sábado, 24 de junio de 2017

Rodrigo - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Rodrigo


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Rodrigo
Rey de los Visigodos
Don Rodrigo, rey de los visigodos (Museo del Prado).jpg

Don Rodrigo, rey de los visigodos, por Mariano de la Roca y Delgado. 1853. (Museo del Prado, Madrid).

Información personal
Reinado 710-711

Rival y en disputa contra Agila II
Fallecimiento 711
Predecesor Witiza
Sucesor Invasión árabe: Musa ibn Nusair gobernador de Ifriqiya
Familia
Padre Teodofredo (hijo de Chindasvinto y Riciberga)
Consorte Egilona
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Roderico o Rodrigo (en gótico: 𐌷𐍂𐍉𐌸𐌰𐍂𐌴𐌹𐌺𐍃 Hroþareiks, en latín: Rodericus y en árabe: لذريق, Ludharīq, 688-711) nombrado en numerosas fuentes clásicas como Don Rodrigo fue rey visigodo
entre los años 710 y 711. Llegó al trono de forma violenta, lo que
produjo la secesión de parte del reino. Fue derrotado por los musulmanes
en la batalla de Guadalete, debido a una traición entre oponentes visigodos del propio rey.



Índice

Las fuentes

La Crónica mozárabe de 754 ofrece pocos datos sobre los hechos acaecidos inmediatamente después del reinado de Witiza.
Indica que Rodrigo invadió el trono y que reinó un año. Indica que
había una guerra civil antes de la invasión de los árabes y añade que
fue traicionado por algunas de sus tropas. Sin embargo, no menciona ni a
Agila II, ni que los partidarios de Witiza llevaran a cabo la traición,
ni que se llevara en ningún caso una petición de ayuda para destronar a
Rodrigo.1 2


La Chronica regum Visigothorum
registra los nombres de los reyes visigodos y los años de sus reinados.
Después de la entronización de Ervigio los manuscritos difieren en la
continuación de los siguientes reyes. 3


La Continuatio codicis C Parisini que consta en un manuscrito
del siglo XII no menciona a Rodrigo e indica que a Witiza le sucedió
Agila y después de tres años le sucedió Ardo. Pero la Continuatio Legionensis
que aparece en un manuscrito del siglo XI, indica que a Witiza le
sucedió Rodrigo, el cual reinó durante siete años y seis meses.4 5
Sin embargo, no se sabe cuando fueron recopiladas por primera vez y
dado que asignan duraciones de reinados diferentes a los sucesores de
Ervigio es posible que pudiera haber habido errores de transcripción.
Pero en definitiva se da a entender que a Witiza le sucedieron dos reyes
que controlaron distintas partes del reino.6


En cuanto a las crónicas árabes, la primera versión de la conquista de Hispania procede de alrededor de 860. En la obra de Ibn Abd al-Hakam se relata que el señor de Ceuta, deseoso de vengarse de Rodrigo, se ofreció a transportar a Táriq ibn Ziyad
a la península Ibérica. El rey visigodo fue a detener su avance, pero
fue derrotado y Rodrigo resultó muerto. El resto de crónicas árabes
comparten esta visión: el papel del señor de Ceuta y la derrota de
Rodrigo en una batalla.7 7 Por su parte, las Crónicas asturianas —la Crónica albeldense y la Crónica de Alfonso III
presentaban al reino de Asturias como continuador del reino visigodo de
Rodrigo y culpaban de la conquista árabe a los witizianos, a lo que
asigna la conjura por la que llamaron a los árabes.8 9 La Crónica de Alfonso III data del siglo IX. La versión rotense indica que Rodrigo fue nieto de Chindasvinto e hijo de Teodofredo, que había sido asesinado por Égica para impedir que pudiera ser un rival al trono.10
Además, indica sin más detalles que Rodrigo sucedió a Witiza y al
tercer año de su reinado fue derrotado por los árabes y la traición de
los hijos de Witiza.11
La versión Sebastianense añade que los hijos de Witiza solicitaron
ayuda a los árabes para expulsar a Rodrigo del trono pero que perecieron
con Rodrigo.12
Sin embargo, dado que la Crónica de Alfonso III indica que Witiza era
hijo de Egica y de Cixilo, en el momento que el que dejó de reinar
tendría unos veinticinco años y por tanto su descendencia no tendría en
esa época la edad suficiente para traicionar a nadie, con lo que la
crónica se contradice consigo misma.13


Ni en la Crónica mozárabe ni en las posteriores se hace mención a Agila II,
tampoco en las crónicas árabes. Se da la situación que las crónicas
escritas en la zona de influencia de Agila II desconocieron la
existencia de Rodrigo, hasta pasada la mitad del siglo XIII cuando se
tradujo la obra del obispo Rodrigo Jiménez de Rada.14
Sin embargo, ha existido una derivación metodológica errónea de
intentar ajustar el nombre de Agila con alguno de los personajes de las
Crónicas cuyo nombre no se da, como hacerle el hijo de Witiza cuyo
nombre no aparece en la crónicas asturianas,15 e incluso acomodarlo como hijo o pariente de Witiza que fue asociado al trono en el noreste de la península Ibérica14
Las crónicas asturianas, dada su concepción de que Rodrigo había sido
el último rey visigodo y que el reino de Asturias se identificaba como
su sucesor,8
eliminaron a Agila que reinó dos años más, y sumaron esos años al
reinado de Rodrigo de modo que este último habría reinado tres años. 16


Sucesión de Witiza


Entre los frescos de Qusair Amra
(actual Jordania) está una representación de seis reyes que se rinden
al califa omeya, identificados con sus nombres escritos en caracteres
griegos y árabes. Uno de ellos es "Roderic".Qusayr ‘Amra en metmuseum.org
No se tiene constancia de su muerte ni de las circunstancias de la
sucesión de Witiza, aunque se puede deducir que no fue pacífica. 17 Según la Chronica Regum Visigothorum
el reinado de Witiza terminó en 710, mientras que la Crónica mozárabe
lo sitúa en 711. De forma general se acepta que el reinado de Witiza
terminó cuando murió, cuando aún no habría cumplido los treinta años de
edad, alrededor de sus veinticinco años de edad,18 19
de acuerdo a si se considera que fue hijo de la reina Cixilo; aunque si
se considera que Witiza no fue hijo de Cixilo sino de un matrimonio
anterior de Égica, entonces tendría una edad avanzada relativamente.20


Del siguiente rey, Rodrigo, la Crónica mozárabe parece indicar que se
apoderó del trono de forma violenta con el apoyo de una significativa
parte de la aristocracia que conformaba la élite seglar y eclesiástica
del reino que intervenía en la elección del rey.21 De este modo Witiza habría sido derrocado y muy probablemente asesinado. 19 Si hubiera muerto por causas naturales y Rodrigo hubiera sido elegido entonces no se hubiera producido la situación conflictiva22
Aunque pudiera haberse dado el caso de que Witiza muriera por causas
naturales y que Rodrigo se hubiera alzado para evitar que los parientes
de Witiza pudieran designar a uno de sus miembros al trono.5
Se ha tratado que pudiera haber habido un interregno de varias semanas o
meses en el que habría habido una guerra civil entre Rodrigo y otros
aspirantes al trono.23


Este golpe de Estado no produjo un consenso entre la aristocracia, y
la subida al trono de Rodrigo produjo conflictos internos que ocurrieron
en el momento en el que los árabes habían comenzado a atacar
poblaciones al sur de la península Ibérica. La élite nobiliaria se
habría dividido y como ya ocurriera con la sucesión de Chindasvinto en
653 y de Recesvinto en 672,13 hubo una rebelión regional de territorios que no reconocieron la autoridad de Rodrigo,5 por lo que es posible que Rodrigo hubiera tenido que afrontar la división del reino con a Agila II en el noreste13
puesto que las monedas acuñadas a nombre Agila proceden del noreste del
reino —de la Narbonense y Tarraconense— sin que haya superposición
geográfica con las monedas acuñadas a nombre de Rodrigo.24 25


Invasión musulmana


El rey Don Rodrigo arengando a sus tropas en la batalla de Guadalete, de Bernardo Blanco. 1871. (Museo del Prado, Madrid).

Portada de La crónica del rey don Rodrigo, que recoge las tradiciones sobre el último rey visigodo y la pérdida de España.
Existen fuentes árabes que indican que Rodrigo estaba de campaña
contra los vascones en el momento del desembarco árabe. Es factible si
se considera una expedición de prestigio para afianzar su poder en un
reinado recién comenzado. Sin embargo, la Crónica de 754 no indica que
hubiera habido ninguna expedición militar, y por tanto, el ejército fue
convocado para enfrentarse a los árabes. Las fuentes árabes crean cifras
exageradas para engrandecer la victoria árabe, pero un dato aproximado
puede ser una cifra algo más grande que el ejército convocado por Wamba
para someter al conde Paulo,26 de 12 000 a 14 000 visigodos frente a 10 000 árabes.27


Mientras las crónicas árabes indican de la existencia de una única
incursión árabe, la Crónica mozárabe de 754 indica que los árabes
estaban realizando una serie de incursiones cuando Rodrigo emprendió la
ofensiva para hacerles frente.28
La situación de la batalla no está clara, Isla Frez indica que el
ejército visigodo siguió la ruta de Córdoba a la bahía de Algeciras, lo
que marginaba a Sevilla, donde la Crónica de Abu Bakr Ibn Umar
Al-Qutiyya indica que había familiares de Witiza, y donde Rodrigo no
esperaría encontrar apoyos.29


El resultado fue la completa debacle del ejército visigodo y la muerte del propio monarca.30
Se puede entrever que el resultado de esa batalla fue decidido por una
traición, de la que no da nombre alguno, que produjo una deserción en
las filas visigodas.22
La traición al rey no solo aparece en la Crónica mozárabe sino también
en las árabes, lo que puede corroborarse en el sentido que Rodrigo no se
habría decidido a dar batalla a los árabes si no hubiera tenido ventaja
numérica y logística, de ahí que el resultado final hubiera sido fruto
de una traición.31
Sin embargo, dado que Rodrigo había accedido al trono de forma
conflictiva contra los intereses witizanos y aún no habría afirmado su
autoridad, y que en el ejército visigodo habría clientelas nobiliarias
afectas a la familia de Witiza, estos habrían abandonado al rey en el
mismo momento de la batalla lo que habría sentenciado el desastre final.27 La intención de los traidores sería que el rey fuera eliminado o muy debilitado de modo que pudieran hacerse con el poder,32 8 y por tanto no era entregar el reino a los invasores sino conseguir el cambio del rey.33 Pero su plan no fue como esperaban y perecieron en la misma batalla,34 35 o poco después, en otros episodios como la toma de Toledo;36 37
lo que vendría a desmentir las acusaciones de las crónicas asturianas
que establecieron que los árabes fueron reclamados por los witizanos.9 38
Acusaciones que habrían venido por el acercamiento entre los árabes y
witizanos después de la conquista, en los que estos últimos se habrían
querido asegurar el mantenimiento de posición política y económica.34
Además, la eliminación de una parte significativa de la aristoracia
visigoda facilitó los matrimonios mixtos con los invasores, como el de
la reina viuda Egilona con Abd al-Aziz ibn Musa, valí de Al-Andalus.30 Un segundo intento del ejército visigodo para frenar a los musulmanes se produjo en Écija poco después, con una nueva derrota, lo que anuló toda resistencia visigoda39
La Crónica mozárabe puede dar a entender que la derrota del rey Rodrigo
provocó una guerra civil en los visigodos, y que Rodrigo habría perdido
el control de Toledo por Oppas, el hijo de Egica,37 36 que, según Collins,
podría haber sido coronado rey en el momento en el que Rodrigo fue a
detener a los árabes o después de haber sido derrotado por ellos,28
sin embargo, la expulsión de Oppas de Toledo por la alta aristocracia
que allí quedaba haría constar la falta de apoyos que tendría la facción
witizana para tal intento.40


La muerte del rey y de la élite cortesana tanto partidaria como
adversaria de Rodrigo, así como de la capital paralizó el sistema
político, y la nobleza regional se sometió a los invasores negociando la
conservación de su estatus político y económico.41


Narrativas y leyendas

Existen narraciones muy posteriores originadas en Egipto de una
tradición oral no fiable, que enlazan a Don Rodrigo con el conde de Ceuta, Don Julián, quien envió a su hija Florinda la Cava a la corte de Toledo para ser educada,7 y también con la idea de que era un buen lugar para encontrar marido entre los hijos de otros nobles.


Por aquella época, el rey visigodo Don Rodrigo padecía sarna y era
Florinda la elegida para que le limpiara la sarna con un delicado
alfiler de oro. Así se fue fijando el rey Don Rodrigo en ella,
queriéndola poseer, pero no en matrimonio. Con el tiempo y guiado por la
lascivia, forzó a la joven. Ella, tras la consumación del acto, envía a
su padre una serie de regalos entre los que pone un huevo podrido. Don
Julián, recibiéndolo, comprendió lo que había pasado. Fue a Toledo a
reclamar a su hija, aunque para no levantar sospecha, dice que debía
llevarse a Florinda con él, ya que su mujer estaba terriblemente enferma
y solo la visión de su hija podía hacer que recobrase algo la salud.
Don Rodrigo no desconfía y entrega la chica a su padre. Don Julián
regresó a Ceuta y más ofendido que nunca, entabla conversaciones con Musa ibn Nusair, para desembarcar en la Península Ibérica para destronar a Rodrigo.42



El rey Don Rodrigo espiando desde los arbustos de la izquierda a Florinda la Cava bañándose, hija del su conde Don Julián

Pintura Florinda (1853) por Franz Xaver Winterhalter
Otra versión, haciendo referencia a lo que relatan tanto la leyenda como el Romancero, Florinda la Cava era una joven mujer de gran belleza que fue enviada por su padre, conde de la ciudad de Ceuta (por entonces llamada Septem), a la corte visigoda, en Toledo,
con el fin de recibir una buena educación. Por ese entonces, cabe
recordar que la España visigoda estaba reinada por Rodrigo, último rey
visigodo, quien tenía fama de ser un rey mujeriego. En la corte,
Florinda conoció a Rodrigo, quien al instante se enamoró de su belleza y
comenzó a cortejarla.


"La Cava, llamada así por los árabes y cuyo nombre significa «mala
mujer», había salido con sus doncellas por los jardines de su residencia
y decidió darse un baño sin percatarse de que don Rodrigo la
contemplaba. La visión de la bella joven «abrasóle» al monarca que,
obsesionado con la muchacha, acabaría por forzarla. «Florinda perdió su
flor, el rey padeció castigo», señala el Romancero Español que achaca a
este ultraje el posterior desastre en la batalla de Guadalete y el fin
del reino visigodo: «De la pérdida de España / fue aquí funesto
principio»."


"«Ella dice que hubo fuerza; él, que gusto compartido», señala el
Romancero sin aclarar si hubo o no violación, algo que sí se señala en
otras crónicas, como en «La verdadera historia del rey Don Rodrigo»
(1589), de Miguel de Luna. Otras versiones señalan, en cambio, que fue
la joven quien sedujo a Don Rodrigo y que éste logró «yacer con ella»
bajo promesa de matrimonio, pero no cumplió lo prometido."


Sea como fuere, Florinda, lejos de querer estar junto al rey, le
rechazó. El rey enfurecido y lleno de rabia secuestró a Florinda y la
forzó a cometer relaciones sexuales. Florinda dio cuenta de todo lo
ocurrido a su padre, quien decidió vengarse de Rodrigo. Don Julián se
reunió con los musulmanes ("en Ceuta está don Julián, en Ceuta la bien
nombrada, que por las calles de allende, viene a traer la embajada)
facilitándoles las necesarias embarcaciones para acceder a la Península
Ibérica a través de Ceuta. Este conjunto de "amores, odios y venganzas"
fue el origen legendario de la ocupación musulmana de la Península
Ibérica. Las tropas de Táriq ibn Ziyad, el general musulmán de Muza, en
el verano de 711 vencieron a las huestes de Don Rodrigo en la Batalla de Guadalete.


Una leyenda, que transmite Ibn al-Qutiyya en su Historia de la Conquista de al-Ándalus43 cuenta que un rey de España construyó una torre en Toledo
en la que encerró un secreto con un candado e impuso a sus sucesores la
obligación de que añadieran un candado más. El rey Rodrigo decidido a
averiguar el secreto hizo abrir la cámara y en ella había pintadas en
las paredes figuras de caballeros árabes, en el medio de la sala había
una mesa ricamente labrada en la que aparecía grabado que era la mesa
del rey Salomón,
y encima de la mesa se hallaba un arca con un pergamino que decía: «Si
se viola esta cámara y se rompe el encantamiento contenido en este arca,
las gentes pintadas en estas paredes invadirán España, derrocarán a sus
reyes y someterán a todo el país».44


En el arte y la literatura

El escritor escocés Walter Scott y los ingleses Walter Savage Landor y Robert Southey, a partir de las leyendas asociadas al personaje, escribieron diversas obras: Scott, su poema La visión de Don Rodrigo, en 1811; Landor, su tragedia El Conde Julián, en 1812; y Southey, Rodrigo, el último de los godos, en 1814.


El escritor norteamericano Washington Irving, durante su estancia en España, volvió a referirse a Don Rodrigo en sus Crónicas moriscas: Leyendas de la conquista de España
(1835): «La leyenda de Don Rodrigo», «La leyenda de la subyugación de
España», y «La leyenda del Conde Julián y su familia». Don Rodrigo
también ha dado título a dos óperas: Rodrigo de George Frideric Handel (1707) y Don Rodrigo de Alberto Ginastera.







Predecesor:

Witiza
Rey de los Visigodos

710 - 711

Rival y en disputa contra Agila II
Sucesor:

Invasión árabe:

Musa ibn Nusair gobernador de Ifriqiya

Véase también

Referencias


  • Sayas Abengochea y Abad Varela, 2013, pp. 415-416.

    1. Fletcher, 2000, p. 31.

    Bibliografía

    Enlaces externos

    Menú de navegación


  • Collins, 2005, pp. 146-148.


  • Huete Fudio, 1994, p. 11.


  • Sayas Abengochea y Abad Varela, 2013, p. 416.


  • Isla Frez, 2010, p. 116.


  • Collins, 2005, p. 146.


  • Collins, 2005, p. 149.


  • Isla Frez, 2010, p. 123.


  • Barkai, 2007, p. 41.


  • Collins, 2005, p. 150.


  • Collins, 2005, p. 151.


  • Sayas Abengochea y Abad Varela, 2013, pp. 416-417.


  • Collins, 2005, p. 153.


  • Hernández Juberías, 1996, p. 168.


  • Collins, 2005, p. 152.


  • García Moreno, 1992, p. 445.


  • Fouracre, 2005, p. 368.


  • Orlandis, 2003, p. 129.


  • Collins, 2005, p. 125.


  • Isla Frez, 2010, p. 115.


  • Sayas Abengochea y Abad Varela, 2013, p. 418.


  • Collins, 2005, p. 147.


  • García Moreno, Luis A. (1992). «Los últimos tiempos del reino visigodo». Boletín de la Real Academia de la Historia (CLXXXIX): 432. ISSN 0034-0626.


  • Collins, 2005, p. 145.


  • Sayas Abengochea y Abad Varela, 2013, p. 417.


  • Isla Frez, 2010, pp. 117-118.


  • Isla Frez, 2010, p. 121.


  • Collins, 2005, p. 154.


  • Isla Frez, 2010, pp. 119-120.


  • Isla Frez, 2010, p. 124.


  • Isla Frez, 2010, p. 120.


  • Sayas Abengochea y Abad Varela, 2013, pp. 418-419.


  • Collins, 2005, pp. 148 y 154.


  • Isla Frez, 2010, pp. 123-124.


  • García Moreno, 1992, p. 449.


  • Collins, 2005, p. 148.


  • Sayas Abengochea y Abad Varela, 2013, p. 419.


  • Isla Frez, 2010, p. 122.


  • Martínez Díez, 2005, p. 41.


  • García Moreno, 2013, p. 542.


  • Collins, 2005, p. 158.


  • Robles, 1874, p. 101.


  • Viguera Molins, 2000, p. 11.


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