahí
surge la pregunta: ¿qué exigencias entraña hoy el amor al prójimo: Este no es un
tema más en la teología de la liberación. Es su corazón. Es la vida, es la
sangre que anima la experiencia e intuición original y la existencia de los
grupos cristianos en la praxis de la liberación. Amar a Dios y al prójimo
significa salir de mi camino, entrar en el camino del oprimido, del golpeado por
la injusticia y comprometerse con su causa.




Ciertamente, lo anterior lleva a menudo al riesgo de la misma vida, como lo
anunció Jesús, el Buen Pastor. Pero ese hacernos hermanos desde los pobres y no
sólo sabernos hermanos y quedarnos en palabras, es lo que lleva a construir
sobre roca (Mt 7, 21-27). El compromiso con el pobre permite superar el
reduccionismo de considerar el amor al prójimo como «amor a las almas» o todo
tipo de espiritualizaciones deformantes. Lo mismo se diga de la reducción del
amor al prójimo, entendido éste como la propia familia o grupo cerrado que nos
rodea. El amor al prójimo pobre abre a la universalidad, al reconocimiento que
todos somos hijos de un mismo Padre.
La
universalidad del amor al prójimo adquiere el peso de la verdad, cuando tiene,
como preocupación prioritaria, amar a aquellos hermanos que los «mundanos»
desprecian y denigran: los indígenas, los analfabetos, los marginados, los
negros: «Si amas a os que te aman, ¿qué recompensa tendrás? ¿No hacen eso
también los publicanos?» (Mt 5, 46). El sentido y significado de este elemento
de la experiencia fundante de la teología de la liberación fue recogido y
expresado por la reunión de Puebla, atento a la voz del Espíritu que clama desde
el pueblo pobre.


Cristo vivió el amor eficazmente, con eficacia profética, con eficacia de cruz.
Amar como Cristo conlleva hoy también tomar la cruz y seguirlo. No ocultó el
Señor que su seguimiento, dolorosamente, traería escisiones aun de padres contra
hijos, de amigo que traiciona al propio amigo, del discípulo que entrega el
maestro. La misión hoy de crear una sociedad fraternal, amar en la historia,
implica una dimensión política; una caridad, al modo de Jesús, subversiva del
desorden social, de la injusticia institucionalizada.
El
amor evangélico lleva a la unidad: «Padre, que sean uno, como tú y yo somos uno»
(Jn 17, 21). Ahora bien, la unidad de los seres humanos no se logra sino
superando las contradicciones en que históricamente nos encontramos situados; y
las tinieblas se oponen a la luz: «Vino a los suyos y los suyos no lo
recibieron» (Jn 1,11).
Hoy,
la sangre amorosa de Dios ha vuelto a teñirse de rojo. Sangre derramada del
oprimido en su lucha contra el opresor para que deje de serlo. Sangre sin odio,
pero con misión. El color de la sangre de Cristo, el amor, se recoge en la
teología de la liberación. El calor humano del amor, también sus rasgos
afectivos, se resitúan evangélicamente al vivirse desde el pobre y su causa.
El
«nuevo estilo» de amar a Dios y al prójimo de Jesús de Nazaret sorprendió a
muchos entendidos de su época. Y todavía hoy nos sorprende su estilo de amar y
construir la unidad desde los pobres, y sus consecuencias. ¡Qué contradicción!
Amar, esforzarse por construir la fraternidad, acarrea persecución y muerte. «No
es el discípulo mayor que el maestro. Si me persiguieron a mi, también los
perseguirán a ustedes» (Jn 15, 20). Pero esta lucha y dolor tiene la certeza del
triunfo: «Confíen, yo he vencido al mundo» (Jn 16, 33).


3.
La conversión cristiana.


En
nuestra historia, la comunión con el prójimo pasa necesariamente por la «opción
por los pobres». Amar al prójimo se hace verdad cuando amamos a los empobrecidos
de la tierra. La conversión, etimológicamente, significa el «volverse hacia». La
conversión cristiana es «volverse hacia el pobre», sintonizar el corazón con él,
llorar con su dolor, alegrarse con sus gozos.
El
impulso del Espíritu no termina al descubrir al herido a lado del camino, sino
en el comprometerse con él: entrar eficaz mente en su camino, comprometerse en
su liberación. Este elemento de la experiencia fundante permitió comprender y
profundiza la metanoia, la conversión cristiana a la cual todos somos llamados.

Convertirse a Cristo significa hacerse hermano con el pobre. Cuando aquel
muchacho rico, bien formado y cumplidor de los mandamientos, preguntó a Jesús
sobre lo que tenía que hacer para ganar la vida eterna, recibió una respuesta
clara y amorosa de maestro, pues se había ganado su afecto con su sinceridad:
«Vende cuanto tienes, repártelo entre los pobres y ven y sígueme» (Mc 10, 21).
Aquel joven fue sorprendido de lleno. Esa respuesta no se la habían enseñado sus
profesores. Le habían enseñado, y cumplía las normas morales de no robar,
respetar a la mujer del prójimo no emborracharse, etc. Pero hacerse pobre con
los pobres para vivir la fraternidad, eso se le había pasado por alto. Lo mismo
ocurrió con Nicodemo.
El
anuncio del Señor: «cumplido es el tiempo y el reino de Dios está cercano;
conviértanse y crean en el evangelio » (Mc 1,15), encerraba un compromiso muy
concreto: vende tus bienes, hazte hermano con el pobre y tendrás un tesoro en el
reino de los cielos. Desde la experiencia del caminar con los empobrecidos de
nuestras ciudades periféricas o en las zonas rurales se ha iluminado y recogido
en la teología de la liberación lo nuclear de la conversión cristiana. Hemos
comprendido en su amplia dimensión lo que significa la pobreza evangélica.

Todos somos llamados a la opción por los pobres y a vivir la pobreza evangélica.
La división entre ricos y pobres es un pecado. Esta división no es querida por
Dios. Hay que denunciarla y superarla. Jesús y sus discípulos ofrecieron un
modelo de vida proclamado como bienaventuranza: "Este modelo de vida pobre se
exige en el evangelio a todos los creyentes en Cristo y por eso podemos llamarlo
pobreza evangélica" (Puebla 1148). Los religiosos son llamados a vivir en
radicalidad dicha pobreza, pero éste es patrimonio de todo el pueblo de Dios.
Sin compartir los bienes, la fraternidad queda en deseos. El que comparte los
bienes entra en el reino de los cielos (Mt 25, 31-46). La pobreza evangélica no
es «fakirismo», ni escuela de ascetismo. La pobreza evangélica, que implica el
amor al prójimo como vimos, es la roca donde se construye la hermandad. Esto no
es algo utópico o lejano a toda posibilidad.

Este
compartir los bienes libera el corazón para vivir la misión: «liberar los
cautivos, dar vista a los ciegos, poner en libertad a los oprimidos y proclamar
el año del Señor» (Lc 4, 18-19). Convertirse es liberarse de todo lo que nos ata
para construir y vivir la fraternidad desde los pequeños.

Cuando los apóstoles contaron a Jesús cómo las gentes sencillas estaban
recibiendo el mensaje del reino, que somos hermanos hijos de un mismo Padre, su
corazón se llenó de alegría y bendijo a su Padre que esto revelaba y era
recibido por los sencillos y humildes (Mt 11, 25-27). De esa misma frecuencia
participan nuestros obispos al comprender el llamado e invitación a la
conversión a la fraternidad de la opción por los pobres y su liberación.

La
renovada esperanza en la fuerza del Espíritu no oculta que la situación de
injusticia se sigue agravando. Esta realidad urge todavía con mayor impulso a
una solidaridad profética con nuestros hermanos empobrecidos. Así, pues, la
conversión evangélica no es algo puramente sentimental, o el cumplir los diez
mandamientos del decálogo, sino hacerse eficazmente hermano con el pobre y desde
ahí vivir la fraternidad universal. Esta experiencia vivida por muchos
cristianos comprometidos con el pobre y su liberación constituye el tercer
elemento del núcleo de la experiencia fundante de la que brota la reflexión
teológica latinoamericana.



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