Marco Polo, viajero en la China del siglo XIII

Marco Polo.

Marco Polo
(1254-1324) fue un mercader veneciano célebre por sus viajes a Asia a
través de la Ruta de la Seda. El relato de sus aventuras cautivó a
millones de lectores durante siglos.






Reportaje de

José Vicente Castelló

何维柯






Marco Polo (1254-1324), en chino Mǎkě Bōluó (马可·波 罗), fue un viajero veneciano del siglo XIII apodado Messer Milione
debido a sus extraordinarios relatos sobre las riquezas orientales.
Mercader y explorador célebre por sus viajes a Asia a través de la Ruta
de la Seda, nació presumiblemente en la ciudad italiana de Venecia en el
seno de una familia de ricos comerciantes. La mayor parte de su
infancia la pasó sin la presencia de sus progenitores. Por un lado, su
padre, Nicolás Polo, se encontraba viajando por Oriente con la compañía
de su hermano Maffeo Polo; y, por otro, su madre murió cuando Marco era
todavía un niño. Eso hizo que fuera criado por varios miembros
familiares a la vez, lo que no impidió que gozara de una educación
completa en la que aprendió los autores clásicos, leyó los pasajes de la
Biblia, teología, ciencias naturales y estudió latín, francés e
italiano.
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Al año de nacer, en 1255, su padre y su tío emprendieron
conjuntamente una expedición hacia sia, donde, al parecer, conocieron al
emperador mongol y primer monarca de la dinastía Yuan
(元, 1271-1294) Kublai Kan (1215-1294), quien los mandó llamar cuando se
enteró de la presencia de dos comerciantes occidentales en tierras
chinas. No regresaron a la república Veneciana hasta 1269, cuando Marco
Polo contaba ya con 15 años de edad, encontrándose padre e hijo en
persona por primera vez. Trajeron el recado de Kublai Kan, muy
interesado en el cristianismo, de regresar con una delegación de cien
curas y un cargamento de agua bendita.


Viaje a China

Así, en 1271, con la bendición del Papa Gregorio X (1210-1276), Marco Polo,
ya con 17 años, su padre y su tío se embarcaron juntos en un épico
viaje a Asia –acompañados únicamente de dos curas de los cien prometidos
que regresaron al poco de partir debido a la dureza del viaje- en el
que visitaron Israel, Armenia, las regiones del actual Georgia, el mar
Caspio, el Golfo Pérsico, Persia y Afganistán hasta llegar a China
cuatro años después, tras haber recorrido miles de kilómetros, toda la
Ruta de la Seda y atravesado ríos, montañas, bosques, desiertos y la
cordillera del Pamir, que les abrió las puertas del imperio de Kublai
Kan, quien les recibió en su palacio de verano conocido como Xanadú –en
lo que sería la actual provincia de Mongolia Interior–.


Ilustración donde se representa a Nicolás y Mateo Polo, padre y tío de Marco Polo, entregándole una carta de Kublai Khan al papa Gregorio X en el año 1271.
Ilustración
donde se representa a Nicolás y Mateo Polo, padre y tío de Marco Polo,
entregándole una carta de Kublai Khan al papa Gregorio X en el año 1271.

Esta larga y ardua travesía hizo que Marco Polo despertara
su espíritu aventurero y se deleitara con cada uno de los paisajes, de
las gentes, de los pueblos y de las desconocidas maravillas con las que
se iba encontrando. Su extraordinaria memoria de cada uno de esos
lugares y culturas sería clave a la hora de escribir con todo lujo de
detalles y exactitudes sus andanzas en El libro del millón, relato que dio a conocer en la Europa Medieval las tierras de Asia Central y China.


Su
extraordinaria memoria de cada uno de esos lugares y culturas sería
clave a la hora de escribir con todo lujo de detalles y exactitudes sus
andanzas en El libro del millón, relato que dio a conocer en la Europa Medieval las tierras de Asia Central y China.
Marco Polo escribió lo siguiente sobre el recibimiento que el emperador mongol le otorgó a su padre: “Se
arrodillaron frente a él [Kublai Kan] y le reverenciaron con gran
humildad. El Gran Kan les hizo acercarse y los recibió con todos los
honores y les deleitó con gran alegría. Les hizo muchas preguntas acerca
de su estado y de cómo les fue tras su partida. (…) Después le
entregaron las acreditaciones y cartas del Papa, que recibió con gran
agradecimiento, le dieron el agua bendita (…) Cuando el Gran Kan vio a
Marco, un joven mozuelo, le preguntó quién era. ‘Es mi hijo y su
siervo’, le contestó Messer Niccolo
”.


Su estancia en China

Retrato de Kublai Kan.
Retrato de Kublai Kan.

En un principio planearon estar ausentes de Venecia solo unos años,
pero en total fueron 23, de los cuales unos 17 vivieron en China. El
soberano Kan, impresionado ante su capacidad de hablar cuatro idiomas,
pronto tomó a Marco Polo bajo su protección personal, le
demostró su confianza absoluta, le asignó todo tipo de misiones, ingresó
en el cuerpo diplomático de la corte, fue nombrado gobernador de la
ciudad de Yanzhou, recaudador de impuestos y enviado chino en el Tíbet,
Birmania, la India y otras zonas vecinas. Con él siempre llevaba el
sello oficial de Kublai Kan que le abría las puertas a los confines más
alejados. Asimismo, su padre y su tío también ocuparon posiciones
importantes en el gobierno del emperador mongol.


De todos sus viajes Marco Polo amasó no solo un gran
conocimiento sobre el imperio mongol, en pleno apogeo, su riqueza y
estructura social, sino también aprendió sobre el esplendor de la
capital, su organización administrativa, el sistema de correos imperial,
la estructura del ejército mongol, la construcción de obras públicas,
la artesanía y fabricación de la seda, la cacería, el empleo del carbón
como combustible, el funcionamiento del Gran Canal y el uso del papel
moneda, idea esta que fracasó en Europa al sustituir el oro y la plata
como dinero metálico. Las historias postreras de Marco Polo
mostraron que se trató de lo que más tarde se conocería como un
antropólogo y etnógrafo. Sus escritos muestran en realidad muy poco
sobre él mismo o sus propios pensamientos, sin embargo, ofrece al lector
descripciones subjetivas sobre culturas que él llegó a conocer y
admirar.


Pintura medieval donde se puede ver a Marco Polo durante uno de sus viajes.
Pintura medieval donde se puede ver a Marco Polo durante uno de sus viajes.

Marco Polo se enamoró de la ciudad de Hangzhou, capital de
la dinastía Song del Sur (1127-1279), de sus canales y del Lago del
Oeste, similar en cierto modo a Venecia, y la visitó con mucha
frecuencia. Consecuencia de ello fueron los múltiples escritos que
dedicó a alabar esta hermosa ciudad y su bucólico entorno.


El regreso a casa

Después de más de 17 años en China y tras haber acumulado una gran
fortuna en oro y joyas, los Polo decidieron que había llegado el momento
de regresar a Venecia. Esa decisión no agradó mucho a Kublai Kan, quien
ya se había más que acostumbrado a su presencia y que dependía mucho de
ellos, pues ya contaba con más de setenta años de edad. Al final,
aceptó su partida bajo una condición: escoltar a la princesa mongola
Kokachin, en un trayecto por vía marítima, hasta el Ilkanato de Persia
para casarse con el príncipe Arghun Kan.


Aunque no hay escritos del propio Marco Polo, se sabe que el
viaje duró más de dos años y debido a las tormentas, a los problemas
propios de la travesía, a los ataques piratas y a las enfermedades,
durante su transcurso murieron más de seiscientos miembros de la
tripulación y del grupo de viajeros. Tras atravesar el mar del Sur de
China, Sumatra, el Océano Índico, el estrecho de Ormuz y el golfo
Pérsico, sólo lograron llegar a Persia un total de dieciocho personas,
incluyendo a la princesa mongola y a los propios Polo.


Después de cruzar Armenia, partieron de nuevo desde el puerto turco
de Trebizonda, a orillas del mar Negro, hasta Constantinopla –actual
Estambul-, donde los turcos se apropiaron de tres cuartos de los tesoros
que traían los Polos de China, hasta llegar a Venecia durante el
invierno de 1295. Cuando llegaron a casa, sus caras eran extraños para
sus propios familiares que apenas los reconocieron, pues además habían
olvidado casi su idioma natal. A pesar de eso, fueron recibidos con gran
interés a la vez que incredulidad por las historias tan estrambóticas
–a oídos de los europeos– que contaban.


Detalle del libro Los viajes de Marco Polo donde se muestra su partida desde Venecia.
Detalle del libro “Los viajes de Marco Polo” donde se muestra su partida desde Venecia.

Su libro y su vida en Venecia

18_marcopolo_2Tres años después de su regreso a Venecia, Marco Polo
comandó una galera veneciana de guerra contra Génova, ciudad rival en
aquél entonces. Fue capturado por los genoveses y hecho prisionero.
Durante el año que permaneció en prisión, aprovechó para dictar en
provenzal los relatos de sus viajes a un compañero de celda apodado
Rusticiano de Pisa, famoso escritor de romances.


Marco Polo le habló de todo lo que vio, de lo que
experimentó, de las maravillas que le asombraron, de China, de sus
viajes y de sus conquistas. Sus historias fueron recopiladas en un
manuscrito que recibió el título de Livre des merveilles du monde, también conocido como Los viajes de Marco Polo o El libro del millón,
el cual fue traducido a muchas lenguas europeas, y cuyo manuscrito
original se perdió. La primera traducción al español fue en el siglo
XVI, en 1503, realizada en Sevilla.


Sus descripciones sobre la riqueza del imperio chino, el poder de los
emperadores mongoles, las costumbres exóticas, mitos, filosofías y
religiones de China, la India, Siam –actual Tailandia-, Japón, Java,
Cochinchina –parte de lo que hoy es Vietnam-, Birmania, Ceilán, Tíbet y
alguna zonas de África convirtieron pronto a este libro en todo un éxito
del medioevo europeo y en Marco Polo en alguien famoso y respetado. Sin
embargo, muchos pensaron que se trataban de meras invenciones y
restaron importancia a sus relatos tachándolas de mentiras, de fábulas
salidas de la imaginación salvaje de su autor.




Sus
descripciones convirtieron a  Marco Polo en alguien famoso y respetado.
Sin embargo, muchos pensaron que se trataban de meras invenciones y
restaron importancia a sus relatos tachándolas de mentiras, de fábulas
salidas de la imaginación salvaje de su autor.
Una vez liberado de la cárcel, Marco Polo volvió a Venecia, donde fue
nombrado miembro del Gran Consejo y escribió, asimismo, una nueva
relación de sus viajes. Se casó con Donata Badoer, tuvo tres hijas y se
ocupó de los negocios familiares durante 25 años hasta la fecha de su
fallecimiento, el 8 de enero de 1324. En su lecho de muerte, familiares y
amigos le exigieron que confesara que todo lo que había escrito en sus
libros no era cierto, a lo que él contestó: “ni siquiera he contado la
mitad de todo lo que he visto”.


Detalle del manuscrito "El libro del millón".
Detalle del manuscrito “El libro del millón”.

Su controvertido legado

Marco Polo
Marco Polo

Los investigadores e historiadores no se ponen de acuerdo sobre la veracidad de los relatos de Marco Polo.
Nadie cuestiona su existencia, pero ponen en tela de juicio que
realmente llegara hasta China. Los hay que opinan que simplemente relató
las historias que escuchó de otros viajeros, pues en sus narraciones
faltan detalles decisivos. Por ejemplo, no hace mención alguna sobre la
Gran Muralla, en sus 17 años en China no aprendió ni una sola palabra en
chino, no habla de la costumbre de vendar los pies a las mujeres, ni de
la caligrafía china, ni del té, ni de los palillos, entre otras cosas.
Por otra parte, el nombre de Marco Polo, su padre y su tío no aparecen
en los Anales del Imperio, el cual recogía las visitas de los
extranjeros que llegaban hasta esos confines. Sin embargo, todo esto
tiene una explicación según sus defensores y fue confirmado
positivamente por viajeros durante los siglos posteriores. Además, sus
libros sirvieron a los chinos para conocer mejor algunas partes de su
propia historia y de los acontecimientos más relevantes del siglo XIII.


Sea como fuere, sus relatos, mezcla de libro de mercaderes, crónica
diplomática y documento etnográfico, cautivaron a millones de lectores
durante siglos, sirvieron de guía para los que atravesaban la Ruta de la
Seda –pues señalaban distancias, precauciones, consejos sobre productos
y mercaderías, cómo llegar hasta ciertas ciudades, etc.- e inspiraron a
muchos otros escritores, además sirvió de excusa para que Cristóbal
Colón se decidiera a buscar una nueva ruta hacia Oriente por el Oeste, y
con él llevó una copia del libro de Marco Polo, así como los mapas trazados por el viajero veneciano.


Su conocimiento, experiencia y sabiduría ser puede resumir en una
frase que el propio Marco Polo escribió en su libro, así dice: “Creo
que fue la voluntad de Dios hacernos regresar [a Venecia] para que el
hombre [europeo] pueda conocer las cosas que hay en el mundo, ya que,
tal como hemos dicho en el primer capítulo de este libro, ningún otro
hombre, ni cristiano ni sarraceno, ni mongol o pagano, ha explorado
tanto el mundo como Messer Marco, hijo de Messer Niccolo Polo, gran
ciudadano y noble de la ciudad de Venecia
”.



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Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.

Número 18. Volumen III. Mayo 2013.

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