viernes, 30 de junio de 2017

PATROLOGÍA: ESTUDIO DE LOS PADRES DE LA IGLESIA | El foro Cofrade

PATROLOGÍA: ESTUDIO DE LOS PADRES DE LA IGLESIA | El foro Cofrade
























PATROLOGÍA: ESTUDIO DE LOS PADRES DE LA IGLESIA









  1. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    LA PATROLOGÍA COMO CIENCIA







    a) Noción, objeto y método de la Patrología



    —Diferentes ciencias



    Patrología significa "doctrina de los Padres".



    La Iglesia antigua, hasta el siglo IV, aplicaba el concepto natural de
    "padre" sólo a los obispos. A partir del s. V lo confiere también a
    sacedotes (S. Jerónimo) y a diáconos (S. Efrén).



    Se suelen distinguir tres ciencias que se ocupan de los Padres de la Iglesia:

    • Patrística: perspectiva teológica y dogmática;

    • Historia literaria: perspectiva literaria;

    • Patrología: perspectiva amplia de tipo histórico: vida, obras y doctrina de los Padres.



    Aunque en épocas antiguas cada uno de estos tres términos significaban
    algo distinto —Patrística (theología patrística), Patrología (historia y
    escritos de los Padres) y Literatura cristiana primitiva (disciplina no
    teológica de la filología de los escritores antiguos)—, en la
    actualidad se tiende a utilizar de modo más o menos indiferenciado los
    tres nombres para la especialidad.



    Actualmente las expresiones Patrística / patrístico se utilizan para
    indicar: el tiempo de los Padres / el tiempo perteneciente a los
    escritos, al pensamento, etc. de la literatura cristiana antigua. Y se
    utiliza el término de Patrología para designar la ciencia de la
    literatura cristiana antigua.

    La Patrología es una especialidad teológica cuyo núcleo irrenunciable
    son los Padres de la Iglesia y sus escritos en el sentido eclesiástico.
    Pero como para comprenderlos hay que conocer toda la literatura antigua,
    la Patrología moderna es la ciencia que trata de toda la literatura
    cristiana antigua en todos sus aspectos y con todos los métodos
    adecuados (Drobner).





    b) Importancia de su estudio



    Hace algunos años se ha publicado la Instrucción sobre el estudio de los
    Padres de la Iglesia en la formación sacerdotal (Congregación para la
    Educación Católica, 10-XI-1989) que recoge los motivos principales para
    estudiar a los Padres:



    • En los Padres hay algo de singular, de irrepetible y de perennemente
    válido, que continua vivo y resiste a la fugacidad del tiempo.

    • Son testimonios privilegiados de la Tradición;

    • Nos han legado un método teológico que es, a la vez, luminoso y seguro:

    o recurso continuo a la Sagrada Escritura y al sentido de la Tradición;

    o originalidad cristiana e inculturación;

    o defensa de la fe y progreso dogmático;

    o sentido del misterio y experiencia de lo divino.

    • Sus escritos ofrecen una riqueza cultural, espiritual y apostólica que hace grandes maestros de la Iglesia de ayer y de hoy.

    • El estudio de la vida y escritos de los Padres se puede hacer en
    manuales, el estudio de su pensamiento teológico debe hacerse con la
    lectura directa de los textos de los Padres.





    c) Padres de la Iglesia, doctores y escritores eclesiásticos



    —Concepto de "Padre"



    Al principio, este título se aplicaba fundamentalmente a los Obispos,
    encargados de enseñar en la comunidad cristiana, y era sinónimo de
    maestro. A partir del s. IV adquiere mayor extensión y se aplica a
    aquellos representantes cualificados en la transmisión de la fe.



    Vicente de Lerins (a. 434) en su Commonitorium llama Padres a cualquier
    escritor eclesiástico, y expone la prueba de los Padres: «En el caso de
    que surgiera alguna nueva cuestión sobre la cual no se haya dado aún tal
    decisión, habría que recurrir a las opiniones de los santos Padres, al
    menos de aquellos que, en sus épocas y lugares permanecieron en la
    unidad de comunión y de fe y fueron tenidos por maestros reconocidos. Y
    todo lo que ellos hubieren defendido en unidad de pensamientos y
    sentimientos, tendría que ser considerado como la doctrina verdadera y
    católica de la Iglesia, sin ninguna duda o escrúpulo (c. 29,1). La
    posteridad no debería creer nada más que lo que la venerable antigüedad
    de los Padres ha profesado unánimemente en Cristo» (c. 33,2).



    El Decretum Gelasianum de recipiendis et non recipiendis libris (s. VI)
    distingue a los Padres verdaderos de los escritores heterodoxos.



    Hoy día se reconoce como Padre a quien tenga las cuatro notas siguientes:



    • Antigüedad: Isidoro de Sevilla (+636), Ildefonso de Toledo (+669),
    Beda el Venerable (+735) y Juan Damasceno (+749) son los Padres más
    recientes en Occidente (los tres primeros) y Oriente (el último);

    • Ortodoxia de doctrina: se excluye a los escritores abiertamente
    heréticos, cismáticos y a aquellos cuyas obras contienen graves y
    sistemáticos errores;

    • Santidad de vida: canonizados o se les considere santos;

    • Aprobación de la Iglesia: basta un reconocimiento tácito.



    Los Escritores eclesiásticos (título acuñado por S. Jerónimo) son los
    demás escritores antiguos (tienen la nota de antiquitas) pero que
    carecen de alguna de las tres últimas notas.



    Los Doctores, en cambio, tienen las notas de los Padres, salvo la de
    antiquitas, y además eminens eruditio y expressa Ecclesiae declaratio.
    Son así designados por la Iglesia por la profundidad de su pensamiento
    unida a la santidad de vida.



    Los grandes Padres y Doctores de la Iglesia son:



    Oriente: (declarados por S. Pío V en el siglo XVI): Atanasio —no
    reconocido por los orientales como tal—, Basilio, Gregorio Nacianceno y
    Crisóstomo;



    Occidente: (declarados por Bonifacio VIII en 1298): Ambrosio, Jerónimo, Agustín y Gregorio Magno.





    —La lengua de los Padres



    No es el griego clásico, sino la koiné (mezcla de ático —hablado en
    Atenas— y dialecto popular), que llegó a ser la lengua de todo el mundo
    helénico:



    o en Oriente: desde el s. III a.C. al VI d.C (a partir de entonces se
    usó sobre todo el siriaco —que es un dialécto del arameo— y el copto
    junto con el griego);

    o en Occidente: hasta el s. III (180: primer documento en latín).



    Durante el s. II aparecen las primeras traducciones de la Biblia al
    latín. El Pastor de Hermas deja ver que había comenzado en la comunidad
    cristiana de Roma la transición del griego al latín (a. 155). Durante la
    primera mitad del siglo II se traduce al latín la Epístola de S.
    Clemente a los Corintios, antes de las Actas de los Mártires de
    Scillium, en Africa (180).





    d) Autoridad doctrinal de los Padres de la Iglesia



    La autoridad de los Padres se considera de Doctrina católica cuando se da el unanimis consensum Patrum.



    Su autoridad deriva de ser testigos privilegiados de la Tradición y sus escritos monumentos de Tradición.



    Se trata de una unanimidad moral al interpretar la Sagrada Escritura y
    también han de exponer la doctrina en temas de fe y costumbres (materia)
    y como perteneciente al depositum fidei (forma).



    El Concilio Vaticano I afirma al respecto:



    • La unanimidad (moral) de los Padres al interpretar la Sagrada Escritura es infalible (Dz 786);

    • Su unanimidad (moral) al explicar —de manera clara y definida— una
    doctrina de fe y costumbres es regla de lo que ha de ser tenido como
    doctrina católica.



    «Nosotros aceptamos las doctrinas que ellos enseñan de esta manera —dice
    Newman—, no sólo porque ellos las enseñan, sino porque dan testimonio
    de que en su tiempo las profesaban todos los cristianos, y en todas
    partes (...). Ellos no hablan de sus opiniones personales. No dicen
    "Esto es verdad porque nosotros lo vemos en la Escritura" —sobre esto
    podría haber discrepancia de opinión—, sino: "Esto es verdad, porque de
    hecho es afirmado y fue siempre afirmado por todas las Iglesias desde el
    tiempo de los Apóstoles hasta nuestros días, sin interrupción". Se
    trata de una simple cuestión de testimonio» (J.H. Newman, Discussions
    and Arguments, II, 1).





    e) Breve historia de la Patrología



    —Principales historiadores



    • Eusebio, História eclesiástica (s. IV);

    • Sozomeno, Historia Eclesiástica (s.V: acontecimientos entre 324 y 425);

    • Jerónimo, De viris illustribus (392);

    • Genadio de Marsella (semipelagiano), De viris illustribus (480); continuación de la obra de Jerónimo;

    • San Isidoro, De viris illustribus (618); continuación de la obra de Jerónimo;

    • S. Ildefonso de Toledo (+667), De viris illustribus;

    • Focio (+891), Myriobiblon o Biblioteca (858); 280 obras paganas y cristianas;

    • Sigberto de Gembloux (+1112), De viris illustribus;

    • Juan Tritemio, De scriptoribus ecclesiasticis (1494);

    • S. Roberto Belarmino, De scriptoribus ecclesiasticis liber unus (1613);

    • Juan Gerhard, Patrología (1653);

    • R. Ceillier, Histoire general des auteurs sacres et ecclesiastiques (1729-63).





    —Cronología



    Siglos I a IV



    a) Literatura teológica cristiana (Padres Apostólicos), siglos I y II



    • La intención de sus escritos es exhortativa y catequética; su estilo
    es análogo a las epístolas católicas; hacen glosas de la Sagrada
    Escritura; escriben sobre la praxis cristiana; el tema de sus escritos
    son las verdades centrales cristianas.

    • Exponentes principales: S. Clemente Romano (Cartas a los Corintios),
    S. Ignacio de Antioquía (Cartas), Didajé, Epístola a Bernabé, Epístola a
    Diogneto, Pastor de Hermas.



    b) Obras propiamente teológicas de los Apologistas, siglo II



    • Escriben contra los críticos paganos y los escritores agnósticos;
    tienen pretensiones especulativas; intentan hacer una exposición
    reducida a lo meramente racional; escriben contra el Gnosticismo
    (Basílides, Valentín, Tolomeo, Heracleón).

    • Exponentes: Arístides de Atenas, Cuadrato, S. Justino, Aristón,
    Taciano, Teófilo de Antioquía, Hermías, Hegesipo. Hay que considerar
    aparte, por su importancia, a S. Ireneo de Lyon (+202) que escribe su
    Adversus haereses, y la Demostratio evangelica. Es el primero que aborda
    la tarea de explicar la fe.



    c) Estudio sistemático de la revelación (Escuelas), siglo III



    • Escuela de Alejandría: utiliza la filosofía neoplatónica por primera
    vez para profundizar en los datos de la fe. Se caracteriza por la tarea
    especulativa, la exégesis alegórica y la catequesis.

    • Exponentes: Panteno; S. Clemente de Alejandría (+215): Protréptico,
    Pedagogo, Estromata; Orígenes (+254): Exaplas, Contra Celso, De
    principiis, Homilias y comentarios a la Biblia, Exhortación al martirio.


    • Escuela de Antioquía: más sentido histórico e influencia aristotélica.

    • Exponentes: S. Luciano de Antioquía (+312); Arrio (+336); Diodoro de
    Tarso (+384); S. Juan Crisóstomo (+407); Teodoro de Mopsuestia (+428);
    Teodoreto de Ciro (+460).



    d) Padres griegos



    Su pensamiento se articula en torno a misterios trinitarios y cristológicos.



    —Exponentes:



    S. Atanasio (+373): Oratio contra gentes, Oratio de Incarnatione Verbi,
    Orationes y Apologia contra arrianos. Concilio de Nicea (325);

    S. Basilio (+379): Tratado del Espíritu Santo, Homilías sobre el Hexamerón, Contra Eunomio;

    S. Gregorio Nacianceno (+390): Discursos teológicos;

    S. Gregorio de Nisa: perfecciona la noción de hipóstasis y sistematiza la teología y mística orientales;

    S. Cirilo de Alejandría (+444): acentúa la tendencia sistemática;

    S. Juan Damasceno (+749): De fide orthodoxa (muy usada en el medioevo);

    Pseudo Dionisio Aeropagita (+ fin del s. V): De los nombres divinos,
    Teología mística, De la jerarquía celeste, De la jerarquía eclesiástica
    (culmen de la cristianización de la tradición neoplatónica; apofatismo:
    tradición oriental).



    e) Padres latinos



    Tertuliano (+202);

    S. Cipriano de Cartago (+258): De Ecclesia unitate, De lapsis, Cartas;

    S. Ambrosio de Milán (+397): De officis ministrorum, De mysteriis, De Poenitencia;

    S. Jerónimo (+420): autor de la Vulgata (versión latina de la Biblia);

    S. Agustín (+430): Confesiones, Retractationes, De Trinitate, De
    civitate Dei. Primera síntesis del pensamiento occidental cristiano.
    Equilibrio entre Sagrada Escritura, exposición espiritual, uso de
    categorías platónicas. Fides quaerens intellectum;

    S. León Magno (+461): Epistola ad Flavianum (Concilio de Calcedonia).



    Sigos V y VI



    • Se tiene la conciencia de que ha terminado una etapa creadora, y
    comienza una etapa de conservar lo que se ha heredado (S. Vicente de
    Leríns: progreso, pero fidelidad al depósito recibido). Los hombres que
    se encargan de esta tarea son quienes han recibido una preparación para
    las funciones civiles que habían desempeñado.

    • Contenido de la herencia: 1) Literatura antigua y textos de los
    padres, a través de los monjes; 2) La Lógica de Aristóteles, en parte;
    3) plan de formación enciclopédica en servicio del estudio del texto
    sagrado, en la línea de S. Agustín (De doctrina christiana), Boecio y
    Casiodoro (planes de estudio de ambos); 4) espíritu monástico y
    moralismo.



    —Exponentes:



    • Boecio (+524), consul y magister officiorum. Obras: Opuscula sacra
    (metafísica del ser, noción de persona...), De Consolatione Philosophiae
    (gran meditación de teodicea). Traduce varias obras de Aristóteles y
    transmite a la Edad Media el plan escolar de Varrón (trivium y
    quadrivium);

    • Gregorio Magno (+604), pretor en Roma. Su obra es esencial y
    exclusivamente edificante (exégesis alegórica y relativa a la
    experiencia personal del alma). Obras: Regula Pastoralis, Dialogos,
    Moralia in Iob, Homilías;

    • Casiodoro (+583), el "último romano": en dos monasterios benedictinos
    de Calabria (uno de ellos es "Vivarium") copia manuscritos. Obras:
    Institutiones divinarum et saecularium literarum (manual de cultura de
    las artes liberales) y Historia tripartita;

    • S. Isidoro de Sevilla (+636), "primer pedagogo de la Edad Media".
    Obras: Etymologiae (20 libros), Libri tres sententiarum, Liber de
    haeresibus, Contra Iudeos, Liber de variis quaestionibus. Formación
    enciclopédica para el estudio de los textos bíblicos;

    • S. Beda el Venerable (+735);

    • Alcuino de York (+804);

    • Rabano Mauro, "praeceptor Germaniae" (+856).



    —Resumen



    0 a 325 (Prenicenos)



    • escritos sencillos: símbolos, fijación del Canon del Nuevo Testamento,

    • literatura apócrifa,

    • apologías,

    • actas y narraciones de los mártires,

    • obras antiheréticas,

    • escuelas de catequesis.



    325 a 451 (Siglo de Oro)



    • tratados dogmáticos,

    • formulaciones de los dogmas,

    • grandes herejías.



    451 a 750 (Etapa final)



    • temas de tipo moral,

    • florilegios (compilaciones de documentos antiguos),

    • catenae (encadenamiento de citas de los Padres).
     











  2. rosasylirios


    rosasylirios
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    CONTEXTO GENERAL DE LA PATRÍSTICA DE LOS TRES PRIMEROS SIGLOS







    a) El contexto histórico y doctrinal del cristianismo antes de la paz de Constantino y del Concilio de Nicea.



    —Fundación de la Iglesia



    Durante el gobierno del Emperador romano Augusto, Dios envió al
    Arcángel Gabriel a una ciudad de Palestina llamada Nazareth para
    anunciar a María el nacimiento del Mesías. Cristo vive durante treinta
    años en Nazareth trabajando como carpintero en el taller de José.



    En el año decimoquinto del gobierno de Tiberio (c.27 d.C) —uno de los
    emperadores que sucedieron a Augusto—, Jesús comienza a predicar y a
    anunciar el Evangelio, la Buena nueva. Casi al comienzo de su Vida
    pública elige doce discípulos. En varias ocasiones les confía la misión
    de anunciar el Evangelio hasta los confines de la tierra. Les confiere
    poderes para enseñar, santificar y gobernar a todos los hombres que
    acojan el Evangelio.



    Con su Pasión, muerte y Resurrección gloriosa, Cristo abre la
    posibilidad de salvación a todos los hombres. La venida del Espíritu
    Santo termina de completar el designio de Dios sobre la naciente
    Iglesia.



    —Expansión del cristianismo



    Pronto comienzan las primeras persecuciones. En el año 42 muere
    decapitado el primero de los Apóstoles, Santiago el Mayor. Muchos de los
    discípulos de Cristo huyen a Antioquía y Alejandría que eran, con Roma,
    las ciudades más importantes del Imperio.



    Desde el día de Pentecostés, cristianos se dispersan por todo el
    Imperio romano y llegan hasta las regiones más lejanas. En los tres
    primeros siglos de vida de la Iglesia, su presencia es mayor en Asia
    Menor, Egipto y Siria. También hay núcleos importantes de cristianos en
    muchas ciudades griegas, en Italia, Hispania y África proconsular. (Ver
    un mapa del Imperio Romano hacia el año 100 d.C.).



    —Organización de la Iglesia



    1. En cada iglesia local había dos grupos de fieles: clero y laicado.

    El clero estaba formado por el obispo, los presbíteros —elegidos
    por el pueblo fiel y ordenados por el obispo— y los diáconos. El
    gobierno era monárquico, no democrático. Cada apóstol fundaba una
    comunidad y ordenaba presbíteros de los que salía el sucesor (por
    ejemplo, Timoteo, Tito, etc.). En cuanto a los diáconos: cfr. Act 6,
    1-6. En cada iglesia había un obispo, y varias parroquias. Los fieles
    de se reunían en casas privadas. En el s. III aparecen las iglesias
    rurales con un presbítero que depende del obispo. Los ámbitos diocesanos
    comprendían una ciudad con los territorios de alrededor. El primado del
    obispo de Roma está en el origen mismo de la Iglesia. Jesús lo confiere
    a Pedro. S. Ireneo da la lista de los obispos de Roma de Pedro a
    Eleuterio (todos los historiadores admiten su autenticidad).



    2. Administración del Bautismo.

    Al principio, se hacía inmediatamente después de que el que lo
    pedía hacía la profesión de fe. Hacia el año 220 aparece el
    catecumenado. Entonces se realizaba dos veces al año (Pascua y
    Pentecostés) por inmersión y con unas ceremonias concretas.



    3. La celebración de la Eucaristía.

    En 155, S. Justino la describe en su primera Apología. Todo se
    hacía con gran sencillez: lectura de la Sagrada Escritura; en una mesa
    pan y vino; oraciones consecratorias, a las que se respondía Amen; el
    ósculo de la paz, la comunión distribuida por diáconos ("la carne y la
    sangre de Jesucristo encarnado"); himnos; una homilía; el pan
    eucarístico era distribuido por los diáconos a los ausentes, y los
    fieles presentes lo llevaban a su casa para comulgar entre semana.



    4. La disciplina penitencial.

    Entre los primeros cristianos había un alto tenor de vida moral: era una
    auténtica "comunidad de santos". Por eso se veía con mayor severidad a
    los pecadores. El pecado capital, o mortal —"ad mortem"— (idolatría o
    negación de la fe, asesinato, lujuria), a veces (para algunos obispos),
    era motivo de exclusión de la Iglesia; aunque, ordinariamente, había la
    posibilidad de volver a ser admitido después de la penitencia. En
    general, la reconciliación después del Bautismo se administraba una sola
    vez. Las penitencias eran largas: a veces duraban hasta la muerte (se
    vestían de sacos, se ponían ceniza en la cabeza; ayunaba, daban
    limosna). Los pecados notorios, requerían confesión pública; los pecados
    secretos, confesión secreta. La penitencia y la absolución eran siempre
    públicas. Los obispos eran quienes administraban la penitencia. Pronto
    hubo sacerdotes penitenciarios.



    5. Fiestas y días de ayuno.

    La fecha de la Pascua. Los hebreos celebraban como día festivo el
    sábado. Los cristianos, el domingo. Los hebreos ayunaban los lunes y
    jueves. Los cristianos los miércoles (en recuerdo de la traición de
    Judas) y viernes. Los sábados también en la Iglesia latina. Las fiestas
    cristianas más importantes eran: la Pascua (Pasión, muerte y
    Resurrección de Jesús), y Pentecostés.



    6. La vida moral y religiosa de los cristianos de los tres primeros siglos.

    Los cristianos eran ciudadanos corrientes. Seguían las costumbres
    civiles Pertenecían a todos los tipos de profesiones. Sin embargo se
    distinguían por su piedad (Eucaristía, oración, signarse..), por no
    asistir a espectáculos públicos, por su vida ascética y mortificada, por
    sus limosnas, por la atención a los enfermos, viudas, huérfanos,
    esclavos, prisioneros, forasteros..., por su modo de vivir la castidad
    en el matrimonio y en el celibato, denunciando el aborto, dignificando
    la vida familiar. La virginidad era observada por numerosos cristianos.



    —Desarrollo de la doctrina y herejías



    1. Los Símbolos o profesiones de fe.

    Antes del bautismo se exigía hacer una profesión de fe en Dios
    Padre, Hijo y Espíritu Santo, y en la Iglesia. Así nacieron los
    "símbolos de fe". Sin embargo, desde los primeros momentos de la Iglesia
    comienzan a aparecer brotes de disidencia: los judaizantes y las sectas
    gnósticas.



    2. Los judaizantes.

    Eran judeo-cristianos que continuaban observando la ley mosaica y
    trataban de imponerla a los demás. En el año 66 se separan del resto y
    forman una comunidad en Pella (Transjordania). Se empeñaron en seguir
    viviendo la ley mosaica, tratándola de imponer a los demás cristianos.
    Niegan la divinidad de Cristo. Los más mitigados de entre ellos,
    desaparecen en el año 150.



    3. El gnosticismo.

    Corriente religiosa, que existía antes de Cristo. Es una mezcla
    de las religiones orientales con la mística griega (sincretismo).
    Influyo a algunos cristianos especialmente entre los años 130 y 180. Ya
    S. Pablo previene contra esta herejía (Col 2,8; 1 Tim 1, 3-4; 1 Tim 6,
    20). Practicaban ritos mágicos y supersticiosos. Hubo hasta 60 sectas
    gnósticas. Principales exponentes: Basílides (Alejandría, 120-145),
    Valentín y Marción (Roma, año 140).



    4. Lucha contra el gnosticismo.

    Se llevó a cabo mediante la expulsión de los gnósticos y la
    actividad apologético-literaria (Justino, Tertuliano, Hipólito, Ireneo).
    El gnosticismo sobrevivió, sobre todo en las sectas maniqueas.



    5. El maniqueísmo.

    Es una forma religiosa gnóstica que tiene su origen en Babilonia y
    Persia a mediados del s. III. Es una mezcla del dualismo rígido de
    Zoroastro con elementos budistas, caldeos, judíos y cristianos. Su
    fundador es Manes (Babilonia, 216-277).



    —Vida interna de la Iglesia en los primeros siglos



    Aunque ya hemos tocado algunos de estos temas, vale la pena revisarlos de nuevo bajo una nueva perspectiva.



    1. La organización de la Iglesia primitiva.

    Los Apóstoles dejaron sucesores, llamados obispos, al frente de
    las comunidades fundadas. Por ejemplo, San Pablo dejó a Tito en Éfeso y a
    Timoteo en Creta. Los obispos, con la ayuda de presbíteros y diáconos,
    predicaban la Palabra de Dios, administraban los sacramentos y
    gobernaban las primeras comunidades cristianas.



    2. La vida ordinaria de los cristianos.

    Al principio los primeros cristianos procedían de las clases
    sociales más pobres, pero pronto los encontramos en todas las
    actividades de la vida corriente: soldados, zapateros, comerciantes..,
    incluso entre las familias de la nobleza romana y en la casa del Cesar.



    Una de sus actividades principales era la oración, practicada
    varias veces al día. Además acudían con frecuencia —al menos el domingo—
    a las celebraciones litúrgicas que sustancialmente tenían la misma
    estructura que la Santa Misa actual.



    Practicaban muchas veces al año un ayuno riguroso. Los más
    afortunados en bienes materiales ayudaban a los más pobres. Vivían con
    gran austeridad y pureza de costumbres, que contrastaba con el hedonismo
    generalizado de las ciudades romanas.



    3. La catequesis y el comienzo de la teología.

    Ya en los escritos del Nuevo Testamento encontramos fórmulas
    fijas por medio de las cuales los primeros cristianos profesaban el
    contenido de su fe.



    A finales del siglo II se elaborar los primeros símbolos de fe.
    En esa misma época algunos escritores cristianos (S. Ireneo de Lyon,
    Orígenes en Alejandría y Cesaréa, S. Hipólito de Roma) comienzan a
    profundizar en la fe mediante el discurso racional (teología).



    —Las Persecuciones contra la Iglesia durante los tres primeros siglos



    Entre los siglos I y III el cristianismo tiene dos enemigos principales:



    Enemigos externos: las persecuciones del Estado y la oposición popular; se manifiesta la paciencia heroica de los cristianos.

    Enemigos internos: las herejías (principalmente el gnosticismo y
    el montanismo); los cristianos reafirman la verdadera doctrina y
    apartan de la comunidad a los que erraban.



    A pesar de esto, la rapidez de expansión es impresionante (en 313
    había 10 millones: la quinta parte de los habitantes del imperio).



    Principales persecuciones



    1. Nerón (54-68). Murió una gran multitud de cristianos. Entre ellos Pedro y Pablo.



    2. Domiciano (81-96). En el año 95 degüella a Flavio Clemente (cónsul y
    primo suyo) y a su mujer Flavia Domitila, por "ateísmo". S. Juan es
    desterrado a Patmos.



    3. Trajano (98-117). Mártires: S. Ignacio de Antioquía (110), S. Simeón,
    obispo de Jerusalén (120 años de edad y pariente del Señor).



    4. Marco Aurelio (161-180). Mártires: En el año 165 San Justino y 6
    compañeros (uno de ellos era Elvespisto, esclavo de la casa del Cesar) y
    los mártires de Lyon (177).



    5. Septimio Severo (193-211). Publica un decreto contra los catecúmenos
    ("ne fiant christiani..."). Mártires: Santas Perpetua y Felicidad en
    Africa, Leónidas (padre de Orígenes) en Alejandría.



    6. Maximino el Tracio (235-238). Mártires: S. Hipólito y S. Ponciano.



    7. Decio (249-251). Es la mayor persecución hasta entonces. Se publica
    un decreto general de persecución a quienes no ofrecieran sacrificios
    (la supplicatio) que se exigía especialmente a los obispos. Hubo muchos
    mártires (S. Fabián, papa) y confesores (que sobrevivieron).



    8. Gallo (251-253). Muere en el destierro el papa Cornelio.



    9. Valeriano (253-260). Publica un decreto contra los pastores (257),
    prohibe la liturgia y los cementerios. Y en 258 uno contra los
    eclesiásticos y laicos que tenían algún cargo importante. Eran
    condenados a trabajos forzados, a muerte, o a pasar a la condición de
    esclavos. Mártires: S. Sixto II (sorprendido celebrando Misa con cuatro
    diáconos en las catacumbas de S. Calixto), S. Lorenzo (que murió cuatro
    días después), S. Cipriano (258), S. Fructuoso (obispo de Tarragona).



    10. Diocleciano (284-305. Antes del año 300 en Roma había millares de
    cristianos; en Italia, un centenar de comunidades (más en el sur). En
    Cartago la mayoría de la población romanizada era cristiana con un
    centenar de comunidades con obispo propio. En el siglo III hay
    cristianos en Treveris, Colonia y Maguncia. En el siglo III hay mártires
    en Britania. Hacia el año 300, el 10% de la población del Imperio era
    cristiana. Diocleciano publica cuatro edictos sucesivos de persecución.
    Sobre todo en oriente hubo muchos mártires (la legión tebana, dos veces
    diezmada y luego exterminada).



    La Iglesia no cedió. Escogió el camino duro. Sufrió lo indecible.
    Dios le dio la victoria contra enemigos que parecían invencibles. Total
    de mártires: superior a cien mil.



    b) Subdivisión interna de esta época



    Hay muchos enfoques metodológicos desde los cuales se podría
    estudiar la época de los Padres prenicenos. Por motivos pedagógicos
    elegimos el que nos parece más claro.



    Las cuatro subdivisiones son las siguientes:



    A. El Período de los Padres Apostólicos (siglos I-II)



     Los Padres Apostólicos

     La literatura apócrifa cristiana



    B. El primer enfrentamiento con el mundo pagano



     Los apologistas griegos del siglo II

     Los comienzos de la literatura martirial



    C. Las primeras herejías y la primera literatura antiherética



     El gnosticismo y los movimientos heréticos del siglo II

     La reacción cristiana antiherética



    D. Las primeras confesiones de fe y la formación del canon bíblico



     Símbolos, "regulae fidei" y formación del canon bíblico
     















  3. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    LOS PADRES APOSTÓLICOS







    a) Características generales de estos escritos y su importancia



    Son los primeros testigos de la Tradición, el primer eslabón de la cadena en la transmisión del depósito revelado.



    —Características generales



    • tratan los temas del Nuevo Testamento: Santísima Trinidad, Encarnación, Iglesia, temas morales;

    • se nota en ellos un claro cristocentrismo;

    • se menciona frecuentemente la parusía;

    • escritos de gran sencillez, sin pretensiones teológicas o polémicas;

    • escritos con gran fuerza y autoridad, con intención pastoral: exhortan a la obediencia, a la caridad, a la humildad;

    • obras escritas en koiné;

    • escritas para cristianos de modesta condición social.



    La expresión es del siglo XVII. Se consideraban "Padres
    Apostólicos" a: Bernabé, Clemente de Roma, Ignacio de Antioquía,
    Policarpo de Esmirna, Hermas, Papías de Hierapolis, Carta a Diogneto y
    Didakhé. Estrictamente hablando sólo son "Padres Apostólicos" Clemente,
    Ignacio, Papías, Policarpo y Didakhé. Bernabé y Hermas pertenecen mas
    bien a los escritos apócrifos y Diogneto a los de tipo apologético.



    Son escritos estrechamente relacionados con el Nuevo Testamento: como
    eslabones entre los Apóstoles y la Tradición posterior. Dan una imagen
    clara de la doctrina de finales del siglo I. Son escritos
    circunstanciales, sin pretender una exposición sistemática de la
    doctrina.



    Temas principales: profunda nostalgia de Cristo y espera
    ansiosa de su venida próxima (escatología). Contienen una doctrina
    cristológica uniforme: Cristo es el Hijo de Dios, preexistente al mundo,
    que participó en la obra de la creación.



    De la primera mitad del siglo segundo hemos recibido algunos
    escritos de gran interés para el conocimiento de la vida de los primeros
    cristianos.



    Aunque se trata de textos griegos, todos reflejan una profunda
    influencia del ambiente hebreo. Además, tienen un gran parecido a los
    libros del Antiguo y, sobre todo, del Nuevo Testamento.



    La doctrina que contienen no está estructurada como un sistema
    teológico. Más bien reproducen las ideas del Nuevo Testamento, sobre
    todo las de los escritos de San Pablo y San Juan.



    El objeto de estos escritos es eminentemente práctico y pastoral.
    Pretenden fomentar en los lectores el estilo de vida nuevo que Cristo
    enseñó a los Apóstoles y estos trasmitieron a la siguiente generación.
    Insisten, por ejemplo, en la importancia de vivir las virtudes
    cristianas: la caridad, la paciencia, la mansedumbre, la fidelidad, el
    desprendimiento de los bienes terrenos, la esperanza en la resurrección
    de la carne, etc.



    Hay algunos puntos que son expresados con especial vigor. Uno de
    ellos es la necesidad de la unidad de todos los fieles en torno a su
    pastor, el Obispo de cada Comunidad, que gobierna con la ayuda de un
    colegio de presbíteros y con los diáconos.



    También se alerta en estos documentos a todos los cristianos a
    ser fieles a la fe recibida, y a mantenerse vigilantes contra el peligro
    de las nacientes herejías. Quizá las dos más difundidas en ese momento
    eran la de los judaizantes, que intentaban volver a las prácticas de la
    ley mosaica, ya superadas, y la de los docetas, que negaban que Cristo
    fuese verdadero hombre y que tuviese un cuerpo real.



    —Características principales de cada libro



    • La Didakhé es un manual de regulaciones comunitarias;

    • La Carta a los Corintios de Clemente Romano es una intervención
    de la iglesia de Roma en la crisis de otra comunidad, apoyando la
    estructuración jerárquica en el principio de la sucesión apostólica;

    • Las Cartas de San Ignacio de Antioquía atestiguan la solidaridad entre las iglesias y la corresponsabilidad de un obispo frente al cisma y la herejía;

    • La Carta de Bernabé es un tratado sobre la interpretación cristiana del Antiguo Testamento dirigido a cristianos atraídos por el judaísmo;

    • El Pastor de Hermas es un libro apocalíptico con un mensaje de penitencia para la Iglesia.



    b) La Didaché



    —Introducción



    Título primitivo: "La Instrucción del Señor a los
    gentiles, por medio de los doce Apóstoles". Fue descubierta en
    Jerusalén, en un códice griego en pergamino del año 1057 (H 54) y
    publicada en 1883 por el Metropolita Bryennios de Nicomedia (patriarcado
    de Jerusalén).



    Título: Doctrina Apostolorum o Instrucción del Señor a los gentiles por medio de los Doce Apóstoles.



    • Libro popular que sirve como catecismo, vademecum litúrgico y devocionario.
    Es un breve resumen de la doctrina de Cristo. Es un gran conjunto de
    normas que nos ofrece un magnífico cuadro de la vida cristiana en el
    siglo II. Tiene el estilo de las constituciones eclesiásticas de los
    siglos posteriores.

    • Resumen breve de la doctrina católica (lo que debían saber los catecúmenos antes de bautizarse: normas morales, liturgia, disciplina).

    • Muy conocida en la antigüedad (Eusebio, Jerónimo, Rufino, Atanasio).

    • Primera gran recopilación de leyes eclesiásticas.

    • De gran importancia para conocer la vida litúrgica de los primeros momentos: catecumenado, bautismo, eucaristía.



    —Época de su composición



    El ambiente histórico que refleja es el de las últimas décadas del siglo I.
    Algunos piensan que fue escrita entre los años 80 y 100, o antes (no
    tiene citas de los Evangelios sinópticos). Otros opinan que depende de
    la Epístola de Bernabé y que, por lo tanto, sería posterior (entre el
    130 y el 150). Por el ambiente judío que refleja, podría haberse escrito
    en el siglo I, al menos en algunas de sus partes.



    Autor (varios) desconocido, de origen siriaco. Su autor es probablemente un judeo-cristiano de la región de Siria.



    Aunque sus seis primeros capítulos (doctrina de las Dos Vías) se
    parecen mucho a los capítulos 18 a 20 de la Epístola de Bernabé, no
    parece que haya dependencia mutua. Es probable que ambas obras procedan
    de una tercera fuente.



    La Didakhé es una compilación hecha de textos ya existentes.
    Parece haber sido escrita entre el 100 y el 150, en Siria. Es muy citada
    (Eusebio, Atanasio, Rufino).



    Sirvió de modelo a otras obras de argumento disciplinar y
    litúrgico posteriores: Didascalia (mediados del s. III; escrito siriaco
    antijudáico), Traditio Hipoliti (s. III) y Constituciones Apostólicas
    (fin del s. IV; escrito en Siria o Constantinopla por un arriano).



    —Transmisión del texto



    • Fuentes griegas: Codex Hierosolymitanus (H 54, a. 1056),
    Pergamino de Oxyrhyncos (s. IV), Cánones de los Apóstoles (s. IV), Libro
    VII de las Constituciones Apostólicas (s. IV).

    • Fuentes latinas: Dos fragmentos de una traducción del s. III (Códice de Melk del s. IX y Papiro de una traducción copta del s. V).



    —Contenido



    Estructura: 16 capítulos muy breves (tres secciones y una conclusión): Secciones: 1ª: moral, 2ª: litúrgica, 3ª: relaciones pueblo fiel con jerarquía.



    • La primera sección va del capítulo 1,1 al 6,3. Es una
    catequesis ética prebautismal, que utiliza el topos de las dos vías.
    Contiene directivas sobre la catequesis moral a los catecúmenos y trata
    de los dos caminos: el del bien y el del mal, como método de formación.

    • La segunda sección (7 a 15) es propiamente la regulación
    comunitaria. Contiene una primera parte litúrgica (7-10), que da
    instrucciones y presenta modelos para los ritos de la iniciación
    cristiana. Sigue otra parte disciplinar (11-13/14-15), que atañe
    principalmente a los ministerios.

    • La tercera sección (16) corresponde a un discurso escatológico.



    Del capítulo 7 al 10 se dan normas para la administración
    del bautismo (con la fórmula de Mt 28, por inmersión en agua corriente
    y, en caso de necesidad, por infusión), sobre el ayuno (antes del
    Bautismo, miércoles y viernes como contraposición al ayuno judío de los
    lunes y jueves —antijudaísmo—), sobre la Eucaristía y la penitencia.



    Documento central del siglo apostólico: la Didakhé, cap.
    7: bautismo con agua corriente (en ríos), si es posible; formula;
    también se admite el bautismo por infusión derramando agua tres veces en
    la cabeza; ayuno del que bautiza y el bautizado uno o dos días antes;
    el ayuno los miércoles y los viernes (distintos días de los judíos).



    Tanto la Didaché como S. Justino, llaman a la Eucaristía
    "Sacrificio". Sólo comulgaban los bautizados. Necesidad de purificación
    tanto para la Comunión como para la oración.



    Del capítulo 11 al 15: normas disciplinares: diezmo, trabajo...



    El capítulo 16: la parusía y deberes del cristiano que se derivan de ella (vigilancia).



    —Doctrina



    • Oración y liturgia. Los capítulos 9 y 10 contienen las preces
    eucarísticas más antiguas que conocemos. Es obligatorio rezar tres veces
    al día la oración dominical.

    • Eucaristía = manjar y bebida espiritual. Necesidad de estar limpio para recibirla. Referencia a la Eucaristía como "sacrificio"

    • Confesión. Insistencia sobre la confesión antes de recibir la
    Eucaristía (fórmula de confesión litúrgica y confesión de los pecados
    antes de la oración).

    • Jerarquía. No se deduce el episcopado monárquico. Se habla de "episkopoi" y "diaconoi". Se resalta el rango que tenían los "profetas".

    • Caridad y asistencia social. Se recomienda encarecidamente dar limosna, ganarse la vida con el propio trabajo, ayudar a los demás.

    • Eclesiología. Iglesia "universal", una, santa. Símbolo de esta
    unidad es el pan eucarístico, formado por granos de trigo que estaban
    dispersos por los montes.

    • Iglesia: unidad (por primera vez se menciona la comparación de
    la unidad de la Iglesia con la del pan hecho de muchos granos que se
    hallaban antes dispersos por los montes), santidad y catolicidad (la
    palabra "Iglesia" se utiliza para designar la asamblea litúrgica, pero
    también la Iglesia universal).

    • En cuanto a los ministerios se observa como al principio
    apareció una rápida itinerancia (carismáticos itinerantes) en la Siria
    oriental. Había también profetas liturgos (estables), que denotan el
    proceso de sedentarización. En suma, se nota la progresiva aparición de
    una doble jerarquía ministerial:

    o apóstoles y profetas (carismáticos itinerantes),

    o episcopoi y diakonoi (jerarquía estable local).

    • Escatología. "Maran Atha". Inminencia de la parousia. Destaca mucho toda la actitud escatológica en la Didaché.



    c) San Clemente Romano



    —Vida



    Según afirmaciones de Ireneo, Eusebio, Tertuliano, Epifanio y
    Orígenes, Clemente fue el tercer sucesor de S. Pedro, consagrado obispo
    por el mismo Apóstol, que gobernó del 92 al 101. No es seguro su
    martirio, tal como lo relata el "Martyrium S. Clementis", texto griego
    del siglo IV.



    Cuarto obispo de Roma (92-101); judío helenista, en contacto con
    los Flavios (?); desterrado al Quersoneso (?); mártir ahogado con un
    ancla (?).



    —Personalidad del autor



    No dice su nombre. Habla en plural ("nosotros") en nombre
    de la Iglesia de Roma. Pretende que su epístola sea leída públicamente
    (forma de sermón de la primera parte, figuras retóricas, muy elaborada).
    De hecho, sabemos por Eusebio que el obispo Dionisio de Corinto
    escribió al papa Sotero (c.170) diciendo que se leía la carta de
    Clemente en las reuniones litúrgicas. El mismo Eusebio dice que se leía
    esta carta en otras muchas iglesias.



    Clemente parece haber sido judío por las numerosas citas del Antiguo Testamento y reducidas del Nuevo Testamento.



    —La "Epístola a los Corintios"



    Es el único escrito de Clemente. Bajo Domiciano volvieron
    en Corinto las disputas entre diversas facciones, que había en tiempos
    de S. Pablo. Unos usurpadores depusieron a las autoridades legítimas, a
    las que siguió un grupo reducido de fieles. Clemente pretende, una vez
    conocida la situación, lograr una concordia y restablecer la autoridad
    suprimida.



    El escrito más antiguo que conocemos (a. 96) es quizá la carta
    que San Clemente, obispo de Roma, escribe a la Comunidad de Corinto,
    ciudad griega de gran importancia mercantil; en el siglo I. Esta
    iglesia, fundada por San Pablo, tenía desde su fundación estrechos
    vínculos con la iglesia de Roma. Recordemos que San Pablo escribe su
    Epístola a los Romanos precisamente en Corinto.



    El objeto fue exhortar a los Corintios a la unidad y pedirles que
    restituyeran en sus cargos a los presbíteros que los Apóstoles habían
    dejado al frente de la iglesia, ya que habían sido depuestos
    injustamente. Conocemos por escritos posteriores, que la carta de
    Clemente era leída en las asambleas litúrgicas setenta años más tarde
    con enorme veneración. El escrito tiene gran valor teológico, litúrgico e
    histórico. Entre otros datos de interés, menciona el martirio en Roma
    de San Pedro y San Pablo, y el viaje de este último a España.



    "Esta exhortación (la carta de Clemente) presenta ya los
    caracteres que tendrán siempre los documentos romanos: una gravedad
    sabia, paternal, consciente de la propia responsabilidad, firme en sus
    exigencias y al mismo tiempo indulgente en sus censuras. Y en lo que se
    refiere a la exposición doctrinal, muy preocupada por presentar
    íntegramente la herencia del depósito tradicional"

    (Fliché, 338).



    Escrita entre Domiciano y Nerva (años 95 ó 96). Se ha visto en
    esta intervención del papa la "epifanía del primado romano" (Batiffol).
    "Sin subrayados anacrónicos pertenece a la historia del primado romano"
    (Trevijano, 22).



    Expone como verdades comúnmente conocidas por los cristianos el primado romano y el origen divino de la jerarquía.



    Son especialmente valiosas las enseñanzas sobre Cristo:



    "Queridos hermanos, este es el camino en el que encontramos
    nuestra salvación, Jesucristo, el Pontífice máximo de nuestras
    oblaciones, el protector y la ayuda de nuestra debilidad. Por su medio
    podemos contemplar las sublimidades de los cielos y miramos como en un
    espejo el rostro inmaculado y sublime de Dios: por su medio se han
    abierto los ojos de nuestro corazón y se abre a la luz nuestra
    inteligencia, antes obtusa y entenebrecida..."
    (Carta a los Corintos, XXXVI, 1-2).



    —Tiempo de composición



    • Datos internos: había una persecución posterior a la de Nerón.
    Fue escrita cuando los Apóstoles y los presbíteros por ellos creados ya
    habían muerto.

    • Datos de Tradición: Hegesipo (cuenta Eusebio) dice que fue
    escrita en tiempo de la persecución de Domiciano (95-96). Policarpo cita
    esta epístola en su carta a los Filipenses.



    —Transmisión del texto



    • En manuscritos griegos. Unos son bíblicos, como el Codex
    Alexandrinus (s. V) que está en Londres, un códice copto de Estrasburgo y
    un NT siriaco de Cambridge. Otros no bíblicos como el Codex
    Hierosolymitanus (s. XI).

    • En manuscrito siriaco del siglo XII (Universidad de Cambridge).

    • En manuscrito latino del siglo XI (Seminario de Namur) (no bíblico).

    • En papiros coptos (bíblicos): Pairo del siglo IV del Monasterio Blanco de Shenute; papiro del siglo VII (fragmentaria).



    —Estructura de la Carta



    Los 65 capítulos de la epístola se dividen asi:



    • Introducción (1-3). Expone la situación de paz antes del cisma y, a modo contraste, señala la situación de discordia reinante.

    • Parte primera (4-36): envidia y humildad. De un modo general
    describe la fealdad de la envidia y de las disensiones, y exhorta a la
    humildad y la caridad con numerosos ejemplos.

    • Parte segunda (37-61): unidad. Expone la necesidad de la
    obediencia y la disciplina, y fundamenta sus afirmaciones con varios
    ejemplos (el ejército romano, etc.). Enseña el establecimiento de una
    jerarquía en el AT y la fundación de la Jerarquía eclesiástica por
    Cristo (Obispos, diáconos).

    • Recapitulación (62-65). Hace una síntesis de la exhortación.



    —Puntos doctrinales fundamentales



    • Historia de la Iglesia: Pedro vivió y murió mártir en Roma; Pablo en España; persecución de Nerón; muchos mártires torturados, entre ellos mujeres.

    • Historia de la Iglesia: cap. 5: estancia de Pedro en Roma,
    martirio de Pedro y Pablo, estancia de Pablo en España..;cap. 6:
    persecución de Nerón, en la que murieron multitudes de cristianos, y
    muchas mujeres.

    • Jerarquía y Primado: sucesión apostólica, el poder de la jerarquía viene de Dios: es el primer testimonio.

    • Primado de la Iglesia Romana: la misma existencia de la
    epístola manifiesta claramente la autoridad del obispo de Roma sobre la
    comunidad de Corinto. Además, al principio de la epístola, Clemente se
    excusa de no haber prestado antes atención a los problemas de Corinto,
    como sintiendo un deber de atenderlos. Por otra parte, habla
    autoritativamente, exhortandolos a obedecer y haciéndoles ver que, si
    desobedecen, "se harán reos de no pequeño pecado, y se exponen a grave
    peligro" (cap. 59). Por último, Clemente se reconoce inspirado por el
    Espiritu Santo al escribir la epístola: "os acabamos de escribir
    impulsados por el Espíritu Santo" (cap. 62).

    • Historia del dogma: Esta Epístola es como el manifiesto de la
    jurisdicción eclesiástica: una declaración clara y explícita de la
    sucesión apostólica. En En los cap 42 y 44: Cristo fue enviado por Dios.
    Cristo instituyó el episcopado de los Apóstoles (como ya existía en el
    AT) y ellos, por inspiración de Jesús, establecieron sucesores y
    mandaron que estos, a su vez, nombraran otros sucesores a su muerte.

    • Contiene plegarias eucarísticas de la liturgia romana.

    • La liturgia: Distinción clara entre jerarquía (episkopoi kai
    diakonoi; presbyteroi: su función es la celebración de la liturgia) y
    laicado. Casi al final la carta contiene una oración litúrgica muy
    probablemente utilizada en la liturgia romana. Al final viene una
    petición por la autoridad temporal.

    • El tono es de quien es superior y escribe a súbditos.

    • Dice que quien no le obedezca peca gravemente (tener en cuenta que no interviene en esto S. Juan).

    • Acogida excepcional de la carta: se leía un siglo después (Dionisio de Corinto, a. 170, al papa Sotero).

    • Administración de los sacramentos por la jerarquía: episcopoi (obispos y presbíteros) y diaconoi.

    • Pide oración por las autoridades (último capítulo).

    • Resurrección de los muertos y leyenda del ave Fenix: cap. 24 y 25.

    • Tratado sobre la armonía que reina en el orden del mundo (cap. 20) con influencia de la filosofía estoica.



    d) San Ignacio de Antioquía



    —Vida

    Por Eusebio sabemos casi todo lo que conocemos sobre la vida del Obispo mártir. Ireneo y Orígenes citan su martirio.



    Segundo obispo de Antioquía (Pedro lo consagró); mártir en Roma
    (107, bajo Trajano: fue un regalo de la autoridad en Antioquía a Trajano
    por su victoria en la Dacia); se daba a sí mismo el nombre de "teóforo"
    (portador de Dios).



    San Ignacio es apresado en Antioquía (era su segundo Obispo),
    para ser llevado al martirio en Roma. Pasa por algunas comunidades
    cristianas del Asia menor (Efeso, Tralia y Magnesia) que le manifiestan
    su cariño y respeto. Al llegar a Esmirna escribe cartas a esas
    comunidades para agradecer sus atenciones. Además les pide obediencia a
    los pastores y les advierte contra las doctrinas heréticas. También en
    Esmirna escribe su carta a los Romanos para pedirles que no impidan su
    muerte, pues desea ardientemente unirse a Cristo.



    Ignacio continúa su viaje y en Troade escribe a la iglesia de
    Esmirna, a la de Filadelfia y a Policarpo, obispo de Esmirna. El motivo
    es, habiéndose enterado en Troade de que había cesado la persecución en
    Antioquía, pedirles a los de Esmirna que envíen delegados para felicitar
    a los hermanos de Antioquía. El tema de las epístolas es parecido al de
    las anteriores, escritas desde Esmirna. En la dirigida a Policarpo le
    da consejos para ejercer su función episcopal.



    Llevado al martirio desde Antioquía de Siria, pasa por Filadelfia
    y en Esmirna escribe a las iglesias de Éfeso, Magnesia, Tralla y Roma.
    Sigue su camino hacia Roma pasando por Troade. Ahí escribe a las
    iglesias de Filadelfia y Esmirna, y a Policarpo. Continúa a través de
    Filipo y Durazo hasta llegar a Roma.



    —Las Siete Cartas



    Diez o quince años más tarde (a. 110), San Ignacio obispo de
    Antioquía después de Pedro y Evodio, escribe siete cartas durante su
    viaje a Roma, a dónde es llevado preso para ser echado a las fieras en
    el Coliseo. Los escritos van dirigidos a las iglesias de Éfeso,
    Magnesia, Tralia, Roma, Filadelfia, Esmirna y a Policarpo, obispo de
    esta última ciudad. Las cuatro primeras están escritas desde Esmirna y
    las tres últimas desde Troade.



    Estas cartas nos dan a conocer las condiciones internas de las
    primitivas comunidades cristianas, nos permiten penetrar en el corazón
    del obispo mártir y aspirar su profundo entusiasmo religioso. Su
    lenguaje es fogoso y profundamente original, sin cuidar el estilo
    acostumbrado. Su alma se manifiesta llena de celo y ardor.



    Su estilo es rápido, lleno de fogosidad, sin preocuparse de la
    forma, propio de un hombre que es llevado al martirio por amor a Cristo y
    que desea comunicar de alguna manera sus elevados sentimientos a sus
    lectores.



    Es notable su preocupación por la unidad de las iglesias en torno
    a sus pastores. San Ignacio manifiesta su alegría ante el martirio.
    Considera que es el momento en que llegará a ser verdaderamente
    discípulo de Cristo. Toda la vida cristiana tiene como fin la unión con
    Cristo mediante la imitación de su vida.



    Más tarde los de Filipos escriben a Policarpo pidiendo las cartas
    de Ignacio. Policarpo les escribe y les envía las que tiene en su
    poder.



    San Ignacio bebe de la tradición paulina y joánica (Juan hacia
    pocos años que había escrito su Evangelio en Efeso), y la pone de
    manifiesto en sus cartas: la vida en Cristo es el centro de su
    argumentación. Policarpo e Ireneo tomarán todo este rico depósito y la
    trasmitirán a la posteridad.



    En la iglesia de los mártires se debieron de leer y releer con mucha frecuencia las cartas de Ignacio.



    • Desde Esmirna: Efeso, Magnesia, Tralia, Roma.

    • Desde Troade: Filadelfia, Esmirna, Policarpo.



    Estilo sencillo, profundo, ardoroso, sin retórica.



    —La teología de San Ignacio



    • Constitución jerárquica de la Iglesia: obispo, presbíteros,
    diáconos; un sólo obispo al frente; explica sus funciones; primacía del
    obispo; los presbíteros ayudan, etc.

    • Primado de Roma: en otras cartas escribe como igual o superior
    (da consejos, etc.); en la de Roma no: escribe con sumisión, explica que
    está "puesta a la cabeza de la caridad".

    • Se habla por primera vez de la Iglesia "católica" universal, no
    tanto en el sentido de contraponer Iglesia particular (del obispo) a
    Iglesia universal (de Cristo), sino en el sentido de la plena
    realización escatológica a la que la Iglesia debe tender.

    • La Eucaristía es el "lugar del Sacrificio"; se habla de la
    "carne de nuestro Señor Jesucristo". Es el sacramento de la unidad,
    porque une a todos los fieles al rededor de Cristo, de su carne y de su
    sangre.

    • Ataca a docetas y judaizantes.

    • El docetismo corresponde a un sincretismo griego de base dualista. Se
    aspiraba a una salvación puramente espiritual del alma inmortal. La
    doctrina de la resurrección de los muertos resultaba un contrasentido.
    Ignacio enfrenta tal tergiversación de la fe desde la tradición,
    firmemente encarnacional y sacramental del catolicismo siriaco.

    • Vida espiritual: "imitar a Cristo": "inhabitación de Cristo en
    el alma por la unión a la jerarquía y participación de los sacramentos
    (Eucaristía)".



    —Puntos que resaltan de su teología



    1. Su idea central es la existencia de una voluntad salvífica (economía) de Dios, que se ha llevado a cabo en Cristo, nuestro Maestro.



    2. Siguiendo la teología de S. Pablo y la de S. Juan
    manifiesta claramente su fe en la doble naturaleza de Cristo: divina y
    humana, y ataca el docetismo (los docetas no formaron sectas
    independientes sino hasta a mediados del siglo II) que negaba la
    naturaleza humana y especialmente el sufrimiento de Cristo. Decían que
    Cristo sólo sufrió en apariencia (dokesis = apariencia), pues
    consideraban la carne como algo malo (la mayoría de los gnóstico
    profesaron el docetismo). Niegan la Eucaristía (la carne de Cristo) y la
    oración. Textos en que se apoyan los docetas: Lc 4,30 (Jesús pasó por
    en medio...) y Lc 24,31 (desaparece en Emaus). Textos antidocetas: 1 Jn
    4,2 (Cristo vino en carne), 1 Jn 1,1 (quod contractaverum...).



    3. Afirma claramente la presencia real de la carne y sangre de Cristo en la Eucaristía y su realidad sacrificial (Thysia = sacrificio). Llama a la Iglesia el "lugar del sacrificio".



    4. El primero en utilizar la expresión "Iglesia católica (universal)".



    5. Aparece clara la jerarquía en la Iglesia, formada por
    el obispo (que preside y representa a Cristo), los ancianos (representan
    el colegio de los Apóstoles) y los diáconos ("para mí dulcísimos", a
    quienes esta encomendado el ministerio de Jesucristo).



    6. Exhorta a la unidad con el obispo como único modo de permanecer fieles a Cristo.



    7. El obispo ha de presidir toda la vida litúrgica y, en general, a la Iglesia. Nada se puede hacer sin él.



    8. Sigue la doctrina paulina del matrimonio (que representa la alianza entre Cristo y la Iglesia) y la virginidad (que la recomienda).



    9. Es el primer escritor no romano, que conocemos, que reconozca el primado de Roma
    ("a la iglesia que alcanzó misericordia (...), la que es amada y está
    iluminada (...), que preside en la capital del territorio de los romanos
    ("etis kai prokathetai en topo jorion Romaion"), digna de Dios, digna
    de todo decoro, digna de bienaventuranza (...), puesta a la cabeza de la
    caridad ("prokathemene tes agapes"). S. Ignacio utiliza claramente la
    palabra "presidir" indicando autoridad, vigilancia. Por otra parte,
    parece ser (Funk) que "agapes" se utiliza como referido a la Iglesia
    universal (Roma preside sobre el vínculo de caridad, es decir, sobre la
    Iglesia universal), o, al menos (Thiele) indicando que Roma preside en
    la caridad, es decir, en la vida sobrenatural y en las cosas esenciales
    de la vida cristiana de todas las iglesias.



    10. S. Ignacio no exhorta a los romanos a la unidad ni a la concordia.
    No se atreve a dar órdenes a la comunidad de Roma, y es testigo de la
    estancia de Pedro y Pablo en esa ciudad: "no os doy mandato como Pedro y
    Pablo".



    —Misticismo de San Ignacio



    Ignacio parte de la repetidamente mencionada unidad entre Dios y
    Cristo para hablar también de la unidad entre el cristiano y Cristo.
    Sobre el tema de la unidad del cristiano con Cristo se desarrolla el
    misticismo de Ignacio.



    De la idea paulina de "unión" con Cristo y de la idea joánica de
    "vida" en Cristo, surge el ideal ignaciano: imitación de Cristo:



    • Imitación de Cristo: es el camino para unirse a Cristo y vivir
    su vida. Especialmente hay que imitar la pasión y muerte del Señor:
    "Permitidme ser imitador de la pasión de mi Dios" (Rom 6,3).

    • El martirio es la perfecta imitación de Cristo: "No he llegado
    todavía a la perfección en Jesucristo. Ahora, en efecto, estoy empezando
    a ser discípulo suyo" (Eph 3,1). "Dejadme contemplar la luz pura.
    Llegado allí, seré de verdad hombre" (Rom 6,2). "Estar cerca de la
    espada es estar cerca de Dios, y encontrarse en medio de las fieras es
    encontrarse en medio de Dios. Lo único que hace falta es que ello sea en
    nombre de Jesucristo" (Smyrn 4,2).

    • Inhabitación de Cristo en el alma: "El mora en nosotros" (Eph 15,3).

    • Para "ser en Cristo", para "encontrarse en Cristo" cada
    cristiano ha de unirse personalmente a Cristo, pero a través de la vida
    litúrgica, presidida por el representante de Cristo, el obispo. La vida
    espiritual y mística de S. Ignacio se inspiran en los símbolos y
    expresiones del culto y la liturgia.

    • Las cartas de Ignacio son el primer testimonio de la conjunción y consolidación de la triple jerarquía: episcopado monárquico, presbiterado y diaconado.



    —Autenticidad de las Epístolas



    Cuestión ignaciana: se decía que había seis cartas
    espúreas mezcladas con las auténticas; los protestantes negaban, por lo
    tanto, su autenticidad; se zanjó el asunto cuando se descubrieron los
    códices antiguos con sólo las siete cartas (recensión breve del siglo
    II).



    Algunos protestantes dudaron de su autenticidad. Hoy en día se admite generalmente.



    Testimonio del tiempo de su composición: Policarpo en su
    carta a los Filipenses dice: "os enviamos las cartas de Ignacio (...),
    están llenas de fe y paciencia y de toda edificación que conviene en
    Nuestro Señor" (Phil 13,2). Otros testimonios: Orígenes e Ireneo.
    Eusebio nombra las siete en su orden tradicional.



    —Transmisión del texto



    Se conservan en tres recensiones (tres grupos diferentes de la colección de cartas):



    • La recensión corta ("brevior") es copia de la colección original: en griego, es del siglo II. Está en el Codex Mediceus Laurentianus y en el Codex Paris Graec. del siglo X.

    • La recensión larga ("longior"), espuria (corregida y con añadidos), realizada en el siglo IV y conservada en numerosos manuscritos latinos y griegos.

    • La recensión "brevissima" o resumen siriaco que es un compendio de una versión siriaca de la recensión corta.



    e) Breves noticias sobre los demás autores u obras: Papías de
    Hierápolis; la Epístola de Pseudo-Bernabé; la II Epístola de
    Pseudo-Clemente; el Pastor de Hermas




    —Papías de Hierápolis



    Por esos años (a. 130) Papías, obispo de Hierápolis, en Frigia,
    había escrito, inspirado en los Evangelios y en otros escritos muy
    antiguos, cinco libros sobre la Exposición de los dichos del Señor.



    Discípulo de San Juan.



    En el año 130 escribe unas "Explicaciones de las sentencias del
    Señor" (Logion kiriakon exegesein). Es importante para conocer la
    tradición oral. Se menciona la canonicidad de los cuatro Evangelios.
    Dice que el segundo lo escribió Marcos recogiendo la enseñanza de Pedro.
    Sólo quedan fragmentos recogidos por Eusebio de Cesarea. Eusebio dice
    que Papías tuvo ideas milenaristas y por eso no se difundió mucho su
    obra.



    —La Epístola de Pseudo-Bernabé



    También nos ha llegado otro documento atribuido a San Bernabé,
    compañero de Pablo en la evangelización de Chipre, que al parecer fue
    escrito en la primera mitad del siglo II (año 130) en Alejandría. Es un
    tratado teológico escrito en forma de carta. No oímos en este texto las
    tranquilas especulaciones del catequeta, sino más bien el grito de
    alarma del pastor.



    El autor es un cristiano alejandrino. La fecha de composición es probablemente el 130.



    Partes: 1a: apología antijudaica (más larga), 2a: exhortaciones morales (como la Didajé).



    Exagera en cuanto a la insuficiencia de la Ley y todo lo del
    Antiguo Testamento (es un precursor, en este sentido, de Marción), por
    interpretarlo alegóricamente.



    Autor. Hay variadas teorías. Algunos (Rabillard) mencionan
    tres autores: el mismo Bernabé, un judío helenista y un antijudío
    pregnóstico. Otros mencionan varias fuentes. Se duda entre su origen
    alejandrino (es el más probable por quienes citan más el escrito:
    Clemente de Alejandría, Orígenes...) o del ambiente de Siria-Palestina
    (por su parecido a escritos qumrámicos y su crítica áspera al judaísmo, y
    su orientación escatológica).



    Califica la historia de Israel de "perversión diabólica"
    siguiendo un poco el discurso de Esteban. Esta corriente culminará con
    la herejía de Marción.



    División. La primera parte de la obra —más larga— (parte
    dogmática, cap. 1 a 17) es una interpretación del Antiguo Testamento que
    sigue el estilo de exégesis alegórica, que ya habían utilizado Filón,
    Pablo y el autor de la Carta a los Hebreos, y que será una
    característica típica de los escritores eclesiásticos de la Escuela de
    Alejandría a partir del siglo III (Panteno, Clemente, Orígenes). Es una
    apología antijudaica. Exagera en cuanto a la insuficiencia de la Ley y
    todo lo contenido en el Antiguo Testamento (es un precursor, en este
    sentido, de Marción), por interpretarlo alegóricamente.



    La segunda parte es de carácter moral (cap. 18 a 21) y se centra
    en la alegoría de la Doble Via que también aparece en otro escrito de la
    época: la Didaje.



    Doctrina. Existencia eterna del Hijo, Encarnación,
    Bautismo: nos transforma en templos del Espíritu Santo, Domingo,
    Nasciturus: contra el aborto, Escatología: milenarista.



    Un buen resumen de este escrito nos lo da Drobner:



    • Forma parte de los apócrifos. Es literatura pseudoepigráfica. Es un tratado en un marco epistolar (pero incompleto).

    • La tradición atribuye el escrito a Bernabé. Sin embargo fue escrita, al parecer, entre los años 130 y 132 (descripción de la reconstrucción de Jerusalén).

    • Lugar: Asia Menor, Siria o Palestina (y no Alejandría, como se ha pensado hasta ahora).

    • 1: breves saludo y exordio;

    • 2-16: tematiza los conocimientos que se pueden sacar del Antiguo Testamento sobre Dios, Cristo, Iglesia, obligaciones éticas;

    • 17-20: doctrina de los dos camimos (procede del judaísmo; más ampliamente tratada en la Didaché);

    • 21: exhortación a guardar los mandamientos, saludo y bendición.

    • Importancia teológica: interpretación tipológica y espiritual
    del Antiguo Testamento como profecía referida a Cristo y modo de vida
    cristiano, con una radicalidad sin par (oposición de Dios y el pueblo
    judío).



    —La II Epístola de Pseudo-Clemente



    Otra carta a los Corintios: es una homilía (la más antigua
    que se conserva); su origen es Corinto; escrita en el año 150; afirma
    la divinidad y humanidad de Cristo; los aspectos morales son los más
    importantes (penitencia, buenas obras para salvarse, la vida del
    cristiano es de lucha: competiciones atléticas).



    Dos cartas a las vírgenes: editadas en 1752; escritas en
    el siglo II o primera mitad del siglo III; describen la vida de los
    primitivos ascetas y vírgenes antes de la aparición del estado
    religioso; vivían normalmente en sus casas; se habla del celibato, la
    caridad y el apostolado.



    Pseudoclementinas (homilías, recognitiones).



    —El Pastor de Hermas



    Autor y carácter general de la obra. A principios del
    siglo II, en Roma, un cristiano arrepentido de sus pecados, escribe una
    obra para animar a los demás fieles de la Iglesia romana a volver a un
    estilo de vida más puro y exigente, como el que había tenido la
    comunidad en los inicios de su fundación a mediados del siglo I.



    Hermas es hermano de San Pío I (140-154) (según el Fragmento de
    Muratori). Liberto de Rodas, campesino al principio, pero después
    convertido en un pequeño burgues de Roma, casado con varios hijos que
    apostataron y mujer no cristiana.



    El "Pastor" es un escrito de carácter apocalíptico
    (revelaciones de una anciana y un ángel vestido de pastor). Pertenece al
    género de los Apocalipsis apócrifos parenéticos con revelaciones y
    visiones abundantes. Fue escrito hacia el año 150 (probablemente entre
    finales del siglo I y el año 135), cuando era papa Pió I. Recoge una
    primera redacción del año 95 (siendo papa Clemente I). El relato,
    autobiográfico, es instructivo, oscuro, de difícil comprensión,
    profundo, redactado de manera sencilla, falto de conexión, con
    superposiciones y discursos inacabados.



    Tuvo gran fama, sobre todo en Oriente, durante el siglo II.
    Ireneo y Eusebio lo consideran formando parte de la Escritura inspirada.
    Es rechazado por la Iglesia de Occidente en el siglo III y desaparece
    en el siglo IV. Muestra la Iglesia como algo vivo.



    Este escrito es el que más detalles nos proporciona de la vida
    cristiana durante la primera mitad del siglo II. Por ejemplo, nos da a
    conocer la exigente vida de aquellos fieles, una de cuyas
    manifestaciones era la rigurosa disciplina penitencial que vivían (había
    la costumbre de confesarse de los pecados sólo una vez en la vida).
    Algunos sólo admitían la penitencia bautismal.



    División. El escrito consta dos partes. En la primera se
    representan cinco visiones. En la segunda, la más larga e importante, se
    exponen doce preceptos y diez alegorías (similitudines).



    En la primera visión aparece una señora anciana vestida de blanco
    (es una representación de la Iglesia), que invita a todos los
    cristianos a hacer penitencia para purificarse de los pecados. Los
    preceptos y alegorías son recomendaciones concretas para vivir las
    virtudes necesarias: pureza, temor de Dios, fidelidad, etc.



    Doctrina. Hay que leer el "Pastor" valorando más la
    exposición moral que la teológica, que tiene imprecisiones. Es como un
    examen de conciencia de la Iglesia de Roma que, a juicio del autor, ha
    caído en un estado de tibieza (visión de la mujer vieja sentada en una
    poltrona) a causa de la molicie, las dudas de fe, las riquezas, la
    ambición y las persecuciones contra el nombre cristiano (la persecución
    de Trajano tuvo esa característica).



    • Penitencia: es el punto central; toda la carta es una
    exhortación a la penitencia; en la Iglesia romana había un sentido muy
    vivo del pecado y de la necesidad de conservar el alma pura después del
    bautismo; existía la praxis de no hablar a los bautizados de la
    posibilidad de una segunda penitencia, y a los caídos por primera vez se
    les decía que la penitencia después del bautismo sólo podía recibirse
    una vez en la vida. Hermas anuncia la posibilidad de penitencia una sola
    vez a plazo fijo, con vistas a la parusía. Duda si podrá perdonarse el
    pecado de apostasía.

    • Cristología: tema presentado confusamente; Cristo aparece como
    servidor, pero a veces sin resaltar debidamente su poder divino.
    Aparentemente Hermas presenta una cristología subordinacionista y
    adopcionista, además de un binitarismo (identifica el Hijo con el
    Espíritu Santo).

    • Iglesia: es presentada como necesaria para la salvación; es
    representada como una torre edificada —y haciendo una sola cosa— sobre
    la roca, que es Cristo. Se mencionan los diversos grados de la
    jerarquía, pero sin resaltar especialmente el episcopado monárquico,
    probablemente porque Hermas era hermano de Pío I y porque ve un peligro
    claro en la ambición de poder que había en aquella época en Roma.
    Presenta varias imágenes de la Iglesia: la Iglesia preexistente, la
    presente y la escatológica, una visión sincrónica de la Iglesia y una
    diacrónica, etc.

    • Bautismo: en la octava parábola se recoge la visión del sauce
    con ramas verdes, en la que se simboliza cómo la mayoría de los fieles
    no habían perdido la inocencia del bautismo.

    • Doctrina moral: distingue entre mandato y consejo; señala casos
    prácticos; habla de las virtudes como de siete mujeres, menciona a los
    ángeles y a los demonios; fustiga principalmente el afán mundano de
    riqueza y la ambición de honores.



    Transmisión del texto griego. Se ha pensado que pudiera tener tres autores distintos. No parece correcta esta teoría.



    • El Códice Sinaítico (s. IV) contiene una cuarta parte.

    • Un manuscrito del Monte Athos (s. XV) contiene la obra entera, excepto el final.

    • Unos papiros de fines del siglo II, descubiertos por la universidad de Michigan, contienen muchos fragmentos faltantes.
     











  4. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    LA LITERATURA APÓCRIFA CRISTIANA







    a) La noción de "apócrifo"



    Entre los muchos escritos de los cuatro géneros neotestamentarios
    que se produjeron en los cinco primeros siglos, se fijó el criterio de
    la apostolicidad para decidir sobre su fiabilidad. Por eso
    frecuentemente las obras cristianas se ponían bajo nombres de Apóstoles,
    para garantizar así su verdad.



    A mediados del siglo II, movidos por la herejía gnóstica (que
    pretendía utilizar libros no fiables en sus reuniones), terminó en la
    Gran Iglesia el proceso de establecer un consenso sobre los libros
    fiables, aunque hasta el siglo IV no quedó fijada definitivamente la
    lista de los 27 libros canónicos.



    El Canon de Muratori es un manuscrito del siglo VIII escrito en
    Roma hacia el año 200 que contiene una lista de 22 libros reconocidos
    como canónicos. Ludovico Antonio Muratori lo descubrió en la Biblioteca
    Ambrosiana de Milán antes de 1740.



    En el siglo IV, Atanasio (Iglesia griega, año de 367) y Dámaso
    (sínodo romano de 382, contenido en el Decreto Gelasiano) definen una
    lista de libros inspirados y canónicos.



    Para los gnósticos, los libros "apócrifos" eran los libros
    mantenidos en secretos, y tenían un sumo valor. Para los cristianos
    estos libros eran falsos, heréticos y reprobables.



    Sin embargo, muchos apócrifos contienen fundamentos fiables de teología y espiritualidad eclesial.



    La Patrología no estudia los libros canónicos, pero sí los apócrifos.



    —Tipos a partir de finales del siglo II:



    • evangelios y hechos de los apóstoles pretenden llenar lagunas de los textos canónicos;

    • obras que rivalizan con los textos canónicos (de sectas o determinadas comunidades locales);

    • escritos tardíos que tratan de resolver problemas teológicos o apologéticos actuales, apoyándose en la autoridad apostólica.



    —Otra clasificación:



    • Evangelios que pretenden complementar los Evangelios canónicos;

    • Cartas pseudoepigráficas;

    • Hechos de los apóstoles;

    • Apocalipsis.





    b) Características generales de esta literatura y su utilidad para el conocimiento de la antigüedad cristiana



    Apócrifo = para iniciados, secreto. Más adelante paso a significar "falso" o "legendario"



    Con este término los primeros cristianos denominaban los libros
    peligrosos para la fe, ordinariamente de origen gnóstico, que contenían
    doctrinas ocultas, pero falsas.



    Ahora denominamos así los libros escritos en los dos primeros
    siglos que, utilizando fuentes muy antiguas, a veces son de origen
    gnóstico y otras veces son escritos que pretenden completar aspectos de
    la vida de Cristo y los Apóstoles, movidos por el deseo natural del
    pueblo de conocer más cosas de la vida del Señor y sus discípulos.



    Se recogen tradiciones orales, datos sobre los Apóstoles y la vida de los primeros cristianos.



    —Resumen:

    • Escritos muy elaborados, ricos en doctrina y prestigio;

    • Fábulas poco creíbles.

    • Escritos heréticos y de escaso interés.





    c) Clasificación de estos escritos según su procedencia y género



    Algunos se refieren al Antiguo Testamento y otros al Nuevo
    Testamento. Estos últimos suelen dividirse en: Evangelios, Hechos,
    Epístolas, Apocalipsis.



    —Los más conocidos son los siguientes:



    • Evangelios apócrifos: Hay 21 Evangelios apócrifos. Entre ellos
    están: El Evangelio según los hebreos (segunda mitad del siglo II, en
    Palestina: habla de Santiago el Menor y del Evangelio de San Mateo); El
    Evangelio de Tomás; Testamento de los Doce Patriarcas; El Protoevangelio
    de Santiago (infancia de María y Jesús; quiere probar la virginidad
    perpetua de María; habla de Joaquín y Ana; contiene errores);

    • Hechos apócrifos: muy fantásticos y novelados (Hechos de San
    Pablo y Tecla, del año 180, en el Asia Menor; Hechos de San Pedro, del
    año 190, que recoge la tradición del quo vadis?). Otros Hechos son: Los
    Actos de Tomás y Los Actos de Juan.

    • Apocalipsis apócrifos: La obra del Apocalípsis de San Pedro (año 125 a 150) tiene una gran calidad literaria; se habla del cielo y del infierno.

    • Epístolas apócrifas: La Epístola de los Apóstoles (año 140 a
    160) menciona las dos naturalezas de Cristo, la Encarnación del Verbo,
    la consustancialidad con el Padre, y contiene algún error en puntos
    secundarios.

    • Otros escritos apócrifos: La Ascensión de Isaías y Los Agrafa.





    d) Evangelios, Hechos, Epístolas y Apocalipsis apócrifos



    —Evangelios. Género literario



    Al principio, se conocía bajo el nombre de "Evangelio" sólo el
    mensaje mismo del Evangelio. Después del siglo II se llaman así también
    los libros que lo contienen. El género "evangelio" indica tanto el
    contenido como la forma. Hay evangelios apócrifos que no concuerdan
    plenamente con este género. La clasificación ha de recaer principalmente
    sobre el contenido a causa del carácter teológico de la literatura:



    • los que siguen la tradición sinóptica (Pedro, Nazarenos y Ebionitas);

    • por su origen: evangelios judeocristianos, próximos a Mateo (Nazarenos y Ebionitas);

    • evangelios heterodoxos (gnósticos): los descubiertos en la biblioteca de Nag Hammadi;

    • características de los evangelios apócrifos como obras que intentan complementar:

    o evangelios de la infancia: Protoevangelio de Santiago,
    Evangelio árabe de la infancia de Jesús; gran influencia en la liturgia y
    piedad popular;

    o evangelios que complementan la Pasión de Jesús: Hechos
    de Pilato, Evangelio de Nicodemo, Evangelio de Bartolomé;

    o evangelios que precisan el diálogo de Jesús con los Apóstoles después de la Resurrección.

    • Fragmentos de evangelios y agrapha.



    —Hechos apócrifos de los Apóstoles. Género literario



    No nacieron en paralelo con los Hechos de los Apóstoles de Lucas,
    sino posteriormente y para complementarlos. Datan de los siglos II y
    III los cinco grandes Hechos: Acta Andreae, Ioannis, Pauli, Petri y
    Thomae.



    Hay otros Hechos redactados a partir del siglo IV, pero de menor importancia, y que dependen de los anteriores.



    Tema común: vida, viajes, doctrina de los Apóstoles.



    Pretendían servir de entretenimiento, edificación y
    adoctrinamiento de los cristianos, pero no para discutir problemas
    teológicos o eclesiales.



    Elementos: 1) motivo del viaje, 2) aretológico (milagros),
    3) teralógicos (mundo encantado), 4) tendencioso (en sus homilías), 5)
    erótico (motivos amorosos y rasgos ascético encratitas).



    —Cartas. Género literario



    Las Cartas tienen menos importancia. Son literatura epistolar de ficción o pseudoepigráfica.



    —Apocalipsis. Género literario



    El nombre proviene del Apocalipsis de Juan. El género proviene
    del judaísmo. El Libro de Daniel es la Apocalipsis más sobresaliente del
    Antiguo Testamento.



    Elementos de contenido y estilísticos:



    • Escritos seudónimos, de un tiempo pasado, que contienen vaticinios
    futuros de hechos históricos para dar confianza al lector y mencionan el
    final de los tiempos.

    • El que escribe es raptado al cielo y presentado ante el trono de Dios. Narra la visión que tiene.

    • Las imágenes son visiones que un intérprete explica al vidente.

    • Sistematizan los fenómenos contemplados mediante números.

    • Su finalidad es preparar al creyente para superar las apreturas del
    tiempo final; contienen oraciones, súplicas, alabanzas, acciones de
    gracias.



    Contraposiciones del mundo conceptual de las apocalipsis:
    1) dualismo de dos eones, 2) universalismo e individualismo, 3)
    pesimismo y esperanza del más allá, 4) determinismo e inminencia.



    Las apocapisis cristianas con escritos nuevos o refundiciones de
    otros antiguos, como el Testamento de Abraham, el Apocalipsis de Esdras,
    Libro eslavo de Henoc.



    Temas de las apocalipsis del siglo II: explican el retraso
    de la parusía, el fin del mundo y el más allá. En el siglo IV:
    descripción del cielo y del infierno, detalles sobre el juicio final o
    el fin del mundo.



    Apocalipsis cristianas: el Apocalispsis de Pedro, la "Ascensión de Isaías", el Apocalipsis de Pablo, el Apocalipsis de Tomás.





    e) Breves noticias sobre algunos de los más antiguos y significativos apócrifos cristianos



    —EL PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO



    • Contenido: descripción de la infancia de Jesús. Son leyendas basadas en historias del Antiguo Testamento.

    • Autor: Egipto, segunda mitad del siglo II.

    • Extensión: en oriente. El Decreto Gelasiano (c.500) lo condena y es olvidado en occidente.

    • Valor: gran influencia en la liturgia y en la piedad mariana. El centro es la Virgen (su virginidad).



    —EL EVANGELIO COPTO DE TOMÁS



    • Autor: Siria del este a mediados del siglo II. Escrito en griego.

    • Contenido: colección de 114 dichos de Jesús paralelos a los contenidos en los sinópticos y a los descubiertos en la fuente Q.

    • Valor: evidencia el género literario de los "dichos". No parece gnóstico.



    —LA EPISTULA APOSTOLORUM



    • Género: conversaciones con los discípulos después de
    resucitado. Ordinariamente este género es propio de obras gnósticas, sin
    embargo, esta obra es todo lo contrario: va contra la gnosis utilizando
    métodos de ella. Es un discurso de revelación compuesto de relato
    evangélico y de carta.

    • Lugar: judeo-cristianismo helenista del Egipto de mediados del siglo II.

    • Contenido teológico: argumentos contra el docetismo y el dualismo gnósticos.

    • Desconocemos su influencia en la antigüedad.



    —EL EVANGELIO DE NICODEMO



    • Complementa la historia de la Pasión de Jesús.

    • Cap. 1 a 16: Actas de Pilato (se le pretende disculpar: la iglesia siriaca lo veneraba como santo) (anterior al 376).

    o cap. 1-11: Acta Pilati: proceso de Jesús, crucifixión y sepultura

    o cap. 12-16: reunión del Sanedrín en que Nicodemo y José de Arimatea defienden a Jesús

    • Cap. 17 a 27: Descensus Christi ad inferos; la homilía sobre el Sábado Santo trasmitida bajo el nombre de Epifanio, bebe de esta parte del Evangelio de Nicodemo.

    • Compilación: el año 425.



    —LOS HECHOS DE PEDRO



    • Escritos entre 180 y 190, en Asia Menor o Roma. Se conservan dos terceras partes de la obra.

    • Primera parte: Jerusalén (12 años, choque con Simón el Mago).

    • Segunda parte: Viaje a Roma (lucha con Simón).

    • Tercera Parte: martirio de Pedro (predica la castidad ocasionando problemas con Agripa, el prefecto romano; Quo vadis; martirio con la cabeza hacia abajo).

    • Novela Quo vadis? de Henry Sienkiewicz (premio Nobel de literatura 1905).

    • El elemento aretológico determina la estructura de la obra.



    —LOS HECHOS DE PABLO



    • Escritos entre 185 y 195 por un presbítero del Asia Menor. Están incompletos.

    • Estructura de la obra: Damasco, Jerusalén, Antioquía, Iconio, Antioquía, Myra, Sidón, Tiro, Esmirna, Éfeso, Fililpos, Coritno, Italia, Roma.

    • Parte primera: Acta Pauli cum Theclae Pablo (juega un papel secundario).

    • Correspondencia epistolar de Pablo con los Corintios (versa sobre falsas doctrinas gnósticas que alguno hombres han propalado en Corinto).

    • Martirio de Pablo en Roma

    • La finalidad no es teológica, sino de entretenimiento y edificación.

    • Temas principales: resurrección y continencia.

    • Descripción de Pablo en la iconografía cristiana primitiva:
    "hombre de corta estatura, calvo, piernas torcidas, porte noble, cejas
    unidas, nariz pequeña y poco saliente". Pedro: rostro lleno, con pelo y
    con barba rizada.
     















  5. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    LOS APOLOGISTAS GRIEGOS DEL SIGLO II







    a) Características generales de la literatura apologética cristiana de los primeros siglos



    Los Padres apostólicos y los primeros escritores cristianos se
    dirigen principalmente a los fieles y buscan su edificación. Los
    apologistas del siglo II, en cambio, salen en defensa del cristianismo
    ante los cada vez más frecuentes ataques de los paganos.



    —Ataques de los paganos al cristianismo en el siglo II



    Los principales ataques se centran en la idea falsa de que el
    cristianismo destruye la sociedad y es enemigo del imperio. Atacaban a
    los cristianos de:



    • ateísmo,

    • antropofagia,

    • desórdenes morales,

    • odio al género humano.



    Según San Justino el origen está en el odio de los judíos al
    cristianismo. Bastaba la denuncia para condenar a los cristianos (cfr.
    rescripto de Trajano a Plinio, en el siglo II).



    Los principales escritores paganos cultos que escribieron para
    desprestigiar al cristianismo (el emperador Teodosio quemó muchos de
    estos escritos) fueron los siguientes:



    • Luciano de Samosata: De morte peregrini (170). Se mofa del afecto fraternal de los fieles y de su amor a la muerte.

    • Frontón de Cirta: Discurso. Profesor de Marco Aurelio.

    • Celso: Discurso verdadero ("alethes logos")(178). Ve en el
    cristianismo una mezcla de superstición y fanatismo (cfr. Trevijano, p.
    97: buen resumen del pensamiento pagano).



    —Posición de los Apologistas griegos del siglo II ante estos ataques



    En resumen son tres:



    • Salir al paso de la acusación de que la Iglesia era un peligro para el Estado.

    • Presentar la verdad sobre Dios, el hombre y el mundo contra los errores paganos.

    • Presentar el cristianismo como la verdadera filosofía.



    —Veamos más detenidamente cómo salían los Apologistas en defensa del cristianismo:



    • refutaban las calumnias; hacían ver cómo la Iglesia es necesaria para el bienestar y orden del mundo: la Iglesia no es un peligro;

    • defendían a los cristianos de las críticas populares (canibalismo,
    incesto, orgías) señalando las virtudes cristianas; las apologías están
    dirigidas a la autoridad civil y a personas cultas; son una defensa
    apasionada de la libertad de las conciencias necesaria para un verdadero
    culto a Dios;

    • manifestaban la inconformidad de los cristianos con las leyes persecutorias (iniciadas
    con Nerón —religio illicita— y concretadas con Trajano), haciendo ver
    la ejemplaridad del comportamiento civil de los cristianos.

    • criticaban la religión romana (idolatría, culto al emperador), señalando un camino más perfecto;

    • manifestaban la superioridad del cristianismo en relación con la filosofía pagana
    (monoteísmo, providencia divina, etc.). El argumentos fundamental era
    la antigüedad del cristianismo como continuación del pueblo de Israel.
    Los apologistas, al exponer sus ideas en moldes helénicos,
    cristianizaban el helenismo.

    • mostraban cómo el cristianismo es la religión verdadera (milagros de Cristo, profecías, etc.)

    • difundían el Evangelio entre las clases altas e intelectuales,
    con un lenguaje más culto y razonamientos más acordes con la mentalidad
    de la época. Con ese fin, especialmente explican las doctrinas que
    podrían impactar más a los paganos: el monoteísmo (contra la idolatría),
    la libertad unida a la responsabilidad (contra el determinismo
    estoico), la resurrección de la carne, etc.

    • hacían ver a los judíos que no había llegado a la verdad plena;

    • rebatían los errores de los herejes, que son un verdadero obstáculo para la propagación del cristianismo.



    —Cristianismo y filosofía pagana



    Los apologistas, al contacto con la cultura helénica, comienzan
    la exposición filosófica de las verdades cristianas. Los apologistas son
    paganos cultos que se convierten en los primeros teólogos. Asumen la
    filosofía helénica, pero dando por supuesto que el cristianismo es
    superior a la filosofía. Por ejemplo, San Justino dice: "los que han
    dicho alguna verdad... son de los nuestros y su verdad nos pertenece".



    Aunque algunos apologistas rechazan y critican la filosofía
    pagana, otros la admiten como una preparación para el Evangelio, ya sea
    porque conceden a la razón la posibilidad de conocer algunas verdades
    reveladas de tipo natural, ya sea porque piensan que los antiguos
    filósofos pudieron recoger algunas de estas verdades de los escritos de
    Moisés.



    Especialmente Homero y sobre todo Platón (concepto de creación en
    el Timeo, concepto de alma en Fedro, huida del mundo para acercarse a
    Dios en el Teeto) fueron fuentes de inspiración para la tarea de los
    apologistas. La utilización del concepto de Logos (como ser intermedio a
    través del cual Dios crea el mundo: concepción cosmológica) para
    referirlo a Cristo siguiendo la doctrina paulina y joánica de considerar
    a Cristo como Logos, Sabiduría del Padre, se revelaría muy importante
    para el futuro, tanto por el peligro de subordinacionismo que encerraba
    como por la gran riqueza que contiene para la formulación del dogma
    cristológico.



    —Tipos de apologías



    • Refutaciones.

    • Amonestaciones a los paganos.

    • Resolución de dudas privadas de algún pagano concreto.



    —Transmisión de los textos



    Casi todas las obras de los apologistas las conocemos a través
    del Codex Parisinus gr.451. Se trata de un manuscrito que Aretas, obispo
    de Cesarea, mandó copiar en 914. En este manuscrito, que esta en la
    Biblioteca Nacional de Paris, faltan los escritos de Justino, los tres
    libros de Teófilo Ad Autolycum, la Irrisio de Hermias y la Epistulam ad
    Diognetum.





    b) San Justino



    —Introducción



    San Justino es el apologista más importante porque utiliza
    ampliamente la filosofía griega que para él es verdadera pero
    incompleta. Toda la verdad que existe en los distintos sistemas
    filosóficos nos pertenece a los cristianos que la tenemos en plenitud,
    ya que nosotros hemos conocido al Verbo, y ellos sólo lo han conocido
    oscuramente en la creación.



    De padres paganos, nace a principios del siglo II en Flavia
    Neápolis (Sichem, Palestina). Busca la verdad primero con un estoico
    (que no le logra explicar la esencia de Dios), luego con un peripatético
    (con un interés económico que decepciona a Justino) y después con un
    pitagórico (que le obliga a estudiar música, astromomía y geometría). Se
    hace platónico pero en cierta ocasión, paseando junto al mar, un viejo
    le habla de la sabiduría de los profetas y Justino se convierte al
    cristianismo en Éfeso. Se cubre con el pallium (manto de los filósofos) y
    va a Roma, en época de Antonino Pío (138-161), como predicador
    ambulante (profesor itinerante). Funda una escuela privada. Una pugna
    con Crescencio, filósofo cínico adversario suyo, le lleva al martirio
    con seis compañeros, siendo prefecto Junio Rústico (165). Taciano es
    discípulo suyo.



    Sus tres escritos —dos Apologiae y el Dialogo contra el judio
    Trifón— se conservan en un manuscrito de mediocre calidad, de 1364
    (Codex Parisinus n.450). Tienen defectos literarios innegables:
    disgresiones frecuentes, pensamiento desarticulado, falta de elocuencia y
    vehemencia, pero revelan un carácter sincero y recto que trata de
    llegar a un acuerdo con el adversario.



    —Las Apologías de San Justino



    Parece que la segunda (15 capítulos) es un apéndice o adición de
    la primera (68 capítulos). Ambas van dedicadas a Antonino Pío (138-161).
    Las escribió en Roma entre 148 y 161. La ocasión fue el martirio de
    tres cristianos siendo Urbico prefecto. Eusebio las cita.



    —La primera Apología



    Tiene 68 capítulos. Escrita entre los años 150 y 155, en Roma, y dirigida a Antonino Pío.



    • Introducción (cap. 1 a 3): apela al emperador en defensa de los cristianos perseguidos.

    • Parte principal (cap. 4 a 67):

    o Primera sección (4 a 12): contra el sistema judicial
    aplicado a los cristianos; contra las calumnias; contra castigar sólo
    por el nombre cristiano; se defiende de la acusación de "ateismo".

    o Segunda sección (13-67): es una justificación de la
    religión cristiana (fundamentación histórica y filosófica):

     de su doctrina: es la única verdadera;
    los filósofos paganos tomaron sus verdades del Antiguo Testamento; Jesús
    es el Hijo de Dios, Salvador, Fundador de la Iglesia.

     de su culto: Bautismo, Eucaristía
    (describe el desarrollo de la liturgia eucarística). Vida social.

    • Conclusión (cap. 68): es una amonestación severa al emperador;
    se adjunta un rescripto del año 125 de Adriano a Minucio Fundano
    (proconsul de Asia) en el que se establece un modo recto de juzgar:

    o juicio ordinario ante un tribunal;

    o castigos sólo después de pruebas de haber transgredido las leyes romanas;

    o castigos proporcionales a los delitos;

    o castigos de las falsas acusaciones.



    —Segunda Apología



    Es continuación de la primera. Escrita entre los años 150 y 160.



    • Protesta por la sentencia capital de tres cristianos por confesar su fe.

    • Alega el amor a la verdad, por parte de los cristianos, al ser interrogados.

    • Considera la persecución como un ataque del demonio.

    • Explica el gozo de los cristianos ante el martirio: sus sufrimientos y muerte les conseguirán el premio eterno.

    • Pide al emperador justicia, piedad y amor a la verdad.



    —Diálogo con Trifón



    Es la más antigua apología contra los judíos. Es posterior a las Apologías.



    Se trata de la recensión de un diálogo o disputa de dos días de
    duración con el judío Trifón (Tarfón, probablemente, rabino de Éfeso),
    sostenida en Éfeso entre los años 132 y 135. Dedicada a un tal Marco
    Pompeyo. Consta de 142 capítulos:



    • Introducción (cap. 2 al 8): cuenta su vida (formación intelectual, conversión)

    • Cuerpo principal (cap. 9 a 142):

    o Primera parte (9 a 47): sobre la concepción cristiana del Antiguo Testamento, al que da gran importancia.

    o Segunda parte (48 a 108): defiende la divinidad de Cristo.

    o Tercera parte (109 a 142): la Iglesia es el pueblo escogido.



    —Obras perdidas y manuscritos pseudo justinianos



    Obras perdidas: Liber contra omnes haereses; Contra
    Marción; Discurso contra griegos; Refutación; Sobre la soberanía de
    Dios; Sobre el alma; Salterio; Sobre la resurrección.



    Manuscritos pseudo justinianos: Cohortatio ad Graecos (s.
    III); Oratio ad Graecos (que es una apología pro vita sua de un
    cristiano griego convertido) (s. III); De monarchia; etc.



    —Teología de Justino



    Hay que tener en cuenta que las obras que conservamos no son
    propiamente teológicas. En ellas se nota una fuerte influencia
    platónica, filosofía que a juicio de Justino poseía el más alto valor.
    Se trata del eclecticismo religioso del medio platonismo, que es una
    mezcla de la ética y psicología estoica con un misticismo de tendencia
    religiosa (Trevijano).



    —Concepto de Dios



    Dios es uno, bueno, sin principio, ingénito (agenetos), inefable y
    sin nombre (nadie se lo ha puesto porque no hay nadie antes que El),
    trascendente. Su mejor nombre es el de "Padre" por ser el Creador de
    todo.



    Sostiene la trascendencia absoluta de Dios; niega el panteísmo y la omnipresencia substancial de Dios en el mundo.



    Se salva el abismo entre Dios y el mundo porque el Logos es una
    emanación de Dios, una procesión del interior de Dios (como el fuego que
    procede de otro fuego; como la Palabra mental). Hay una cierta
    tendencia al subordinacionismo. Cristo es una persona divina pero
    subordinada al Padre.



    Dios crea y ordena todo per Verbum (Logos), que es intermediario
    entre Dios y los hombres. El Hijo de Dios es igual a Dios. En la razón
    de cada hombre hay semillas ("sperma") ingénitas de verdad ("logicas").
    Esto explica que ya entre los paganos (Heráclito, Sócrates) encontremos
    gérmenes de verdad. En cierta manera se puede decir que fueron
    verdaderos cristianos porque vivieron según las normas del Logos. Más
    solamente los cristianos poseen la verdad entera porque Cristo se les
    apareció como la Verdad en persona. Existe un verdadero endiosamiento
    del hombre, por el Logos.



    No existe conflicto entre la fe y la razón. La razón tiene un valor intrínseco para conocer algunas verdades.



    —María y Eva



    Es el primer autor cristiano que profundiza en el paralelismo de
    Adán-Cristo y Eva-María. Por un lado están la obediencia, la fe, la
    alegría. Por el otro la desobediencia, el pecado, la muerte.



    —Angeles y demonios



    Justino es uno de los primeros testigos del culto y patrocinio de
    los ángeles a quienes concibe con un cuerpo espiritualizado. Explica su
    función y naturaleza.



    Los demonios serían hijos de ángeles y mujeres que serán
    castigados y lanzados al fuego eterno hasta la segunda venida de Cristo.
    Los herejes son instrumentos de los demonios. Los demonios se someten
    al nombre de Jesús.



    —Pecado original



    Explica cómo nuestros Primeros Padres eran hijos de Dios y
    dioses, de alguna manera. El hombre es un ser capaz de deificación
    (poder de hacerse dioses).



    —Bautismo y Eucaristía



    Al final de su Primera Apología, habla sobre la Eucaristía,
    instituida por Cristo. Menciona la presencia real. En el capítulo 65, de
    los recién bautizados y en el capítulo 67, en general. Explica el tipo
    semi-fijo de liturgia que se celebraba entonces. Los fieles se reunían
    los domingos para asistir a la celebración en que se leía la Sagrada
    Escritura (Antiguo y Nuevo Testamento: "Memorias de los Apóstoles") que
    iba seguida de un sermón. Después tenía lugar la oración por todos los
    fieles y el ósculo de la paz. Se presentaban el pan y el vino. Se
    pronunciaba la oración consecratoria (las mismas palabras de Cristo en
    la Ultima Cena). Los diáconos repartían la Comunión a los presentes y la
    llevaban a los ausentes, enfermos, etc. (cfr. Catecismo de la Iglesia
    Católica, 1345).



    Explica también cómo se llevaba a cabo la ceremonia del Bautismo:
    instrucción, oración, ayuno, penitencia, inmersión en el agua y
    bautismo ("iluminación") en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
    Santo.



    En su "Diálogo con Trifón" (117,2) compara la Eucaristía con el
    Sacrificio de Malaquías. Es el primero que menciona a la Eucaristía como
    "oblatio rationabilis" (logike thusia) de los filósofos, expresión
    utilizada en el Canon Romano. Rechaza los sacrificios externos de
    sangre.



    No desarrolla una eclesiología especulativa, como sucede, por
    ejemplo en la epístola a los Efesios y en el Pastor de Hermas.



    —Ideas escatológicas



    Comparte las ideas quialistas y milenaristas tan extendidas en su
    época (mil años del reinado de Jesús antes de su segunda venida).

    Piensa que las almas de los fieles difuntos, al morir van al
    hades hasta el fin del mundo, excepto la de los mártires que van al
    Cielo inmediatamente.



    c) Breves noticias sobre los demás apologistas griegos de este
    período: Cuadrato y las Epístolas a Diogneto; Arístides; Aristón de
    Pella; Taciano; Atenágorás; San Melitón de Sardes; San Teófilo de
    Antioquía




    —Cuadrato



    Eusebio menciona un pequeño fragmento de la Apología de Cuadrato
    (a. 125) dirigida a Adriano (117-138), que encaja en una laguna del
    "Discurso a Diogneto"; por eso, parece ser que la "Apología de Cuadrato a
    Adriano" es nada menos que el conocido "Discurso a Diogneto" (o
    "Epístola a Diogneto").



    Cuadrato es el primer apologista. Conoció a algunos "de los que
    fueron curados o resucitados por Cristo". Es un griego culto, ateniense.
    Conoció a Pablo y a Juan. Según San Jerónimo fue obispo de Atenas, o
    por lo menos fue presbítero.



    El "Discurso a Diogneto", del año 124, es muy breve. Está
    dirigido a Adriano, uno de cuyos apelativos era "Diogneto" ("conocido de
    Zeus"). Fue leido en público y entregado al emperador.



    Es de un estilo muy perfecto. Su autor dominaba la retórica. A la
    vez es sencillo y profundo. Algunos piensan que su autor podría ser el
    mismo Quadrato, otros (Trevijano) piensan que es posterior (años 190 a
    200) y su autor podría localizarse en el ámbito alejandrino (¿Panteno?).



    —Contenido



    • describe la vida cristiana;

    • los cristianos son el alma del mundo,

    • origen divino del cristianismo;

    • divinidad de Cristo (milagros),

    • exhorta a sus oyentes a abrazar la doctrina cristiana.



    —Arístides de Atenas



    La primera Apología que conservamos (sin contar el "Discurso a
    Diogneto") es la de Arístides de Atenas, también dirigida a Adriano. Fue
    dirigida a Adriano hacia el año 124 a 126, cuando el emperador estuvo
    en Atenas.



    Es un escrito sencillo, lleno de nobleza y de tono elevado.



    —Contenido



    • los cristianos salvarán el mundo;

    • demuestra la existencia de Dios y sus atributos con argumentos de inspiración aristotélica;

    • critica el politeísmo;

    • afirma la divinidad de las Tres Personas;

    • describe las diversas religiones y la superioridad del cristianismo.



    —Aristón de Pella



    Aristón de Pella (140) es un escritor antijudío.



    —Taciano el Sirio



    Discípulo de San Justino en Roma. En oriente fundo una secta
    herética (los encratitas o abstinentes) caracterizada por su rigorismo
    moral: se abstenían de la carne, del uso del matrimonio, del vino.
    Llamados también "aquarii".



    —Obras



    • Discurso contra los griegos: Menciona las relaciones entre el
    cristianismo y el helenismo (la cultura griega ha de ser rechazada).

    • Diatessaron: Es la ordenación cronológica de los Cuatro Evangelios.



    —Atenágoras de Atenas



    En el año 177 escribe una apología (Legatio) a Marco Aurelio y Cómodo. Es una súplica en favor de los cristianos.



    Sus obras tienen una gran calidad, son convincentes y tienen un
    estilo excelente. De gran profundidad teológica, conoce a fondo la
    cultura griega.



    La Apología (Súplica en favor de los cristianos) tiene tres partes:



    • se defiende de la acusación de ateísmo;

    • rebate la acusación de canibalismo e incesto;

    • expone la moral cristiana: indisolubilidad, procreación, no al aborto, vida después de la muerte.



    Descuida la presentación del "Jesús histórico" (Trevijano).



    Otra obra es: Sobre la resurrección de la carne (opúsculo). Está dirigida a los griegos que consideraban esta doctrina ininteligible.



    —Melitón de Sardes



    Melitón de Sardes (175): es un teólogo asiata; de esta teología
    hay antecedentes del error monarquiano; en su doctrina cristológica
    afirma la existencia de dos naturalezas en Cristo como reacción al error
    monarquiano (Trevijano).



    Melitón de Sardes es autor de una de las Homilías pascuales de autores cuartodecimanos que se conservan:



    • La Homilía pascual de Melitón de Sardes

    • La Homilia pascual "In sanctum Pascha" atribuida erróneamente al Crisóstomo.



    Los cuartodecimanos celebraban la Pascua el día 14 de Nisan, y
    daban particular relieve a la Pasión de Cristo, en lugar de a la
    Resurrección, como se hacía en Occidente.



    —San Teófilo de Antioquía



    Nace cerca del Eúfrates. Es el sexto obispo de Antioquía. Su formación es helénica.



    Escribió Ad Autolycum (a. 180), que consta de tres libros:



    • sobre la espiritualidad de Dios, su naturaleza y atributos.

    • sobre la Trinidad (trias) y la creación del mundo ex nihilo.

    • sobre la superioridad moral del cristianismo; refuta las acusaciones contra él apelando a la vida real de los cristianos.
     











  6. rosasylirios


    rosasylirios
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    LOS COMIENZOS DE LA LITERATURA MARTIRIAL







    a) Actas, Pasiones y Leyendas de los mártires



    Hay tres tipos de escritos sobre mártires: Actas, Pasiones y Leyendas.



    b) Características generales



    —Actas de los mártires



    Documentos de los procesos verbales (preguntas de la autoridad y
    respuestas de los mártires). Los cristianos obtenían copia de los
    archivos oficiales.



    Son los protocolos del proceso judicial ante el proconsul;
    contienen retoques cristianos; se pide al cristiano ofrecer una
    supplicatio por el emperador, es decir, volver a la ancestral y racional
    religión de los romanos. Los mártires se niegan, ante las seducciones
    del proconsul, al culto pagano. Se lee la sentencia de muerte ex
    tabella, es decir, ya preparada de antemano.



    La más importante es el Acta del martirio de San Justino y compañeros, del año 165.



    —Otras Actas:



    • De los mártires escilitanos (17-VIII-180), en latín eclesiástico, en África.

    • Actas proconsulares de San Cipriano, del año 258: dos juicios y muerte (14-IX-258).



    Existen las Actas paganas de los mártires que no son equiparables
    a las cristianas. Son las actas de los procesos que se siguieron en
    Alejandría a griegos que se oponían a la dominación romana. No se trata
    de mártires por la fe.



    —Passiones o martyria



    Relatos de testigos oculares o contemporáneos.



    Los escritores cristianos hablan —a veces dando una
    interpretación decididamente teológica— de los últimos días y muerte del
    mártir. Se exponen las circunstancias de la detención, la estancia en
    la cárcel, descripción de las torturas, milagros, etc. Se añaden
    reflexiones teológicas y espirituales. Se busca la edificación de los
    creyentes.



    —Ejemplos:



    • Passio de San Policarpo (año 156).

    • Passio de Perpetua y Felicidad (7-III-202) en Cartago. Una parte está escrito por la misma Perpetua.

    • Actas de Apolonio (180-185). Es una apología, la defensa de Apolonio, que era filósofo.

    • Actas de los mártires de Lyon (177).



    —Leyendas de los mártires



    Escritos siglos después. De poco valor histórico. Escritos para
    edificar. Por ejemplo, las leyendas de San Lorenzo, Santa Inés, Santa
    Cecilia, San Sebastián, etc.



    Sin estar exentas de un núcleo histórico, contienen muchos
    elementos de la fantasía piadosa. Son el origen de la literatura
    hagiográfica. Nacieron a partir del siglo IV.



    En estos relatos no exigen tener en cuenta la lengua y el autor.



    c) Breves noticias sobre algunas Actas y Pasiones más antiguas



    —Acta del martirio de San Justino



    Con Justino fueron encarcelados otros cinco hombres y una mujer
    que, sin duda, se contaban entre sus discípulos. Sorprende que se
    mencionen las "leyes injustas" de los romanos, pues antes de Decio no se
    tiene noticia de dichas leyes. El prefecto romano hace preguntas que
    buscan establecer la culpabilidad de los acusados. Justino responde
    siempre acertadamente dejando clara su inocencia. La última pregunta que
    se le hace es: ¿Eres tú cristiano?. Ante la respuesta afirmativa de
    todos los acusados se dicta la sentencia de muerte, que se basa no en el
    nomen Christianum sino en la negativa a ofrecer el sacrificio como lo
    mandan las leyes.



    Hay tres recensiones de las cuales la "A" es la más breve.



    —Acta de los mártires escilitanos



    Las Actas de los mártires escilitanos de África son el documento
    latino eclesiástico más antiguo de cuantos se han conservado. Mencionan
    una traducción latina de la Biblia. Al parecer Scilli se ubicaba en el
    Norte de África.



    Fecha: 17 de julio de 189. Es un protocolo procesal breve y
    auténtico de 17 párrafos. Son siete hombres y cinco mujeres los
    procesados, de los cuales sólo Esperato y Saturnino se convierten en
    portavoces.



    En el diálogo se comprueba el diverso modo de pensar de los dos
    bandos. Para el procónsul el cristianismo es una locura (dementia) y
    convicción mala. Lo único que persigue el procónsul es hacer cambiar de
    posición a los cristianos, hacerlos reflexionar, pero no enredarse con
    ellos en una discusión sobre el cristianismo. Al final se lee la
    sentencia de muerte por decapitación. Los condenados dan gracias a Dios
    por ello. "Y fueron decapitados inmediatamente por el nombre de Cristo.
    Amén".



    —San Policarpo de Esmirna



    —Vida



    Discípulo de San Juan; consagrado por los Apóstoles; hace un
    viaje a Roma en 155 para fijar la fecha de la Pascua con el papa Aniceto
    (provocó muchas conversiones): muere mártir en 156, en Esmirna, a los
    86 años.



    Era ya obispo de Esmirna en el 110, cuando Ignacio pasa por esa ciudad.



    Cuando Ignacio visitó la iglesia de Esmirna camino al martirio,
    Policarpo, el obispo de esa comunidad, tendría menos de cuarenta años.
    Indudablemente, el ejemplo de Ignacio influyó decisivamente en su vida
    posterior, llena de celo y rectitud hasta el día de su martirio que
    ocurrió muy probablemente un 23 de febrero del año 155: es quemado vivo
    en un estadio de Esmirna ante el proconsul romano.



    En 154 va a Roma para hablar con Aniceto la cuestión de la fecha
    de celebración de la Pascua, sin llegar a un acuerdo con él porque ambos
    querían ser fieles a las tradiciones recibidas en las respectivas
    iglesias.



    —Acta del martirio



    Se conserva una relación que la iglesia de Esmirna manda a la de
    Filomelio relatando el martirio de Policarpo. Es el primer documento
    hagiográfico (vidas de santos) que se conserva.



    Un testigo escribe a la iglesia de Filomelium, cercana a Esmirna,
    para relatar detalladamente el martirio de Policarpo que siendo anciano
    fue apresado por la autoridad y obligado a rechazar la fe. Policarpo se
    mantuvo fiel y fue condenado a morir quemado vivo. Todos los cristianos
    quedaron admirados de su valentía y cada año se celebró a partir de
    entonces su dies natalis, es decir, el día de su martirio y de su
    nacimiento a la vida gloriosa. Muestra la gran personalidad de
    Policarpo.



    —Epístola a los Filipenses escrita por San Policarpo



    Escribe a la iglesia de Filipos con motivo del envío de las cartas de Ignacio.



    La Epístola a los Filipenses (la única obra que conservamos de Policarpo) son dos cartas fundidas:



    -Una del 110: nota enviando copia de las cartas de S. Ignacio (dos capítulos: 13 y 14).



    -Y otra —que contiene el resto del texto— del año 130, atacando a
    Marción. Toca la doctrina de la Encarnación y muerte de Jesús. contra
    los docetas. Narra la organización de la comunidad (Filipos estaba
    gobernada por un consejo de ancianos), y comenta algunas prácticas de
    caridad. Pide rezar por las autoridades y por los que nos persiguen.
     















  7. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    EL GNOSTICISMO Y LOS MOVIMIENTOS HERÉTICOS DEL SIGLO II







    a) El gnosticismo y su importancia



    Tiene orígenes remotos. Aparece con el sincretismo que es una
    consecuencia de las conquistas de Alejandro Magno (334 a 324 a.C.), y
    luego de Roma, y de la mezcla de dos mundos, el oriental y el griego.
    Hacia el siglo II antes de Cristo aparecen los primeros brotes. En
    Siria, Palestina y Egipto estaba ya difundida la gnosis antes de la
    predicación del cristianismo. Su mayor influjo entre los cristianos tuvo
    lugar entre los años 130 y 180.



    En sustancia, el gnosticismo es la creencia de que el
    conocimiento de los misterios sobre Dios, sobre el mundo, sobre el
    hombre, sobre la historia, está reservada a una elite.



    Alguno ha dicho que la historia de occidente es la historia de
    los intentos de la mentalidad gnóstica por desterrar al cristianismo o
    corromperlo desde dentro.



    Los exponentes principales han sido: Simón el mago, los gnósticos
    del siglo II, los Cátaros y albigenses de la edad media, ciertos
    filones del Renacimiento, la ilustración, la masonería, cierto
    romanticismo, el idealismo, el nazismo, el fascismo, el marxismo
    leninismo, el ocultismo, el esoterismo y la cultura post moderna.



    Los contrastes entre cristianismo y gnosticismo son muy claros
    (Esquema de Umberto Eco, profesor de la universidad de Bologna):



    - Cristianismo:



    [Modelo general]

    • Conquista a los pueblos

    • Público

    • Promete el progreso

    • Es pensamiento histórico

    • El tiempo es parte de la Redención

    • Es religioso pero secular

    [Dios y el mundo]

    • Dios es unidad y no contradicción

    • Dios es diverso del hombre

    • Dios ama el mundo

    • Es incomprensible pero inteligible

    • El mundo es bueno

    • La carne es buena y resucitará

    [El Mal]

    • Es un accidente de la creación

    • Es un accidente de la libertad

    • Hay que huir del mal

    [Conocimiento]

    • La historia como redención

    • La redención está en el futuro

    • La verdad es pública

    • Aut-aut; tertium non datur

    • Teología como discurso racional

    [Salvación]

    • Podemos liberarnos del pecado

    • Todos pueden conocerla

    • Los pobres se salvan

    • Conocimiento explícito de la fe

    • Espíritu misionero de la Iglesia

    • La salvación es volver a Dios



    - Gnosticismo:



    [Modelo general]

    • Conquista a las élites

    • Secreto

    • Promete el retorno a los orígenes

    • Es pensamiento antihistórico

    • El tiempo es un error de la creación

    • Puede aparecer como laicismo pero es religioso

    [Dios y el mundo]

    • Dualismo

    • Unidad de Dios y del hombre

    • Dios odia el mundo

    • Es cognoscible sólo por el mito y la iluminación mística

    • El mundo es malo

    • La carne es despreciada

    [El Mal]

    • Es parte de Dios y del mundo

    • El hombre no es responsable del mal

    • Hay que conocer el mal, practicarlo para vencerlo

    [Conocimiento]

    • La historia como progresiva caída

    • La verdad es inefable

    • La verdad es secreta

    • Los contrarios son verdaderos

    • Teología como relato mítico

    [Salvación]

    • Sólo los elegidos se liberan del pecado

    • Sólo pocos pueden conocerla

    • Sólo los mejores se salvan

    • La salvación es un secreto reservado a pocos

    • Espíritu sectario de la gnosis

    • La salvación es volver a ser Dios



    Un ejemplo de gnosticismo actual es el movimiento New age. Otro es la cultura de la post modernidad.



    Según Gianni Vattimo, autor de El fin de la modernidad, el
    Paraíso terrestre que anunciaban los marxistas, ya no está más delante,
    sino atrás. Se busca el retorno a un mundo incontaminado y premoderno.
    El gusto artístico actual va a lo pasado, a lo antiguo. Las cajas de
    galletas se diseñan con motivos ecológicos. No más fábricas,
    ferrocarriles, carreteras… Ahora se aprecia más un blanco molino de
    agua, campesinos Ancien Régime y carros tirados por caballos en el
    fondo. Imágenes de un mundo perdido.



    Son grandes éxitos editoriales los libros sobre esoterismo,
    ocultismo, parapsicología, magia, alquimia, diavolería… Además, se han
    revalorizado las revistas que comentan los últimos sucesos de las casas
    reales europeas. En la modernidad, en cambio, se despreciaba todo lo
    aristocrático.



    Los médicos «normales» no tienen pacientes, en cambio los
    homeópatas, herboristas, acupuncturistas, iridiólogos, ect., están
    llenos de trabajo.



    Lo que al mundo de hoy interesa, dice Gianni Vattimo, no es la
    teología computarizada, sino el peregrinaje al santuario o el exorcismo;
    no es un Evangelio racionalizado, sino el escándalo del misterio; no es
    lo profano, sino lo sagrado.



    Las consecuencias principales de la victoria contra el gnosticismo fueron las siguientes:



    • independencia del cristianismo de toda religión y filosofía;

    • no se convirtió el cristianismo en una religión más;

    • incontaminación de la Revelación;

    • catolicidad.



    Constituyó un mérito mayor que la victoria sobre las persecuciones.



    b) Características generales del fenómeno gnóstico y sus principales representantes



    Parten del dualismo radical: Dios-materia. Del dualismo y del
    desprecio a la materia se siguen errores diversos: negación de la
    resurrección, libertinaje (la carne es despreciable y todo está
    permitido), ascetismo rígido y desprecio por el alimento, el matrimonio,
    etc.



    Además se dan especulaciones fantasiosas, visiones fantásticas sobre los ángeles, etc.



    Se llega a poner a Cristo por debajo de los ángeles y a negar su
    Humanidad y encarnación (docetismo, combatido por San Juan, San Ignacio,
    etc.).



    Los gnósticos sobre todo son judios, que se dicen doctores de la Ley.



    —Doctrina



    Gnosis = conocimiento o ciencia. Los Padres y escritores
    cultivan la "gnosis" verdadera (la filosofía como preparación para la
    fe). P. ej. Clemente de Alejandría es el fundador de la teología
    especulativa.



    Su objeto es la "gnosis": conocimiento o visión de Dios. Es una
    revelación, trasmitida en secreto, de tradiciones antiguas recibidas de
    los mismos dioses (libros herméticos, de Hermes) o, en el caso de la
    gnosis cristiana, de Cristo a través de algún apóstol.



    Los gnósticos pretendían poseer una revelación privada de los
    Apóstoles a unos pocos elegidos, una tradición al margen de la
    Tradición. Se presentan como cristianos que poseían los conocimientos
    altos y secretos. Ponen la filosofía por encima de la religión
    (racionalismo).



    Hubo hasta 60 sectas gnósticas. Profesaban el dualismo (Dios y
    Materia). De Dios (el Bien) salen los eones —que están entre el Bien y
    el Mal— (Pleroma) por parejas, de los cuales el Logos (el Redentor) es
    el eon superior y el Demiurgo, un eon que se hizo malo (que da origen al
    mundo), el más pequeño (es el Dios del Antiguo Testamento).



    El mundo material ha sido creado por ángeles o arcontes o por el
    demiurgo (dios inferior). A través de seres intermedios se puede subir
    al dios supremo espiritual. Lo material por su origen es malo, es una
    cárcel. Los hombres son chispa de espíritu encerrada en la materia. Son
    de tres tipos: espirituales, psíquicos y materiales:



    El Logos baja al mundo con un cuerpo aparente (error doceta), para redimir a algunos hombres (los gnósticos o pneumáticos), que se distinguen de los demás (los hílicos o materiales).



    Los simples fieles (psíquicos) deben elegir entre los dos.
    En su doctrina se mezcla un naturalismo (desprecio por la libertad) en
    unos aspectos con un rigorismo (contra naturam) en otros y un laxismo
    (admitían la licitud de no confesar la fe ante la amenaza de martirio,
    etc.) en otros.



    También es una doctrina de salvación (liberarse de lo material y hacerse espiritual, por medio de ritos mágicos) ofrecida a unos cuantos iniciados.



    En el terreno moral aparecen varias opiniones: algunos
    propugnan la renuncia a todo lo material y, al mismo tiempo, la
    posibilidad de una vida licenciosa, como consecuencia de no dar
    importancia a lo corporal.



    —Exponentes en los comienzos



    Ya en la carta a los Gálatas habla San Pablo de gnósticos
    judaizantes; dice que practicaban ritos mágicos y supersticiosos. Pero,
    sobre todo, más tarde en las cartas de la cautividad (Colosenes,
    Efesios) aparece en primer lugar la gnosis que se había desarrollado en
    las iglesias (Col 2,8). Aún más claro el desarrollo de estas herejías
    aparece en las cartas pastorales (1 Tim 1, 3-4; 1 Tim 6, 20).



    —Primeros gnósticos



    Simón el Mago vive en Samaria. Se hace bautizar por Felipe
    e intenta comprar el don del Espíritu Santo a Pedro y a Juan. Es
    reprendido y, aparentemente se arrepiente. Su actividad gnóstica se
    difunde. En muchos escritos primitivos se le menciona (Justino, Ireneo,
    etc.). Es el exponente de la gnosis siriaca.



    Otros gnósticos de los principios son Cerinto y los elcesaitas.
    Hubo entre ellos hombres brillantes que produjeron una literatura
    erudita y abundante (comentarios a la Sagrada Escritura, tratados
    dogmáticos, etc.).



    —Principales sectas gnósticas



    • Gnosticismo oriental (aceptan el AT y rechazan el NT).

    o Nicolaitas (diácono Nicolás de Jerusalen). Para apagar
    la concupiscencia daban rienda suelta a los placeres. Hoy se usa la
    palabra "nicolaismo" para expresar la falta de celibato en los
    sacerdotes.

    o Mandeos (del armeno "manda"= conocimiento). Es una
    pequeña secta gnóstica extracristiana del Oriente medio. Quedan
    actualmente algunos millares en mesopotamia meridional. Pretenden tener
    su origen en Juan Bautista. Consideran que Jesús es un falso profeta.
    Poseen una abundante literatura sagrada. Clara influencia de doctrinas
    maniqueas.

    • Gnosticismo helenístico o gnosis alejandrina (toman más del NT que del AT).

    o Basílides. En Alejandría (120-145). Era discípulo de
    Menandro y de Simón el Mago. Tiene una exégesis del Evangelio en 24
    libros. Profesa el rigorismo ético, según principios cristianos, pero
    sostiene que las acciones morales son en sí indiferentes.

    o Valentín. Se traslada de Alejandría a Roma (136-160)
    donde desarrolla la doctrina de los 30 eones y de la división de los
    hombres.

    • Gnosticismo cristiano.

    • Cerinto (judeo-cristiano). Vive en Asia menor a fines del s. I.
    Judaizante rígido y gnóstico. Niega la divinidad de Cristo. Afirma el
    error doceta (decir que Cristo recibió el poder divino de hacer milagros
    en su Bautismo, pero que desaparecería en la Pasión; el cuerpo de
    Cristo no es verdaderamente humano: es aparente). S. Juan escribe su
    Evangelio, en parte, para refutar estas ideas.

    • Marción

    • Encratitas: Seguidores de Taciano (discípulo de S. Justino) que profesaban un gran rigorismo e ideas gnósticas.



    c) Marción y el marcionismo



    Marción, cristiano-gentil, del Ponto, armador de barcos, llega a
    Roma en el a. 139, y hace un fuerte donativo a la Iglesia de esta ciudad
    (400 mil sextercios). En 144 rompe y funda otra iglesia con jerarquía.
    Marción predicaba una especie de "comunismo de la caridad", bajo el
    pontificado de Pio I (144), que se hallaba muy cerca de los ideales
    pitagóricos. Negaba toda comunicación entre la carne y el espíritu, y
    rechazaba al Dios de los judíos. Sólo admite el Evangelio de S. Lucas.
    Era más práctico, rigorista en ética, dualista, rechaza el AT (rabioso
    antijudaismo: Dios de la justicia (AT) y Dios del amor (NT). Jesús tiene
    un cuerpo aparente. Moral severísima (no matrimonio, no carne, no
    vino). Lo critican Tertuliano, Ireneo, S. Justino, etc.). Su secta
    pervivirá hasta el siglo V. Escribió la "Antítesis", obra en la que
    expone las relaciones entre el AT y el NT: el AT es fruto del demiurgo y
    el NT del Dios del amor que toma un cuerpo aparente.



    d) El monarquianismo y el comienzo de las cuestiones trinitarias



    Los dos misterios centrales del cristianismo son el misterio de
    la Santísima Trinidad (unidad de naturaleza y distinción de Personas), y
    la Encarnación (perfecto Dios y perfecto hombre). Teófilo de Antioquía,
    en su Ad Autolycum, poco después del 180, es el primero en emplear el
    vocablo griego "trias" (cfr. Congar, p. 278).



    El monarquianismo dinamista niega la divinidad del Hijo. Los
    modalistas o patripasianos (otro tipo de monarquianismo) niegan la
    distinción de Personas).



    a) Monarquianismo dinamista



    • Teodoto, el curtidor, de Bizancio se traslada a Roma el 190, y es excomulgado por Víctor I.

    • Pablo de Samosata en el 250 dice que el Logos es el hombre Cristo. El
    sínodo de Antioquía (268) lo excomulga y depone. Luciano de Samosata
    (maestro de Arrio) es su discípulo).



    b) Monarquianismo modalista



    • Noeto de Esmirna es excomulgado en 190. Praxeas es condenado en Roma
    por Víctor I. Tertuliano (155-220), que se hace montanista en el 207,
    escribe el Adversus Praxeam, después del 213, contras el modalismo. Es
    el creador del vocabulario latino en teología trinitaria ("dos
    naturalezas, una Persona") (cfr. Congar, p. 278).

    • Sabelio (discípulo de Praxeas y de Noeto) afirma que no hay distinción
    real entre las tres personas (prosopos) divinas. El Padre es Dios en
    cuanto creador, el Hijo es Dios en cuanto redentor y el Espíritu Santo
    es Dios en cuanto santificador. Hipólito lo combate, cayendo en el error
    contrario (subordinacionismo).



    Los papas Ceferino (198-217) y Calixto (217-222) hacen de
    mediadores en la controversia. Sabelio e Hipólito son condenados.



    Hipólito es el primer anti-papa de la historia (unos 15 años).
    Muere martir con Ponciano en la persecución de Maximino el Tracio
    (235-238). Escribe el Philosophoumena, Stygmata, Tratado sobre la
    resurrección (dedicado a Julia Mamea, madre de Alejandro Severo), y la
    Traditio Apostolica (fuente muy importante sobre la liturgia). Es el
    primero que aplica a la Virgen el título de "Madre de Dios". Su teología
    moral es sumamente rigorista. Critica a Calixto de blando y monarquiano
    (de permitir que los obispos y sacerdotes se casen, de permitir el
    aborto, etc.). Era ambicioso y exagerado, pero murió arrepentido. Es
    patrono de la Ciudad de México (13-VIII-1521).
     











  8. rosasylirios


    rosasylirios
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    LA REACCIÓN CRISTIANA ANTIHERÉTICA







    a) San Ireneo de Lyon y su lucha contra el gnosticismo



    —Vida



    Es el teólogo más importante del siglo II.



    Nace entre el 140 y 160, probablemente en Esmirna. En una carta
    (a. 190) al presbítero romano Florino, amigo de la infancia que había
    caído en la herejía, relata cómo aprendió la doctrina de San Policarpo
    (+155).



    En 177 los fieles de Lyon, que sufrían una dura persecución bajo
    Marco Aurelio (su obispo estaba encarcelado y murieron cuarenta mártires
    en aquella persecución) lo envían a Roma, como embajador de paz con
    Eleuterio papa, preocupados por la comunidad sacudida por la herejía de
    Montano. Elogian sus virtudes, sobre todo, el ser sacerdote.



    A su regreso a Lyon ha muerto mártir el obispo Fotino e Ireneo es
    nombrado su sucesor. Contribuye a la difusión del cristianismo por todo
    el valle del Ródano.



    Escribe a Víctor I (189-198), papa, y a varios obispos asiáticos
    excomulgados por Víctor con motivo de las controversias pascuales, para
    exhortarlos a la concordia (pacificador = eirenopoios).



    No sabemos más de Ireneo. Gregorio de Tours dice que murió martir (?) hacia el año 202.



    —Escritos



    Combate a los gnósticos. Escribió muchas obras en griego de las
    cuales sólo quedan dos completas y títulos y fragmentos de otras.



    —Adversus haereses



    S. Ireneo, en Adversus haereses, da tres reglas para luchar
    contra el gnosticismo, que es el propósito fundamental del libro:



    • apoyarse en el Antiguo y Nuevo Testamentos.

    • eliminar los ritos falsos y creer en la historicidad de Jesús.

    • la apostolicidad: sucesión apostólica; la iglesia de Roma.



    El gnosticismo sobrevivió, sobre todo en las sectas maniqueas.



    Su título original es: "Desenmascaramiento y derrocamiento de la pretendida falsa gnosis".



    Son cinco libros. El primero contiene la primera parte de la obra
    que trata sobre el descubrimiento de la falsa gnosis. Es de tipo
    histórico. Menciona a los valentinianos, luego, los orígenes del
    gnosticismo con Simón el Mago y Menandro. Por fin alude al resto de los
    principlales gnósticos: Satornil, Basílides, Carpócrates, Cerinto, los
    ebionitas, los nicolaitas, Cerdón, Marción, Taciano, los encratitas.



    Los restantes cuatro libros están dedicados a la segunda parte de
    la obra en la que refuta la falsa gnosis. En el segundo libro, con
    argumentos de razón (a los que da gran importancia; cfr. Trevijano),
    refuta a los valentinianos y marcionitas. Comienza tratando en él la
    unidad de Dios.



    En el tercero, con argumentos de doctrina eclesiástica trata de la unidad de Dios y de Cristo.



    En el cuarto con las palabras del Señor trata de la unidad y del
    progreso dogmático en el Antiguo y Nuevo Testamentos, y de las economías
    divinas (historia de la salvación).



    El quinto libro trata de la resurrección de la carne y, al final,
    defiende el quialismo milenarista que es característico de la teología
    asiata (Justino, Papías...).



    En resumen, el primer libro es una historia de la gnosis, el
    segundo una refutación de la gnosis con la razón y los tres últimos una
    refutación de la gnosis con la Sagrada Escritura y la Tradición.



    Aunque tuvo una difusión enorme, el escrito adolece de falta de
    nitidez y de unidad. No logra una síntesis armónica. Sin embargo expone
    clara, simple y persuasivamente la doctrina católica. No pretende el
    autor hacer retórica. Utiliza fuentes ya desaparecidas.



    En cuanto a la transmisión del texto, se conservan varios
    manuscritos en la versión latina que fue hecha al parecer en Africa
    entre el 200 y el 420 (los expertos disputan).



    —Demostración de la enseñanza apostólica



    Eusebio la cita en su Historia Eclesiástica (5, 26). Se conserva en una versión armenia.



    Está escrito como una carta a un amigo. Es un tratado
    apologético, exposición del Credo como una historia de la salvación, que
    consta de una introducción y dos partes.



    Contenido:



    • Introducción (cap. 1 a 3): motivos de composición de la obra.

    • Primera parte (cap. 4 a 42): explica la esencia de la fe cristiana
    mediante un desarrollo de la historia de la salvación desde Adán a
    Cristo: Trinidad, creación, caída, encarnación y redención.

    • Segunda Parte (cap. 49 a 97): esgrime pruebas sobre la verdad de la revelación cristiana (parte apologética).

    • En la Conclusión exhorta a la coherencia en la fe.



    —Teología



    Ireneo es un apologista, defensor de la verdad contra la gnosis
    falsa. Pero, además, es el fundador de la teología cristiana, aunque él
    personalmente recele de la especulación racional. Es el primer
    formulador de la doctrina cristiana en términos dogmáticos. Se
    caracteriza por el valor que da a la Tradición.



    S. Ireneo (+202, escribe entre 180 y 190), inquiere el porqué
    (dia ti) de los grandes datos decisivos del plan de salvación, que
    forman "un conjunto" para el discípulo espiritual. Sin elaborar una
    teología sistemática, piensa la fe como unidad coherente, y concibe la
    obra redentora como inserta en una visión amplia de la historia del
    hombre y del mundo.



    Escribe fórmulas inigualables sobre la Iglesia, la tradición,
    etc., establece relaciones (eucaristía-inmortalidad, idea de
    "recapitulación"), y propone distinciones (imagen-semejanza), unos y
    otros elementos de verdadera teología, toda ella dentro de la fe,
    interpretativa de la fe, relativa a la preservación de la verdad (cfr.
    Congar, p. 279).



    Podemos decir que las dos grandes líneas de la teología de Ireneo son:



    • su gran preocupación por la unidad de la fe y la unidad de la Iglesia;
    ante la división introducida por los gnósticos, Ireneo contrapone la
    unidad, como criterio de verdad.

    • el tema de la recapitulación de todas las cosas en Cristo; él es quien logra la unidad, recapitulando todas las cosas en sí.



    Hace una auténtica teología de la historia (oikonomia) al
    merncionar la unidad de Dios y de Cristo, luego el plan divino de
    salvación realizado en la Iglesia y por fin el retorno de la unión del
    hombre con Dios.



    —La Trinidad



    No utiliza la expresión "trias" mencionada por su contemporáneo
    Teófilo de Alejandría. Explica como algo muy claro la presencia de la
    Trinidad en el Antiguo Testamento: Tres Personas en un sólo Dios:
    "Hagamos al hombre a nuestra...", lo dice el Padre al Hijo y al Espíritu
    Santo ("sus manos").



    Dios = Creador = Dios del Antiguo Testamento = Padre del Logos.
    Es el que da todas las órdenes. El Espíritu Santo está al servicio del
    Logos inspirando a los profetas.



    No trata de las relaciones entre las tres Personas, porque,
    expresamente, se niega a especular sobre estos temas como lo hacían
    imprudentemente los gnósticos. Prefiere atenerse a lo que ha recibido
    por la Tradición sin añadir más.



    Insistencia en la "monarquía divina". Cristo y el Espíritu Santo actúan en el Antiguo Testamento junto con el Padre.



    —Cristología



    La generación del Hijo por el Padre es inenarrable, inexplicable,
    dice Ireneo. Sin embargo, también dice que "Dios se ha manifestado por
    el Hijo que está en el Padre y tiene en sí al Padre", estableciendo, de
    esta manera, la perichoresis o circumincessio.



    Cristo = Logos = Hijo de Dios = Hombre-Dios = Jesus Nuestro Salvador y Señor.



    Toda la teología de Ireneo se centra en su "teoría de la
    recapitulación" (anakefalaiosis) que toma de S. Pablo y desarrolla. La
    recapitulación es el resumen de todas las cosas en Cristo desde el
    principio. En Cristo se da una nueva creación de la humanidad; todo
    queda restaurado y renovado; se recupera la imagen y semejanza de Dios
    perdida por el pecado de Adán; se destruye la muerte y el adversario.



    —Mariología

    Pablo establece el paralelismo Adán-Cristo. Justino el de
    Eva-María. Ireneo lo desarrolla. Eva y María, ambas vírgenes, están
    relacionadas: Eva hizo un nudo con su desobediencia y su incredulidad.
    María desata el nudo con su obediencia y su fe. María es la nueva Madre
    de la humanidad (maternidad universal de María).



    María es la nueva Eva, la madre de los vivientes, "el seno de la humanidad" recapitulada en Cristo.



    —Eclesiología



    Nuevamente, de la teoría de la recapitulación, surge la idea de
    Cristo como Cabeza (re-capitulación = anakefalaiosis) de la Iglesia que
    atrae hacia sí todas las cosas.



    Explica cómo la inmutabilidad de la doctrina recibida de los
    Apóstoles, que es la norma de fe, se mantiene a causa de la sucesión
    apostólica ininterrumpida en las iglesias fundadas por ellos. Los
    gnósticos carecen de esta garantía de la fe.



    Describe la Iglesia siguiendo el Símbolo de los Apóstoles casi literalmente.



    —El primado de Roma



    Como sería largo dar las listas de la sucesión apostólica en
    todas las iglesias, se decide por dar la lista de Roma que es "la
    iglesia más grande, más antigua y mejor conocida de todos, fundada y
    establecida por los dos gloriosísimos apóstoles Pedro y Pablo", desde
    Pedro a Eleuterio.



    En este texto latino (el original griego no se conserva) se funda el primado de la iglesia romana en Ireneo:



    "Ad hanc enim ecclesiam propter potentiorem principalitatem (la mayoría traduce este fragmento así: "por razón de su caudillaje más eficaz") necesse
    est omnem convenire ecclesiam, hoc est omnes qui sunt undique fideles,
    in qua semper ab his qui sunt undique, conservata est ea quae est ab
    apostolis traditio".




    La palabra "principalis" puede corresponder a: authentia,
    exousia, katholikos, egemonikos, proteuein, proegoumenos, arjaiotes.
    Parece ser que el original corresponde a esta última traducción que
    significa "origen superior".



    —La Eucaristía

    Cree firmemente en la presencia real de Jesucristo en la
    Eucaristía, que se produce por la invocación de Dios sobre el pan y el
    vino (proslabomenos ten epiklesin tou Theou).



    Cree en que la resurrección de la carne se debe a la influencia
    del Cuerpo y Sangre de Cristo en la carne de quienes los recibieron.



    Cree en el carácter sacrificial de la Eucaristía, que es el sacrificio profetizado por Malaquías.



    —Escritura



    Los libros canónicos según Ireneo son los cuatro Evangelios (que
    sólo pueden ser cuatro, como los cuatro puntos cardinales), las
    epístolas paulinas y joánicas, el apocalipsis, la primera epístola de
    Pedro, el Pastor de Hermas y los Hechos. Niega la canonicidad de la
    epístola a los Hebreos.



    Afirma que la Escritura (grafé) -así llama a los escritos del Nuevo Testamento- ha de ser leída y recibida en la Iglesia.



    Explica el origen de los Evangelios: Mateo hebreo, Marcos
    recogiendo la doctrina de Pedro, Lucas la de Pablo y, por fin Juan
    redacta su Evangelio en Éfeso.



    —Antropología



    Siguiendo a Platón, admite la triple estructura del hombre:
    fisis, psyje y nous (cuerpo, alma y espíritu). A veces se refiere al
    espíritu como recibido del mismo Espíritu de Dios, y necesario para que
    la naturaleza humana esté verdaderamente completa.



    Como los gnósticos creían en la inmortalidad del alma por
    naturaleza, Ireneo los ataca y afirma que el alma no es inmortal por
    naturaleza, sino sólo por la unión con Dios, cuando el alma es
    agradecida a su Creador.



    Sostiene una antropólogía "sarcológica", es decir, que resalta la
    carne unida (koinonia) al espíritu (contra los gnósticocs).



    Los teólogos "asiatas" (Justino, Irerneao, Melitón de Sardes),
    asumen una antropología aristotélica, a diferencia de los alejandrinos
    que resltan más la distsinción entre el Padre y el Logos.



    —Sotereología

    Todo el eje de la sotereología de Ireneo es que el hombre tiene necesidad de redención y es capaz de ella.



    Evita la palabra "deificación" (theopoiesis) pero emplea términos
    como "unirse a Dios", "participar de la gloria de Dios", sin suprimir
    los límites entre Dios y el hombre (salva la trascendencia de Dios),
    como hacían las religiones paganas y el gnosticismo.



    El hombre es "imago Dei" por naturaleza, y "similitudo Dei" por gracia sobrenatural, obra del Pneuma divino.



    El hombre se salva en la Iglesia por los sacramentos que son el punto culmen de la recapitulación en Cristo.



    El Bautismo origina un nuevo nacimiento. Es el primer autor cristiano que menciona el bautismo de los niños.



    —Escatología



    Aplica su teoría de la recapitulación de todas las cosas en
    Cristo, que llegará después de que el anticristo aparezca recapitulando
    toda la apostasía, injusticia, malicia, falsa profecía, superchería
    (número 666).



    Al final será restaurado el mundo y durante mil años estará bajo
    el dominio de los justos; y después vendrá el juicio (ideas
    milenaristas).



    b) Los escritos atribuidos a San Hipólito Romano



    —Vida (170-236)



    En el año 212 Orígenes, durante su viaje a Roma, oye la homilía
    de un presbítero en una de las Iglesias de la Urbe. Era Hipólito que
    hablaba "sobre la alabanza de Nuestro Señor y Salvador".



    Hipólito procedía del Este y escribió en griego. Se puede notar
    por el gran conocimiento que tenía del griego. Tuvo una formación
    helenística (probable relación con Alejandría: habla del "Logos" con
    frecuencia). Parece ser discípulo de Ireneo. Era más práctico que
    científico.



    Su producción literaria es de la misma magnitud que la de Orígenes, aunque menos profunda y original.



    En sus escritos ataca el modalismo trinitario y patripasiano de
    Noeto y Sabelio. Su teología del "Logos" tiende la subordinacionismo.
    Resalta mucho la Trinidad en Dios y no tanto la Unidad. Por eso acusa a
    S. Calixto, papa, de debilidad (por su actitud clemente en la práctica
    de la penitencia) e infiel a la tradición (le llama sabeliano y hereje
    por su actitud de defensa de la Unidad en Dios).



    Aunque ya en época de Ceferino (198-219) había tenido algunas
    diferencias con el papa, se convierte en el primer antipapa (219-235)
    desde la elección de Calixto (219-222) hasta que el emperador Maximino
    el Tracio (235-238) lo envía, junto con Ponciano (230-35) —sucesor de
    Calixto— a las minas de sal de Cerdeña. En 235 Ponciano renuncia al
    pontificado y le sucede Antero (235-36) y Fabián (236-50). Hipólito se
    reconcilia con Ponciano y ambos mueren en la "isla de la muerte" en 235 o
    236. Sus funerales se celebran en Roma el 13 de agosto del 236 o 37.
    Ponciano se encuentra enterrado en la cripta papal de San Calixto.
    Hipólito en el cementerio cristiano de Via Tiburtina. Una estatua de
    Hipólito, del siglo III, se encontró en el siglo XVI y está actualmente
    en el vestíbulo de la Biblioteca Vaticana. En ella está grabada la fecha
    de la "depositio martyrum": idus de agosto de 354.



    Escribe el Philosophoumena, Stygmata, Tratado sobre la
    resurrección —actualmente perdido— (dedicado a Julia Mamea, madre de
    Alejandro Severo), y la Traditio Apostolica (fuente muy importante sobre
    la liturgia). Es el primero que aplica a la Virgen el título de "Madre
    de Dios". Su teología moral es sumamente rigorista. Critica a Calixto de
    blando y monarquiano (de permitir que los obispos y sacerdotes se
    casen, de permitir el aborto, etc.). Era ambicioso y exagerado, pero
    murió arrepentido. Es patrono de la Ciudad de México (13-VIII-1521).



    —Obras



    Muchas han desaparecido a causa de la cristología "herética" de
    Hipólito, de haber sido un presbítero cismático y de haber sido escritas
    en griego, en una época en que el latín ya se había generalizado. Sus
    obras son más pastorales que científicas, y tuvieron más influencia en
    Oriente.



    Existe una controversia sobre la paternidad de muchas obras
    supuestamente atribuidas a Hipólito. Algunos investigadores piensan, por
    ejemplo, que los "Philosophoumena o "Refutación de todas las herejías"
    (llamada también "Elenchos") fueron escritos por Josipo, antipapa
    romano, y que en cambio Hipólito, obispo oriental, es el autor de:
    Anticristo, Comentario sobre Daniel (postura milenarista; profetiza que
    en el año 500 el Imperio romano se desintegraría en 10 naciones),
    Syntagma, Contra Noetum, Traditio apostolica, etc.



    —Tratados dogmáticos



    • Philosophoumena (lo veremos más ampliamente),

    • Syntagma. Su título es: "Contra las herejías". Fue escrita antes de los Philosoumena,

    • El anticristo (hacia el 200);

    • Tratados exegéticos (siguiendo el método alegorico y tipológico):

    o El Comentario sobre Daniel (cuatro libros),

    o El Comentario sobre el Cantar de los Cantares,

    o Sobre las bendiciones de Isaac, Jacob y Moisés,

    o La Historia de David y Goliat

    o Homilías sobre los Salmos

    • Tratados cronológicos:

    o La Crónica,

    o El Cómputo Pascual.

    • Homilías:

    o Sobre la Pascua,

    o Sobre la alabanza del Señor, Nuestro Salvador,

    o Homilía sobre la herejía de Noeto,

    • Demostración contra los judíos.

    • La Traditio Apostolica (la veremos más ampliamente).



    El fragmento muratoriano (es posible que Hipólito sea su autor),
    fue descubierto y publicado por L.A. Muratori en 1740, en un manuscrito
    del siglo VIII de la Biblioteca Ambrosiana de Milán. El fragmento
    comprende en total 85 líneas. Parece que el original fue escrito en
    griego en la segunda mitad del siglo II. Contiene la primera lista de
    libros del Nuevo Testamento que se consideran inspirados. Su autor
    podría ser Hipólito. Este sería uno de sus primeros escritos en el que
    recaba la lista de libros, según él fragmento, elaborada en Roma poco
    después de haber gobernado Pío (142-155) la Iglesia de Roma.



    —Los Philosophoumena



    Su título es "Refutación de todas las herejías" (Kata pason
    aireseon elegxos). Es posterior al 222. Tiene dos partes. La primera
    (libros 1 a 4) explica los sistemas de la filosofía pagana. La segunda
    (libros 5 a 9) es de más calidad y está dedicada a refutar las herejías
    de 33 sectas gnósticas. Depende es este escrito mucho de su maestro
    Ireneo. Es una valiosa historia del gnosticismo. El libro décimo es un
    resumen de los expuesto, con una cronología de la historia judía y una
    exposición de la doctrina verdadera.



    Transmisión del texto: el libro 1º se conocía desde 1701, los 7
    últimos se descubrieron en 1842, en un manuscrito griego del siglo XIV.
    Estos ocho libros (faltan el 2º y el 3º) se publicaron en Oxford en 1851
    bajo el nombre de Orígenes. Los primeros libros son filosóficos y sólo a
    ellos el autor atribuye el título de la obra.



    c) La Traditio Apostolica



    La "Traditio Apostolica" (Apostoliké paradosis) fue escrita en el
    año 215. Fue descubierta en 1916. Después de la Didaké, es la
    Constitución eclesiástica más antigua y más importante. No existe el
    original griego. Sí versiones en copto, árabe, etiópico y latín (del
    siglo IV, y un palimsesto -manuscrito raspado en el que se ha vuelto a
    escribir-del siglo V). Tuvo mucha influencia en Oriente y muy poca en
    Occidente. Por ejemplo, en Oriente influyó en la redacción del Libro
    VIII de las "Constituciones apostólicas" (380), "Testamento de Nuestro
    Señor" y "Canon de Hipólito" (500).



    Contiene un ritual para la ordenación de un obispo y reglas para la celebración del Bautismo y la Eucaristía.



    Hipólito insiste en que ha escrito la "Traditio" con el fin de
    hacer ver la necesidad de permanecer fieles a la Tradición litúrgica.
    Por esta razón puede suponerse que su contenido refleja costumbres
    romanas antiguas, por lo menos de mediados del siglo II.



    —Partes

    • Primera (De la Jerarquía):

    o Prólogo

    o Cánones para la elección y consagración de un obispo

    o Oración para la elección y consagración de un obispo,
    en la que se menciona la sucesión apostólica y el perdón de los pecados

    o Liturgia eucarística posterior a la consagración del
    obispo (contiene la más antigua plegaria eucarística; tiene epíclesis;
    aparecen las formas fijas)

    o Bendición del aceite, queso, aceitunas..

    o Normas y oraciones ordinarias para sacerdotes y diáconos

    o Normas para los confesores, lectores, viudas, vírgenes, subdiáconos, quienes tienen el don de curar, etc.

    o Normas para la elección y consagración de un obispo: la
    elección era popular y pública; en domingo; se hacía la consagración
    con la asistencia de los obispos vecinos: imposición de las manos,
    oración de todos en silencio, un obispo impone las manos y pronuncia la
    oración consecratoria.

    • Segunda (Normas para seglares):

    o Leyes para recién convertidos

    o Artes y profesiones prohibidas

    o Normas para los catecúmenos

    o Ritos para la ceremonia del Bautismo (contiene el
    primer símbolo romano: ¿crees en Dios Padre, crees en Jesucristo su
    Hijo, crees en el Espíritu Santo?; después se le sumergía en cada
    "Credo" y un presbítero le ungía).

    o Ritos de la confirmación como ceremonia distinta del Bautismo

    o Ceremonia de la Primera Comunión y de la Misa pascual:
    los diáconos ofrecían a los candidatos tres cálices: de agua (pureza),
    de leche y miel (simboliza el cumplimiento de las promesas), de vino con
    agua (simboliza la sangre de Cristo: este cáliz es el que se consagra
    posteriormente junto con el pan). La Comunión es con el pan y vino
    consagrados.

    • Tercera (Costumbres cristianas)

    o Normas para las costumbres del ayuno, del ágape
    fraterno (la "eulogía" o pan bendito se distingue de la Eucaristía), de
    la ceremonia de la bendición del "lucernario".

    o Sobre las horas de la oración, Comunión diaria en casa, cuidado de la Eucaristía.

    o Normas para el entierro, la oración de la mañana, la
    instrucción catequética, las horas para hacer la lectura espiritual,
    santiguarse, la oración, etc.

    • Epílogo en el que exhorta a prestar oídos a la Tradición Apostólica.



    —Doctrina teológica

    • En Cristología: tendencia subordinacionista.

    • En Penitencia: contra Calixto (217-222), es un rigorista.

    • Se opuso a la decisión del papa de permitir que una mujer libre se casara con un esclavo (esto lo prohibía el derecho romano).
     















  9. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    SÍMBOLOS, "REGULAE FIDEI" Y FORMACIÓN DEL CANON BÍBLICO







    a) El origen de los primeros símbolos



    El Credo o Regula fidei de la Iglesia, considerado desde un punto
    de vista global, coincide con la Sagrada Escritura: toda la Palabra de
    Dios contenida en la Escritura pertenece al Credo de la Iglesia. Sin
    embargo, por exigencias catequéticas y bajo la presión de las primeras
    herejías la Iglesia advirtió la necesidad de resumir en fórmulas breves
    la Regula fidei, la Regla de fe.



    Se suele afirmar que fue en el Concilio de Nicea (año 325)
    cuando, por primera vez, se presentó el conjunto de la verdad
    fundamental de la fe cristiana bajo la forma de un símbolo elevado a la
    categoría de Regla de fe. Sin embargo, el símbolo niceno, representa
    solamente el término de un largo desarrollo, en el cual los primeros
    inicios se pueden rastrear en las confesiones cristológicas de fe de San
    Pablo (y que en inglés se han denominado precredal elements).



    El núcleo cristológico inicial fue sucesivamente ampliado con la
    premisa relativa a Dios Padre y creador, y con el añadido referente al
    Espíritu Santo y a la Iglesia.



    La Primera redacción de la Regula fidei (formula antiquior) es la
    de la Iglesia romana. Hipólito la trasmitió fielmente en su Traditio
    apostolica y Tertuliano en su De praescriptione haereticorum. Esta
    fórmula omite los siguientes incisos: creatorem coeli et terrae;
    conceptus; passus et murtuus; descendit ad inferos; omnipotentis;
    catholicam; sanctorum communionem; vitam aeternam. Pero contiene todas
    las verdades fundamentales sobre Dios, la Trinidad, Cristo, el Espíritu
    Santo y la Iglesia.



    La fórmula era usada principalmente como profesión de fe en el
    bautismo. Otras fórmulas análogas a la romana circulaban en Alejandría,
    Antioquía, Jerusalén, Cartago, Lyon y en otros lugares.



    b) La aparición de las regulae fidei



    A través de testimonios de Ignacio, Ireneo, Hipólito, Justino y
    Tertuliano sabemos que en los primeros años del cristianismo (siglo I)
    no había fórmulas fijas en la liturgia y disciplina eclesiástica para
    manifestar la profesión de fe, pero muy pronto se elaboraron para
    precisar el contenido de la fe. Así surgieron los primeros Símbolos
    (symbolum = es la parte que necesita otra con qué unirse, creando así
    reconocimiento mutuo y unidad; p. ej., la mitad de una sortija, un
    bastón o una placa).



    —En Occidente (Símbolo de los Apóstoles)



    • s. II: en Roma se recoge la formula de Mt 28,19 en el rito del
    Bautismo y se formula la triple pregunta: ¿Crees en Dios Padre,
    todopoderoso?, ¿Crees en Jesucristo, Hijo de Dios?, ¿Crees en el
    Espíritu Santo?, a la que se responde con un triple "credo".

    • s. III: el esquema primitivo trinitario se enriquece con un
    contenido cristológico histórico salvífico (positivismo de la historia
    cristiana: recoge el hecho de Cristo encarnado) y se explica y amplía la
    confesión de fe en el Espíritu Santo como confesión en la actualidad y
    en el futuro de lo cristiano. El texto sigue siendo griego.

    • s. IV: el texto se traduce al latín de forma corrida y nace la leyenda de su origen apostólico.

    • s. V: la leyenda se amplía: cada artículo habría sido compuesto
    por cada uno de los doce Apóstoles. El Símbolo apostólico se difunde
    por todo el occidente, con ligeras variante en cada nación, gracias a la
    preeminencia alcanzada por la Iglesia romana.

    • s. IX: Carlomagno, acepta una variante francesa que luego es aceptada también por Roma y se convierte así en texto unitario.

    • s. XV: en el Concilio de Florencia los occidentales se asombran de que en Oriente no se conocía el Símbolo apostólico.



    —En Oriente



    • s.II-III: se utilizan distintas fórmulas bautismales de
    profesión de fe, pero todas basadas en el esquema trinitario. Se
    desarrolla más el aspecto cósmico metafísico (Cristo preexistente),
    relacionando cristología y creación: lo singular de la historia y lo
    permanente y comprensible de la creación.

    • s.IV-V: aparecen los grandes Símbolos de las Iglesias
    orientales (Cesarea, Jerusalén, Antioquía) como el Símbolo Niceno,
    Niceno-Constantinopolitano, etc.



    —El Símbolo de los Apóstoles



    Aparece, tal como ahora lo conocemos, en Arles, durante el siglo
    VI. Aunque no parece que su origen se deba a que los Apóstoles hayan
    compuesto cada uno de sus doce artículos, sin embargo, hay que decir que
    todos sus elementos doctrinales ya se encuentran en los escritos
    apostólicos de finales del siglo I. El desarrollo de su contenido corre
    paralelo al progreso de la liturgia bautismal.



    —En Occidente aparecen, originalmente, tres formas distintas



    • Formas cristológicas (antes del año 100);

    • Formas trinitarias (durante el siglo II; p. ej., en S. Justino, año 150);

    • Formas combinadas (cristológico-trinitarias): a partir de finales del siglo II (p. ej. en la "Traditio Hipoliti").



    a) La fórmula cristológica



    La más primitiva es la de Act 8,37 (bautismo del Etíope: "Yo creo que Jesucristo es el Hijo de Dios").



    Más tarde se añade la palabra "Salvador" y surge el acróstico
    ICTYS (pez): "Iesus Christus Dei Filius, Salvator" (en griego). S. Pablo
    presenta el mensaje del Evangelio centrado en el Hijo de Dios (Rom 1,3;
    1 Cor 15,3). S. Ignacio de Antioquía, hacia el año 100 (Trall. 9) hace
    lo mismo.



    b) La fórmula trinitaria



    Surge desde los tiempos apostólicos, para el rito bautismal ("en
    el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo). Así, S. Justino
    (año 150).



    c) La fórmula combinada



    Hacia el año 200, en Roma, surge una forma de Credo con 8 o 9
    cláusulas (Traditio Hipoliti). Este Símbolo Romano era conocido por
    Tertuliano. Probablemente fue compuesto hacia la mitad del siglo II. Es
    el arquetipo de todos los Credos occidentales, en donde se da más
    importancia al nacimiento de Jesús de la Virgen María. En Oriente se
    resalta más el nacimiento eterno del Hijo (Símbolos de Jerusalén y de
    Cesaréa, utilizados desde antes del de Nicea).



    En Oriente, antes del Símbolo niceno-constantinopolitano, había
    dos Credos principales: el de Jerusalen y el de Cesaréa. S. Cirilo nos
    dá una versión, del Símbolo de Jerusalén.



    c) La formación del canon neotestamentario



    La vida y predicación de Cristo se trasmite oralmente en los
    primeros años de la historia de la Iglesia. Pronto comienzan a
    escribirse relatos como la llamada fuente Q y otros escritos
    secundarios.



    Ante la difusión de las herejías (p. ej. Marción hacia la mitad
    del siglo II), en Roma y Asia Menor se fue perfilando el Canon de Libros
    inspirados (Ireneo, Canon Muratoriano) reconocidos por su
    apostolicidad, antigüedad, uso en la liturgia y ortodoxia en la
    doctrina.



    La definición del Canon de las Sagradas Escrituras fue un evento
    de capital importancia para la Historia de la Iglesia y para el futuro
    desarrollo de la teología.



    A fines del primer siglo y al inicio del segundo de la era
    cristiana se multiplicaban los escritos apócrifos. Todos pretendían
    trasmitir la Palabra revelada, la Revelación originaria, recibida de los
    Apóstoles o directamente del Espíritu Santo. De esta manera, circulaban
    innumerables evangelios, además de aquellos de Mateo, Marcos, Lucas y
    Juan, que eran los evangelios de Pedro, Felipe, Bartolomé, Bernabé, etc.
    Además, había confusión sobre la necesidad de aceptar los libros del
    Antiguo Testamento. Por ejemplo, Marción, los excluía a todos ellos y
    también muchos del Nuevo Testamento.



    Por otra parte, el cauce de la Tradición aparecía demasiado largo
    y contaminado. Se llegó así a la determinación del Canon (es decir, de
    la regla de fe o credo), que llegó a ser el criterio inderogable para un
    ulterior desarrollo de la Tradición y el punto de referencia seguro
    tanto para la catequesis como para la teología.



    La definición del Canon no fue obra de un Concilio, ni ecuménico
    ni local, sino el resultado de una progresiva convergencia de consensos
    en relación al uso de los textos sagrados en las asambleas litúrgicas.
    La lex orandi llega a ser progresivamente también lex credendi.



    En la Primera Carta de Clemente a los Corintios afirma la verdad
    de las Escrituras y su origen divino, pero no presenta ningún elenco de
    libros inspirados. La adquisición del Antiguo Testamento como libros
    sagrados de la comunidad cristiana fue llevada a cabo por los
    apologistas en su polémica contra los judíos.



    No ocurrió lo mismo con el Nuevo Testamento. Antes de Marción
    (año 140) no se podía hablar de "Nuevo Testamento". Es precisamente con
    ocasión de la herejía de Marción cuando Ireneo propone, como defensa,
    responder con los cuatro Evangelios. El lucha por una enseñanza de los
    Apóstoles que incluya los cuatro Evangelios, los Hechos de los
    Apóstoles, los dichos del Señor y las Cartas apostólicas de San Pablo.



    Poco tiempo después de Clemente de Alejandría (fines del siglo
    II) se incluye el Apocalipsis de San Juan y muestra reverencia por el
    Pastor de Hermas.



    Hacia el año 200 después de Cristo el Canon muratoriano propone
    una lista cerrada que excluye a Hermas. Esta lista se convierte en el
    Nuevo Testamento.



    —Libros del Nuevo Testamento



    • San Mateo escribe su evangelio en arameo, pero sólo conservamos la versión griega, escrita posteriormente.

    • San Marcos y San Lucas escriben sus evangelios antes del año 70. También los Hechos de los apóstoles son anteriores a esta fecha.

    • El evangelio de San Juan es el "evangelio espiritual".

    • Las Cartas paulinas:

    o 50-51: I y II a los Tesalonicenses (Corinto),

    o 55-57: Galatas (Efeso),

    o 55-57: I Corintios (Efeso),

    o 57: II Corintios (Macedonia),

    o 57-58: Romanos (Corinto),

    o 61-63: Filemón, Filipenses, Colosenses, Efesios (Roma),

    o 63-67: 1 y 2 Timoteo, Tito (Roma).

    • Las Cartas Católicas: Santiago, Judas, Pedro (2), Juan (3).

    • El Apocalipsis.



    d) El canon muratoriano



    La lista más conocida de los Libros del Nuevo Testamento es la
    recogida en el "fragmento muratoriano", llamado así por su descubridor
    (Muratori, 1740). Es de fines del siglo II (el más antiguo canon) y
    consta de 85 líneas. Señala el origen de los cuatro Evangelios haciendo
    una referencia expresa a San Juan, como autor del cuarto Evangelio.



    e) Importancia y significado de estos testimonios



    El estudio de la prehistoria y de la historia del símbolo de la
    fe y del canon neotestamentario ha demostrado que las Regulae fidei son
    fruto espontáneo de la vida de la Iglesia en la variedad de sus
    manifestaciones. Son una respuesta a necesidades que se hicieron sentir
    en las diferentes esferas de la vida, en particular, una respuesta a las
    manipulaciones de la fe cristiana llevadas a cabo por los gnósticos. En
    la variedad de formas expresivas con las que se revistieron, esas
    Reglas de fe revelaron la misma flexibilidad y capacidad de adaptación
    que tiene la vida.



    Desde hace tiempo los investigadores han renunciado a la
    pretensión de encontrar una forma original única que pudiera
    considerarse la Urform o Grundtypus de todas las fórmulas sucesivas. Por
    otra parte, sin embargo, cada una de esas fórmulas han pretendido ser
    una auténtica Regula fidei objetiva, que se "cree" y no se "crea", que
    se "acepta" y no se "inventa". Solamente así podían ser verdaderamente
    símbolo, es decir, signo de reconocimiento entre cristianos (tessera
    hospitalitatis, según Tertuliano).
     











  10. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    EL NACIMIENTO DE LOS PRIMEROS CENTROS DE DOCENCIA TEOLÓGICA







    a) La escuela de Alejandría y sus características



    —Precedentes



    Desde su fundación en 331 a.C. por Alejandro Magno, en la ciudad
    de Alejandría se desarrolló una intensa vida intelectual. La mezcla de
    culturas (oriental, egipcia y griega) produjo el helenismo. En ese
    ambiente, la comunidad hebrea, que era muy importante —la tercera parte
    de sus habitantes (estaba instalada en dos de los cinco barrios de la
    ciudad)— y recibió también una seria influencia de la filosofía griega.
    Entre los siglos III y II a.C. se escribió la versión griega del Antiguo
    Testamento de los "70". Filón (25 a.C a 41 d.C) utiliza ampliamente los
    escritos de los filósofos griegos, especialmente los de Platón y los
    estoicos, así como los escritos del Antiguo Testamento.



    A finales del siglo II se puede decir que existían tres posturas
    fundamentales respecto a las relaciones entre fe y razón, representadas
    por:



    • Taciano: desprecio de la razón;

    • Gnosis: subordinación de la fe a la razón;

    • San Ireneo: no recurrir a la filosofía.



    En este clima surge la Escuela de Alejandría. Durante el siglo
    III hay relativa paz para el cristianismo que se desarrolla grandemente.



    —Características de la Escuela de Alejandría



    Es la Escuela catequética más importante de la antigüedad cristiana.

    Constituye los primeros intentos de fundar una ciencia teológica
    utilizando la filosofía neoplatónica. De ahí se derivan sus principales
    características:



    • interés por la investigación especulativa metafísica (trascendente) del contenido de la fe;

    • preferencia por Platón;

    • interpretación alegórica y mística de la Sagrada Escritura.



    Esta última es la característica más notable. Los griegos
    (estoicos principalmente) la utilizaban para interpretar las mitologías
    de Homero y Hesiodo. El primer judío que la utilizó fue Aristóbulo en el
    siglo II a.C. Filón la usa mucho.



    El fundamento de la teología es la Sagrada Escritura: una
    exégesis correcta de la misma y el empleo de la filología (método
    alegórico utilizado ya por los filósofos griegos en sus "mitos").



    —Origen. Panteno



    Es el fundador de la Escuela. Siciliano de origen, y estoico al
    principio, hizo un viaje a la India. Se establece en Alejandría en el
    año 180 y muere hacia el 200. Algunos opinan que es el autor de la
    "Epístola a Diogneto".



    —Representantes de la escuela de Alejandría



    • S. Atanasio de Alejandría

    • Dídimo el Ciego,

    • S. Cirilo de Alejandría

    • Los tres Capadocios (indirectamente)



    —Exégesis



    • literal: contra los herejes,

    • alegórica: para edificación de los fieles.



    —Filosofía: neoplatonismo (participación de las Ideas arquetípicas; exitus (salida de Dios) y reditus (vuelta a Dios de todo); como consecuencia: misticismo (vida ascética e intensa contemplación).



    —Teología: defensa de la divinidad del Verbo (consubstancialidad)



    • exageración: modalismo (sabelianismo)

    • S. Cirilo: unión hipostática,

    • subrayaron lo divino del Dios-hombre

    • exageración: monofisismo y monotelismo

    • difunden los privilegios marianos.



    b) Otras escuelas y centros teológicos: Cesarea, Antioquía



    —Escuela de Cesarea



    Es una filial de la de Alejandría, fundada por Orígenes en el año 230. Tiene influencia en Palestina y en Capadocia.



    —Representantes

    o S. Gregorio el Taumaturgo,

    o Eusebio de Cesarea,

    o Los Tres Capadocios.



    —Escuela de Antioquía



    —Períodos



    o formación: 260-360 (Luciano de Antioquía y Arrio); en esta etapa la
    escuela de Antioquía no fue una institución, sino una teología que se
    remontaba a Luciano de Antioquía, que influyo mucho en la escuela creada
    en Edesa ya a principios del siglo III.

    o esplendor: 360-430 (Diodoro de Tarso, Teodoro de Mopsuestia y S. Juan
    Crisóstomo); Diódoro de Tarso fue el que fundo un verdadero centro
    docente en Antioquía, que alcanzó su apogeo en el siglo IV.

    o decadencia: desde el 431



    —Características



    o Orientación aristotélica (investigaciones meticulosas; análisis, síntesis, exageración: racionalismo);

    o Exégesis (sentido literal: filología; sentido típico: relaciones
    Antiguo Testamento-Nuevo Testamento; algunos exageraron la tendencia
    literalista;

    o Desarrollan la moral: especialmente San Juan Crisóstomo (exageraciones: moral naturalista de sabor pelagiano);

    o Acentuaron la distinción de Personas, y la distinción en Cristo de lo divino y lo humano. Peligros: arrianismo, nestorianismo.



    c) Diferencias principales entre la exégesis y la teología alejandrinas y antioquenas



    "Al interpretar la Sagrada Escritura, los antioquenos prestaban
    especial atención al sentido literal, histórico (sin reducirse a él).
    Los alejandrinos, en cambio, cultivaban con intensidad el sentido
    alegórico, moral y anagógico de la Escritura; trataban de descubrir en
    los textos bíblicos un sentido oculto, más profundo. Ese objetivo casaba
    bien con su valoración del cristianismo como «gnosis verdadera» que no
    necesita misteriosos libros esotéricos, sino que descubre los misterios
    en los textos trasmitidos y reconocidos por la Iglesia. En la dogmática,
    los antioquenos tendían a subrayar más las diferencias en Dios y en
    Cristo («teología de la separación»), mientras que los alejandrinos
    acentuaban más la unidad de las tres personas en Dios y de las dos
    naturalezas en Cristo («cristología de la unidad»). Por supuesto que
    esta tipificación tosca de las escuelas sirve tan sólo como punto de
    apoyo para la orientación básica y no debe caer en el esquematismo: en
    concreto, hay que examinar y valorar cuidadosamente en sí misma cada
    aseveración de las «escuelas»" (Drobner, 146-147).



    d) Visión general del nacimiento, desarrollo y fin de estos centros



    En los apartados anteriores hemos desarrollado el tema de este
    último apartado del capítulo. Sin embargo, para completar esta visión,
    vale la pena copiar unas observaciones de Drobner (pp. 145-147),
    catedrático de Patrología e Historia de la Iglesia en la Facultad de
    Teología Católica de Paderborn, sobre los sistemas de enseñanza en las
    escuelas de la antigüedad.



    "Cuando se habla de escuelas en la antigüedad —tanto en el ámbito
    cristiano como no cristiano— hay que distinguir en primer lugar,
    admitiendo la posibilidad de ulteriores matizaciones, entre escuela como
    centro docente y escuela en el sentido figurado de una determinada
    doctrina común".



    "El sistema de enseñanza helenístico-romano constaba de tres
    etapas y comenzaba en el sexto o séptimo año de edad con la enseñanza
    elemental de la lectura, escritura y cuentas impartida p or un maestro
    en casa o en la escuela elemental del litterator/ludi magister
    (grammateV ). Venían luego las clases con el grammaticus, que enseñaba
    la gramática, la primera de las siete «artes liberales», es decir, los
    fundamentos de la lengua. Para ello se servía de las principales obras
    literarias de la Antigüedad; sobre todo de Homero y de Virgilio. El
    rethor continueba la formación en las seis materias restantes:
    dialéctica, retórica, aritmética, música, geometría y astronomía. Hasta
    entonces los fundamentos escolares eran comunes para todos los
    ilustrados de la Antigüedad. Aunque algunos Padres de la Iglesia (por
    ejemplo, Tertuliano) lamentaban que los hijos de cristianos aprendieran
    en esas escuelas los inútiles, incluso dañinos, mitos paganos, sin
    embargo, jamás existieron en la Antigüedad escuelas cristianas que
    impartieran la enseñanza general. La formación literaria uniforme
    constituía la base de todas las profesiones cultas. Todas ellas
    presuponían un sobresaliente dominio de la lengua: la del rethor
    (maestro), la del abogado y la del político. Por último, estaba la etapa
    superior: la «escuela superior» del pensamiento y de la comprensión del
    mundo, la filosofía, donde el término «escuela» tenía dos significados.
    Se podía asistir a las clases de un filósofo (la escuela de filosofía
    más famosa e importante fe desde el año 387 a.C. hasta el año 529 d.C.
    —y, sin duda, la escuela de más larga vida de la historia— la Academia
    Platónica de Atenas, en la que estudiaron también destacados Padres de
    la Iglesia como Basilio el Grande y Gregorio de Nacianzo), pero uno
    también podía adherirse a una doctrina filosófica («escuela»)".
     















  11. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    ESCRITORES ALEJANDRINOS DEL SIGLO III







    a) Clemente de Alejandría



    —Vida



    Tito Flavio Clemente nace en Atenas el año 150. Sus padres eran paganos. Viaja mucho.



    Es sucesor de Panteno en la Escuela catequética, del año 200 al
    202. En este año Septimio Severo (193-211) desata una persecución y la
    escuela tiene que cerrarse. Clemente huye a Capadocia y muere el año
    215. Tenía una extraordinaria cultura. Espíritu brillante, más intuitivo
    que sistemático. Más adelante, Demetrio, obispo de Alejandría, confía
    su dirección a Orígenes.



    —Obras



    Concibe sus tres obras según un plan pedagógico: Protreptico (exhortar), Pedagogo (educar), Stromata (enseñar).



    • En el Protreptico anima a la conversión mostrando la superioridad de la vida cristiana.

    • El Pedagogo es un tratado de moral dividido en tres libros:

    o el primero trata sobre Cristo Educador y la filiación divina;

    o el segundo y tercer dan normas prácticas.

    • En el libro llamado Stromata (Tapices) en lugar de seguir el
    primitivo plan (es decir, dedicarlo a hablar de la enseñanza), es una
    obra de carácter fragmentario que no llega a formar un todo unitario.
    Trata de las relaciones entre la fe y la filosofía griega.

    • Además, escribe otra obra: Quis dives salvetur?. Es una homilía sobre Mc 10, 17-31. Insiste en la pobreza de espíritu.



    —Doctrina teológica



    • Fe y filosofía: la filosofía es una preparación de la humanidad
    para la venida de Cristo. Insiste en la supremacía de la fe. La
    verdadera gnosis consiste en compaginar la fe con la filosofía. Es el
    fundador de la teología especulativa.

    • El Logos: es el creador del universo; reveló el Antiguo
    Testamento y también la filosofía; se encarnó, nos redimió, nos dió a
    conocer al Padre y al Espíritu Santo; es el Pedagogo.

    • Eclesiología: trata de la unidad y universalidad de la Iglesia, que es depositaria de las Escrituras, que están divinamente inspiradas.

    • Moral y sacramentos: no hay que abandonar el mundo sino usarlo
    rectamente; la moral consiste en vivir según la naturaleza; expone la
    doctrina sobre los sacramentos; concibe el matrimonio como algo santo;
    resalta la excelencia del celibato.



    b) Orígenes: importancia e influjo como exégeta, teólogo y místico



    Nos centraremos en la figura principal de la Escuela. Es el
    escritor eclesiástico que más influyó hasta San Agustín. Es el fundador
    de la ciencia escriturística y de la teológica espiritual.



    Tenemos muchas fuentes con datos de su vida (Eusebio de Cesarea
    —que escribió mucho sobre él—, Gregorio el Taumaturgo, San Jerónimo,
    etc.).



    —Vida



    Hijo mayor de una familia cristiana numerosa, nace en 185. Su padre, Leónidas, murió mártir en el año 202.



    A los 18 años de edad, confiscados sus bienes por el Estado, se
    dedica a la enseñanza para sostener económicamente a su familia.
    Demetrio, obispo de Alejandría, le pone al frente de la Escuela
    catequética que preparaba a los catecúmenos para el bautismo. Desde el
    año 203 hasta el 231 gobierna la Escuela con gran prestigio. Era un
    hombre de gran coherencia. Eusebio le llama "Adamantius" (hombre de
    acero) por su fortaleza y vida mortificada. Practicaba un ayuno
    riguroso, dormía en el duro suelo, vivía una pobreza extrema. Tomaba a
    la letra, cayendo a veces en el exceso, algunos consejos del Evangelios
    (p. ej. Mt 10,10; no llevar dos túnicas y dos sandalias).



    —El método de enseñanza era el siguiente:



    • cursos preparatorios (geometría, astronomía, lógica,
    dialéctica); pronto dejo estos cursos a sus discípulo Heraclas,
    dedicándose él a impartir sólo los cursos de perfeccionamiento;

    • cursos de perfeccionamiento: filosofía, ética, teología e interpretación de la Sagrada Escritura.



    Compaginaba la enseñanza con la asistencia a los cursos que
    impartía Ammonio Saccas, fundador del neoplatonismo. Sabía matemáticas,
    astronomía y música.



    Durante la época alejandrina (203-231), Orígenes realizó varios viajes, gozando de gran prestigio:



    • a Roma en el año 212 para ir a visitar a la cabeza de la
    Iglesia (conoce a Hipólito a quien oyó la homilía "sobre la alabanza de
    Nuestro Señor y Salvador");

    • a Arabia en el 215 para instruir al gobernador romano de esa provincia;

    • a Antioquía en esa misma época mandado llamar por la madre del emperador Alejandro Severo (Julia Mamea).

    • a Palestina, un viaje en 216 —época en que Caracalla saquea
    Alejandría— (en el que predica sin ser sacerdote con el descontento
    consiguiente de su obispo) y otro en 230 en el que sus grandes amigos
    Alejandro de Jerusalén y Teocisto de Cesarea de Palestina le ordenan
    sacerdote para poder predicar, lo cual motivó que Demetrio lo
    excomulgara, por no haber sido consultado y con el agravante de que en
    su juventud se había castrado siguiendo a la letra Mt 19,12. La condena
    fue confirmada por Roma, pero en oriente no se la tuvo en cuenta.



    En 231 tiene que trasladarse definitivamente a Palestina
    (Cesarea) con el beneplácito de los obispos de esa región. En 232 muere
    Demetrio al que sucede Heraclas, que estaba enemistado con Orígenes.



    En Cesarea continúa enseñando con el mismo método de Alejandría.
    Hace un viaje a Arabia en 244. Durante la persecución de Decio (249-251)
    y sufre tormentos. Diógenes, discípulo de Orígenes, era por entonces el
    obispo de Alejandría y lo rehabilita con su Iglesia madre. Muere a
    causa de los tormentos en Tiro (253), sin que se sepa el motivo de su
    estancia en esa ciudad.



    —Pensamiento



    Estudia la filosofía como cristiano. Está muy influido por el
    neoplatonismo; por esta razón en 543 se condenaron 15 proposiciones
    suyas.



    Aunque considera la filosofía como sierva de la Sagrada
    Escritura, la influencia de Platón en toda su obra es notable. A
    consecuencia de ello cae en algunos errores: p. ej. la preexistencia de
    las almas. Por otra parte, su interpretación alegórica de la Sagrada
    Escritura le hace correr el peligro del subjetivismo en muchas
    ocasiones.



    Esto dio lugar a que se suscitaran posteriormente las famosas
    "controversias origenistas" en los años 300 (a favor: Eusebio y Pánfilo
    de Cesarea; en contra: Metodio de Filipos y Pedro de Alejandría), 400
    (en contra: Epifanio de Salamina, Teófilo de Alejandría y el Papa
    Atanasio) y 543 (en contra: Justiniano, el Concilio de Constantinopla,
    el Papa Vigilio).



    El Concilio de Constantinopla (543), por instigación de
    Justiniano I, condena varias proposiciones de Orígenes, ratificadas por
    la firma del papa. Sin embargo no se le puede considerar hereje pues
    todo lo que dijo lo hiszo como una opinión. En este sentido hay que
    tener en cuenta que sus sermones siempre eran sencillos y claros, no así
    sos escritos especulativos que, en ocasiones, eran audaces.



    —Exégesis: parte de que la Sagrada Escritura es palabra de Dios y funda toda la teología católica.



    Para comprender su obra exegética, conviene tener presente la distinción que existe entre los sentidos de la Escritura:



    • sentido somático o literal-histórico: puede ser propio o impropio (o metafórico). Se basa en las circunstancias históricas, costumbres, etc.

    • sentido psíquico o moral y sentido espiritual, místico o alegórico.
    Se basa en la "figuras" o "tipos", y surge como fruto del estudio,
    oración personal y unión con Dios del exégeta, al relacionar pasajes de
    la Escritura entre sí.



    Los principios en los que se basa la exégesis de Orígenes son los siguientes:



    • la Biblia es la Palabra de Dios viva;

    • el Nuevo Testamento ilumina al Antiguo Testamento y el Antiguo Testamento descubre más luz en el Nuevo Testamento;

    • el uso de la alegoría: relación entre el Nuevo Testamento y el Antiguo Testramento;

    • todos los pasajes tienen sentido alegórico, no todos sentido literal;

    • afirma la inspiración verbal de la Escritura.



    Su exégesis, con interpretaciones a veces demasiado forzadas de
    la Sagrada Escritura, es el punto de partida de las exageraciones
    propias del alegorismo medieval.



    Práctica en la exposición de la Sagrada Escritura un misticismo
    que recuerda el de Bernardo de Claraval o el de Teresa de Jesús.



    —Trinidad: fundamenta su sistema en la noción de Dios como Uno,
    Inmutable, Eterno...: son "dos Dioses y un único Poder": dos Personas y
    una Naturaleza; emplea el término homoousios; tiene expresiones de sabor
    subordinacionista (que no los son realmente).



    —Cristología: theanthropos (Dios-hombre); explica la communicatio idiomatum; María es Madre de Dios (conclusión de esta doctrina).



    —Origen y fin de la creación: influencia neoplatónica; los tres
    errores principales de Orígenes: el origen del mundo y de las almas ab
    aeterno, el fin del mundo y el fin de las almas (apocatástasis, sucesión
    de mundos, almas encerradas en el cuerpo en castigo).



    —Sacramentos: enseñanza muy completa y precisa; el pecado
    original hace necesario el bautismo; el bautismo de los niños es de
    tradición apostólica; respecto a la penitencia: todo pecado es
    remisible.



    —Mística: influye en los monasterios; imitación de Cristo,
    primero conociéndose a sí mismo y luchando contra el pecado; renunca de
    sí mismo (martirio).



    —Escritos



    Escribió entre dos mil y seis mil tratados. Los títulos conocidos
    son unos 800. Tenía siete o más estenógrafos, varios copistas, varios
    calígrafos, etc. a su disposición.



    Parta llevar a cabo toda esta obra contó con la ayuda económica de Ambrosio, un cristiano acaudalado.



    Tiene los siguientes tipos de escritos:



    • Crítica textual: las Exaplas

    • Obras exegéticas

    • Obras apologéticas (Contra Celso)

    • Obras dogmáticas (Peri-Archon o "De Principiis")

    • Escritos prácticos (De Orationes, Exhortación al martirio)

    • Cartas



    —Crítica textual



    Las Exaplas constituyen una obra monumental de crítica textual en
    la que se contiene, dispuesto en seis columnas, el texto del Antiguo
    Testamento:



    • 1ª col.: texto hebreo con caracteres hebreos

    • 2ª col.: texto hebreo con caracteres griegos (para la pronunciación)

    • 3ª col.: versión griega de Aquila (judío de la época de Adriano)

    • 4ª col.: versión griega de Símaco (judío de la época de Septimio Severo)

    • 5ª col.: versión griega de los LXX

    • 6ª col.: versión griega de Teodoción (que vivió en Alejandría en el a. 180)



    En la versión de los LXX añade algunos signos para señalar lo que se ha añadido (*) o los lugares donde hay lagunas ( ).



    San Jerónimo pudo consultar esta obra monumental en un ejemplar
    conservado en Cesarea. Actualmente quedan sólo algunos fragmentos:



    • versión siriaca de la 5ª col., del siglo VI

    • palimsesto de las col. 1ª, 2ª, 3ª, 4ª y 6ª de los Salmos

    • citas en manuscritos griegos y obras de otros Padres



    —Obras exegéticas



    Son de tres tipos:



    • Escolios (excerpta): explicaciones breves de pasajes difíciles (no han llegado completos).

    • Homilías (tractatus): explicaciones de algún pasaje hechas en
    reuniones litúrgicas para edificación del pueblo, con una fuerte carga
    de espiritualidad y misticismo (han llegado 20 fragmentos en griego, 200
    en versiones latinas y 388 en otras versiones).

    • Comentarios (Volumina): exégesis científica, con interpretación
    mística más que literal (quedan fragmentos de comentarios a Mateo,
    Juan, Romanos, Cantar de los Cantares, etc.).



    —De principiis



    Es el más importante de sus escritos. Fecha de composición: 20 a
    230. Es el primer tratado especulativo sistemático del dogma.



    Está dividido en cuatro partes:



    • Dios y los ángeles,

    • El mundo y el hombre,

    • La redención, el fin del mundo y la libertad,

    • La interpretación de las SE.



    Tiene algunos errores que dieron luego lugar a las controversias
    origenistas. Sin embargo tuvo mucha influencia en la teología posterior.



    —Contra Celsum



    Es una apología escrita hacia el año 246, crítica del "Discurso verdadero" de Celso" (año 178).



    —De oratione



    Escrita entre el 233 y 234. Dividida en dos partes:



    • Estudio general,

    • Comentario del Padre nuestro.



    Es una joya llena de piedad y, a la vez, un tratado científico.



    —Exhortación al martirio



    Escrita en el 235.



    —Cartas



    Escribió muchísimas. Sólo se conservan dos:



    • a Gregorio el Taumaturgo,

    • a Julio el Africano, en la que defiende la canonicidad de algunos libros del AT.



    c) Orígenes, el origenismo y las controversias origenistas: visión general



    Como hemos visto, Orígenes nace en Alejandría a fines del s. II.
    Fue discípulo de S. Clemente. Escribió comentarios a la Sagrada
    Escritura y el De principiis (apología, y amplia exposición teológica de
    algunos aspectos de la fe). Fue un piadoso asceta, influido por Filón.
    Admitió la preexistencia de las almas y la caída en pecado de estas
    antes de la creación. Defendió la "apocatástasis" (vuelta de los
    espíritus a su primitivo modo de existir). Además, afirmó que el Logos
    es menor que el Padre, y el Espíritu Santo menor que el Hijo.



    Después de su muerte, algunos aspectos de su teología suscitaron
    una viva polémica. Además, se dio la circunstancia de que los arrianos
    se apoyaron en él para sostener su doctrina.



    Obispos que repudiaron la teología de Orígenes:



    • S. Epifanio de Constanza o de Salamina, en Chipre (escribió su
    Armario farmaceutico y el Anchoratus); Epifanio conquistó a su causa a
    San Jerónimo que, al principio, era un gran admirador de Orígenes; a
    favor de Orígenes estaba Rufino de Aquilea

    • Teófilo de Alejandría, que persiguió a los monjes de Nitria
    (Egipto) que seguían a Orígenes. En el año 400 convoca un sínodo que
    condena el origenismo.



    Por otra parte, a principios del siglo V, San Juan Crisóstomo
    protegió a 50 de los 300 monjes origenistas que huyeron de la
    persecución que se había desatado en su contra. Son dignos de notar los
    cuatro "grandes hermanos" famosos por su piedad y fortaleza física. En
    el Sínodo de la encina (Synodus ad quercum), el 403, Teófilo (acompañado
    por su sobrino S. Cirilo) con 29 obispos egipcios, apoyados por
    Eudoxia, deponen al Crisóstomo y lo destierran a Bitinia. El pueblo lo
    reclama, pero fue nuevamente desterrado, y el camino muere (14-IX-407).



    A principios del s. VI, los monjes de Palestina (con S. Sabas) se
    oponen a Orígenes. Entonces, Efren de Antioquía condena el origenismo.
    Pedro de Jerusalén (542) levanta una querella ante Justiniano contra los
    origenistas. Justiniano también se opone a los origenistas., y en un
    edicto de 552 condena 9 proposiciones del De Principiis y se pone entre
    los libros de los herejes. Esta condena se confirma en el V Concilio
    Ecuménico, tenido en Constantinopla (año 553)Todos se adhieren
    condenando a Orígenes del modo más severo; hasta Vigilio.



    d) Seguidores y adversarios de Orígenes, en el siglo III: breves
    noticias sobre San Dionisio de Alejandría, San Gregorio Taumaturgo y San
    Metodio de Olimpo




    —San Dionisio de Alejandría



    Fue discípulo de Orígenes en la Escuela de Alejandría. Más tarde
    (c. 248) llegó a ser obispo de esa ciudad. En la persecución de Decio
    (249-250) se refugió, como San Cipriano. En 251 sostiene a Cornelio
    (obispo de Roma) contra su adversario Novaciano en la cuestión de la
    readmisión de los lapsi. Luego se adhiere a la postura de Cipriano, en
    contra de Esteban (254-257) y Sixto II (257-258), en el asunto de si
    había que volver a bautizar. Escribe a los obispos de la Pentápolis
    libia contra el obispo Tolemaidas, al que tacha de sabeliano. Dionisio
    de Roma (259-268) le envía una carta reprochando su postura, y Dionisio
    de Alejandría le envía su Refutación y apología en cuatro libros (citado
    por Atanasio en su De sententia Dyonisii). No puede acudir al juicio
    contra Pablo de Samosata, en Antioquía (a. 265), por motivos de salud y
    edad. Fallece poco después. Escribe un Canon pascual y varias obras
    perdidas entre las que se encuentra la titulada Sobre las promesas en la
    que niega la autoría de San Juan en el Apocalipsis.



    —San Gregorio Taumaturgo



    Nació en el Ponto de una familia pagana acomodada. Fue discípulo
    de Orígenes durante su estancia de cinco años en Cesarea de Palestina.
    Más tarde fue consagrado obispo de Neocesarea del Ponto hacia el año
    240. Participó en el Concilio de Antioquía contra Pablo de Samosata (a.
    264). Los padres capadocios lo consideraron como el padre de la Iglesia
    de Capadocia y le dirigen numerosos elogios. Escribió su Discurso de
    acción de gracias a Orígenes, en el cual explica con detalle el método
    de enseñanza de la escuela misionera de Orígenes en Palestina.



    —San Metodio de Olimpo



    Fue obispo de Olimpo, en Licia, y murió mártir en Eubea (a.
    311).Se formó en la tradición exegética de Orígenes, como muestran sus
    escritos, pero no aceptó la teoría de la sucesión indefinida de los
    mundos, la preexistencia de las almas y su interpretación de la
    resurrección de la carne. Aceptó en cambio, la tipología, la ascética y
    la mística, interpretando la historia sagrada como una revelación
    progresiva. Este mensaje lo expuso en sus obras exegéticas conservadas
    sólo en pocos fragmentos (por ejemplo, Sobre el Levítico y Proverbios).
    En los escritos conservados encontramos una antropología totalizante: la
    resurrección del justo será a imagen de Cristo resuceitado, con un
    cuerpo glorioso idéntico al cuerpo mortal; la libertad fue dada al
    hombre para pudiera merecer con sus acciones (Sobre la Resurrección,
    Sobre el libre albedría, Sobre la vida y la conducta razonable). La
    única obra que conocemos en el original griego es el Siomposio o Sobre
    la virginidad.
     











  12. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    LOS ESCRITORES AFRICANOS DEL SIGLO III







    a) Características generales de la literatura y de la teología africana de este período



    Copiamos algunos párrafos de Drobner (pp. 169-170.)



    "Desde la conquista de Grecia por los romanos (consumada en el
    año 147 a.C con la de Corinto), el griego se había convertido en la
    lingua franca de todo el imperio, por lo que al principio la liturgia y
    la literatura cristianas utilizaron el griego también en Occidente. Esto
    no significa que, además del griego, no se conservaran también las
    lenguas concretas de cada región. En el Occidente latino el latín siguió
    siendo la lengua oficial, la literaria y la utilizada por el vulgo.
    Sobre todo en el norte de África nunca llegó a grecizarse, y la
    población sencilla rural sin estudios rara vez aprendía una lengua que
    no fuera la materna del lugar. Puesto que los éxitos obtenidos por la
    acción misionera del siglo II alcanzaron también, y quizá de modo
    principal, a los pertenecientes a las clases bajas, llevaron a finales
    del siglo II al nacimiento de una literatura cristiana latina,
    comenzando por la traducción de textos fundamentales para la predicación
    y la praxis cristianas: liturgia y Biblia. A este respecto es
    significativo que los primeros testimonios de literatura cristiana
    conocidos provengan de la no grecizada África: las Acta Scillitanorum en
    el año 180 y Tertuliano a partir del año 197".




    "Como les ocurrió a los cristianos de lengua griega, también
    los que hablaban latín cayeron en la cuenta de que el latín «clásico»
    (pagano) no podía cubrir del todo la necesidad del objeto cristiano. Por
    eso comenzó a desarrollarse desde un principio una «lengua especial»
    cristiano-latina en la que, debido al origen de los traductores y de los
    destinatarios, entraron muchas propiedades del lenguaje vulgar que
    siguieron siendo perceptibles en autores más tardíos de elevada
    cultura".
    Cfr. los tres fenómenos en la formación de este lenguaje en Drobner,

    p. 170.



    b) Las primeras traducciones de la Biblia



    Antes de cualquier otro escrito, se tradujo la Biblia del griego
    al latín. Ya se mencionan, en las Acta Scillitanorum, las cartas de San
    Pablo. También se puede demostrar que los escritos de Tertuliano hacen
    referencia a versiones latinas del Nuevo Testamento. Por lo tanto, se
    puede afirmar que en la segunda mitad del siglo II existían, al menos en
    el norte de África, versiones latinas del Nuevo Testamento.



    Medio siglo después, las obras de Cipriano atestiguan versiones
    latinas del Antiguo Testamento, que se tradujeron no del hebreo sino de
    la Septuaginta. Los traductores eran de un estrato social no elevado.
    Por eso esas traducciones produjeron al principio en San Agustín un
    fuerte rechazo.



    Tanto Jerónimo como Agustín hablan de un número plural de
    traducciones latinas, pero de ellas sólo se han conservado fragmentos,
    principalmente en las citas de los Padres. A finales del siglo IV la
    Vulgata de San Jerónimo desplazó todas las otras versiones latinas. Al
    parecer había versiones de origen africano (Afra), italiano (Itala) e
    hispano (Hispana), todas relacionadas entre sí.



    c) Tertuliano



    —Vida



    Quinto Septimio Florencio Tertuliano nace en Cartago en el año
    155. Sus padres eran paganos. Su padre era un centurión. En Roma recibe
    formación jurídica, practica la abogacía y adquiere renombre. Su
    producción como jurista aparece recogida en varias partes del Corpus
    Iuris Civilis. También tiene una amplia formación en letras latinas,
    griegas y en filosofía.



    En el año 193 se produce su conversión, y se establece en
    Cartago. Fue ordenado sacerdote (cf Jerónimo) aunque él nunca lo
    menciona. De carácter apasionado y extremista, alimentó una pasión
    fanática por la verdad. Todos sus escritos son polémicos Es rigorista y
    cercano al montanismo. Sus escritos desde el año 207 (año en que pasó
    abiertamente al montanismo) al 212 tienen sabor montanista. En el año
    213 se produce la ruptura formal con la gran Iglesia. Desde el 220 no se
    tienen noticias suyas.



    Sus obras pueden dividirse en:



    • apologéticas,

    • polémicas, y

    • morales.



    Escribe en un latín sentencioso. Se ha dicho que es el creador
    del latín eclesiástico. Aunque esta apreciación es exagerada, Tertuliano
    tiene mucha importancia en este tema pues introduce muchas palabras
    latinas luego empleadas en la teología.



    —Escritos apologéticos



    • Ad nationes (197): dirigida a los paganos en general; es una
    obra más filosófica y retórica; consta de dos libros, el primero de
    carácter más bien defensivo y el segundo más agresivo; prueba que las
    divinidades paganas son pura invención humana.

    • Apologeticum (197): es su obra más importante; dirigida a los
    gobernantes de las provincias romanas, por eso se trata de una obra más
    de carácter jurídico; critica el procedimiento judicial contra los
    cristianos; reclama la libertad de culto; rechaza el crimen laesae
    divinitatis y laesae maiestatis; resalta la caridad cristiana.

    • De testimonio animae (197): demuestra la existencia y los
    atributos de Dios a través del testimonio del alma que no ha sido aún
    pervertida por la "educación" pagana.

    • Ad scapulam (211-213): dirigida al proconsul de África; defiende la libertad de culto.

    • Adversus Iudaeos: la ocasión fue la disputa de un cristiano con un prosélito judío que duró todo un día.



    —Obras polémicas

    • De praescriptione haereticorum (200): por prescripción las
    leyes no tienen derecho a utilizar la SE pues no es suya, sino de la
    autoridad eclesiástica; la fuente de las herejías no está en la SE sino
    en la filosofía.

    • Adversus Marcionem (207-212): es su obra más extensa.

    • Adversus Hermogenem (200).

    • Adversus Valentinianos.

    • De baptismo (198-200): es de suma importancia para la historia de la liturgia y de los sacramentos del bautismo y la confirmación.

    • De carne Christi (210-212).

    • De resurrectione carnis.

    • Adversus Praxeam (213): Praxeas negaba la Trinidad de Personas afirmando el modalismo.

    • De anima (210-213): es su obra más extensa después del Adversus
    Marcionem; rechaza la preexistencia y eternidad de las almas; cae en el
    error del traducionismo (pone el origen del alma en la transmisión que
    de ella hacen los padres) por su falta de conocimientos filosóficos.



    —Obras morales y ascéticas



    • Ad martyres (202): es muy b: en todas sus páginas se respira el
    espíritu de heroísmo de los primeros cristianos.reve (6 capítulos),
    pero se trata de una de sus obras más leídas.

    • De fuga in persecutione (213): escrito montanista.

    • De spectaculis (197): es una condenación absoluta de todos los juegos públicos..

    • De cultu feminarum (sobre el vestido de las mujeres);

    • De oratione (198-200);

    • Ad uxorem (200-206): sobre el matrimonio: da consejos a su esposa para cuando él haya partido de este mundo.

    • De patientia (200-203)

    • De poenitentia (203).

    • De exhortatione castitatis (204-212).



    —Doctrina teológica



    • se opone a la filosofía; dice que es fuente de errores y
    herejías; no hay posibilidad de unión entre fe y filosofía; toma muchos
    elementos del estoicismo;

    • confianza en las pruebas jurídicas: usa mucho la terminología jurídica en su moral;

    • utiliza por primera vez el término "Trinitas" (del griego trias y también "persona" referido a la Trinidad;

    • señala en Cristo una Persona y dos Naturalezas;

    • es el primer autor que describe el procedimiento y las formas
    que la práctica de la penitencia había adoptado con el tiempo; en
    cambio, habla sólo incidentalmente de la Eucaristía.

    • al principio cree en la Iglesia como "Domina Mater Ecclesia";
    es el primer autor en denominar a la Iglesia así; al final dice que hay
    dos Iglesias, la del Espíritu Santo, de los perfectos, y la otra de la
    asamblea de los obispos que es terrena y jerárquica.

    • en su época montanista afirma la irremisibilidad de algunos pecados: la idolatría, la fornicación y el homicidio.



    —Transmisión del texto



    Hay cinco "Corpus" (Trecense, Masburense, Agobardinum,
    Cluniacense, Ottoboniense) formados en los siglos V y VI, que nos han
    llegado a través de copias de épocas posteriores (siglos XIV a XVI). Sin
    embargo, recientemente se ha descubierto en los Países Bajos un
    manuscrito del siglo IX que contiene un fragmento del "De spectaculis".
    Este manuscrito pertenecía a la biblioteca de la Catedral de Colonia.



    d) Minucio Felix

    De origen africano. Vive como abogado en Roma.



    Escribió el Octavius en latín, a fines del siglo II. Es un
    diálogo de Minucio con Octavio (cristiano) y Cecilio (pagano),
    ambientada en Ostia. Cecilio habla del escepticismo y ataca el
    cristianismo. Octavio refuta amablemente todas las afirmaciones de
    Cecilio.



    Se menciona la existencia de un Dios único, la inmortalidad del alma, la providencia divina.



    e) San Cipriano



    —Vida (200-258)



    Tenemos numerosas fuentes sobre su vida: tratados suyos,
    correspondencia, Actas proconsularia Cypriani, Vita Cypriani de su
    diácono Poncio (carece de valor histórico pues sólo buscaba la
    edificación).



    Cecilio Cipriano Tascio nace en la primera década del siglo III
    en una familia pagana, rica, culta y bien relacionada. Estudia
    brillantemente y pronto logra fama en la retórica. Es maestro de
    elocuencia. Parece que también se dedicó a la administración pública.



    Se convierte al cristianismo gracias al apostolado del presbítero
    cartaginés Cecilio. Después de bautizarse da todo a los pobres. Al poco
    tiempo es ordenado sacerdote (246) y consagrado obispo de Cartago (248 o
    49) por aclamación popular. Se le opone el presbítero Novato.



    En 250 estalla la persecución de Decio. Cipriano huye y se
    refugia en un lugar seguro para poder ayudar a sus fieles. Fabián
    (236-250) muere en esa persecución y, los presbíteros de Roma escriben a
    los de Cartago alabando a Fabián y criticando a Cipriano. Cipriano
    decide escribir a los presbíteros de Roma para explicarles las razones
    que le han movido a actuar así. Se conserva esta carta con copia de
    otras trece escritas a los confesores, clero y comunidades de Cartago.



    Durante su ausencia, en Cartago se levanta el cisma de Novato que
    ha ordenado de diácono a su satélite Felicísimo. Él y otros cinco
    presbíteros declaran a Cipriano fuera de la comunión y tratan de
    atraerse a los "lapsi" con una actitud de indulgencia y laxismo. Nombran
    a un obispo llamado Fortunato ("la fracción de Fortunato"). Surge
    entonces la disputa en torno a la penitencia en la que Cipriano (como
    también lo hará el papa Cornelio) se muestra más indulgente con la
    readmisión de los "lapsi", pero sin llegar al laxismo de Novato,
    Felicísimo, y otros cuatro presbíteros. Cipriano, por una parte
    reacciona contra el laxismo de Felicísimo y lo excomulga, y por otra
    escribe a Novaciano, que había sido cabeza del clero romano en sede
    vacante, el "De ecclesiae unitate", en el que defiende a Cornelio, el
    nuevo papa, contra el rigorismo de Novaciano. También escribe el "De
    lapsis". En 251 Cornelio escribe cartas a Cipriano y se reúne un sínodo
    en Cartago para confirmar la postura equilibrada de Cipriano y Cornelio
    frente a los "lapsi". Esta doctrina prevalece en Roma y en todas partes.



    Una vez muerto Fabián le sucede Cornelio. Novaciano se nombra
    antipapa. La cuestión debatida era la reconciliación de los lapsi.
    Novaciano, rigorista, sostenía que no era lícito que se reconciliaran,
    ni siquiera en el momento de la muerte, y que no se podían remitir los
    pecados capitales. Se formó una secta de "cataros", rebautizados. A los
    novacianos los condenan un Sínodo en Italia (251), Cipriano de Cartago y
    Dionisio de Alejandría. Con muchos adeptos en Oriente (sobre todo,
    montanistas), siguen hasta el s. VII.



    En los años siguientes se manifiesta el celo de Cipriano durante una gran peste que asoló el norte de África (253).



    Más adelante surge la segunda gran disputa a la que se tiene que
    enfrentar Cipriano: la del bautismo recibido de manos de herejes.
    Siguiendo la tradición africana (Tertuliano, De baptismo; Concilio de
    Cartago del 220), Cipriano se inclina por negarle la validez (Concilios
    de Cartago del 255 y 256) y rebautizar a los herejes. Hay una disputa
    epistolar con el papa Esteban que afirmaba, con la tradición romana, la
    validez de esos bautismos. Hay relaciones tensas entre los dos, pero sin
    llegar a la ruptura.



    Al final se cierra la disputa con la muerte de Esteban (257) y
    Cipriano durante la persecución de Valeriano (253-260). Cipriano es
    desterrado a Cuculis (30-VIII-257) y decapitado el 14-IX-258. Se
    conservan las actas de su martirio.



    —Escritos



    Como teólogo depende de Tertuliano, a quien consideraba como su
    maestro y leía diariamente. Tertuliano es superior como escritor. Tenía
    mayor talento literario, fogosidad apasionada y profundidad, pero
    Cipriano le supera en celo pastoral, sabiduría cristiana, espiritualidad
    y prudencia práctica. Sus obras están provocadas por las circunstancias
    particulares prácticas. Es un hombre de acción un Pastor. Tiene un
    lenguaje y un estilo claros. Fue muy popular en la Antigüedad y en la
    Edad Media.



    Tenemos varios catálogos de sus obras, que son siempre de
    cuestiones prácticas y concretas: en el cap. 7 de la Vita Cypriani de
    Poncio se mencionan 12 tratados; en un manuscrito del siglo X que recoge
    un testimonio del año 359; en un sermón de San Agustín (De Natale
    Cypriani):



    • Ad Donatum: escrita antes de su conversión; Donato es amigo
    suyo; menciona la corrupción de la sociedad y la necesidad de luchar
    contra las pasiones;

    • Sobre el vestido de las vírgenes (249);

    • De lapsis (251);

    • De ecclesiae unitate (251);

    • De dominica oratione;

    • Ad Demetrianum;

    • De mortalitate: sobre la peste;

    • De opere et eleemosynis;

    • De bono patientiae;

    • Ad Fortunatum de exhortatione martyrii (257): dirigida formalmente a un amigo pero en realidad a su grey, es una exhortación al martirio;

    • Ad Quirinum: testimoniorum libri III (248-49): colección de textos bíblicos;

    • Quod idola dii non sunt;

    • Cartas (81; se conservan 65): escritas en latín coloquial y vivo;



    —De ecclesiae unitate

    • Causa: los cismas de Novaciano (Roma) y Felicísimo (Cartago).

    • Fecha: mayo de 251 a la vuelta del destierro, en el sínodo.

    • Destinatario: confesores adictos a Novaciano que se oponía a Cornelio, recién elegido papa.

    • Estructura

    o Introducción: exhorta a estar alerta contra los cismas
    que son más peligrosos que las persecuciones porque atentan contra la
    unidad de la Iglesia.

    o "A Pedro se le da el primado para que manifieste que es una la Iglesia de Cristo".

    o Algunos autores dudan de la autenticidad de algunos
    pasajes del capítulo cuarto que parecen interpolaciones posteriores
    reafirmando con mucha fuerza el primado de Pedro.



    -Doctrina teológica



    • la Iglesia es el único camino de salvación; es necesario estar
    unidos al obispo; no es sólo cuerpo, sino también madre; es la "Domus
    Dei" con sentido escatológico y también eucarístico; es sacramentum
    unitatis;

    • el primado de Pedro es la causa de la unidad; el obispo de Roma
    no es sólo un "primus inter pares": la actitud de Cipriano con los
    obispos de Roma demuestra lo contrario (consultas, informes, etc.);
    Cipriano es decididamente episcopalista, sin embargo, tanto en su "De
    unitate Ecclesiae" como en la "Epístola LIX" reconoce la principalidad
    de la Iglesia de Roma y se pregunta si puede considerarse dentro de la
    Iglesia quien se aparta de la Sede Romana sobre la cual está fundada la
    Iglesia;

    • Pedro fue el primer obispo, luego el Señor confirió el mismo poder a los demás apóstoles; Pedro quedó, sin embargo, como signo vivo de la unidad originaria.

    • el bautismo es necesario; defiende la costumbre del bautismo de
    los niños; comenta los efectos y la naturaleza del bautismo de sangre;
    en la doctrina sobre la Penitencia es equilibrado; en una carta "sobre
    el sacramento del cáliz del Señor" expone su fe en el carácter
    sacrificial de la Eucaristía y la presencia real de la carne y sangre de
    Cristo.
     















  13. rosasylirios


    rosasylirios
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    LOS ESCRITORES ROMANOS DEL SIGLO III







    a) Características generales de la literatura y de la teología romana de este siglo



    —Primera mitad del siglo III



    Dos tendencias aparecen en la comunidad de Roma en la época del papa Víctor I (189-199): el montanismo
    (cristianismo asiático, influencia del Apocalipsis de Juan, fin del
    mundo, tensión Iglesia-Imperio, martirio como ideal, fue combatido por
    el papa Eleuterio) y el monarquianismo (basado en las doctrinas
    de Práxeas —venido de Asia para advertir a los romanos sobre el
    montanismo—, ampliado por Noeto y, en cierta manera, tolerado por
    Ceferino y Calixto).



    Hipólito (c.170 a 235) aparece en este clima, y es
    fundamental el conocimiento de su teología para comprender el ambiente
    teológico romano durante la primera mitad del siglo III. A Hipólito
    hemos de identificarle con un sacerdote romano desterrado junto con
    Ponciano a Cerdeña en 235 y sepultado cerca de la vía Tiburtina (parece
    que es suya la estatua cerca de esa vía, que contiene una lista de obras
    de Hipólito del 210 al 224).



    Los escritos de Hipólito son típicamente romanos, de origen
    petrino (es decir, sirio y judío-palestinense), en los que se notan ecos
    de las Homilías clementinas, también de influencia petrina.



    También tiene la influencia de Ireneo (de quien se presenta como
    discípulo, según Focio) y por tanto de Asia. Se nota en la estima de
    Hipólito por el Apocalipsis. Además, comparte el milenarismo de los
    asiáticos y cree en la inminencia del fin del mundo. Tiene hostilidad
    frente a la filosofía y preferencia por el estoicismo (como Melitón).



    Es un precioso testigo de la liturgia romana.



    Dos corrientes se advierten en Roma en el siglo III: 1ª) la corriente apocalíptica
    (que obedece a ciertas características antiguas de la Iglesia romana:
    cfr. el Pastor de Hermas), culto a los mártires Pedro y Pablo,
    favorecida por el montanismo, 2ª) la corriente de la jerarquía
    que se muestra favorable a la moderación, a la indulgencia, a la
    búsqueda de la unidad entre los grupos y al diálogo con el poder
    imperial.



    En su Elenchos (Refutación de todas las herejías),
    Hipólito critica violentamente a Ceferino y a Calixto. La violencia era
    el tono habitual. Hipólito realmente ataca un "ambiente", el de los
    cristianos que pertenecen a las clases dirigentes (Marco Aurelio
    Carpóforo, Marcia, Minucio Felix, etc.). Calixto era un gran
    administrador, que dialoga con los hombres ricos del imperio. Ceferino y
    Calixto no son dos intelectuales, sino hombres de acción. Hipólito
    sueña con una Iglesia de santos en conflicto con el mundo, pobres, sin
    bienes.



    Sin embargo, cuando Calixto intuyó el peligro del monarquianismo, no dudó en condenar a Sabelio.



    Hipólito aparece como representante del viejo presbiterado
    romano, con su tradición catequética y sus prácticas litúrgicas. Se nota
    su hostilidad hacia los diáconos y a una concepción más monárquica del
    episcopado. Hipólito escribe en griego, aunque en Roma los cristianos
    hablaban en latín desde mediados del

    siglo II.



    Hipólito, sin embargo, no es un antagonista del papa ni un
    cismático. Sus escritos respiran la más pura tradición. Su violencia
    procede, en gran parte, de un género literario. Fue el representante de
    un integrismo que la Iglesia hizo bien en no aceptar, pero fue también
    un gran doctor de la Iglesia, venerado como santo.



    —Segunda mitad del siglo III



    El final del siglo III es el preámbulo de las controversias doctrinales del siglo IV.



    Monarquianismo: Noeto de Esmirna, Epígono (en tiempo del
    papa Víctor), Cleomene (época de Ceferino y Calixto) y Sabelio
    (cirenense de la Pentápolis, que llega a Roma en tiempo de Ceferino y es
    discípulo de Cleomene).



    Calixto condena a Sabelio el 217 (a pesar de sus innegables preferencias por el monarquianismo).



    Sabelio muere en 257, pero en Cirenaica sus doctrinas cobran
    fuerza. Dionisio de Alejandría envía cartas a los obispos que apoyan el
    sabelianismo, en las que expone la distinción entre el Padre y el Hijo,
    punto que negaban los sabelianos. Los obispos de la Cirenaica recurren a
    Roma (el papa era Dionisio, sucesor de Sixto). La tradición teológica
    romana era monarquiana, subrayando la unidad de la sustancia divina.



    Hipólito seguía la línea de Justino: subsistencia propia del
    Logos. Mientras que Calixto había favorecido a Cleomene. Orígenes había
    sostenido la inferioridad del Logos con respecto al Padre y tuvo que
    justificarse con el papa Fabián. Dionisio de Alejandría era discípulo de
    Orígenes.



    Dionisio sostenía que el Hijo es creado (poiema) y un producto
    (geneton). Lo acusaban de decir que el Hijo no es consustancial al Padre
    (homoousios).



    Ante una condenación de su doctrina en un sínodo romano, Dionisio
    de Alejandría envía una Apología al papa en la que le explica que está
    plenamente de acuerdo con la doctrina trinitaria de Roma, pero que
    prefiere utilizar su vocabulario propio (no acepta la palabra homoousios
    porque dice que no está en la Escritura).



    Ambos obispos condenan el monarquianismo y el subordinacionismo,
    pero mantienen las diferencias propias de las escuelas alejandrina y
    romana.



    Otro conflicto es el de Antioquía, aunque también influye en la
    iglesia romana. Pablo, que era un obispo típicamente oriental, mantiene
    la práctica de las virgines subintroductae de la iglesia siria arcaica.



    Los helenistas de Antioquía (Luciano, Malaquión) le acusan de
    sostener la doctrina de Artemón que prolongaba en Roma, a mediados del
    siglo III, el adopcionismo de Teodoto de Bizancio.



    Sin embargo, su doctrina más bien se parece a la de Berilio de
    Bostra: subrayar la unidad de Dios y la humanidad de Cristo.



    Luciano de Antioquía (partidario de Orígenes) condena a Pablo de
    Samosata por su modalismo, y condena la utilización de la palabra
    homoousios para designar la unidad de la naturaleza divina. Además, el
    sínodo de Antioquía afirma que el Verbo asume un cuerpo, tal como lo
    haría Apolinar de Laodicea, en Antioquía, un siglo más tarde.



    b) Novaciano



    En este clima teológico y disciplinar, Novaciano llegó a
    desempeñar un papel muy prominente en la comunidad romana a mediados del
    siglo III. Sin embargo, sabemos relativamente poco acerca de su vida.
    Era natural de Roma. Fue bautizado estando gravemente enfermo, pero
    nunca recibió la confirmación. Por eso el clero y el pueblo romano se
    opusieron a que Fabián le ordenase sacerdote. Poseía una formación
    descollante. Era un "lider" nato. Vivía retirado, quizá como eremita,
    hasta que estalló la persecución de Decio. Al morir el papa Fabián en el
    verano de 250, tomó bajo su responsabilidad la comunidad de Roma.
    Escribe tres cartas a Cipriano, en las que le apoya en la cuestión de
    los lapsi. Al ser elegido Cornelio, en lugar suyo, obispo de Roma, se
    convirtió en el abanderado del partido rigorista y se hizo elegir obispo
    de Roma (antipapa).



    Propugnaba una Iglesia pura y de los puros. Si se pecaba
    gravemente no podía seguirse perteneciendo a la Iglesia. En su postura
    subyacen ideas estoicas más que bíblicas.



    Según el historiador Sócrates, Novaciano padeció el martirio en la persecución de Valeriano.



    La obra capital de Novaciano es su De Trinitate, escrita el año 240. En su contenido y en su estructura se reflejan las numerosas discrepancias teológicas de su tiempo:



    • en la primera parte (1-8) defiende la identidad de Dios Padre con el Creador del mundo, contra el gnosticismo;

    • la segunda parte (9-28), dedicada al Logos, ocupa la mayor
    parte de la Obra. Contra los marcionistas defiende que Jesús es el Hijo
    verdadero de Dios Creador (9); contra los docetas, sostiene su
    encarnación real (10); contra los adopcionistas, su verdadera divinidad
    (11-25); y contra los modalistas, afirma que Jesús es distinto del Padre
    (26-28);

    • el capítulo 29 trata brevemente del Espíritu Santo;

    • los capítulos 30 y 31 estudian la unidad de Dios en la distinción de ambas personas divinas del Padre y del Hijo.



    De Tertuliano toma los conceptos de una substancia, tres
    personae, ex substantia dei. Además, introduce los términos: incarnari y
    praedestinatio.



    No debe extrañar que Novaciano no incluya al Espíritu Santo en la
    discusión sobre Dios. La doctrina de la divinidad del Espíritu Santo no
    llegará a ese estadio hasta mediados del siglo IV, sobre todo con
    Basilio el Grande. Novaciano concibe al Espíritu Santo, sobre todo, como
    fuente de la santidad, de la iluminación y de la inmortalidad.



    Poco sabemos de la repercusión de este primer gran tratado del primer teólogo romano.
     











  14. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    OTROS AUTORES LATINOS DEL SIGLO III







    a) Breves noticias sobre autores latinos de otras áreas geográficas



    —Lactancio



    Lucio Cecilio Frimiano Lactancio fue el último gran padre de la
    Iglesia latino, que vivió en sus propias carnes la persecución de los
    cristianos, como delata con fuerza su obra.



    Se le conoció más tarde como el "Cicerón cristiano" por su excelente estilo clásico.



    Nació en África, donde le instruyó el famoso retórico Arnobio y
    donde él mismo ejerció como maestro de retórica. Fue llamado por
    Diocleciano para que diera clase de retórica en su nueva residencia de
    Nicomedia de Bitinia, junto al Mar Negro. Uno de sus alumnos
    probablemente fue el futuro emperador Constantino. Así se explica que
    luego lo llamara a Treveris para que fuera tutor de su hijo mayor
    Crispo.



    Durante la persecución de Diocleciano (303) renunció a su cátedra
    y poco después se convirtió al cristianismo. También por entonces
    compuso su obra apologética De opificio hominis y entre 304 y 311 su
    obra principal: Divinae institutiones.



    En Treveris terminó su escrito De mortibus persecutorum y De ira
    Dei. También compuso una versión abreviada (Epitome) de las
    Institutiones.



    Murió hacia el año de 325.
     















  15. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    CARACTERÍSTICAS GENERALES DE ESTE PERIODO (325-451)







    a) El contexto histórico después de la paz de Constantino



    Para comprender mejor la literatura cristiana del siglo IV y
    primera mitad del V, es necesario que revisemos la historia de esta
    época desde tres puntos de vista:



    • política estatal;

    • sucesos eclesiales y de la política eclesiástica;

    • cuestiones teológicas



    La suma de estos tres enfoques debe arrojar al final una imagen lo más próxima posible a la realidad.



    La idea del Imperio romano, desde Constantino a Teodosio el
    Grande, era una idea de unidad: un imperio, un emperador, un Dios. En la
    persona del emperador se encuentra la idea sacro-dinámica del imperio.
    Él era no sólo soberano supremo, guardián de la unidad y propulsor del
    bienestar del imperio, sino también sumo sacerdote, incluso dios, en el
    que se encarnan los dioses del imperio que garantizan la unidad y el
    bienestar del Estado.



    Constantino se sentía episkopos de Dios y pontifex maximus.
    Sentía la responsabilidad del bienestar del pueblo tanto en el plano
    político como en el religioso.



    Por eso los emperadores cristianos actuaron como dirigentes de la
    iglesia, convocaban concilios, promovían, confirmaban y rechazaban sus
    conclusiones, aprobaban elecciones de obispos o deponían obispos;
    incluso fijaban la fe recta y obligatoria tras el asesoramiento de
    sínodos o de teólogos; hasta que Teodosio, en el 381, elevó esa fe a la
    categoría de ley.



    Se podían tolerar simultáneamente otras religiones y confesiones
    en la medida en que ellas no pusieran en peligro el bien del Estado.



    Esta idea del imperio podía adoptar diversas formas, pasando del
    cristianismo al paganismo (cfr. Juliano "el Apóstata"), o haciendo del
    arrianismo la religión del Estado. La oportunidad política servía de
    medida, no tanto las creencias personales del soberano. Los emperadores
    no tenían reparo alguno de servirse de la Iglesia y de la fe como un
    instrumento de la lucha por el poder, porque el éxito político
    documentaba el favor de los dioses.



    Esta época es la edad de oro de los Padres de la Iglesia (s. IV y V):



    • Todos los cristianos dan gracias por la paz y la expansión cristiana
    (Nicetas de Remesiana —Dacia, +414— canta en el Te Deum el "te per orbem
    terrarrum confitetur Ecclesia").

    • Los emperadores se alían con la Iglesia, pero, a veces, tratan de dominarla (cesaropapismo).

    • En Oriente se suscitan grandes controversias dogmáticas y surgen las herejías condenadas por los grandes Concilios.

    • Comienza el fenómeno del monaquismo, primero en oriente y después en
    occidente. Los pueblos germánicos entran en la historia. Hay grandes
    papas. Aparece el Islam.



    Es falsa la idea de la "era constantiniana" —que aún duraría—
    como una era de compromiso temporal de la Iglesia con el Estado,
    clericalismo, opresión de las conciencias. Son, por tanto, falsas
    también las esperanzas de una era "post-constantiniana", en la que la
    Iglesia recuperaría su perspectiva exclusivamente espiritual. Para la
    Iglesia no hay eras, pues ha sido siempre la misma a través del tiempo.



    En 324 Constantino derrota a Licinio y queda como único
    emperador. Protege a los cristianos. Construye las Basílicas de S. Pedro
    y S. Pablo, S, Juan de Letrán en Roma y la del Santo Sepulcro en
    Jerusalén. En el 330 funda Constantinopla. En Roma la aristocracia
    seguía siendo pagana. También tuvo errores: ajustició a Fausta (su
    esposa) y a Crispo (su hijo) por sedición. Se hace arriano y ataca a
    Atanasio. Muere cristiano en Pentecostés de 337, haciéndose bautizar por
    un obispo arriano (Eusebio).



    Los emperadores de esta época eran cristianos (excepto Juliano).
    Limitan las religiones paganas, aunque nunca las persiguen:



    • Constancio (337-361)

    • Juliano (361-363): concede derechos y protección oficial a las
    religiones paganas; quita a la Iglesia lo que tenía; no pone cristianos
    en cargos públicos; favoreció el cisma y el arrianismo; favorece un
    templo en Jerusalem...

    • Graciano (375-383): renuncia al Pontifex Maximus, cierra el
    altar de la victoria en Roma; desoye a Símaco, senator et vir eloquens,
    por consejo de S. Ambrosio.

    • Teodosio el Grande (379-395): impulsa el Credo de Nicea; hace al catolicismo la religión del Estado.



    b) Nuevas oportunidades y nuevos problemas para la Iglesia



    Con la Paz de Constantino en 313 la Iglesia pudo desarrollar su
    misión abiertamente. Creció el número de conversiones. El catecumenado
    se adaptó a las nuevas circunstancias. Pronto, en amplias zonas del
    imperio la mayoría de sus habitantes eran cristianos, sobre todo en las
    ciudades. Más tarde, también comenzarían a convertirse las gentes de los
    "pagus", es decir, del ambiente rural. De ahí la denominación de
    "paganos".



    Por otra parte, las invasiones barbáricas, a partir del siglo IV,
    dan ocasión para que los misioneros cristianos comenzaran a predicar la
    fe a otros pueblos. Ya se había desarrollado la fe en pueblos poco
    romanizados como Britania, pero pronto el Evangelio llegaría a Irlanda, y
    comenzaría a penetrar entre las tribus germánicas asentadas en los
    limes del impero (los godos, por ejemplo).



    La jerarquía eclesiástica se establece sólidamente, sobre todo en
    las ciudades, pero también pronto se crean parroquias en los pueblos.



    Se multiplican los sínodos y concilios en todo el imperio.
    Aparece también en el siglo IV, más sólidamente establecido el monacato,
    tanto en Oriente como en Occidente.



    A partir del siglo IV el Primado romano tiene más efectividad.
    Por otra parte, los Concilios Ecuménicos, a los que acudían padres de
    todo el imperio, fortalecen la unidad en la fe.



    En esta época aparecen los grandes Padres de la Iglesia:



    —En Oriente:



    • Atanasio: Tres Discursos contra los arrianos, Vida de San Antonio.

    • Los grandes "Capadocios": Basilio (legislador monástico, obispo
    de Cesarea, doctrina sobre la Trinidad), Gregorio de Nisa (gran
    teólogo), Gregorio de Nacianzo (obispo de Constantinopla).

    • Juan Crisostomo: vida, escritos sobre el sacerdocio.

    • Cirilo de Alejandría: (disputas cristológicas y mariológicas del siglo V).



    —En Occidente:



    • Ambrosio de Milán: relaciones con Graciano, Valentiniano II, Teodosio.

    • Jerónimo: traductor de la Sagrada Escritura; "Vulgata".

    • Agustín: las Confesiones, la Ciudad de Dios, De Trinitate, etc.

    • León Magno: Primado romano, Epístola a Flaviano.

    • Gregorio Magno: Moralia, renovación litúrgica.



    También en este período de la historia comienzan a crecer las grandes herejías trinitarias y cristológicas.



    c) Visión de conjunto y valoración general de esta época



    Las herejías en este periodo son más importantes y más amplias
    que antes. Afectan principalmente a la Iglesia oriental. Interviene el
    poder estatal, que convoca los Concilios.



    Es el periodo aureo de la patrística.



    Las herejías principales son:



    • herejías trinitarias (arrianismo y macedonianismo),

    • herejías cristológicas (arrianismo y apolinarismo, nestorianismo, monofisismo, monotelismo),

    • controversias antropológicas (pelagianismo en Occidente)

    • disputas menores: donatistas y la cuestión de los Tres Capítulos.
     











  16. rosasylirios


    rosasylirios
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    EL ARRIANISMO







    a) Arrio y el arrianismo



    Las herejías en los siglos IV y V son más importantes y más
    amplias que antes. Afectan principalmente a la Iglesia oriental.
    Interviene el poder estatal, que convoca los Concilios. Es el periodo
    áureo de la patrística.



    Las herejías principales son:



    • herejías trinitarias (arrianismo y macedonianismo),

    • herejías cristológicas (arrianismo, apolinarismo, nestorianismo, monofisismo),

    • controversias antropológicas (pelagianismo en Occidente)

    • disputas menores: donatistas.



    —La cuestión arriana



    Hasta Nicea, no había sido definida la relación del Padre con el
    Hijo. Algunos tendían al subordinacionismo (p. ej., en Antioquía,
    Luciano de Samosata).



    Arrio —que nace en Libia, en la antigua provincia de la
    Cirenaica, hacia el año 256— defendió abiertamente el subordinacionismo
    (el Verbo no es eterno, sino creado —Filón decía que Dios no se puede
    poner en contacto con la materia— y creador de lo demás). Sólo sería
    "Dios" en un sentido moral. En 315 escribe "El banquete" y propaga su
    doctrina.



    Arrio era un sacerdote cristiano que regía una de las más
    importantes iglesias de Alejandría. En 318 comienza a difundir sus ideas
    sobre la Trinidad. Fue condenado por un sínodo en Alejandría, absuelto
    por un Concilio en Nicomedia, en donde su obispo —Eusebio— lo tenía
    refugiado, y condenado y enviado al exilio por el Concilio de Nicea
    (325) convocado por el papa Silvestre y con la asistencia de 318
    obispos. Constantino lo mandó llamar a Constantinopla y, durante una
    marcha triunfal, murió en 336.



    En el Sínodo de Alejandría (318), se habían reunido cien obispos
    egipcios con Alejandro, sucesor de Pedro el mártir, y excomulgan a Arrio
    y a sus secuaces. Lo comunican al Papa S. Silvestre. Arrio abandona
    Alejandría. Los melecianos le siguen. Se refugia con Eusebio de
    Nicomedia. Se divide el pueblo de Oriente. Constantino envía a Osio a
    Alejandría como mediador. No lo consigue.



    El Sínodo de Antioquía, presidido por Osio, condena a Arrio y a tres obispos (entre ellos a Eusebio de Cesarea).



    b) Visión de conjunto y breve historia de la crisis arriana del siglo IV



    Esta herejía ha perdurado hasta el presente, por intentar
    explicar de una manera fácil el misterio de la Santísima Trinidad.



    Arrio no acepta la conciliación entre la unidad de naturaleza y
    la trinidad de Personas en Dios, ni entre lo finito y lo infinito. La
    Iglesia había condenado a Sabelio por no aceptar la distinción de
    personas. Arrio acepta la distinción, pero niega la unidad de naturaleza
    entre el Padre y el Hijo. El Hijo es una creatura finita para él.



    El Padre concibió la creación, pero como lo infinito no puede
    ponerse en contacto con lo finito, se la encargó al Hijo como Arquitecto
    del mundo (ideas de Filón). El Hijo no es eterno, fue creado de la nada
    por el Padre, que no fue Padre siempre; el Hijo no es inmutable, no es
    infinito.



    El Hijo padeció bajo el aspecto de Jesucristo y el Padre lo elevó
    a la categoría de Dios nominal. Cristo es un hombre en el cual el alma
    humana ha sido remplazada por el Hijo de Dios.



    Tampoco el Espíritu Santo tiene unidad de naturaleza con el Padre, ni con el Hijo.



    Esta doctrina se apoya en algunas citas de la Escritura: Prov
    8,22: "Yavé me dió el ser en el principio de sus caminos", Col 1,30: "Es
    el Primogénito de toda creatura", Phil 2, 8-11: "Por lo cual Dios lo
    exaltó y le otorgo el nombre que está sobre todo nombre", Mt 28,18: "se
    me ha dado todo poder"... Arrio era un buen dialéctico.



    Como no atacó las instituciones (sacramentos, jerarquía), sus
    discípulos se mezclaban con los fieles ortodoxos. Gozaba de una gran
    popularidad.



    Discípulos de Arrio:



    • acacianos,

    • eudoxianos,

    • eusebianos,

    • aerianos,

    • eunomianos,

    • ursacianos,

    • semiarrianos: "homoiousios" = "de la misma naturaleza".



    El Credo de Nicea utilizó la palabra "homoousios" = "que no tiene más que una misma sustancia con".



    Los emperadores Constantino y Valente defendieron a los arrianos.
    Los grandes santos (San Atanasio, San Antonio, los Capadocios)
    combatieron a los arrianos. Los nuevos emperadores Valentiniano,
    Graciano y Teodosió lograron extirpar el arrianismo del imperio. Los
    arrianos se refugiaron entre los bárbaros que abrazaron la fe cristiana
    según esta herejía (borgoñones, visigodos, ostrogodos, vándalos). El
    Concilio I de Constantinopla (381) se pronuncia definitivamente por la
    exclusión de los arrianos de la Iglesia.



    El arrianismo se extingue como secta el siglo VII. Resurge en el
    siglo XVI, en las ideas de Miguel Servet (+1553) en Ginebra, Okin y
    Bucero (+1551) en Inglaterra. El socinismo (Fausto y Bartolomé Socino)
    es la versión moderna del arrianismo.



    c) El Concilio de Nicea



    Constantino convoca el Concilio de Nicea, al que asisten 300
    obispos (siete de occidente, y los presbíteros Víctor y Vicente, en
    representación del papa). Preside Osio de Córdoba. Ahí estaban: S.
    Atanasio (diácono y secretario de Alejandro), Eustasio de Antioquía,
    Marcelo de Ancira y Arrio en persona.



    Eusebio de Nicomedia hace una propuesta arriana que es rechazada.
    Eusebio de Cesarea una intermedia que también es rechazada. La teología
    occidental es aprobada. Se redacta el Símbolo el 19 de junio del año
    325: el Hijo es consustancial ("homoousios") al Padre, Deum de Deo,
    Lumen de Lumine, genitum non factum... Se condena explícitamente el
    arrianismo. Sólo dos obispos de Libia y Arrio no aceptaron el Símbolo, y
    son excomulgados y desterrados por Constantino. Son exilados también
    Eusebio de Nicomedia y Teógnide de Nicea que no quisieron romper lanzas
    con los arrianos. Se quemaron libros. Otros temas que trató el Concilio
    fueron: la fecha de la Pascua, la elección de obispos, el celibato, la
    constitución de patriarcados.



    d) Las varias posiciones entre los partidarios y adversarios de Nicea: anhomeos, homeos, homeousianos, homousianos



    Para la controversia arriana hay que distinguir básicamente
    cuatro corrientes doctrinales: los anomeos, los homousianos, los
    homoiusianos y los homoianos, nombrados siguiendo la secuencia
    cronológica de su entrada en escena. Después del año 360 se suman los
    apolinaristas y los neumatómacos.



    —Los anomeos (arrianos, neoarrianos, eunomianos)



    Los anomeos afirmaban que el Hijo de Dios difiere por completo
    del Padre. Según San Atanasio, Arrio afirmaba que el Hijo es "ajeno y
    distinto en todo a la esencia a la peculiaridad del Padre". Los
    defensores de esta doctrina son los arrianos en sentido original.



    Después de Nicea, hacia 355, Aecio (diácono antioquieno) y
    Eunomio (su secretario) volvieron al arrianismo original, anomeo. Un
    sínodo de Constantinopla del año 360 condenó a Aecio al mismo tiempo que
    consagró obispo a Eunomio. A esta doctrina se la denominó
    neoarrianismo. Añadía al arrianismo original dos puntos: sostenía que la
    esencia divina se puede alcanzar por el conocimiento humano y afirmaba
    el solapamiento entre el concepto y la realidad, de modo que cosas
    designadas con términos diferentes (Padre, Hijo) son también diversas en
    cuanto a su naturaleza.



    La política de Teodosio acabó con esta herejía.



    —Los homoousianos (nicenos)



    Son los que se atenían, sin fisuras, al Símbolo niceno. Entre
    ellos destacaron Atanasio, Osio de Córdoba, Marcelo de Anciera, Lucífero
    de Cágliari, Eusebio de Vercelli, los tres grandes capadocios, Fotino
    de Sirmio y Apolinar de Laodicea.



    El término "substancia" había sido condenado en el Antioquía por
    Pablo de Samosata (268), porque se decía que olía a sabelianismo. Esto
    no lo conocían los padres del Concilio de Nicea. En 358 Basilio de
    Ancira hizo público este hecho y puso en aprieto a los nicenos.



    Hasta el sínodo de Alejandría (362) y luego con los padres
    capadocios, no se había delimitado bien los conceptos de "esencia" y
    "substancia". Antes, estos dos términos se usaban indistintamente para
    señalar la misma realidad, con demasiada frecuencia. Por eso fueron
    condenados Marcelo de Ancira y Fotino de Sirmo por "sabelianos".



    —Los homoiusianos (eusebianos, semiarrianos)



    Se agrupa bajo este epígrafe a todos aquellos que desde los tres
    Eusebios (de Cesarea, de Emesa y de Nicomedia, de ahí que se les llamara
    también "eusebianos") buscaban una vía media entre el arrianismo y el
    nicenismo, también sin conocer o utilizar ya el término "substancia".
    Este término aparece por primera ves en la segunda fórmula de Sirmio
    (357) donde se prohibe su uso y el de "esencia". Fue Basilio de Ancira
    el que impuso, en el sínodo de Ancira (258), la fórmula "esencia y
    substancia". Él entendía por "esencia" una sustancia individual, de modo
    que él afirmaba en la divinidad tres "substancias" y tres "esencias".



    La "esencia" del Hijo es semejante a la del Padre, en cuanto que
    también ella es divina. Esta fórmula tuvo días de esplendor en Oriente,
    pero escasos porque el emperador se decantó por los homoianos a partir
    del año 359. La doctrina homoiousiana adquirió más importancia al unirse
    con la homoousiana. Hilario de Poitiers la llevó consigo a Occidente al
    volver del destierro e interpretó en homoousios en este sentido. En
    Oriente, por mediación de Basilio el Grande y Melecio de Antioquía, una
    parte del partido semiarriano se pasó a la ortodoxia.



    —Los partidarios del "homoios katà pánta"



    El término "homoiano" es de origen moderno y se ha formado
    teniendo en cuenta la fórmula dogmática sostenida por ellos y según la
    cual el Hijo es "substancial" al Padre. El autor de la fórmula fue
    Acacio de Cesarea, sucesor de Eusebio y promotor de Melecio de
    Antioquía. Propuso esta fórmula como la fórmula de unidad más amplia y
    menos vinculante. Constancio la aceptó e hizo que se decretara en Nike
    presionando sobre el doble sínodo de Rímini y Seleucia, y se las arregló
    para que la confirmara un sínodo de Constantinopla (360).



    Se abandonó pocos años después, pues se trataba de una fórmula
    impuesta por la fuerza con medios puramente políticos y no ofrecía una
    solución teológica satisfactoria.



    A partir de los años 360/362 comenzó una nueva fase de las
    controversias y de evoluciones teológicas que se dirimieron también en
    la literatura cristiana: el neoarrianismo en torno a Eunomio, el
    apolinarismo y la lucha contra ellos encabezada sobre todo por Basilio
    el Grande de Cesarea, Gregorio de Nacianzo y Gregorio de Nisa.



    e) Las diferentes fases de la lucha contra el arrianismo



    Desde el Concilio de Nicea (325) hasta el Concilio de
    Constantinopla I (381) la Iglesia se vio dividida en dos bandos
    principales: los obispos nicenos y los arrianos. El primer concilio
    contrapuso a Arrio el "homoousios" y solventó así la lucha de más de
    medio siglo sobre la recepción de ese término. El segundo fijó de modo
    definitivo, bajo la dirección del emperador Teodosio, la obligatoriedad
    universal del Símbolo Niceno.



    Este período se suele dividir en dos fases:



    —La primera fase abarca desde el Concilio de Nicea (a. 325) hasta el Sínodo de Alejandría (a. 362).
    Entre los años 325 y 381 hubo algunos sínodos que tomaron decisiones
    importantes: Antioquía (341), Sárdica (343), Sirmio (351 y 357), Ancira
    (358), Rímini/Seleucia (359) y Alejandría (362).



    —La segunda fase abarca desde el Sínodo de Alejandría (a. 362) hasta el Concilio de Constantinopla I (a. 381).
    La muerte del emperador Constancio (361) y la indiferencia radical del
    nuevo emperador Juliano el "Apóstata", respecto de los asuntos
    intereclesiales hicieron posible el Concilio de Alejandría (362), el
    último en la disputa arriana antes del Concilio de Constantinopla (381) y
    pionero para el futuro. Con su Tomus ad Antiochenos este sínodo abrió
    por primera vez la vía de mediación teológica que San Basilio y sus
    partidarios siguieron desarrollando hasta el Concilio de Constantinopla
    para la solución ortodoxa.
     















  17. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    LA PRIMERA FASE DE LA CRISIS ARRIANA (325-362)







    a) Entre el Concilio de Nicea (a. 325) y el Sínodo de Alejandría (a. 362)



    A pesar de Nicea, el arrianismo se extendió con un auge
    inusitado. Se decía que el "homoousius" era una concesión al
    sabelianismo (resaltar demasiado la unidad de Dios, confundiendo las
    Personas). Los arrianos deponen a Eustasio de Antioquía, Marcelo de
    Ancira y Atanasio de Alejandría (obispo desde 328). Constancio apoya la
    herejía. Se introducen formulas nuevas rechazando la nicena: cuatro
    antioquenas, cuatro en el Sínodo de Sirmio (351-359).



    Se intenta restablecer la unidad en los Sínodos de Sárdica (343) y
    Rimini-Seleucia (359-360), sin lograrlo. En 361 Valente se convierte en
    un emperador arriano fanático.



    El arrianismo sucumbe en la Iglesia oriental, en la segunda mitad
    del s. IV por las divisiones internas entre los arrianos, por la
    teología altísima de los capadocios, por la intervención de Teodosio el
    Grande (379-395). El Concilio I de Constantinopla (381) confirma la
    victoria de la ortodoxia.



    Después de Nicea, Constantino defendió el homoousios, hasta que,
    al final de su vida, Eusebio de Nicomedia es nombrado patriarca de
    Constantinopla y lo convence, bautizándolo antes de morir en el
    arrianismo (337). Un poco antes habían sido depuestos Eustasio de
    Antioquía y Atanasio de Alejandría (y exilado a Treveris), por defender
    la fe nicena. Constancio, hijo de Constantino (337-361) tenía
    convicciones arrianas y trata de imponerlas a la Iglesia. Muchos obispos
    y sacerdotes se pliegan a su voluntad, aunque en el fondo no estaban
    del todo convencidos. El pueblo sigue creyendo en la divinidad de Jesús,
    a pesar de todo ("los oídos de los fieles son más santos que los
    corazones de los sacerdotes").



    Sin embargo, unos pocos obispos católicos, a pesar de la
    persecución, defienden la fe Nicena (S. Hilario de Poitiers, S. Eusebio
    de Vercelli, S. Atanasio). Constante gobernaba el occidente. En 350
    muere y Constancio persigue a los cristianos nicenos también en
    occidente. Los que todavía permanecen en la Iglesia (llamados
    semiarrianos) decían que el homoousios tenía sabor sabeliano, y
    proponían diversas fórmulas (homoiois = semejante al Padre), sin acabar
    de reconocer la plena igualdad de naturaleza del Hijo con el Padre. Los
    obispos nicenos (que vuelven a sus sedes en 361, con Juliano; a partir
    de entonces en occidente hay paz) consiguen cuidar que no se introduzcan
    fórmulas ambiguas en la liturgia (p. ej., la antigua doxología "Gloria
    Patri, per Filium in Spiritu Sancto" es cambiada por la actual, con el
    "et"). A Juliano le sucede Valente, arriano fanático (+375). Graciano
    (375-383) nombra coregente a Teodosio (379-395), que estaba
    completamente a favor de la fe nicena.



    b) La respuesta de los Padres: San Atanasio de Alejandría, en Oriente; San Hilario de Poitiers, en Occidente



    SAN ATANASIO DE ALEJANDRÍA



    —Vida



    Es el obispo más importante de Alejandría, gran defensor de la fe
    de Nicea, "columna de la Iglesia" (S. Gegorio Nacianceno), "Padre de la
    Ortodoxia". Es el gran enemigo del arrianismo.



    De carácter firme para defender la verdad, pero tolerante y
    dulce, sufrió 5 veces la deposición de su sede episcopal y 17 años de
    destierro.



    Fuentes de su vida: sus mismas obras, la "Historia acephala"
    (Historia Athanasii, en latín, está mutilada), la introducción siriaca a
    las Cartas festales, el Discurso 21 de San Gregorio Nacianceno, etc.



    • 295: Nace en Alejandría, de padres cristianos; contacto con San
    Antonio y los monjes de la Tebaida. Formación clásica y cristiana.

    • 306: En un Sínodo de Alejandría, Melecio de Licópolis (Egipto) es
    depuesto por haber sacrificado a los ídolos en la persecución de
    Diocleciano.

    • 319: Atanasio es ordenado diácono y nombrado secretario del obispo Alejandro.

    • 325: Acompaña a Alejandro (sucesor de Pedro el Mártir), su obispo, al
    Concilio de Nicea; en un Sínodo de Alejandría Melecio vuelve a la
    comunión eclesiástica.

    • 328: Obispo de Alejandría (lo será por 45 años), al morir Alejandro;
    vuelven a sus sedes, llamados por Constantino -que buscaba la paz-, los
    jefes del arrianismo: Eusebio de Nicomedia y Teognide de Nicea, que
    tachan de sabelianismo (que resalta demasiado la unidad de Dios) a los
    autores de Nicea; San Eustacio de Antioquía se queja de las maniobras de
    los semiarrianos.

    • 330: Un Sínodo de Antioquía depone a Eustacio y Constantino lo
    destierra a la Tracia, donde murió poco después; en esa época son
    depuestos varios obispos más, como Marcelo de Ancira.

    • 332: Los melecianos (que se habían pasado al bando arriano) originan
    disturbios en Alejandría; Atanasio tiene que justificarse ante
    Constantino.

    • 333: Instrucciones muy severas de Constantino contra los arrianos.

    • 334: Los melecianos vuelven a calumniar, pero son descubiertos y humillados.

    • 335: El Sínodo de Tiro es convocado por Constantino a petición de
    Arrio, que le había visitado en Nicomedia; los obispos participantes
    eran partidarios de Eusebio de Nicomedia: a Atanasio se le acusó de
    destrozar el cáliz de Isquira y por interferir en el transporte de trigo
    de Alejandría a Constantinopla; fue depuesto por Constantino y
    desterrado a Tréveris (1ª deposición), a pesar de los ruegos de San
    Antonio, pueblo, clero y vírgenes de Alejandría; Arrio fue absuelto,
    durante el Concilio de Jerusalén (335) pero murió en Constantinopla al
    poco tiempo, la víspera del día que estaba previsto ser admitido a la
    comunión (336).

    • 337: Muerte de Constantino el 22 de mayo pocos días después de haber
    recibido el bautismo de Eusebio de Nicomedia; Atanasio vuelve a
    Alejandría el 23 de noviembre por orden de Constantino II (Bretaña,
    Galia, Hispania); Constancio se quedó con Asia Menor, Egipto y Siria, y
    Constante con Italia, Africa y el Iliricum.

    • 338: Los eusebianos apelaron al papa Julio (primer reconocimiento suyo
    al primado romano) contra Atanasio, pero los católicos se reunieron en
    un Concilio de Egipto apoyando a Atanasio, e informaron al papa y a los
    tres emperadores.

    • 339: Los eusebianos consagran ilegítimamente a Gregorio de Capadocio,
    en el Sínodo de Antioquía, para sustituir a Atanasio que, después de
    protestar contra la injusticia y exhortar a los fieles, se aleja de
    Alejandría "pro bono pacis" (2ª deposición); Atanasio se refugia en Roma
    invitado por el papa que intenta conciliar; los orientales amenazan
    romper la unión con el papa si este se declara a favor de Atanasio,

    • 340: Se reunen 50 obispos en el Sínodo romano; los padres, entre los
    cuales estaban Vicente y Vito, delegados del papa en Nicea, exhoneran a
    Marcelo de Ancira acusado de sabelianismo y le piden que suscriba una
    profesión de fe; los orientales se niegan a reintegrarlo en su diócesis;
    también el papa Julio exhonera a Atanasio después de un estudio
    cuidadoso de todo su caso; el papa escribe una maravillosa carta a los
    orientales para comunicar la decisión romana, haciendo valer la
    autoridad del primado: "¿ignoráis que es costumbre escribirnos primero a
    nos y así se hace justicia desde aquí?"; en ese año disputan
    Constantino II y Constante; muere el primero y queda como dueño de todo
    occidente el segundo,

    • 341: Un centenar de obispos asisten, con motivo de la dedicación de la
    "iglesia aurea" a un Sínodo en Antioquía (Sínodo de la "Dedicación");
    se redactan dos símbolos; el segundo afirma claramente la divinidad del
    Hijo, pero no menciona claramente su "consubstancialidad" con el Padre;
    se condena a Marcelo de Ancira (parecía negar la preexistencia eterna de
    Cristo), Sabelio y Pablo de Samosata (que negaba la eterna divinidad de
    Cristo).

    • 342: Varios obispos orientales (Mari de Calcedonia, Narciso de
    Neroniade, Teodoro de Heraclea...) visitan en Treveris a Constante,
    llevando un símbolo llamado la cuarta fórmula de Antioquía, pues el
    emperador quería conocer el estado de la iglesia oriental; el papa Julio
    pide a Constante que aproveche este acercamiento para convocar un
    concilio en el que se llegue a la paz religiosa; se decide tener el
    concilio en Sárdica, última ciudad tracia del imperio occidental,
    presididos por el viejo obispos español, Osio.

    • 343: Sínodo de Sárdica: en resúmen, se puede decir que fue un fracaso;
    los orientales (unos 80) rehusaron participar y lo abandonaron antes
    incluso de encontrarse con los occidentales (unos 90); hubo excomuniones
    lanzadas por una y otra parte; el proyecto de símbolo fue rechazado;
    los canones se revelaron inaplicables; se provocó el cisma que desde
    hacía algunos años latía entre las dos mitades del mundo cristiano.

    • 344: Constancio desata una persecución contra los obispos clérigos
    partidarios de los occidentales; dos obispos occidentales (de Capua y
    Colonia) lo visitan en Antioquía para pedir paz y que Atanasio pueda
    regresar a Alejandría; consiguen sólo lo primero; al llegar fueron
    maltratados por Esteban de Antioquía, pero este obispo es destituido y
    remplazado por Leoncio que era más conciliador. A su vez, cuatro obispos
    orientales van a ver a Constante en Milán; ahí, en un primer concilio,
    se condena a Fotino de Sirmio, discípulo de Marcelo de Ancira; a cambio
    se pidió a los cuatro obispos que firmaran una condena a Arrio; ellos se
    negaron y se fueron.

    • 345: Muere Gregorio de Capadocia en Alejandría.

    • 346: Atanasio vuelve a Alejandría a petición de Constancio, Constante y
    el papa Julio; la mayoría de los obispos orientales no lo reconocen,

    • 347: Se reúne un segundo concilio en Milán para condenar a Fotino de
    Sirmio; los obipos Valente y Ursacio (antes arrianos) se retractan de
    sus errores y el papa los restituye en sus obispados; se reunen los
    orientales en un Concilio en Sirmio para condenar a Fotino y advertir
    que sus doctrinas proceden de Marcelo de Ancira.

    • 350: Muere Constante a causa de una rebelión y queda el conde
    Magnencio como jefe de occidente durante tres años hasta que Constancio
    lo derrote en 353 y se restablezca la unidad del imperio.

    • 353: Se calumnia a Atanasio de haber excomulgado al emperador y
    Constancio, de acuerdo con el papa Liberio (352-60), convoca un Concilio
    en Arlés. Se corre la voz de que el papa Liberio se ha vuelto arriano
    bajo la presión de los agentes imperiales.

    • 355: Más tarde convoca otro Concilio en Milán; en ambos Concilios se
    obliga a los obispos a condenar a Atanasio o ir al destierro; sólo unos
    pocos se resisten.

    • 356: Mediante actos violentos el arriano Jorge usurpa la sede
    alejandrina; Atanasio se ve obligado a huir al desierto egipcio durante 6
    años (3ª deposición); ahí escribe: Apología a Constancio, Apología por
    su fuga, Carta a los monjes, Historia de los arrianos.

    • 361: Muerte de Constancio; es asesinado Jorge, el usurpador,

    • 362: Juliano el Apóstata (361-63) llama a los obispos exilados y hace
    volver a Atanasio a Alejandría; Sínodo en Alejandría convocado por
    Atanasio: como consecuencia es desterrado (4ª deposición) por Juliano.

    • 363: Muerte de Juliano; vuelve Atanasio a su sede episcopal.

    • 364: Valente (364-78) comienza a reinar en la parte oriental del
    Imperio. En la parte occidental se suceden Valentiniano I (364-75),
    Graciano (375-83) y Valentiniano II (383-92).

    • 365: Valente, furibundo perseguidor de católicos y semiarrianos,
    destierra a Atanasio (5ª deposición): vive durante cuatro meses en una
    casa de campo fuera de la ciudad. Algunos afirman que vive escondido en
    la tumba de su padre.

    • 366: Rehabilitado en su oficio por Valente. En Roma el papa es Dámaso (366-84).

    • 373: San Atanasio muere el 2 de mayo en Alejandría.



    —Escritos



    Escribe motivado por las circunstancias de su lucha contra los
    arrianos. Estilo libre, sencillo, un tanto prolijo y con repeticiones,
    pero serio y profundo, con argumentos eficaces.



    —Escritos apologéticos y dogmáticos:



    • Adversum gentes duo libri (probablemente escritos hacia 318)

    • Oratio contra gentes: contra las mitologías, la idolatría, el paganismo, el panteísmo filosófico (el culto a la naturaleza).

    • Oratio de incarnatione Verbi (318): expone la doctrina clásica de la
    Redención (réplica patristica del "Cur Deus homo?" de S. Anselmo).
    Manifiesta su profundo amor a Jesucristo: "¿Quieres comprender a Cristo?
    Haz pura tu alma e imita las virtudes de Cristo, porque sólo así puedes
    comprender algo del Verbo de Dios" (De incarnatione Verbi, 57).

    • Orationes contra arrianos (compuestos hacia el 358). Es la obra
    dogmática más importante. En la primera oratio: expone la doctrina de
    Arrio y de Nicea; en las otras dos expone los textos de la Sagrada
    Escritura que tratan de la generación del Hijo, relaciones del Hijo con
    el Padre y de la Encarnación.

    • De incarnatione et contra arrianos. Prueba la divinidad de Cristo y
    del Espíritu Santo con argumentos de la SE. Habla de tres "hypostasis"
    con el sentido de "personas" (ya lo había hecho en el Sínodo de
    Alejandría del 362), auque habitualmente dé a este término el sentido de
    "esencia".



    —Escritos dogmáticos espurios:



    • De incarnatione contra Apolinarem;

    • Sermo maior de fide;

    • Expositio fidei;

    • Interpretatio in symbolum;

    • Dialogi de sancta Trinitate quinque; Dialogi contra Macedonianos duo;

    • Symbolum Athanasianum;

    • Pseudo-Athanasii De Trinitate libri XII.



    —Escritos histórico-polémicos:



    • Apologia contra arrianos (357)

    • Apologia ad Constantium imperatorem (357)

    • Apologia pro fuga sua (357)

    • Historia arrianorum (358)



    —Escritos exegéticos:



    • Epistula ad Marcellinum de interpretatione Psalmorum

    • Expositiones Psalmorum



    —Escritos ascéticos:



    • Vita S. Antonii (escrita en 357, poco después de la muerte del santo, en 356). Tuvo gran influencia

    • De virginitate

    • Sermones



    —Cartas:



    • Cartas festales o pascuales (hay una con el elenco de libros canónicos),

    • Cartas sinodales,

    • Cartas encíclicas,

    • Cartas dogmático-polémicas (la cuarta a Serapión la escribió en 359-360 y trata sobre la divinidad del Espíritu Santo,

    • Cartas ascéticas

    • La Carta a Adelfio (370-71).



    —La teología de San Atanasio



    San Atanasio, discípulo de Orígenes, no es propiamente un teólogo
    especulativo o teorizante. Hombre de tradición, busca sus argumentos en
    las Sagradas Escrituras y en los Padres y, menos, en la filosofía. Sin
    embargo, su pensamiento influye decisivamente en la historia del dogma
    del siglo IV. Sólo pretende enseñar la doctrina ortodoxa que predicaron
    los Apóstoles y conservaron los Padres. Defiende la Tradición y previene
    contra el peligro del racionalismo helenizante. La defensa de la fe
    será su único objetivo.



    Su pensamiento es más preciso que extenso. Sabe separar la
    doctrina de la fe de las explicaciones de la filosofía. Pone las bases
    para la doctrina sobre la Trinidad y la Cristología posteriores. Explica
    mejor que ninguno de sus predecesores la naturaleza y origen del Logos.



    —Trinidad



    Defiende la unidad y la distinción de Personas en la Trinidad.
    Dios creo todo: El Padre crea por el Hijo en el Espíritu Santo.



    Contra los arrianos y Orígenes dice que el Padre engendra al Hijo
    en una misma naturaleza o esencia, no lo crea. No es indigno del Padre
    crear todas las cosas. No necesita de un intermediario. El Padre, que es
    Dios se ocupa hasta de los cabellos de nuestras cabezas, de los
    pajarillos y de las hierbas del campo.



    El Logos es Dios, no es creatura. El Logos es de la misma esencia
    que el Padre, consustancial (homoousios) al Padre, no sólo semejante
    (homoiousios) al Padre. No cabe el subordinacionismo del Logos.



    —Redención y Logos



    San Atanasio repite con frecuencia que Dios se hizo hombre para
    que el hombre se hiciese Dios. El Verbo se revistió de una naturaleza
    mortal para ofrecer una víctima por el pecado y salvarnos de la muerte.
    Además, se reviste de la incorrupción, por la resurrección, y nos
    comunica la incorrupción a todos. El hijo de Dios se encarna porque, al
    ser imagen del padre, puede restaurar la imagen de Dios en el hombre y,
    muriendo, comunicarles su inmortalidad e incorrupción.



    Para demostrar la divinidad del Hijo usa un triple principio:



    a) la Sagrada Escritura y la Tradición afirman que el Hijo
    procede del Padre por generación (no por voluntad sino por naturaleza),



    b) el Verbo no puede ser creado porque por Él han sido hechas todas las cosas,



    c) el Verbo es Dios pues, sólo así, puede hacernos partícipes de la naturaleza divina al redimirnos.



    —Cristología



    Siempre afirma claramente la separación de las dos naturalezas en
    Cristo: Cristo es perfecto Dios y perfecto hombre. Y también sostiene
    su unidad personal.



    Sin embargo, tiene de común con Arrio y Apolinar la adopción de
    la cristología del Logos-Sarx de los primitivos escritores cristianos.
    Es decir, la idea de que el Verbo está unido a la Carne sin alma humana.
    Hay que señalar que San Atanasio no menciona expresamente que Cristo no
    tenga alma. Simplemente se limita a admitir implícitamente esa teoría
    que los teólogos seguían en esa época (Orígenes, sin embargo, ya había
    admitido un alma humana en Cristo).



    —Espíritu Santo



    "Si Él diviniza, no cabe duda de que su naturaleza es divina",
    dice en sus cartas a Serapión. Por lo tanto no es criatura, sino Dios.



    Como es uno, es consustancial al Hijo igual que el Hijo lo es al Padre.

    El Espíritu Santo "procede del Padre porque brilla y es enviado y es dado por el Verbo, quien a su vez es del Padre".



    —Bautismo



    Considera inválido el bautismo conferido por los arrianos. La
    razón es por la fe defectuosa con que se confiere. Así también lo
    declaró el Concilio de Nicea.



    —Eucaristía



    Afirma expresamente la conversión del pan y del vino en el Cuerpo
    y la Sangre de Cristo por las invocaciones y oraciones sobre ellos.
    Refuta la falsa interpretación de los habitantes de Cafarnaúm que
    entendieron que recibirían el Cuerpo de Cristo en forma material. San
    Atanasio dice que se recibe en forma espiritual. Algunos, erróneamente,
    han querido utilizar esto para avalar la interpretación simbólica que
    hace Zwinglio.



    SAN HILARIO DE POITIERS



    —Vida



    "El Atanasio de Occidente" nace el año 315 en Poitiers, de
    familia pagana. Por el estudio de la filosofía y de la Sagrada Escritura
    se convierte. En 350 es designado obispo de Poitiers.



    Constancio convoca dos sínodos pro arrianos: Sínodo de Arles
    (353) y Sínodo de Milán (356) que determinan la deposición de Atanasio.



    Participó en el Sínodo de Beziers (356) defendiendo la fe nicena y
    fue desterrado a Frigia. Durante su exilio (356-359) estudia teología
    griega. En 360 vuelve a las Galias. Muere en 376.



    —Obras y pensamiento



    • Obras exegéticas: sigue a Orígenes; supo refrenar los excesos de
    alegorismo: Comentarios a San Mateo (356); Tratado sobre los misterios.

    • Obras dogmático polémicas: De Trinitate (en el exilio) en contra de los arrianos (exégesis y especulación); Sobre los sínodos.

    • Obras histórico polémicas: A Constancio Augusto (359); Contra Constancio Emperador; Contra los arrianos.
     











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    LA SEGUNDA FASE DE LA CRISIS ARRIANA (362-381)





    a) Entre el Sínodo de Alejandría (a. 362) y el Concilio de Constantinopla (a. 381)



    Después del Sínodo de Alejandría del año 262, no se celebraron
    más sínodos importantes en la evolución de la controversia arriana,
    porque el emperador Valente (364-368) siguió por completo la línea de la
    homoiana fórmula de unidad de Rímini y Seleucia, y trató de imponerla
    con medidas puramente políticas tanto contra los nicenos como contra los
    homoiusianos.



    El emperador Teodosio puso fin, a partir de 379, a la dimensión
    política de la controversia. Los anomeos o "neoarrianos", dirigidos por
    Eunomio de Cícico, jugaron un gran papel en la confrontación teológica
    con los nicenos, principalmente con Basilio el Grande y con Gregorio de
    Nisa, pero en el plano de la política eclesial no pasaron de ser una
    secta.



    b) La última fase del arrianismo y el problema pneumatológico



    Macedonio, en un principio de la facción arriana, fue consagrado
    obispo de Alejandría en 342, con el apoyo del emperador Constancio. En
    359 le retira su favor y lo depone. Macedonio se vuelve contra católicos
    y arrianos. Defiende el dogma de la divinidad de Cristo pero enseña que
    el Espíritu Santo no es una Persona divina. El Espíritu Santo de los
    macedonianos se confunde así con el Hijo de los arrianos.



    Su principal discípulo es Maratonio (maratonianos). Se
    extendieron por Tracia, Bitinia y el Helesponto. Vivían austeramente.
    Tuvieron influjo en los monasterios. Fueron perseguidos por Constancio,
    recuperaron la libertad bajo Juliano (361-63), perseguidos nuevamente
    por Joviano, Valente y Teodosio. Condenados los pneumatómacos (los que,
    en general, negaban la divinidad del Espíritu Santo) por el Concilio de
    Constantinopla en 381 (al que enviaron 36 obispos), desaparecieron al
    poco tiempo de la escena histórica.



    c) Apolinar, el apolinarismo y el comienzo de las cuestiones cristológicas



    Apolinar fue obispo de Laodicea y muy respetado por todos.
    Defendió la fe nicena y como reacción contra el arrianismo aseguró que
    Cristo es Dios pero no hombre perfecto porque tiene un cuerpo (soma)
    humano (algunos decían que este cuerpo no era humano, sino increado, al
    basarse en el texto "El primer hombre salido de la tierra es terreno; el
    Segundo hombre viene del cielo", de 1 Cor 15,147) y un alma sensible
    (psijé) —que había sufrido en la Pasión—, pero no un alma pensante
    (nous) humana —pues en Cristo no hay pecado y el pecado está en la
    voluntad libre—, pues esta es sustituida por el Verbo.



    Los apolinaristas también fueron llamados "diméritos" o "separadores".



    Fueron refutados por Atanasio, Teodoreto, Basilio, y denunciados
    por los Concilios de Alejandría (360), Antioquía (379), Constantinopla
    (381) y Roma (374).



    Apolinar muere en 382 y la secta desaparece en 430.



    d) La respuesta de los Padres



    En el Sínodo de Alejandría (362) Basilio el Grande y sus
    partidarios nicenos acentuaban la divinidad del Espíritu Santo y así se
    permitía por primera vez —junto con la aseveración de una hipóstasis en
    Dios— la formulación de tres hipóstasis. Con ello, se fundamentaba por
    primera vez una concepción diferenciada de esencia como persona, no
    exclusivamente como sustancia.



    e) Los Padres Capadocios: San Basilio de Cesarea, San Gregorio de Nacianzo y San Gregorio de Nisa



    SAN BASILIO DE CESAREA



    —Vida



    • 330: Nace en Cesarea de Capadocia de una familia rica y ya cristiana.
    Su padre, célebre retórico en Neocesarea, era hijo de Santa Macrina la
    Mayor. Su madre, Emelia, hija de mártir, tiene diez hijos, de los cuales
    cuatro se veneran como santos: tres obispos (Basilio, Pedro de Sebaste y
    Gregorio de Nisa) y Santa Macrina la Menor. Era delgado, tímido y de
    salud precaria, pero con una autoridad extraordinaria que se desprendía
    de toda su persona desde su juventud. Estudia en Constantinopla y Atenas
    (compañero de Gregorio Nacianceno), y ejerce la carrera retórica.

    • 355: Una crisis moral le decide a renunciar a la carrera de retórico
    (era profesor) y se resuelve a hacerse monje, siguiendo el ejemplo de su
    hermana.

    • 356: Después de realizar un viaje largo por Egipto, Palestina, Siria y
    Mesopotamia, para visitar a los ascetas de aquellos lugares, se
    bautiza, se retira al Ponto (propiedad familiar), junto al río Iris. Más
    adelante fundará una ciudad monástica (Basiliade), junto a Cesaréa, con
    orfanatorios, leprosarios, escuelas de artes y oficios, etc.: toda una
    gran obra social.

    • 358: Con Gregorio Nacianceno compone la Philocalia, antología de las obras de Orígenes, y dos Reglas monásticas.

    • 360: Funda un monasterio en Neocesarea del Ponto.

    • 364: Es ordenado presbítero, por Eusebio, en Cesarea. Trabaja junto a
    Eusebio, obispo de Cesarea, al que sucede en el año 370. Es además
    exarca de la diócesis civil del Ponto. Es sobre todo hombre de acción.

    • 367: Durante la carestía que devastó Capadocia, Basilio se encargó del
    abastecimiento, organizó la ayuda a los necesitados. Tenía una gran
    sensibilidad para solucionar las penas de los más pobres: fundó
    hospicios y leprosarios.

    • 370: Publica sus dos Reglas monásticas. La obediencia se convierte
    para los monjes en la virtud primordial, que aseguraba las otras. Junto
    con la pobreza y la castidad constituía las bases de la vida monástica.
    Junto con la plegaria, se prescribía también el trabajo como
    indispensable para el equilibrio moral.

    • 371: Al dividir Valente, en 371, la diócesis del Ponto, Basilio nombra
    varios obispos en la parte que le había quedado, entre ellos a los dos
    Gregorios.

    • 378: Muere Valente y le sucede Teodosio el Grande.

    • 379: Muere en 379 después de haber deseado ardientemente la unión de
    los arrianos. Es un hombre universal. Busca la unión de oriente y
    occidente. Escribe a San Dámaso, obispo de Roma, para pedirle que visite
    su diócesis.



    —Obras



    Es claro y ordenado al escribir.



    • Tratados:

    o Contra Eunomio (arriano): rebate su Apología (363-364);

    o Sobre el Espíritu Santo (Gloria al Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo);

    o Exhortación a los jóvenes: consejos prácticos a sus sobrinos sobre los clásicos paganos.

    • Escritos ascéticos (13):

    o Moralia (escritos en el Ponto);

    o Reglas detalladas y reglas breves: vida ascética en común y obras asistenciales.

    • Homilías y Discursos (homilías catequéticas del Nuevo Testamento):

    o 9 homilías sobre el Génesis (exégesis literal);

    • Cartas (más de 300): reflejan su carácter sensible y generoso.



    —Doctrina pneumatológica en el "De Spiritu Sancto"



    Basilio tiene dos tratados dogmáticos: "Contra Eunomio" y "De Spiritu Sancto".



    En su obra "Contra Eunomio" refuta la doctrina de este nuevo jefe
    arriano, que era el cabecilla de los anoetas. Defiende la
    consustancialidad del Hijo con el Padre y la divinidad del Espíritu
    Santo.



    En 375 escribe "De Spiritu Sancto", a propósito del modo de
    dirigirse en la oración a la Santísima Trinidad. Comienza a usar una
    manera nueva de expresar la doxología menor: Gloria al Padre, con el
    Hijo, junto con el Espíritu Santo (en lugar de la que se utilizaba más:
    Gloria al Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo).



    En esta obra resalta la divinidad del Espíritu Santo, sin afirmar
    expresamente su consustancialidad con el Padre. Su hermano Gregorio
    explica que, aunque creyera en ella, no escribió sobre ella porque antes
    había que insistir sobre la consustancialidad del Hijo con el Padre.



    Además, se expresa con prudencia (va paulatinamente afirmando la
    plena igualdad en dignidad del Espíritu Santo al Padre y al Hijo, como
    lo hará claramente Constantinopla en el 381) para ir convenciendo a los
    macedonianos por pasos.



    En su doctrina sobre el Espíritu Santo sigue a Atanasio y a
    Dídimo. Es especialmente influido por el contenido de una carta de
    Atanasio a Serapión. A su vez él influye en la obra del mismo nombre de
    San Ambrosio.



    Fija la terminología y los conceptos de "naturaleza" y "persona".
    Mientras que Atanasio sigue utilizando en 362 indistintamente los
    términos "ousia" e "hypostasis", Basilio utiliza "hypostasis" en su
    acepción jurídica occidental, distinta de "ousia", y habla de tres
    "hypostasis" y una "ousia", con ocasión del cisma meleciano de Egipto.



    Explica las "características personales": la paternidad, del
    Padre, la filiación del Hijo y la santificación del Espíritu Santo.
    Enseña, como Dídimo, que el Espíritu Santo procede del Padre por el
    Hijo.



    En teología, logra una síntesis entre la doctrina de Nicea (que
    era más pro egipcia y pro occidental porque subrayaba la unidad y por
    eso decían los orientales que tenía sabor sabeliano), y la doctrina de
    los orientales (Antioquía) que insistía en las tres hipóstasis. Los
    capadocios, exteriormente, insisten más en la distinción de personas que
    en la unidad de sustancia (por eso Harnak les llama, erróneamente,
    "neonicenos", por expresar la doctrina semiarriana en términos nicenos),
    pero, en el fondo, establecen la doctrina ortodoxa dando a cada término
    el sentido definitivo en teología.



    SAN GREGORIO NACIANCENO



    —Vida



    Nació en Arianzo, junto a Nacianzo, en el año 330, de madre
    cristiana fervorosa (Norma), que convirtió a su marido, que llegó a ser
    obispo de Nacianzo.



    Estudió en Cesarea de Capadocia. Viaja a Cesarea de Palestina, Alejandría y Atenas.



    En el año 357 se bautiza y decide llevar vida solitaria. Va al Ponto con San Basilio, junto al Iris.



    A instancias de su padre, que pide su colaboración, se ordena
    presbítero en Nacianzo el año de 362. Disgustado por la presión de su
    padre, regresa al Ponto pero, arrepentido, vuelve y escribe el
    "Apologeticus de fuga". Es buen colaborador en la diócesis.



    En 371 Basilio lo consagra obispo de una sede conflictiva:
    Sásima. No toma posesión. Va a Nacianzo y en 374, al morir su padre, es
    elegido obispo de esa diócesis. En 375 se retira, buscando nuevamente la
    soledad que tanto deseaba, en el monasterio de Santa Tecla, en
    Seleucia.



    Por su elocuencia, al morir Valente, en 378, es elegido obispo de
    Constantinopla, en donde pronuncia cinco famosos sermones sobre la
    Trinidad, en una iglesia improvisada que tituló la Anástasis
    (Resurrección). Preside en 380 el Concilio I de Constantinopla, pero, en
    pleno concilio, se dirige a Nacianzo para ejercer ahí el episcopado
    durante unos años, hasta que en 384 se retira a Arianzo para dedicarse a
    la literatura y a la ascesis hasta que muere en 390.



    —Obras



    Los temas son los asuntos cristianos tratados en forma clásica;
    insiste especialmente en la divinidad del Espíritu Santo, y en la
    excelencia de la virginidad.



    • Discuros: nos han llegado 45;

    • Poemas: se conservan 400 de tipo teológico e histórico; por ejemplo uno se titula "Sobre mi vida":

    • Cartas: se consevan 250; la Epístola 101 es contra el apolinarismo.



    SAN GREGORIO DE NISA



    —Vida



    Es el mejor teólogo del siglo IV. Se le considera fundador de la teología mística. Hermano menor de San Basilio.



    • 335: Nace en Cesarea de Capadocia. Es lector desde muy jóven. Estudia
    retórica. Se casó, de lo cual se arrepintió toda su vida. Habla como
    ningún otro de las excelencias de la virginidad.

    • 360: Se retira al monasterio fundado por Basilio en el Ponto.

    • 371: Basilio lo hace consagrar obispo de Nisa, un poco a la fuerza. No tenía cualidades para gobernar una diócesis

    • 376: Es depuesto por los arrianos en el Sínodo de Nisa.

    • 378: Al morir Valente, Teodosio lo hace restablecer en su sede de Nisa.

    • 379: Participa en el Sínodo de Antioquía con una brillante intervención.

    • 380: Es enviado a visitar la diócesis del Ponto y es elegido arzobispo
    de Sebaste, muy a su pesar, pues tenía vocación de contemplativo.

    • 381: Asiste al Concilio I de Constantinopla. Ahí fue llamado "columna
    de la ortodoxia". Luego recibe encargos oficiales de responsabilidad
    (por ejemplo, hacer cumplir los decretos del emperador en el Ponto,
    pronunciar los discursos fúnebres a la muerte de la esposa y la hija de
    Teodosio, etc.).

    • 394: Muere.



    —Obras



    Es un escritor especulativo, con gran rigor, maneja la retórica y trata temas clásicos.



    • Tratados dogmáticos:

    o Contra Eunomio, en donde rebate su segunda Apología;

    o Contra los apolinaristas;

    o Contra Apolinar;

    o Discurso sobre el Espíritu Santo;

    o Que no hay Tres dioses;

    o Diálogo sobre el alma y la resurrección;

    o Gran discurso catequético (385): es una obra
    sistemática (es la segunda escrita, pues la primera es el "de
    principiis" de Orígenes) según el Credo; utiliza la filosofía
    neoplatónica.

    • Tratados exegéticos (Utiliza el sentido alegórico espiritual y también el literal, como Basilio)

    o Sobre la formación del hombre;

    o Apología para Hexamerón;

    o Vida de Moisés;

    o 15 homilías sobre el Cantar de los Cantares;

    o Sobre el Padre Nuestro.

    • Obras ascéticas:

    o Sobre la virginidad;

    o Institución cristiana;

    o Vida de Macrina;

    o Sobre la perfección;

    o Sobre la profesión del cristiano.

    • Discursos y cartas:

    o En el nacimiento de Cristo;

    o Contra los que difieren el Bautismo;

    o Sobre los cuarenta mártires de Sebaste;

    o 24 cartas.



    DOCTRINA TEOLÓGICA DE LOS PADRES CAPADOCIOS



    Son continuadores de la obra de Atanasio en la controversia
    arriana; llevan a la cumbre la doctrina trinitaria; consiguen el triunfo
    de la ortodoxia (381); fomentan las relaciones entre el helenismo y el
    cristianismo; con su labor pastoral consiguen la paz entre los
    cristianos; difunden el monaquismo.



    • Basilio es hombre de acción y Pastor.

    • Gregorio Nacianceno, maestro de oratoria y poeta.

    • Gregorio de Nisa, pensador y místico.



    —Teología trinitaria



    Pertenecen a la Escuela de Alejandría en lo especulativo.

    La fórmula teológica fijada por Basilio es que en la Trinidad hay
    una ousia (esencia) y tres hipóstasis (Personas). Las tres hipóstasis
    son "homoousioi" (consustanciales).



    Determinaron las propiedades personales:



    • Del Padre: la paternidad, el ser ingénito;

    • Del Hijo: la filiación;

    • Del Espíritu Santo: el proceder sin generación (S. Gregorio Nacianceno).



    Nacianceno y Niseno formularon la doctrina sobre las relaciones de origen.



    El Niseno propuso la existencia de acciones ad extra y
    procesiones ad intra. También formulo la doctrina que afirma que las
    relaciones opuestas constituyen las Personas. El Niseno propuso la
    procesión "per Filium": el Espíritu Santo es Espíritu del Padre y
    Espíritu del Hijo. También afirmo que Dios es uno y singular.



    El Nacianceno defendió la divinidad del Espíritu Santo.



    —Cristología



    El Nacianceno afirmó que la humanidad de Cristo es completa, y
    estudió la unión entre las dos Naturalezas sin encontrar la fórmula para
    expresarla.



    El Niseno afirmó que la unión se hace en la única Persona y
    formuló la doctrina de la "communicatio idiomatum". Además habló de
    María Madre de Dios, de su virginidad en el parto y de los privilegios
    marianos.



    —Filosofía y Teología en el Niseno



    Utliza mucho la filosofía y consoloda el uso de la "ratio
    theologica". Usa el neoplatonismo de filiación plotiniana. También acude
    a Platón y a los estoicos.



    —Misticismo del Niseno



    Sigue la tradición de Orígenes:



    • el hombre es imagen de la divinidad;

    • es la práctica de la virtud lo que diviniza al hombre, en un proceso de divinización hasta la muerte.
     















  19. rosasylirios


    rosasylirios
    Nazareno del décimo sexto tramo


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    LA PRIMERA LITERATURA MONÁSTICA







    a) El comienzo del monaquismo



    La espiritualidad del monaquismo está basada en el contemptus
    saeculi. Las primeras noticias que tenemos de esta forma de vida nos las
    proporcionan San Atanasio y San Jerónimo en sus escritos sobre los
    monjes de los desiertos de Egipto. El monacato cristiano nació en la
    segunda mitad del siglo III en Egipto como anacoretismo. Llevadas por el
    deseo de observar de modo radical el evangelio, algunas personas se
    desprendían de todos sus bienes e incluso abandonaban la comunidad
    social a fin de vivir en adelante sólo para Cristo.



    En la primera mitad del siglo IV aparece San Antonio Abad
    (251-356), en los desiertos de Nitria y Scete (Bajo Egipto). Lleva una
    vida anacorética de soledad y silencio. En el Alto Egipto vivía San
    Pablo de Tebas por aquella misma época.



    Después de veinte años de soledad, San Antonio reúne a sus
    discípulos y se forma la primera comunidad de anacoretas sin regla. Así
    aparece la primera forma de vida común.



    En el Alto Egipto (Tebaida), San Pacomio (286-346) inaugura la
    vida cenobítica que es también una forma de vida común, pero con
    obediencia a un superior religioso mediante una "Regla". Los monjes
    viven en un claustro (casa con celdas para muchos monjes rodeada de un
    muro). Al frente del monasterio o cenobio está un abad. A la muerte de
    San Pacomio había ya nueve cenobios en la Tebaida con millares de
    monjes. Había también dos cenobios de mujeres. La abadesa era María, una
    hermana de San Pacomio.



    Además de este ejemplo de monacato femenino, tenemos en el siglo
    IV el suceso de las damas romanas que, dirigidas por San Jerónimo, se
    trasladaron a Belén y fundaron un cenobio para mujeres.



    Otras formas primitivas de monacato son las de:



    • San Sabás: vida anacorética y eremítica en los desiertos de
    Judea y Siria; aparecen las lauras en Jerusalén, que son una fusión de
    la vida eremítica y cenobítica;

    • San Efrén: en la segunda mitad del siglo IV, vida anacorética y
    eremítica en Edesa (Siria nororiental); ahí estuvieron San Juan
    Crisóstomo y San Jerónimo;

    • En Asia Menor, Eustacio, obispo de Sebaste (380) promueve la
    vida cenobítica. San Basilio fue discípulo suyo y propiamente se le
    considera el fundador del monaquismo en Oriente. En los monasterios
    fundados por él se vivía en común, se practicaba el amor al prójimo y se
    cultivaba una forma de cultura elevada. San Basilio escribió reglas
    monásticas.



    Más tarde aparecen otros tipos de vida monacal:



    • Los sarabaitas: vivían dos o tres en la misma celda;

    • Los giróvagos: iban vagando de una comunidad a otra;

    • Los reclusos: se hacían emparedar vivos en celdas muy estrechas, de por vida;

    • Los estilitas: como San Simón, que vivió treinta años, cerca de Antioquía, en una columna.



    Entre los siglo IV y VIII se desarrolla el monaquismo urbano. Por
    ejemplo, en Constantinopla había ochenta monasterios en tiempo de
    Justiniano (siglo VI) que escribió sobre los monjes y a quienes dedicó
    las "novelas" 5 y 139.



    Son dignos de mención, dentro del monacato urbano, los acemetas
    ("akoimetoi"): los insomnes. Su fundador fue San Alejandro. Se dedicaban
    a la "oración perpetua". El monasterio de Studion fue un monasterio de
    acemetas muy famoso en la antigüedad, fundado por el consul Studios. Los
    monjes "estuditas" fueron firmes defensores del Primado romano contra
    los monofisitas, en el

    siglo VI).



    Los monjes solían ser laicos (legos). Vestían hábito (túnica
    negra, cinturón de cuero, piel de cordero o cabra, capuchón), ejercían
    un trabajo manual y hacían oración. Había algunos pocos sacerdotes entre
    ellos.



    Entre los monjes orientales no parece haber habido dependencias con esenios, neoplatónicos, pitagóricos, budistas, etc.



    b) Importancia e influjo



    San Atanasio de Alejandría dio a conocer estas formas de vida en
    Treveris (Alemania), durante uno de sus exilios. Escribió una biografía
    sobre San Antonio.



    Los primeros monjes de Occidente aparecen bajo la forma de vida
    cenobítica en las islas del mediterráneo (la isla de Lerins, frente a
    Marsella). Practican el monaquismo San Ambrosio, San Agustín y San
    Paulino de Nola.



    El monacato se extendió por el África latina. San Agustín fundó
    un monasterio en su casa de Hipona. Se vivía "vida apostólica" que
    consistía en que el clero vivía en la casa del obispo. Es el antecedente
    de los "Canónigos regulares" de la Edad media. Escribió una regla para
    varones y mujeres. Durante la reconquista bizantina del África del Norte
    (siglo VI) seguían muchos monasterios organizados según esta regla de
    San Agustón.



    En el centro de las Galias también se extiende el monaquismo a
    través de San Martin de Tours que funda el monasterio de Ligugé
    (Poitiers) y el de Marmoutier (Tours, año 370).



    En el sureste de las Galias (Provenza) aparecen formas de vida
    monacal en Marsella y Lerins. Juan Casiano funda en Marsella la Abadía
    de San Víctor. Honorato funda en Lerins "lauras" como las de Palestina
    (vida cenobítica y eremítica combinadas). Otros promotores insignes del
    monaquismo occidental fueron Salviano de Marsella y San Vicente de
    Lerins. De esos monasterios salieron obispos famosos como Hilario y
    Cesareo de Arlés, Máximo y Fausto de Riez, y Euquerio de Lyon.



    Un siglo más tarde San Benito (480-547), patriarca del cenobismo
    occidental, propaga la vida monacal. San Benito nació en Nursia (Sabina
    del norte) y muere en Montecasino en plena guerra gótica. Estudia en
    Roma, va a Subiaco (Sublacum —"bajo el lago"—, en los montes sabinos:
    lago artificial construido por el emperador Claudio junto a las ruinas
    de un palacio campestre de Nerón). Ahí funda una comunidad según el
    modelo de los monasterios de San Pacomino.



    La segunda fundación es Montecasino (529), en Campania, entre
    Roma y Nápoles. Ahí se instaura la vida cenobítica completa con el "ora
    et labora" (oración litúrgica, lectio divina y trabajo).



    San Benito escribe su "regla" el año 540. San Gregorio Magno, que
    fue monje benedictino, dice que se trata de un "código notable por su
    discreción y claro en su lenguaje". Está inspirada en la "Regula
    Magistri" del siglo VI también.



    La Orden benedictina fue la única que, hasta el siglo XII, rigió
    el monaquismo occidental. Uno de los benedictinos ilustres fue
    Casiodoro, hombre público que bajo el dominio de los ostrogodos (540)
    funda "Vivarium" un monasterio en Calabria, donde se copiaban
    manuscritos antiguos. Este saber pasaría a los anglosajones y luego los
    monjes ingleses lo llevarían a toda Europa.



    La hermana de San Benito, Santa Escolástica (+547) funda un monasterio para mujeres.



    c) Breves noticias sobre los primeros representantes de la literatura monástica



    La literatura hagiográfica que nace en el siglo IV está
    estrechamente relacionada con el monaquismo. Hasta entonces en la
    Iglesia se había venerado sólo como santos a los mártires, y se habían
    transmitido sus testimonios en panegíricos, vidas y actas de mártires.
    Con los monjes apareció en escena un segundo grupo de cristianos
    ejemplares a los que se peregrinaba como a "santos vivientes", al tiempo
    que se acudía también a los santos lugares de la vida de Cristo en
    Palestina y a las tumbas de los santos (principalmente de los apóstoles y
    mártires en Roma). Y se escribían y divulgaban sus vidas.



    Entre la literatura monástica están las siguientes obras:



    • la Regla de San Pacomio, que fue escrita ya en vida de él (*9
    de mayo de 347). Se ha conservado íntegra sólo en la traducción latina
    de San Jerónimo. Se divide en cuatro partes con un total de 193
    instrucciones breves. El original fue escrito en copto. La base
    espiritual de la regla de San Pacomio y la medida para todo es la
    Sagrada Escritura. Sus dos características supremas son la funcionalidad
    de todas sus instrucciones para promover la vida cenobítica y la
    moderación que ella mantiene en todo. La virtud fundamental es la
    obediencia como función creadora y conservadora de la comunidad.

    • las Reglas de San Basilio el Grande. San Basilio conoció los
    centros monásticos de Siria, Mesopotamia, Palestina y Egipto. Para sus
    reglas también se inspira en la Regla de San Pacomio, pero sus reglas
    son totalmente nuevas, de acuerdo con el tiempo que se vivía. San
    Basilio moderó el afán de ascetismo que había en su época en su Corpus
    asceticum. Las Reglas de San Basilio representan una colección de normas
    concretas nacidas de la experiencia y que obedecen a unos principios
    básicos comunes. El primer principio es el de San Pacomio: la Sagrada
    Escritura. El segundo es el integrar el monacato en la Iglesia total.
    Basilio fundamenta sus Reglas en el mandamiento del amor recíproco.

    • los escritos monásticos de San Agustín: tiene reglas masculinas y femeninas, y su De opere monachorum,.

    • el Opus de Evagrio Póntico (nacido en 345 en Ibora, en el
    Ponto) consta fundamentalmente de dos géneros: comentarios bíblicos
    (según el método exegético alegórico origenista) y escritos ascéticos y
    monásticos (que se cimientan en la mística origenista pero sin limitarse
    a repetirla).

    • los escritos de Simeón de Mesopotamia (Macario), de la misma
    época de Evagrio. Se atribuyeron a San Macario, uno de los padres del
    monacato egipcio. Fue un griego culto que vivió con su comunidad
    monástica en la parte superior del Éufrates. Escribió cartas, homilías y
    logia (dichos).

    • los escritos de Juan Casiano, que es el tercer gran escritor
    del siglo IV. Nació hacia el año 360 y murió después del 432.. Entre
    otros escritos suyos están las Institutiones y las Collationes.

    • las vidas e historias de santos: Vita Antonii de Atanasio, Vita
    Macrinae y la Vita Gregorii Thaumaturgi de Gregorio de Nisa, la Vita
    Ambrosii de Paulino de Nola y la Via Augustinii de Posidio.

    • los itinerarios, como el Itinerarium Egeriae.
     











  20. rosasylirios


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    ESCRITORES ORIENTALES (SIGLO IV Y COMIENZOS DEL V)







    a) Los escritores de procedencia palestina: Eusebio de Cesarea y
    el comienzo de la historiografía cristiana; San Cirilo de Jerusalén; San
    Epifanio de Salamina




    EUSEBIO DE CESAREA



    —Vida y obras



    • 265: Nace en Cesarea de Palestina. Es discípulo de Pánfilo (origenista).

    • 303: Escribe la "Crónica" que consiste en una historia de algunos pueblos (caldeos, asirios...) y unas tablas cronológicas.

    • 310: Durante la persecución de Diocleciano huye; sin embargo, es
    encarcelado y confiesa la fe. Es elegido obispo de Cesarea. En las
    cuestiones arrianas tiene una postura intermedia: afirma la divinidad
    del Hijo pero rechaza la fórmula "homoousios" diciendo que era
    sabeliana.

    • Influye en Constantino, por ejemplo aconsejándole el destierro de San Atanasio.

    • 324: Termina de escribir la Historia eclesiástica (que va desde el año
    cero al 324) en diez libros. Es una colección muy rica de hechos. Otras
    de sus obras son: Los mártires de Palestina; La vida de Constantino;
    Alabanza de Constantino.

    • 337: Pronuncia la oración fúnebre y los discursos en el 2º y 3º aniversarios de la muerte de Constantino.



    SAN CIRILO DE JERUSALEN



    —Vida



    • 315: Nace en Jerusalén o en Cesarea entre el 313 y el 315. Durante su
    juventud es atraído por la vida eremítica que practica como monje y
    asceta.

    • 335: Es ordenado diácono por Macario de Jerusalén.

    • 343: Es ordenado presbítero entre el 343 y el 345 por Máximo de Jerusalén (+349)

    • 348: Es elegido obispo de Jerusalén. Acacio de Cesarea era el metropolitano, y era arriano.

    • 357: San Basilio Magno visita una próspera Iglesia de Jerusalén.

    • 358: Es depuesto por Acacio. Huye a Antioquía y a Tarso.

    • 359: Participa en el Sínodo de Seleucia y se integra en el partido
    homeusiano, muy próximo a la fe nicena (afirmaban la "semejanza de
    naturaleza" entre el Padre y el Hijo: "homoiousios") y representado por
    Basilio de Ancira, Jorge de Laodicea y Eustacio de Sebaste.

    • 360: Aunque había sido rehabilitado, no pudo regresar a Jerusalén
    porque Acacio lo depone de nuevo en el Sínodo de Constantinopla.

    • 362: A la muerte de Constancio (337-361), siendo emperador Juliano (361-363), vuelve a Jerusalén.

    • 367: Es expulsado por tercera vez de Jerusalén, bajo el emperador Valente.

    • 379: Vuelve a Jerusalén.

    • 381: Participa en el Concilio de Constantinopla.

    • 387: Muere. Le sucede como obispo de Jerusalén Juan II (387-417) a quien algunos atribuyen las Cinco Catequesis mistagógicas.



    —Obras



    • Las Catequesis (todas predicadas al principio de su ministerio pastoral, hacia el año 348):

    • Procatequesis: predicada en el "Martyrium" (Gólgota) para los catecúmenos;

    • 18 Catequesis ad illuminandos: también predicada en el "Martyrium" para los catecúmenos;

    • 5 Catequesis mistagógicas: pronunciadas en la Anastasis (Santo Sepulcro) para los neófitos.

    • Homilía sobre la curación del paralítico (hacia el 345);

    • Carta al Emperador Constancio (hacia el 351) en la que se menciona el hallazgo de la Cruz de Cristo.



    —Doctrina



    • Espíritu práctico, prescinde tecnicismos filosóficos y teológicos.

    • Insiste sobre la divinidad del Espíritu Santo.

    • Hace una exposición completa e interesante de los sacramentos. Afirma
    la presencia real de la Eucaristía y su carácter sacrificial.



    b) Escritores antioquenos: San Juan Crisóstomo



    —Vida



    • 348: Nace en Antioquía. Su padre, oficial estatal, muere en la
    juventud de Juan. Aprende filosofía y retórica con el pagano Libanio (o
    Liborio).

    • 365: Se rebela contra los profesores paganos y se enamora de la
    doctrina sagrada que estudia con el obispo Melecio y Diodoro de Tarso.

    • 368: Fue bautizado y admitido en el ministerio de "lector".

    • 375: Se retira al desierto: 4 años haciendo vida en común con los monjes y dos años como solitario en una cueva.

    • 381: Vuelve a Antioquía, a causa de una parálisis en las
    piernas, que le lleva a convencerse que es mejor ser menos virtuoso pero
    convertir a los demás. Melecio le ordena de diácono.

    • 386: Flaviano lo ordena sacerdote. Comienza a predicar en la principal iglesia de Antioquía. Es la época más feliz de su vida.

    • 397: Al morir Nectario es elegido como obispo de
    Conastantinopla, por sugerencia de Eutropio, y llevado a la fuerza por
    orden de Arcadio.

    • 398: Teófilo de Alejandría lo consagra obispo. De grandes
    cualidades oratorias (boca de oro), enérgico, de gustos sencillos y
    austeros; su afán era el de conseguir la santidad del pueblo; con gran
    celo pastoral es una gran director de almas; carácter sincero y lineal,
    opuesto a las intrigas cortesanas.

    • 401: En un sínodo en Éfeso manda deponer a seis obispos
    simoniacos. Eliminó el lujo en el clero y algunos privilegios abusivos;
    introduce rigor en los monasterios y se preocupa de la cristianización
    del campo; funda hospitales. Todo esto le va creando enemistades.

    • 402: Suceso de los cuatro hermanos origenistas y los monjes de
    Nitria. Intervenciones de Eudoxia. Al caer Eutropio (favorito imperial
    que lo había apoyado) Juan queda sólo. Teófilo llega a Constantinopla
    para responder a unos cargos hechos por los monjes de Nitria. Aprovecha
    la confusión e intriga contra Juan.

    • 403: En agosto es depuesto por el sínodo "de la Encina"
    (suburbio de Calcedonia), convocado por Teófilo de Alejandría. Arcadio
    le destierra a Bitinia. Vuelve al día siguiente a causa de la rebelión
    popular a su favor y de la actitud supersticiosa de Eudoxia.

    • 404: En la Pascua, a petición de Eudoxia —resentida porque el
    Crisóstomo había hablado en contra de la vanidad que suponía hacerse
    estatuas tan ricas—, Arcadio vuelve a desterrarlo, el 9 de junio, esta
    vez a Cúcuso, en Armenia, en la extremidad del Mar Negro. Crisóstomo
    había apelado al papa Inocencio I que rompe relaciones con
    Constantinopla mientras no se volviera a poner el nombre de San Juan en
    los dípticos, lo que sucedió varios años más tarde, bajo el obispo
    Atico.

    • 407: Muere el 14 de septiembre cuando sus guardianes pretendían
    llevarlo a un lugar más apartado, cerca de Comana. Viajando a pie, cayó
    muerto a los cinco kilómetros, sin llegar a su destino, a causa de su
    salud quebrantada.

    • 438: El 27 de enero Teodosio II (hijo de Eudoxia) lleva
    solemnemente sus restos a Constantinopla que son enterrados en la
    Iglesia de los Apóstoles.

    • 451: Es proclamado Doctor de la Iglesia en el Concilio de Calcedonia.



    —Obras y doctrina



    Su obra se ha conservado íntegramente por el valor de su contenido.



    • Tratados (Son anteriores a su ordenación sacerdotal):

    o Sobre el sacerdocio (373): es la obra más leída y traducida (es una obra práctica).

    o Exhortación a Teodoro lapso;

    o Contra los enemigos de la vida monástica;

    o Sobre la virginidad;

    o Sobre la compunción;

    o Sobre la vanagloria y la educación de los hijos.

    • Homilías (Es considerado el mejor orador cristiano. Duraban un
    par de horas. La gente tomaba nota de ellas; él las preparaba mucho;
    había muchos aplausos...):

    o Homilías exegéticas (exégesis literal de carácter moral; son varios centenares)

     Antiguo Testamento: dos serie sobre el Génesis (son 9 y 67); 60 sobre los Salmos;

     Nuevo Testamento: 90 sobre San Mateo; 88
    sobre San Juan (390-91); sobre los Hechos; 250 sobre las Epístolas de
    San Pablo.

    o Homilías dogmáticas

     12 contra Eunomio sobre la naturaleza incomprensible de Dios;

    o Homilías bautismales.

    o Homilías morales

     contra los juegos circenses;

     sobre la limosna.

    o Homilías de circunstancias

     a propósito de las fiestas;

     21 homilías por las estatuas, motivadas
    por un motín del pueblo de Antioquía contra el Emperador.

    • Cartas: Escribió 236 cartas con celo apostólico, en las que se
    reflejan su gran humanidad y santidad de vida, entereza y ánimo frente a
    lo adverso. Dos de esas cartas están dirigidas al Papa Inocencio y son
    una buena fuente para defender el Primado romano.



    —Doctrina sobre la dignidad del sacerdocio



    Escribió seis libros sobre el sacerdocio. Este tratado "sobre el
    sacerdocio" siempre se ha considerado como un clásico del sacerdocio y
    uno de los mejores tesoros de la literatura patrística.



    Parece ser que lo compuso cuando era aún diácono, entre el 381 y
    el 386, desde luego antes del 392 en que lo lee San Jerónimo.



    La gran obra puede dividirse en dos partes: la primera se ocupa
    de la dignidad sacerdotal y la segunda del ministerio sacerdotal. San
    Gregorio Nacianceno escribe su Oratio, que influye decisivamente en el
    escrito del Crisóstomo.



    La dignidad del sacerdote se mide por el amor hacia Cristo, del
    cual es signo, por las dificultades del ministerio sacerdotal, por el
    deber confiado al sacerdote de ofrecer el sacrificio eucarístico, de
    perdonar los pecados, de regenerar las almas en Cristo.



    El sacerdocio requiere muchas virtudes: la sabiduría, la ejemplaridad de vida, la prudencia.



    • Libro primero: Es un diálogo entre Crisóstomo y su amigo
    Basilio. En el año 373 los presbíteros de Antioquía habían decidido que
    ambos amigos recibiesen la dignidad episcopal. Crisóstomo renunció a
    ella sin comunicarlo a su amigo, que sí la aceptó.

    • Libro segundo: En el diálogo entre los dos compañeros,
    Crisóstomo se justifica de su forma de proceder haciéndole ver a su
    amigo la gran dignidad del sacerdocio y su falta de preparación para
    asumir esa responsabilidad, ya que estaba profundamente convencido de su
    fragilidad.

    • Libro tercero: en este libro Crisóstomo refuta a quienes le
    acusan de haber actuado por vanidad, y exalta la pureza del sacerdocio:
    "el sacerdocio pertenece al orden de las instituciones celestes (...),
    el sacerdote ha de ser tan puro como si se hallara en los cielos (...).
    Los sacerdotes debieran merecernos más reverencia que los magistrados y
    reyes (...). Lo que los sacerdotes hacen aquí abajo, Dios lo ratifica
    allá arriba".

    • Libro cuarto: trata de la suerte terrible que espera a quienes
    entran en el estado clerical conscientes de su indignidad. Toca el tema
    de la predicación del sacerdote.

    • Libro quinto: es una especie de "manual de predicadores", en el que el Crisóstomo resalta especialmente la necesidad de la humildad.

    • Libro sexto: contrapone la vida activa a la contemplativa,
    exaltando la vida de los monjes en el desierto, y afirmando que la
    santidad del sacerdote ha de ser mayor aún que la de los mismos monjes.



    El tratado termina con dos grandes alegorías: la de la esposa
    mística y la del rapazuelo conductor de un gran ejército, con las que
    muestra la dignidad y responsabilidad del sacerdote.



    c) Breves noticias sobre otros autores griegos de esta época, y sobre las escuelas y literatura siríacas de este período



    DIODORO DE TARSO



    —Vida



    • 320: Nace en Antioquía de ilustre familia cristiana. En Atenas hace estudios clásicos.

    • 345: Se incorpora a la escuela antioquena; tuvo como condiscípulos a Teodoro de Mopsuestia y a San Juan Crisósotomo.

    • 361: Se opone a Juliano el apóstata defendiendo la fe nicena.

    • 363: Es desterrado por Valente.

    • 378: El elegido obispo de Tarso de Cilicia.

    • 381: Participa en el Concilio de Constantinopla y es calificado de "columna de la ortodoxia".

    • 394: Muere.



    —Doctrina



    Luchó contra el arrianismo y el apolinarismo.



    Algunas de sus expresiones, un siglo más tarde, se entendieron en
    sentido nestoriano; llama a Cristo, por ejemplo, Hijo de Dios e Hijo de
    David.



    Su doctrina cristológica contiene errores. Hay que tener en
    cuenta que fe no estaba todavía definida. A fines del siglo V es
    condenado.



    De sus 60 o 70 tratados sólo quedan fragmentos. Fue un verdadero naufragio de su producción literaria.



    TEODORO DE MOPSUESTIA



    —Vida



    • 350: Nace en Antioquía de buena familia. Ingresa en un monasterio que
    poco después abandona para casarse. Unas cartas de San Juan Crisóstomo
    le hacen rectificar. Se dedicó al estudio de la Sagrada Escritura.

    • 383: Es ordenado presbítero. Refuta las herejías

    • 392: Es elegido obispo de Mopsuestia. Se dedicó a convertir paganos y a
    escribir obras exegéticas. Defendió a San Juan Crisóstomo.

    • 428: Muere.

    • 553: Es condenado por el II Concilio de Constantinopla.



    —Obras y doctrina



    Muchas de sus obras se perdieron. Conservamos actualmente algunos
    fragmentos y un escrito completo (una homilía catequética).



    En sus obras exegéticas utiliza el sentido literal, acude a la
    crítica literaria (modos de decir, matices de estilo, etc.). Hizo un
    "Comentario a los Salmos" y un "Comentario a los profetas menores".



    Es sus "Homilías catequéticas" comenta el Credo y el Pater Noster.



    Es especialmente profundo y con doctrina ortodoxa al tratar de la
    Eucaristía. Es citado por Pablo VI en la "Mysterium fidei".



    ESCUELAS Y LITERATURA SIRIACAS



    El primero de los Padres de la Iglesia siriaca es Afrates, de
    sobrenombre "el Sabio persa". Vivió en el siglo IV y formaba parte de
    una asociación de ascetas "los hijos del pacto", que vivían el celibato,
    pero permanecían en el mundo. Entre sus escritos se conservan 23
    homilías o Demostraciones, compuestas entre 337 y 345. El autor se
    profesa discípulo únicamente de la Sagrada Escritura. Se nota una
    actitud de antijudaísmo. Ignora las categorías fundamentales de la
    cristología nicena. Su teología es de tipo narrativo más que
    especulativo. Su ética es muy exigente.



    El segundo de los Padres de la escuela siriaca es San Efrén. Nace
    en Nísibe de Mesopotamia hacia el año 306. Su madre era cristiana y el
    padre un sacerdote pagano que expulsó a su hijo cuando este se hizo
    cristiano. Recibió educación e instrucción bajo el obispo de Nísibe,
    Jacobo. La mayor parte de su vida la pasó en Nísibe donde ejerció el
    ministerio de diácono. Al parecer, estuvo con su obispo presente en el
    Concilio de Nicea. En 363, cuando Nísibe cae bajo el dominio persa, se
    traslada a vivir a Edesa donde dirige la escuela catequética y sigue un
    estilo de vida monástico. Sus principales obras son Comentarios
    escriturísticos (en prosa); en poesía: Carmina nisibena, Hymni contra
    Iulianum, Hymni contra haereses, Hymni de Nativitate, De Cruxifixione,
    De Resurrectione, De Paradiso, De Nativitate, De Ecclesia. Efrén es el
    máximo poeta de la era patrística y el más importante de los Padres
    siriacos. Sin embargo es un pensador aislado, ajeno a las grandes
    controversias cristológicas de su época. Es exponente de un cristianismo
    que resulta notablemente arcaico en comparación con las otras áreas del
    Oriente cristiano. En mariología San Efrén es un decidido defensor de
    la virginidad de María.
     



















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