sábado, 17 de junio de 2017

El Día de Reposo

El Día de Reposo



¿Dónde está la Iglesia de Dios hoy?




India
Bélgica






Jesús dijo: “Edificaré mi Iglesia”. Hay una sola
organización que enseña toda la verdad de la Biblia, y es llamada a
vivir por “cada palabra de Dios”. ¿Usted sabe cómo encontrarla? Cristo
dijo que:


  • Enseñaría “todas las cosas” que Él ordenó
  • llamaría a los miembros a ser apartados por la verdad
  • Sería una “manada pequeña”
Acerca del Autor
David C. Pack 
Fundador y Pastor General de La Iglesia de Dios Restaurada, Editor
en jefe de la revista La Plena Verdad, y voz del programa El Mundo por
Venir, David C. Pack ha llegado a muchos millones de personas en todo el
mundo con las verdades más poderosas de la Biblia — desconocidas por
casi todos. Él es autor de 80 libros y folletos, estableció
personalmente más de 50 congregaciones, y apareció como invitado en The
History Channel. El Sr. Pack asistió al Colegio Ambassador en Pasadena,
California, entró al ministerio de la Iglesia de Dios Universal en 1971,
y fue entrenado personalmente por su fundador, Herbert W. Armstrong.


El Día de Reposo

¿Se ha perdido el tiempo?

by David C. Pack

¡Muchos saben que Dios creó, reposó, bendijo y santificó el séptimo día!
¿Qué día es este ahora? ¿Se ha perdido el ciclo semanal? ¿Podemos
saberlo? Usted puede estar seguro. ¡He aquí la PRUEBA absoluta!

“A
pesar de toda nuestra discusión con el calendario, es evidente que la
raza humana nunca perdió la secuencia septenaria [siete días] de los
días de la semana y que el día sábado de estos últimos días viene a
nosotros desde Adán, a través de las edades, sin faltar un solo
intervalo.”
Dr. Totten de New Haven, Connecticut — Profesor de Astronomía.
Universidad de Yale (www.tagnet.org/llt/science.htm)
¿Es
cierta la afirmación anterior? ¿Puede ser probada? Si es así, ¿Cómo? Al
final de la semana de la creación en Génesis 1, Dios terminó Su
actividad con una creación especial: “Fueron, pues, acabados los cielos y
la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el séptimo día la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Gen. 2:1-3).
Veinticinco
siglos más tarde, en el Monte Sinaí, Dios le dio los Diez Mandamientos a
la nación del antiguo Israel por medio de Moisés. El mandamiento del
sábado en Éxodo hace referencia directa al relato de la creación en
Génesis 2. Este dice: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para el ETERNO tu Dios…porque en seis días hizo el ETERNO los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay” (Éxodo 20:8-11).
Estos
son versículos puros y claros. Pero por el bien de la discusión,
continuaremos con varios datos básicos. Dios hizo el sábado. Él reposó
en el. Él lo santificó (lo apartó). Él lo bendijo. Él lo hizo que fuera
el séptimo día de un ciclo de siete días.
Este
folleto no está escrito principalmente para probar que el sábado debe
guardarse. Las muchas pruebas bíblicas de este mandamiento requieren un
libro mucho más extenso. Nuestro propósito aquí es probar que el ciclo
semanal nunca ha cambiado desde la creación. Muchos suponen que sí ha
cambiado. Si este ciclo ha sido roto o se ha perdido, no hay más
obligación para que los seres humanos observen el verdadero día de
reposo de la Biblia. Esto es así de simple. ¡Si el ciclo semanal ha sido
roto, el día de reposo se ha perdido en la historia y no puede estar en
efecto hoy!

Siguiéndole la Pista al Día de Reposo

Las personas se preguntan a menudo, “Bueno, yo sé que Dios creó el día de reposo, pero ¿Cómo podemos saber ahora cuál día de nuestra semana hizo Él santo?” o “¿No cambiaron los seres humanos el calendario?”
Y además, nuestro séptimo día, sábado, fue nombrado “Saturday” (en el
idioma inglés) en honor al dios pagano Saturno y algunos cuestionan si
esto tuvo algún efecto en el calendario hebreo. Otros preguntan sobre
“el día largo de Josué” o acerca de viajar alrededor del mundo y “ganar
un día” o “perder un día”. Muchos naturalmente se preguntan qué posibles
efectos pudieran haber tenido cualquiera de estos argumentos en el
ciclo semanal.
Antes de dirigirnos a las inquietudes causadas por esta serie de preguntas, debemos reconocer primero un punto.¡Considere!
Estas preguntas, si bien son importantes individualmente,
colectivamente representan una sola gran pregunta. ¿Es el Dios
Todopoderoso del universo capaz de crear, consagrar, santificar y
bendecir el séptimo día de la semana, pero al mismo tiempo, incapaz
de cuidar el rumbo de este día a lo largo de la historia? ¿Le ordenaría
Dios al pueblo “recordar” el día de reposo, sólo para olvidar que Él
debe preservarlo a fin que esto sea posible? La idea es absurda. ¡Se
insulta el poder de Dios al hacer que Él aparezca como un tembloroso
hombre viejo, quien es tan desorganizado y olvidadizo que no puede velar
por lo que ha creado u ordenado!
Mientras
que la humanidad busca excusas para no guardar el sábado, algunos
realmente se atreven a culpar a Dios como la razón por lo cual esto ya
no es posible, y entonces razonan que si Él olvidó preservar el ciclo
semanal, la humanidad ya no necesita observar el día de reposo.
La
cristiandad profesa de este mundo — el catolicismo y las muchas ramas
del protestantismo — guardan el domingo. Ha sido la Iglesia Católica
Romana la que ha preservado el domingo como día de adoración. Note la
siguiente increíble admisión de una carta del arzobispo de Baltimore,
James Cardenal Gibbons (1877-1921). Aunque también hace una declaración
acerca de cómo la observancia del sábado fue cambiada al
domingo, esta cita demuestra la importancia de la preservación de la
observancia del domingo para los católicos a través de los siglos. Esta
es sólo una de muchas citas similares:
“¿Es
el sábado el séptimo día de acuerdo con la Biblia y los Diez
Mandamientos? Yo contesto que sí. ¿Es el domingo el primer día de la
semana y fue cambiado por la Iglesia [Católica Romana] el séptimo día —
sábado — por el domingo, el primer día? Yo contesto que sí. ¿Cambió
Cristo el día? ¡Yo contesto que no!…Fielmente de ustedes, J. Cardenal
Gibbons”.
¡Nadie parece cuestionarse nunca si el primer día de la semana es domingo!
Dos billones de cristianos profesos afirman que ellos guardan el
domingo en conmemoración de la supuesta resurrección de Cristo en ese
día — el primer día de la semana. ¡Es inconcebible sugerir que tantas
personas, ya sea intencionada, descuidada o inadvertidamente, estén
guardando “su día”, el primer día de la semana, domingo, en el día equivocado!
¿Correcto? Pero los judíos no están menos seguros de que ellos están
guardando el sábado en el verdadero séptimo día de la semana. El pueblo
judío ha sido responsable de “seguirle la pista” a su día, el mismo día guardado por Jesús y los apóstoles, por muchos más siglos de los que los católicos han estado siguiendo “su día”.
El
punto es este: Cada grupo (católicos y judíos) sabe muy bien qué día es
cual — y ninguno se atrevería sugerir que el otro no lo sabe.

El Milagro del Maná Revela el Sábado

Se ha establecido que Dios le dio el día de reposo al antiguo Israel por medio de Moisés. ¿Por qué
hizo Dios esto? ¡Él tenía que hacerlo! Israel acababa de pasar 400 años
de esclavitud en Egipto. A ellos no les había sido permitido adorar al
Dios de Abraham, Isaac y Jacob — sus antepasados — durante todos esos
años. Al momento en que Dios los liberó, ellos habían olvidado la
identidad del verdadero Dios y Su sábado.
Esta es una razón por la que el mandamiento del sábado comienza con las palabras “Acuérdate
del día de reposo” — Israel lo había olvidado. Abraham, Isaac y Jacob
habían guardado la ley de Dios (Gen. 26:5), pero el conocimiento del
sábado se había perdido a través de los siglos.
Dios
decidió aclarar el mandamiento del sábado a Israel mientras ellos
estaban en el desierto de Sin. Israel había dejado atrás las “ollas de
carne” de Egipto y se quejaba con Moisés porque le faltaba comida. Dios
tenía que probar si ellos obedecerían Su ley. Esta fue una prueba
específica diseñada para enseñarle a Israel la singularidad del tiempo
santo del sábado. El relato se halla en Éxodo 16. Este ilustra que el
pueblo mismo puede encontrarse pensando que “el tiempo ha estado
perdido”.
Es
bien conocida la historia del Antiguo Testamento acerca de Dios
alimentando a Israel con maná (y codornices). Note: “He aquí yo os haré
llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la
porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no
(versículo 4). “Dijo también Moisés: El ETERNO os dará en la tarde
carne para comer, y en la mañana pan hasta saciaros; porque el ETERNO ha
oído vuestras murmuraciones” (versículo 8).
La prueba había comenzado: ¿Guardaría Israel la ley de Dios — guardaría Su sábado? ¿Andarían ellos en Su ley o no?El
contexto continua: “Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de
los hijos de Israel: Acercaos a la presencia del ETERNO, porque Él ha
oído vuestras murmuraciones. Y hablando Aarón a toda la congregación de
los hijos de Israel, miraron hacia el desierto y he aquí la gloria del
ETERNO apareció en la nube…Y venida la tarde, subieron codornices que
cubrieron el campamento; y por la mañana descendió rocío en derredor del
campamento” (versículos 9-10,13).
Es
importante comprender que las codornices no llegaron sino hasta después
del crepúsculo (la puesta del sol). También, Israel fue reunido como
una congregación en el día del sábado. Se reunieron para un servicio
religioso. Las codornices aparecieron cuando terminó el sábado y a la gente se le permitió reunirlas para la comida de la noche.
A la mañana siguiente fue el primer día de la semana y la primera vez que apareció el maná.
Se le instruyó al pueblo que solamente reuniera lo suficiente para cada
día o este criaría gusanos y hedería (versículo 20). El pueblo no le
creyó a Moisés e intentó reunir maná extra. Justo como Dios dijo, crió
gusanos y hedió. Sin embargo, el versículo 22 explica que en el sexto día de la semana ellos podían recoger tanto como el doble, para que así pudieran tener alimento para el sábado, y este no criaría gusanos ni hedería. Dios dijo esto porque “Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado al ETERNO” (versículo 23).
Como siempre es el caso, algunos no le creyeron a Dios e intentaron recoger maná
en el sábado — el séptimo día (versículo 27). Justo como Dios dijo, no
encontraron nada. ¡Cuán rápidamente se confundieron algunos respecto al
tiempo! Esos israelitas debieron haber pensado que “el cómputo
del tiempo se había perdido” y que el maná estaría allí, aún cuando Dios
les había dicho que no. Otros pensaron que el maná podría detenerse en
otros días que no fueran el sexto día, cuando no sería así. La respuesta
de Dios para aquellos que se confundieron fue, “Y el ETERNO dijo a
Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar Mis mandamientos y Mis leyes? Mirad que el ETERNO os dio el día de reposo,
y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estése, pues, cada
uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. Así el pueblo
reposó el séptimo día” (versículos 28-30).
Dejemos
a un lado la confusión y la desobediencia. ¡El único propósito de esta
prueba fue mostrar que Dios hizo santo un tiempo específico — el séptimo
día!

Cristo Guardó el Día Sábado

Mil quinientos años después del relato de Éxodo 16 está el ejemplo de Cristo. Él no tenía duda de cuál día era el día de reposo.
Marcos
2:27-28 registra a Cristo hablándole a los Fariseos: “También les dijo:
El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por
causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del hombre es Señor aun del
día de reposo”. ¡Si Cristo era Señor del día de reposo, Él habría sabido cuándo era este! Lucas 4:16 dice que la costumbre de Cristo era entrar en la sinagoga cada día de reposo (sábado).
En
los años 69-70 d.C. todos los judíos fueron sacados de Palestina y
dispersados por las naciones alrededor del mundo. A través de los
últimos 19 siglos, ellos nunca se han confundido acerca de cuál es el
día de reposo. Recuerde, Lucas 4:16 (y 17, 20) realmente mostró a Cristo
reuniéndose con los judíos en la sinagoga en el sábado.
Nuevamente, los judíos no se habían confundido acerca de qué día era
este cuando Cristo estaba vivo.
Hoy,
si el cómputo del tiempo se hubiera perdido, esperaríamos que los
judíos, esparcidos alrededor del mundo y sin comunicarse unos con otros,
estuvieran guardando días diferentes. ¡No obstante, hoy todos están en unidad — en acuerdo — de cuál es el sábado!
Un
historiador dijo una vez “Más que los judíos hayan guardado el sábado,
el sábado ha guardado a los Judíos”. ¡Esto es cierto! ¡Los judíos
modernos nunca han perdido su identidad porque ellos nunca han perdido la pista del séptimo día que es el sábado!
No hay ninguna duda de que sábado se mantuvo intacto por 1,500 años hasta el tiempo de Cristo. Él
ciertamente no estaba confundido y sabía cuándo guardarlo. Tampoco hay
duda de que los judíos lo han guardado intacto desde entonces.
Consideraremos momentáneamente otras pruebas del período después de Cristo, pero primero debemos examinar un acontecimiento previo a la vida de Cristo.

El Día Largo de Josué

La obediencia de Cristo al sábado estableció su continuidad a lo
largo de toda Su vida. Así pues, aunque no debiera ahora haber necesidad
de mirar hacia atrás en el tiempo, consideraremos otra
objeción que surge. Algunos argumentan, “¿Qué de Josué? ¿No tuvo él un
tipo de ‘día largo’ en el Antiguo Testamento? ¿No hizo ese día que se
perdiera el tiempo e hizo al domingo el séptimo día de la semana?” ¿Es
esto cierto? Debemos considerar cuidadosamente este relato, de Josué 10.
Note: “Entonces Josué habló al ETERNO…delante de los hijos de Israel…Sol, detente en Gabaón; y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró…Y el sol se paró en medio del cielo y no se apresuró a ponerse casi un día entero” (10:12-13).La
Escritura establece que el sol se paró “casi un día entero”.
Demostraremos más tarde que Dios define a un día normal como cerca de
veinticuatro horas.
Un
argumento ingenioso ha sido usado para enseñar que el día largo de
Josué causó que el domingo se convirtiera en el nuevo séptimo día de la
semana. Siguiéndole cuidadosamente la lógica a este argumento, se resume
mejor de esta manera: “La semana en la cual ocurrió el día largo de
Josué incluyó un período extra de veinticuatro horas. Este sería el
período descrito como ‘casi un día entero’. ¡Si la batalla de Josué
ocurrió, por ejemplo, en un jueves, entonces hubo ocho períodos de veinticuatro horas en la semana del día largo de Josué en vez de siete!
Dado que el jueves tendría cerca de cuarenta y ocho horas de largo,
este ahora también incluiría al viernes. El siguiente día, viernes, se
convertiría entonces en el día que era el sábado. Y el sábado (que
habría sido el séptimo día de esa semana) se convertirá en domingo”.
Esta
lógica defectuosa entonces continuaría por concluir que “desde entonces
el domingo ha sido el séptimo día”. ¡Por supuesto, esto significa que
las personas han estado guardando el sábado en el día incorrecto por más
de 3,400 años! Para que este argumento sea cierto, debemos
preguntarnos: ¿Fue ese jueves realmente jueves y viernes — o fue ese jueves simplemente un jueves largo?
He aquí el problema con la lógica de este argumento. Aquellos que lo exponen no entienden la definición bíblica de lo que es un día.
Hagamos esto claro. ¡Debemos dejar que la Biblia, y sólo la Biblia,
defina lo que es un día! Los hombres tienen interminables ideas acerca
de cosas que ellos creen
que la Biblia dice. Nosotros debemos examinar lo que ésta realmente dice — no lo que la gente con ideas preconcebidas cree que dice.
Los hombres tratan de decir que el día largo de Josué fueron dos días
de veinticuatro horas cada uno. Esto es lo que se necesita para mover
al séptimo día de la semana a lo que ahora es domingo. Volvamos al
relato de Josué. ¿Se refiere Dios a este día como dos días? He aquí Su respuesta: “Y NO hubo DÍA como aquel, ni antes ni después de ÉL
(10:14). ¿Captó usted la palabra ‘él’? Dios se refiere a este período
como un “día”, y como “él” (o sea, lo dice dos veces). Dios usa el
singular, no el plural. ¡Dice día, no días!
No se equivoque. ¡Este no fue un día ordinario! Esto es muy cierto. Dios dice, “no hubo día como…aquel”. Fue sólo un día
— y esto no significa “dos días en uno”. Fue un solo y único día en el
curso de la historia humana, y quizás de todos los tiempos. Este fue un
evento tremendo y sobrenatural, que demostró el gran poder de Dios. El
universo es un mecanismo finamente sincronizado, el cual funciona como
un reloj suizo gigante. Los astrónomos están de acuerdo con que este
universo es todo interdependiente y se mueve conjuntamente.
Literalmente, esto requirió que Dios detuviera los cielos enteros
(recuerde, este milagro incluyó a la luna) por cerca de veinticuatro
horas a fin de hacer que el sol “se detuviera”. ¡Utilizar este
acontecimiento como una excusa para desobedecer el sábado es restarle
importancia a uno de los más grandes milagros de todos los tiempos!
Los siguientes diagramas representan el error del ingenioso argumento que hemos descrito. El primer diagrama es la perspectiva incorrecta de la semana y el segundo es la perspectiva correcta.

Cómo Define La Biblia un Día

Los hombres podrían decidir que un día es veinticuatro horas según el reloj — pero eso no es lo que Dios dice. Debemos entender por qué Dios podría describir correctamente el día de cuarenta y ocho horas de Josué como un día.
 
Perspectiva Incorrecta del “Día Largo” de Josué
Esta
gráfica muestra la perspectiva incorrecta del “día largo” de Josué como
dos días de 24 horas. El resultado es que el primer día de la semana
(domingo) se convierte en el séptimo día de la semana, permitiendo que
el verdadero sábado se pierda.
 
Perspectiva Correcta del “Día Largo” de Josué
Esta
gráfica muestra correctamente la semana del “día largo” de Josué”. El
verdadero día sábado aún ocurre en el séptimo día de la semana.
En
el capítulo de la creación de Génesis 1, Dios da Su definición de un
día. Dios dice que Él “separó la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la
luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde (tinieblas) y la
mañana (luz) un día…Y fue la tarde (tinieblas) y la mañana (luz) el día segundo…Y fue la tarde y la mañana el día tercero” (versículos 4-13) y así sucesivamente a lo largo de la primera semana. De este relato, vemos que los días están compuestos de tardes y mañanas.
A pesar de la percepción común, un día no es simplemente la porción
diurna de un período de veinticuatro horas. Es, de hecho, el período entero entre las puestas del sol.
¡Esta es la definición bíblica de la duración de un día! ¿Qué podría ser más claro?Además,
debemos ir a Levítico para ver lo que Dios dice que es el punto de
partida de cada día. Note que “de tarde a tarde” (23:32) es como Dios
instruyó que debe observarse el sábado. La palabra evening [traducción para tarde en el idioma inglés –Nota del Traductor­] se deriva de la palabra even
[usada en algunas versiones en inglés de la Biblia para designar la
tarde –N.T.]. Por varios cientos de años después de la muerte de Cristo,
la práctica general fue siempre comenzar los días a la puesta del sol,
no a la medianoche. Cualquier enciclopedia explica esto y Lucas 4:40 y
Marcos 1:32 muestran que los días comienzan y terminan a la puesta del sol.
El día largo de Josué consistió de una tarde [noche] de doce horas y una “mañana” [día] de treinta y seis horas. Pero esto no hace que sean dos días — este fue solamente un día muy largo.Ahora
debemos volver a plantear un punto anterior. Recuerde que Cristo no
estaba confundido respecto al sábado y que Él lo guardó en el día
apropiado más de 1,400 años después
del “día largo de Josué”. Para creer que el día largo de Josué alteró el
ciclo semanal, perdiendo así un día, es necesario creer que Cristo
mismo no hizo el ajuste para este “día largo”. Entonces uno debe creer
que Cristo estuvo “desconectado” por un día completo en Su cálculo de
cual día era el sábado — y así también los Judíos.
¡Ahora piense! ¡Si Cristo estuvo equivocado en Su cálculo del día sábado, entonces Él quebrantó el día de reposo — Él pecó — y la humanidad no tiene Salvador! Pero Cristo no pecó quebrantando el sábado o en alguna otra manera. Y la humanidad tiene un Salvador.Finalmente, es interesante notar que aún aquellos quienes hacen referencia al relato de Josué siempre le llaman “el día largo de Josué” — no “los días
largos de Josué”. El argumento completo de tratar de comprimir dos días
en uno, para escapar del mandamiento de guardar el día de reposo del
séptimo día (sábado de hoy), parece un tanto ridículo, ¿no es así? No
sea engañado por los ingeniosos argumentos de los hombres.
¿Pueden “Ganarse” o “Perderse” los Días?Debido
a que la tierra es redonda, los días son determinados por la rotación
del planeta en su eje. Esta rotación se mide en relación con el sol. Lo
mismo es con el sábado. La puesta del sol — en cualquier lugar sobre la
tierra — determina el principio del sábado o de cualquier otro día. Es
irrelevante si uno está en Nueva York, Manila o París. Un día es de
“tarde [puesta del sol] a tarde [puesta del sol]” (Lev. 23:22). El
principio de cualquier día se determina en base a dónde alguien esté
cuando el sol baje.
La
Línea Internacional de Cambio de Fecha fue establecida de tal manera
que los hombres pudieran saber dónde sus viajes les requerirían añadir o
restar un día — dependiendo de si ellos estuvieran viajando al este o
al oeste. Con excepción de un par de islas apartadas en el Pacífico Sur,
esta localización fue colocada de manera ideal en medio del Océano
Pacífico porque así no permite a personas en diferentes partes del mundo
guardar cualquier día (incluyendo el día sábado) en dos días diferentes.
Las personas en Japón comienzan el sábado antes que aquellos en la
India — quienes lo comienzan antes que las personas en Jerusalén —
quienes lo comienzan antes que aquellos en Londres — quienes lo
comienzan antes que las personas en Chicago — quienes lo comienzan antes
que aquellos en Honolulu. ¡Sin embargo, todos lo guardan en el mismo
día!
No
se deje confundir por las personas quienes dicen que el viajar
alrededor del mundo puede ocasionar que uno “gane” o “pierda” días. A
menudo se hacen afirmaciones acerca de ganar horas si uno viaja hacia el
oeste o de perder horas si uno viaja hacia el este. Esto no es la
realidad, sino una percepción de la realidad.
¡He
aquí como probarlo! Si uno comienza en Londres y viaja sin escala hacia
el oeste alrededor del mundo, retornando a Londres, ¿llegará un día
completo atrás de aquellos que nunca salieron de Londres?
¿Viajó esa persona hacia atrás en el tiempo y “ganó” veinticuatro horas?
A la inversa, si uno hizo lo mismo, viajando sin escala hacia el este,
¿llegaría a Londres un día antes que todos los que permanecieron allí? ¿Viajó adelante en el tiempo y realmente “perdió” veinticuatro horas?
¡La
idea es absurda! Con todo, es así como razonan algunas personas. Si
esto fuera cierto, dos personas separadas, una viajando sin escala hacia
al este y otra viajando sin escala hacia el oeste, llegarían ambas a
Londres al mismo tiempo y aun así estarían con dos días de separación en el tiempo.
Si dos personas hicieran esto una y otra vez, una se haría más joven,
mientras que la otra estaría envejeciendo a un mayor ritmo. ¡Cuán
ridículo es considerar esto! Aún así, este argumento engaña a muchas
personas.
Hay
un punto ligeramente diferente, aunque relacionado, el cual
consideraremos. Parece que hay infinidad de formas que las personas se
inventan para creer que el cómputo del tiempo puede perderse. ¿Qué
tendría que suceder — exactamente — para que el cómputo del tiempo
verdaderamente se perdiera, de manera tal que el mundo entero lo perdiera? Otra manera de hacer esta pregunta es: ¿Qué le tomaría hoy a seis billones de
personas sobre la tierra para que todos pierdan el rastro del tiempo?
Todos
hemos conocido a personas quienes olvidan dónde están, se duermen o
“pierden la noción del tiempo” cuando se supone que deberían estar en
algún lugar o haciendo algo ya programado. Tal vez esto le ha ocurrido a
usted varias veces. Así, pues, se admite que los individuos
ciertamente pueden perder “la noción del tiempo”. ¡Sin embargo, alguien
tendría que ser dejado sin sentido o caer en coma para perder
consciencia del tiempo de tal manera que, cuando despierte, sea incapaz
de saber cuánto tiempo ha pasado — días, semanas, meses o aun años! No
obstante, esta persona simplemente preguntaría cuánto tiempo ha estado
“fuera” y la contestación le reorientaría.
Llevemos esto más adelante. ¿Qué sería necesario para que todas las personas en la tierra perdieran la noción del tiempo? Lo siguiente tendría que suceder (estoy siendo gracioso): ¡Simultáneamente, cada persona
en la tierra, por un extenso período de tiempo, tendría que perder la
consciencia, dormirse o caer en coma! Es de suponer, entonces, que si
todos recuperaran la conciencia, no quedaría nadie a quien preguntarle
cuánto tiempo transcurrió mientras todos estuvieron “fuera”. Si aun una
persona permaneciera consciente, esta podría decirles a todos lo que
sucedió. Todos serían reorientados al tiempo correcto.
¿Puede usted ver lo absurdo de semejantes argumentos superficiales y engañosos acerca de “ganar” o “perder” tiempo?

La Iglesia Verdadera Prueba que el Cálculo del Tiempo No Se Ha Perdido

La verdadera Iglesia de Dios siempre ha guardado el día de reposo de
Dios — el sábado. Tal como los judíos saben el día correcto, así también
los cristianos.
La
mayoría de los teólogos y religiosos han admitido hace mucho tiempo que
el verdadero día de reposo de la Biblia es el séptimo día. Sin embargo,
ellos no van a obedecerlo. Sábado, no domingo, es el séptimo día de la
semana. Incluso un buen diccionario lo explica. Usted ya ha visto varias
referencias de las Escrituras respecto al sábado. Dios lo santificó en
la creación — mucho antes que hubiera algún judío o israelita para
guardarlo.
Dios le dijo al antiguo Israel, “Y les di también Mis días de reposo, para que fuesen por señal entre Mí y ellos,
para que supiesen que Yo soy el ETERNO que los santifico” (Ezequiel
20:12). Una de las más grandes CLAVES que identifican a la Iglesia
verdadera, la que fue fundada por Jesucristo, es la señal del verdadero sábado de Dios.
La
cita, “¡Mas que los judíos hayan guardado el sábado, el día sábado ha
guardado a los Judíos!” fácilmente podría haberse dicho de la Iglesia
verdadera, la cual ha estado bajo asedio a lo largo de las eras — en
parte por guardar el día de reposo. La Iglesia de Roma, en el 363 d.C.,
decretó una sentencia de muerte a todos los que continuaran observando
el sábado.
Cristo guardó el día de reposo. Un Cristiano es uno que sigue — que copia
— el ejemplo de Jesucristo en su propia vida. ¡Su ejemplo fue la
observancia del sábado! Por lo tanto, por 2,000 años, la Iglesia del
Nuevo Testamento siempre ha guardado el sábado de Dios. El registro de
la historia es que la Iglesia de Dios ha permanecido fiel al mandamiento
del sábado a pesar de la intensa persecución. Éste ha permanecido como
una señal entre Dios y Su pueblo.

¿Qué Acerca de los Cambios al Calendario Romano?

¿Qué hay sobre la importante pregunta de los cambios al calendario
Romano? Hubo dos cambios importantes (en realidad fue un cambio que
ocurrió en dos etapas) a dos diferentes calendarios romanos. Estos
cambios son reconocidos. Pero, ¿cuál fue la naturaleza de estos cambios? ¿Afectaron el ciclo semanal?
¡No lo afectaron! Ninguno de los dos cambios afectó los días de la
semana. Esto no evitó que las personas dijeran que estos cambios
rompieron el ciclo semanal. Este razonamiento continúa con el reclamo de
que esto causó que se perdiera el cómputo del tiempo — y así, que se
perdiera la certeza de cuándo observar el sábado.
 
Es necesario algún entendimiento de historia. La mayoría no están
familiarizados con el hecho de que al calendario de hoy se le llama el
calendario Gregoriano o que el calendario Juliano fue el que le precedió.
La
mayoría están familiarizados con el famoso emperador romano Julio
César. Él ideó el primer calendario romano — llamado el “calendario Juliano”. Nuestro mes de julio
todavía lleva el sello de su nombre. Su calendario data de 45 A.C. y
continuó hasta 1582 d.C. –abarcando más de 16 siglos. Un astrónomo
griego llamado Sosígenes calculó el calendario en el año 46 A.C., el
cual César adoptó.
El
primer cambio al calendario ocurrió en 1582 y fue decretado por el papa
Gregorio XIII (1572-1585). Desde este punto, el calendario ha sido
conocido como el “calendario Gregoriano”. Ciento setenta años más tarde,
en 1752, se le hizo otro cambio. Ambos cambios consistieron en quitarle
días al calendario para corregir errores anteriores de construcción y
cómputo ¿Qué había causado el problema?
Con
el pasar de los siglos, los astrónomos habían alcanzado mayor precisión
en el entendimiento de cómo computar y diseñar un calendario (solar)
más exacto. Al calendario Juliano le faltaba precisión. Éste fue basado
en la creencia que un año solar tenía exactamente 365¼ días de duración.
De ahí, se le añadía al calendario un día extra cada cuatro años al mes
de febrero. Los astrónomos aprendieron con el tiempo que el año solar
era realmente 12 minutos y 14 segundos más corto que lo que se creía
previamente. Esto causaba que el equinoccio de primavera fuera hacia
atrás en el calendario, hasta que eventualmente llegaba al 11 de marzo
en vez del 21 de marzo. Esto requería que se le quitaran diez días al
calendario.
¡Mantenga en mente que los días fueron omitidos del mes — en octubre de 1582 — y no de la semana! El diagrama siguiente muestra cómo se hizo esto:La
primera semana de octubre transcurría del jueves 4 de octubre al
viernes 15 de octubre. Los dos sábados en ambos lados de este cambio
tenían aun siete días de separación. El sábado permaneció
inalterado. No se rompió el ciclo semanal. Debido a que fueron los
católicos quienes hicieron el cambio, son ellos los que poseen el mejor
registro histórico de cómo lo hicieron. El cambio oficial tomó lugar en
Italia, España y Portugal.
 
Aparentemente hubo mucho debate acerca de cómo y cuándo hacer el
cambio. Note las siguientes dos citas: “Así, se hizo cada propuesta
imaginable, sólo una idea nunca se mencionó, es decir, el abandono de la
semana de siete días” (Enciclopedia Católica, Vol. 9, Pág. 251, Artículo “Lilio”). (Fue Lilio quien realmente propuso el cambio que fue aceptado al final).
También,
“Se debe notar que en el período cristiano, el orden de los días en la
semana nunca ha sido interrumpido. Así, cuando Gregorio XIII reformó el
calendario en 1582, el jueves 4 de octubre fue seguido por el viernes 15
de octubre. Así, en Inglaterra, en 1752, el miércoles 2 de septiembre
fue seguido por el jueves 14 de septiembre (Enciclopedia Católica, Vol. 3, Pág. 740, Artículo “Cronología”).
Como dijimos, dos cambios ocurrieron al calendario, los cuales en realidad fueron un cambio en dos etapas.
Esto conlleva una explicación. ¡Cuando el papa Gregorio decretó el
cambio, los británicos no accedieron! Ellos retuvieron el antiguo
calendario Juliano hasta 1752 — ¡quedando así diez días atrás del recién
establecido calendario Gregoriano! Obviamente, el guardar el sábado
permaneció intacto en las áreas británicas durante estos 170 años.
Los
británicos finalmente se determinaron a hacer el cambio. Con el paso de
los 170 años vino una “acumulación” adicional en el calendario de un día más. ¡Ahora era necesario quitar once días
para emparejar con el equinoccio de primavera, en vez de los diez
anteriores! El cambio fue efectuado en septiembre de 1752. En vez de
omitir diez días, entre jueves y viernes como en 1582, los británicos
escogieron quitar once días entre el miércoles y jueves. El diagrama
anterior explica lo sucedido. Una vez más, el guardar el sábado continuó
intacto durante el período de siete días abarcando el cambio:
En realidad, hubo una tercera etapa
para los cambios al calendario descritos anteriormente. ¡Los Rusos se
negaron a hacer el cambio hasta 1907! Su calendario ahora había quedado trece días
atrás de todos los demás. No fue sino hasta 1907 que ellos se
sincronizaron con el resto del mundo, quitándole trece días a su
calendario. Antes y después de este cambio, los que guardaban el sábado
en Rusia observaban el mismo día que los que guardaban el sábado en
cualquier otra parte del mundo. Ciertamente la misma práctica aplicó
para los que guardaban el domingo.
¡Nadie puede contradecir estos datos básicos de la historia reciente!

El Punto de Vista de Científicos, Historiadores y Astrónomos

¿Se ha preguntado usted alguna vez de dónde se originaron los diferentes términos día, semana, mes y año? Consideremos el año. ¿Qué es? ¿Cómo se derivó? Los hombres
determinaron que es la cantidad exacta de tiempo necesario para que la
tierra gire una vez alrededor del Sol. Los astrónomos y científicos
pudieron determinar la duración de un AÑO por medio de cómputos
matemáticos precisos. ¡Sus cálculos no pueden ser discutidos!
¿Qué acerca de un MES? Lo mismo es cierto. La palabra mes (‘month’ en el idioma inglés –N.T.) es una versión acortada de “moonth” (o moon que significa luna en español) Los hombres
determinaron que esta es la cantidad exacta de tiempo necesario para
que la luna rote o gire alrededor de la tierra. Los astrónomos y
científicos fueron capaces de determinar la longitud de un mes a través
de cómputos matemáticos precisos. ¡Sus cálculos no pueden ser
discutidos!
¿Qué acerca del DÍA? ¿Qué es? Nuevamente, lo mismo es cierto. Los hombres
determinaron que es la cantidad exacta de tiempo necesario para que la
tierra gire sobre su eje una vez. Los astrónomos y científicos fueron
capaces de determinar la longitud de un día a través de cómputos
matemáticos precisos. ¡Sus cálculos no pueden ser discutidos!
Ninguno de los cálculos anteriores requirió de una revelación de Dios. Todos los cómputos y cálculos pudieron ser hechos por hombres.
Estos no pueden ser “interpretados” de otra manera. ¡La evidencia fue
establecida hace mucho tiempo! (Usted puede solicitar nuestro folleto
gratuito La verdad acerca del CALENDARIO DE DIOS).
Ahora consideremos quién determinó que la semana contenga siete días.
¿Fueron los científicos — astrónomos — matemáticos — historiadores —
papas u otras autoridades religiosas? ¿Qué cómputo matemático exacto
hubiera guiado a los hombres hacia una conclusión de siete días para la
duración de la semana — de la misma forma en que fueron derivados el
año, el mes y el día? ¡La astronomía y la matemática no tienen nada que
ver con la duración de la semana! Así, pues, ¿por qué la semana no tiene
cinco días? ¿Por qué no tiene ocho días o diez días? Esta pregunta de “¿por qué la semana tiene siete días?” siempre ha surgido ante el hombre.
¡La
única contestación correcta a esta pregunta es que Dios le reveló
divinamente la semana a la humanidad! ¡Ninguna otra solución se ajusta y
el ciclo semanal de siete días es aceptado universalmente alrededor del
mundo!
Muchos
expertos han hablado acerca de la continuidad ininterrumpida del ciclo
semanal desde la creación. Su testimonio representa su propia autoridad
elevada, atestiguando a la santidad y al origen divino de la semana de
siete días.
Considere las siguientes citas poderosas tomadas de www.tagnet.org/llt/science. Htm:“La
semana es un período de siete días…Esta ha sido utilizada desde tiempo
inmemorial en casi todos los países orientales” (La Enciclopedia
Británica 11ª edición, vol. 4 pág. 988, artículo “calendario”).
En
los años de 1920 y a principios de los años de 1930, la Liga de las
Naciones estaba considerando alterar el calendario Gregoriano. Muchas
ideas fueron consideradas y debatidas. En el informe oficial de la Liga
“Informe sobre la Reforma del Calendario”, publicado en Génova, el 17 de
agosto de 1926 están las siguientes declaraciones por astrónomos
prominentes:
“La
semana se ha mantenido por miles de años y por lo tanto ha sido
consagrada por uso inmemorial” (Anders Donner, “El Informe”, Pág.51.
[Donner había sido profesor de astronomía en la Universidad de
Helsingfors.]).
“Yo
siempre he vacilado en sugerir la ruptura de la continuidad de la
semana, la cual sin duda es la institución más antigua legada a nosotros
por la antigüedad. “(Edouard Baillaud, “El Informe”, Pág. 52. [Baillaud fue Director del Observatorio de Paris.]).
“No
ha habido cambio en nuestro calendario en los siglos pasados que haya
afectado en alguna manera el ciclo de la semana” (James Robertson, carta
personal, con fecha del 12 de marzo de 1932. [El Dr. Robertson fue
Director de Efemérides Americanas, Depto. De la Marina, Observatorio
Naval de los EE.UU., Washington, D.C.]).
“Hasta
donde yo sé, en los varios cambios al calendario, no ha habido cambios
en el ciclo de siete días de la semana, el cual ha venido desde tiempos
muy antiguos” (F.W. Dyson, carta personal, con fecha del 4 de marzo de
1932. [El Dr. Dyson fue astrónomo real, del Observatorio Real,
Greenwich, Londres.]).
“La
semana de siete días ha estado en uso desde los días de la dispensación
mosaica y no tenemos razón para suponer que haya existido
irregularidades en la sucesión de las semanas y de sus días desde ese
tiempo hasta el presente” (Declaración del Dr. W.W. Campbell. [El Dr.
Campbell fue Director del Observatorio Lick, Mte. Hamilton,
California.]).
“Por
más de 3,000 años la ciencia ha ido hacia atrás y con profunda
investigación revela el hecho de que en ese vasto período la duración
del día no ha cambiado ni en la centésima parte de un solo segundo de
tiempo”. (General O.M. Mitchell, Astronomía de la Biblia, pág. 235).
“A través de calcular los eclipses, puede ser probado que ningún tiempo se ha perdido y que los días de la creación fueron siete, divididos en veinticuatro horas cada uno” (Dr. Hinckley, La Atalaya, Julio de 1926. [El Dr. Hinckley fue un reconocido astrónomo en la mitad del siglo pasado.]).“La
continuidad de la semana ha cruzado los siglos y todos los calendarios
conocidos, aún intacta” (Declaración del Profesor D. Eginitis. [El Dr.
Eginitis fue Director del Observatorio de Atenas, Grecia.]).
Ahora tenemos esta cita más larga:Es
un hecho extraño que aun hoy haya una gran confusión referente a la
cuestión del llamado “tiempo perdido”. Las alteraciones que se le han
hecho al calendario en el pasado han dejado la impresión de que el cómputo del tiempo realmente se ha perdido.
En realidad, desde luego, estos ajustes fueron hechos para poner al
calendario más de acuerdo con el año natural [solar]. Ahora,
desafortunadamente, esta supuesta “pérdida del tiempo” está todavía
siendo utilizada para crear duda acerca del ininterrumpido ciclo del día
de reposo del séptimo día que Dios inauguró en la Creación. Estoy
contento de poder añadir el testimonio de mi adiestramiento científico a
la naturaleza irrevocable del ciclo semanal.
“Habiendo
estado computando el tiempo en Greenwich [Observatorio de Inglaterra]
por muchos años, yo puedo atestiguar que todos nuestros días están en el
control absoluto de Dios — implacablemente medidos por la rotación de
la tierra sobre su eje. Este período diario de rotación no varía ni una
milésima parte de un segundo en miles de años. También, el año tiene un
número definido de días. Por consiguiente, se puede decir que ni un día
se ha perdido desde la Creación, y a pesar de todos los cambios al
calendario no ha habido ruptura en el ciclo semanal” (Declaración de
Frank Jeffries [El Dr. Jeffries fue socio de la Sociedad Astronómica
Real y Director de Investigaciones del Observatorio Real en Greenwich,
Inglaterra]).
Finalmente, considere la siguiente extraordinaria admisión de la Iglesia Presbiteriana que guarda el domingo:“La
división del tiempo en semanas es una medida singular de tiempo por
períodos de siete días que pueden ser trazados no solamente a través de
la historia sagrada antes de la era de Moisés, sino en todas las
civilizaciones antiguas de cada era, muchas de las cuales no pudieron
haber derivado su noción de Moisés. Esta división fue reconocida entre
los eruditos de Egipto, los Brahmanes de la India, los árabes, los
asirios; según puede ser deducido de sus astrónomos y sacerdotes.
Hesiodo (900 A.C.) declara que el séptimo día es santo. Así también
Homero y Calímaco. Aún en la mitología sajona, es prominente la división
por semanas. Más aún, incluso entre las tribus de adoradores primitivos
en África, se nos ha dicho que un rasgo peculiar de su religión es un
día sagrado en la semana, la violación del cual por hacer trabajo
incurrirá en la ira de su dios. Indicios de una división similar de
tiempo han sido observados entre los indios del continente americano.
“Ahora,
¿En qué otra teoría son explicables estos hechos sino en la suposición
de un sábado divino ordenado en el origen de la raza?” (“El día de
reposo cristiano” folleto número 271, publicado por la Junta
Presbiteriana de Publicación).

El Cómputo del Tiempo No se ha Perdido

Este folleto ha considerado si el sábado se ha perdido en el tiempo
desde la creación. Usted ha visto que no. Ninguna cantidad de trampas
engañosas o de ingeniosa prestidigitación ha sido suficiente para
derrocar la verdad acerca de cuándo debe observarse el sábado de Dios.
Dios nunca les requiere a las personas que disciernan por sí mismas qué obedecer — solamente si ellas van a obedecer.
Usted
ha visto ahora las pruebas de que el ciclo semanal se ha mantenido
intacto por cerca de 6,000 años. ¿Qué hará usted? En la conclusión de su
folleto ¿SE HA PERDIDO EL CÓMPUTO DEL TIEMPO?, Herbert W. Armstrong escribió:
“¿Apartaría
Dios cierto día, pondría Su bendición en él (Génesis 2:1-3), lo
SANTIFICARÍA, ordenaría que fuese GUARDADO Y SANTIFICADO ETERNAMENTE, y
luego permitiría que la cuenta de ese tiempo se perdiera de tal modo que
no pudiéramos saber cuándo observarlo?”
“¿SE
HA PERDIDO EL TIEMPO?, ¡De ser así, entonces usted y yo somos ALMAS
PERDIDAS, porque es PECADO profanar el sábado de Dios! Este es el cuarto
punto de la Ley”.
“El
pecado es infracción de la Ley” (1 Juan 3:4), y si infringimos
solamente UNO DE SUS PUNTOS — cualquiera de ellos — somos pecadores
culpables (Santiago 2:8-11). Las últimas palabras registradas de Jesús
dicen: “Bienaventurados los que guardan Sus Mandamientos [los del
Padre], para tener derecho al ÁRBOL DE LA VIDA” [vea la Versión Moderna]
(Apocalipsis 22:14)”.

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