jueves, 8 de junio de 2017

Catholic.net - Sesión 3: Catequesis y Educación religiosa escolar

Catholic.net - Sesión 3: Catequesis y Educación religiosa escolar





























Sesión 3: Catequesis y Educación religiosa escolar
Este
curso tiene como objetivo hacer que el catequista sea destinatario de
la catequesis para que pueda ponerse al servicio de nuestros hermanos y
ayudarlos a crecer en la fe, principalmente a encontrar al Dios de
Jesucristo.



Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net



La
catequesis ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus
tareas primordiales, ya que Cristo resucitado, antes de volver al Padre,
dio a los apóstoles esta última consigna: hacer discípulos a todas las
gentes, enseñándoles a observar todo lo que Él había mandado. Él les
confiaba la misión y el poder de anunciar a los hombres lo que ellos
mismos habían oído, visto con sus ojos, contemplado y palpado con sus
manos acerca del Verbo de vida. Al mismo tiempo les confiaba la misión y
el poder de explicar con autoridad lo que Él les había enseñado, sus
palabras y sus actos, sus signos y sus mandamientos. Y les daba al
Espíritu Santo para cumplir esta misión. Muy pronto se llamó catequesis
al conjunto de esfuerzos realizados por la Iglesia para hacer
discípulos, para ayudar a los hombres a creer que Jesús es el Hijo de
Dios, a fin de que, mediante la fe, ellos tengan la vida en su nombre,
para educarlos e instruirlos en esta vida y construir así el Cuerpo de
Cristo. La Iglesia no ha dejado de dedicar sus energías a esa tarea.4



Sin confundirse con ellos, la catequesis se articula dentro de un cierto
número de elementos de la misión pastoral de la Iglesia, que tienen un
aspecto catequético, que preparan para la catequesis o que derivan de
ella, como son: primer anuncio del Evangelio o predicación misionera
para suscitar la fe; búsqueda de razones para creer; experiencia de vida
cristiana: celebración de los sacramentos; integración en la comunidad
eclesial; testimonio apostólico y misionero.5



La peculiaridad de la catequesis, distinta del anuncio primero del
Evangelio que ha suscitado a la conversión, persigue el doble objetivo
de hacer madurar la fe inicial y de educar al verdadero discípulo por
medio de un conocimiento más profundo y sistemático de la persona y del
mensaje de Nuestro Señor Jesucristo. 6



Juan Pablo II define la catequesis en sentido amplio o pleno:
«Globalmente, se puede considerar aquí la catequesis en cuanto educación
de la fe de los niños, de los jóvenes y adultos, que comprende
especialmente una enseñanza de la doctrina cristiana, dada generalmente
de modo orgánico y sistemático, con miras a iniciarlos en la plenitud de
la vida cristiana ». 7



EL CONTEXTO ESCOLAR Y LOS DESTINATARIOS DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR





La enseñanza religiosa escolar se desarrolla en contextos escolares
diversos, lo que hace que, manteniendo su carácter propio, adquiera
también acentos diversos. Estos acentos dependen de las condiciones
legales y organizativas, de la concepción didáctica, de los presupuestos
personales de los educadores y de los alumnos, y de la relación de la
enseñanza religiosa escolar con la catequesis familiar y parroquial.



No es posible reducir a una única forma todas las modalidades de
enseñanza religiosa escolar que se han desarrollado en la historia como
consecuencia de los Acuerdos con los Estados y de las decisiones tomadas
por diferentes Conferencias episcopales. Es, sin embargo, necesario
que, de conformidad con las correspondientes situaciones y
circunstancias, la orientación que se dé a la enseñanza religiosa
escolar, responda a su finalidad y a sus peculiares características.
(224)

Los alumnos « tienen el derecho de aprender, con verdad y certeza, la
religión a la que pertenecen. Este derecho a conocer más a fondo la
persona de Cristo y la integridad del anuncio salvífico que El propone,
no puede ser desatendido. El carácter confesional de la enseñanza
religiosa escolar, desarrollada por la Iglesia según las modalidades y
formas establecidas en cada país, es —por tanto— una garantía
indispensable ofrecida a las familias y a los alumnos que eligen tal
enseñanza ». (225)



Para la Escuela católica, la enseñanza religiosa escolar así
identificada y complementada con otras formas del ministerio de la
Palabra (catequesis, celebraciones litúrgicas...), es parte
indispensable de su tarea educativa y fundamento de su propia
existencia. (226)

La enseñanza religiosa escolar, en el marco de la Escuela estatal y en
el de la no confesional, donde la Autoridad civil u otras circunstancias
impongan una enseñanza religiosa común a católicos y no católicos,
(227) tendrá un carácter más ecuménico y de conocimiento interreligioso
común.



En otras ocasiones, la enseñanza religiosa escolar podrá tener un
carácter más bien cultural, dirigida al conocimiento de las religiones, y
presentando con el debido relieve la religión católica. (228) También
en este caso, sobre todo si es impartida por un profesor sinceramente
respetuoso, la enseñanza religiosa mantiene una dimensión de verdadera «
preparación evangélica ».



La situación de vida y de fe de los alumnos que asisten a la
enseñanza religiosa escolar se caracteriza por una inestabilidad notable
y continua. La enseñanza religiosa escolar ha de tener en cuenta esta
realidad cambiante para poder alcanzar su finalidad.




La enseñanza religiosa escolar ayuda a los alumnos creyentes a
comprender mejor el mensaje cristiano en relación con los problemas
existenciales comunes a las religiones y característicos de todo ser
humano, con las concepciones de la vida más presentes en la cultura, y
con los problemas morales fundamentales en los que, hoy, la humanidad se
ve envuelta.



Por otra parte, los alumnos que se encuentran en una situación de
búsqueda, o afectados por dudas religiosas, podrán descubrir gracias a
la enseñanza religiosa escolar qué es exactamente la fe en Jesucristo,
cuáles son las respuestas de la Iglesia a sus interrogantes,
proporcionándoles así la oportunidad de reflexionar mejor sobre la
decisión a tomar.



Finalmente, cuando los alumnos no son creyentes, la enseñanza religiosa
escolar asume las características de un anuncio misionero del Evangelio,
en orden a una decisión de fe, que la catequesis, por su parte, en un
contexto comunitario, ayudará después a crecer y a madurar.





EDUCACIÓN CRISTIANA FAMILIAR, CATEQUESIS Y ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR AL SERVICIO DE LA EDUCACIÓN EN LA FE



La educación cristiana familiar, la catequesis y la enseñanza religiosa
escolar, cada una desde su carácter propio, están íntimamente
relacionadas dentro del servicio de la educación cristiana de niños,
adolescentes y jóvenes. En la práctica, sin embargo, deben tenerse en
cuenta, diferentes elementos variables, que puntualmente se presentan, a
fin de proceder con realismo y prudencia pastoral en la aplicación de
las orientaciones generales.

Por tanto, corresponde a cada diócesis o región pastoral discernir las
diversas circunstancias que concurren, bien en cuanto a la existencia o
no de una iniciación cristiana en el ámbito de las familias para sus
propios hijos, bien en cuanto a los cometidos formativos que en la
tradición o situación local ejercen las parroquias, las escuelas, etc.



En consecuencia, las Iglesias particulares y la Conferencia Episcopal
establecerán las orientaciones propias para los diversos ámbitos,
fomentando unas actividades que son distintas y se complementan.





LEGITIMACIÓN DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR



La legitimidad de la presencia de la enseñanza religiosa en la escuela
se fundamente en multitud de razones, algunas de las cuales se exponen a
continuación. Estos argumentos no sólo apoyan la convicción de que esta
enseñanza no es contraria a la escuela ni a las finalidades y objetivos
que ella persigue, sino que muestran además que, cuando falta la
formación religiosa, la educación de los alumnos queda empobrecida e
incompleta; se produce un daño a los ciudadanos y una situación injusta.



La Comisión Episcopal Española de Enseñanza y Catequesis ha expuesto
algunas de las razones que justifican la enseñanza religiosa escolar
sistematizándolas en un torno a cinco dimensiones de la religión: la
cultural e histórica, la humanizadora, la ético-moral, la teológica y la
científica, y la pedagógica.



a) La dimensión cultural e histórica de la Religión

la enseñanza religiosa escolar proporciona una información cultural e
histórica de primera magnitud, imprescindible para comprender la cultura
en la que se mueve el mundo en el que el alumno vive. Precisamente este
motivo ha sido el argumento invocado recientemente por el Consejo de
Europa para solicitar la enseñanza de la Religión en todas las escuelas.

No hay duda de que lo religioso forma parte de la cultura, y de un modo
especial de la cultura europea. Todas las civilizaciones tienen
contenidos de carácter religioso y es imprescindible conocerlos para
comprender la cultura propia y las demás. Por otro lado, los contenidos
de la enseñanza escolar de la Religión dan mayor capacidad crítica y
libertad para acertar o rechazar otras opciones. Es decir, permite
interpretar y entender las civilizaciones y culturas y opinar con
conocimiento.



La enseñanza escolar de la Religión aporta un marco de referencia para
formar la propia escala de valores y así juzgar de las ideologías;
además, las manifestaciones religiosas son un lazo de unión entre las
culturas de los pueblos, pues ofrecen una base común de diálogo y
comprensión.

En definitiva, desde este punto de vista, la religión, al ser un
fenómeno cultural, se debe enseñar y aprender en la escuela, ya que en
ella se pretende la transmisión de la cultura.



b) La dimensión humanizadora de la Religión

La religión tiene tan gran poder humanizador que urge su integración en
la formación humana de los alumnos. La enseñanza religiosa escolar educa
en los valores profundos, que permiten unificar al ser humano y darle
una finalidad última, que es la felicidad. Se ha dicho con acierto que
la religión es un factor importante de identidad personal.

Hoy día se proponen tres finalidades generales para la educación: el
desarrollo integral de la persona; su conveniente socialización; y la
asimilación sistemática y crítica de la cultura, entendida como
patrimonio de conocimiento, valores, realizaciones, técnicas y formas de
vida.



La enseñanza religiosa escolar favorece el pleno desarrollo de la
personalidad humana en todas sus dimensiones: mente, cuerpo, espíritu;
ayuda a formar personas conscientes y libres; favorece la creatividad,
porque la mente se abre a nuevas dimensiones; favorece el espíritu
crítico ante las diferentes situaciones culturales, sociales, políticas,
etc. Es decir, educa para la vida individual y social.



No se puede justificar la enseñanza de la Religión en la escuela
exclusivamente por este motivo, es decir, por el poder humanizador de la
religión, pues si se aceptara, significaría que el programa de religión
sería sólo "humanista", sin apertura a la trascendencia y a la
Revelación recibida. La formación que da el estudio de la Religión y
Moral Católica es mucho más que esto, pues forma en otros muchos
aspectos de la personalidad del alumno.



c) La dimensión ético-moral de la Religión

esta dimensión va al núcleo de lo que es la religión al dar respuesta a
las principales preguntas que se hace el ser humano y ofrecer un
universo de significación global al alumno, pues orienta la búsqueda de
respuesta a los interrogantes más profundos de la persona humana.

Se puede decir que hay una correlación entre el desarrollo espiritual,
psicológico y cultural en su contexto humano y ambiental. La enseñanza
religiosa escolar, más allá de la filosofía, ofrece respuestas a
preguntas sobre el sentido de la vida, del dolor, de la muerte…, que
desde la fe abren al misterio, a la vez oscuro e iluminador. Es decir,
lo religioso reordena con la simplicidad e los últimos < toda la
multitud de saberes.



La enseñanza religiosa escolar ofrece al alumno diferentes puntos de
vista ante la vida, para que rechace o acepte con criterios
personalmente asumidos las creencias y valores que se presentan en la
sociedad. Abre horizontes y hace que la persona pueda encontrar el
sentido de su vida, con sus implicaciones éticas. Permite conocer la
existencia de unos principios y valores según los cuales se determina la
manera de ver la vida.



d) La dimensión teológica y científica de la Religión

la enseñanza religiosa escolar se presenta como un saber científico,
igual que los demás saberes que se enseñan en la escuela. La fe es un
saber razonable que lleva a tener ideas, fundadas en la racionalidad,
que son verdaderas certezas. Sus contenidos se traducen en expresiones
objetivas de valor universal.



La enseñanza religiosa escolar tiene un estatuto epistemológico que
permite la confrontación, diálogo y reflexión crítica con los demás
saberes, siendo así patente la coherencia de la fe cristiana. La
confrontación creadora de la fe con las diversas filosofías está en la
mejor tradición de la Iglesia. Esta dimensión científica no se da sólo
en el orden teórico, sino que en la misma enseñanza religiosa escolar se
aprecia la coherencia de la fe cristiana con la realización de una vida
plenamente humana.



No basta que esta carácter científico-técnico y práctico se de en el
mensaje cristiano, sino que es preciso también que esté presente en el
ámbito escolar con la estructura y metodología que corresponde a
cualquiera de las ciencias correspondientes a un área curricular.



e) La dimensión pedagógica de la Religión

la enseñanza religiosa escolar desarrolla y potencia una serie de
posibilidades educativas en todos los alumnos; a través de los
conocimientos, experiencias, actitudes, etc. Que transmite, favorece el
desarrollo personal de los alumnos y consigue metas educativas
importantes que de otra forma se hacen difíciles de alcanzar.



La enseñanza religiosa escolar presenta el hecho religioso como una
realidad integrada en el conjunto de expresiones de lo real. La
experiencia religiosa es un hecho significativo presente en el propio
ambiente social, cultural y antropológico, que tiene una gran fuerza
educadora, pues estimula y favorece el aprendizaje significativo de los
alumnos y ayuda a la autonomía crítica racional (pensar por sí mismo),
facilita la reflexión sobre la jerarquía de valores actuales y permite
la integración de lo religioso en la vida ordinaria.

Conviene entender bien esta dimensión, que puede ayudar a los profesores
de Religión a hacer ver a sus compañeros del claustro del centro
educativo, junto a las otras dimensiones que la legitiman, el valor
educativo que tiene la enseñanza de la Religión y Moral Católica.





DISTINCIÓN Y COMPLEMENTARIEDAD ENTRE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR Y LA CATEQUESIS DE LA COMUNIDAD CRISTIANA



En los últimos años se ha perfilado la distinción entre la catequesis de
la comunidad cristiana y la enseñanza religiosa escolar. Juan Pablo II
escribía: "El principio de fondo que debe guiar el empeño en este
delicado sector de la pastoral, es el de la distinción entre la
enseñanza de la religión y la catequesis que, por otra parte, son
complementarias (…). La enseñanza religiosa impartida en las escuelas, y
la catequesis propiamente dicha, desarrollada en el ámbito de la
parroquia, aunque distintas entre sí, no deben considerarse como
separadas. Más aún, hay entre ellas una íntima conexión: en efecto, es
idéntico el sujeto al que se dirigen los educadores en uno y otro caso,
esto es, el alumno; y además es idéntico el contenido objetivo sobre el
que versa, aunque con modalidades diferentes, el tema formativo, que se
da en la enseñanza de la religión y en la catequesis. La enseñanza de la
religión puede considerarse tanto como una cualificada premisa para la
catequesis, como también una reflexión ulterior sobre los contenidos de
la catequesis ya adquiridos".



Ya unos años antes se hablaba de que "hay un nexo indisoluble y una
clara distinción entre enseñanza de la religión y catequesis". Es decir,
se señala siempre que hay a ala vez distinción y complementariedad
entre estas dos formas.

La distinción es clara ya que se realizan en ámbitos distintos; es
también distinta la fuente de iniciativa, pues en la catequesis es la
Iglesia la que convoca, y en la escuela la Iglesia es llamada a prestar
un servicio a los padres que piden la enseñanza de la Religión para sus
hijos; es distinta la intencionalidad de los destinatarios y son
distintos los objetivos y los métodos. Finalmente, son diversos también
los sujetos, en la catequesis son creyentes que buscan madurar su fe,
mientras que en la escuela se dirige a creyentes y no creyentes que
desean conocer más a fondo su fe o confrontar la fe en la cultura.



La distinción entre "catequesis" y la "asignatura de Religión" es de
excepcional importancia, dado que no sólo se distinguen por sus propios
objetivos o fines, sino que fijan el marco propio en el que deben
impartirse; el lugar apropiado de la catequesis es la familia y la
parroquia u otros ámbitos de la Iglesia; mientras que la institución que
debe proveer la enseñanza de la Religión es la escuela. Esta distinción
muestra también la insuficiencia de los ámbitos eclesiales y familiares
para la formación religiosa de los niños y adolescentes, y postula la
necesidad de completar esa catequesis con la enseñanza religiosa
escolar.



Pero junto a la distinción es preciso hablar de complementariedad. Esta
diferencia nocional –importante en sí misma- no se puede exagerar. Es
cierto que la tarea del aula no puede convertirse en una catequesis como
la impartida entre los muros de una iglesia o en el espacio familiar;
pero cabe hacer algunas precisiones importantes que muestran su
necesaria complementariedad: en primer lugar, la información doctrinal,
propia de la enseñanza es colar, presupone un conocimiento elemental del
mensaje cristiano. Asimismo la vida religiosa da por hecho la actitud
del sujeto para ser "catequizado", de forma que exprese su vida de fe
incluso en el marco festivo de la liturgia. Por este motivo, cuando en
los alumnos no se han cumplido esas dos etapas previas, la enseñanza
religiosa escolar debe de algún modo suplirlas.

Cabe también señalar que en la enseñanza religiosa escolar se deben dar
algunos aspectos catequísticos irrenunciables: no se puede hacer una
exposición demasiado "neutra" del mensaje cristiano, pues cualquier
enseñanza académica contiene cierta dosis de catequesis. Así, el buen
profesor de matemáticas no es aquel que imparte con competencia y buen
método la enseñanza de las Matemáticas, sino quien "catequiza" al
alumno, es decir, aquel que crea un ámbito de simpatía por la asignatura
de forma que "gane" al alumno para el estudio de las Matemática. Lo
mismo cabe afirmar –y aún con mayor rigor- del profesor de Historia y
más todavía del de Filosofía.



Análogamente esto cabe referirlo de un modo especial al profesor de una
asignatura como la Religión, que tiene como objetivo no sólo la
"instrucción" del alumno, sino el compromiso de que éste la asuma como
fundamento de su vida, de forma que es necesario subrayar que la
enseñanza religiosa en las escuelas "debe ser impartida de una manera
explícita y sistemática, para evitar que se cree en el alumno un
desequilibrio entre la cultura profana y la cultura religiosa. Una
enseñanza tal difiere fundamentalmente de cualquier otro porque no se
propone como fin una simple adhesión intelectual a la verdad religiosa,
sino el entronque personal de todo el ser con la persona de Cristo".



De aquí que también la enseñanza escolar de la asignatura de Religión
suponga una "dosis de catequesis" que variará, indiscutiblemente,
conforme a las distintas edades. No obstante, un esa mínima orientación
catequética en la escuela -en ocasiones supletoria- ha de tener
características diversas a las que definen la instrucción estrictamente
catequética, bien sea en la familia o en otros ámbitos eclesiales. Esas
diferencias vendrán marcadas siempre por el respeto a la propia libertad
de la conciencia y la delicada atención a la libertad del alumno, así
como por la fidelidad al método, al ritmo y al "estilo" que define la
enseñanza propia escolar frente a los métodos estrictamente
catequéticos. En concreto, aun en estos casos, debe tener en cuenta los
condicionantes legales y situacionales en que se desarrolla la acción
educativa escolar.



La enseñanza de la asignatura de la Religión alcanza su estatuto propio,
su situación ideal, cuando se lleva a cabo con alumnos que, procedentes
de ambientes sociales o familiares cristianos, estén dispuestos a
recibir una formación académica religiosa. En estos casos, "catequesis" y
"enseñanza escolar" se moverán en ámbitos distintos: la "clase" no
cumplirá ninguna misión supletoria, pero se complementarán mutuamente.
La catequesis impartida en la parroquia o en la familia aportará a la
clase de Religión el substratum humano que favorece la tarea formadora
del aula, y la catequesis se vivificará con los contenidos recibidos en
la enseñanza religiosa escolar.



En la complementariedad de estas dos acciones la enseñanza escolar de la
religión adquiere su estatuto propio: iluminar y completar las demás
disciplinas escolares y alcanzar la síntesis entre fe y cultura.





TAREAS

La dinámica de las tareas será la participación en los foros de
discusión y en el grupo de Facebook, a continuación la tarea de cada
uno:



- Participación en el Foro



1. ¿Por qué es tan importante la Enseñanza religiosa escolar?

2. Menciona las principales diferencias y similitudes entre la catequesis comunitaria y la enseñanza religiosa escolar



.Ejercicio personal de apoyo y formación formación (no se responde ni en facebook ni en los foros) - Cuestionario 3



Para ver las respuestas correctas del cuestionario pasado haz click aquí: - Respuestas 2





-Participación en Facebook

1. ¿Si te dedicas a la educación escolar cómo complementarías la
enseñanza de la catequesis de la comunidad cristiana y viceversa?







Si tienes cualquier duda de cómo entrar en el foro, dudas de cómo participar, etc. puedes dar CLICK AQUÍ



FUENTES Y DOCUMENTOS COMPLEMENTARIOS



4. JUAN PABLO II. Exhortación apostólica Catechesi tradendae N. 1 Y 2. Librería Editrice Vaticana, Roma. 1979



5. CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, N.6. Asociación de Editores del Catecismo. Bilbao, España, 1992.



6. JUAN PABLO II. Exhortación apostólica Catechesi tradendae N. 19. Librería Editrice Vaticana, Roma. 1979



7.CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, N.5. Asociación de Editores del Catecismo. Bilbao, España





- Carta de Benedicto XVI sobre la Urgencia de la Educación



- Actualización del Directorio Catequestico General



- Directorio Catequestico General Números: 74-76



- Introducción a la Pedagogía de la Fe. 1ª Edición. España 2001. Pag 107-114





Recuerda que puedes consultar a los Tutores del Curso y escribirles a su correo. :



Ma. Elena Miranda Especialidad: Veintitrés años como catequista y profesora de religión. En Roma, México, Barcelona, Tenerife y Madrid.



Daniel CálizEspecialidad: Catequesis dentro de la parroquia



Lupina del Valle Especialidad: Más de 10 años de experiencia en la docencia religiosa escolar



María Luisa Martínez Robles
Especialidad: Experiencia de 25 años en la Catequesis para la
preparación de la Primera Comunión, Educación Infantil durante 20 años



Margarita González de Guzmán
Especialidad: Coordinación de Catequesis de su parroquia San Jerónimo
por más de 20 años. Asesora de grupos para el estudio de Biblia, y
participación en conferencias sobre Fe y Religión, dentro de nuestra
ciudad y aledañas  








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Consultorios

Margarita González de Guzmán
Coordinación y formación del catequista

María Luisa Martínez Robles
Catequesis para niños

Marìa Teresa Peñaloza Sanchez
Especialista en pastoral penitenciaria, cursos prematrimoniales, y catequesis dentro de las parroquias

Ma. Elena Miranda
Catequesis dentro de la escuela

Claudia Silva Martínez
Especialista en catequesis parroquial de iniciaciòn cristiana para adulots y jòvenes

P. José Luis Quijano
Asesoría en temas de catequesis

Daniel Cáliz
Pastoral Hispana dentro de la parroquia
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