sábado, 24 de junio de 2017

Biografia de Conde don Julián

Biografia de Conde don Julián




Conde don Julián

(También llamado Yulián, Olbán, Urbán o Urbano;
siglos VII-VIII) Noble visigodo que, según la leyenda, facilitó la
invasión musulmana de la península Ibérica con su traición. Su identidad
real permanece envuelta en el misterio, pues ni siquiera se sabe si era
godo, bizantino o bereber. Parece que era un hombre de confianza de
Vitiza (penúltimo de los reyes godos), a cuyos hijos acogió al morir
aquél, en sus dominios de la provincia norteafricana de Tingitania
(710).
Posteriormente, y ante la presión de los
musulmanes sobre la plaza de Ceuta, parece que llegó a un entendimiento
con los jefes de éstos, Musa ibn Nusair y Tariq ben Ziyad; en esa
colaboración pudo tener un papel importante la pertenencia de don Julián
al «partido vitizano», que aspiraba a poner en el Trono visigodo a los
hijos de Vitiza en lugar del recién electo don Rodrigo (dicho partido
representaría la opción de los hispanos «colaboracionistas» con la
dominación musulmana, frente a los «antivitizanos» refugiados en
Asturias); según otras versiones, el conde se pasó al bando musulmán por
deseos de venganza contra el rey Rodrigo, que había deshonrado a su
hija, La Caba. Sea como sea, don Julián cruzó el Estrecho encabezando
una expedición mixta de vitizanos y musulmanes, que probablemente fue
derrotada por las huestes de Rodrigo; y poco después acompañó a la
expedición de Tariq que, tras la decisiva batalla de Guadalete,
conquistó la Península y acabó con el reino visigodo (711).


La batalla de Guadalete (711)
La figura del conde don Julián ha servido en las
leyendas sobre el fin del reino visigodo como una de las explicaciones
dadas para justificar las facilidades que encontraron los musulmanes
para la invasión de la Península Ibérica. La versión cristiana más
antigua conservada es la Crónica Pseudoisidoriana redactada hacia
el siglo XI; en ella, el rey Vitiza (702-710) hace venir a Sevilla al
conde Julián con su familia, y allí seduce y deshonra a la hija del
conde, después conocida con el nombre de Florinda y el apodo de la Cava,
derivado éste de una palabra árabe que significa prostituta. Al
descubrir el conde el hecho, regresa a Ceuta y entra en conversaciones
con Tariq ben Ziyad.
La versión árabe de la historia sitúa a la hija
del conde Julián en la Corte toledana, adonde habría ido a ser educada;
el rey Rodrigo (710-711) la seduce y el conde Julián acude personalmente
a Toledo, recoge a su hija, vuelve a tierras africanas y jura vengarse.
Al llegar, emprende el camino de Ifriqqiya para visitar al gobernador
Musa ibn Nusair, al que habla de la posibilidad de conquistar la
Península Ibérica de forma sencilla y de las riquezas que esto puede
proporcionarle. Musa ibn Nusair acepta la proposición y manda al conde
que proceda él mismo a un reconocimiento de la costa española; vuelto a
Ceuta, el conde Julián realizó con unas pocas tropas una incursión por
la bahía de Algeciras (Cádiz), cuyo éxito convenció a Musa ibn Nusair de
la posibilidad de una expedición más ambiciosa.
Leyendas aparte, la identificación exacta de la figura
del conde Julián y su papel en la conquista musulmana de la Península
siguen siendo un problema para los historiadores. La Crónica Mozárabe
de 754 identifica al personaje del conde Julián como Urbanus, al que
los árabes llaman Olbán u Olián; se le presenta como un bereber, señor
de la Mauritania Tingitana, que había rechazado de Tánger la invasión
del caudillo musulmán Ocba, en el año 682. Según la Crónica mozárabe,
un ataque de Musa ibn Nusair le arrebató Tánger en 708 y le hizo
refugiarse en Ceuta, donde fue sitiado; Urbanus lograba resistir gracias
al apoyo prestado desde la Península Ibérica, que enviaba naves con
víveres y tropas, pero hacia octubre de 709 Urbanus, sin que se sepa la
razón, se sometió a Musa ibn Nusair y le incitó a invadir España.
Musa ibn Nusair envió al oficial bereber Tariq a
realizar una incursión a la costa hispana situada frente a Ceuta en
julio de 710. Vitiza murió en 710, cuando Urbanus era ya tributario de
los musulmanes; el trono de la Septimania y la Tarraconense correspondía
a su hijo Aquila, pero los adversarios de los vitizanos eligieron rey a
Rodrigo, quien tras derrotar a los partidarios de los hijos de Vitiza
se hizo con el poder. Aquila, que no se resignaba a la derrota, envió un
mensaje a Tánger pidiendo ayuda a Tariq para recobrar el trono. Tariq
reunió un ejército formado en su mayor parte por berberiscos gomeres, y
Urbanus los pasó en barcos a la Península; Tariq se fortificó en
Gibraltar, adonde acudieron refuerzos enviados por Musa ibn Nusair, con
los que también llegó Urbanus. La Crónica mozárabe de 754
proporciona, pues, una valiosa información acerca de cómo pudieron
desarrollarse los hechos, aunque tampoco pueden ser tomados como
completamente ciertos.
Entre las numerosas hipótesis formuladas, la más
razonable, a juicio de algunos autores, es que el conde don Julián
fuese el exarca de la plaza bizantina de Septem (Ceuta), lugar que tras
la caída definitiva de Cartago en 698 fue durante algunos años la última
posesión de los bizantinos en África. Posiblemente, éste exarca
mantenía relaciones comerciales y de vecindad con los bereberes de la
zona de influencia de Ceuta y con los magnates visigodos de la Bética.
También es probable que, al ser despojado de su dominio por Rodrigo, se
uniese a la causa de los hijos de Vitiza; esto justificaría la
invitación a los musulmanes para que invadiesen España, o al menos una
posible intervención como mediador entre éstos y los partidarios de los
hijos de Vitiza, que buscaban ayuda para recuperar el poder.
En cualquier caso, las afirmaciones acerca de la
figura del conde Julián no pasan en la mayor parte de los casos de la
conjetura, elaborada a partir de las fuentes disponibles y la lógica
política. La leyenda del conde Julián ha sido un tema recurrente en la
literatura española; su historia pasó al romancero y sirvió de argumento
para obras románticas como los dramas de José Zorrilla El puñal del godo y La calentura, la obra El conde don Julián (1839) de Miguel Agustín Príncipe y el poema narrativo del duque de Rivas Florinda (terminado en 1826 y corregido posteriormente). También se basa en el personaje la novela de Juan Goytisolo Reivindicación del conde don Julián (1973).






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