jueves, 1 de junio de 2017

Catholic.net -

Catholic.net -





























Los Católicos de Tradición Hebrea
La
profecía de San Pablo se ha cumplido en un pequeño grupo de bautizados
que dan testimonio de Cristo Jesús en la Iglesia Católica, sin abandonar
su identidad y su cultura judía



Por: Elsa Janeth Chala, Jefe de Prensa de la B’nei Tzion | Fuente: Catholic.net



Hasta hace unas décadas y gracias a la unificación del la Ciudad Santa
de Jerusalén en 1967 por parte de Tzáhal (Fuerzas de Defensa de Israel),
se dio en el entorno cristiano protestante un movimiento filosemita (de
amor por el Pueblo Judío y el Estado de Israel) llamado Judaísmo
Mesiánico. Si bien sus inicios datan de finales del siglo XIX con la
aparición de la Alianza Hebreo-Cristiana en Inglaterra, la configuración
actual de los llamados “judíos mesiánicos” es netamente
neo-pentecostal, pues fue en los Estados Unidos donde surgió, gracias a
movimientos como Jews for Jesus (fundada en los años sesenta por Moses
Rosen en San Francisco, CA), JAMI en América Latina y la Alianza
Mesiánica Israelita fundada en Puerto Rico por el pastor Daniel
Hernández, quien luego se hizo llamar Dan Ben Avraham.



Fue el pastor Hernández quien gestó la proliferación de un centenar de
congregaciones cristianas neo-pentecostales a lo largo y ancho de
América Latina, cuyos feligreses ya no se llamaban “cristianos” sino
“judíos mesiánicos” (cabe resaltar que el 98% de quienes integran las
congregaciones mesiánicas no tienen vinculación alguna con la Comunidad
Judía, es decir, no son realmente judíos), y sus pastores se
autoproclamaban “rabinos mesiánicos” sin tener la más mínima formación
teológica universitaria, propia de cualquier rabino respetable.



En este contexto apareció en el año 2000 un movimiento católico de
tradición hebrea, que, queriendo tomar el nombre de “judíos mesiánicos
católicos”, se había propuesto rescatar las almas de muchos católicos
que ahora se encontraban en dichas sectas. Pero darse a conocer de esa
manera motivó las más feroces persecusiones de los mesiánicos
protestantes, y las más fuertes críticas por parte de la ortodoxia
judía, del cristianismo protestante y de la misma Iglesia Católica. Hoy
en día estos católicos de tradición hebrea se encuentran en un lugar
respetable y reciben todo el respaldo de los Obispos diocesanos y el
buen concepto de algunas autoridades judías tradicionales en el mundo.
Cómo lo lograron?



¿QUÉ SON LOS CATÓLICOS DE TRADICIÓN HEBREA?



Son católicos bautizados que conservan raíces hebreas; no han
abandonado en ningún momento el Judaísmo, sino que ven en Jesús (en
hebreo Yeshúa) la perfección de la ley y la cumbre de la historia del
pueblo de Israel. Conservando su identidad y tradiciones judías, a
ejemplo de las Iglesias Católicas Orientales (también llamadas
“uniatas”) ven en la Iglesia Católica el complemento de su camino
espiritual.



Los católicos de tradición hebrea no conciben el Judaísmo como religión
sino como la cultura del Pueblo Judío, del que ellos nunca se han
desvinculado. Se sienten parte de una nación concreta: Israel, y viven
en el seno de la Iglesia Católica toda su identidad y costumbres, y leen
esas tradiciones a la luz del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia.



Sus orígenes nos llevan al año de 1824, cuando el rabino francés Paul
Drach reconoce a Jesús como Mesías y se bautiza en la Iglesia Católica, y
empieza a realizar apostolados para que sus hermanos judíos reconozcan
al Divino Maestro; del apostolado del Rabí Drach, la Iglesia exalta la
memoria de importantes personalidades católicas de tradición hebrea,
tales como el Venerable Yaakov Libermann (el renovador de los Padres del
Espíritu Santo), los hermanos Teodoro y Alfonso Ratisbona (fundadores
de las Religiosas de Nuestra Señora de Sión), los hermanos Yaakov y
Agustín Lemann (que con la bendición del Papa Pío IX y el respaldo de
150 obispos del Concilio Vaticano I, adelantaron en Europa la Invitación
a los Niños de Israel para Entrar a la Iglesia), y el carmelita
descalzo Hermann Cohen, un incansable apóstol de la oración por la
conversión del Pueblo Judío a Cristo.



En 1946 el Gran Rabino de Italia Israel Zolli también se bautizó, y se
desempeñó como asesor bíblico en la Congregación para la Doctrina de la
Fe, mientras que junto con su familia trabajó anunciando a Cristo a sus
hermanos judíos en Italia. Es importante resaltar que el Rabí Zolli fue
pieza clave en la reforma del Misal Romano que fue aprobado en el
Concilio Vaticano II; la Oración por los Judíos que se reza en la
Oración Universal del Viernes Santo, que antiguamente decía “por los
pérfidos judíos”, fue cambiada por “por el Pueblo Judío, a quien Di-s
habló primero”... fue compuesta por el Rabí Zolli.



En el Estado de Israel se fundó en 1957 el “Proyecto Santiago”, que
vendría a ser la primera comunidad de católicos de tradición hebrea. El
Papa Juan XXIII concedió el permiso para que la Santa Misa pudiese ser
celebrada en idioma hebreo, agregando algunas plegarias propias de la
tradición sinagogal judía. En la actualidad una comisión israelí trabaja
en la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos, para concluir la elaboración de los misales y otros
bendicionales que vendrían a configurar el rito hebreo, que en últimas
viene a ser el rito más antiguo de la Iglesia, puesto que los fundadores
de la Iglesia eran judíos y toda la Iglesia Madre de Jerusalén del
siglo I estaba compuesta casi en su totalidad por judíos.



Hoy en día la Obra de Santiago la pastorea directamente Su Beatitud el
Patriarca Latino de Jerusalén y está conformada por algo menos de 400
familias. Su parroquia central es la Parroquia de San Simeón y Santa Ana
(en hebreo "Beth Sh’meón v’Janah") en Jerusalén, Israel.



En 1979, en Sudáfrica, el padre Elías Friedman, un carmelita judío,
proclamó al mundo que el católico de origen judío no tiene por qué
permitir ser asimilado (la asimilación es el proceso en el cual el judío
va perdiendo su identidad y costumbres a medida que se desenvuelve en
una cultura ajena o en la Iglesia), y que por el contrario, debe
conservar sus raíces y tradiciones dentro de la Iglesia. Fray Elías fue
el fundador de la Asociación Internacional de Hebreos Católicos, que
cuenta actualmente con cobertura en más de 11 países. La AHC está
especializada en atender a católicos de origen judío ashkenazi (judíos
de Europa Oriental).



En el año jubilar 2000 Richard Gamboa Ben-Eleazar, quien venía de la
ortodoxia judia y luego de haber vivido en carne propia el fenómeno de
los judíos mesiánicos, fundó en Bogotá la B’NEI TZION. Actualmente la
B’nei Tzion cuenta con presencia en 5 naciones de América Latina, España
y Alemania, y está especialzada en atender a católicos de origen judío
sefardí (de España) y a los descendientes de los B’nei Anusím, es decir,
los descedientes de quienes fueron presionados o forzados a convertirse
al catolicismo durante la Inquisición.



TRABAJANDO CON AMOR EN LA IGLESIA, SIN DEJAR DE SER JUDÍOS



Los católicos de tradición hebrea se caracterizan por la preservación
de su identidad y costumbres judías iluminadas a la luz del Evangelio y
del Magisterio de la Iglesia. Trabajan incansablemente contra la
asimilación, y procuran que los católicos de origen o descendencia judía
conserven y guarden fielmente las pautas de su milenaria tradición, a
la luz del Evangelio.



Su actividad principal es la oración, siguen las pautas ancestrales de
plegarias y festividades revisadas a la luz del Evangelio. Tienen en sus
comunidades momentos de una profunda y exigente catequesis, lo que
implica el esfuerzo de repensar la fe y presentarla, adaptándola al
lenguaje y mentalidad judías.



Contrario a los judíos mesiánicos, que llaman a sus congregaciones
“sinagogas mesiánicas”, los católicos de tradición hebrea no se reúnen
en sinagoga alguna. Cada quien está incardinado en la parroquia del
barrio donde residan y allí colaboran en la catequesis, en los
ministerios litúrgicos propios del laicado, en los diversos grupos
apostólicos parroquiales, en la integración con la comunidad parroquial,
la evangelización, la animación vocacional, la pastoral ecuménica y
juvenil. A muchos les llama la atención verles usando sus kipót o
solideos y sus talít o mantos de oración en la Celebración Eucarística, o
balanceándose mientras oran con sus sidurím o libros de oraciones
delante del Santísimo. Aunque son muy aferrados a su tradición y su
identidad, se integran con facilidad en sus comunidades parroquiales y
esto permite, en cierta manera, mostrar la cara amable y alegre del
Pueblo Judío.



LOS CATÓLICOS DE TRADICIÓN HEBREA ANTE EL JUDAÍSMO TRADICIONAL



Una frase muy común en el entorno judío afirma que el único lugar en
donde un judío puede desenvolverse libremente como judío es el Estado de
Israel. Pero el católico de tradición hebrea lleva todas las de perder
en ese punto, ya que no siquiera en el mismo Estado de Israel se le
permite expresar su judaísmo y su fe en Cristo con libertad.



En Israel y en las comunidades judías tradicionales hay temor por la
difusión de las sectas religiosas y, con frecuencia, la sociedad y los
medios de comunicación no hacen distinción entre las grandes Iglesias
tradicionales y las nuevas sectas. Esto ha llevado a que los católicos
de tradición hebrea sean confundidos con judíos mesiánicos y sean
duramente tratados e ignorados por parte de todas las corrientes
tradicionales judías, muy en especial por parte de rabinos y laicos del
jaredismo (ultra-ortodoxia judía).



Aunque la evangelización no se descuida, ya que es la razón de ser de
la Iglesia, como nos lo enseñaba el Papa Paulo VI en la Evangelii
Nuntiandi, las comunidades católicas de tradición hebrea no son
misioneras. No hacen proselitismo, no buscan que la gente se adhiera a
sus asociaciones, y esto ha creado un clima de confianza y de respeto
entre las comunidades y algunos rabinos ortodoxos.



Por eso, uno de sus criterios es la discreción. Como comunidad son
discretos pero visibles y orgullosos de lo que son, aún en medio de las
incomprensiones y las persecuciones… pero ningún católico de tradición
hebrea emprende campañas para motivar a la gente a adherirse a alguna de
sus comunidades. Prefieren ser muy pocos pero convencidos, a ser muchos
pero con una visión tergiversada de lo que es vivir el Judaísmo a la
luz del Evagelio, en el seno de la Iglesia Católica.



No obstante, hay un deseo psicológico de la sociedad judía tradicional e
israelí de conocer, acercarse, comprender mejor a los católicos, bien
sean de ritos orientales o latinos. Contrario a lo que se pudiese
pensar, ya hay acercamientos fraternos con los rabinos tradicionales,
que se interesan por esta espiritualidad. Por ejemplo, en México la
comunidad B’nei Abraham (adscrita a la B’nei Tzion) está muy vinculada a
los estudios del Centro México-Israel. El Rabino Jefe de la B’nei
Tzion, además de someterse a la autoridad del Santo Padre y del
Patriarca Latino de Jerusalén a través de su obispo diocesano, el
Arzobispo de Bogotá, está bajo la orientación del Gran Rabino de
Colombia en lo referente a los asuntos propios del rabinato.



Es una actitud positiva que no se encontraba hace unos años. Para los
católicos de tradición hebrea es un reto nuevo y estimulante.



Las comunidades están creciendo muy lentamente, pero el número no es un
problema para ellos. Tratan de vivir serenamente la fe, con una actitud
positiva hacia la Iglesia, hacia el Estado de Israel, hacia la
sociedad.



LOS CATÓLICOS DE TRADICIÓN HEBREA Y LOS JUDÍOS MESIÁNICOS



Por parte de los llamados “judíos mesiánicos” las persecusiones y las
críticas no han sido menores; de hecho, las peores persecusiones se han
recibido por parte de ellos, ya que los judío-mesiánicos consideran a
los católicos de tradición hebrea como una amenaza letal a la existencia
de los judíos mesiánicos, y según sus pastores, su existencia es una
clara señal del gobierno de Satán que rige desde el Vaticano (este tipo
de declaraciones no es novedad, cientos de pastores neo-pentecostales
consideran a la Iglesia Católica como una secta satánica y así lo gritan
desde sus púlpitos y algunos medios de comunicación).



Pero muchas veces el odio de los mesiánicos contra la Iglesia ha
trascendido a vías de hecho, como ocurrió con el Rabino Jefe de la B’nei
Tzion, que fue ferozmente perseguido y hasta amenazado de muerte por
parte de los judíos mesiánicos. La alta agresividad de los mesiánicos y
sus campañas de proselitismo para ganar adeptos, así no sean judíos de
nacimiento, han permitido mostrar a la opinión pública que los judíos
mesiánicos son mucho más anticatólicos que los Testigos de Jehová.



Los católicos de tradición hebrea han querido servir de puente entre la
Iglesia y estas congregaciones, que aunque los rechacen con violencia,
en el fondo de sus corazones piden que se les hable del perdón, de la
reconciliación, del amor, pero son tajantes a la hora de responder ante
ciertas conductas de los mesiánicos. Los católicos de tradición hebrea
no toleran que se use la tradición judía para generar odios, rencores,
celos ni agresión alguna contra el prójimo; por ejemplo, en muchas
congregaciones mesiánicas se enseña que los palestinos y los árabes son
el ejército de Satán, enemigos de Israel, y hasta se valen de ciertas
citas bíblicas para demostrarlo; los católicos de tradición hebrea han
salido a la defensa de los árabes y de los musulmanes de buena voluntad,
y recuerdan a todos los judíos que árabes y musulmanes son “primos” de
los judíos por tener a Abraham como padre común, y que por lo tanto hay
que trabajar en estrechar los lazos de hermandad y de diálogo solidario
con ellos. Esto ha acrecentado el odio de los judíos mesiánicos contra
los católicos de tradición hebrea.



La AHC y la B’nei Tzion han enviado en diversas ocasiones, cartas a los
presidentes de Israel y de Palestina para recordarles que ambas
naciones están destinadas por la gracia de Di-s a ser ejemplo de
hermandad, de perdón, de reconciliación y de solidaridad para el mundo
entero, y han implorado por una solución pacífica y negociada del
conflicto en Oriente Medio, aunque rechazan enérgicamente la
internacionalización de Jerusalén, defendiendo la soberanía del Estado
de Israel sobre la Ciudad Santa.



De otro lado cabe destacar la completa ignorancia de los judíos
mesiánicos en Talmud, liturgia sinagogal, Halajá (normatividad judía) y
otras áreas propias de la tradición judía, áreas que manejan los
católicos de tradición hebrea y que estudian junto con el Depósito de Fe
y los Documentos de la Iglesia.



Es comprensible la agresión mesiánica contra los católicos de tradición
hebrea, si tenemos en cuenta que estos últimos pueden demostrar su
judeidad con facilidad. Las estadísticas lo demuestran: uno de cada dos
mil varones mesiánicos usa tefilín o filacterias en sus plegarias
matutinas y posee un sidúr o libro de oraciones, mientras que uno de
cada veinte católicos de tradición hebrea no los usa por no poseerlos
(recordemos que los católicos de tradición hebrea no pasan de 3000
miembros en todo el mundo); tres de cada mil mesiánicos hablan hebreo,
mientras que uno de cada cien católicos de tradición hebrea no maneja
hebreo básico. Y uno de cada dos mil mesiánicos ha visitado, al menos
una vez en su vida, una sinagoga ortodoxa o conoce el esquema de los
servicios sinagogales, mientras que uno de cada doscientos católicos de
tradición hebrea jamás ha entrado a una sinagoga ortodoxa y desconoce el
orden del servicio sinagogal.



CONCLUSIÓN



Son muchos los retos que los católicos de tradición hebrea tienen que
enfrentar, especialmente en los países de habla hispana, en donde son
toda una novedad en la vida de la Iglesia. Pero no cabe duda de que en
ellos se cumple la profecía del Apóstol San Pablo, quien predijo la
conversión del Pueblo Judío al Evangelio (Romanos 11).



Esto es un claro Signo de los Tiempos, en especial de los Últimos
Tiempos, en los que el mundo presencia una serie de acontecimientos que,
en la mayoría de los casos, son fatales. Debemos ver en los católicos
de tradición hebrea un ejemplo de la misericordia de Di-s que no quiere
que ninguno de Sus hijos de pierda, pero que a la vez desafían a la
Iglesia a que no olvide sus orígenes, sus raíces, su infancia espiritual
e histórica... que se encuentran en el Pueblo Judío.



El Papa Benedicto XVI denunció en agosto de 2005 en la Sinagoga de
Colonia (Alemania) el resurgimieto del antisemitismo, especialmente en
círculos cristianos. Si los católicos de origen gentil nos valemos de la
experiencia y el carisma de nuestros hermanos bautizados de tradición
hebrea, entenderemos muchas cosas que vivimos en la Iglesia, lograremos
fortalecer nuestra identidad cristiana, nuestro amor por la Iglesia y
nuestro sentido de pertenencia a ella.



No debemos dejar de orar por la conversión del Pubelo Judío a Cristo;
el Papa Juan Pablo II profetizó, y así lo encontramos en el numeral 674
del Catecismo, que para que ocurra la resurrección de los muertos, como
lo expresa San Pablo en Romanos 11, 12, es necesario la conversión de
Israel a Cristo, porque la Sagrada Escritura dice que “todo Israel será
salvo” (Romanos 11, 26).



Católicos de Tradición Hebrea presentes en América Latina

 























Compartir en Google+






































No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sabiduría para la vida Parashá Vaetjanán: Cómo hacer que tus plegarias sean respondidas

Sabiduría para la vida Parashá Vaetjanán: Cómo hacer que tus plegarias sean respondidas aishlatino.com Sabiduría para la vida Parashá Vaet...