martes, 1 de agosto de 2017

LIBROS HISTORICOS CON PASTOR CALONA: 2017

LIBROS HISTORICOS CON PASTOR CALONA: 2017












































domingo, 21 de mayo de 2017






SEGUNDA CLASE / CUARTO PARCIAL


NEHEMIAS 

Autor y fecha

    Aunque gran parte de este libro fue claramente extraído de los diarios personales de Nehemías y escrito desde la perspectiva de
Nehemías en primera persona (1:1-7:5; 12:27-43; 13:4-31), tanto las
tradiciones judías como cristianas reconocen a Esdras como el autor.
Esto está basado en evidencia externa de que Esdras y Nehemías eran
originalmente un libro como se refleja en la LXX y la Vulgata; también
está basada en evidencia interna tal como el tema continuo de "la mano
de Jehová" el cual domina tanto a Esdras como a Nehemías y el papel del
autor como un sacerdote-escriba. Como un escriba, él tenía acceso a los
archivos reales de Persia, los cuales explican la multitud de documentos
administrativos que  se encuentran registrados en los dos libros,
especialmente en el libro de Esdras. A muy pocas personas se les habría
permitido tener acceso a los archivos del Imperio Persa, pero Esdras fue
la excepción (Esd 1:2-4; 4:9-22; 5:7-17; 6:3-12).
 
  Los acontecimientos en Nehemías 1 comienzan a finales del año 446
a.C., el año 20 del rey persa, Artajerjes (464-423 a.C.). El libro sigue
cronológicamente a partir del primer término de Nehemías como
gobernador de Jerusalén alrededor del 445-433 a.C. (Neh 1-12) a su
segundo término, posiblemente comenzando alrededor del 424 aC. (Neh
13). 
Nehemías fue escrito por Esdras en algún momento durante o después del segundo término de Nehemías, pero no después del 400 a.C.  


Contexto Histórico de Nehemías 

    Fiel
a la promesa que Dios hizo de juicio, Él trajo a los asirios y a los
babilonios para disciplinar a Judá e Israel, quienes habían
desobedecido. En el 722 a.C. los asirios deportaron a las
diez tribus del norte y las dispersaron por todo el mundo que en ese
entonces se conocía (2 R 17). Varios siglos después, alrededor del
605-586 a.C., Dios usó a los babilonios para saquear, destruir y casi
despoblar a Jerusalén (2 R 25) debido a que Judá había persistido en su
infidelidad al pacto. Dios disciplinó a su pueblo con setenta años de
cautividad en Babilonia (Jer 25:11).

 
  Durante la cautividad de los judíos, el liderazgo del imperio mundial
cambió de manos de los babilonios a los persas (alrededor del 539 a.C;
Dn 5), después de lo cual Daniel recibió la mayor parte de su
revelación profética (c.p. Dan 6, 9-12). El libro de Esdras comienza con
el decreto de Ciro, un rey persa, estableciendo el regreso del pueblo
de Dios a Jerusalén para reconstruir la casa de Dios (alrededor del 539
a.C.), y narra el establecimiento del calendario nacional de Judá de
festividades y sacrificios. Zorobabel y Josué guiaron el primer regreso
(Esd 1-6) y reconstruyeron el templo. Ester da un vistazo de los judíos
que se quedaron en Persia (alrededor del 483-473 a.C.) cuando Amán
intentó eliminar a la raza judía. Esdras 7-10 relata el segundo regreso
guiado por Esdras en el 458 a.C. Nehemías relata el tercer regreso para
reconstruir el muro alrededor de Jerusalén (alrededor del 445 a.C.).

 
  En ese entonces en la historia de Judá, el Imperio Persa dominaba el
mundo entero del Oriente Medio. Su administración de Judá, aunque
llevaba a cabo con una mano relajada, tenía en mente rebeliones o
cualquier señal de insurrección por parte de sus vasallos. Reconstruir
los muros de ciudades conquistadas presentaba la amenaza más visible
para la administración central persa. Solo en un confidente cercano del
rey mismo se podía confiar para tal operación. En el punto más crítico
de la revitalización en Judá, Dios levantó a Nehemías para llevar a cabo
una de las responsabilidades de mayor confianza en el imperio: el
copero y confidente del rey. La vida bajo el rey persa Artajerjes
(alrededor del 464-423 a.C.) tenía sus ventajas para Nehemías. Así como
José, Ester y Daniel, él había alcanzado un papel significativo en el
palacio que en ese entonces gobernaba al mundo antiguo, una posición a
partir de la cual Dios lo podía usar para guiar la reedificación de los
muros de Jerusalén a pesar de sus implicaciones para el control persa de
esa ciudad.  

 
  Otras varias notas históricas son interesantes. Primero, Ester fue
la madrastra de Artajerjes (Est 1:9) y pudo fácilmente haberlo
influenciado a que viera amablemente a los judíos, en especial a
Nehemías. En segundo lugar, las setenta semanas proféticas de Daniel
comenzaron con el decreto a reconstruir la ciudad dado por Artajerjes en
el 445 a.C. (capítulos 1, 2; Dn 9:24-26). En tercer lugar, los papiros
elefantinos (documentos egipcios), fechados en la última parte del siglo
V a.C., apoyan el relato de Nehemías al mencionar a Sanbalat el
gobernador de Samaria (2:9), Johanán (6:18; 12:23), y el hecho de que
Nehemías fue reemplazado como gobernador de Jerusalén por Bigvai
(alrededor del 410  a.C.; Neh 10:16). Finalmente, Nehemías y Malaquías
representan los últimos escritos canónicos, tanto en términos del tiempo
de los acontecimientos ocurridos (Mal 1-4; Neh 13) como en el tiempo
cuando fueron registrados por Esdras. De esta manera los siguientes
mensajes de Dios para Israel no vienen, sino hasta después de más de 400
años de silencio, después de los cuales los nacimientos de Juan el
Bautista y Jesucristo fueron anunciados (Mt 1; Lc 1, 2).

 
  Teniendo la revelación completa del AT de la historia de Israel
previa a la encarnación de Cristo, los judíos aún no habían
experimentado la plenitud de los varios pactos y promesas de Dios para
con ellos. Mientras que había un remanente judío, como se le prometió a
Abraham (Gn 15:5), no parece ni siquiera ser tan grande como en el
tiempo del éxodo (Nm 1:46).Los judíos ni poseyeron la tierra (Gn 15:7)
ni gobernaron como nación soberana (Gn 12:2). El trono davídico estaba
desocupado (2 S 7:16), aunque el sumo sacerdote fue de la línea de
Eleazar y Finees (Nm 25:10-13). La promesa de Dios a consumar el nuevo
pacto de redención esperaba el nacimiento, crucifixión y resurrección
del Mesías (He 7-10).  



martes, 16 de mayo de 2017





PRIMERA CLASE / CUARTO PARCIAL


TERCERA PARTE DE LOS LIBROS HISTORICOS.
EL REGRESO DEL EXILIO.



La ida a Babilonia fue
en tres grupos:  en el primero se llevaron a Daniel, en el segundo a
Ezequiel y en el tercero al Rey Sedecías.  El regreso también fue en tres
grupos.
Los judíos regresan
del cautiverio de 70 años en Babilonia y van a construir nuevamente el Templo.
Recordemos que
Jeremías predijo que la duración del Exilio en Babilonia sería de 70 años, pero
Daniel dijo que no sólo duraría ese tiempo, sino que, a pesar de regresar a la
Tierra, el exilio durará 490 años hasta la llegada de Jesús.
Fueron llevados a
Babilonia por los babilonios, pero al poco tiempo cambiaron las cosas, pues
Persia sería el nuevo poder mundial e Isaías predijo que regresarían a la
Tierra bajo el mando de Ciro, Rey de Persia.


1.     ¿Qué  libros  nos  relatan 
el  regreso del Exilio?
Los relatos del
regreso del Exilio los encontramos en los libros de Esdras y Nehemías.


2.     ¿Qué nos narran los libros de Esdras y
Nehemías?


1.      Es 1, 1 al 6,
22:    
Reconstrucción del Templo

         2.      Es
7, 1 al 10, 44:  
Misión de Esdras (Escriba y conocedor de la Ley
mosaica)

         3.
     Neh   1 al 13, 31    Reconstrucción
de Jerusalén y de la muralla de la ciudad.

Así expuesto parecería
una narración monótona de una construcción, pero esta etapa de la
reconstrucción de Jerusalén es también de mucha acción, inconvenientes, y
luchas.
Por cierto 2ª Crónicas
36 
hasta el final va paralelo a Esdras.


3.     ¿Hay  algunos otros libros
complementarios en este tiempo?
Los Profetas durante
este tiempo son Ageo, Zacarías y Malaquías.  Y hay un libro complementario
que narra una historia muy linda sobre los judíos que se quedaron en Babilonia
y cómo se salvaron de ser aniquilados.  Eso está en el Libro de Ester.

4.     ¿Cómo comienza el libro de Esdras?



Antes de poder ver el desarrollo del libro revisemos los antesedentes históricos, para comprender el relato bíblico.





  • "Ciro
    el Grande surgió en la historia en el año 559 a. C. como gobernador de
    la pequeña provincia de Ansán, distrito al noroeste de Elam, justamente
    al sur de Media y al este de los montes Zagros. 
  • Ansán
    estaba entonces bajo el yugo de Media. Cuando Ciro se rebeló contra su
    señor Astyages, el ejército medo se pasó al bando de Ciro en su
    totalidad, y entregó como prisionero a Astyages. 
  • Ciro aparentemente era el elegido de los medos para ser su rey. 
  • La capital del imperio, Ecbatana, con todo su tesoro, pasó a manos de Ciro prácticamente sin lucha alguna. 
  • Así,
    en diez años Ciro se convirtió en el señor del Imperio Medo que
    comprendía los siguientes territorios: la Persia moderna, el norte de
    Asiria, Armenia, el Asia Menor hasta el Río Halis.




"Después
de dos años dedicados a la organización del imperio, Ciro se dirigió
hacia el occidente, decidido a la conquista. Después de conquistar el
norte de la Mesopotamia, atacó y venció a Creso, rey de Lidia,
renombrado por su enorme riqueza. El reino de éste se extendía desde el
Río Halis [en Turquía] hasta el Mar Egeo [en Grecia]…




"Volviendo
en el año 539 a. C., Ciro avanzó contra Babilonia, la cual le abrió sus
puertas sin presentarle batalla. [De acuerdo con Daniel, Belsasar vio
la escritura en la pared que anunciaba la caída de Babilonia la noche
antes de que Ciro entrara en la ciudad y diera fin al imperio (véase
Daniel 5).] En verdad, [Ciro] parece haber sido bien recibido por el
pueblo como amigo y benefactor. De esta manera Ciro llegó a ser amo de
toda el Asia occidental.




"La
caída de Babilonia marcó el fin del poder mundial semita. Con el
triunfo de Ciro, una nueva raza, la indo-europea, se apoderó del dominio
mundial y el destino político del mundo estuvo, desde entonces, en
manos de esa raza. Por lo tanto, este acontecimiento marca un momento
decisivo en la historia bíblica.




Veamos algunas caracteristicas de lider que hizo diferente a Ciro como goberante:





  • "Ciro nació para ser líder entre los hombres. 
  • Introdujo una nueva norma en el trato de los pueblos conquistados. 
  • En
    lugar de tiranizarlos y mantenerlos en sujeción mediante la fuerza
    bruta, trató con consideración a sus vasallos y se los ganó como
    amigos. 
  • Fue particularmente considerado con las religiones de los pueblos conquistados. 
  • Las
    consecuencias de esta conducta serían que sus súbditos se unirían a él
    con una lealtad tal que haría de su reino una era de paz." (Elmer W. K.
    Mould, Essentials of Bible History, págs. 348-49.)




Esta
revolución en la política iba a afectar profundamente la histona del
mundo, particularmente la historia judía, pues cuando Ciro entró a
Babilonia, los judíos todavía estaban exiliados allí.




Ciro fue levantado por el Señor para liberar a los judíos





  • Babilonia cayó ante Ciro en el año 539 a. C. 
  • Poco después, tal como aparece en 2 Crónicas 36:22-23 y Esdras 1:1-11, 
  • Ciro
    decretó en su imperio que todo cautivo judío en Babilonia que tuviera
    el deseo de retornar a Jerusalén para reconstruir el templo podía
    hacerlo. 
  • También permitió que los utensilios de oro y plata robados por las tropas de Nabucodonosor se devolvieran.




¿Qué lo impulsó a hacer una proclama tan liberal? 



Aunque
Ciro tal vez haya sido impulsado por la religión de sus dioses (véase
Esdras 1:7), incluyendo el emergente zoroastrismo, a tener respeto por
el Dios de Judá, parece que fue motivado por el Espíritu del Señor a
enviar de vuelta a los judíos a su tierra natal. 



El antiguo historiador Josefo nos dice:



"En
el primer año del reinado de Ciro, que era el septuagésimo desde el día
en que nuestro pueblo fue sacado de su propia tierra y llevado a
Babilonia, Dios se apenó del cautiverio y la calamidad de este pobre
pueblo, de acuerdo con lo que había anunciado mediante Jeremías el
profeta, antes de la destrucción de la ciudad, de que después de haber
servido a Nabucodo no sor y a su posteridad, y después de haber
soportado esa servidumbre durante setenta años, los restauraría a la
tierra de sus padres, y que ellos edificarían su templo y gozarían de su
antigua prosperidad. 




Estas
cosas Dios les concedió, pues El inspiró a Ciro y lo llevó a escribir
esto a través de toda Asia: 'Así dice Ciro el rey: Puesto que Dios
Todopoderoso me ha hecho rey de la tierra habitable, creo que El es
aquel Dios a quien adora la nación de los israelitas, pues en verdad
anunció mi nombre mediante los profetas, y que yo le edificaría una casa
en Jerusalén, en el país de Judea.'




"Esto
era conocido por Ciro porque había leído el libro que Isaías dejó con
sus profecías, pues este profeta dijo que Dios le había hablado en una
visión secreta: 'Es mi voluntad que Ciro, a quien he señalado por rey
sobre muchas grandes naciones, envíe de vuelta a mi pueblo a su propia
tierra, y edifique mi templo'. 




Esto
fue predicho por Isaías ciento cuarenta años antes que el templo fuera
demolido. En conformidad, cuando Ciro leyó esto y admiró el poder
divino, lo sobrecogió un intenso deseo y ambición de cumplir lo que así
estaba escrito; de manera que convocó a los más eminentes judíos que
estaban en Babilonia y les dijo que les daba permiso de volver a su
propia tierra y reedificar la ciudad de Jerusalén, y el templo de Dios,
para lo cual les ofreció su ayuda, y que escribiría a los mandatarios y
gobernadores que estaban en las proximidades del país de ellos, Judea,
para que contribuyeran con oro y plata para la edificación del templo, y
además que dieran animales para los sacrificios." (Flavio Josefa,
Antigüedades judaicas, libro 11, cap. 1, párrs. 1-2; traducción libre.)






La
profecía de Isaías, mencionada por Josefa e implícita en Esdras 1:2, se
encuentra en el último versículo de Isaías 44 y en el primero del
capítulo 45.



5. El primer retorno de los judíos

¿Cómo
reaccionaron los judíos ante el edicto de Ciro? Un escritor hizo notar
que "no muchos de los exiliados demostraron estar ansiosos de volver
prestamente a Palestina. Medio siglo en Babilonia había llevado a la
mayoría a adoptar las costumbres y la cultura de la tierra de su forzada
adopción. La mayoría se había sujetado a la nueva tierra por lazos
matrimoniales y de amistad y por fuertes conexiones comerciales. Además
había crecido en Babilonia una generación que no conocía Palestina, y
para estos judíos, Judea había dejado de ser un lugar atractivo para
vivir. La fuerza de un vínculo sentimental poderoso era necesaria para
inducirlos a retornar a Palestina, y pocos la sentían. De ahí que la
dificultad mayor estribaba en despertar suficiente entusiasmo como para
organizar un grupo que efectuaría el primer retorno." (Mould, Essentials
of Bible History, pág. 350.)




El
primer grupo de exiliados llegó a Judea poco después del año 536 a. C.
bajo la dirección de Zorobabel, miembro de la línea real davídica (véase
1 Crónicas 3:19), y de Josué, un sacerdote levita del linaje de Sadoc.
(Sadoc era el sumo sacerdote en el tiempo de la dedicación del Templo de
Salomón.) El primer retorno tuvo todas las características de una
cruzada religiosa. El grupo estaba integrado por cuarenta o cincuenta
mil personas. Algunos grupos más pequeños de exiliados siguieron
emigrando desde Babilonia durante los siguientes cien años, pero la
mayoría de los judíos no regresaron, y por siglos hubo mayor cantidad de
judíos en Babilonia que en la Tierra Santa.




Un
individuo llamado Sesbasar, mencionado en el libro de Esdras (véase
Esdras 1:8, 11; 5:14, 16), fue designado gobernador de esta colonia en
la Tierra Santa. Los eruditos contienden en cuanto a si Sesbasar era la
misma persona que Zorobabel. Si era otra persona, tal como lo indica en 1
Esdras 6:18 (libro apócrifo), entonces desapareció misteriosamente dado
que Zorobabel pronto ocupó el lugar principal en Jerusalén.




Cuando
los judíos volvieron a Israel, encontraron que los samaritanos
habitaban la tierra. Los samaritanos eran un pueblo cuyo nombre fue
tomado de la ciudad de Samaria que había sido la capital del reino del
norte, y cuando cayó ante Asiria en el año 721 a. C., solamente unos
pocos israelitas pertenecientes a las clases más pobres quedaron en
aquella tierra. Puesto que esta región era la frontera entre el
territorio asirio y el territorio egipcio al sur, los asirios dejaron
una fuerte defensa de tropas allí. Los hombres de estas tropas se
casaron con mujeres israelitas y adoptaron algunas formas de adoración
de Jehová, pero evidentemente las mezclaron con ideas paganas. Los
judíos del reino del sur consideraban por ello que los samaritanos no
solamente eran israelitas impuros sino también paganos.




Los
judíos que retornaron desde Babilonia estaban ansiosos de reinstituir
la adoración oficial de Jehová en Jerusalén. Su primera acción, por lo
tanto, fue reparar el altar de los holocaustos y renovar los sacrificios
de la mañana y de la tarde. Después procedieron a celebrar la fiesta de
los Tabernáculos y otras festividades en la secuencia de costumbre.
(Véase Esdras 3:1-6.)




Bajo
la dirección de Zorobabel, los judíos repararon el altar y comenzaron
la reedificación del templo. Los samaritanos pidieron permiso para
participar en el proyecto, haciendo notar que habían estado ofreciendo
sacrificios a Jehová desde los días de la conquista asiria (véase Esdras
4:1-2). Los judíos terminantemente rechazaron el ofrecimiento de ayuda,
y los samaritanos, enojados, comenzaron una abierta oposición al
proyecto (véase Esdras 4:3-6). A causa de esta interferencia y de la
indiferencia que surgió por parte de los judíos (véase Hageo 1:2-6), la
obra de construcción del templo fue postergada hasta el segundo año del
reinado de Darío I, aproximadamente en el año 520 a. C.




6. El segundo templo

La
reanudación de la construcción del templo fue inspirada por dos
profetas: Hageo y Zacarías (véase Esdras 5:1), cuyos breves escritos se
conservan en el Antiguo Testamento. El gobernador local y los líderes de
Samaria intentaron obstaculizar el proyecto. Los judíos apelaron a
Darío, y finalmente lograron probar que sólo hacían lo que Ciro les
había concedido hacer; así que se les permitió continuar su proyecto
(véase Esdras 5-6). El templo quedó terminado en el año 515 a. C. Se
conoce a este templo como el segundo templo (el de Salomón es el
primero) o templo de Zorobabel. El segundo templo no se comparaba con el
Templo de Salomón en su esplendor, pues el pueblo estaba empobrecido
cuando levantó el edificio.






No
hay ninguna mención de Zorobabel después de terminar la construcción
del templo. La dirección de la comunidad quedó entonces a cargo de los
sacerdotes. 




Este gobierno teocrático fue tolerado por los persas y durante un tiempo también por Alejandro el Grande.



Persia cayó ante Alejandro el Grande



7. El retorno de los judíos bajo la dirección de Esdras y Nehemías



  • No
    se sabe mucho del estado de los asuntos judíos entre el tiempo
    transcurrido desde la finalización del templo en el año 515 a. C. y la
    aparición de Esdras y Nehemías en Jerusalén junto con los grupos que los
    acompañaron. 
  • Puede
    decirse con seguridad que la llegada de Nehemías a Jerusalén fue en el
    año 445 a. C. La fecha del ministerio de Esdras es tema de
    controversia. 
  • Algunos eruditos dicen que el viaje de Esdras fue anterior al de Nehemías, y otros dicen que fue posterior. 
  • Las Escrituras parecen indicar que el grupo de Esdras llegó a Jerusalén antes que el de Nehemías. 
  • Otras
    fuentes dicen que Esdras llegó en el año 458 a. C. (véase ed. de J. D.
    Douglas, The Illustrated Bible Dictionary, s. v. "Persia", pág. 1199).




En
cualquier caso, hay un lapso de casi tres generaciones entre el primer
retorno y el de Esdras y Nehemías. Durante este período, la cultura
persa alcanzó su apogeo, tal como lo evidencian las impresionantes
ruinas en Persépolis, capital del Imperio Persa. El lujo de la corte se
describe en el libro de Ester.




Muy
poco se sabe en cuanto a la vida de los judíos durante ese tiempo.
Políticamente estaban bajo el mando de oficiales persas, pero, desde su
propio punto de vista, y también en la práctica, mantenían una teocracia
bajo la dirección del sumo sacerdote ungido del Señor. 




En
vista de las reformas iniciadas teriormente por Esdras y Nehemías, es
evidente que no había estricta observancia de las leyes de Moisés. Los
sacerdotes contraían matrimonio con mujeres de las zonas cercanas que no
eran de la casa de Israel, y la ciudad de Jerusalén fue deteriorándose.




Durante
el reinado de Artajerjes I (465-424 a. C.), los oficiales judíos tenían
representación reconocida en la corte persa. Esdras parece haber
ocupado algún oficio importante, y fue reconocido como enviado pecial
para reorganizar los servicios del templo en rusalén. 




Los
anhelosos judíos fueron motivados por el respaldo que habían recibido
de la corte persa a tal punto que excedieron los términos del encargo
hecho a Esdras, y hasta reconstruyeron la muralla de la ciudad.




Nehemías
era copero real en la corte persa (véase Nehemías 2:1). Puesto que el
asesinato era un peligro siempre presente para los reyes de la
antigüedad y se usaba el veneno con frecuencia, el copero ocupaba un
puesto de mucha confianza en la corte. Su oficio consistía en confirmar
que la comida y bebida del rey no estaban envenenadas. (Véase Samuel
Fallows, ed., The Popular and Critical Bible Encyclopedia and Scriptural
Dictionary, s. v. "cupbearer".) Nehemías tuvo éxito en valerse de su
puesto para hacerse nombrar gobernador de Judá.




La
energía, la habilidad, el patriotismo desinteresado y la integridad
personal que caracterizaban a Nehemías dieron por resultado el
surgimiento de un Judá nuevo y exuberante. 




La
restauración de Jerusalén, que había estado en ruinas durante siglo y
medio, se inició. Esdras, un sacerdote justo y dedicado, se unió a
Nehemías en la obra emprendida, y juntos lograron restaurar la comunidad
judía en Jerusalén. 




El Salmo 48 es un cántico, o poema, que celebra la restauración de Jerusalén. Muestra cómo Judá recobró la confianza. 



Judá
desarrolló un gobierno semiautónomo y gradualmente expandió sus
fronteras hasta que llegó a ser aproximadamente la mitad del tamaño del
reino de Judá en época de la caída, en el año 581 a. C. Judá se mantuvo
en paz durante la existencia del Imperio Persa.






Cuando
Alejandro el Grande conquistó el Imperio Persa, en el año 331 a. C.,
los judíos simplemente transfirieron su lealtad de un monarca a otro. 




La
tradición judía relata cómo Alejandro fue recibido por el sumo
sacerdote en Jerusalén y la ocasión en la que se le leyeron las
profecías de Daniel referentes a que uno de los griegos destruiría a los
persas (véase Daniel 7:6; 8:3, 20-22; 11:3). Alejandro, suponiendo que
esto se refería a él, se regocijó y aceptó a la nación judía sin
presentar batalla.




4.     ¿Cómo comienza el libro de Esdras?

martes, 25 de abril de 2017






CUARTA CLASE / TERCER PARCIAL


Estudio
general del reino de Israel 

(el reino del norte)

Jeroboam, un efrainita que había sido caudillo militar en el ejército de
Israel durante el reinado de Salomón, fue recompensado por sus logros en la
administración de un proyecto de construcción en la ciudad de David.
Se convirtió en administrador de la casa de José, esto es, gobernaba sobre
los distritos territoriales de las tribus de Efraín y de Manasés, dos de las
tribus más poderosas en Israel (véase 1 Reyes 11:26-28).
Más adelante, Ahías, un profeta de la época, le reveló a Jeroboam que
llegaría a ser el soberano de las diez tribus del norte (véase 1 Reyes
11:29-39).
Salomón, temeroso de Jeroboam, intentó matarlo. Jeroboam huyó a Egipto
donde vivió en exilio hasta después de la muerte de Salomón (véase 1 Reyes
11:40; 12:2-3). El pueblo del norte mandó buscar a Jeroboam para que dirigiera
su enfrentamiento con Roboam, hijo de Salomón (véase 1 Reyes 12).
Como parte de esta rebelión, las tribus del norte se apartaron de Judá y
proclamaron rey a Jeroboam. Llegaron a ser conocidas como el reino de Israel, o
reino del norte. Este reino a menudo era mencionado como Efraín,
particularmente por los profetas, ya que esta tribu predominó desde los días de
Josué hasta Jeroboam (véase Números 13:3, 8; 14:6).
La capital del reino del norte fue establecida primero en Siquem y
posteriormente en Samaría, ambas ciudades en el territorio de Efraín. Algunas
veces los nombres de estas ciudades eran usados para representar a todo el
reino. (Véase Isaías 7:1-9; Jeremías 7:15; 31:9; Ezequiel 37:16-19; Oseas
4:17.)
Con el poder de la corona, Jeroboam estableció una religión estatal de
adoración idólatra (véase 1 Reyes 12:25-33). La nueva nación nunca se
arrepintió de esta maldad, la cual contribuyó a su caída.
·       
Veinte monarcas gobernaron el reino desde su comienzo hasta su destrucción
por fuerzas asirías.
  • ·       
    Cinco dinastías se sucedieron en el reino del norte, pero todas duraron
    poco, 
  • ·       
    todas fueron exterminadas por el asesinato o la violencia.
  • ·       
    Siete monarcas fueron asesinados y uno se suicidó.
  • ·       
    Las Escrituras califican a cada uno de estos reyes como malvado e inicuo.
  • ·       
    Profetas como Elías, Elíseo, Amós y Oseas vivieron en el reino del norte
    durante este período, llamando al arrepentimiento a reyes y pueblo.
  • ·       
     Al mismo tiempo, los profetas de
    Judá, incluyendo a Isaías y Miqueas, advirtieron al reino del norte en cuanto a
    su próxima destrucción si el pueblo no se arrepentía.


La siguiente lista de los
reyes de Israel indica el período de su reinado y los profetas que fueron
contemporáneos. Las fechas indicadas son las aceptadas generalmente.






Dinastía de Jeroboam
Jeroboam I (931-909 a.
C.)
. Véase 1 Reyes 12:25-14:20.
·       
Introdujo la adoración de ídolos y corrompió los oficios sacerdotales para
su nueva religión.
·       
La maldición de la idolatría se extendió en el reino del norte hasta su
caída (véase 2 Reyes 17:21-22).
Ahías, el profeta de Silo, antes de la muerte de Salomón había profetizado
la división de la nación y dicho que el Señor daría a Jeroboam diez de las
tribus para que las gobernara, razón por la que tuvo que huir a Egipto (véase 1
Reyes 11:28-40). Después, cuando Jeroboam fue proclamado rey, Ahías profetizó
en cuanto a la extinción de la casa de Jeroboam cuando vio que éste practicaba
la idolatría (véase 1 Reyes 14:6-16).
Nadab (909-908 a. C.). Véase 1 Reyes
15:25-31.
·       
Hijo de Jeroboam I.
·       
Asesinado por Baasa en una revuelta militar durante un enfrentamiento con
los filisteos
.
Dinastía de Baasa
Baasa (908-886 a. C.). Véase 1 Reyes
15:32-16:7
.
·       
Ejecutó a todos los descendientes de Jeroboam.
·       
Vencido por Asa, rey de Judá, y por los sirios.
Los profetas Hanani y Jehú profetizaron durante su reinado.
Ela (886-885 a. C.). Véase 1 Reyes
16:8-14.
·       
Hijo de Baasa.
·       
 Asesinado por Zimri, uno de sus
oficiales militares, que se apoderó del trono.
Zimri (885 a. C.). Véase 1 Reyes
16:15-20.
·       
Gobernó solamente siete días.
·       
Ejecutó a todos los descendientes de Baasa.
·       
Sitiado por Omri, comandante de las fuerzas, se suicidó para evitar ser
tomado prisionero.
Tibni (885 a. C.). Véase 1 Reyes
16:21-22.
·       
Acaudilló a parte del pueblo contra Omri.
·       
Fue vencido por éste, quien llegó a tomar el control de todo el reino del
norte.
Dinastía de Omri
Omri (885-874 a. C.). Véase 1 Reyes
16:23-28.
·       
Trasladó la capital del reino a Samaria.
·       
Conquistó el territorio de Moab y lo puso bajo tributo.
Acab (874-853 a. C.). Véase 1 Reyes 16:29-22:40.
·       
Hijo de Omri.
·       
Se casó con una princesa sidonita, Jeza-bel, y adoró los ídolos de sus
vecinos paganos.
·       
Se alió con Josafat, rey de Judá, contra los sirios.
·       
Rechazó al profeta Elias (durante el reinado de Acab Elias el Profeta tuvo
un encuentro con los sacerdotes de Baal).
·       
Finalmente se alió con Siria contra los invasores asirios.
·       
Volvió a aliarse a Judá contra Siria, la cual se había levantado contra
Israel.
·       
Fue muerto en el momento en que perdió la batalla.
Ocozías (853-852 a.
C.)
. Véase 1 Reyes
22:51-2 Reyes 1:1-18.
·       
Hijo de Acab.
·       
Combatió la revuelta de Moab contra Israel.
·       
Herido en una caída en el palacio, buscó la bendición y la guía de un
ídolo.
La profecía del profeta Elias en cuanto a la muerte de Ocozías se cumplió.
Evidentemente había varios profetas en el reino del norte en aquel momento.
Jahaziel y Eliezer son dos cuyos nombres son mencionados (véase 2 Crónicas
20:14, 37).
Joram (852-841 a. C.). Véase 2 Reyes
3:1-8:15.
·       
Hermano de Ocozías.
·       
Prohibió la adoración de dioses extranjeros pero mantuvo la idolatría
instituida por Jeroboam.
·       
Se alió a Judá contra Moab y tuvo éxito en detener a los sirios que
atacaban al pueblo de Israel.
·       
Fue muerto por Jehú en una purga sangrienta de la dinastía Omri.
Durante esta época, Elíseo recibió el manto del ministerio profético de
manos de Elias el Profeta (véase 2 Reyes 2:9-15).
Dinastía de Jehú
Jehú (841-814 a. C.). Véase 2 Reyes
9:1-10:36
.
·       
Ungido rey sobre Israel por un joven profeta que actuó bajo la dirección de
Elíseo.
·       
Mató al rey Joram e hirió mortalmente a Ocozías de Judá, aliado de Israel.
·       
Destruyó a los descendientes de Acab y lo que quedaba de adoración
idólatra.
·       
No hay ningún registro que indique si murió por violencia, de forma que se
supone que murió de vejez o de causas naturales.
Joacaz (814-798 a. C.). Véase 2 Reyes
13:1-9.
·       
Hijo de Jehú.
·       
Entregó el reino de Israel a los conquistadores sirios y les pagó tributo.
·       
Vio destruido gran parte del poderío militar de la nación.
El ministerio de Elíseo, de unos cincuenta años, comenzó durante el reinado
de Joram y continuó durante el reinado del hijo de Joacaz. Algunos estudiosos
creen que el ministerio de Joel transcurrió en este período.
Joás (798-782 a. C.). Véase 2 Reyes
13:10-25.
·       
Hijo de Joacaz.
·       
Continuó pagando tributo a Siria.
·       
Liberó a Israel del pago del tributo y venció a los sirios tres veces
cuando un cambio de gobierno en Siria y la conquista de esta nación por los
asirios dio lugar de nuevo a la guerra entre Israel y Siria.
Jeroboam II (782-753
a. C.)
. Véase 2 Reyes 14:23-29.
·       
Hijo de Joás.
·       
Mantuvo la independencia de Israel del control sirio y tomó parte del
territorio del Judá.
El ministerio de Amós, profeta que llamó al arrepentimiento al reino de
Israel y anunció que de no hacerlo enfrentarían la destrucción, comenzó en este
período.
Zacarías (753 a. C.). Véase 2 Reyes
15:8-12.
·       
Hijo de Jeroboam II.
·       
Fue el último rey de la larga dinastía de Jehú.
·       
Fue asesinado por su sucesor solamente seis meses después de ocupar el
trono.
En este período comenzó el ministerio de Oseas y continuó hasta la caída
del reino del norte en el año 721 a. C.
Solum (752 a. C.). Véase 2 Reyes
15:13-15.
·       
Asesinado por Manahem, su sucesor, solamente un mes después de ocupar el
trono.
Dinastía de Manahem
Manahem (752-742 a.
C.)
. Véase 2 Reyes 15:16-22.
·       
Brutalmente asesinó a las mujeres embarazadas en las ciudades que rehusaron
apoyarlo como rey.
·       
Fue controlado por los asirios, bajo el reinado de Pul (Tiglat-pileser IV),
quienes pusieron a Israel bajo pesado tributo.
Pekaía (742-740 a. C.). Véase 2 Reyes
15:23-26
.
·       
Hijo de Manahem.
·       
Fue asesinado por Peka, un caudillo militar.
·       
Así terminó el intento de otra familia de gobernar Israel. Aproximadamente
en este tiempo comenzó el ministerio de Isaías en el reino de Judá, aunque
mucho de lo que dijo estaba dirigido también a Israel.
Peka (740-732 a. C.). Véase 2 Reyes
15:27-31.
·       
Se alió con Siria contra Asiría. Amenazó a Judá y atacó a este reino junto
con Siria pero con éxito bastante limitado.
·       
Atacado por los asirios, perdió toda Galilea, cuyos habitantes fueron
llevados a Asiría.
·       
Fue asesinado por Oseas, su sucesor.
Oseas (732-722 a. C.). Véase 2 Reyes
17:1-23.
·       
Se rindió a los asirios y estuvo de acuerdo en pagar un pesado tributo.
·       
Buscó la ayuda de Egipto para aliviar la pesada carga que le habían
impuesto los asirios, pero esta intriga resultó en un sitio de tres años y en
el colapso del reino de Israel.
·       
Los asirios enviaron al exilio a la mayoría de los habitantes de Israel.


























































































































































































La cautividad de las diez tribus del reino del norte finalmente terminó en
su huida hacia los países del norte y en el hecho de llegar a ser conocidas
como las diez tribus perdidas














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