Crux Sancti Patris Benedicti
Cruz del Santo Padre Benito
Crux Sacra Sit Mihi Lux
Mi luz sea la cruz santa,
Non Draco Sit Mihi Dux
No sea el demonio mi guía
Vade Retro Satana
¡Apártate, Satanás!
Numquam Suade Mihi Vana
No sugieras cosas vanas,
Sunt Mala Quae Libas
Pues maldad es lo que brindas
Ipse Venena Bibas
Bebe tú mismo el veneno.
EXORCISMO DE LEÓN XIII COMPLETO
EXORCISMO CONTRA SATANÁS Y LOS ÁNGELES REBELDES
Publicado por orden de Su Santidad León XIII
Primero debe rezarse, como todos los días el Rosario de la Virgen y
después el Exorcismo del Papa León XIII. ¡Todos los días! (Al final se
puede bajar versión imprimible)
Jesús nos dice lo siguiente:
Hijos míos: haced el Exorcismo de mi amado Arcángel Miguel, dictado a
mi siervo el Papa León XIII, todas las veces que podáis y propagad su
devoción. Si supierais hijos míos las gracias y la protección que os
brindo a través de esta poderosa armadura, ¡si lo supierais!, ¡entonces
la utilizaríais más frecuentemente y propagaríais su devoción! Yo,
vuestro Padre, a través de mi amado Arcángel Miguel., expulso y protejo
de toda fuerza del mal a todos aquellos que hagan y propaguen su
devoción. De los lugares donde se practique esta devoción el demonio
huirá y ninguna fuerza del mal os podrá tocar.
Todo aquel que ore
con fe y en gracia de Dios el exorcismo de mi Amado Arcángel, se
convierte en soldado de mi ejército aquí en la tierra; es poderosa
armadura contra el ejército de Satanás y sus demonios; hacedlo después
del rezo del Santo Rosario, para que veáis cuán grande poder os doy.
Pregonad su devoción y os concederé indulgencias especiales. Os lo
prometo.
Todo aquel que practique esta devoción tendrá la
protección de mi Arcángel Miguel, y él, mi amado Príncipe, lo acompañará
en todos sus caminos. Ni los demonios, ni las pestes, ni las tragedias,
ni las catástrofes, ni las tempestades, ni el hambre, tocarán a las
puertas de aquellos que oren con el exorcismo. Mi Arcángel será
intercesor en esta vida y en la eternidad de todos aquellos que sean sus
devotos. Hacedlo extensivo a vuestros familiares, parientes, vecinos,
amigos y en general al mundo entero, para que las fuerzas del mal sean
desterradas de la faz de la tierra. Uníos en oración al Corazón
Inmaculado de María y a mis Ejércitos Celestiales; rezad el Santo
Rosario y luego haced el Exorcismo, para que permanezcáis en victoria.
Acordaos que el tiempo está cerca, sed verdaderos guerreros combatiendo
junto a vuestra Madre María y a mis Ejércitos Celestiales. Sed devotos
de mi Arcángel y Él, os asistirá en todas vuestras batallas
espirituales. Estad pues hijos míos en gracia de Dios al orar con esta
armadura y os brindaré grandes victorias sobre toda fuerza del mal.
San Miguel nos dice lo siguiente:
Hermanos: Cada vez que oréis con mi exorcismo, llamadme primero tres veces, con mi grito de combate:
"¡Quién es como Dios!
Nadie es como Dios”
Y yo vendré con la velocidad del pensamiento a asistiros en vuestra
lucha espiritual. No temáis hermanos, haced mi exorcismo; soy Yo vuestro
hermano Miguel y los Arcángeles y Ángeles del Reino de mi Padre los que
combatimos por vosotros; por lo tanto, no temáis, estamos para
serviros, protegeros y amparos de todo mal y peligro. sus familias.
Cuando llegue su hora, los llevaré a la Gloria de Dios y los presentaré
ante mi Padre, sin que tengan que pasar por el Juicio de Dios.
Yo, Miguel, Príncipe de los ejércitos de mi Padre, os prometo que seré
amigo e intercesor en esta vida y en la llegada a la eternidad de todos
aquellos que oren y propaguen la devoción de mi exorcismo. No dejaré que
ninguno de mis devotos se pierda y lo mismo haré con
Hermanos, os
pido que al hacer mi exorcismo incluyáis las almas de los pecadores que
en más peligro estén de condenarse, y las almas de los moribundos que
estén en pecado mortal. Si oráis por ellas, yo intercederé ante mi Padre
para que no se pierdan. Esas almas rescatadas del fuego del infierno os
lo agradecerán y serán intercesoras vuestras cuando alcancen la Gloria
de Dios. Orad también con mi exorcismo por la conversión de los
pecadores, por la Iglesia y los Sacerdotes, para que nosotros, a través
de vuestras oraciones y súplicas y por la Gracia de mi Padre, expulsemos
a Jezabel (personaje bíblico) y Asmodeo (demonio que aparece en La
Biblia), que están apartando a los Pastores de la Iglesia del camino del
evangelio. Orad también por la paz del mundo, tan amenazada en vuestro
tiempo y muy especialmente, orad por el triunfo del Inmaculado Corazón
de Nuestra Señora y Reina María. Si nos llamáis, vendremos en vuestro
auxilio; entended hermanos que mi Padre respeta vuestro libre albedrío,
es por eso, por lo que debéis de orar y orar y más especialmente en
estos tiempos de tanta oscuridad.
No olvidéis hermanos, orar con
mi armadura en Gracia de Dios (confesados y comulgando), uniéndoos al
Corazón Inmaculado de Nuestra Señora y Reina María, a Mí, y a los
ejércitos celestiales, para que juntos desterremos de la faz de la
tierra toda fuerza del mal.
“Gloria a Dios en el cielo” Aleluya, Aleluya, Aleluya.
El Exorcismo de León XIII
Donde esta la marca de la †, se hace sobre la persona, aun sin pronunciar las palabras
DURANTE EL EXORCISMO SE MANTIENE LEVANTADO EL CRUSIFIJO
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Salmo 67.
Levántese Dios y sean dispersados sus enemigos y huyan de su presencia
los que le odian. Como se disipa el humo se disipen ellos, como, se
derrite la cera ante el fuego, así perecerán los impíos ante Dios.
Salmo 34.
Señor, pelea contra los que me atacan; combate a los que luchan contra
mí. Sufran una derrota y queden avergonzados los que me persiguen a
muerte. Vuelvan la espalda llenos de oprobio los que maquinan mi
perdición. Sean como polvo frente al viento cuando el Ángel del Señor
los desbarate. Sea su camino oscuro y resbaladizo, cuando el Ángel del
Señor los persiga.
Porque sin motivo me tendieron redes de muerte, sin razón me abrieron trampas mortales.
Que les sorprenda un desastre imprevisto, que los enrede la red que
para mí escondieron; que caigan en la misma trampa que me abrieron. Mi
alma se alegra con el Señor y gozará de su salvación. Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Súplica a San Miguel Arcángel.
Gloriosísimo príncipe de la milicia celestial, Arcángel San Miguel,
defiéndenos en la lucha que mantenemos combatiendo “contra los
principados y potestades, contra los caudillos de este mundo tenebroso,
contra los espíritus malignos esparcidos por los aires” (Ef. 6, 12). Ven
en auxilio de los hombres que Dios creó incorruptibles a su imagen y
semejanza (Sap. 2, 23), y a tan “alto precio rescatados” (I Cor. 6, 20)
de la tiranía del demonio. Con las huestes de los ángeles buenos pelea
hoy los combates del Señor, como antaño luchaste contra Lucifer, corifeo
de la soberbia y contra sus ángeles apóstalas. Ellos no pudieron
vencer, y perdieron su lugar en el Cielo. “Fue precipitado el gran
dragón, la antigua serpiente el denominado diablo y Satanás, el seductor
del universo: fue precipitado a la tierra y con él fueron arrojados sus
ángeles” (Apoc. 12,.8-9).
He aquí que el antiguo enemigo y
homicida se ha erguido con vehemencia. Disfrazado de “ángel de luz” (II
Cor. 11, 14) con la escolta de todos los espíritus malignos rodea e
invade la tierra entera, y se instala en todo lugar, con el designio de
borrar allí el nombre de Dios y de su Cristo, de arrebatar las almas
destinadas a la corona de la gloria eterna, de destruirlas y perderlas
para siempre. Como el más inmundo torrente, el maligno dragón derramó
sobre los hombres de mente depravada y corrompido corazón, el veneno de
su maldad: el espíritu de la mentira, de la impiedad y de la blasfemia;
el letal soplo de la lujuria, de todos los vicios e iniquidades.
Los más taimados enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, esposa
del Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos
impías sobre todo lo que para Ella es más querido. Donde fueron
establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz
para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la
impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey.
Oh invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la perversidad de
los espíritus que le atacan y dale la victoria.
La Iglesia te
venera como su guardián y patrono, se gloría que eres su defensor contra
los poderes nocivos terrenales e infernales; Dios te confió las almas
de los redimidos para colocarlos en el estado de la suprema felicidad.
Ruega al Dios de la paz que aplaste al demonio bajo nuestros pies, para
que ya no pueda retener cautivos a los hombres y dañar a tu Iglesia.
Ofrece nuestras oraciones al Altísimo, para que cuanto antes desciendan
sobre nosotros las misericordias del Señor (Salmo 78, 8), y sujeta al
dragón, la antigua serpiente, que es el diablo y Satanás, y, una vez
encadenado, precipítalo en el abismo, para que nunca jamás pueda seducir
a las naciones (Apoc. 20).
Después de esto, confiados en tu
protección y patrocinio, con la sagrada autoridad de la Santa Madre
Iglesia, nos disponemos a rechazar la peste de los fraudes diabólicos,
confiados y seguros en el Nombre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor. †
He aquí la Cruz del Señor, huid poderes enemigos.
R. Ha vencido el León de la tribu de Judá, la raíz de David.
Señor, que tu misericordia venga sobre nosotros.
R. Como lo esperamos de Ti.
Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a Ti nuestro clamor.
(El Señor esté con vosotros. (Sólo si es un sacerdote)
R. Y con tu espíritu).
Oremos.
Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, invocamos tu santo Nombre y
suplicantes imploramos tu clemencia, para que, por la intercesión de la
Inmaculada siempre Virgen María Madre de Dios, del Arcángel San Miguel,
de San José Esposo de la Santísima Virgen, de los santos Apóstoles Pedro
y Pablo y de todos los Santos, te dignes prestarnos tu auxilio contra
Satanás y todos los demás espíritus inmundos que vagan por el mundo para
dañar al género humano y para la perdición de las almas. Amén. †
Exorcismo: Te exorcizamos†
todo espíritu maligno, poder satánico, ataque del infernal adversario,
legión, concentración y secta diabólica, en el nombre y virtud de
Nuestro Señor Jesucristo, para que salgas y huyas de la Iglesia de Dios,
de las almas creadas a imagen de Dios y redimidas por la preciosa
Sangre del Divino Cordero. En adelante no oses, perfidísima serpiente,
engañar al género humano, perseguir a la Iglesia de Dios, zarandear a
los elegidos y cribarlos como el trigo. Te lo manda Dios† Altísimo,
† a quien en tu insolente soberbia aún pretendes asemejarte, “el cual
quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la
verdad” (II Tim. 2). Te lo manda Dios Padre †
te lo manda Dios Hijo; † te lo manda Dios Espíritu Santo. †Te lo manda la majestad de Cristo, †
el Verbo eterno de Dios hecho hombre, quien para salvar a la estirpe
perdida por tu envidia, “se humilló a sí mismo hecho obediente hasta la
muerte” (Fil. 2); el cual edificó su Iglesia sobre roca firme, y reveló
que los “poderes del infierno nunca prevalecerían contra ella, Él mismo
había de permanecer con ella todos los días hasta el fin de los tiempos”
(Mat. 28, 20). Te lo manda el santo signo de la Cruz †
y la virtud de todos los Misterios de la fe cristiana. Te lo manda la excelsa Madre de Dios, †
la Virgen María, quien con su humildad desde el primer instante de su Inmaculada Concepción aplastó tu orgullosa cabeza.
Te lo manda la fe†
de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y de los demás Apóstoles. Te lo manda†
la sangre de los mártires y la piadosa intercesión de todos los Santos y
Santas. Por tanto, maldito dragón y toda legión diabólica, te†
conjuramos por Dios vivo, †
por Dios verdadero, por Dios santo, †
que “de tal modo amó al mundo que entregó a su unigénito Hijo, para que
todo el que crea en Él no perezca, sino que viva la vida eterna” (Juan
3); cesa de engañar a las criaturas humanas y deja de suministrarles el
veneno de la eterna perdición; †
deja de dañar a la Iglesia y de poner trabas a su libertad. Huye Satanás, †
inventor y maestro de toda falacia, enemigo de la salvación de los hombres. Retrocede ante Cristo, †
en quien nada has hallado semejante a tus obras. Retrocede ante la
Iglesia una, santa, † católica y apostólica, la que el mismo Cristo
adquirió con su Sangre. Humíllate †
bajo la poderosa mano de Dios. Tiembla y huye, al ser invocado por nosotros el santo y terrible Nombre de Jesús, †
ante el que se estremecen los infiernos, † a quien están sometidas las Virtudes de los cielos, las Potestades†
y las Dominaciones; a quien los Querubines y Serafines alaban con
incesantes voces diciendo: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios de los
Ejércitos.
Señor, escucha mi oración. †
R. Y llegue a Ti mi clamor.
(El Señor esté con vosotros. (Sólo si es un sacerdote)
R. Y con tu espíritu).
Oremos. Dios del Cielo y de la tierra, Dios de los Ángeles, Dios de los
Arcángeles, Dios de los Patriarcas, Dios de los Profetas, Dios de los
Apóstoles, Dios de los Mártires, Dios de los Confesores, Dios de las
Vírgenes, Dios que tienes el poder de dar la vida después de la muerte,
el descanso después del trabajo, porque no hay otro Dios†
fuera de
Ti, ni puede haber otros sino Tú mismo, Creador de todo lo visible y lo
invisible, cuyo reino no tendrá fin: humildemente †
te suplicamos
que tu gloriosa Majestad se digne libramos eficazmente y guardamos sanos
de todo poder, lazo, mentira y maldad de los espíritus infernales. Por
Cristo†
Nuestro Señor. Amén.
De las asechanzas del demonio.
R. Líbranos, Señor.
Haz que tu Iglesia te sirva con segura libertad.
R. Te rogamos, óyenos.
Dígnate humillar a los enemigos de tu Iglesia.
R. Te rogamos, óyenos.
(Se rocía con agua bendita el lugar y a los presentes).
Señor, no recuerdes nuestros delitos ni los de nuestros padres, ni tomes venganza de nuestros pecados (Tobías 3, 3).
Padre nuestro….
Y ahora rezar la siguiente oración:
PODEROSA INVOCACIÓN PARA PEDIR PROTECCIÓN
¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Ti oh arma poderosa!
¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Ti oh arma poderosa!
¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Tu Sangre Preciosa!
Misericordioso Jesucristo Agonizante, derrama Tu Sangre Preciosa sobre
las almas. Satisface† nuestra sed, y Vance†
al enemigo. Amén.
Poderosa Sangre de Salvación, combate al enemigo. (3 veces). Y finalmente:
ORACIÓN DE COMBATE A SAN MIGUEL
Se llama primero a San Miguel, pidiéndole permiso al Padre celestial
con el rezo de un Padrenuestro. Luego se dice la oración que se enseñó
para estos tiempos:
San Miguel Arcángel: Defiéndenos en la pelea
contra Satanás y sus demonios; sed nuestro amparo y protección; que el
Altísimo os dé el poder y el permiso para que nos asistáis y que Dios
haga oír su voz imperiosa para que expulse a Satanás y sus demonios que
quieren hacer perder la humanidad. Que tu grito: "Quién como Dios, nadie
es como Dios", someta a Satanás y sus demonios bajo nuestros pies.
Amén.
ORACIÓN EXORCISMO Padre Rayito MJM 31 OCT 2012 Monte Maria Mjm•296 videos Recomendamos
No soporto pensar en esas almas arrastradas por Satanás al Infierno
Conozca cómo es Dios Padre y lo que quiere decirle a usted Dios Padre
habla a Sus
hijos
Cruz del Santo Padre Benito
Crux Sacra Sit Mihi Lux
Mi luz sea la cruz santa,
Non Draco Sit Mihi Dux
No sea el demonio mi guía
Vade Retro Satana
¡Apártate, Satanás!
Numquam Suade Mihi Vana
No sugieras cosas vanas,
Sunt Mala Quae Libas
Pues maldad es lo que brindas
Ipse Venena Bibas
Bebe tú mismo el veneno.
EXORCISMO DE LEÓN XIII COMPLETO
EXORCISMO CONTRA SATANÁS Y LOS ÁNGELES REBELDES
Publicado por orden de Su Santidad León XIII
Primero debe rezarse, como todos los días el Rosario de la Virgen y
después el Exorcismo del Papa León XIII. ¡Todos los días! (Al final se
puede bajar versión imprimible)
Jesús nos dice lo siguiente:
Hijos míos: haced el Exorcismo de mi amado Arcángel Miguel, dictado a
mi siervo el Papa León XIII, todas las veces que podáis y propagad su
devoción. Si supierais hijos míos las gracias y la protección que os
brindo a través de esta poderosa armadura, ¡si lo supierais!, ¡entonces
la utilizaríais más frecuentemente y propagaríais su devoción! Yo,
vuestro Padre, a través de mi amado Arcángel Miguel., expulso y protejo
de toda fuerza del mal a todos aquellos que hagan y propaguen su
devoción. De los lugares donde se practique esta devoción el demonio
huirá y ninguna fuerza del mal os podrá tocar.
Todo aquel que ore
con fe y en gracia de Dios el exorcismo de mi Amado Arcángel, se
convierte en soldado de mi ejército aquí en la tierra; es poderosa
armadura contra el ejército de Satanás y sus demonios; hacedlo después
del rezo del Santo Rosario, para que veáis cuán grande poder os doy.
Pregonad su devoción y os concederé indulgencias especiales. Os lo
prometo.
Todo aquel que practique esta devoción tendrá la
protección de mi Arcángel Miguel, y él, mi amado Príncipe, lo acompañará
en todos sus caminos. Ni los demonios, ni las pestes, ni las tragedias,
ni las catástrofes, ni las tempestades, ni el hambre, tocarán a las
puertas de aquellos que oren con el exorcismo. Mi Arcángel será
intercesor en esta vida y en la eternidad de todos aquellos que sean sus
devotos. Hacedlo extensivo a vuestros familiares, parientes, vecinos,
amigos y en general al mundo entero, para que las fuerzas del mal sean
desterradas de la faz de la tierra. Uníos en oración al Corazón
Inmaculado de María y a mis Ejércitos Celestiales; rezad el Santo
Rosario y luego haced el Exorcismo, para que permanezcáis en victoria.
Acordaos que el tiempo está cerca, sed verdaderos guerreros combatiendo
junto a vuestra Madre María y a mis Ejércitos Celestiales. Sed devotos
de mi Arcángel y Él, os asistirá en todas vuestras batallas
espirituales. Estad pues hijos míos en gracia de Dios al orar con esta
armadura y os brindaré grandes victorias sobre toda fuerza del mal.
San Miguel nos dice lo siguiente:
Hermanos: Cada vez que oréis con mi exorcismo, llamadme primero tres veces, con mi grito de combate:
"¡Quién es como Dios!
Nadie es como Dios”
Y yo vendré con la velocidad del pensamiento a asistiros en vuestra
lucha espiritual. No temáis hermanos, haced mi exorcismo; soy Yo vuestro
hermano Miguel y los Arcángeles y Ángeles del Reino de mi Padre los que
combatimos por vosotros; por lo tanto, no temáis, estamos para
serviros, protegeros y amparos de todo mal y peligro. sus familias.
Cuando llegue su hora, los llevaré a la Gloria de Dios y los presentaré
ante mi Padre, sin que tengan que pasar por el Juicio de Dios.
Yo, Miguel, Príncipe de los ejércitos de mi Padre, os prometo que seré
amigo e intercesor en esta vida y en la llegada a la eternidad de todos
aquellos que oren y propaguen la devoción de mi exorcismo. No dejaré que
ninguno de mis devotos se pierda y lo mismo haré con
Hermanos, os
pido que al hacer mi exorcismo incluyáis las almas de los pecadores que
en más peligro estén de condenarse, y las almas de los moribundos que
estén en pecado mortal. Si oráis por ellas, yo intercederé ante mi Padre
para que no se pierdan. Esas almas rescatadas del fuego del infierno os
lo agradecerán y serán intercesoras vuestras cuando alcancen la Gloria
de Dios. Orad también con mi exorcismo por la conversión de los
pecadores, por la Iglesia y los Sacerdotes, para que nosotros, a través
de vuestras oraciones y súplicas y por la Gracia de mi Padre, expulsemos
a Jezabel (personaje bíblico) y Asmodeo (demonio que aparece en La
Biblia), que están apartando a los Pastores de la Iglesia del camino del
evangelio. Orad también por la paz del mundo, tan amenazada en vuestro
tiempo y muy especialmente, orad por el triunfo del Inmaculado Corazón
de Nuestra Señora y Reina María. Si nos llamáis, vendremos en vuestro
auxilio; entended hermanos que mi Padre respeta vuestro libre albedrío,
es por eso, por lo que debéis de orar y orar y más especialmente en
estos tiempos de tanta oscuridad.
No olvidéis hermanos, orar con
mi armadura en Gracia de Dios (confesados y comulgando), uniéndoos al
Corazón Inmaculado de Nuestra Señora y Reina María, a Mí, y a los
ejércitos celestiales, para que juntos desterremos de la faz de la
tierra toda fuerza del mal.
“Gloria a Dios en el cielo” Aleluya, Aleluya, Aleluya.
El Exorcismo de León XIII
Donde esta la marca de la †, se hace sobre la persona, aun sin pronunciar las palabras
DURANTE EL EXORCISMO SE MANTIENE LEVANTADO EL CRUSIFIJO
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Salmo 67.
Levántese Dios y sean dispersados sus enemigos y huyan de su presencia
los que le odian. Como se disipa el humo se disipen ellos, como, se
derrite la cera ante el fuego, así perecerán los impíos ante Dios.
Salmo 34.
Señor, pelea contra los que me atacan; combate a los que luchan contra
mí. Sufran una derrota y queden avergonzados los que me persiguen a
muerte. Vuelvan la espalda llenos de oprobio los que maquinan mi
perdición. Sean como polvo frente al viento cuando el Ángel del Señor
los desbarate. Sea su camino oscuro y resbaladizo, cuando el Ángel del
Señor los persiga.
Porque sin motivo me tendieron redes de muerte, sin razón me abrieron trampas mortales.
Que les sorprenda un desastre imprevisto, que los enrede la red que
para mí escondieron; que caigan en la misma trampa que me abrieron. Mi
alma se alegra con el Señor y gozará de su salvación. Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Súplica a San Miguel Arcángel.
Gloriosísimo príncipe de la milicia celestial, Arcángel San Miguel,
defiéndenos en la lucha que mantenemos combatiendo “contra los
principados y potestades, contra los caudillos de este mundo tenebroso,
contra los espíritus malignos esparcidos por los aires” (Ef. 6, 12). Ven
en auxilio de los hombres que Dios creó incorruptibles a su imagen y
semejanza (Sap. 2, 23), y a tan “alto precio rescatados” (I Cor. 6, 20)
de la tiranía del demonio. Con las huestes de los ángeles buenos pelea
hoy los combates del Señor, como antaño luchaste contra Lucifer, corifeo
de la soberbia y contra sus ángeles apóstalas. Ellos no pudieron
vencer, y perdieron su lugar en el Cielo. “Fue precipitado el gran
dragón, la antigua serpiente el denominado diablo y Satanás, el seductor
del universo: fue precipitado a la tierra y con él fueron arrojados sus
ángeles” (Apoc. 12,.8-9).
He aquí que el antiguo enemigo y
homicida se ha erguido con vehemencia. Disfrazado de “ángel de luz” (II
Cor. 11, 14) con la escolta de todos los espíritus malignos rodea e
invade la tierra entera, y se instala en todo lugar, con el designio de
borrar allí el nombre de Dios y de su Cristo, de arrebatar las almas
destinadas a la corona de la gloria eterna, de destruirlas y perderlas
para siempre. Como el más inmundo torrente, el maligno dragón derramó
sobre los hombres de mente depravada y corrompido corazón, el veneno de
su maldad: el espíritu de la mentira, de la impiedad y de la blasfemia;
el letal soplo de la lujuria, de todos los vicios e iniquidades.
Los más taimados enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, esposa
del Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos
impías sobre todo lo que para Ella es más querido. Donde fueron
establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz
para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la
impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey.
Oh invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la perversidad de
los espíritus que le atacan y dale la victoria.
La Iglesia te
venera como su guardián y patrono, se gloría que eres su defensor contra
los poderes nocivos terrenales e infernales; Dios te confió las almas
de los redimidos para colocarlos en el estado de la suprema felicidad.
Ruega al Dios de la paz que aplaste al demonio bajo nuestros pies, para
que ya no pueda retener cautivos a los hombres y dañar a tu Iglesia.
Ofrece nuestras oraciones al Altísimo, para que cuanto antes desciendan
sobre nosotros las misericordias del Señor (Salmo 78, 8), y sujeta al
dragón, la antigua serpiente, que es el diablo y Satanás, y, una vez
encadenado, precipítalo en el abismo, para que nunca jamás pueda seducir
a las naciones (Apoc. 20).
Después de esto, confiados en tu
protección y patrocinio, con la sagrada autoridad de la Santa Madre
Iglesia, nos disponemos a rechazar la peste de los fraudes diabólicos,
confiados y seguros en el Nombre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor. †
He aquí la Cruz del Señor, huid poderes enemigos.
R. Ha vencido el León de la tribu de Judá, la raíz de David.
Señor, que tu misericordia venga sobre nosotros.
R. Como lo esperamos de Ti.
Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a Ti nuestro clamor.
(El Señor esté con vosotros. (Sólo si es un sacerdote)
R. Y con tu espíritu).
Oremos.
Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, invocamos tu santo Nombre y
suplicantes imploramos tu clemencia, para que, por la intercesión de la
Inmaculada siempre Virgen María Madre de Dios, del Arcángel San Miguel,
de San José Esposo de la Santísima Virgen, de los santos Apóstoles Pedro
y Pablo y de todos los Santos, te dignes prestarnos tu auxilio contra
Satanás y todos los demás espíritus inmundos que vagan por el mundo para
dañar al género humano y para la perdición de las almas. Amén. †
Exorcismo: Te exorcizamos†
todo espíritu maligno, poder satánico, ataque del infernal adversario,
legión, concentración y secta diabólica, en el nombre y virtud de
Nuestro Señor Jesucristo, para que salgas y huyas de la Iglesia de Dios,
de las almas creadas a imagen de Dios y redimidas por la preciosa
Sangre del Divino Cordero. En adelante no oses, perfidísima serpiente,
engañar al género humano, perseguir a la Iglesia de Dios, zarandear a
los elegidos y cribarlos como el trigo. Te lo manda Dios† Altísimo,
† a quien en tu insolente soberbia aún pretendes asemejarte, “el cual
quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la
verdad” (II Tim. 2). Te lo manda Dios Padre †
te lo manda Dios Hijo; † te lo manda Dios Espíritu Santo. †Te lo manda la majestad de Cristo, †
el Verbo eterno de Dios hecho hombre, quien para salvar a la estirpe
perdida por tu envidia, “se humilló a sí mismo hecho obediente hasta la
muerte” (Fil. 2); el cual edificó su Iglesia sobre roca firme, y reveló
que los “poderes del infierno nunca prevalecerían contra ella, Él mismo
había de permanecer con ella todos los días hasta el fin de los tiempos”
(Mat. 28, 20). Te lo manda el santo signo de la Cruz †
y la virtud de todos los Misterios de la fe cristiana. Te lo manda la excelsa Madre de Dios, †
la Virgen María, quien con su humildad desde el primer instante de su Inmaculada Concepción aplastó tu orgullosa cabeza.
Te lo manda la fe†
de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y de los demás Apóstoles. Te lo manda†
la sangre de los mártires y la piadosa intercesión de todos los Santos y
Santas. Por tanto, maldito dragón y toda legión diabólica, te†
conjuramos por Dios vivo, †
por Dios verdadero, por Dios santo, †
que “de tal modo amó al mundo que entregó a su unigénito Hijo, para que
todo el que crea en Él no perezca, sino que viva la vida eterna” (Juan
3); cesa de engañar a las criaturas humanas y deja de suministrarles el
veneno de la eterna perdición; †
deja de dañar a la Iglesia y de poner trabas a su libertad. Huye Satanás, †
inventor y maestro de toda falacia, enemigo de la salvación de los hombres. Retrocede ante Cristo, †
en quien nada has hallado semejante a tus obras. Retrocede ante la
Iglesia una, santa, † católica y apostólica, la que el mismo Cristo
adquirió con su Sangre. Humíllate †
bajo la poderosa mano de Dios. Tiembla y huye, al ser invocado por nosotros el santo y terrible Nombre de Jesús, †
ante el que se estremecen los infiernos, † a quien están sometidas las Virtudes de los cielos, las Potestades†
y las Dominaciones; a quien los Querubines y Serafines alaban con
incesantes voces diciendo: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios de los
Ejércitos.
Señor, escucha mi oración. †
R. Y llegue a Ti mi clamor.
(El Señor esté con vosotros. (Sólo si es un sacerdote)
R. Y con tu espíritu).
Oremos. Dios del Cielo y de la tierra, Dios de los Ángeles, Dios de los
Arcángeles, Dios de los Patriarcas, Dios de los Profetas, Dios de los
Apóstoles, Dios de los Mártires, Dios de los Confesores, Dios de las
Vírgenes, Dios que tienes el poder de dar la vida después de la muerte,
el descanso después del trabajo, porque no hay otro Dios†
fuera de
Ti, ni puede haber otros sino Tú mismo, Creador de todo lo visible y lo
invisible, cuyo reino no tendrá fin: humildemente †
te suplicamos
que tu gloriosa Majestad se digne libramos eficazmente y guardamos sanos
de todo poder, lazo, mentira y maldad de los espíritus infernales. Por
Cristo†
Nuestro Señor. Amén.
De las asechanzas del demonio.
R. Líbranos, Señor.
Haz que tu Iglesia te sirva con segura libertad.
R. Te rogamos, óyenos.
Dígnate humillar a los enemigos de tu Iglesia.
R. Te rogamos, óyenos.
(Se rocía con agua bendita el lugar y a los presentes).
Señor, no recuerdes nuestros delitos ni los de nuestros padres, ni tomes venganza de nuestros pecados (Tobías 3, 3).
Padre nuestro….
Y ahora rezar la siguiente oración:
PODEROSA INVOCACIÓN PARA PEDIR PROTECCIÓN
¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Ti oh arma poderosa!
¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Ti oh arma poderosa!
¡Adoración! ¡Adoración! ¡Adoración! ¡A Tu Sangre Preciosa!
Misericordioso Jesucristo Agonizante, derrama Tu Sangre Preciosa sobre
las almas. Satisface† nuestra sed, y Vance†
al enemigo. Amén.
Poderosa Sangre de Salvación, combate al enemigo. (3 veces). Y finalmente:
ORACIÓN DE COMBATE A SAN MIGUEL
Se llama primero a San Miguel, pidiéndole permiso al Padre celestial
con el rezo de un Padrenuestro. Luego se dice la oración que se enseñó
para estos tiempos:
San Miguel Arcángel: Defiéndenos en la pelea
contra Satanás y sus demonios; sed nuestro amparo y protección; que el
Altísimo os dé el poder y el permiso para que nos asistáis y que Dios
haga oír su voz imperiosa para que expulse a Satanás y sus demonios que
quieren hacer perder la humanidad. Que tu grito: "Quién como Dios, nadie
es como Dios", someta a Satanás y sus demonios bajo nuestros pies.
Amén.
ORACIÓN EXORCISMO Padre Rayito MJM 31 OCT 2012 Monte Maria Mjm•296 videos Recomendamos
No soporto pensar en esas almas arrastradas por Satanás al Infierno
Conozca cómo es Dios Padre y lo que quiere decirle a usted Dios Padre
habla a Sus
hijos
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