domingo, 2 de julio de 2017

Semana de oración por la unidad de los cristianos 2017

Semana de oración por la unidad de los cristianos 2017





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CONSEJO PONTIFICIO

PARA LA PROMOCIÓN DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS





AVISO IMPORTANTE
Esta es la versión internacional de la Semana de oración 2017.
Traducción del original inglés realizada por el Secretariado de la Comisión
Episcopal para la Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal
Española.
Si desea obtener la versión adaptada, acuda a su Conferencia
episcopal o al Sínodo de su Iglesia





 
Materiales para la
SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE
LOS CRISTIANOS


y para el resto del año
2017
Reconciliación.

El amor de Cristo nos apremia

(cf. 2 Co 5, 14-20)



Preparados conjuntamente por

el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos


y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias



Los textos bíblicos en español reproducidos en este folleto están tomados
de la Biblia Traducción Interconfesional (BTI), Biblioteca de Autores
Cristianos, Editorial Verbo Divino, Sociedades Bíblicas Unidas, Madrid 2008. Las
abreviaturas de los libros de la Biblia también son las que se utilizan en la
BTI




A TODOS LOS QUE ORGANIZAN
LA SEMANA DE ORACIÓN
POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS



Buscar la unidad durante todo el año


En el hemisferio norte la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
se celebra tradicionalmente del 18 al 25 de enero. Estas fechas fueron
propuestas en 1908 por Paul Watson para cubrir el periodo entre la fiesta de san
Pedro y la de san Pablo, que tienen un hondo significado. En el hemisferio sur
donde el mes de enero es tiempo de vacaciones de verano, las Iglesias
frecuentemente adoptan otras fechas para celebrar la Semana de Oración, por
ejemplo en torno a Pentecostés (sugerido por el movimiento Fe y Constitución en
1926), que representa también otra fecha significativa para la unidad de la
Iglesia. Teniendo presente esta exigencia de flexibilidad, invitamos a utilizar
estos materiales a lo largo de todo el año para expresar el grado de comunión
que las Iglesias ya han alcanzado y para orar juntos para llegar a la plena
unidad querida por Cristo.


Adaptar los textos


Estos materiales se ofrecen con el entendimiento de que siempre que sea
posible se adaptarán para ser utilizados localmente. Al hacerlo, se deberán
tener en cuenta las prácticas litúrgicas y devocionales locales así como el
contexto socio-cultural. Tal adaptación debería hacerse a través de una
colaboración ecuménica. En algunos lugares estas estructuras ecuménicas para
adaptar los materiales ya existen; en otros, esperamos que la necesidad de que
sean adaptados constituya un estímulo para la creación de estas estructuras. .





Cómo utilizar los textos de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos


  • Para las Iglesias y las comunidades cristianas que celebran juntas la Semana de
    Oración en un solo acto se ofrece un modelo de Celebración ecuménica.
  • Las Iglesias y las comunidades cristianas pueden igualmente incorporar a sus
    propias celebraciones oraciones y textos de la Semana de Oración. Las oraciones
    de la Celebración ecuménica y del Octavario y las reflexiones
    sobre los textos bíblicos pueden también utilizarse según se considere oportuno
    en cada situación.
  • Las Iglesias y comunidades cristianas que celebran la Semana de Oración por la
    Unidad de los Cristianos cada día de la semana, pueden encontrar sugerencias en
    los textos propuestos para el Octavario.
  • A las personas que desean realizar estudios bíblicos sobre el tema de la Semana
    de Oración, pueden servir de apoyo los textos y las reflexiones bíblicas
    propuestas para el Octavario. Las reflexiones que se tengan cada día
    pueden terminar con un momento final de oración de intercesión.
  • Para las personas que desean orar en privado, los textos de este folleto pueden
    ayudar a focalizar las intenciones por las que oran y a que se sientan en
    comunión con otros que en todo el mundo oran por una mayor unidad visible de la
    Iglesia de Cristo.



TEXTO BÍBLICO PARA EL 2017
(2 Corintios 5, 14-20)
En todo caso, es el amor de Cristo el que nos apremia, al
pensar que, si uno murió por todos, todos en cierto modo han muerto. Cristo, en
efecto, murió por todos, para que quienes viven, ya no vivan más para sí mismos,
sino para aquel que murió y resucitó por ellos. Así que en adelante a nadie
valoramos con criterios humanos. Y si en algún tiempo valoramos a Cristo con
esos criterios, ahora ya no. Quien vive en Cristo es una nueva criatura; lo
viejo ha pasado y una nueva realidad está presente.
Todo se lo debemos a Dios que nos ha puesto en paz con él
por medio de Cristo y nos ha confiado la tarea de llevar esa paz a los demás.
Porque sin tomar en cuenta los pecados de la humanidad, Dios hizo la paz con el
mundo por medio de Cristo y a nosotros nos ha confiado ese mensaje de paz.
Somos, pues, embajadores de Cristo y es como si Dios mismo os exhortara
sirviéndose de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que hagáis las paces con
Dios. Al que no tuvo experiencia de pecado, Dios lo trató por nosotros como al
propio pecado, para que, por medio de él, experimentemos nosotros la fuerza
salvadora de Dios.
Biblia Traducción Interconfesional (BTI)

INTRODUCCIÓN AL TEMA PARA EL AÑO 2017
Reconciliación. El amor de Cristo nos
apremia (cf. 2 Co 5, 14-20)
Alemania: Tierra de la Reforma luterana
En 1517 Martín Lutero levantó preocupaciones
acerca de lo que él consideraba abusos en la Iglesia de su tiempo haciendo
públicas sus 95 tesis. 2017 es el 500 aniversario de este acontecimiento crucial
en el movimiento de la Reforma que ha marcado la vida de la Iglesia occidental a
lo largo de muchos siglos. Este acontecimiento ha sido un tema controvertido en
la historia de las relaciones intereclesiales en Alemania también en los últimos
años. La Iglesia Evangélica de Alemania (EKD) ha estado preparando este
aniversario desde 2008, centrándose cada año en un aspecto concreto de la
Reforma, por ejemplo: la Reforma y la política o la Reforma y la educación. La
EKD también ha invitado a sus interlocutores ecuménicos en varios niveles a que
ayuden a conmemorar los acontecimientos de 1517.
Después de extensos y a veces difíciles
debates, las Iglesias de Alemania han alcanzado el acuerdo de que la forma de
conmemorar ecuménicamente la Reforma debía ser con una Christusfest, una
celebración de Cristo. Si se pone el énfasis en Jesucristo y en su obra
reconciliadora como centro de la fe cristiana, los interlocutores ecuménicos de
la EKD (católicos romanos, ortodoxos, baptistas, metodistas, menonitas y otros)
podrían participar en las celebraciones del aniversario.
Si se tiene en cuenta que la historia de la
Reforma se ha caracterizado por una dolorosa división, este es un logro muy
considerable. La Comisión Luterano-Católico Romana sobre la Unidad ha trabajado
mucho para llegar a un entendimiento compartido de la conmemoración. Su
importante informe Del conflicto a la comunión reconoce que las dos
tradiciones se acercan a este aniversario en una época ecuménica, con los logros
de 50 años de diálogo a sus espaldas y con una comprensión nueva de su propia
historia y de la teología. Separando lo que es polémico de las cosas buenas de
la Reforma, los católicos ahora son capaces de prestar sus oídos a los desafíos
de Lutero para la Iglesia de hoy, reconociéndole como un «testigo del evangelio»
(Del conflicto a la comunión, 29). Y así, después de siglos de mutuas
condenas y vilipendios, los católicos y los luteranos en 2017 conmemorarán por
primera vez juntos el comienzo de la Reforma.
De este acuerdo y del más amplio contexto
ecuménico surge el potente tema de este año de la Semana de Oración por la
Unidad de los Cristianos: «Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia (2 Co
5, 14)».
El Consejo de las Iglesias de Alemania (ACK)
y el aniversario de la Reforma en 2017
El Consejo de las Iglesias de Alemania (ACK,
siglas en alemán) lanzó varios proyectos para conmemorar el 1517. Uno se
titulaba: «Descubrir de nuevo los tesoros de la Biblia». En él, de una forma que
recordaba la importancia que Martín Lutero otorgaba al significado de la Biblia,
las Iglesias miembros del ACK redactaron textos que describían su forma de
aproximarse a la Biblia; estos se publicaron posteriormente en un folleto.
Además, el ACK puso en marcha una «peregrinación» simbólica a varios templos en
Wittenberg de las Iglesias miembros del Consejo. Cada congregación visitó,
expresó y celebró su propia relación única con la Biblia. En abril de 2015, el
ACK también organizó una conferencia con el título: «¿Divididos
irreparablemente? ¿Una nueva bendición? 500 años de la Reforma desde distintas
perspectivas ecuménicas», cuyas actas están publicadas.
En este contexto del aniversario, el Consejo
de las Iglesias de Alemania (ACK), invitado por el Consejo Mundial de las
Iglesias, asumió la tarea de elaborar los materiales para la Semana de Oración
por la Unidad de los Cristianos de este año. Un comité compuesto por diez
miembros que representaban distintas Iglesias se reunió tres veces en 2014/2015
para redactar los textos requeridos. Se puso un énfasis especial en la
preparación de la celebración ecuménica de la Semana. Los materiales deberían
servir para la Semana de Oración y al mismo tiempo para conmemorar la Reforma
luterana.
El tema de la Semana de Oración por la
Unidad de los Cristianos 2017
Cuando el comité nacional alemán de
planificación se reunió en otoño de 2014, enseguida se vio con claridad que los
materiales para esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos tendrían
que poner dos énfasis: por un lado, debería haber una celebración de la gracia y
el amor de Dios, la «justificación de la humanidad a través de la sola gracia»,
reflejando la preocupación principal de las Iglesias marcadas por la Reforma de
Martín Lutero. Por otro lado, también se debería reconocer el dolor por las
profundas divisiones subsiguientes que afligieron a la Iglesia, hablar
claramente de culpa y ofrecer una oportunidad para dar pasos hacia la
reconciliación.
Finalmente, fue la Exhortación Apostólica del
papa Francisco de 2013

Evangelii Gaudium
(«La alegría del Evangelio») la que aportó el tema de
este año, al utilizar la cita: «El amor de Cristo nos apremia» (número 9). Con
este texto de la Escritura (2 Co 5, 14), tomado en el contexto de todo el quinto
capítulo de la segunda Carta a los Corintios, el comité alemán formuló el tema
para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2017.
El texto bíblico: 2 Co 5, 14-20
El texto bíblico subraya que la reconciliación
es un don de Dios destinado a toda la creación: «Porque sin tomar en cuenta los
pecados de la humanidad, Dios hizo la paz con el mundo (kosmos) por medio de
Cristo y a nosotros nos ha confiado ese mensaje de paz» (v.19). Como
consecuencia de la acción de Dios, la persona que ha sido reconciliada en Cristo
está llamada a su vez a proclamar esta reconciliación con palabras y obras: «El
amor de Cristo nos apremia» (v.14). «Somos, pues, embajadores de Cristo y es
como si Dios mismo os exhortara sirviéndose de nosotros. En nombre de Cristo os
pedimos que hagáis las paces con Dios» (v.20). El texto pone de relieve que esta
reconciliación no se da sin sacrificio: Jesús entregó su vida, murió por todos.
Los embajadores de la reconciliación están llamados, en su nombre, a dar su vida
de forma parecida. Ya no viven para sí mismos; viven para aquel que por ellos
murió.
Los ocho días y la celebración ecuménica
El texto 2 Co 5,14-20 da forma a las
reflexiones de los ocho días, que desarrollan algunas de las enseñanzas
teológicas de los diferentes versículos, como sigue:
Día 1: Uno murió por todos
Día 2: Ya no vivan más para sí mismos
Día 3: A nadie valoramos con criterios humanos
Día 4: Lo viejo ha pasado
Día 5: Una nueva realidad está presente Día 6:
Dios nos ha reconciliado con él
Día 7: El ministerio de la reconciliación
Día 8: Reconciliados con Dios
En la celebración ecuménica, el hecho de que
Dios ha reconciliado consigo el mundo es motivo para celebrar. Pero esto también
tiene que incluir nuestra confesión de pecado antes de escuchar la proclamación
de la Palabra y beber del profundo pozo de la misericordia de Dios. Solo
entonces podremos dar testimonio ante el mundo de que la reconciliación es
posible.
Apremiados a dar testimonio
El amor de Cristo nos apremia a orar, pero
también a ir más allá de nuestras oraciones por la unidad entre los cristianos.
Las Iglesias y las congregaciones necesitan el don de la reconciliación con Dios
como fuente de vida. Pero aún más, lo necesitan para su testimonio común ante el
mundo: «Te pido que todos vivan unidos. Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti,
que también ellos estén en nosotros. De este modo el mundo creerá que tú me has
enviado» (Juan 17, 21).
El mundo necesita embajadores de
reconciliación que rompan barreras, construyan puentes, hagan la paz, abran
puertas a nuevas formas de vida en el nombre de aquel que nos reconcilió con
Dios, Jesucristo. Su Espíritu Santo nos conduce por el camino de la
reconciliación en su nombre.
Mientras se escribía este texto en 2015,
muchas personas e Iglesias en Alemania practicaban la reconciliación ofreciendo
hospitalidad a los numerosos refugiados que llegaban de Siria, Afganistán,
Eritrea y de países de los Balcanes occidentales, buscando protección y una
nueva vida. La ayuda concreta y las importantes acciones que se llevaron a cabo
contra el odio al extranjero fueron un claro testimonio de reconciliación para
la población alemana. Como embajadores de reconciliación, las Iglesias ayudaron
activamente a los refugiados a encontrar nuevas viviendas y, al mismo tiempo,
intentaban mejorar las condiciones de vida en sus países de origen. Actos
concretos de ayuda son tan necesarios como orar juntos por la reconciliación y
la paz si queremos que aquellos que están escapando de situaciones terribles
puedan tener algo de esperanza y de consuelo.
¡Que la fuente de la gracia reconciliadora de
Dios pueda manar en la Semana de Oración de este año, de modo que muchas
personas puedan encontrar paz y se puedan construir puentes! ¡Que muchas
personas e Iglesias sean apremiadas por el amor de Cristo a vivir vidas
reconciliadas y a derribar los muros que dividen!


PREPARACIÓN DE LOS MATERIALES

PARA LA SEMANA DE ORACIÓN

POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2017
El trabajo inicial sobre el tema del material para la Semana de Oración de este
año fue llevado a cabo por un grupo de representantes de diferentes comunidades
cristianas de Alemania. Este comité nacional fue reunido por el Grupo de Trabajo
de las Iglesias Cristianas en Alemania (Arbeitsgemeinschaft christlicher
Kirchen/ACK
), dirigido por la Dra. Elisabeth Dieckmann.
El agradecimiento se hace extensivo a las personas responsables del ACK, a los
miembros del comité nacional y a todos los que han contribuido a estos
materiales:
  • Mons. Dr. Eberhard Amon (obispo, Conferencia Episcopal de Alemania)
  • Pastor Bernd Densky (pastor baptista, consultor del ACK)
  • Dra. Elisabeth Dieckmann (secretaria del ACK, Iglesia Católica)
  • Sra. Leonie Grüning (pastora, Iglesia Evangélica de Alemania /EKD)
  • Sra. Anette Gruschwitz (pastora, Iglesia Metodista)
  • Arcipreste Constantin Miron (arzobispo, Conferencia de los Obispos Ortodoxos)
  • Padre Scott Morrison, (pastor, Iglesia Evangélica-Luterana Independiente)
  • Sra. Ruth Raab-Zerger (Iglesia Menonita)
  • Dra. Dagmar Stoltmann-Lukas (asesora del Vicariato General de los Obispos)
  • Sr. Jan-Henry Wanink (pastor, Iglesia Reformada de Alemania)
  • Sra. Allison Werner-Hoenen (pastora, Iglesia Evangélica de Alemania/EKD)
  • Sr. Marc Witzenbacher (asesor de la Iglesia Evangélica de Alemania /EKD).
Los textos propuestos en este folleto se terminaron de redactar en una reunión
del comité internacional nombrado por la Comisión Fe y Constitución del Consejo
Mundial de las Iglesias y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad
de los Cristianos. Los miembros del Comité se reunieron con el comité nacional
en septiembre de 2015 en el Hotel Lutero de Wittenberg (Alemania). Agradecen
mucho al ACK su generosa acogida de la reunión y su amable hospitalidad. Quieren
dar las gracias de manera especial a Bernd Densky, que preparó todo lo necesario
para facilitar la reunión y cuidó de cada uno de los participantes. El grupo de
trabajo también fue acompañado con gran generosidad en una visita guiada por
Wittenberg y Eisleben a cargo de Jürgen Dittrich, un pastor luterano local que
es el responsable para la labor ecuménica en la Iglesia local de Saxonia-Anhalt.
Se comenzó visitando Wittenberg, la ciudad en la que Lutero vivió con su familia
y trabajó después de haber dejado el monasterio de Erfurt. Se visitó también la
famosa iglesia del castillo en la que el reformador alemán clavó sus 95 tesis.
El grupo también visitó el lugar de nacimiento de Lutero y la iglesia en la que
fue bautizado en Eisleben. Estas visitas ofrecieron la posibilidad de
profundizar más en el significado excepcional y la influencia de Martín Lutero
para la Reforma en Alemania.
Ayudó mucho a entender el contexto religioso de Alemania, sobre todo de Alemania
del Este, una reunión que se celebró una de las tardes con representantes
locales de las distintas comunidades cristianas.

CELEBRACIÓN ECUMÉNICA

Introducción
Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia

(cf. 2 Corintios 5, 14-20)

Conmemoración del 500 aniversario de la Reforma


Las Iglesias en Alemania decidieron conmemorar este aniversario como una
Christusfest
(una celebración ecuménica de Cristo). La Reforma fue la
ocasión para volver a centrarse en la salvación por la gracia a través de la fe
en Jesucristo. Nos regocijamos en la salvación de Dios que tiene su centro en la
cruz de Cristo, que supera las divisiones y nos une. Esta celebración confiesa
sin medias tintas los pecados de división que siguieron a la Reforma. Esta
oración común quiere celebrar a Cristo y su acción reconciliadora que mueve el
corazón de los cristianos divididos a ser embajadores de Cristo como ministros
de la reconciliación.


Contenido de la celebración


El tema «Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia (2 Co 5, 14-20)» celebra
la irrevocable reconciliación que hemos recibido a través de la fe en
Jesucristo. El amor de Cristo es la fuerza motora que nos empuja a ir más allá
de nuestras divisiones para realizar actos de reconciliación.


Por medio de salmos y cantos nos reunimos en el nombre de Jesús alabando las
acciones maravillosas de Dios. Confesamos nuestros pecados de división y hacemos
nuestra petición de perdón. La proclamación de la Palabra pone de relieve la
acción reconciliadora de Cristo como «aquel que murió por todos» (v. 14). Los
fieles responden a esta Buena Noticia aceptando la invitación a ser ministros de
reconciliación.


Actos simbólicos en la celebración


El muro


El año 1989 vio la caída del muro de Berlín que dio comienzo al Movimiento de
Oración por la Paz en la República Democrática Alemana (Alemania del Este), con
personas poniendo velas en sus ventanas y puertas y orando por la libertad.
Horst Sindermann, uno de los líderes de la RDA, señaló: «Habíamos planificado
todo. Estábamos preparados para todo, pero no para velas y oraciones». Por este
motivo representamos con la construcción y el desmantelamiento de un muro la
división de los cristianos y la reconciliación que perseguimos. Esto puede
volverse un símbolo de esperanza en cualquier situación en que la división
parece insuperable. De este modo, la construcción de un muro simbólico en la
confesión de los pecados, su presencia visible durante la proclamación de la
Palabra y, por último, su desmantelamiento para formar una cruz como signo de
esperanza, nos da fuerza para dar nombre a estas divisiones terribles y para
superarlas con la ayuda de Dios.


Orientaciones/Material: La construcción y el desmantelamiento del muro


«La división debida a nuestro pecado»: después de una breve introducción,
algunos miembros de la asamblea construirán un muro de separación para
representar los pecados y la división que confesamos. Este muro se mantendrá en
pie hasta el momento de la celebración titulado «Responde con fe, vive
reconciliado». En este momento las piedras se quitarán del muro y se dispondrán
en forma de cruz.


Dependiendo del tamaño del lugar de la celebración, se necesitarán los
siguientes materiales para esta acción simbólica: 12 cajas del mismo tamaño
(cajas de transporte, cajas de zapatos) recubiertas de papel de embalaje para
simbolizar las piedras. En la parte frontal de cada caja se escribirá un
concepto clave (falta de amor, odio y desprecio, acusación falsa,
discriminación, persecución, comunión rota, intolerancia, guerras de religión,
división, abuso de poder, aislamiento, orgullo). Mientras se proclama cada
pecado, se coloca la piedra en su lugar para ir construyendo el muro. Después de
un momento de silencio, los que han llevado la piedra hacen una petición de
perdón a la que la asamblea contesta: «perdónanos nuestros pecados como nosotros
perdonamos a los que pecan contra nosotros».


Después de la proclamación de la Palabra que termina con el sermón, se hace una
oración por la reconciliación. Mientras se desmantela el muro y las piedras se
colocan en forma de cruz, se canta un canto de reconciliación o un himno de
alabanza a la cruz.


En las celebraciones con grupos pequeños, una alternativa podría ser sustituir o
ampliar los conceptos clave con testimonios personales. En la primera parte,
estos testimonios deberían referirse a situaciones que han causado daño a los
demás. En la segunda parte de la respuesta de fe, se podrían contar historias de
reconciliación y de actos de reparación.


Velas


Después del Credo se proponen cuatro plegarias de intercesión. Después de cada
petición, tres personas encienden sus velas de una fuente central de luz (por
ejemplo, un cirio pascual) y se quedan de pie alrededor de la cruz hasta el
momento titulado «mandato de Cristo». Después del mandato, las tres personas
pasan la luz al resto de la asamblea hasta que todas las personas tengan
encendidas sus velas. La celebración termina con una bendición y el envío.







DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN

Destinados a proclamar las grandezas de Dios

(cfr. 1 Pedro 2, 9)



P  Presidente

A  Asamblea

L  Lector


I. Reunidos en el nombre de Jesús


Himno de entrada (elegido localmente)

Procesión con la Biblia / Leccionario


Apertura


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


A  Amén.


P  La gracia y la paz de Dios, que nos ha reconciliado consigo por
medio de Jesucristo, esté con todos vosotros (2 Co 5, 18).


A  Y también contigo.


Palabras introductorias


Queridos hermanos y hermanas en Cristo: este año muchos cristianos e
Iglesias conmemoran el aniversario de la Reforma. San Pablo nos recuerda que
Dios nos ha reconciliado consigo por medio de Jesucristo y que el amor de Cristo
nos apremia a ser ministros de reconciliación. ¡Adoremos y alabemos juntos a
Dios en la unidad del Espíritu Santo!


Salmo 98 (cantado) o un himno de alabanza


II. Divididos por nuestros pecados (arrepentimiento)


Invitación al arrepentimiento


P A lo largo de la historia han existido muchos movimientos de renovación
en la Iglesia, que siempre está necesitada de una mayor conversión a su cabeza,
Jesucristo. A veces estos movimientos han dado lugar a divisiones no queridas.
Este hecho contradice lo que Jesús pidió al Padre en Juan 17, 23: «Como tú vives
en mí, vivo yo en ellos para que alcancen la unión perfecta y así el mundo
reconozca que tú me has enviado y que los amas a ellos como me amas a mí».
¡Confesemos nuestros pecados y oremos para obtener el perdón y la sanación de
las heridas que han causado nuestras divisiones! Mientras nombramos estos
pecados veremos cómo se van transformando en un muro que nos separa.


Silencio


P  Oremos: Dios y Padre del cielo, nos acercamos a ti en el nombre de
Jesús. Experimentamos la vida nueva a través del Espíritu Santo, pero seguimos
construyendo muros que nos dividen, muros que impiden la comunión y la unidad.
Traemos hoy estas piedras con las que construimos nuestros muros y oramos para
obtener perdón y sanación.


A  Amén.


Mientras se nombra cada pecado, se trae la piedra correspondiente para construir
el muro. Después de un momento de silencio, el portador de la piedra [L] hace
una petición de perdón y la asamblea contesta: «perdónanos nuestros pecados como
nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros».



P  Una piedra de nuestro muro es «falta de amor».

Se coloca la piedra con el concepto clave «falta de amor».
L1 Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por
todas las veces en las que no hemos amado. Oramos humildemente:
A Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



P  Una piedra de nuestro muro es «odio y desprecio».

Se coloca la piedra con el concepto clave «odio y desprecio».
L2  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por
nuestro odio y desprecio de unos contra otros. Oramos humildemente:


A Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



Una piedra de nuestro muro es «falsa acusación».

Se coloca la piedra con el concepto clave «falsa acusación».
L3  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por
denunciar y acusarnos falsamente unos a otros. Oramos humildemente:


A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



Una piedra de nuestro muro es «discriminación».

Se coloca la piedra con el concepto clave clave «discriminación».


L4  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por
todas las formas de prejuicios y discriminaciones de unos contra otros. Oramos
humildemente:


A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!»

Los comités locales eligen sus propias respuestas cantadas.
Una piedra de nuestro muro es «persecución».

Se coloca la piedra con el concepto clave «persecución».
L5  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por
perseguir y torturarnos unos a otros. Oramos humildemente:


A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



Una piedra de nuestro muro es «comunión rota».

Se coloca la piedra con el concepto clave clave «comunión rota».
L6  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por
mantener rota la comunión entre nuestras Iglesias. Oramos humildemente:


A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



Una piedra de nuestro muro es «intolerancia».

Se coloca la piedra con el concepto clave intolerancia».
L7  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por
desterrar a nuestros hermanos y hermanas de nuestra patria común en el pasado y
por los actos de intolerancia religiosa de hoy. Oramos humildemente:


A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



Una piedra de nuestro muro es «guerras de religión».

Se coloca la piedra con el concepto clave «guerras de religión».
L8  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por
todas las guerras que hemos librado unos contra otros en su nombre. Oramos
humildemente:


A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!»


Una piedra de nuestro muro es «división».

Se coloca la piedra con el concepto clave «división».
L9  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por
vivir nuestras vidas cristianas divididos unos de otros y alejados de nuestra
común vocación a favor de toda la creación. Oramos humildemente:


A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



Una piedra de nuestro muro es «abuso de poder».

Se coloca la piedra con el concepto clave «abuso de poder».
L10  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por
nuestro abuso de poder. Oramos humildemente:


A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



Una piedra de nuestro muro es «aislamiento».

Se coloca la piedra con el concepto clave «aislamiento».



L11  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por las
veces en las que nos hemos aislado de nuestros hermanos y hermanas cristianos y
de las comunidades en las que vivimos. Oramos humildemente:


A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



Una piedra de nuestro muro es «orgullo».

Se coloca la piedra con el concepto clave «orgullo».
L12  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por
nuestro orgullo. Oramos humildemente:


A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan
contra nosotros.



Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!»


P  Oremos: Señor, Dios nuestro, mira este muro que hemos construido, que
nos separa de ti y de los demás. ¡Perdónanos nuestros pecados! ¡Sánanos!
¡Ayúdanos a superar todos los muros de división y haznos uno en ti!


A  Amén.


Himno/Canto/Música meditativa


III. Reconcíliate con Dios, escucha la Palabra de Dios


Primera lectura: Ezequiel 36, 25-27

Salmo responsorial: Salmo 18, 25-32 (cantado)


Respuesta: Te amo, Señor, fortaleza mía.


Eres fiel con quien es fiel,

honrado con el honrado,

sincero con el sincero,

sagaz con el retorcido.

Porque tú salvas al pueblo humillado

y abates las miradas altivas.

Respuesta: Te amo, Señor, fortaleza mía.


Tú enciendes mi lámpara, Señor,

iluminas, ¡oh Dios!, mi oscuridad.

Contigo me lanzo al asalto,

con mi Dios franqueo la muralla.

El camino de Dios es perfecto,

la palabra del Señor exquisita;

es un escudo para los que en él confían.

Pues, ¿quién es Dios, aparte del Señor?

¿Quién una fortaleza, sino nuestro Dios?

Dios es quien me ciñe de fuerza

y hace perfecto mi camino.

Respuesta:Te amo, Señor, fortaleza mía.


Segunda lectura: 2 Co 5, 14-20

Aleluya (cantado)


Evangelio: Lucas 15, 11-24

Aleluya (cantado)


Sermón


IV.     Responde con fe, vive reconciliado



Mientras se desmantela el muro y se colocan las piedras en forma de cruz, se
canta un canto de reconciliación o un himno a la gloria de la cruz.



P  Oremos: Dios de bondad y Padre del cielo, hemos escuchado tu Palabra de
la reconciliación contigo por medio de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Por la
fuerza del Espíritu Santo transforma nuestros corazones de piedra. Ayúdanos a
ser ministros de reconciliación y a sanar las divisiones en nuestras Iglesias
para que podamos servirte mejor como instrumentos de tu paz en el mundo.


A  Amén.


La paz


P  La paz del Señor esté siempre con vosotros.

Démonos una señal de paz.
Himno/Canto

(Colecta/Ofertorio)



V. Responde con fe, proclama la reconciliación


Credo


Oraciones de intercesión

Después de cada petición, tres personas encienden sus velas de una fuente
central de luz (por ejemplo, un cirio pascual) y se quedan de pie junto a la
cruz hasta el momento titulado «mandato de Cristo».



L1  Dios todopoderoso, has enviado a tu Hijo Jesucristo para reconciliar al
mundo contigo. Te alabamos por aquellos que mandas en el poder del Espíritu a
proclamar el Evangelio a todas las naciones. Te damos gracias porque en todas
las partes del mundo ha surgido una comunidad de amor reunida por sus oraciones
y sus trabajos y de que en todas partes tus siervos invocan tu nombre. Que tu
Espíritu despierte en cada comunidad hambre y sed de unidad en ti. Oremos al
Señor:


Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.

Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del
cirio pascual.



L2 Dios de bondad, oramos por nuestras Iglesias. Llénalas de toda paz y verdad.
Donde la fe se ha corrompido, purifícala; donde las personas se pierden,
redirígelas; donde dejan de proclamar el Evangelio, refórmalas; donde dan
testimonio de lo que es justo, refuérzalas; donde pasan necesidad, atiéndelas;
donde están divididas, reúnelas. Oremos al Señor:


Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.

Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del
cirio pascual.



L3  Dios creador, nos has hecho a tu imagen y nos has redimido por medio de
Jesucristo, tu Hijo. Mira con compasión a toda la familia humana; quita de
nosotros la soberbia y el odio que infectan nuestros corazones; rompe los muros
que nos separan; únenos con lazos de amor. Y también en nuestras debilidades,
sigue obrando para realizar tu propósito en el mundo, para que todos los pueblos
y las naciones te puedan servir en armonía en torno a tu trono celestial. Oremos
al Señor:


Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.

Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del
cirio pascual.



L4  Espíritu Santo, dador de vida, hemos sido creados para llegar a la
plenitud en ti y compartir esta vida con nuestros hermanos y hermanas en el
mundo. Despierta en cada uno de nosotros tu compasión y tu amor. Danos fuerza y
valor para luchar por la justicia en nuestros vecindarios, para construir la paz
dentro de nuestras familias, para confortar a los enfermos y moribundos y para
compartir todo lo que tenemos con los que pasan necesidad. Por la transformación
de cada corazón humano, oremos al Señor:


Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.

Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del
cirio pascual.



Oración del Señor


Padre nuestro,

que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu reino;

hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.

Porque tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria

por los siglos de los siglos. Amén.


VI. Embajadores de Cristo, ministros de reconciliación


Mandato de Cristo


Los doce ministros pasan la luz a través de la asamblea hasta que cada persona
tenga una vela encendida.



P  Una vela encendida es un signo profundamente humano: ilumina la
oscuridad, da calor y seguridad y crea comunidad. Es signo de Cristo, luz del
mundo. Como embajadores de Cristo llevaremos esta luz al mundo, a los lugares
oscuros en los que las luchas, los desacuerdos y las divisiones impiden un
testimonio común. ¡Que la luz de Cristo produzca la reconciliación en nuestros
pensamientos, palabras y obras!


¡Recibe la luz de Cristo y llévala a los lugares oscuros de nuestro mundo! ¡Sé
ministro de reconciliación! ¡Sé embajador de Cristo!






Bendición y envío


A ti clamamos, Dios rico en misericordia:

¡Que todos los que buscan la reconciliación experimenten tu ayuda

para que puedan proclamar tus obras maravillosas de Amor!

Pedimos esto en el nombre de tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor.


A  Amén.


P  Que la bendición de Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo descienda sobre vosotros y permanezca siempre.


A  Amén.


Podéis ir en la paz de Dios.


A  Demos gracias a Dios.


Himno/canto


Sonne der Gerechtigkeit, de Christian David (Rise, O Sun of Righteousness, traducción de Frank W.
Stoldt), u otro canto elegido por el comité local que prepara la celebración.






REFLEXIONES
BÍBLICAS

Y ORACIONES PARA EL OCTAVARIO



DÍA 1

Uno murió por todos (2 Corintios 5, 14)

Isaías 53, 4-12
Entregó su vida como ofrenda expiatoria

Salmo 118, 1. 14-29

No me ha entregado a la muerte
1 Juan 2, 1-2 Jesucristo murió para que nuestros pecados sean perdonados
Juan 15, 13-17 Dar la vida por los amigos



Comentario



Cuando Pablo se convirtió a Cristo llegó a un entendimiento radicalmente nuevo:
una persona murió por todos. Jesús no murió solo por su pueblo, ni solo por
aquellos que simpatizaban con sus enseñanzas. Murió por todos los pueblos,
pasados, presentes y futuros. Muchos cristianos, fieles al Evangelio, han
entregado sus vidas por sus amigos a lo largo de los siglos. Una de estas
personas fue el franciscano Maximiliano Kolbe, que fue encarcelado en el campo
de concentración nazi de Auschwitz, y que en 1941, voluntariamente, entregó su
vida para que un compañero prisionero pudiera vivir.


Ya que Cristo murió por todos, «todos en cierto modo han muerto» (2 Co 5, 14).
Muriendo con Cristo, nuestro viejo modo de vida se ha vuelto una cosa del pasado
y hemos entrado en una nueva forma de existencia: la vida en abundancia –una
vida en la que podemos experimentar consuelo, confianza y perdón, también hoy–
una vida que continúa teniendo sentido también después de la muerte. Esta nueva
vida es vida en Dios.


Habiendo llegado a este entendimiento, Pablo sentía que el amor de Cristo lo
apremiaba a predicar la Buena Noticia de la reconciliación con Dios. Las
Iglesias cristianas comparten este mismo mandato de proclamar el mensaje
evangélico. Debemos preguntarnos a la luz de nuestras divisiones cómo podemos
anunciar este Evangelio de la reconciliación.


Preguntas


  • ¿Qué significa decir que Jesús «murió por todos»?
  • El pastor alemán Dietrich Bonhoeffer escribía: «Soy hermano de otra persona
    gracias a lo que Jesucristo hizo por mí y me hizo a mí; la otra persona se ha
    vuelto un hermano para mí gracias a lo que Jesucristo hizo por él». ¿Cómo afecta
    esto a la forma en la que veo a los demás?
  • ¿Cuáles son las consecuencias de esto para el diálogo ecuménico e
    interreligioso?
Oración


Dios y Padre,

en Jesús nos diste a aquel que murió por todos.

Él vivió nuestra vida y murió nuestra muerte.

Tú aceptaste su sacrificio y lo elevaste a una nueva vida junto a ti.

Concédenos a nosotros, que hemos muerto con él,

poder hacernos uno por el Espíritu Santo,

y vivir en la abundancia de tu divina presencia

ahora y por siempre. Amén







DÍA 2

Ya no vivan más para sí mismos (2 Corintios 5, 15)




Miqueas 6, 6-8
Se te ha hecho conocer lo que está bien
Salmo 25, 1-5 Señor, muéstrame tus caminos
1 Juan 4, 19-21 Amemos, pues, nosotros porque Dios nos amó primero
Mateo 16, 24-26
El que entregue su vida por mi causa, ese la encontrará


Comentario



Por medio de la muerte y la resurrección de Jesucristo hemos sido liberados de
crearnos nuestro propio sentido y de vivir solo a partir de nuestras fuerzas.
Por el contrario, vivimos en el poder dador de vida de Cristo, que vivió, murió
y resucitó por nosotros. Cuando «perdemos» nuestra vida por él, la encontramos.


Los profetas se enfrentaron constantemente a la pregunta acerca del modo
correcto de vivir cara a Dios. El profeta Miqueas encontró una respuesta muy
clara a esta pregunta: «respetar el derecho, practicar con amor la misericordia
y caminar humildemente con tu Dios». El autor del salmo 25 sabía que no podemos
hacer esto por nuestra cuenta y clamaba a Dios para que le diera luz y fuerza.


En los últimos años, el aislamiento social y la creciente soledad se han vuelto
asuntos importantes en Alemania, como también en otras sociedades
contemporáneas. Los cristianos están llamados a desarrollar nuevas formas de
vida comunitaria en las que compartimos nuestros medios de sustento con los
demás y afianzamos la ayuda entre las generaciones. El llamamiento evangélico a
no vivir para nosotros mismos sino para Cristo es también un llamamiento a
abrirnos a los demás y a romper las barreras que nos aíslan.


Preguntas


  • ¿De qué manera nuestra cultura nos tienta a vivir solo para nosotros mismos en
    vez de para los demás?
  • ¿De qué formas podemos vivir para los demás en nuestra vida de todos los días?
  • ¿Cuáles son las implicaciones ecuménicas del llamamiento a no vivir ya para
    nosotros mismos?
Oración


Dios Padre nuestro,

en Jesucristo nos has liberado para una vida que va más allá de nosotros mismos.

Condúcenos con tu Espíritu

y ayúdanos a vivir nuestras vidas como hermanos y hermanas en Cristo,

que vivió, sufrió, murió y resucitó por nosotros

y que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.




DÍA 3

A nadie valoramos con criterios humanos(2 Corintios 5, 16)



1 Samuel 16, 1. 6-7 Pues vosotros os fijáis en las apariencias, pero yo miro al corazón
Salmo 19, 7-13
El mandamiento del Señor es nítido, llena los ojos de luz
Hechos 9, 1-19 Saulo se convierte en Pablo
Mateo 5, 1-12 Las bienaventuranzas

Comentario



Encontrarse con Cristo cambia todo de arriba a abajo. Pablo tuvo esa experiencia
de camino a Damasco. Por primera vez pudo ver a Jesús como quien era realmente:
el Salvador del mundo. Su perspectiva cambió radicalmente. Tuvo que poner a un
lado su juicio humano y mundano.


Encontrarnos con Cristo cambia también nuestra perspectiva. Sin embargo, muchas
veces permanecemos en el pasado y juzgamos según criterios humanos. Pretendemos
decir y hacer cosas «en el nombre del Señor», cuando en realidad pueden ser
autorreferenciales. A lo largo de la historia, en Alemania y en muchos otros
países, tanto las Iglesias como los gobernantes han abusado de su poder e
influencia para perseguir fines políticos injustos.


En 1741, los cristianos de la Iglesia de Moravia (Herrnhuter),
transformados por su encuentro con Cristo, respondieron al llamamiento de no
valorar a nadie con criterios humanos y eligieron «someterse al gobierno de
Cristo». Al someternos nosotros hoy al gobierno de Cristo, estamos llamados a
ver a los demás como los ve Dios, sin desconfianza ni prejuicios.


Preguntas


  • ¿Dónde puedo identificar yo experiencias de Damasco en mi vida?
  • ¿Qué es lo que cambia cuando miramos a los demás cristianos y a las personas de
    otras confesiones con los ojos de Dios?
Oración


Dios trino, eres el origen y el fin de todo lo que existe.

Perdónanos cuando solo pensamos en nosotros mismos

y nos ciegan nuestros propios criterios.

Enséñanos a ser amables, acogedores y misericordiosos,

para que podamos crecer en la unidad que es un don tuyo.

A ti sea el honor y la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.





DÍA 4

Lo viejo ha pasado (2 Corintios 5, 17)




Génesis 19, 15-26

 No mires atrás

Salmo 77, 5-15

Dios es siempre fiel
Filipenses 3, 7-14
Olvido lo que he dejado atrás

Lucas 9, 57-62

Pon tu mano en el arado


Comentario

Muchas veces vivimos desde el pasado. Mirar atrás puede ser útil y con
frecuencia es necesario para sanar la memoria, pero también nos puede paralizar
y nos puede impedir vivir en el presente. El mensaje de Pablo aquí es liberador:
«lo viejo ha pasado».


La Biblia nos anima a tener en cuenta el pasado, a tomar fuerzas de la memoria y
a recordar lo que Dios ha hecho, pero también nos pide dejar lo viejo, incluso
lo que ha sido bueno, para poder seguir a Cristo y vivir una vida nueva en él.


A lo largo de este año muchos cristianos están conmemorando la labor de Martín
Lutero y de otros reformadores. La Reforma cambió muchas cosas en la vida de la
Iglesia de occidente. Muchos cristianos dieron un testimonio heroico y muchos
fueron renovados en su vida cristiana. Al mismo tiempo, como nos muestra la
Escritura, es importante que el pasado no nos limite, sino que dejemos que el
Espíritu Santo nos abra a un nuevo futuro en el que se superen las divisiones y
el pueblo de Dios sea salvado.


Preguntas


  • ¿Qué podemos aprender al leer juntos la historia de nuestras divisiones y
    desconfianzas?
  • ¿Qué debe cambiar en mi Iglesia para superar las divisiones y fortalecer lo que
    nos une?
Oración


Señor Jesucristo,

el mismo ayer, hoy y siempre.

Cura las heridas de nuestro pasado;

bendice hoy nuestra peregrinación hacia la unidad

y condúcenos hacia tu futuro,

en el que serás todo en todos,

con el Padre y el Espíritu Santo,

por los siglos de los siglos. Amén.





DÍA 5

Una nueva realidad está presente (2 Corintios 5, 17)




Ezequiel 36, 25-27 Os daré un corazón nuevo
Salmo 126 Estamos alegres
Colosenses 3, 9-17 Renovados en Cristo
Juan 3, 1-8
Nacer del Espíritu

Comentario



Pablo se encontró con Cristo, el Señor resucitado, y se convirtió en una persona
nueva, así como le pasa a todos los que creen en Cristo. Esta nueva realidad no
es visible a simple vista. Es una realidad de fe. Dios vive en nosotros por el
poder del Espíritu Santo y nos hace participar en la vida de la Trinidad.


Por este acto de nueva creación se supera el pecado original y se nos inserta en
una relación salvífica con Dios. De ahí que se puedan decir cosas verdaderamente
extraordinarias de nosotros. Como dijo Pablo: en Cristo somos una nueva
criatura; en su resurrección la muerte ha sido vencida; ninguna persona o cosa
nos puede arrebatar de las manos de Dios; somos uno en Cristo y él vive en
nosotros. En Cristo somos «un reino de sacerdotes» (Ap 5, 10), al darle gracias
por haber vencido la muerte y al proclamar la promesa de una nueva creación.


Esta nueva vida se hace visible cuando le permitimos que tome forma en nosotros
y nos volvemos «compasivos, benignos, humildes, pacientes y comprensivos».
También tiene que hacerse visible en nuestras relaciones ecuménicas. Una
convicción común en muchas Iglesias es que cuanto más estemos en Cristo, más
cerca estaremos unas de otras. De un modo especial en este 500 aniversario de la
Reforma, recordamos tanto los éxitos como también las tragedias de nuestra
historia. El amor de Cristo nos apremia a vivir como nuevas criaturas, buscando
activamente la unidad y la reconciliación.


Preguntas


  • ¿Qué es lo que me ayuda a reconocer que soy una nueva creación en Cristo?
  • ¿Qué pasos tengo que dar para vivir mi nueva vida en Cristo?
  • ¿Cuáles son las implicaciones ecuménicas de ser una nueva creación?
Oración


Dios trino, te nos has revelado como Padre y Creador, como Hijo y Salvador, como
Espíritu y dador de vida, y sin embargo eres uno. Superas y trasciendes nuestras
fronteras humanas y nos renuevas. Danos un corazón nuevo para superar todo lo
que pone en peligro nuestra unidad en ti. Lo pedimos en el nombre de Jesucristo,
por el poder del Espíritu Santo. Amén.







DÍA 6

Dios nos ha reconciliado con él (2 Corintios 5, 18)





Génesis 17, 1-8     Dios hace una alianza con Abrahán
Salmo 98 Los confines de la tierra han visto la victoria de nuestro Dios
Romanos 5, 6- Dios nos ha restablecido en su amistad por la muerte de Cristo
Lucas 2, 8-14 Traer una Buena Noticia

Comentario




La reconciliación tiene dos caras: es al mismo tiempo fascinante y aterradora.
Nos atrae de modo que la deseamos: dentro de nosotros, entre nosotros y entre
nuestras diferentes tradiciones confesionales. Pero nos damos cuenta del precio
a pagar y esto nos aterra, ya que la reconciliación implica renunciar a nuestro
deseo de poder y de reconocimiento. En Cristo, Dios nos reconcilia gratuitamente
consigo, aunque nos hayamos separado de él. La acción de Dios, sin embargo,
trasciende también esto: Dios no solo reconcilia consigo a la humanidad, sino a
toda la creación.


En el Antiguo Testamento Dios es fiel y misericordioso con el pueblo de Israel,
con el que hizo una alianza. Esta alianza sigue vigente: «los dones y el
llamamiento divinos son irrevocables» (Rm 11, 29). Jesús, que inauguró la nueva
alianza en su sangre, era un hijo de Israel. Muchas veces a lo largo de la
historia nuestras Iglesias han fallado a la hora de reconocer esto. Desde el
Holocausto se ha vuelto un compromiso distintivo de las Iglesias en Alemania
combatir el antisemitismo. Del mismo modo, todas las Iglesias están llamadas a
llevar a cabo la reconciliación en sus comunidades y a resistir cualquier forma
de discriminación humana, ya que todos somos parte de la alianza de Dios.


Preguntas


  • ¿En cuanto comunidades cristianas cómo entendemos el formar parte de la alianza
    de Dios?
  • ¿Qué tipos de discriminación deben combatir nuestras Iglesias hoy en nuestra
    sociedad?
Oración


Dios misericordioso, desde el amor hiciste una alianza con tu pueblo. Danos
fuerza para resistir toda forma de discriminación. Haz que el don de tu alianza
de amor nos llene de alegría y nos inspire una mayor unidad. Te lo pedimos por
medio de Jesucristo, el Señor resucitado, que vive y reina contigo y el Espíritu
Santo por los siglos de los siglos. Amén.



DÍA 7

El ministerio de la reconciliación (2 Corintios 5, 18-19)




Génesis 50, 15-21 José se reconcilia con sus hermanos
Salmo 72 El reino de Dios trae justicia y paz
1 Juan 3, 16b-21 El amor de Dios nos obliga a amarnos unos a otros
Juan 17, 20-26 Jesús ora por la unidad de la Iglesia

Comentario
La reconciliación entre Dios y la humanidad es la realidad central de nuestra fe
cristiana. Pablo estaba convencido de que el amor de Cristo nos apremia a hacer
que la reconciliación de Dios se haga presente en todos los ámbitos de nuestra
vida. Hoy en día esto nos lleva a examinar nuestras conciencias acerca de
nuestras divisiones. Como demuestra la historia de José, Dios siempre otorga la
gracia necesaria para sanar las relaciones rotas.


Los grandes reformadores como Martín Lutero, Ulrico Zuinglio y Juan Calvino,
como también muchos que permanecieron católicos, como Ignacio de Loyola,
Francisco de Sales y Carlos Borromeo, intentaron conseguir que la Iglesia
occidental se renovara. Sin embargo, lo que debería haber sido una historia de
la gracia de Dios, estuvo también marcada por el pecado de los hombres y se
volvió una historia del desgarramiento de la unidad del pueblo de Dios. De la
mano del pecado y de las guerras, la hostilidad mutua y la sospecha fueron
creciendo a lo largo de los siglos.


El ministerio de la reconciliación incluye la tarea de superar las divisiones
dentro del cristianismo. Hoy en día, muchas Iglesias cristianas trabajan juntas
con mutuo respeto y confianza. Un ejemplo positivo de reconciliación ecuménica
es el diálogo entre la Federación Luterana Mundial y el Congreso Mundial
Menonita. Después de que se hicieron públicos los resultados de este diálogo en
el documento «La sanación de las memorias: reconciliación por medio de Cristo»,
las dos entidades organizaron juntas una celebración penitencial en 2010 que fue
seguida de otras celebraciones penitenciales por toda Alemania y en muchos otros
países.


Preguntas


  • ¿Dónde percibimos la necesidad de un ministerio de la reconciliación en nuestro
    contexto?
  • ¿Cómo estamos haciendo frente a esta necesidad?
Oración


Dios de toda bondad,

te damos gracias por habernos reconciliado

 a nosotros y a toda la creación contigo en Cristo.

Capacítanos a nosotros, a nuestras congregaciones

y a nuestras Iglesias para el ministerio de la reconciliación.

Sana nuestros corazones y ayúdanos a propagar tu paz.

«Donde haya odio, que sembremos amor; donde haya ofensa, perdón;

donde haya duda, fe; donde haya desesperación, esperanza;

donde haya tinieblas, luz; donde haya tristeza, gozo».

Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo,

por el poder del Espíritu Santo. Amén.



DÍA 8


Reconciliados con Dios

(2 Corintios 5, 20)







Miqueas 4, 1-5
En los últimos días reinará la justicia

Salmo 87
Maravillas se cuentan de ti, ciudad de Dios
Apocalipsis 21, 1-5a Dios hará un cielo nuevo y una tierra nueva
Juan 20, 11-18
Encontrarse con el Señor resucitado lleva a la misión personal
Comentario


¿Y si...? ¿Y si las profecías de la Biblia se hicieran realidad? ¿Y si las
guerras entre los pueblos se detuvieran y se hicieran de las armas instrumentos
de vida? ¿Y si la justicia de Dios y la paz reinaran, una paz que fuera más que
la simple ausencia de guerra? ¿Y si toda la humanidad se juntara para una
celebración en la que ni tan siquiera se marginara a una persona? ¿Y si no
hubiera ya luto, ni llanto, ni muerte? Sería la plenitud de la reconciliación
realizada por Dios en Jesucristo. ¡Sería el cielo!


Los salmos, los cánticos y los himnos cantan el día cuando toda la creación
llegada a su plenitud finalmente alcance su meta, el día en que Dios será «todo
en todos». Hablan de la esperanza cristiana, del cumplimiento del reino de Dios
en el que el sufrimiento se convertirá en alegría. En aquel día, la Iglesia será
revelada en su hermosura y gracia como el único cuerpo de Cristo. Siempre que
nos reunimos en el Espíritu para cantar juntos el cumplimiento de las promesas
de Dios, se abren los cielos y empezamos a bailar aquí y ahora al son de la
melodía de la eternidad.


Puesto que ya podemos experimentar esta presencia del cielo, celebremos juntos.
Podemos sentirnos inspirados para compartir imágenes, poesías y cantos de
nuestra tradición particular. Estos recursos pueden abrir espacios para que
experimentemos nuestra fe común y nuestra esperanza del Reino de Dios.


Preguntas


  • ¿Cómo te imaginas el cielo?
  • ¿Qué canciones, historias, poesías e imágenes de tu tradición te transmiten la
    sensación de estar participando en la realidad de la eternidad de Dios?
Oración


Dios trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te damos gracias por esta Semana de
Oración, por estar juntos como cristianos y por los distintos modos en que hemos
sentido tu presencia. Haz que siempre podamos alabar juntos tu santo nombre para
que podamos seguir creciendo en la unidad y la reconciliación. Amén.


o


Gloria canten a ti

las humanas y angélicas lenguas

con arpas y címbalos.

De doce perlas son las puertas

de tu ciudad; seremos compañeros

de los ángeles en torno a tu alto trono.

Ojo ninguno ha visto,

ni oído alguno percibió

una alegría tal.

Seremos felices,

¡oh, oh!,

eternamente en dulce júbilo.


(Traducción al castellano: Saúl Botero-Restrepo. Alemán: Wachet auf, ruft
uns die Stimme
de Philipp Nicolai (1599); inglés: Wake, awake, the night
is flying
(tercera stanza), traducida por Catherine Winkworth]





NOTA SOBRE
LA SITUACIÓN ECUMÉNICA EN ALEMANIA*
Trabajando juntos en una sociedad en cambio


De los 81 millones de habitantes que tiene hoy Alemania, más de 50 millones
son cristianos. La mayoría de ellos pertenece a la Iglesia Católica Romana o a
alguna de las Iglesias regionales protestantes que juntas conforman la Iglesia
Evangélica de Alemania (EKD). Aunque relativamente pequeñas, también hay
Iglesias «libres» e Iglesias ortodoxas; en efecto, todas las principales
tradiciones cristianas están hoy presentes en Alemania.


Hace siglos, Alemania estaba constituida por muchos reinos y principados
unificados por una Iglesia común. La Reforma, llevada a cabo, entre otros, por
Martín Lutero, condujo a cismas dentro del cristianismo occidental y, por
último, a guerras entre fuerzas católicas y protestantes. La Paz de Augsburgo
(1555) puso fin temporalmente a estos conflictos al disponer que los súbditos de
un reino o principado debían adherirse a la fe de sus gobernantes. Los que
tenían otra fe eran forzados a convertirse o a emigrar a otra región. Estas
disposiciones se aplicaban a los luteranos y a los católicos, pero no a los
seguidores de Calvino y a los anabaptistas que, por tanto, sufrieron la
persecución. La Paz de Augsburgo se mantuvo vigente más de seis décadas, hasta
el estallido de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Se restableció la paz
con la Paz de Westfalia, que reafirmaba la Paz de Augsburgo, pero esta vez
teniendo en cuenta a los calvinistas. Como resultado de todo ello, el pueblo
alemán vivía en una situación de aislamiento regional confesional. Era
impensable que dentro de una misma tierra soberana pudiese existir diversidad
confesional, y la hostilidad y desconfianza, alentadas por los horrores de la
guerra, iban en aumento.


El siglo XIX vio la llegada a Alemania de otras Iglesias y denominaciones,
entre ellas la baptista y metodista, como también de Iglesias antiguas (la
Iglesia Antigua Luterana, la Iglesia Antigua Reformada y la Iglesia Antigua
Católica). Estas Iglesias surgieron como consecuencia de movimientos de protesta
internos, por lo que eran pequeñas en número y por lo general no estaban muy
inclinadas a cultivar relaciones ecuménicas.


Después de la Segunda Guerra Mundial la situación de las Iglesias en Alemania
cambió significativamente. Alrededor de 12 millones de personas de ascendencia
alemana huyeron o fueron expulsadas de Europa del Este. Cuando se establecieron
en Alemania no se tuvo en cuenta la cuestión de la denominación a la que
pertenecían: hubo protestantes que se fueron a vivir a regiones católicas y
viceversa. Esto llevó a que se diera un mayor contacto entre católicos y
protestantes.


El crecimiento económico e industrial en la posguerra creó una demanda
laboral que condujo a la firma de acuerdos entre el Gobierno alemán y muchos
países mediterráneos sobre los «trabajadores huéspedes». De este modo, muchas
personas de Italia, España, Portugal, Grecia, Yugoslavia, Turquía, Marruecos y
Túnez emigraron a Alemania, lo que incrementó la diversidad confesional y
religiosa del país. Esto, de un modo especial, llevó a un aumento de la
presencia ortodoxa en Alemania. Aunque en un principio se pensó que estos
trabajadores regresarían a sus países de origen después de unos años (de ahí el
nombre de «trabajadores huéspedes»), muchos se quedaron y han dejado su huella
en la vida y la cultura de Alemania. En los años 80 tuvo lugar un crecimiento
del número de inmigrantes con raíces alemanas provenientes de la antigua Unión
Soviética, muchos de los cuales eran ortodoxos, baptistas o judíos. En estos
últimos años la guerra, el terror y la agitación social en el Medio Oriente,
África, Afganistán, Ucrania y muchos otros países, ha creado un gran movimiento
de refugiados. Aunque la mayoría de ellos huye a países vecinos, hay un
creciente número de migrantes que intenta buscar refugio en Alemania y en otros
países europeos.


En la antigua Alemania del Este las Iglesias, especialmente la Iglesia
protestante, jugaron un papel fundamental en los acontecimientos que llevaron a
la caída del muro de Berlín (1989) y del Gobierno comunista. Sin embargo, ni
siquiera esto pudo evitar que la fe cristiana perdiera su relevancia en Alemania
del Este. El periódico británico The Guardian llegó tan lejos como para
afirmar de Alemania del Este que era «el lugar más impío del mundo». El Gobierno
del partido comunista no fue, ni mucho menos, la única causa de esta falta de
religiosidad; la fe cristiana ya estaba perdiendo fuerza en Alemania del Este
antes de que el partido comunista llegara al poder. Allí, el ateísmo no es de
carácter agresivo, como el de los llamados «nuevos ateos». Por el contrario, se
caracteriza por una indiferencia muy arraigada hacia cualquier tipo de fe.
Cuando se les preguntó a los ciudadanos de Berlín si se consideraban creyentes o
no creyentes, uno de ellos contestó: «Ni lo uno ni lo otro, soy normal».


Hoy en día Alemania es la casa común de personas con muy variadas referencias
culturales y con diferentes creencias, o ninguna. Aproximadamente una tercera
parte de la población pertenece a una de las Iglesias protestantes regionales de
la EKD, otra tercera parte es católica romana, y algo menos de otra tercera
parte no se adhiere a ninguna fe. El 1,7 % de la población es cristiano-ortodoxa
y otro 1,8 % pertenece a una de las Iglesias «libres». La mayoría de estas
Iglesias tiene fuertes vínculos históricos y teológicos con la Reforma, pero no
tienen relaciones con el Estado como la Iglesia Católica Romana y la EKD. El
4,9 % de la población es musulmana y el 0,1 % judía.


Las Iglesias en Alemania aún no han superado todas sus diferencias, pero han
aprendido a trabajar juntas. Durante el régimen de los nacionalsocialistas hubo
cristianos que colaboraron con el Gobierno. Sin embargo, otros opusieron
resistencia y fueron encarcelados o mandados a campos de concentración. La
experiencia compartida de vivir y sufrir bajo la dictadura de los nazis acercó a
los cristianos de distintas tradiciones. Hoy en día, las Iglesias cristianas
hacen un buen trabajo cooperando para llevar a cabo la misión de la Iglesia y
dar testimonio del Evangelio en palabras y obras. Ya que la Iglesia Católica
Romana y la EKD por su cuenta tienen muchos miembros, también son las
responsables de gran parte de la cooperación ecuménica que tiene lugar hoy en
Alemania.


Buena parte del ecumenismo en Alemania tiene lugar a nivel de base, por
ejemplo, en la Semana de Oración de la Alianza Evangélica y en la Semana de
Oración por la Unidad de los Cristianos. Las parroquias y las comunidades
vecinas organizan con frecuencia varias actividades como estudios bíblicos,
debates teológicos, celebraciones festivas, creación de páginas web, visitas a
personas que acaban de llegar al vecindario y distribución de folletos en una
estación local de tren con información sobre las Iglesias cristianas. Esta labor
normalmente la realizan voluntarios que son miembros de las Iglesias del lugar.
En algunas regiones, las parroquias y las congregaciones ponen en marcha
hermanamientos ecuménicos a nivel local, firmando un acuerdo común que da forma
a su cooperación. Estos acuerdos suelen tomar como referencia acuerdos parecidos
suscritos por los líderes de sus Iglesias.


También hay cooperación ecuménica a nivel de liderazgo de las Iglesias. Por
ejemplo: un grupo de obispos católicos y protestantes de la EKD se reúne dos
veces al año para debatir asuntos de actualidad que atañen a las dos Iglesias.
Otro grupo debate temas teológicos, como el concepto de la dignidad humana.
Junto a estos encuentros bilaterales, también tienen lugar reuniones periódicas
entre representantes de la Conferencia de Obispos Ortodoxos con obispos
católicos romanos y con obispos protestantes respectivamente, y entre la
Asociación de Iglesias Libres y la EKD.


En el panorama cristiano alemán son una cosa habitual para los miembros de
una Iglesia los grandes encuentros eclesiales o las jornadas. Para los católicos
se llaman Katholikentage y para los protestantes Kirchentag. Las
dos tiene lugar cada dos años y están organizadas por el comité central de los
católicos alemanes y de la Kirchentag evangélica alemana (DEKT),
respectivamente. En principio, son encuentros para los miembros de una Iglesia,
pero ya desde hace varios años participan en ellos miembros de otras Iglesias e
incluso son convidados como oradores invitados.


En 2003 y en 2010 todas las Iglesias miembros del Consejo de las Iglesias en
Alemania se juntaron para organizar de común acuerdo unas jornadas parecidas a
nivel ecuménico llamadas Ökumenischer Kirchentag. En ellas se debatieron
muchos asuntos que son importantes para la sociedad alemana (la crisis
financiera global, el cambio climático, cuestiones éticas relacionadas con la
vida humana, la justicia, etc.). También fueron importantes en estos encuentros
los estudios bíblicos, los debates teológicos y las celebraciones ecuménicas.
Estas jornadas, especialmente la Kirchentage ecuménica, constituyen una
excelente oportunidad para los cristianos de Alemania de mostrar no solo que
siguen activos, sino también que están preparados para trabajar juntos y para
comprometerse en el diálogo con el resto de la sociedad alemana.


El Consejo de las Iglesias de Alemania


EL Consejo de las Iglesias de Alemania (Arbeitsgemeinschaft Christlicher
Kirchen
, ACK) se fundó el 10 de marzo de 1942, es decir, pocos meses antes
de que se estableciera el Consejo Mundial de las Iglesias. Los miembros
fundadores fueron la EKD, los menonitas, los baptistas, los metodistas y la
Iglesia Católica Antigua. En 1974, 10 años después de que se promulgara el
Decreto sobre el Ecumenismo del Concilio Vaticano II, la Conferencia de los
obispos católicos de Alemania se unió al Consejo de las Iglesias. La Iglesia
ortodoxa también se hizo miembro en 1974. Después de la reunificación de
Alemania los consejos de las Iglesias del Este y del Oeste se unieron. Los dos
consejos tenían una estructura y membresía diferentes, por lo que fue necesario
crear un nuevo órgano ecuménico con nuevos estatutos. Hoy en día, el Consejo de
las Iglesias de Alemania tiene 17 Iglesias miembros. Además, hay seis Iglesias
que son miembros invitados y cuatro organizaciones ecuménicas que están
presentes en calidad de observadores.


En 2003, durante la primera Kirchentag ecuménica en Berlín,
representantes de todas las Iglesias miembros del ACK celebraron una oración
ecuménica y firmaron la Charta Oecumenica elaborada por la Conferencia de
las Iglesias Europeas y el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas de
la Iglesia Católica Romana. El ACK también publicó su propio documento que
reflexionaba sobre la Charta Oecumenica en el contexto alemán y sobre el
modo en que la Charta podía ponerse en práctica en Alemania.


En 2010, durante el segundo Kirchentag ecuménico en Múnich, el ACK
estableció un «Día Ecuménico de la Creación», poniendo en práctica así una de
las recomendaciones de la Charta Oecumenica. El Día Ecuménico de la
Creación quiere ser al mismo tiempo un testimonio común de nuestra fe en Dios
creador y un recordatorio de nuestra común tarea de preservar la creación de
Dios. El Día de la Creación se celebra todos los años el primer viernes de
septiembre. La primera celebración del Día Ecuménico de la Creación la llevó a
cabo el ACK en una iglesia ortodoxa de Brühl. Actualmente, el Día de la Creación
se celebra en varias ciudades de toda Alemania. El ACK anima a todos los
cristianos alemanes a que celebren este día y publica sugerencias para
celebraciones litúrgicas y otros recursos con mucha antelación respecto al mes
de septiembre para que las personas los puedan utilizar para planificar sus
propias celebraciones.


Otro tema al que el Consejo de las Iglesias ha dedicado mucho tiempo y
debates es el del bautismo. En 2007, once Iglesias miembros del ACK firmaron un
acuerdo de mutuo reconocimiento del bautismo. Cinco miembros del ACK, entre
ellos los menonitas y los baptistas, sintieron que no lo podían suscribir. Desde
entonces el ACK ha seguido trabajando sobre el tema del bautismo. Se debatió el
asunto en la Asamblea General del ACK y se impartió una conferencia pública en
marzo de 2014. El ACK también mantuvo consultas sobre el mismo tema con el
Consejo Ecuménico Finlandés.


Los artículos 10 y 11 de la Charta Oecumenica recomiendan intensificar
el diálogo con representantes de la fe judía y animan a que tengan lugar
encuentros entre cristianos y musulmanes. De acuerdo con esto, el ACK ha
trabajado conjuntamente con una organización judía y con dos musulmanas en una
iniciativa llamada Weißt du, wer ich bin? («¿Sabes quién soy?»). Esta
iniciativa ofrecía asesoramiento y ayuda económica para animar a las personas de
las tres religiones a que se conozcan mejor y a que emprendan actividades
comunes a nivel de base. Se contrató a una joven mujer musulmana para que
coordinara esta iniciativa. Instituciones estatales alemanas y europeas también
dieron fondos para ella.


El ACK también ha reflexionado mucho sobre el documento «Testimonio cristiano
en un mundo multirreligioso» y ha constituido un equipo especial para trabajar
el tema. En 2014 se celebró una conferencia que les dio la posibilidad a los
representantes de las Iglesias miembros del ACK y de la Alianza Evangélica (EA)
de debatir temas relacionados con el testimonio y el diálogo interreligioso.
Como consecuencia de ello, se han creado lazos más cercanos con la EA y la EA ha
solicitado su ingreso en el ACK en calidad de observador.


Desafíos ecuménicos


Uno de los desafíos principales para el ecumenismo en Alemania es mantener
una plataforma en la que las Iglesias que son más pequeñas en número de miembros
puedan encontrarse cara a cara con las dos grandes Iglesias. La Iglesia Católica
Romana y la EKD tienen más o menos el mismo tamaño y disponen de recursos
parecidos. De ahí que la colaboración entre ambas se dé automáticamente y
abarque un gran número de asuntos: desde todo lo relacionado con los matrimonios
mixtos a cuestiones acerca de las relaciones Iglesia-Estado. Sin embargo, muchas
veces trabajan juntas en un plano estrictamente bilateral, con lo que las otras
Iglesias e incluso el mismo ACK no tienen palabra en temas ecuménicos. Hacer
justicia al hecho de que hay más de dos Iglesias en Alemania y favorecer el
debate y la cooperación multilateral son algunos de los objetivos principales
del ACK.


Otro desafío es la frustración que sienten muchas personas, especialmente las
que han trabajado mucho tiempo a nivel de base, cuando no logran ver ningún
progreso en asuntos ecuménicos. La frustración se siente con más fuerza cuando
se trata de compartir la Cena del Señor más allá de las barreras confesionales,
lo que se conoce como el compartir eucarístico. En Alemania hay un gran número
de parejas constituidas por personas que pertenecen a diferentes Iglesias. No
solo anhelan poder comulgar juntas, sino que también sienten profundamente que
el movimiento ecuménico debería estar dando más frutos de los que da y están
insatisfechas cuando perciben estancamiento en vez de claros pasos hacia
adelante.


Muchas personas hoy en Alemania no tienen un conocimiento verdadero de la fe
cristiana y tampoco parecen estar interesadas en conocerla y menos aún
abrazarla. Si las Iglesias se tomasen en serio su misión de «haced discípulos a
los habitantes de todas las naciones» (Mt 28, 19), debería ser una prioridad
para ellas entablar con estas personas un diálogo. En vez de enfrentar este
desafío cada una por su cuenta, las Iglesias deberían enfrentarse a él
conjuntamente, aprendiendo de la experiencia de las otras y animándose
mutuamente. Poner el centro de atención en su fe común solo puede fortalecer la
unión entre las Iglesias. Además, intentar comunicar juntas la fe cristiana en
un modo comprensible les puede llevar a las mismas Iglesias a un entendimiento
más profundo de su propia fe. Se puede ver el 500 aniversario de la Reforma como
una oportunidad para recordar al público –tanto a los cristianos como a los no
creyentes− lo que verdaderamente es la fe cristiana: el amor de Dios en Cristo
para todos los seres humanos y para toda la creación. Este es el motivo por el
que las Iglesias en Alemania han decidido hacer de este aniversario una
celebración de Jesucristo (Christusfest).


 
* Este texto se reproduce bajo la sola autoridad y responsabilidad del grupo
ecuménico de Alemania que se reunió para escribir los materiales para la Semana
de Oración por la Unidad de los Cristianos 2017.










SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
Temas 1968-2016

Desde 1968 elaborados conjuntamente por la Comisión «Fe y Constitución» del
Consejo Mundial de Iglesias y el Pontificio Consejo para la Unidad de los
Cristiano
s




1968 Para alabanza de su gloria (Ef 1, 14)



1969 Llamados a la libertad (Ga 5, 13) (Reunión preparatoria en Roma,
Italia)




1970 Somos colaboradores de Dios (1 Co 3, 9) (Reunión preparatoria en
el Monasterio de Niederaltaich, República Federal de Alemania)




1971 ... y la comunión del Espíritu Santo (2 Co 13, 13) (Reunión
preparatoria en Bari, Italia)




1972 Os doy un mandamiento nuevo (Jn 13, 34) (Reunión preparatoria en
Ginebra, Suiza)




1973 Señor, enséñanos a orar (Lc 11, 1) (Reunión preparatoria en la
Abadía de Montserrat, España)




1974 Que todos confiesen: Jesucristo es el Señor (Flp 2, 1-13)
(Reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)



(En abril de 1974 se dirigió una carta a las Iglesias miembros, así como a
otras instituciones que pudieran estar interesadas en crear grupos locales para
preparar el folleto de la Semana de Oración. El primero en comprometerse fue un
grupo australiano, que preparó en 1975 el borrador inicial del folleto de la
Semana de Oración.)



1975 La voluntad del Padre: constituir a Cristo en cabeza de todas las
cosas (Ef 1, 3-10) (Materiales elaborados por un grupo australiano. Reunión
preparatoria en Ginebra, Suiza)




1976 Ahora somos hijos de Dios (1 Jn 3, 2) (Materiales elaborados por
la Conferencia de Iglesias del Caribe. Reunión preparatoria en Roma, Italia)




1977 La esperanza no defrauda (Rm 5, 1-5) (Materiales elaborados en el
Líbano, en plena guerra civil. Reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)




1978 Ya no sois extranjeros (Ef 2, 13-22) (Materiales elaborados por
un grupo ecuménico de Manchester, Inglaterra)




1979 Poneos unos al servicio de los otros para gloria de Dios (1 Pe 4,
7-11) (Materiales elaborados en Argentina. Reunión preparatoria en Ginebra,
Suiza)




1980 Venga a nosotros tu reino (Mt 6, 10) (Materiales elaborados por
un grupo ecuménico de Berlín, República Democrática de Alemania. Reunión
preparatoria en Milán, Italia)




1981 Un solo Espíritu, distintos carismas, un solo cuerpo (1 Co 12,
3b-13) (Materiales elaborados por los Padres de Graymoor, EE UU. Reunión
preparatoria en Ginebra, Suiza)




1982 ¡Qué amables son tus moradas, Señor! (Sal 84) (Materiales
elaborados en Kenia. Reunión preparatoria en Milán, Italia)




1983 Jesucristo, vida del mundo (1 Jn 1, 1-4) (Materiales elaborados
por un grupo ecuménico de Irlanda. Reunión preparatoria en Celigny-Bossey,
Suiza)




1984 Llamados a la unidad por la cruz de nuestro Señor (1 Co 2, 2 y Col
1, 20) (Reunión preparatoria en Venecia, Italia)



1985 De la muerte a la vida con Cristo (Ef 2, 4-7) (Materiales
elaborados en Jamaica. Reunión preparatoria en Grandchamp, Suiza)




1986 Seréis mis testigos (Hch 1, 6-8) (Materiales elaborados en
Yugoslavia (Eslovenia). Reunión preparatoria en Yugoslavia)




1987 Unidos en Cristo, una nueva creación (2 Co 5, 17-6,4a)
(Materiales elaborados en Inglaterra. Reunión preparatoria en Taizé, Francia)




1988 El amor de Dios elimina el temor (1 Jn 4, 18) (Materiales
elaborados en Italia. Reunión preparatoria en Pinerolo, Italia)




1989 Edificar la comunidad: un solo cuerpo en Cristo (Rm 12, 5-6a)
(Materiales elaborados en Canadá. Reunión preparatoria en Whaley Bridge,
Inglaterra)




1990 Que todos sean uno, para que el mundo crea (Jn 17) (Materiales
elaborados en España. Reunión preparatoria en Madrid, España)




1991 Alabad al Señor todas las naciones (Sal 117; Rm 15, 5-13)
(Materiales elaborados en Alemania. Reunión preparatoria en Rotenburg an der
Fulda, República Federal de Alemania)




1992 Yo estoy con vosotros... por tanto, id (Mt 28, 16-20) (Materiales
elaborados en Bélgica. Reunión preparatoria en Brujas, Bélgica)




1993 Llevad los frutos del Espíritu para la unidad de los cristianos (Gal
2, 22-23) (Materiales elaborados en Zaire. Reunión preparatoria cerca de
Zurich, Suiza)




1994 La casa de Dios: llamados a tener un solo corazón y una sola alma
(Hch 4, 32) (Materiales elaborados en Irlanda. Reunión preparatoria en
Dublín, Irlanda)




1995 Koinonía: comunión en Dios y entre nosotros (Jn 15, 1-17)(Materiales elaborados por «Fe y Orden». Reunión preparatoria en Bristol,
Inglaterra)




1996 Mira que estoy a la puerta y llamo (Ap 3, 14-22) (Materiales
preparatorios elaborados en Portugal - reunión en Lisboa, Portugal)




1997 En nombre de Cristo... dejaos reconciliar con Dios (2 Co 5, 20)
(Materiales preparatorios elaborados en Escandinavia - reunión en Estocolmo,
Suecia)




1998 El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad (Rm 8, 14-27)
(Materiales preparatorios elaborados en Francia - reunión en París, Francia)




1999 Él habitará con ellos. Ellos serán su pueblo y el mismo Dios estará
con ellos (Ap 21, 1-7) (Materiales preparatorios elaborados en Malasia -
reunión en el Monasterio de Bose, Italia)




2000 Bendito sea Dios que nos ha bendecido en Cristo (Ef 1, 3-14)
(Materiales preparatorios elaborados por el Consejo de Iglesias del Medio
Oriente - reunión en el Monasterio de La Verna, Italia)




2001 Yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 1-6) (Materiales
preparatorios elaborados en Rumania - reunión celebrada en la "Casa de Odihna",
Rumania)




2002 En ti está la fuente de la vida (Sal 36, 10) (Materiales
preparatorios elaborados por el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa
(CCEE) y la Conferencia de Iglesias de Europa (CEC) - reunión en el Centro
ecuménico de Ottmaring, Augsburgo, República Federal de Alemania)




2003 Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro (2 Co 4, 3-18)
(Materiales preparatorios elaborados en Argentina - reunión en el Centro
ecuménico «Los Rubios», cerca de Málaga, España)




2004 Mi paz os doy (Jn 14, 27) (Materiales preparatorios elaborados en
Alepo, Siria - reunión en Palermo, Sicilia, Italia)




2005 Cristo, fundamento único de la Iglesia (1 Co 3, 1-23) (Materiales
preparatorios elaborados en Eslovaquia - reunión en Piestany, Eslovaquia)




2006 Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos (Mt 18, 20) (Materiales preparatorios elaborados Irlanda - reunión en
Prosperous, County Kildare, Irlanda)




2007 Hace oír a los sordos y hablar a los mudos (Mc 7, 37) (Materiales
preparatorios elaborados en Sudáfrica - reunión celebrada en el Castillo de
Faverges, Alta Saboya, Francia)




2008 No ceséis de orar (1 Ts 5, 17) (Materiales preparatorios
elaborados en USA - reunión celebrada en Graymoor, Garrison, USA)




2009 Estarán unidas en tu mano (Ez 37, 17) (Materiales preparatorios
elaborados en Corea - reunión celebrada en Marsella, Francia)




2010 Vosotros sois testigos de todas estas cosas (Lc 24, 48)
(Materiales preparatorios elaborados en Escocia - reunión en Glasgow, Escocia)




2011 Unidos en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la
fracción del pan y la oración (cf. Hch 2, 42) (Materiales preparatorios
elaborados en Jerusalén - reunión celebrada en Saydnaya, Siria)




2012 Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor
Jesucristo (cf. 1 Co 15, 51-58). (Materiales preparatorios elaborados en
Polonia - reunión celebrada en Varsovia, Polonia)




2013 ¿Qué exige Dios de nosotros? (cf. Mi 6, 6-8)
(Materiales preparatorios elaborados en la India - reunión celebrada en
Bangalore, India)




2014 ¿Es que Cristo está dividido? (1 Co 1, 1-17) (Materiales preparatorios elaborados en el Canadá - reunión celebrada en
Montreal, Canadá)




2015 Jesús le dice: Dame de beber (Jn 4, 7) (Materiales preparatorios elaborados en Brasil – reunión celebrada en Sao
Paulo, Brasil)



2016 Destinados a proclamar las grandezas de Dios (cfr. 1 Pedro 2, 9)

(Materiales preparatorios elaborados en Letonia – reunión celebrada en Riga,
Letonia)



2017 Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia (2 Co 5, 14-20)

(Materiales preparatorios elaborados en Alemania– reunión celebrada en
Wittenberg (Alemania))




ALGUNAS FECHAS SEÑALADAS EN LA HISTORIA DE LA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD
DE LOS CRISTIANOS

c. 1740 Nacimiento en Escocia de un movimiento pentecostal con
vinculaciones en América del Norte, cuyo mensaje de avivamiento de la fe incluía
oraciones por todas las Iglesias y con todas ellas.



1820 El Rvdo. James Haldane Stewart publica «Sugerencias para la unión
general de los cristianos para la efusión del Espíritu» (Hints for the
General Union of Christians for the Outpouring of the Spirit
).



1840 El Rvdo. Ignatius Spencer, un convertido al catolicismo, sugiere una
«Unión de oración por la unidad».



1867 La Primera Conferencia de Lambeth de los obispos anglicanos hace
hincapié en la oración por la unidad en el Preámbulo de sus Resoluciones.



1894 El papa León XIII anima a la práctica de un Octavario de Oración por
la Unidad en el contexto de Pentecostés.



1908 Primera celebración del «Octavario por la Unidad de la Iglesia»,
iniciada por el Rvdo. Paul Wattson.



1926 El Movimiento «Fe y Constitución» inicia la publicación de
«Sugerencias para un Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos».



1935 En Francia, el abad Paul Couturier impulsa la «Semana de Oración por
la Unidad de los Cristianos» sobre la base incluyente de una oración concebida
«por la unidad que Cristo quiere, por los medios que él quiere». 44



1958 El centro «Unidad Cristiana» de Lyon (Francia) y la Comisión «Fe y
Constitución» del Consejo Mundial de Iglesias comienzan a preparar conjuntamente
el tema para la Semana de Oración.



1964 En Jerusalén el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I recitan
juntos la oración de Cristo «que todos sean uno» (Jn 17).



1964 El Decreto sobre el ecumenismo del Concilio Vaticano II subraya que
la oración es el alma del movimiento ecuménico y anima a la práctica de la
Semana de Oración.



1966 La Comisión «Fe y Constitución» y el Secretariado para la Unidad de
los Cristianos (actualmente Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de
los Cristianos) de la Iglesia Católica deciden preparar un texto para la Semana
de Oración de cada año.



1968 Por primera vez la Semana de Oración se celebra sobre la base de
unos textos elaborados en colaboración por «Fe y Constitución» y el Secretariado
para la Unidad de los Cristianos (actualmente Pontificio Consejo para la
Promoción de la Unidad de los Cristianos).



1975 Primera celebración de la Semana de Oración a partir de textos
preparados sobre la base de un proyecto propuesto por un grupo ecuménico local.
Esta nueva modalidad de elaboración de los textos ha sido inaugurada por un
grupo ecuménico de Australia.



1988 Los textos de la Semana de Oración fueron utilizados en la
celebración inaugural de la Federación Cristiana de Malasia, que reúne a los
principales grupos cristianos de este país.



1994 El grupo internacional que preparó los textos para 1996 incluyó
representantes de la YMCA y de la YWCA.



2004 Acuerdo alcanzado para que los materiales para la Semana de Oración
por la Unidad de los Cristianos sean editados conjuntamente y publicados en el
mismo formato por «Fe y Constitución» (Consejo Mundial de Iglesias) y el
Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (Iglesia
Católica).



2008 Celebración del centenario de la Semana de Oración por la Unidad de
los Cristianos (su predecesor, el Octavario por la Unidad de la Iglesia, fue
celebrado por primera vez en 1908).



   
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