DON QUIJOTE, PREDICADOR Y TEÓLOGO
Quijote Discipulo es un blog en el que se abordan distintos aspectos de la religión católica
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LA EXPERIENCIA DE DIOS NACIDA DEL CONOCIMIENTO PROPIO.
1.- EL EJERCICIO DEL PROPIO CONOCIMIENTO.
Si hacemos caso a Juan de Ávila
parece que el reconocimiento de los propios defectos no es una actitud
frecuente en las personas; el “ no tengo nada de qué arrepentirme,”
es una constante que estaba también presente entre los contemporáneos
de nuestro autor, y esto a pesar de que dejaban mucho que desear desde
el punto de vista ético, mostrando las mismas o parecidas lacras de
cualquier sociedad no cristiana. Desde el punto de vista de la óptica
reformadora del maestro Ávila, aún mayores, según el mismo atestigua:
parece que el reconocimiento de los propios defectos no es una actitud
frecuente en las personas; el “ no tengo nada de qué arrepentirme,”
es una constante que estaba también presente entre los contemporáneos
de nuestro autor, y esto a pesar de que dejaban mucho que desear desde
el punto de vista ético, mostrando las mismas o parecidas lacras de
cualquier sociedad no cristiana. Desde el punto de vista de la óptica
reformadora del maestro Ávila, aún mayores, según el mismo atestigua:
“…pues en lugar de vida sobrehumana y celestial que debíamos tener
hemos descendido tan bajo que no buscamos vida conforme a razón…;
Es cosa notoria haber dicho los indios occidentales,
viendo la vida de los cristianos:
si cristianos van al cielo, no queremos ir allá,
por no estar con tan mala gente” (1)

DEL FRONTISPICIO DEL TEMPLO DE DELFOS. “ CONÓCETE A TI MISMO”
Esta escasa conciencia de la propia
malicia le parece al santo una cosa, digamos natural al ser humano, que
tiende por su propia naturaleza a sobrevalorarse, con los perjuicios
que según su opinión dicha inclinación acarrea. Por ello uno de los
pilares de su espiritualidad pasa por el conocimiento de sí.
malicia le parece al santo una cosa, digamos natural al ser humano, que
tiende por su propia naturaleza a sobrevalorarse, con los perjuicios
que según su opinión dicha inclinación acarrea. Por ello uno de los
pilares de su espiritualidad pasa por el conocimiento de sí.
La insistencia con que la
espiritualidad del siglo XVI habla de la necesidad que tiene el hombre
de conocerse a sí mismo si desea progresar en la vida cristiana, es
constante.
espiritualidad del siglo XVI habla de la necesidad que tiene el hombre
de conocerse a sí mismo si desea progresar en la vida cristiana, es
constante.
Juan de Ávila le dedica al tema del
propio conocimiento en el Audi Filia nada menos que once capítulos (2)
siendo éste uno de los tres temas sobre los que hacer girar su camino
espiritual:
propio conocimiento en el Audi Filia nada menos que once capítulos (2)
siendo éste uno de los tres temas sobre los que hacer girar su camino
espiritual:
“…tendréis pues este orden en el mirar,
que primero os miréis a vos, y después a Dios
y después a los prójimos. (3)
La reflexión sobre sí mismo la presenta como una práctica a la que llama “ el ejercicio del propio conocimiento”
sometida a un programa; en los once capítulos referidos describe los
elementos que lo constituyen, señalando materias de meditación,
ejercicios devotos, como el examen particular, llegando incluso a
determinar el tiempo que hay que dedicarle al día:
sometida a un programa; en los once capítulos referidos describe los
elementos que lo constituyen, señalando materias de meditación,
ejercicios devotos, como el examen particular, llegando incluso a
determinar el tiempo que hay que dedicarle al día:
“ Esto es en lo que se debe ocupar en anocheciendo, hasta dos buenas horas”(4), le dice a un sacerdotes amigo a quien aconseja un plan de vida.
El conocimiento del que habla es de
orden estrictamente religioso ya que tiene como punto de referencia a
Dios y con la finalidad de alcanzar la santificación cristiana; nada
tiene que ver, por tanto, con el conocimiento de sí de orden científico y
psicológico y ni con el “ conócete a ti mismo “ de los clásicos.
orden estrictamente religioso ya que tiene como punto de referencia a
Dios y con la finalidad de alcanzar la santificación cristiana; nada
tiene que ver, por tanto, con el conocimiento de sí de orden científico y
psicológico y ni con el “ conócete a ti mismo “ de los clásicos.
El ejercicio consiste en descubrir
lo que el ser humano es y tiene propio de sí mismo, así como lo que es
y tiene recibido de Dios. Por este camino descubrirá que lo único que
puede aportar como propio son limitaciones, defectos y pecados, pues
todo lo que tiene de bueno y positivo tanto en el orden de la naturaleza
como en el de la gracia, viene de Dios como origen y causa principal:
lo que el ser humano es y tiene propio de sí mismo, así como lo que es
y tiene recibido de Dios. Por este camino descubrirá que lo único que
puede aportar como propio son limitaciones, defectos y pecados, pues
todo lo que tiene de bueno y positivo tanto en el orden de la naturaleza
como en el de la gracia, viene de Dios como origen y causa principal:
“Entre el estiércol de vuestra poquedad y defectos lo habéis de hallar…
La finalidad de este ejercicio no solamente es entender que sois malo,
mas sentirlo y gustarlo con la voluntad,
y hallar tomo en vuestra indignidad
como el que tiene un perro muerto en sus narices” (6)

Como se ve, más que un ejercicio
con una finalidad de naturaleza cognoscitiva es una práctica que
persigue alcanzar una determinada autovaloración:
con una finalidad de naturaleza cognoscitiva es una práctica que
persigue alcanzar una determinada autovaloración:
“ Quien no se conoce vive engañado
y no hay peor engaño que ser uno engañado en sí mismo
teniéndose por otro de lo que es.”(7)
quien carece de este
conocimiento será una persona soberbia mereciendo escuchar de Dios las
palabras que el esposo dice a la esposa en el Cantar de los cantares:
conocimiento será una persona soberbia mereciendo escuchar de Dios las
palabras que el esposo dice a la esposa en el Cantar de los cantares:
“ Si no te conoces, oh hermosa entre las mujeres
salte y vete tras las pisadas de tus manadas,
y apacienta tus cabritos junto a las cabañas de los pastores.” (7)
Texto que interpreta simbólicamente y en el que salir e irse es estar alejado de Dios, perdido, siguiendo el rastro de las manadas de los que viven para satisfacer sus más bajos instintos, al lado de maestros y falsos sabios” (8)
Siendo constante en la práctica de este ejercicio:
“ Aprenderéis una ciencia muy saludable
que os hará llorar y no hinchar,
lo cual os guardará de la peligrosa enfermedad de la soberbia,
que entra poco a poco y aún sin sentirlo”( 9)
La ciencia no es otra cosa que la
virtud de la humildad de la que el santo en conformidad con otros
maestros espirituales, especialmente san Agustín, hace pilar de su
espiritualidad.
virtud de la humildad de la que el santo en conformidad con otros
maestros espirituales, especialmente san Agustín, hace pilar de su
espiritualidad.

SIENDO UN PEQUEÑO FELINO SE CONSIDERA UN LEÓN.
El ejercicio del propio conocimiento es base de una doble humildad, primero la que se funda en haber pecado, una humildad propia de pecadores, y también la que el santo llama humildad de los justos,
consecuencia de reconocer y aceptar que todo lo bueno que hay en una
persona es don de Dios, a quien en última instancia se debe el honor y
la alabanza por las bondades humanas:
consecuencia de reconocer y aceptar que todo lo bueno que hay en una
persona es don de Dios, a quien en última instancia se debe el honor y
la alabanza por las bondades humanas:
“Esta humildad tuvo la sagrada virgen María, Nuestra Señora,
que siendo predicada bienaventurada y bendita
por la boca de santa Isabel,
no se hinchó, ni se atribuyó a sí gloria alguna…
mas a Dios se debía la gloria y con profunda reverencia comenzó a cantar:
Mi alma engrandece al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador”(10)
Las indicaciones que preceden son
suficientes para hacernos idea de lo que Juan de Ávila entiende por
conocerse a sí mismo, pues lo que nosotros vamos buscando no es
explicar el ejercicio del propio conocimiento sino la relación que puede
haber entre el conocimiento de sí y experiencia de Dios.
suficientes para hacernos idea de lo que Juan de Ávila entiende por
conocerse a sí mismo, pues lo que nosotros vamos buscando no es
explicar el ejercicio del propio conocimiento sino la relación que puede
haber entre el conocimiento de sí y experiencia de Dios.

2.-CONOCIMIENTO PROPIO Y CONOCIMIENTO DE DIOS.
Juan de Ávila establece una íntima
relación entre conocimiento propio y conocimiento de Dios, ya que le
gusta más partir del hombre, de su estructura y vivencias para llegar a
Dios, que de la contemplación y análisis de las cosas creadas distintas
del ser humano, pues el conocimiento que de Dios podemos alcanzar
partiendo de las cosas de la creación, es un conocimiento impropio,
analógico, negativo, “ya que si después de la reflexión sobre las
obras existentes en la naturaleza me preguntáis quien es Dios, tendría
que decir: una cosa que no sabemos decir lo que es.”
relación entre conocimiento propio y conocimiento de Dios, ya que le
gusta más partir del hombre, de su estructura y vivencias para llegar a
Dios, que de la contemplación y análisis de las cosas creadas distintas
del ser humano, pues el conocimiento que de Dios podemos alcanzar
partiendo de las cosas de la creación, es un conocimiento impropio,
analógico, negativo, “ya que si después de la reflexión sobre las
obras existentes en la naturaleza me preguntáis quien es Dios, tendría
que decir: una cosa que no sabemos decir lo que es.”
Con acentos que nos recuerdan a
san Agustín proclama una y otra vez que la interioridad humana es uno
de los mejores ámbitos para descubrir a Dios, conocerle y
experimentarle:
san Agustín proclama una y otra vez que la interioridad humana es uno
de los mejores ámbitos para descubrir a Dios, conocerle y
experimentarle:
“ Gloria sea a ti para siempre,
poderosa virtud en la cual me sustento.
no tengo , Señor, que buscar fuera de mí,
pues estáis vos más íntimo a mí que yo mismo,
y he de pasar por mí para entrar en vos”(11)
Es desde la elección de la persona
humana y de lo que en ella ocurre como el mejor medio para descubrir a
Dios, en la que el “ejercicio del propio conocimiento” adquiere un gran valor para conocerle:
humana y de lo que en ella ocurre como el mejor medio para descubrir a
Dios, en la que el “ejercicio del propio conocimiento” adquiere un gran valor para conocerle:
“ Veréis, dice en una ocasión, cuan necesaria es esta joya
del propio conocimiento para venir al conocimiento de Dios”(12)
Conocimiento que puede llegar a ser una experiencia de Él.

3.-VIVENCIA DE LA PROPIA INDIGNIDAD.
Entregada la persona al “ejercicio del propio conocimiento,”
puede llegar un momento en el que éste produzca unos efectos que
desbordan los que cualquiera le concedería de acuerdo con su naturaleza.
puede llegar un momento en el que éste produzca unos efectos que
desbordan los que cualquiera le concedería de acuerdo con su naturaleza.
La mayor parte de las personas
piadosas que se entregan a prácticas a las que el santo aconseja, como
el examen diario de la conciencia, la reflexión y análisis de los
propios defectos, el origen de donde provienen, las causas que les
llevan a cometer pecados, etc. es posible que lleguen a sentir un
corazón que como el mismo santo confiesa, “ hacen entristecer un poco”(13)
Es lo que se puede lograr con el propio esfuerzo, aún ayudados por la
gracia, pero, dice el santo, que hay otro conocimiento de sí mismo que
tiene un alcance muy distinto:
piadosas que se entregan a prácticas a las que el santo aconseja, como
el examen diario de la conciencia, la reflexión y análisis de los
propios defectos, el origen de donde provienen, las causas que les
llevan a cometer pecados, etc. es posible que lleguen a sentir un
corazón que como el mismo santo confiesa, “ hacen entristecer un poco”(13)
Es lo que se puede lograr con el propio esfuerzo, aún ayudados por la
gracia, pero, dice el santo, que hay otro conocimiento de sí mismo que
tiene un alcance muy distinto:
“…mas cuando el propio conocimiento viene del espíritu del Señor, es tan lúcido,
que ve el hombre en sí tal indignidad
que le parece milagro sufrirlo la tierra…
y tiene tan grande enojo contra sí mismo por haber vivido así,
que si no fuera por no ofender al Señor,
pondría las manos sobre sí mismo,
y desea que todas las criaturas vengasen las injurias
que ha hecho al Señor”(14)
Como se deduce de la simple lectura del texto anterior el núcleo central de este otro conocimiento que “viene del espíritu del Señor” es el que llamaríamos la vivencia religiosa de la propia indignidad.
La persona contemplando su ser, juzgando su comportamiento, se ve tan
indigna, pobre y pequeña que experimenta un anonadamiento, vergüenza y
confusión que puede llevar al deseo de quitarse la vida.
La persona contemplando su ser, juzgando su comportamiento, se ve tan
indigna, pobre y pequeña que experimenta un anonadamiento, vergüenza y
confusión que puede llevar al deseo de quitarse la vida.
La descripción nos habla de algo
que supera los límites del sentir humano normal. De sobrehumano lo
califica Juan de Ávila:
que supera los límites del sentir humano normal. De sobrehumano lo
califica Juan de Ávila:
“ Lo que aquí se siente no se puede decir
porque es por espíritu sobre humano.(16)

PROCLAMA MI ALMA LA GRANDEZA DEL SEÑOR PORQUE HA MIRADO LA HUMILLACIÓN DE SU SIERVA.
De esta vivencia de la propia
indignidad se derivan sentimientos que no pocas veces están dotados de
la misma dimensión, sobrepasando lo que consideramos normal, aún entre
personas muy religiosas; son sentimientos de amargura, tristeza, deseos
de reparación, amor, agradecimiento…Transcribo un texto en el que
aparecen estos sentimientos:
indignidad se derivan sentimientos que no pocas veces están dotados de
la misma dimensión, sobrepasando lo que consideramos normal, aún entre
personas muy religiosas; son sentimientos de amargura, tristeza, deseos
de reparación, amor, agradecimiento…Transcribo un texto en el que
aparecen estos sentimientos:
“ ¡ Oh Señor, y qué amarga cosa es haber pecado,
y cuán presto se hace llaga en el ánima
y cuánto tarda en ella el arrepentimiento!…
Gran dolor es haber pecado y espina que nunca sale
mientras el hombre en esta vida viviere.
Porque sin no sabe que le está personado
¿ qué lugar tendrá el corazón para la alegría…?
Y si alguna vez quiere la bondad de Dios quitar ese temor,
y con secretas inspiraciones y caricias alegrar al hombre,
dándole a entender por algunas señales que está perdonado diciéndole:
vete en paz, que es lo que más deseaba,
quitarse ha entonces el temor, pero no el dolor;
y no sólo no se quita mas acreciéntase;
porque viendo la bondad del Señor que con él usa perdonándole,
enciéndese todo en amor…
y de este mayor amor, nace mayor dolor;
porque así como la sombra sigue al cuerpo,
así el dolor de la ofensa viene del amor del ofendido,
y crece con él, y descrece con él;
porque viéndose uno más amado, más ama;
y mientras más ama más le desplace haber ofendido a quien ama.”(17)
A todo este conjunto de
sentimientos relacionados con la conciencia del pecado es aplicable lo
que Juan de Ávila había dicho anteriormente:
sentimientos relacionados con la conciencia del pecado es aplicable lo
que Juan de Ávila había dicho anteriormente:
“ Lo que aquí se siente no se puede decir
Porque es por espíritu sobrehumano”
Sobrehumano en un doble sentido. Primero por la intensidad
de lo vivenciado; algo que supera el sentir humano normal; de ahí la
calificación de sobrehumano e inexpresable que se le da. Después por la causa que lo provoca, para el santo su origen es del todo sobrenatural:
de lo vivenciado; algo que supera el sentir humano normal; de ahí la
calificación de sobrehumano e inexpresable que se le da. Después por la causa que lo provoca, para el santo su origen es del todo sobrenatural:
“Gran diferencia va…cuando Dios da lumbre del cielo para conocer
quien es el Bien Sumo al que hemos ofendido
o no servido como debíamos
a cuando lo miramos con la pequeña candelilla de nuestra lumbre…”( 18)
Desde una consideración puramente descriptiva y sin entrar en ningún tipo de interpretación, la vivencia de la propia indignidad,
con las otras que la acompañan, es la forma que adopta la conciencia de
pecado cuando es vivida con una dimensión estrictamente religiosa. Esa
dimensión que como ya sabemos se muestra en la intensidad que desborda
el sentir humano normal y que no es otra cosa que una modalidad del
transcendimiento subjetivo.
con las otras que la acompañan, es la forma que adopta la conciencia de
pecado cuando es vivida con una dimensión estrictamente religiosa. Esa
dimensión que como ya sabemos se muestra en la intensidad que desborda
el sentir humano normal y que no es otra cosa que una modalidad del
transcendimiento subjetivo.

QUÍTATE LAS SANDALIAS…
Todo hace pensar en la aparición de
algo que pertenece a un orden de realidad que supera lo normal y ante lo
cual la persona se siente anonadada.
algo que pertenece a un orden de realidad que supera lo normal y ante lo
cual la persona se siente anonadada.
Únicamente por la presencia de una realidad experimentada como santidad augusta se explica que el hombre se vea “tan feo y abominable que sienta asco de sí mismo”
y esto aún en el caso de que su comportamiento fuese tan bueno que
mereciera la calificación de perfecto por parte de los demás, ya que
tales calificaciones estarían hechas desde una apreciación humana,
mientras que las que nacen de la experiencia religiosa, o como ha dicho
Juan de Ávila de la iluminación del Espíritu Santo, son valoradas de
esta otra forma bien distinta.
y esto aún en el caso de que su comportamiento fuese tan bueno que
mereciera la calificación de perfecto por parte de los demás, ya que
tales calificaciones estarían hechas desde una apreciación humana,
mientras que las que nacen de la experiencia religiosa, o como ha dicho
Juan de Ávila de la iluminación del Espíritu Santo, son valoradas de
esta otra forma bien distinta.
El resultado de la vivencia religiosa de la propia indignidad, es una actitud ante Dios que el santo califica de “verdadera humildad”, y que es explicada como algo que supera la capacidad humana:
“ …Esta humildad es un muy particular don suyo
que a sus escogidos da,
Y aún el conocer que es don de Dios no es poca merced…” (19)
El santo parece saber bien
decir en lo que esta humildad no consiste, pero encuentra dificultad en
transcribir la vivencia interior que la acompaña:
decir en lo que esta humildad no consiste, pero encuentra dificultad en
transcribir la vivencia interior que la acompaña:
“ Y esta humildad no es sentir que todo el bien viene de Dios y el mal nuestro,
sino otro sentido allende éste el cual yo sé poco sentir
y de lo que siento sé menos hablar.” (20)
Como se dijo en la experiencia del ocultamiento de Dios,
esta que hemos llamado vivencia religiosa de la propia indignidad, es
también parte de un proceso más amplio, por ello, a pesar de lo que
pudiera sugerir su nombre, no tiene un carácter negativo. El final del
proceso ya nos lo ha mostrado Juan de Ávila al señalar que de ella se
deriva una actitud de verdadera humildad, en la que entran componentes
muy diversos, que están sintetizados en el reconocimiento religioso, del
que el agradecimiento, la confianza y el amor son sus verdaderos frutos:
esta que hemos llamado vivencia religiosa de la propia indignidad, es
también parte de un proceso más amplio, por ello, a pesar de lo que
pudiera sugerir su nombre, no tiene un carácter negativo. El final del
proceso ya nos lo ha mostrado Juan de Ávila al señalar que de ella se
deriva una actitud de verdadera humildad, en la que entran componentes
muy diversos, que están sintetizados en el reconocimiento religioso, del
que el agradecimiento, la confianza y el amor son sus verdaderos frutos:
“ Adorad, pues, a este Señor con reverencia profunda
Como a principio de vuestro ser, y conservador de él
Y amadle como a continuo bienhechor vuestro
Y decidle con corazón y lengua:
Este es mi descanso…aquí moraré, porque lo escogí…(21)
NOTAS.
(1)“ Causas y remedios de las herejías.”629 s.s.(2) (Cap. del 57 al 67) ( 3) (Audi Filia ,5802;)
(4) ( Carta 5;) (5) (A. Filia 5965ss.) (6) Ibidem, 5805;) (7) (Cant.
1,7; (8) (A. Filia, cap. 57) (9) Ibidem 6204-6308) (10) Ibidem. 6411)
(11) A. Filia 6529-6534) ( 12) (Ibidem ) ( 13) (Carta 5;) (14) (Carta
5;) ( 16) (Carta 5;) (17) (Carta 13) (18) (Carta 10) ; (19) (A. Filia
6460 s.s.)( 20) ( Carta 53)
(4) ( Carta 5;) (5) (A. Filia 5965ss.) (6) Ibidem, 5805;) (7) (Cant.
1,7; (8) (A. Filia, cap. 57) (9) Ibidem 6204-6308) (10) Ibidem. 6411)
(11) A. Filia 6529-6534) ( 12) (Ibidem ) ( 13) (Carta 5;) (14) (Carta
5;) ( 16) (Carta 5;) (17) (Carta 13) (18) (Carta 10) ; (19) (A. Filia
6460 s.s.)( 20) ( Carta 53)
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quijotediscipulo.

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