Judaísmo y cristianismo
Giovanni Bellini representa la Circuncisión de Cristo desde el respeto hacia esa milenaria tradición hebrea que señala el convenio abrahámico.
Ninguna de las figuras en su obra es en lo más mínimo estereotipada.
Realizado en Venecia hacia 1500, este óleo tiene su fuente de
inspiración en el Evangelio
(Lucas 2:21): Es una imagen del Renacimiento italiano que fue sumamente
apreciada y reproducida a lo largo de todo el siglo XVI. La pintura es
exhibida en la Galería Nacional de Londres.
Ninguna de las figuras en su obra es en lo más mínimo estereotipada.
Realizado en Venecia hacia 1500, este óleo tiene su fuente de
inspiración en el Evangelio
(Lucas 2:21): Es una imagen del Renacimiento italiano que fue sumamente
apreciada y reproducida a lo largo de todo el siglo XVI. La pintura es
exhibida en la Galería Nacional de Londres.
Cuando Maurycy Gottlieb representa a Cristo predicando en Cafarnaúm en 1878-79, Jesús de Nazaret, provisto de cristiana aureola, porta además un manto de oraciones judío (talit).
Los judíos oyen lo que Jesús predica e incluso hay quienes comentan al
respecto. Hay quien lo aclama y quien literalmente se agarra la cabeza.
Hay quien tiene fe y quien manifiesta indiferencia. A través de su obra y
desde su judaísmo, Gottlieb intenta reabrir el diálogo entre ambos
grupos e introduce todo el espectro de diferentes opiniones y reacciones
que caracterizan a su pueblo. La obra es exhibida en el Museo Nacional
de Varsovia.
Los judíos oyen lo que Jesús predica e incluso hay quienes comentan al
respecto. Hay quien lo aclama y quien literalmente se agarra la cabeza.
Hay quien tiene fe y quien manifiesta indiferencia. A través de su obra y
desde su judaísmo, Gottlieb intenta reabrir el diálogo entre ambos
grupos e introduce todo el espectro de diferentes opiniones y reacciones
que caracterizan a su pueblo. La obra es exhibida en el Museo Nacional
de Varsovia.
Talla medieval con monje inspirado por un ángel al traducir un texto
bíblico del hebreo al latín. Sobre la imagen se encuentra incisa la
siguiente inscripción hebrea: "אבינו שבשמים יהקדיש שמך" (Avinu shebashamáim iheakdísh shimjá),
es decir, "Nuestro padre que [está] en los cielos santificará tu
nombre". Misericordia gótica, Iglesia de St Pons de Thomières, Francia
bíblico del hebreo al latín. Sobre la imagen se encuentra incisa la
siguiente inscripción hebrea: "אבינו שבשמים יהקדיש שמך" (Avinu shebashamáim iheakdísh shimjá),
es decir, "Nuestro padre que [está] en los cielos santificará tu
nombre". Misericordia gótica, Iglesia de St Pons de Thomières, Francia
son dos religiones abrahámicas monoteístas, con varios puntos en común y
también con marcadas diferencias, tanto en la teología como en la
práctica.1
Cada religión tiene su propio ethos
y sus fundamentos. Y no existe ninguna religión que sea completamente
monolítica. En cada una de ellas existen valiosas expresiones
individuales de diálogo interreligioso establecido por los creyentes.
En el cristianismo, a partir del siglo IV, varios sínodos fueron
elaborando listas de escritos sagrados que fijaban un canon del Antiguo
Testamento de entre 46 y 54 distintos documentos y un canon del Nuevo
Testamento de 20 a 27, siendo este último el utilizado hasta el día de
hoy; el cual fue definido finalmente en el Concilio de Hipona en el año 393. Sin embargo, esta lista definitiva de 27 libros no fue legitimada por ningún concilio ecuménico sino hasta el Concilio de Trento (1545-63).
Junto con el aporte grecorromano, aquello que puede denominarse judeocristianismo constituye uno de los pilares fundamentales de la civilización occidental así como también un notable factor en la formación del concepto "Europa" como entidad política, económica y cultural.
Se ha debatido la posibilidad de incluirlo textualmente durante la redacción del proyecto de la Constitución Europea.
Pero hay quienes no comparten —incluso si empleada sólo eventualmente—
la unión de los términos "judaísmo" y "cristianismo" en una sola
palabra. Ello se debe a sus numerosos prejuicios que son la resultante
de siglos de desconocimiento mutuo y subsecuentes desencuentros.
Con todo, existen también personas de ambos grupos que reconocen la
importancia de establecer un diálogo interreligioso que resulte
provechoso para ambas partes y dé lugar a unas acciones humanitarias
basadas en la cooperación y el respeto mutuo. Existen algunas
preexistencias visuales que sugieren la necesidad de un reencuentro
entre cristianos y judíos.
Índice
Diferencias y convergencias
Según la Pontificia Comisión Bíblica, el Nuevo Testamentoes esencialmente una proclamación del cumplimiento del designio de Dios
en Jesucristo y debido a ello se encuentra en desacuerdo con la parte
del pueblo judío que no cree en dicho cumplimiento. La mencionada
comisión sostiene que el Nuevo Testamento es fiel a la revelación del Antiguo Testamento pero que en varios puntos está en desacuerdo con el judaísmo. Ese desacuerdo, sostiene, es a nivel de creencia,
y además en el pasado fue fuente de varias controversias religiosas
entre dos grupos humanos que comparten la misma fe de base en el Antiguo
Testamento, pero que en su momento se dividen en el modo de concebir el
desarrollo ulterior de dicha fe.2
Con todo, la misma Comisión Bíblica Pontificia indica que:
La constatación de una discontinuidad entre ambos Testamentos y deDe suma importancia para las relaciones entre el cristianismo y el judaísmo ha sido la Declaración Nostra Aetate . La misma fue aprobada por 2221 votos contra 88 en octubre de 1965.3 Nostra Aetate, 4:
una superación de las perspectivas antiguas no debe llevarnos a una
espiritualización unilateral. Lo que ya se ha cumplido en Cristo debe
cumplirse todavía en nosotros y en el mundo. El cumplimiento definitivo
será el del final, con la resurrección de los muertos, los cielos nuevos
y la tierra nueva. La espera mesiánica de los judíos no es vana. Puede
convertirse para nosotros cristianos en un poderoso estímulo para
mantener viva la dimensión escatológica de nuestra fe. Nosotros como
ellos vivimos en la espera.2
Al investigar el misterio de la Iglesia, este Sagrado Concilio recuerda los vínculos con que el Pueblo del Nuevo Testamento está espiritualmente unido con la raza de Abraham. Pues la Iglesia de Cristo reconoce que los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en los Patriarcas, en Moisés y los Profetas,También es importante, en lo que concierne a las relaciones entre el judaísmo y el cristianismo, el documento titulado Dabru Emet (Heb. דברו אמת, "Decid [la] verdad"), redactado en el 2000 por 220 rabinos e intelectuales y que representa a todas las ramas del judaísmo.5
conforme al misterio salvífico de Dios. Reconoce que todos los
cristianos, hijos de Abraham según la fe, están incluidos en la vocación
del mismo Patriarca y que la salvación de la Iglesia está místicamente
prefigurada en la salida del pueblo elegido de la tierra de esclavitud. Por lo cual, la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la Revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia se dignó establecer la Antigua Alianza,
ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo en que se han
injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles. [...]
La Iglesia tiene siempre ante sus ojos las palabras del Apóstol Pablo sobre sus hermanos de sangre, "a quienes pertenecen la adopción y la gloria, la Alianza, la Ley, el culto y las promesas; y también los Patriarcas, y de quienes procede Cristo según la carne" (Rom., 9,4-5), hijo de la Virgen María. Recuerda también que los Apóstoles, fundamentos y columnas de la Iglesia, nacieron del pueblo judío, así como muchísimos de aquellos primeros discípulos que anunciaron al mundo el Evangelio de Cristo. [...] Como
es, por consiguiente, tan grande el patrimonio espiritual común a
cristianos y judíos, este Sagrado Concilio quiere fomentar y recomendar
el mutuo conocimiento y aprecio entre ellos, que se consigue sobre todo
por medio de los estudios bíblicos y teológicos y con el diálogo
fraterno.4
Este último documento reconoce las diferencias teológicas entre las dos
religiones y a su vez afirma el dominio común a ambas, dándole
legitimidad al cristianismo de los gentiles desde el punto de vista
judío. Aunque Dabru Emet no es documento oficial de ninguna
denominación judía, no por ello deja de ser representativo de aquello
que los judíos sienten y que es expresado a través de ocho tópicos,
donde se destaca particularmente la noción de que la humanamente
irreconciliable diferencia [teológica] entre judíos y cristianos no
encontrará solución ninguna hasta que Dios redima al mundo entero, tal
como lo promete la Escritura.6
En dicho documento también se reconoce que una nueva relación entre
judíos y cristianos no tiene por qué debilitar las observancias judías y
que ambas comunidades deben trabajar conjuntamente por la justicia y la
paz.7
El papa Juan Pablo II
se esmeró en mejorar las relaciones entre la cristiandad y la judeidad,
siendo además el primer pontífice católico que hizo una visita oficial a
la Sinagoga, donde oficialmente expresó su apología en nombre de la
Iglesia católica por su proceder contra los judíos a lo largo de la
historia. En tal ocasión se refirió al judaísmo como "el hermano mayor"
del cristianismo.
Benedicto XVI por su parte expresó un punto de vista similar a aquel de los rabinos, dejando claro en un libro publicado en 2004 junto con Marcello Pera
que el diálogo intercultural puede a menudo ser positivo, pero que el
diálogo teológico es prácticamente imposible y no siempre deseable.
También el 2010 fue recibido por la comunidad judía de Roma8
El papa Francisco
también ha tenido excelentes relaciones con líderes judíos, por ejemplo
su gran amistad (desde que era el cardenal Bergoglio) con el rabino
argentino Abraham Skorka,9 y luego de su elección como papa, envió un mensaje de amistad a Riccardo Di Segni, Rabino principal de Roma y —por extensión— al pueblo judío.10 Igualmente ha recibido delegaciones de líderes judíos en el Vaticano.11 12 También ha recordado la importancia de seguir con esta relación de fraternidad.13
Interés recíproco
El mismo se ha manifestado de un modo significativo a partir del Iluminismo propio del siglo XVIII. El arte se manifiesta también como un campo de interés recíproco.Artistas cristianos de las épocas más diversas que han plasmado en su
obra un considerable interés por la cultura hebraica o por las
tradiciones judías. Entre ellos lugar destacado ocupan Rembrandt, Delacroix, Niki de Saint Phalle, Robert Indiana y Salvador Dalí.14
Respecto a los artistas hebreos, destacado es el interés de algunos de ellos respecto a Jesús
y su prédica, especialmente en obras ejecutadas durante los siglos XIX y
XX. Entre estas últimas merece ser mencionado el aporte de artistas
tales como Maurycy Gottlieb, Max Liebermann, Isaak Asknaziy y Marc Chagall.15
Tanto el Decálogo como el candelabro hebreo de siete brazos forman parte del repertorio tradicional iconográfico cristiano.16
En una monumental escultura del siglo XXI, realizada por Wolfgang Bialas y emplazada en la Basílica de San Pedro de la Ciudad del Vaticano en 2006, la hermana carmelita Edith Stein —beatificada y canonizada como Santa Teresa Benedicta de la Cruz— porta conjuntamente los rollos de la Torá y una Cruz Latina.17
Mas en términos iconográficos, la imagen mencionada constituye un
caso atípico e incluso extraordinario, dado que la coexistencia de
atributos judaicos y cristianos que son portados por una misma figura
constituye una novedad en la milenaria iconografía cristiana.
De hecho, cada una de las femeninas personificaciones medievales de la
fe —cristiana y mosaica respectivamente— presenta atributos que le son
propios.18 Conocidas en latín como Ecclesia et Synagoga (Iglesia y Sinagoga),19 y simbolizando respectivamente a los dos Testamentos en que se divide la Biblia cristiana,
dichas figuras alegóricas eran de naturaleza eclesiástica y establecían
en tiempos del medioevo un pronunciado y tendencioso contraste
teológico,20 solo inicialmente exento de antijudaísmo.21
Aunque el mencionado par alegórico continúe desde entonces presente en
varias catedrales europeas, la posición actual del cristianismo ya no es
reflejada a través de un par de figuras contrastantes o antitéticas,
sino mediante otro que es considerablemente distinto y donde las
alegorías son expresadas en términos de figuras que sugieren tanto el
diálogo como la conciliación. Ello se constata a través de pares
contemporáneos de personificaciones que simbolizan respectivamente al
judaísmo y al cristianismo y que pueden observarse en el vitral de 1995
por Helmut Heinemann en la Iglesia católica parroquial de Santa Bárbara
en Bonn-Ippendorf,22 en un par escultórico realizado en bronce por la hermana australiana Paula M. Turnbull hacia 2000,23 y en una estampa de 2007 elaborada por el artista holando-americano Bert Menco.24
En el vitral de Heinemann y la escultura de Turnbull, las figuras de Ecclesia et Synagoga
son fácilmente identificables y presentan actitudes de diálogo que son
expresadas en términos calmos y que invitan a la contemplación.25
En el grabado de Menco, por otra parte, ambas figuras comunican una
actitud serena y asimismo comparten un espacio central que les es común.
Acerca de este trabajo expresó su autor hacia 2010:
La inspiración para esta aguatinta proviene de las esculturas que se encuentran en muchas catedrales
góticas europeas [...] que representan a la Iglesia victoriosa junto a
una Sinagoga sumisa y en estado grave; la Iglesia con un estandarte que
se asemeja a una espada, engreída y rimbombante, [en relación a]
Sinagoga, cabizbaja, con ojos vendados y estandarte quebrado. [...] En
mi imagen, Iglesia ha bajado sus espadas cruciformes, [...] en tanto que
Sinagoga presenta removida su venda y, en vez de un estandarte
quebrado, ella porta un candelabro de siete brazos con todas sus lámparas encendidas, [...] como [sucedía con] aquél que estaba en el Templo de Jerusalén
[...]. El propósito de la imagen es el expresar que Iglesia y Sinagoga
son socias por partes iguales [en su quehacer] y no el que una es mejor
que la otra. Las imágenes alrededor de la escena central [que contiene a
las figuras de Iglesia y Sinagoga] no son otra cosa que las gárgolas que [a menudo] se encuentran en [... las] catedrales. —Bert Menco.26
Galería interactiva
Presenta trabajos que testimonian el interés de sus autores por las tradiciones y el acervo cultural de su prójimo.
Biblia de Alba, 1422-1433. Biblia hebrea traducida al romance por el toledano Rabí Mošé Arragel,27 por encargo de Don Luis González de Guzmán, Maestre de la Orden de Calatrava.
Las imágenes que acompañan el texto del rabino hispano fueron
realizadas por un miniaturista cristiano. Se trata de un texto miniado
en estilo gótico español y de un importante ejemplo de arte sefardí.
González de Guzmán fue un cristiano noble que se interesó por tener
acceso directo a la versión de las Sagradas Escrituras que disponían
entonces los hebreos hispanos. El Maestre deseaba conocer los puntos de
vista tanto de exegetas judíos como cristianos. Eso llevó a un trabajo
de colaboración entre el mencionado rabino y varios eruditos cristianos.
El fol. 57v de la Biblia de Alba muestra dos representantes de las Tribus de Israel. En consonancia con los códigos del siglo XV, Dan y Gad, ambos hijos de Jacob, encuentran expresión como dos hidalgos jinetes abanderados, identificables por sus respectivos símbolos e inscripciones.28
Giovanni Battista Villa, Mausoleo Montanaro, Cementerio de Staglieno, Génova, 1888.32 Una figura alegoríca o personificación de la Fe enciende el último brazo de la Menorá (ubicada en esta composición escultórica en próximidad a una Cruz latina, no visible en la imagen).33 Idénticos motivos y composición reaparecen en otro Mausoleo de Buenos Aires.34
Sergei Mikhailovich Prokudin-Gorskii, Escolares judíos estudiando con su maestro, Jéder de Samarcanda, 1909-1915. Fotografía en color producida en el Imperio Ruso.
Anselm Kiefer, Shvirat Hakelim
(El rompimiento de la vajilla), Museo de Arte de Tel Aviv, 2011. Los
libros metálicos son alusiones a la cultura hebraica. Kiefer se interesa
por el misticismo judío y la Cábala.
Proyectos conjuntos
Arte judío europeo. Manuscrito sefarado-asquenazí. Mishné Torá, c. 1457.35 Sección titulada Sefer Mishpatim (Libro de las Leyes). Caligrafía asquenazí semi-cursiva. Museo de Israel, Jerusalén.
- Juntos otra vez. Curadores de la Biblioteca Apostólica Vaticana y del Museo de Israel organizaron una muestra de manuscritos hebreos miniados provenientes de la Santa Sede, siendo los mismos exhibidos en la exposición "De Roma a Jerusalén" presentada en Jerusalén en 2006.36
Desarrollada en 2015, año del cincuentenario de la Declaración Nostra Aetate
y de la apertura del Museo de Israel, la exposición "Juntos otra vez"
involucra el trabajo conjunto de la Biblioteca Apostólica y el Museo de
Israel, permitiendo la reunión e investigación de un importante
manuscrito hebreo miniado al que se conoce como un Mishné Torá renacentista de Maimónides, siendo el ejemplar exhibido desarrollado en el norte de Italia en 1457.37 - Synagoga y Ecclesia en Nuestro Tiempo. Desde
Filadelfia, la Universidad Católica de San José encomendó formalmente al
escultor californiano Joshua Koffman realizar una escultura para
conmemorar el cincuentenario de la Declaración Nostra Aetate, "una obra
que refleje las enseñanzas de la Iglesia católica en la actualidad".38 Para dicha escultura, a ser llevada a cabo en bronce, Koffman completó un modelo preliminar en arcilla en abril de 2015.38
El trabajo de Koffman consiste en un par de personificaciones alegorícas
de la Fe que dan respuesta a los tradicionales motivos iconográficos de
Ecclesia et Synagoga (Iglesia y Sinagoga), desde el medioevo en adelante representando respectivamente la Fe católica y la Fe hebraica.38
Con todo, Koffman, a diferencia de sus predecesores medievales,
barrocos y decimonónicos, reinterpreta el tema de un modo innovador y
original: su par alegórico no presenta a Ecclesia et Synagoga como rivales religiosas, sino como compañeras en su estudio del Texto Sagrado.39 Synagoga porta en su regazo los rollos de la Torá, que se encuentran abiertos, listos para ser leídos. Ecclesia porta en sus brazos un libro abierto y que representa el Evangelio.
Dichas alegorías de la Fe son jóvenes y ambas están coronadas. Durante
el desarrollo gradual de la estructura y diferentes detalles de su
escultura, Koffman ha conseguido sugerir un interés recíproco entre
ambas protagonistas.39 Ello es expresado de un modo gestual y a su vez significativo: la mirada de Ecclesia se dirige al texto de la Torá, mientras que la mirada de Synagoga se dirige al texto del Evangelio.39
- La escultura de Koffman se titula Synagoga y Ecclesia en Nuestro Tiempo,40 siendo el componente temporal una clara alusión al título latino de la declaración pronunciada por el Segundo Concilio Vaticano en 1965.38Synagoga y Ecclesia en Nuestro Tiempo. Obra realizada y exhibida en Filadelfia en julio de 2015. Los términos latinos "Synagoga" y "Ecclesia" retoman la expresión "Ecclesia et Synagoga"
(Iglesia y Sinagoga), empleada en Europa durante el medioevo para
designar a las congregaciones católica y judía, respectivamente.
«Aquella declaración de 1965 repudió siglos de argumentos cristianos de
que los judíos en su ceguera eran enemigos de Dios y que su vida
espiritual era obsoleta. El documento [católico de 1965] llamó en vez a
la amistad y el diálogo entre católicos y judíos».41
Considerando esto último, las figuras alegóricas a ser emplazadas en la
Universidad de San José en Filadelfia son representadas con el
propósito de expresar que "ambas [...] viven en alianza con Dios, lado a
lado, aprendiendo cada una de ellas de los textos sagrados la otra, así
como también de la distintiva experiencia de cada una de ellas respecto
al Santísimo".42
Según Philip A. Cunningham, la nueva escultura empleará las alegorías de Synagoga y Ecclesia representándolas con "nobleza y gracia",38 para ilustrar y perpetuar las palabras del papa Francisco: «El diálogo y la amistad con el pueblo judío son parte de la vida de los discípulos de Jesús. Existe entre nosotros una rica complementareidad que nos permite leer los textos de las Escrituras hebreas juntos y ayudarnos los unos a los otros al extraer las riquezas de la palabra de Dios.»43
La escultura de Koffman comunicará aquello que el papa Francisco
denomina el "viaje de amistad" que judíos y católicos vienen
experimentando desde hace cinco décadas, expresó Adam Gregerman en abril
de 2015.38
El 27 de septiembre de 2015, casi al culminar su visita en los Estados
Unidos y previo a la misa que celebraría horas más tarde ante una
multitud, el papa Francisco
se presentó en la jesuita Universidad de San José en Filadelfia, donde
oró y bendijo la imagen que conmemora y honra las premisas de la
Declaración Nostra Aetate: Synagoga y Ecclesia en Nuestro Tiempo.44
El momento contemplativo y gesto del pontífice ante la estatua
conmemorativa del diálogo católico-judío son calificados por la prensa
en términos de "visita histórica" ante una obra que presenta dos figuras
femeninas, provistas cada una de ellas con sus textos sagrados, y
dialogando constructivamente.45
El gesto papal es consonante con la declaración emitida por el
pontífice ante los 300 representantes de la Conferencia Internacional de
Cristianos y Judíos desarrollada en Roma en julio de 2015: «un
definitivo 'sí' a las raíces judías del cristianismo y un irrevocable
'no' al antisemitismo. Los cristianos, todos los cristianos, tenemos
raíces judías».46
La escultura realizada por Koffman se ajusta a las premisas enunciadas
en el texto de la Declaración Nostra Aetate de octubre de 1965:
Como es tan grande el patrimonio espiritual común a cristianos yLa escultura de Koffman se refiere al diálogo interreligioso y,
judíos, este Sagrado Concilio quiere fomentar y recomendar el mutuo
conocimiento y aprecio entre ellos, que se consigue sobre todo por medio
de los estudios bíblicos y teológicos y con el diálogo fraterno.
Aunque las autoridades de los judíos con sus seguidores reclamaron la
muerte de Cristo, sin embargo, lo que en su Pasión se hizo, no puede ser
imputado ni indistintamente a todos los judíos que entonces vivían, ni a
los judíos de hoy. Y, si bien la Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, no
se ha de señalar a los judíos como reprobados de Dios ni malditos, como
si esto se dedujera de las Sagradas Escrituras. Por consiguiente, procuren
todos no enseñar nada que no esté conforme con la verdad evangélica y
con el espíritu de Cristo, ni en la catequesis ni en la predicación de
la Palabra de Dios. Además, la Iglesia, que reprueba cualquier
persecución contra los hombres, consciente del patrimonio común con los
judíos, e impulsada no por razones políticas, sino por la religiosa
caridad evangélica, deplora los odios, persecuciones y manifestaciones
de antisemitismo de cualquier tiempo y persona contra los judíos. Por
los demás, Cristo, como siempre lo ha profesado y profesa la Iglesia,
abrazó voluntariamente y movido por inmensa caridad, su pasión y muerte,
por los pecados de todos los hombres, para que todos consigan la
salvación. Es, pues, deber de la Iglesia en su predicación el anunciar
la cruz de Cristo como signo del amor universal de Dios y como fuente de
toda gracia (Archivo Vaticano).
aunque los medios de comunicación en español se refieren a ella como "La
sinagoga y la iglesia en nuestro tiempo",47 su título original, en inglés, recurre a los términos latinos Synagoga y Ecclesia,
dado que la obra responde específicamente al par de motivos antagónicos
medievales, denominados técnicamente en latín. La obra contemporánea
fue realizada en respuesta a la noción medieval "triunfo del
cristianismo sobre el judaísmo" y lleva en su pedestal una cita del Papa
Francisco: "Existe un rico complemento entre la Iglesia y el pueblo
judío que nos permite ayudarnos a minar las riquezas de la palabra de
Dios".48
Véase también
Referencias
- AJN, El Papa bendijo una escultura que representa la unidad católico-judía, Valores Religiosos, 29 de septiembre de 2015.
Bibliografía
- Jacobs, Louis (1973). A Jewish Theology, Behrman House. ISBN 0-87441-226-9.
- Rosenzweig, Franz (2005). The Star of Redemption, University of Wisconsin Press. ISBN 0-299-20724-2.
- Welker, Carmen (2007). Should Christians be Torah Observant?, Netzari Press. ISBN 978-1-934916-00-1.
- Bloom, Harold (2005). Jesus and Yahweh: The Names Divine, Riverhead. ISBN 1-57322-322-0.
- Herberg, Will (1951). Judaism and Modern Man: An Interpretation of Jewish religion, Jewish Publication Society. ISBN 0-689-70232-9.
- Bamberger, Bernard (1981). "Commentary to Leviticus" in The Torah: A
Modern Commentary, edited by W. Gunther Plaut, New York: Union of
American Hebrew Congregations. ISBN 0-8074-0055-6. - Kessler, Edward; Wenborn, Neil, eds. (2005). A Dictionary of Jewish-Christian Relations. Cambridge University Press. ISBN 9781139447508.
- Mitre Fernández, Emilio (2003) [1980]. Judaísmo y cristianismo: raíces de un gran conflicto histórico. Istmo. ISBN 9788470901010.
Enlaces externos
- Información sobre Judaísmo y cristianismo. Jewish Encyclopedia.
tópico 6: "The humanly irreconcilable difference between Jews and
Christians will not be settled until God redeems the entire world as
promised in Scripture" (Jewish-Christian Relations, 15.7.2002).
Filósofa, mística y religiosa, mártir y santa católica de origen judío,
Edith Stein fue beatificada en 1987 y canonizada en 1998 por el Papa
Juan Pablo II:
"Nos inclinamos profundamente ante el
testimonio de la vida y la muerte de Edith Stein, hija extraordinaria de
Israel e hija al mismo tiempo del Carmelo, sor Teresa Benedicta de la
Cruz; una personalidad que reúne en su rica vida una síntesis dramática
de nuestro siglo. La síntesis de una historia llena de heridas profundas
que siguen doliendo aún hoy...; síntesis al mismo tiempo de la verdad
plena sobre el hombre, en un corazón que estuvo inquieto e insatisfecho
hasta que encontró descanso en Dios". Estas palabras fueron pronunciadas
por el Papa Juan Pablo II con ocasión de la beatificación de Edith
Stein en Colonia, el 1 de mayo de 1987. [...] Con su beatificación
[...], la Iglesia rindió honores, por decirlo con palabras del Sumo
Pontífice Juan Pablo II, a "una hija de Israel, que durante la
persecución de los nazis ha permanecido, como católica, unida con fe y
amor al Señor Crucificado, Jesucristo, y, como judía, a su pueblo" (Santa Sede: Teresa Benedicta de la Cruz; accedido 20 de junio de 2014).
19 de noviembre de 2010; consultado 20 de junio de 2014)). Si bien en
el arte occidental "Sinagoga" existe ya desde el siglo IX, es solo a
partir del siglo XII que dicha figura presenta sus ojos cubiertos por
una venda (Nina Rowe, The Jew, the Cathedral and the Medieval City: Synagoga and Ecclesia in the Thirteenth Century, Cambridge: Cambridge University Press, 2011; accedido 20 de junio de 2014). La venda desaparece en varias imágenes de Synagoga realizadas en el siglo XX (acerca de ellas nos referiremos a continuación).
trata de figuras alegóricas representadas como dos doncellas y que,
según la teología eclesiástica, simbolizaban la "Antigua" Ley
(Mosaica), trascendida por la Iglesia a través del Cristo; como
alegorías teológicas, "Sinagoga" e "Iglesia" forman un par al que se
conoce en latín como «Ecclesia et Synagoga» (Helen Rosenau, Ecclesia et Synagoga, Jewish Virtual Library, 2008; Gilles Castelnau, La synagogue et l’Église chrétienne, Évangile et liberté 219, mayo de 2008; Freddy Raphaël, L'Église et la Synagogue, ASIJA, Alsacia-Lorena, 2010 (accedido 26 de noviembre de 2013); Akerman, «Ecclesia et Synagoga», 19 de noviembre de 2010).
que ambas alegorías son teológicas y responde a un punto de vista
medieval que no solo es eclesiástico sino además maniqueísta; según esta
posición no existen términos medios ni matices: sólo hay blanco o
negro, santos o pecadores, cielo o infierno.
Arragel de Guadalfajara o Moshe Aragel de Guadalajara era en ese
entonces el rabino de la comunidad judía de Maqueda, Toledo.
"Figura de Dan y su pendon [...] a figura de un culebro con alas de
agila e de la otra par una aguyla"; "Figura de Gad e en su estandarte
del manera de omnes afinados como jineste".
Battista Villa, escultor genovés, 1832-1899; se dedicó en exclusividad a
la escultura a partir de 1866, destacándose entre sus trabajos
especialmente los monumentos funerarios que realizó para el Cementerio
de Staglieno (Comune di Genova: Gli scultori, accedido 21 de junio de 2014).
un estudio de los motivos comunes a los monumentos mencionados así como
de su alcance y valor en términos iconográficos, véase Mariano Akerman,
"Mausoleo Dorrego-Ortiz Basualdo", Documenta, 21 de septiembre de 2012 (consultado 20 de junio de 2014).
"Acervo e Memória II: Tragédia e Lembrança" (disertación), ASA, Río de
Janeiro, 18 de octubre de 2015 (Río de Janeiro, Consulado de Bélgica, Programa Estímulo Vesalius: Anatomía del Arte, agosto de 2015). Véase también: Sculpting a New Tradition, septiembre de 2015 (consultado 27 de julio de 2016).
1965 statement repudiated centuries of Christian claims that Jews were
blind enemies of God whose spiritual life was obsolete. The document
called instead for friendship and dialogue between Catholics and Jews» (SJU).
Synagogue and Church as both proud crowned women, living in covenant
with God side by side, and learning from one another’s sacred texts and
about their distinctive experiences of the Holy One» (SJU). El presidente de la mencionada universidad, C. Kevin Gillespie, explica que "En 1965, Nostra Aetate
rechazó tales imágenes al declarar que los judíos son amados por un
Dios siempre justo, cuyas promesas son irrevocables. [...] La estatua Synagoga y Ecclesia en Nuestro Tiempo
retratará a judíos y cristianos usando las figuras medievales [pero] de
una manera muy diferente, para expresar la enseñanza católica actual"
(Versión original en inglés: «In 1965, Nostra Aetate rejected such
images, declaring that Jews are beloved by an ever-faithful God whose
promises are irrevocable [...]. The statue of 'Synagoga and
Ecclesia in Our Time' will portray Jews and Christians using the
medieval figures in a strikingly different way to express Catholic
teaching today»; SJU).
and friendship with the Jewish people are part of the life of Jesus’
disciples. There exists between us a rich complementarity that allows us
to read the texts of the Hebrew Scriptures together and to help one
another mine the riches of God’s word» (SJU).
definitive ‘yes’ to the Jewish roots of Christianity and an irrevocable
‘no’ to anti-Semitism… Christians, all Christians, have Jewish roots» (Vatican Insider: Francis, La Stampa, 7 de julio de 2015; consultado 29 de septiembre de 2015).
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