sábado, 24 de junio de 2017

Ordoño II de León - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Ordoño II de León



Ordoño II de León
Rey de León
Ordono2.jpg

Ordoño II según una miniatura medieval de la Catedral de León.
Rey de Galicia

(subordinado al rey de León)1
910-914
Predecesor Alfonso III, rey de Asturias
Sucesor Se convierte en rey de León
Rey de León
914-924
Predecesor García I
Sucesor Fruela II

Información personal
Nacimiento c. 871
Fallecimiento Junio de 924

León, León
Entierro Catedral de León
Familia
Dinastía Astur-leonesa
Padre Alfonso III de Asturias
Madre Jimena de Asturias
Cónyuge Véase Matrimonios
Descendencia Véase Matrimonios y descendencia
[editar datos en Wikidata]
Ordoño II de León (c. 871-León, junio de 924) fue rey de Galicia, subordinado al rey de León,1 entre los años 910 y 914 y rey de León desde el año 914 hasta su muerte.


Segundo hijo de Alfonso III,
fue un soberano enérgico y batallador que sometió a su autoridad única
los territorios del reino leonés y combatió exitosamente contra los
musulmanes, que aún dominaban la mayor parte de la península ibérica. Su reinado supuso el tránsito tácito y tranquilo del Regnum Asturorum al Regnum Legionense, con la sede regia ya establecida definitivamente en la ciudad de León.



Índice

Vida

Juventud

Nacido alrededor del año 871, fue el segundo de los hijos de Alfonso el Magno, rey de Asturias, y de su esposa, la reina Jimena. Por parte paterna era nieto del rey Ordoño I y de su esposa, la reina Nuña. Fue educado por los Banu Qasi de Zaragoza. Colaboró en las tareas de gobierno durante el reinado de su padre.


Ya en vida de su padre ejerció el gobierno de Galicia. Dirigió
personalmente, antes del año 910, una expedición militar contra los
musulmanes del sur de la península ibérica en la que llegó hasta la ciudad de Sevilla, destruyendo y saqueando la barriada de Regel, "considerada como una de las más fuertes y opulentas", según refiere la Historia silense, aunque dicha barriada no ha sido identificada con seguridad por los historiadores.2


Por motivos desconocidos, los hijos de Alfonso III se rebelaron contra su padre en el año 909. Aunque el infante García, hermano de Ordoño, fue apresado y encerrado en el castillo de Gauzón,
un año después Alfonso III fue obligado por sus hijos a abdicar y a
repartir el reino entre ellos. El reino de León correspondió al hijo
primogénito, el infante García, el de Asturias correspondió al infante Fruela y el de Galicia al infante Ordoño, subordinados ambos hermanos menores a García.1 Alfonso III falleció en la ciudad de Zamora el 20 de diciembre del año 910.


García I mantuvo relaciones distantes y conflictivas con su hermano
Ordoño. Cuando Alfonso III falleció, García impidió al obispo Genadio de Astorga que llevase a la ciudad de Santiago de Compostela los quinientos mizcales que Alfonso III había donado al santuario del apóstol.3


Se computaba el cuarto año del reinado privativo de Ordoño en Galicia cuando Urdun ibn Adfuns —en expresión de la Crónica anónima de al-Nasir— llegó a Évora
el día 19 de agosto de 913 con un ejército de treinta mil hombres,
entre jinetes, infantes y arqueros, y, aprovechando la existencia de un basurero
junto a las murallas, penetró en la ciudad y la saqueó. En un solo día
desbarató la resistencia de la ciudad, causando la muerte del gobernador
Marwan Abd al-Malik
y la de los setecientos hombres que componían la guarnición. Capturó a
cuatro mil personas, en su mayoría mujeres y niños, con los que
emprendió el camino de regreso a su territorio al día siguiente de su
llegada a Évora. Según menciona la misma crónica, "No había memoria en al-Andalus de un desastre del Islam, por parte del enemigo, más afrentoso y terrible que éste".4


Ascenso al trono leonés (914)

A la muerte de su hermano García, ocurrida en la ciudad de Zamora en
el año 914, Ordoño II heredó el reino de León ya que, aunque su hermano
había contraído matrimonio, falleció sin dejar descendencia. Como si
creyera de obligado cumplimiento sucesorio alguna norma legal o consuetudinaria, el continuador de la Crónica albeldense afirma que "a la muerte de García, su hermano Ordoño -ut decebat- adquirió el gobierno del reino". El historiador cordobés Ibn Hayyan señaló en su obra que:5


...al morir su hermano García la cristiandad unánimemente lo llamó
desde León y Astorga, capitales de su reino; dejó como vicarios en
Galicia condes de su confianza y se fue a la comunidad que le dio el más
completo señorío, demostrando su esfuerzo en la lucha contra sus
enemigos musulmanes, aunque Dios puso coto a sus proezas, devolviéndoles
la fuerza cuando fueron al poco reunificados por el califa Al-Nasir,
que desbarató a los cristianos por favor divino.



En el periodo comprendido entre la muerte del rey García I, en la
primera mitad de 914, y el comienzo del reinado de su hermano, en los
primeros días de diciembre del año 914, existe un intervalo de varios
meses con ausencia de actividad en la curia regia leonesa. Algunos historiadores opinan que Ordoño II debió contraer una grave enfermedad en tierras de Badajoz
y que, antes de ir a León para ser proclamado rey, se dirigió hacia sus
dominios gallegos. Allí, en un documento otorgado en favor de la diócesis de Mondoñedo, el monarca expresó lo siguiente:


Presiento que mi muerte está próxima y que no me queda otra
esperanza que la misericordia del Omnipotente y la intercesión de los
santos.



Sin embargo, el monarca debió recuperarse plenamente, ya que a principios de diciembre fue aclamado como rey en la ciudad de Santiago de Compostela. Afirma el post-Albeldense que Ordoño Adefónsiz, "debelador de Cristo",
fue aclamado por todos los magnates y personas distinguidas, obispos,
abades, condes, reunidos en asamblea general, siéndole impuesta la
diadema regia el 12 de diciembre de 914, tras haber sido ungido por doce
obispos en el trono de León.


Primeras campañas militares (914-916)

Habiendo tomado posesión de León, consolidado su posición y ganado el
apoyo de la nobleza, Ordoño II emprendió su primera expedición militar
como rey de León en el verano del año 915 contra las tierras situadas al
norte de Miknasat al Asnam, nombre con el que los musulmanes designaban a la ciudad de Mérida. Según el historiador andalusí al-Razi, emprendió la campaña por la ruta de Zamora, sometiendo primero la ciudad de Medellín y luego el castillo de la Culebra o Kalat al-Hanash (Castro Alange),
acampando al día siguiente junto a Mérida. Allí se le sometieron los
gobernadores de esta ciudad y de Badajoz, que pagaron tributo a los
leoneses. Estos regresaron a sus tierras con un gran botín y muchos
cautivos por el camino de Toledo.


La campaña fue tan exitosa, que, tan pronto como llegó a León, el monarca quiso mostrar su gratitud a la Madre de Dios, erigiendo en su obsequio un nuevo templo catedralicio en sustitución del entonces existente, un modesto edificio situado extramuros y consagrado a San Pedro Apóstol. A tal efecto donó su propio palacio, engrandeciendo asimismo con donaciones de tierras la diócesis legionense.


En el verano del año 916, dirigió una nueva expedición contra los
musulmanes y atacó las cercanías de la ciudad de Mérida, que había
amenazado en su campaña sobre Évora
del 913. También ahora devastó y saqueó las áreas suburbanas que habían
quedado indemnes en aquella expedición. Las tropas leonesas se
enfrentaron a un ejército que había salido de Córdoba para enfrentarse a
ellas. Los leoneses lo derrotaron y el comandante musulmán fue apresado
y llevado a León.


La batalla de Castromoros (916)

La reacción de los andalusíes no se hizo esperar. Según la Crónica anónima de Al-Nasir, iniciaron una primera aceifa el 15 de junio de 916, bajo el mando del caíd Ahmad ibn Muhammad ibn Abi Abda, que regresó a Córdoba sin mayor percance. El nuevo emir cordobés, Abderramán III,
haciéndose eco del clamor popular contra los continuos éxitos
cristianos, reunió entonces un inmenso ejército que incorporaba
contingentes de la Tingitania y la Mauritania. A su mando iba de nuevo Ahmad ibn Muhammad ibn Abi Abda, llamado Hulit Abulhabat por la Crónica post-Albeldense.6


El ejército musulmán salió de Córdoba el 2 de agosto de 917 y llegó a la ribera del río Duero,
que el omeya pretendía establecer como frontera, el día 1 o 2 de
septiembre, saqueando y arrasando a su paso las tierras de los
cristianos. Los musulmanes establecieron su campamento junto a la
localidad de San Esteban de Gormaz,
por entonces llamada Castromoros. Entonces aparecieron de improviso el
rey Ordoño II y sus tropas que atacaron al ejército musulmán. La batalla de Castromoros es uno de los hitos de la historia medieval española.
Las crónicas cristianas de la época refieren que los leoneses causaron
tantas bajas a sus enemigos que el número de sus cadáveres excedía del
cómputo de los astros, pues señalan que, desde la orilla del río Duero
hasta el castillo de Atienza
y Paracuellos, todo el territorio se hallaba cubierto de cadáveres y el
ejército musulmán, derrotado, regresó a sus bases el día 4 de
septiembre. Entre los numerosos musulmanes que perdieron la vida en
Castromoros se hallaba el propio Hulit Abulhabat, comandante de los
derrotados musulmanes, cuya cabeza mandó el rey Ordoño suspender de las
almenas de San Esteban de Gormaz junto a la de un jabalí.
Los navarros acudieron entonces a solicitar la ayuda del monarca leonés
con la esperanza de que las tropas leonesas les ayudaran a luchar
contra los musulmanes.


Finalizando la primavera del año 918, y aliados entre sí Ordoño II y Sancho Garcés, rey de Pamplona, ambos monarcas movilizaron sus tropas y marcharon juntos sobre Nájera, en la Marca Superior, a la que llegaron a comienzos del mes de junio, sitiándola durante tres días. Pasaron luego a Tudela, bordearon los confines de la Morcuera y Tarazona y penetraron en los arrabales de Valtierra, Arnedo y Calahorra, que se hallaban en poder de los Banu Qasi de Zaragoza, plazas que fueron conquistadas.


Estos sucesos irritaron tanto al emir Abderramán III que ya el 8 de julio de ese año salió de Córdoba un nuevo ejército de castigo, mandado por Badr ibn Ahmad. Las tropas musulmanas llegaron al territorio de Mutoniya o Mutonia (lugar hoy desconocido, pero localizado en tierras de Soria o Segovia),
donde derrotaron a los ejércitos navarros y leoneses, en dos batallas
consecutivas libradas los días 14 y 16 de agosto del año 918. El retorno
de los vencedores, con abundante botín y cautivos, fue celebrado en
Córdoba con júbilos públicos. El cronista Sampiro
se limitó a señalar que tras la victoria de Castromoros llegó al lugar
de Mitonia una aceifa musulmana, en cuyo encuentro sobrevino la ruina de
muchas gentes de ambas partes, añadiendo como consuelo una cita
bíblica, que atribuyó a David: "Varií sunt eventus belli".


La batalla de Valdejunquera (920)

Sin desanimarse por la derrota, Ordoño II comenzó a planear la
campaña del año siguiente, movilizando a sus tropas y poniéndose en
marcha hacia la frontera en el mes de octubre del año 919. Según refiere
la Crónica de al-Nasir, Abderramán III envió a la frontera del norte un nuevo ejército al mando de su pariente Ishaq ibn Muhammad al-Marwani
y por ello el rey de León abandonó su propósito de atacar a los
musulmanes y regresó a sus tierras sin haber emprendido ofensiva alguna.
Los musulmanes también regresaron a sus bases una vez que hubieron
comprobado que Ordoño II no planeaba atacarles.


Sin embargo, casi de inmediato el emir cordobés proclamó la guerra
santa y organizó la movilización general de su ejército, que fue
sometido a una revista general o alarde
el 23 de abril de 920, para iniciar la salida el 23 de mayo, al mando
del propio emir. Desde Córdoba, el ejército musulmán se dirigió a Caracuel, sobre el Guadiana, Toledo y Guadalajara y de aquí a Medinaceli. Reconquistó luego Osma (8 de julio) y San Esteban de Gormaz. Las huestas mahometanas cayeron a continuación sobre Clunia, Burgos, Tudela y Calahorra.


El rey de Navarra aguardaba con sus tropas dentro del municipio de Arnedo. Cuando tuvo conocimiento de que las tropas musulmanas, que se habían apoderado de Calahorra, se dirigían hacia la ciudad de Pamplona,
su capital, se dirigió hacia el norte con sus tropas a fin de unirlas a
las del rey de León, quien había acudido en su ayuda. Los musulmanes se
dirigieron a Viguera,
donde derrotaron a las primeras fuerzas conjuntas que les opusieron
Ordoño y Sancho. Posteriormente, los musulmanes se dirigieron a Muez,
lugar situado en el valle de Junquera, a unos veinticinco kilómetros al
suroeste de la ciudad de Pamplona.


En la subsiguiente batalla de Valdejunquera, librada el 26 de julio
de 920, el emir cordobés derrotó nuevamente a las escasas huestes
reunidas por leoneses y navarros. Fueron capturados los obispos de Tuy y Salamanca, Dulcidio y Hermogio. Los supervivientes del ejército cristiano se refugiaron en las fortalezas de Muez y Viguera,
que fueron asediadas a continuación por el emir de Córdoba. Tras
haberse apoderado de ambas plazas, todos los defensores fueron
degollados y, antes de volver a Córdoba, el emir ordenó arrasar las
tierras cercanas a ellas.


De tal descalabro se culpó a los condes castellanos Nuño Fernández, Fernando Ansúrez y Abolmondar Albo y su hijo Diego por no haber acudido al combate. Convocados por el monarca en el lugar de Tejar, a orillas del Carrión,
los condes fueron apresados y encarcelados (aunque según la tradición
fueran muertos). En cualquier caso, debieron ser liberados poco tiempo
después, ya que la documentación los presenta actuando con normalidad.


Última campaña y muerte del rey


Retrato que representa a Ordoño II de León. Siglo XIX. Ayuntamiento de León.
A pesar de la derrota sufrida en Valdejunquera, Ordoño II reunió un
nuevo ejército en la primavera del año 921 y se dispuso a combatir a los
musulmanes, según refiere el obispo Sampiro.
Las tropas leonesas llegaron al territorio de Sintilia, en Guadalajara,
y asolaron sus tierras. Asaltaron además, entre otros, los castillos de
Sarmalón, Eliph, Pálmaces de Jadraque, Castejón de Henares
y Magnanza. Según Sampiro, los leoneses se internaron tanto en
territorio andalusí que llegaron a una sola jornada de Córdoba, lo cual
es falso,7
probablemente una confusión por Toledo. Posteriormente, las tropas
leonesas regresaron a sus bases pasando por las fortalezas del río Duero
y llegaron a Zamora el 1 de agosto de 921, donde halló muerta a su
esposa la reina Elvira.


En 922 contrajo nuevas nupcias con Aragonta González, hija del conde Gonzalo Betótez.8


A finales del verano del año 923, y a petición del rey Sancho Garcés, Ordoño II marchó con su ejército sobre La Rioja y ocupó la ciudad de Nájera, al tiempo que el rey de Pamplona se apoderaba de Viguera, apresando y dando muerte a Muhammad ibn Abdallah ibn Lubb, miembro de la familia de los Banu Qasi, y a otros nobles musulmanes. Tras asistir a la fundación del monasterio de Santa Coloma de Nájera, contrajo un tercer matrimonio con la infanta Sancha de Pamplona después de repudiar a su anterior esposa y regresó poco después a León acompañado por Sancha.


Ordoño II de León falleció a mediados de junio del año 924, al cabo de nueve años y medio de reinado. Fue sepultado en la girola de la catedral de León tras el altar mayor. La Primera Crónica General relata del siguiente modo la defunción del monarca leonés:9


Despues tornose para Leon, et desi fuesse para Çamora. Et estando y
adolescio et muriose dessa dolentia. Et fue enterrado en Leon en la
eglesia de Santa Maria, que es la Cathedral. Et fue el so enterramiento
fecho muy onrradamientre. Pero dize don Lucas de Tuy que quando este rey
don Ordonno se sintio dolient, que se fizo luego levar para Leon, et
que y murio.



Su hermano Fruela II usurpó el trono que correspondía a sus hijos.


Semblanza

La Crónica post-Albeldense describió a Ordoño II como:


Prudentísimo en la guerra, justo y muy misericordioso con los
ciudadanos, piadosísimo y entrañable, fuera del usual modo humano, para
los infelices y los pobres y famoso por su honestidad en todos los
negocios concernientes al gobierno del reino.



Añade que «no sabía descansar» (labori nescius cedere),
temiendo que el ocio menguara su preocupación por los asuntos del reino.
Ordoño II se sentía heredero de la España visigoda y aspiraba a su
restablecimiento, adquiriendo un gran renombre que le llevó a figurar en
numerosos romances y cancioneros.


Matrimonios y descendencia

Contrajo matrimonio por primera vez con Elvira Menéndez, hija del conde Hermenegildo Gutiérrez y de Ermesenda Gatónez, hija de Gatón del Bierzo.10 Fruto de su primer matrimonio nacieron cinco hijos, quienes aparecen en la documentación con sus padres en el siguiente orden:


  • Sancho Ordóñez 11 (m. 929). Rey de Galicia.
  • Alfonso IV de León 11 (m. 933). Rey de León.
  • Ramiro II de León 11 (m. 951). Rey de León. Ocupó el trono leonés cuando su hermano Alfonso IV renunció.
  • García 11 (m. después de 934). Su nombre figura en varios de los privilegios emitidos durante el reinado de su padre.
  • Jimena Ordóñez 11 (m. después de 935). Figura por última vez en la documentación del monasterio de Celanova el 6 de enero de 935 confirmando a su primo hermano, Froila, hijo de Gutierre Menéndez e Ilduara Eriz, la villa de Uillare que había heredado de sus padres y que su hermano el rey Sancho concedió a los padres de Froila, que la tenían en encomienda.
Casó en 922 con Aragonta González,12 hija del conde Gonzalo Betótez y de la condesa Teresa Eriz, hija del conde Ero Fernández, y hermana de los condes Pelayo González y Hermenegildo González, con quien no tuvo descendencia,12 pues fue repudiada por el rey. Fundó el monasterio de Salceda donde se retiró.12


Contrajo matrimonio en el año 923 con Sancha de Pamplona,13 hija del rey Sancho Garcés I de Pamplona, con quien tampoco tuvo descendencia.13 Su viuda volvió a casar con Álvaro Herraméliz,13 conde de Álava, y posteriormente con Fernán González,13 conde de Castilla.







Predecesor:

Alfonso III, rey de Asturias
Rey de Galicia

(subordinado al rey de León)1


910-914
Sucesor:

Se convierte en rey de León
Predecesor:

García I
Rey de León

914-924
Sucesor:

Fruela II

Véase también

Referencias


  • Suárez Fernández, 1976, p. 253.

  • Bibliografía

    Enlaces externos

    Menú de navegación


  • Martínez Díez, 2004, p. 233.


  • Gracía-Osuna, 2008, pp. 25-28.


  • Martínez Díez, 2004, pp. 233-235.


  • Martínez Díez, 2004, p. 232.


  • Martínez Díez, 2004, pp. 240-242.


  • Martínez Díez, 2004, p. 255.


  • Torres Sevilla-Quiñones de León, 199, p. 292.


  • Arco y Garay, 1954, p. 148.


  • Torres Sevilla-Quiñones de León, 1999, p. 305.


  • Rodríguez Fernández, 1997, p. 103-104.


  • Rodríguez Fernández, 1997, p. 100-101.


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